Contenido: Yaoi, oneshot, romance, drama. Este fanfic pertenece a la mini serie dedicada al BajiFuyu week 2023.
Pareja: BajiFuyu (Baji Keisuke x Matsuno Chifuyu)
Disclaimer:
Hikari: Omitamos mucha de mi palabrería común para ignorar el número de palabras de este fanfic. Ya saben que ni Tokyo Revengers ni sus personajes me pertenecen, todo es auditoría de Ken Wakui, por lo que este fanfic fue escrito únicamente por ocio y no tiene fines lucrativos
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#BajiFuyuWeek2023, 6 – Work Stress / Nightmare (Estrés laboral / Pesadilla)
Sus manos temblaban. No, en realidad, no eran solamente sus manos, sino todo su cuerpo. Jadeaba con fuerza y no podía siquiera tratar de detener las cascadas de lágrimas que salían de sus ojos. Su mente, hundida en la desesperación y el miedo, le impedía pensar en cualquier idea que pudiese salvarlo, que pudiese salvar a la persona que yacía en sus brazos.
Todo se caía a pedazos, su mundo, su realidad. A pesar de negarlo rotundamente con toda su alma, a pesar de querer abrazarlo tan fuerte que no pudiese apartarse de su lado, a pesar de estar viendo esa sonrisa que tanto le encantaba… a pesar de todo ello, la sangre seguía desbordándose, sintiendo la calidez de la misma empapar sus ropas, formando un charco carmesí debajo de ellos.
- ¡Baji-san…! - trataba de hablar, pero el nudo de su garganta no solamente le impedía hacerlo, el simple hecho de respirar ya parecía toda una tortura.
-Gracias, Chifuyu- a pesar de dedicarle su última sonrisa, todo en el mundo de Chifuyu se detuvo cuando una brisa gélida le golpeó la piel. Como si fuese de plomo, el cuerpo de Baji Keisuke que reposaba en sus brazos, comenzó a pesar cada vez más, al punto que seguir cargándolo era casi imposible.
Gritó como pudo su nombre. El ardor de su garganta y su propio sollozo lo ensordeció, pero poco le importaba. Tenía que tratar, tenía que intentar que esos ojos volvieran a abrirse. ¡Lo que sea! ¡Alguien…! ¡Necesitaba que alguien lo ayudara!
Baji-san no debía morir aquel 31 de octubre.
No. No. No.
¡Aún quedaban mil y una cosas que debía decirle! Aun debían comer yakisoba juntos. Todavía quería jugar con él y con Peke J.
Quedaban muchos pendientes para hacer juntos.
- ¡Baji… san!
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- ¡CHIFUYU! - ante el grito de su nombre, Chifuyu al fin se vio capaz de abrir sus ojos, sin saber exactamente la situación donde se encontraba.
Cegado por la luz repentina y con trabajo para poder enfocar, el cuerpo de Chifuyu parecía retumbar al son de su asustado corazón, que mantenía su ritmo acelerado presa de un miedo que era difícil de ahogar o, siquiera, comprender.
El sudor bajaba con velocidad de su rostro y, tratando de levantarse queriendo escapar de lo que sea que lo estuviese persiguiendo, unos fuertes brazos se posaron sobre sus hombros, impidiéndoselo y, de paso, tratando de calmarlo.
Al fin pudo distinguir la presencia de quien estuvo todo aquel tiempo a su lado.
- ¿A dónde vas, pequeño rufián? - queriendo sonar seguro, Keisuke utilizó la mayor calma posible, tratando de apaciguar al joven que aun miraba asustado todo su alrededor- ¿Tuviste una pesadilla?
- ¿Pesadilla…? - repitió, sin terminar de comprender o recordar el significado de tan sencilla palabra. Queriendo ordenar las ideas de su cabeza, notó de inmediato una punzada que lo obligó a cerrar con fuerza ambos ojos, sintiendo un mareo instantáneo que casi logra tumbarlo, pero gracias al fuerte agarre es que aun pudo mantenerse erguido.
-Tu fiebre aún sigue muy alta- aun sin haber recibido una respuesta a su última pregunta, Keisuke posó su mano sobre la frente de Matsuno, corroborando su temperatura- ¿Recuerdas algo? ¿Sabes dónde estás?
Chifuyu negó levemente con su cabeza, no queriendo agravar la sensación de mareo. Keisuke lo ayudó llevando poco a poco nuevamente su cuerpo hasta quedar nuevamente recostado sobre el mullido colchón.
-Enfermaste después de trabajar tantos días sin descanso, tonto- pareció más una clase de regaño en lugar de una explicación- Kazutora te encontró inconsciente por la mañana luego de entrar a la tienda. Tardé un poco en llegar desde la universidad, así que pasé directamente al hospital donde te estaban atendiendo.
Los dedos de Baji apartaban suavemente el flequillo que persistía en pegarse en la húmeda frente de Chifuyu, quien quería disfrutar de aquellos casi imperceptibles roces.
"¿Desde la universidad…?".
"Es cierto, Baji-san está estudiando veterinaria… En esta línea de tiempo, Baji-san está con vida."
"¿En esta línea? ¿Que quise decir con eso…? Me duele la cabeza… todo da vueltas".
Al no tener una respuesta concreta, Baji soltó un suspiro de preocupación combinado con cansancio justo al momento de ponerse de pie.
-Iré por el termómetro y una compresa fría- dispuesto a retirarse, lo sorprendió que un pequeño agarre lo detuviera. Claro, el pequeño tacto apenas si tenía fuerza, pero aquella singular manera de sostener el borde de su camiseta fue suficiente para que él nuevamente volteara hacia la cama.
Aun sin poder controlar sus temblores involuntarios, Chifuyu sacó el brazo de los cobertores para alcanzarlo, pidiéndole solo con la mirada que permaneciera en su lugar. Baji, regalándole una sonrisa y envolviendo con su propia mano la delgada de Chifuyu, pretendió acercarse solamente para darle un pequeño beso.
-Estas aquí…- susurró, tratando de no desfallecer ahí mismo- No moriste, realmente estas aquí.
- ¿Morir? - alzó una ceja mientras dejaba salir una pequeña risita enternecedora- No moriré ni con la montaña de tareas de la universidad, no te preocupes.
-No… no por eso- llevó la mano de Baji hasta su mejilla, como si aquella calidez fuese suficiente para poder hacerlo sentir mejor- Morías… en mis brazos, luego de enterrarte una daga en el vientre… ¿por qué…?
-Fue solo una pesadilla- dio un pequeño beso en su nariz, quiso soltar un grito de ternura al notar su reacción- ¿Me crees capaz de hacerlo? Con mucho esfuerzo tomo los cuchillos para hacer la cena.
Chifuyu entreabrió sus ojos y permaneció en silencio viendo a su pareja, quien trataba de infundirle algo de seguridad con su silencio. Segundos después, pareciendo completamente agotado, al fin las fuerzas que mantenían el agarre de sus manos se hicieron aