Disclaimer: Naruto no me pertenece


Sentimientos Conectados: Parte dos


Ubicación: Noroeste del Bosque de Konoha

Situación: 5ta Guerra Mundial Ninja


Kakashi había vivido dos guerras: una cuando era joven y otra cuando era sensei del legendario equipo 7. Por lo tanto, después de haber pasado por tanto, nunca esperó que sería testigo de otra guerra.

Y que esa guerra sería muchísimo peor.

Especialmente si incluías alienígenas.

A pesar de toda esa sangre que se derramaba en manos de los Otsutsuki, siempre tuvo la esperanza de que ganarían.

Pero nunca esperó que sus esperanzas fueran aniquiladas tan cruelmente.

Especialmente cuando veía el cuerpo de Naruto Uzumaki y Sakura Uchiha sin vida frente a él

Había un silencio en el oscuro bosque que no alcanzó a ser destruido. Era peligroso que a sus pies estuvieran los cuerpos de personas tan poderosas a simple vista. El enemigo podría estar observándolos en ese mismo instante.

Kakashi era consciente de eso, pero por alguna razón no se movió ni un centímetro para hacer algo. Él era el sexto Hokage ¡Debería de estar haciendo algo! ¡Su aldea lo necesitaba!

Pero estaba cansado, no solo físicamente sino que emocionalmente.

Ya era muy viejo para estar en otra guerra, pero si él seguía vivo entonces tendría que empezar a moverse. Hacer algo por su aldea, por el mundo.

Naruto no se hubiera rendido tan fácilmente.

Sakura mucho menos.

Y esta situación le recordaba que a ese legendario equipo le faltaba un integrante. El Hokage de las sombras.

Sasuke Uchiha.

¿Cómo se sentiría él? ¿Se habría enterado de las noticias? ¿Sabría él, que su mejor amigo y su esposa estaban muertos? ¿Qué la posibilidad de ganar se había reducido a un 1%?

Probablemente estaría luchando, tratando de salvar lo poco que quedaba con vida.

Pero una sombra se acercó a su espalda saliendo de la nada, silenciosamente, digno de un ninja de élite.

—Kakashi-sama, vengo a entregar mi reporte —habló un Anbu

—Adelante..

—El enemigo acaba de hacer una retirada, pero no sabemos cuándo es que volverán a atacar.

Eso era una mala señal, no sabían que podría suceder en cualquier momento. Tendrían que estar alertas.

—No bajen la guardia, agrupense y llamen a Shikamaru para establecer un nuevo plan si es que el enemigo ataca de nuevo —ordenó.

—¡Sí, señor! —antes de irse vaciló al hablar— ¿Qué haremos con los cuerpos?

Antes de que pudiera responder una nueva voz lo hizo por él.

—Yo me haré cargo de eso.

Kakashi volteó para encontrarse con su ex-alumno

—Sasuke.

El aludido solo lo miró seriamente por unos segundos para después enfocarse en los cuerpos desparramados a sus pies.

Con un gesto, Kakashi ordenó a todos los Anbus a su alrededor que se alejaran. Ahora necesitaba hablar a solas con uno de los últimos Uchihas que quedaban.

Cuando al fin todos los Anbus se dispersaron, ambos se quedaron en silencio en una posible señal de luto.

Ambos habían perdido a sus seres amados, pero él sabía que a Sasuke le afectaba mucho más.

Al pobre ya le habían arrebatado a su familia cuando era un niño y ahora se la volvían a quitar. El destino era muy cruel con él. Aunque Kakashi creía que el destino era mucho más cruel con los Uchihas.

Sasuke se acercó a ver los cuerpos y se arrodilló para tener una mejor visión de estos.

Con una delicadeza, que de seguro él solo se lo mostraba a su esposa, acarició su mejilla mientras quitaba un par de mechones rosados que estaban en sus ojos.

—Estoy cansado —susurró.

Kakashi alzó la cabeza para mirarlo con atención, era raro que Sasuke se expresara de esa manera, él no era ese tipo de persona. Sasuke nunca expresaba lo que sentía tan abiertamente y menos en medio de una batalla, de una guerra.

Kakashi observó que él nunca dejó de acariciar a Sakura.

—Todos queremos que esto acabe —dijo al ver que Sasuke no se dignaba a decir nada más.

—Si —susurró—. Es por eso que tengo la solución a nuestros problemas.

El estómago de Kakashi se apretó anticipando lo que probablemente Sasuke iba a decir. No iba a ser una solución agradable

—¿Cuál es el plan? —dijo después de unos angustiantes segundos.

—Traeré a Naruto a la vida —finalmente apartó la vista de su esposa y la enfocó en su amigo—. Una vida por otra vida.

—Sasuke…

Kakashi se alarmó ¿Acaso insinuaba dar su vida por Naruto para traerlo de la muerte?

—Sasuke —volvió a repetir desconcertado—. Los necesitamos a ambos, no puedes simplemente sacrificarte así para traer de vuelta a Naruto —dijo agitado— ¿Qué crees que pensaría Sarada o Boruto de todo esto? ¿Qué hay de Sakura? ¡Ella no permitiría algo así!

—Sakura está muerta —le recriminó con una voz difícil de describir—. Sarada estará bien, sé que Boruto cuidará de ella si lo necesita, además es igual de fuerte que su madre. Confío en mi hija.

—Sasuke...debe haber otra solución.

—Kakashi...estoy cansado.

Esas últimas palabras calaron más hondo de lo que pensó. Ante él había un Sasuke que ya había pasado por mucho, había perdido a mucha gente en el transcurso de los años y al parecer ya no estaba dispuesto a perder a nadie más.

Era como él había dicho...estaba cansado.

Kakashi quería decir que no, pero sabía que cualquier cosa que le dijera, Sasuke simplemente le desobedecería.

Estaba entre la espada y la pared. Pero sabía que debía haber otra solución.

—Aún así, me niego —le dijo—. Como tu Hokage tendrás que-

—Eso no importa

Ignorando que fue interrumpido, lo cuestionó

—¿Qué quieres decir?

—Ya hice un pacto —lo miró— .Ya no hay vuelta atrás.

—¿Pacto? ¿Qué pacto?

—Uno con Indra Otsutsuki, mi antepasado.

La mirada seria de Sasuke haría temblar a cualquiera, había un fuego en esos ojos.

Era la Voluntad de Fuego.

—¿Podrías...podrías explicarte mejor Sasuke? porque no entiendo qué quieres decir con un pacto.

—El pacto consiste en mi vida por la de Naruto Uzumaki —dijo seriamente mientras se levantaba del piso y lo enfrentaba mirándolo con desafío.

—Aún si hicieras ese tipo de pacto, eso no nos aseguraría una victoria —explicó—. Naruto puede volver a morir

—Eso lo sé, es por eso que hice otro pacto.

Kakashi abrió los ojos con sorpresa temiendo lo peor y supo que no se equivocaba al escuchar las siguientes palabras

—El otro pacto consiste en perder mi privilegio a reencarnar a cambio de una victoria y la aniquilación completa de los Otsutsuki —dijo—. Iré al infierno y me quedaré allí eternamente.

—Sasuke…

La angustia se reflejaba tanto en su voz como en sus ojos

—¿Por qué llegarías tan lejos? Ambos sabemos que puede haber otra solución —volvió a hablar intentando convencerlo en vano, después de todo Sasuke ya había hecho el pacto.

No había vuelta atrás.

El frío viento hizo su aparición. ¿Ese era el destino de Sasuke? ¿Ser siempre el cordero de sacrificio?

Ahora entendía perfectamente a Sasuke. Él también estaba cansado.

—¿Hay algo en lo que te pueda ayudar? —preguntó con un suspiro de derrota.

—Si… hay algo más.

Kakashi observó a su alumno mirar el cuerpo inerte de Sakura, volvió a arrodillarse y poner una mano en su cara.

Levantó la mirada y dijo:

—Necesitaré tu ayuda con algo, ya que después de todo soy una criatura egoísta.

Kakashi estaba aún más perdido que de costumbre. ¿Sasuke iba a hacer todo eso por la victoria del mundo?

Sin duda alguna debe estar muy cansado de toda esta situación. Él no haría algo así por el mundo, por Konoha sí, pero ¿Por el mundo?

Kakashi lo dudaba.

Aunque pareciera que había algo más detrás de todo eso.

Y todo comenzó a encajar cuando observó a Sasuke acariciar el cuerpo sin vida de Sakura.

—Sakura…—susurró— ¿Qué pasará con ella?

Tenía un mal presentimiento

Sasuke levantó la mirada, sus sospechas fueron confirmadas. Un escalofrío le recorrió la espalda.

—Sasuke —volvió a repetir, su voz sonaba más dura— ¿Qué pasará con Sakura?

—Algo que siempre tuve que hacer —le respondió con seguridad— Algo que debí hacer desde hace mucho tiempo

Antes de que Kakashi pudiera abalanzarse para tomar el cuerpo de Sakura, Sasuke se interpuso en su camino.

—Lo que sea que vayas a hacer con ella —sacó un kunai—. Será mejor que te retractes.

—¿Sabías que Sakura también es una reencarnación?

—¿Qué?

Eso no lo esperaba.

Kakashi estaba muy confundido y cansado, muy cansado. Tan cansado que no sabía si estaba procesando la información de manera correcta.

No sabía qué mierda era lo que pretendía hacer Sasuke con el cuerpo de Sakura, pero sabía que debía detenerlo.

Sasuke no estaba en sus cabales

Con un rápido movimiento giró su kunai y lo tiró para distraerlo, pero este fue mucho más rápido y tomó el cuerpo de Sakura con él.

Kakashi alzó la vista, Sasuke estaba de pie en una rama del árbol que se encontraba frente a él.

A pesar de la obvia desventaja de tener un solo brazo para pelear, él no dudó en usar su Susanoo para reemplazar el brazo perdido y sujetar a Sakura desde allí.

Había delicadeza en ese acto, pero al mismo también era una jugada muy sucia por parte de él

Sasuke sabía que él no lo atacaría si tenía el cuerpo de Sakura entre sus brazos.

Se miraron unos largos segundos fijamente. Al parecer habían hecho mucho ruido porque aparecieron Anbus dispuestos a proteger a su Hokage.

Kakashi solo tenía que dar la señal para que lo atraparan, pero no sería fácil. Atraparlo nunca lo era.

Y él estaba usando como ventaja el cuerpo de Sakura.

Se quedaron mirando por unos segundos hasta que Kakashi dio la señal de retirada.

Los Anbus dudaron, pero le hicieron caso.

Y una vez que estuvieron solos otra vez, se sumieron en un profundo silencio sin dejar de mirarse.

—Kakashi ¿Vas a escucharme esta vez?

—¿Qué pretendes Sasuke? Esto es serio, estamos en medio de una guerra

—¿A qué le tienes miedo, Kakashi? —preguntó— ¿Desde cuando yo bromeo en medio de una situación seria como lo es una guerra?

—No estás en tu sano juicio y temo que esta vez te arrepentirás si algo peor le sucede a Sakura —contrarrestó— Le quitarás a Sarada su madre.

—Ella está muerta, Kakashi —gruñó Sasuke ante el recuerdo de que Sakura no estaba viva.

Kakashi se agarró la cabeza confundido ¿Qué estaba pasando? ¿Sakura iba a morir?

No. Ella está viva.

—Mira hacia el frente Hatake ella está muerta.

Kakashi jadeó

La vista se le nubló por unos segundos y cuando pudo enfocar bien, Sasuke se encontraba frente a él. Estaban en otro lugar. Este ya no era el bosque de Konoha.

Era un templo.

—¿Dónde estamos?

Sasuke lo miró extrañado, pero después la comprensión llegó a su mirada.

—Ella tenía razón, está funcionando.

—¿Ella? ¿Quién es ella? —preguntó aún más confundido— ¿Dónde estamos?

—Es el templo del cielo y el infierno —contestó—. Es la casa de Sakuyahime

—¿Sakuyahime?

El templo frente a él era inmenso. Parecía ser un templo dedicado a un dios. Todo estaba perfectamente limpio y ordenado.

Siguió a Sasuke dentro de ese gran lugar. Subieron las que parecían ser infinitas escaleras, mientras él seguía cargando a la pelirosa

Kakashi estaba cada vez más confundido.

Sakura estaba muerta.

—No. Ella iba a morir.

Tal revelación lo dejó incapaz de moverse. Miró sus pies, pero ya no llevaba sandalias ninjas. Ahora llevaba zapatos. Zapatos que ocupaba normalmente para ir a trabajar.

Cuando alzó la vista ya no era el Sasuke de Konoha quien se encontraba frente a él sino el Sasuke de Tokyo. Su época.

La realización lo golpeó fuertemente. Estaba soñando.

No. No era un sueño.

Era un recuerdo de su vida pasada.

Era un mensaje de otro mundo.

Desconcertado siguió a Sasuke hasta lo que parecía ser una mesa de piedra. Un árbol de cerezo se encontraba en el medio del salón de madera, habían construido el templo sin dañar tan hermosa especie.

Sasuke depositó a Sakura en ese frío lugar. El viento sopló recibiéndola. Un aroma a flores se extendió por toda la estancia y ahora el Sasuke de Konoha era quién lo miraba directamente a los ojos.

—Toma —recibió con cuidado el objeto y se dio cuenta de que era un collar con una flor de cerezo como colgante—. Dáselo a Sarada.

—Sasuke...

—Tienes que salvarnos, Kakashi —susurró Sasuke mirándolo a los ojos—. Salva nuestras almas para asegurar una victoria

—¿Cómo lo hago? —el pánico comenzó a actuar sobre él— ¿Cómo los salvo a ustedes?

—Encuéntralos

—¿Encontrar qué? —preguntó.

Sasuke simplemente lo ignoró mientras seguía mirando a Sakura recostada en la mesa de piedra. Kakashi estaba a un paso de hiperventilar y cuando iba a pedirle explicaciones sintió algo más en su mano.

Era un anillo con un rubí rojo incrustado en él, el otro objeto era otro collar, el collar que portaban todos los miembros de la familia Uchiha. El abanico se alzaba orgulloso entre medio de la cadena.

—¿Qué debo hacer con esto?

—Encuéntralos —volvió a repetir Sasuke.

—Lo sé, pero ¿dónde?

—En el templo.

El viento se alzó y con él arrastró a los pétalos de cerezo que estaban en el suelo formando un remolino alrededor del cuerpo de Sakura.

—Encuéntralos —susurró Sasuke—. Confiamos en ti.

Ahora delante de él estaban los cuerpos de Sasuke y Sakura de Tokyo, mirándolo fijamente.

La voz de Sakura se alzó entre medio del ruido

—Por favor, ayúdame a no olvidarlo —Kakashi abrió sus ojos, otra Sakura estaba de pie tras ella. Ahora eran dos Sakuras.

—Confiamos en ti Kakashi-sensei.

ナルト

Kakashi despertó gritando por el extraño sueño, comenzó a mirar hacia todos lados esperando ver a Sasuke y a Sakura frente a él, pero solo estaba en un sillón.

Obito y Rin aparecieron en medio de la noche preocupados preguntando qué había pasado.

Su celular sonó, era un mensaje.

Sakura

[21 marzo 2021]

[Por favor ayúdame a no olvidarlo] 04:21 am.

No dejó de ver la pantalla asustado. Un escalofrío le recorrió la espalda y tragó pesadamente. Exhaló tratando de calmarse.

—Kakashi ¿Estás bien? —la dulce voz de Rin lo sacó de ese estado de incertidumbre, la miró y en sus facciones solo podía reconocer la preocupación.

—¿Otra pesadilla sobre Sasuke golpeándote? —esta vez fue Obito el que preguntó.

Kakashi siguió mirando el mensaje y solo asintió para evitar más preguntas.

—Te traeré un té —dijo Rin mientras desaparecía por la cocina

—¿Dónde estamos? —no pudo evitar preguntarle a Obito, necesitaba saber que no era un sueño.

—En nuestra casa —respondió—. Te quedaste dormido y te dejamos descansar en el sillón de la sala.

—Ya veo…—susurró ausente, aunque el alivio también lo recorrió. Esto no era un sueño.

—Kakashi…—comenzó a hablar Obito después de mirarlo un buen rato— ¿De verdad tuviste un sueño en donde Sasuke te golpeaba o es otra cosa que no nos quieres decir?

—¿De qué hablas?

—Sabemos que hay algo más que no nos has querido contar.

Más silencio.

Rin en ese momento salió de la cocina con una bandeja con tres tazas en ella. Una vez dejó la bandeja en la mesita, tomó una de estas y se la ofreció a Kakashi.

—Hice tu favorito —le sonrió Rin y él aunque quería devolverle el gesto, no pudo.

A pesar de que Obito y Rin trataron de sacarle información sobre el misterioso sueño que había tenido, él mintió lo mejor que pudo. Se le daba bien mentir, supuso que era porque en su vida pasada él había sido un Anbu de élite y posteriormente un Hokage.

Al igual que Sasuke y Sakura, él también recordaba su vida pasada. Sueños crueles en donde él iba a la guerra, sueños en donde su padre se suicidaba, sueños en donde perdía a sus amigos uno por uno sin tregua.

Por esa razón había decidido ser psiquiatra. También quería curarse.

Quería sanarse de todos esos sueños y con el paso del tiempo lo logró. Ya no tenía muchas pesadillas en donde veía a Obito morir aplastado por rocas y tampoco se veía a sí mismo asesinar a Rin.

Debido a esos malditos sueños se prohibió muchas cosas y también expió sus pecados.

Su primera meta fue hacer que Rin y Obito estuvieran juntos y cuando lo logró, la felicidad lo inundó notoriamente. Amaba como nunca a esa pequeña familia que tenía.

Su padre y su madre seguían vivos, sus amigos estaban juntos, se recibiría de psiquiatra.

Todo era perfecto.

Hasta que un día se encontró con Sasuke Uchiha en su despacho.

No pudo evitar abrir mucho sus ojos cuando lo vio por primera vez, su alumno de esa otra época estaba allí, de pie frente a él, con cara de pocos amigos.

Y para su sorpresa él lo recordaba también.

Estupefacto era una palabra para quedarse corto. Nunca esperó que todas las personas de sus sueños aparecieran en su vida y mucho menos que uno de ellos lo recordara.

Nadie hasta ese momento recordaba su vida pasada, pero ahí estaba ese niño de unos 6 años que sí lo hacía.

Y parecía aliviado de haberlo encontrado.

Por lo que tenía entendido, Sasuke ya había pasado por muchos psicólogos y psiquiatras, pero ninguno pudo hacer algo positivo por él.

Le asignaron una cantidad de pastillas que solo hicieron que su condición empeorara.

Como Kakashi había pasado por lo mismo, sabía cómo manejar la situación. Aplicó en él todos los trucos para poder ayudarlo y como si fuera arte de magia, todas esas técnicas funcionaron a la perfección.

La familia Uchiha estaba feliz y Sasuke también.

Se debatió en si debía contarle a alguien lo que le sucedía, incluso pensó en decirle a ese pequeño niño que él también recordaba parte de su vida pasada, que él también recordaba Konoha, ser ninjas y que había vivido guerras y muertes también.

Quiso esperar, él de verdad quería contarle, pero Sasuke era un niño solamente. Le contaría cuando tuviera una buena madurez mental y ya no tuviera tantas pesadillas.

Pero el destino amaba jugar con él y sorprenderlo a cada instante de su vida.

Esa niña pelirosa apareció con tan solo 12 años, totalmente tímida y retraída. No era como esa niña que conoció en Konoha, ella tenía una personalidad totalmente diferente. A pesar de que se aferraba a su madre cuando la conoció por primera vez, había reconocimiento en sus ojos.

Y su sorpresa aumentó aún más cuando ella le contó lo que le sucedía, ella también lo recordaba a él.

¿Qué estaba sucediendo exactamente?

¿Cómo era posible que sucediera algo así?

¿Acaso el destino quería que él hiciera algo por esos niños?

No pudo evitar querer ayudarlos. Escuchaba relatos por parte de ambos acerca de esa misteriosa aldea llamada Konoha. Una aldea que él también conocía bien.

Fingió no saber nada, fingió desconocer todo lo que le decían y comenzó a desear hacer algo por ellos.

Especialmente cuando, a medida que iban creciendo, ambos se extrañaban mutuamente.

Un anhelo escondido era lo que reflejaban esos ojos cada vez que se los encontraba a ambos.

Ambos se conocían, pero al mismo tiempo desconocían el nombre de la persona que anhelaban.

Kakashi sabía que debía hacer sus movimientos con mucho cuidado. Debía calcular absolutamente todo para poder hacer que ellos se recordaran mutuamente.

Si iba a jugar a ser cupido, debía hacerlo de la mejor manera para no causar más trauma del necesario.

Aunque intentó de todo, nada parecía funcionar. Ya no le servía ser pasivo/agresivo. Necesitaba actuar más rápido y sin tanta delicadeza. Ambos eran adultos, tenían 28 años, ya se había demorado mucho en tratar de juntarlos.

Por eso se le ocurrió el plan perfecto

Una de las cosas que él había cambiado, con respecto a su yo de Konoha, era que no quería ser alguien que se tardara en sus citas con pacientes. Él llegaría a la hora siempre.

Pero si quería juntar a Sasuke y a Sakura tuvo que volver a los viejos hábitos de su yo de Konoha.

Y como era de esperarse el plan funcionó a la perfección. Los veía llorar y abrazarse como si hubieran estado esperando una eternidad para volver a verse.

Y algo en ese momento se sintió mal. Sentía que el tiempo se le estaba acabando.

Necesitaba actuar más rápido.

Y ahora con todo lo que estaba pasando, con Sakura perdiendo su memoria, supo que tenía que acelerar más las cosas. Buscar respuestas en donde nadie podía encontrarlas.

Estaba solo en esta búsqueda.

Suspiró otra vez, que iluso había sido. Ese sueño que tuvo era una señal.

El tiempo avanzaba rápido

Y mientras suspiraba otra vez en la oficina que tenía en su casa, miró con cuidado los cuadernos que tenía frente a él. Eran los libros que Sasuke y Sakura habían escrito.

Al fin había encontrado la respuesta.

Sacó los cuadernos en donde ambos habían escrito sus aventuras en esa misteriosa aldea ninja.

Si quería investigar bien qué era lo que estaba sucediendo, tenía que ir de a poco. Desde el principio.

Se decidió por el cuaderno de Sasuke primero, ya que él parecía ser el que más recordaba sucesos.

Y es ahí donde su investigación comenzó. Analizó cada mínimo aspecto del libro que había escrito uno de sus alumnos.

Sasuke no era tan detallista, pero en algunos hechos sí era escalofriantemente específico.

Le sorprendió notar que incluso realizó dibujos.

Dibujos de cómo era su ropa, sus armas e incluso su Sharingan.

En cada dibujo había una pequeña descripción que dejaba en claro para qué servía cada cosa.

Sin duda, Sasuke necesitaba sacar todo de su sistema. Cada vez que leía, más y más sentía pena por él.

Sasuke sufrió mucho.

Estuvo analizando todo lo que su alumno escribió por al menos 1 mes. Había transformado su oficina en su lugar para hacer su investigación.

Una cantidad enorme de papeles abarcaba el pequeño escritorio. Cada uno con detalles y suposiciones de la vida de Sasuke en Konoha.

Y a pesar de que Kakashi también vivió en ese lugar, muchas cosas por las que él pasó en ese lugar eran totalmente diferentes.

Sasuke había estado mucho tiempo con Orochimaru. Y lo que él contaba sobre lo que vivió ahí, no era algo muy agradable.

Muchos aspectos que podrían ser relevantes, ni siquiera lo eran. Comenzó a darse cuenta que a medida que más y más buscaba alguna pista en ese cuaderno, nada le servía.

Analizó hasta el más mínimo detalle, pero Sasuke no parecía haber vivido mucho.

La última página que había escrito, describía una vida tranquila. Un viaje con Sakura en unas montañas. Al parecer ella lo había acompañado a un recorrido por el mundo haciendo misiones. Kakashi podía notar la felicidad de Sasuke plasmada en esas hojas se notaba que amaba el hecho de que Sakura lo acompañara en esa "misión"

Era un detalle mínimo, casi imperceptible, pero él, que fue su psiquiatra, lo podía notar perfectamente.

No importaba cuánto tiempo pasara o en qué época se encontraran. Sasuke siempre amaría a Sakura, incluso si él no era muy expresivo.

Pero a pesar de todo lo bonito que podía ser ese descubrimiento. Había algo que molestaba a Kakashi profundamente y era el hecho de que Sasuke no había escrito casi nada sobre su vida adulta.

¿Acaso él no recordaba nada de eso? Kakashi sí podía recordarlo, pero Sasuke no.

O al menos eso era lo que indicaba ese cuaderno.

Suspiró y dirigió su vista hacia el otro libro que le faltaba por revisar. Lo miró por un buen tiempo, teniendo miedo de abrirlo.

Tenía miedo de que todo fuera inútil y no encontrar alguna respuesta.

Todavía revisaba el mensaje que Sakura le había mandado esa noche. Era un grito de ayuda. Incluso a pesar de que no se notara a simple vista, él podía leer la desesperación que había en esas simples palabras.

—Confiamos en ti Kakashi-sensei

Aún podía oír esas palabras repitiéndose

Decidió tomar otra taza de café antes de comenzar a trabajar en el cuaderno de Sakura. Había miedo, pero también esperanza.

Tomó la cafetera ya vacía y la empezó a rellenar de nuevo con café.

Mientras esperaba comenzó a rememorar esa extraña pesadilla ¿O recuerdo?

Sasuke estaba allí.

Sakura también.

El templo...

Ese templo sin duda debía ser la respuesta a todas las dudas que actualmente tenía, pero ¿Cómo encontrarlo?

Era imposible hacer un viaje hacia Konoha. Esa aldea no existía, ni existió.

Eso ya lo sabía porque él mismo investigó sobre eso en su juventud. Pasó buscando por todos lados para ver si era una historia ficticia o si de verdad estaba soñando con su pasado. Su desilusión fue bastante grande al ver que ni siquiera había o hubo un pueblo con ese nombre.

Pero...¿Qué hay del templo? Nunca había investigado acerca de ese templo. Ese templo solo apareció hace poco en ese extraño sueño. También estaban los collares que Sasuke le había entregado.

Uno era para Sarada. La hija que Sasuke y Sakura tuvieron en Konoha.

Y los otros dos...un anillo y un collar.

Pudo identificar que el collar con el abanico Uchiha pertenecía a Sasuke.

Y por descarte asumió que el anillo con lo que parecía ser un rubí era de Sakura.

¿Esos objetos serían algún tipo de puerta para que ambos recordaran algo?

El click de la cafetera sonó fuerte en la estancia, indicando que el café se había terminado de preparar.

Tomó la taza ya previamente usada y vació el café en ella.

Ese café había sido un regalo de los padres de Sakura por todo el esfuerzo que había hecho por su única hija.

En adición a ese regalo también le dieron una taza con flores de cerezo impresa en ella, pero debido a que tenía miedo de romperla no la usó.

Alzó la vista hacia el mueble en donde tenía guardado ese regalo y cuando lo abrió, sus ojos buscaron la taza.

Era una taza para tomar té con un diseño en donde podías ver pétalos de cerezos cubrir la mayor parte de esta. Pero lo impresionante es que había un árbol allí.

Ese árbol era parecido al que vio en ese sueño.

No. No eran parecidos.

Era exactamente el mismo árbol.

¿Cómo no se dio cuenta de eso antes?

Todo parecía estar encajando.

El templo... el árbol... Sakura... el collar... el anillo...

—Encuéntralos — la voz de Sasuke se escuchó

Tomó la taza olvidándose de su café y volvió hacía su escritorio buscando unas hojas.

Después de revolver por todo el lugar, encontró las hojas en donde había escrito ese sueño.

La hoja estaba llena de suposiciones que había hecho. Escribió detalle por detalle con mucho cuidado.

La palabra que más se repetía era "Encuéntralos"

El collar y el anillo.

¿Si encontraba esos objetos que Sasuke le había dado en ese sueño, ambos recuperarían la memoria?

No había nada escrito que le asegurara que si hacía eso, ellos recuperarían sus recuerdos de otra vida.

Si él hacía eso, ¿Sakura dejaría de olvidar a Sasuke?

Había una posibilidad. En Konoha incluso la más estúpida suposición era posible, no había que descartar absolutamente nada.

El problema radica en donde comenzar a buscar.

Siguió mirando las hojas hasta que abrió los ojos completamente.

Sakuyahime

La diosa del templo.

¿Si encontraba el templo de esa diosa obtendría alguna respuesta?

¿Esa diosa existía en este mundo? Según Kakashi no.

Tenía miedo de que todo fuera inútil.

Con un suspiro, movió las hojas para ordenarlas hasta que sintió que algo cayó.

Era el cuaderno de Sakura. Lo levantó con cuidado, pero al hacerlo algo salió de él cayendo en un ruido sordo.

Era un collar. ¿Cómo había llegado hasta allí?

Pero sus ojos se agrandaron al ver más de cerca el objeto.

El collar que era para Sarada.

¿Eso era una señal?

Lo tomó con delicadeza entre sus manos, era exactamente como en sus sueños.

Una flor de cerezo, rosada y con una cadena que sujetaba el dije.

Incluso el peso era el mismo que recordaba cuando Sasuke lo depositó entre sus manos.

¿Cómo había llegado hasta ese cuaderno?

Él no se dio cuenta de que ese collar estaba allí desde un principio. Desde que la madre de Sakura se lo había dado nunca sospechó de que ese objeto estuviera allí.

¿Sería de Sakura acaso?

Todo parecía indicar que si.

Pero la verdadera pregunta era ¿A qué Sakura, específicamente, pertenecía ese collar?

Kakashi se detuvo. ¿En qué estupidez estaba pensando?

¿Acaso estaba insinuando que era probable que ese collar fuera de otro tiempo?

Eso era imposible.

Aunque no imposible para Konoha.

Kakashi dejó el collar en la mesa, mirándolo como si ese simple hecho lo llevara a descubrir los más grandes secretos del universo.

Suspiró frustrado, agarrándose la cabeza en el proceso. Todo esto era tan raro.

Esta misión era rara.

Se estiró en la silla mientras volvía a suspirar. Tenía que revisar el cuaderno de Sakura, pero por alguna razón el descubrimiento de ese collar le decía que el tiempo se estaba agotando.

Fue a buscar su taza de café olvidada en el mueble de la cocina.

Sería una larga noche.

ナルト

Meses pasaron hasta que al fin llegó septiembre, anunciando el fin del verano.

Sakura sentía que extrañaría mucho esa época del año. Amaba el sol, las flores y la vida.

Y el verano traía todo tipo de emociones a su vida que la hacían feliz.

Pero por alguna razón sentía que su vida se había vuelto muy vacía desde hace mucho tiempo.

Ya nada era como antes. Podía sentir la preocupación excesiva de sus padres sobre ella cada vez que salía.

A tal punto que tuvo que dejar su trabajo en el hospital y buscar otro.

Nadie querría trabajar con una enferma mental como ella. Y lo peor de la situación, es que cambiaron a su psiquiatra. Nunca le contaron el por qué, pero al parecer sufrió un accidente con otro paciente por lo que se tuvo que retirar indefinidamente.

Y por alguna razón eso la desoló más de lo que pensó. Cambiar de psiquiatra podía ser muy estresante, especialmente para una persona que necesita cuidados especiales como ella.

Le habían dicho que había sufrido pérdida de memoria, pero ella recordaba todo, lo cual se le hacía extraño.

¿A quién había olvidado?

Por más que intentaba pedir ayuda sus padres, especialmente a su madre, ellos siempre desviaban la conversación.

Siempre distrayéndola, siempre cambiando de tema.

Entonces sí había alguien a quien ella no debía de olvidar.

O al menos esa fue la conclusión que sacó con respecto a todo lo que estaba sucediendo.

Una campana sonó al abrirse la puerta.

Ese era otro aspecto que había cambiado en su vida. Ya no trabajaba más en el hospital, ahora trabajaba en una florería.

La florería Yamanaka.

—Bienven… —no pudo terminar porque sus ojos se agrandaron al ver una figura familiar cruzar por la puerta de la florería.

—¡Kakashi-sensei! —saludó— ¡Tanto tiempo! ¿Cómo se encuentra? ¿Ya se siente mejor?

—Hola Sakura.

Él regresó el saludo con una sonrisa

—Me dijeron que ahora trabajas en una florería.

—Si… —respondió ella— Mi nuevo psiquiatra cree que es lo mejor

Una sonrisa débil se asomó por su rostro

—Ya veo —hubo un pequeño silencio en la estancia.

—¿Y qué le trae por aquí? —Sakura no tardó en darse cuenta que probablemente había hecho la pregunta más estúpida del mundo, pero Kakashi al parecer decidió pasar por alto lo obvio y le sonrió.

—Me gustaría comprar un par de flores.

Sakura ensanchó su sonrisa y lo guió por toda la florería haciéndole preguntas para poder elegir las flores adecuadas.

Una vez terminada de elegir las flores correctas, ella las envolvió con mucho cuidado. Eran para una mujer, pudo notar ella.

—¡Listo! —sonrió— ¿Desea una tarjeta?

Kakashi solo negó, tomó las flores y se las dio a ella. Sakura lo interrogó con la mirada y Kakashi la instó a tomar las flores.

—Son para ti.

—¿Para mí? —preguntó desconcertada— ¿Por qué?

—Me voy de viaje.

—Eso es fantástico —le sonrió dulcemente—. De verdad te lo mereces

—Gracias Sakura —sonrió de vuelta y volvió a observar las flores una vez más, suspiró y volvió a hablar— También hay algo que quiero preguntarte

Sakura quien estaba viendo las flores con cariño, preguntó

—¿Qué sucede? —sin mirarlo directamente a los ojos, su atención estaba en las flores.

Kakashi sacó el collar de flor de cerezo de su bolsillo y lo dejó encima de la mesa.

—¿Este collar es tuyo?

Sakura alzó la vista para después devolverla hacia el mesón.

Abrió los ojos con sorpresa

—¡SI! —respondió enérgica mientras lo tomaba en sus manos— ¡Pensé que lo había perdido! ¿Dónde lo encontraste?

Kakashi frunció el ceño ante tal revelación, pero igualmente respondió

—Estaba en mi oficina —mintió a medias

—Muchas gracias Kakashi-sensei

Ella le sonrió dulcemente mientras se ponía el collar alrededor de su cuello, sin duda lo había extrañado.

—¿Es un collar valioso? —preguntó Kakashi, Sakura quien había terminado de colocarse el collar, sonrió con nostalgia.

—Si... fue un regalo de mis padres

—¿Tus padres?

—Si, me lo dieron el día en que nací —le sonrió dulcemente—. Gracias nuevamente por esto Kakashi-sensei. Sinceramente me había olvidado de él —le respondió avergonzada—. Se supone que este collar tiene que pasar a la siguiente generación

Kakashi abrió los ojos ante tal declaración y Sakura lo interrogó con la mirada. Él, ante la confusión de ella, solo sonrió.

—Me tengo que ir —le dijo

—Claro —respondió—. Muchas gracias por las flores sensei

—Son para que no me olvides —le guiñó el ojo, ella rió suavemente.

—Nunca me olvidaría de usted —pero al finalizar sus palabras, un sabor amargo le recorrió la lengua. Si Kakashi se dio cuenta de la incomodidad en su cara no dijo nada. —Entonces...¿A dónde se va de vacaciones?

—Voy a un templo

—¿Un templo? —preguntó— ¿Hará un viaje espiritual?

—Podríamos llamarlo así —respondió Kakashi con soltura para después ponerse serio —Sakura ¿Puedes prometerme algo?

—Claro sensei —respondió antes de siquiera pensarlo

—Por favor, si recuerdas algo, aunque sea algo mínimo de un suceso, escríbelo.

—Si, no se preocupe por eso —respondió— Mi psiquiatra me dio esa tarea

Kakashi solo asintió

—Me voy, cuídate mucho —y justo cuando iba a salir de la tienda se detuvo y le dijo unas palabras que ella nunca olvidaría

—Sakura...No olvides a Sasuke, por favor.

ナルト

El tiempo siempre se ha burlado de los débiles, incluso por más que negara este hecho, no había manera de refutarlo porque era verdad.

Había una verdad amarga que él había querido hace mucho tiempo no enfrentar.

Él siempre fue débil.

Por más que intentara negarlo, siempre supo esa dolorosa verdad. Él era débil y siempre lo sería. Nunca pudo proteger a la gente que amaba y por más que lo intentara al final parecía que siempre las terminaba lastimando.

Habían pasado cuatro años desde ese último encuentro.

Un encuentro tan agridulce que siempre que podía lo repetía mil veces en su cabeza. Era una forma de torturarse.

Su tortura favorita.

Desde esa última vez en su casa no la volvió a ver más, porque sabía que si es que llegara a verla de nuevo él actuaría como un imbécil otra vez.

Pero a pesar de todo, la tentación siempre estuvo presente. Ir a verla, tocarla, besarla; quería hacer eso y mucho más. Pero sabía que eso sería imposible, la volvería a asustar y eso era algo que no quería.

No quería que ella le tuviera miedo.

Suspiró antes de terminar con su informe. Después de la paliza que le había dado a Kakashi, se tomó un largo periodo para poder recuperarse. No solo de su exabrupto sino también del hecho de que no vería a Sakura nunca más en su vida.

—Es lo mejor — se repetía mentalmente

Recordaba el primer día que había llegado a la empresa después de todo lo que había sucedido anteriormente. Él sabía que habría rumores, pero no a un nivel tan explosivo.

Aunque el rumor que más odió fue el hecho de que insinuaran que él se había peleado con Kakashi por Sakura

Su padre y su hermano se encargaron de hacer desaparecer ese absurdo rumor, pero siempre sería un secreto a voces para ellos.

Como casi todos sabían de sus problemas mentales y de como la empresa le pertenecía a su familia, por lo que, nadie podía reclamar y decir algo al respecto.

Llegó hasta la mesa de su jefe y este le mostró una sonrisa zorruna cuando lo vio aparecer en su escritorio.

—¿Terminaste tan rápido? —preguntó impresionado— Sabes que lo puedes entregar mañana

—Revísalo y avísame si cometí algún error —contestó—. Mañana lo arreglaré

Naruto tomó los papeles del informe y suspiró. Sasuke se estaba extralimitando otra vez, pero era inútil discutir con él.

—¿Quieres ir por un trago después? —preguntó casualmente. Sasuke alzó una ceja.

—¿Tu esposa no te está esperando en casa?

—Hinata-chan salió con su hermana y Tenten de compras —explicó—. Me dijo que cenaría con ellas y que después la llevarían a casa.

Sasuke solo suspiró mientras veía la cara de cachorro de Naruto. Hace tiempo que lo venía rechazando. Su vida entera se había convertido en una rutina

Monotonía.

Lo único que hacía era trabajar y después se encerraba en su casa. Todavía vivía con sus padres por recomendación de su nuevo psiquiatra y aunque no le gustara la idea, simplemente se dejó llevar.

Estaba cansado de luchar por causas perdidas.

Y como no era la primera vez que Naruto lo invitaba y él lo rechazaba, esta vez decidió acompañarlo.

—Solo una ronda —advirtió—. Sabes que no puedo beber mucho

La sonrisa del rubio se ensanchó y sus ojos brillaron entusiasmados. Finalmente había conseguido que su amigo aceptara.

Cuando terminaron su turno, se dirigieron a uno de los restaurantes favoritos de Naruto, Ichiraku Ramen.

Sasuke solo rodó los ojos, Naruto era tan predecible.

Ambos pidieron ramen y un par de cervezas. El lugar era tranquilo, pero al mismo tiempo era animado.

No importaba en qué época se encontrara, Naruto siempre elegiría Ichiraku Ramen como su restaurante favorito.

No pudo evitar sonreír con nostalgia.

¿Era posible extrañar momentos que ni siquiera él mismo había vivido?

Volvió a suspirar mientras bebía un trago de cerveza

Naruto observó todo lo que le sucedía y una tristeza lo embargó. Por más que él quisiera hacer que Sasuke volviera a ser el de antes, sabía que eso era imposible.

Hubo un antes y un después que lo marcó para siempre y por más que intentara salvarlo, sabía que no podía

—Perdón —susurró.

Sasuke se detuvo a medio comer y miró a su amigo.

—¿Por qué?

—Yo...no debí haberte dicho lo de Sakura-chan

Sasuke volvió a suspirar y bajó los palillos. Estaba cansado de ese tema ¿Cuántas veces ya todo el mundo se había disculpado con él?

—No hay nada que perdonar —respondió secamente.

—Es que…

—Naruto —gruñó— Es suficiente

El aludido intentó decir algo más pero sabía que la cagaría aún más. Ya lo había hecho una vez, no podía permitirse una segunda vez.

Sonrió tristemente mientras miraba el ramen

—Tal vez si la buscas de nuevo...

—Naruto, no lo voy a volver a repetir —esta vez había un tono de furia en su voz— Ya pasó, es suficiente. Ya acepté desde hace mucho tiempo que Sakura nunca me va a recordar.

—Tal vez si hablas con Kakashi… —sugirió tentando su suerte.

Sasuke miró a Naruto con furia. El tema de Kakashi también era un asunto delicado. Este se había ido de viaje y nunca más volvió. Su paradero era casi desconocido, aunque gracias a los chismosos de Shisui, Obito y Naruto, él sabía que Kakashi se encontraba bien.

—Incluso si lo llamara, él no me respondería.

—¿Lo has intentado?

—Una más y me iré de aquí, dobe.

Naruto se calló, ya había empujado mucho su suerte ese día. Al menos pudo saber algo de lo que Sasuke pensaba. Era algo mínimo, pero al fin y al cabo era una pequeña victoria para él.

Comieron sin decir nada más, disfrutando del ramen y las cervezas.

Naruto trató otro tema para calmar a Sasuke y lo único que se le ocurrió fue hablar del trabajo. ¿De qué más podrían conversar?

Esto que estaba sucediendo era un milagro, Sasuke ya casi no hablaba.

Cuando terminaron, ambos se dirigieron al auto de Naruto. Esa era otra de las cosas que habían cambiado en su vida. Ya no podía manejar un auto. Las pastillas que ingería hacían que fuera imposible para él tomar un auto y conducirlo.

Una vez llegado a la casa de los Uchihas, Sasuke se despidió con un 'nos vemos mañana' y se bajó.

Entró en la casa y notó que sus padres no se encontraban, suspiró aliviado y se dirigió a su habitación.

Diligentemente, ordenó todo para el día siguiente.

Tomó una ducha y después se fue a dormir, estaba cansado. Hablar con Naruto siempre lo cansaba, especialmente si lo tenías como jefe. Pero por alguna razón, agradeció tener esa charla.

Se sintió un poco liberador, pero al mismo tiempo una opresión en el pecho se instaló en él.

Esa noche se durmió temprano y para su sorpresa soñó con Sakura.

Ella le estaba sonriendo. Una sonrisa cálida que sólo auguraba cosas buenas.

Ella habló, despacio y con mucho amor en sus palabras

—Nos veremos pronto

Y ese susurro se lo llevó el viento.

Cuando despertó a la mañana siguiente, se sintió ligero. Soñar con Sakura siempre causaba un efecto extraño en él. Era un sentimiento de infinita paz.

Se levantó para vestirse e ir al trabajo. Ese día era viernes, el último día de la semana.

Los viernes siempre causaban un extraño sentimiento en él. Probablemente era nostalgia, pero al final siempre reconocía que el sentimiento adecuado era el anhelo.

Bajó a desayunar, su madre lo recibió con una sonrisa.

—Buenos días, cariño ¿Dormiste bien?

Él asintió mientras le daba un beso en la frente y saludaba a su padre quién estaba leyendo el periódico en la mesa esperando a que su desayuno estuviera listo.

—¿Necesitas ayuda? —le preguntó a su madre.

—No te preocupes, todo ya está listo, solo me falta servir

No le quedó otra que asentir para después escuchar a su padre hablando de las noticias de ese día.

Era como cualquier otro día en esa vida nueva que tenía.

Incluso por más que intentara que sus días fueran diferentes, sabía que eso era imposible.

Ya nada sería igual que antes

Su madre sirvió el desayuno y al poco tiempo se les unió. Ella no paró de presumir en como su padre la había sorprendido con una espectacular cena después del trabajo. Su madre contaba todo tipo de detalles para avergonzar a su esposo y para su sorpresa su padre se sonrojó ante el relato

Su madre se veía tan feliz y no pudo evitar alegrarse por ella. Sus padres se amaban profundamente y para un hijo ver a sus padres felices era algo muy satisfactorio.

Después de desayunar, se despidieron de su madre y junto a su padre se dirigieron al trabajo.

Ese día viernes fue como cualquier otro. Revisó el informe que el dobe le había dicho que corrigiera. Habló con Itachi en el almuerzo y después se sentó a planificar todos los informes para la siguiente semana.

Todo era como siempre.

Monotonía.

Después de corregir un informe de uno de sus compañeros, se dirigió a la máquina de café. Necesitaba energía.

—Um...¿Sasuke-san? —el aludido volteó al escuchar una voz femenina llamarlo. Era una de sus compañeras de trabajo, no recordaba su nombre.

—¿Sucede algo?

—Me-me preguntaba si para el Hanami tenías planes —Sasuke alzó una ceja y justo cuando iba a responder notó a algunas de sus otras compañeras de trabajo observando la interacción.

Suspiró cansado.

—Si, ya tengo planes con mi familia, lo siento.

—Oh, claro —respondió un poco avergonzada—. Solo quería saber si te gustaría acompañarnos. Junto al departamento de marketing teníamos planeado hacer un pequeño picnic en el parque —le contó—. Aunque si después no tienes nada que hacer...¿Tal vez puedas ir con nosotros?.

—Hmph —contestó—. Le prometí a mi sobrino pasar el fin de semana con él.

—Ya veo —respondió un poco decepcionada—. Pero la invitación sigue en pie si es que quiere ir con nosotros —le aclaró y sin esperar respuesta, se alejó.

Pudo notar por el rabillo del ojo como sus compañeras la interrogaban. Volvió a suspirar cansado.

—Podrías haber aceptado ¿sabes? —le dijo una voz conocida—. Issei puede pasar cualquier otro día con su tío.

—Si le hubiera cancelado a Issei de seguro se transformaría en una molestia —le contestó a Itachi.

El aludido rió de buena gana

—Lo consientes demasiado

ナルト

Ese día pasó volando, no hubo nada digno que mencionar a parte del intento fallido de sus compañeras de invitarlo a salir con ellas.

Justo cuando se preparaba para irse. Naruto lo alcanzó.

—Lo siento teme, hoy no podré llevarte —le contó con un poco de pena.

—¿Sucedió algo?

—Olvidé que tengo que ir por mi mamá al aeropuerto.

—No te preocupes por eso, tomaré un taxi.

—¿Estás seguro? —preguntó— Tal vez si esperas a Itachi...

—Ahora está en una reunión importante con un cliente extranjero —contestó—. Tomaré un taxi

—De acuerdo —dijo—. Nos vemos el lunes.

Sasuke cabeceó y tomó su maletín para salir del edificio.

Al salir miró alrededor y notó lo llena que estaban las calles y lo complicado que sería para él tomar un taxi en esa avenida.

Bufando, decidió caminar hasta el parque.

Ese parque cerca del edificio era el lugar en donde posiblemente sus compañeros tendrían el picnic programado.

Hanami...

La festividad que celebra el florecimiento de las flores de cerezo.

Sakura...

Por alguna razón siempre encontraba una manera de torturarse aún más.

Nunca podría olvidarse de ella.

Una vez llegado a la intersección, esperó unos segundos antes de que el semáforo cambiara a verde. Frente a él se encontraba el parque y dentro de este se podía observar los majestuosos árboles de cerezos bailando con el viento.

Una vez cruzado, tenía que ir hacia la derecha para poder tomar un taxi, pero por alguna razón decidió entrar en ese enorme parque para poder caminar un poco y relajarse.

Aunque tortura sería la palabra adecuada para él.

Sonrió, irónicamente su vida entera se la dedicaba a ella.

Consciente e inconscientemente.

Observó las flores a su alrededor esparcidas por el suelo, había un enorme sendero que ellas formaban a cada paso que él daba.

—¡...suke!

¿Ese había sido su nombre?

Mientras caminaba miró hacia su alrededor esperando ver una cara conocida.

No encontró a nadie.

—SASUKE-KUN

Se detuvo.

Esa voz.

Imposible. No podía ser ella.

—SASUKE-KUN

Se giró y vio una mata rosada correr hacia él.

—Sasuke-kun —volvió a repetir cada vez más cerca de él.

Y una vez que se acercó lo suficiente, ella se tiró hacia él.

Y él por supuesto que abrió sus brazos automáticamente para recibirla.

Lo único que podía escuchar era como ella repetía su nombre una y mil veces. Lloraba, pero al mismo tiempo había una felicidad indescriptible dentro de esas palabras.

No entendía nada. ¿La tortura se repetiría otra vez?

Ella alzó la vista de su pecho y lo miró. Sasuke supo en ese instante que todo estaría bien.

—Te estuve siguiendo desde que cruzaste la calle —susurró ella.

—¿Me recuerdas? —cuestionó preocupado.

Ella le dedicó la sonrisa más hermosa del mundo. Una sonrisa solo para él.

Sakura, bajó la mirada y la enfocó en su mano izquierda. Un anillo plateado con un rubí descansaba en su dedo anular.

—Kakashi-sensei lo encontró para nosotros

—¿De qué hablas? —preguntó extrañado.

—Ahora nunca más te voy a olvidar —respondió—. Al fin te encontré

Sasuke estaba impresionado con lo que ella le estaba diciendo, no entendía nada de lo que estaba hablando, pero por alguna razón ella lo recordaba.

Ella al ver la confusión en su rostro sacó algo de su bolsillo.

—Cierto —dijo—. No funcionará si tu no te lo pones también

Sasuke alzó una ceja cuando vio que ella desabrochaba el collar y se alzaba para colocárselo en el cuello.

Una vez listo, ella le sonrió con dulzura.

Y entonces sucedió.

Ya no estaban en un parque sino que en un templo.

Y tres personas más les acompañaban.

Sasuke puso a Sakura detrás de él. Protegiéndola de lo que sea que estuviera allí.

En un momento ella estaba corriendo hacia él y al otro estaban en un lugar completamente diferente.

Este no era el parque sino un templo.

Un templo enorme, antiguo y hermoso.

Sasuke observó a las figuras frente a él solamente para abrir los ojos sorprendido.

El Sasuke y Sakura de Konoha estaban allí observándolos.

Eran reales, de carne y hueso.

Había una sonrisa en la cara de la pelirosa y una mirada de satisfacción por parte de Sasuke.

Después dirigió su mirada a la última figura. Era una persona muy parecida a Sakura, pero había rasgos divinos en ella.

A pesar de que Sasuke no creía mucho en dioses, él sabía perfectamente que estaba en presencia de una criatura poderosa.

—He cumplido con mi palabra, Sasuke Uchiha —la voz suave y aterciopelada resonó en la estancia. Era una voz hipnotizante, digna de una diosa como ella.

—¿Eres Sakuyahime? —preguntó Sakura a su espalda.

Sasuke alzó una ceja ante la pregunta de ella.

—Soy una de tus antepasadas —respondió—. Esposa de Indra Otsutsuki"

—¿Dónde estamos? —preguntó Sasuke.

La diosa dirigió la vista hacia él.

—En una isla remota —respondió—. En un templo que mi esposo construyó para mi

—¿Estamos en el país del fuego? —volvió a preguntar Sakura

—No —dijo— Es una isla que solo las reencarnaciones directas de Indra Otsutsuki y Sakuyahime pueden encontrar.

A pesar de que esa declaración no respondía directamente sus preguntas, igualmente la aceptaron. Estaban un poco asustados, pero al mismo tiempo aliviados.

—¿Qué es lo que pasó exactamente? —cuestionó Sasuke otra vez.

—¿Por qué no le explicas tú, Sasuke Uchiha? —la diosa dio una cabezada hacia el ninja que se encontraba tras ella.

Sasuke miró a su otro yo. Era tan raro tenerlo de frente y ver que era real.

Era tan alto como él, pero la única diferencia es que el cabello de él era más largo que el suyo. Sus ojos eran bicolor y por sus facciones podía notar que tuvo una vida dura.

Su voz sonó dura también.

—Hice un pacto con Sakuyahime para asegurar que encontraría a Sakura otra vez"

—¿Un pacto? —preguntó otra vez—. No recuerdo que hayas hecho un pacto

—Ese era parte del trato —le respondió

—¿Qué tipo de pacto hiciste? —cuestionó aún más extrañado.

Una suave risa se escuchó a su izquierda y pudo ver que la Sakura de Konoha era la dueña de esa melodía

—Cariño —se acercó al lado de Sasuke de Konoha con dulzura—. Ellos no entenderán si no les explicas bien. Míralos, están muy desorientados

—Hmph.

—Aunque sé que mi yo de otra dimensión ya sabe lo que ocurre —dijo Sakura de Konoha. Sasuke volteó para ver a la Sakura que estaba en su espalda.

Ella lo miró, tomó su mano y entrelazó sus dedos con los de él.

Sasuke la miró exigiendo una explicación.

—El Sasuke de Konoha hizo un pacto con Indra Otsutsuki antes de hacerlo con Sakuyahime —dijo Sakura mientras apretaba su mano gentilmente.

Él calló instándole a que continuara su relato. No la iba a interrumpir.

—El trato era hacer que Naruto reviviera y a cambio de una victoria, él pasaría el resto de sus días en el infierno sin la posibilidad de reencarnar.

Sasuke abrió los ojos ante tal revelación.

Miró a su otro yo, sin creer la locura que había hecho.

—¿Entonces qué haces aquí? —preguntó con extrañeza

La Sakura de Konoha lo miró antes de responderle con dulzura. Incluso en esa época, ella le hablaba así.

—Es ahí donde entra Sakuyahime —respondió—. Y Kakashi-sensei

El Sasuke de Konoha esta vez fue quien habló

—Hice un trato con la esposa de Indra para poder estar con Sakura otra vez —le respondió con seriedad—. A cambio del alma de Sakura, yo podría reencarnar y encontrarme con ella otra vez, pero había un precio que pagar.

El viento sopló moviendo los pétalos de cerezo que se encontraban en el suelo. La diosa estaba inmóvil sin interrumpir. Sasuke de Konoha habló nuevamente.

—El precio a pagar era que nunca más volveríamos a reencarnar en este mundo otra vez.

—¿Entonces por qué...?

Sasuke no pudo terminar su oración porque la diosa decidió intervenir.

—Después de que el asunto de la maldición de odio terminara y al fin poder estar con mi querido Indra otra vez, no podía permitir que nuestras reencarnaciones vivieran en la miseria otra vez

Hubo una pequeña pausa.

La diosa lo miró directamente a los ojos mientras hablaba con una voz tranquila y pausa rozando lo divino.

—Pero debido a que el pacto solo se limitaba a este mundo, hice que sus almas se encontraran en uno alterno a este —ella apenas sonrió—. Aunque no sería fácil —suspiró— . Nunca lo es cuando se trata de hacer pactos con dioses.

Ella miró las manos entrelazadas y después alzó la mirada hacia el árbol de cerezo.

—Hice que ambos recordaran esta vida —habló—. Hacer que se cuestionaran todo para que así se pudieran reencontrar otra vez.

—Pero mi antepasada tenía que ponerlo difícil ¿cierto? —Sakura habló

—Esas son las consecuencias de hacer un pacto con una diosa

—¿Qué pasó exactamente? —preguntó Sasuke, ya un poco exasperado por tanto misterio

—Si no lograban encontrarse en un determinado periodo de tiempo, la memoria de Sakura desaparecería para siempre —respondió la diosa

Hubo un silencio. El recuerdo amargo de la pérdida de memoria de Sakura lo perseguía incluso en este extraño mundo. La diosa ignoró su malestar y volvió a hablar.

—Como soy una diosa benevolente, decidí que el tiempo límite sería la edad en la que Sasuke Uchiha se sacrificó

—33 años… —susurró Sakura quién apretó su mano fuertemente.

—Estuvimos muy cerca de fracasar —dijo el Sasuke de Konoha mientras lo miraba a los ojos.

—Por suerte Kakashi-sensei estuvo allí para ayudarnos —le dijo la Sakura que se encontraba al lado de su otro yo, el Sasuke de Konoha.

—Kakashi... —repitió el nombre. Así que él había sido un intermediario — ¿Cuál era su propósito? ¿Qué era lo que tenía que hacer?

Sasuke y Sakura de Konoha miraron sus manos entrelazadas. Tanto Sasuke como Sakura siguieron la mirada de sus otros yo versión ninja.

—El anillo

—Y el collar también —le respondió Sasuke.

El aludido miró el collar que colgaba de su cuello. No se había dado cuenta, pero este tenía el símbolo del clan Uchiha. Ese símbolo era exactamente igual tanto en la época de Konoha como en Tokyo.

La Sakura que se encontraba a su lado, lo miró y le sonrió antes de hablar.

—Kakashi-sensei buscó este collar y el anillo en todos los templos de Japón —un par de lágrimas se derramaron —. Hizo todo eso para que yo pudiera recuperar la memoria y recordarte a ti sin que me duela

Sasuke quedó impresionado ante tal revelación. ¿Kakashi había hecho eso? ¿Por ellos?

—Él es un muy buen sensei ¿cierto Sasuke-kun? —Sasuke pensó que la Sakura de Konoha le hablaba a su Sasuke, pero en realidad se sorprendió al ver que se dirigía a él.

—Si... lo es —respondió un poco desconcertado y con su corazón agitándose con una sensación de calidez

El viento volvió a soplar nuevamente y más pétalos se movieron.

Sasuke no sabía que pensar. Tenía un nudo en la garganta al haber escuchado lo que Kakashi había hecho por ellos. La Sakura a su lado se arrimó aún más a él mientras sus lágrimas mojaban su chaqueta.

Sin duda alguna, Kakashi Hatake era el mejor sensei del mundo.

—Kakashi accedió a ser un intermediario en este pacto —siguió hablando el Sasuke de Konoha—. Él también recordaría su vida pasada, pero tendría que esforzarse para encontrar una respuesta.

—¿Kakashi también recordaba? —preguntó asombrado a su otro yo, este asintió.

—Kakashi Hatake solo recordaría una porción de lo sucedido —esta vez habló la diosa—. Si él de verdad los apreciaba tanto como dijo en el momento del pacto, entonces no fracasaría en su misión.

Sasuke no sabía que decir, era mucha la información que estaba recibiendo.

Kakashi siempre recordó absolutamente todo. Aunque por lo que había entendido solamente recordaría lo esencial. ¿Tal vez solo su pasado? Tendría que preguntarle una vez que lo viera de nuevo.

La diosa interrumpió la línea de sus pensamientos al volver a hablar.

—Al final todas sus palabras y juramentos resultaron ciertos —ella sonrió genuinamente por primera vez—. Es un gran hombre que ama a sus alumnos, cumplió con su palabra y confió en su yo de otro mundo

Algo en la garganta de Sasuke comenzó a cerrarse, las ganas de llorar eran grandes, pero ignoró el sentimiento. Necesitaba saber más.

—¿Entonces eso es todo? —preguntó— ¿Hay alguna consecuencia de la que debamos saber o esperar?

La diosa se alzó imponente y por primera vez Sasuke se dio cuenta que ella estuvo flotando todo este tiempo. Ella se acercó y con cuidado tomó su cara y la de Sakura a su lado mientras las acariciaba lentamente con su pulgar.

Él apretó la mano de Sakura para tranquilizarla

—Los únicos que tendrán una consecuencia serán Sasuke Uchiha, el llamado Hokage de las sombras y Sakura Uchiha la mejor ninja médico del mundo

Esto los alarmó a ambos. La diosa soltó sus caras y se alejó hasta ponerse al lado de sus versiones ninjas.

—¿Qué tipo de consecuencia? —preguntó preocupada Sakura mientras miraba a sus otras versiones. La Sakura de Konoha respondió mientras la miraba dulcemente.

—A cambio de mi alma podríamos reencarnar, pero no sería en este mundo —susurró con algo de nostalgia

—¿Qué quieres decir? —preguntó esta vez Sasuke.

—No reencarnaremos nunca más en este universo, pero la diosa nos permitió que nuestras almas se encontraran en otro universo —contestó

Sasuke estaba cada vez más impresionado ¿Esto era lo que quería lograr Sasuke de Konoha?

¿Reencarnar otra vez, pero no en su universo sino en otro?

Al parecer el Sasuke de Konoha adivinó su línea de pensamientos porque respondió

—Ese fue el trato que me ofreció la diosa. Era eso o nunca poder estar con ella —le dijo—. Ya la escuchaste, eso es lo que sucede cuando haces un pacto con un dios.

—Estaban jugando muy sucio —respondió esta vez la diosa—. No esperes un suceso justo cuando haces un pacto con dioses.

—Sakuyahime se ha mostrado muy benévola con nosotros —esta vez Sakura de Konoha habló—. Ningún otro dios nos hubiera permitido reencarnar en otro universo.

Sasuke y Sakura se miraron, había un sentimiento amargo.

El Sasuke de Konoha había pasado por mucho y al final parecía que nunca estaría con su amada. Ellos dos, los Sasuke y Sakura de otro universo, sí tendrían la posibilidad de disfrutar, pero Sasuke y Sakura de Konoha no.

—Mis criaturas —habló la diosa otra vez con dulzura—. No se pongan tristes, Sasuke Uchiha y Sakura Uchiha ahora serán mis guardianes, por lo que estarán juntos por toda la eternidad.

Ambos alzaron la cabeza impresionados y miraron a sus dobles.

—¿Eso es cierto? —preguntó Sakura esperanzada

Su yo ninja le respondió con una brillante sonrisa.

—Sí, ahora Sasuke-kun y yo estaremos juntos para siempre —la mujer se acercó a Sasuke y enganchó su brazo con el de su amado mientras se inclinaba y apoyaba su cabeza gentilmente en su hombro.

—Entonces...¿Estarán ustedes bien? —volvió a preguntar Sakura. Esta vez fue Sasuke quién le respondió

—Estaremos bien.

Sakura lo miró y sonrió. A pesar de ser un destino amargo, al menos ambos estarían juntos para siempre.

Probablemente no de la forma que querían, pero estarían juntos y eso era lo que importaba.

La diosa decidió hablar por última vez.

—Es momento de regresar a su universo.

Ambos asintieron y miraron a sus otras versiones. Unas versiones que tuvieron una vida peligrosa.

Aunque las aventuras nunca faltaron para ellos. Después de todo su amor era tan fuerte que incluso traspasaba universos completos.

Sasuke Uchiha era un hombre que haría hasta lo imposible por proteger a sus seres queridos.

Nadie amaba con tanta pasión como los Uchihas.

—Antes de irnos —habló Sasuke—. Quiero asegurarme de que ninguno de nosotros perderemos la memoria.

—No te preocupes, eso ya se terminó —le respondió la diosa—.Aunque sus reencarnaciones no recordarán nada de esto

Sasuke asintió aliviado.

No olvidarían y sus reencarnaciones futuras tampoco recordarían nada.

La Sakura de Konoha se acercó a ambos y les dio un fuerte abrazo a cada uno.

—Cuídense mucho por favor —les dijo

—Si —respondió Sakura a su lado—. Ustedes también.

Sakura le respondió con una sonrisa.

Sasuke se acercó a ellos también y los miró a cada uno, como si quisiera memorizarlos a la perfección.

—Hasta una próxima vez —le dijo a Sakura y golpeó con sus dedos su frente. La aludida se sonrojó y él, que estaba a su lado, entrecerró los ojos con molestia.

Sí, se había puesto celoso de su versión ninja.

El Sasuke de Konoha se dio cuenta de eso, sonrió como casi nunca lo hacía y para su sorpresa repitió la misma acción.

—Hasta una próxima vez —susurró—. Cuídala, es lo más importante que tengo en mi vida

—No necesitas decírmelo —le respondió —. La cuidaré con mi vida

—Lo sé —respondió su otro yo orgulloso de sus palabras.

—Sin más que decir —dijo la diosa—. Tengan un buen viaje

Sasuke y Sakura miraron por última vez a sus otras versiones.

Todo estaría bien.

Una luz blanca apareció y al siguiente segundo estaban en el parque abrazados. Parecía que el tiempo se había detenido porque todo seguía igual que siempre a su alrededor

—Finalmente estaremos juntos para siempre —susurró Sakura mientras enterraba su cara en su pecho.

Él la apretó más y olió el dulce aroma de su cabello.

—Si...al fin estaremos juntos.

Sin esperar por más tiempo, se fundieron en un beso tan esperado por ambos. Un beso necesitado. Un beso de amor.

Finalmente estarían juntos para siempre y por fin nada los separaría.

FIN


Lamento la tardanza y muchas gracias por esperar
Espero sinceramente y de todo corazón que les guste este capítulo. Queda el epílogo que espero poder terminarlo pronto. Lxs amo mucho y gracias por su apoyo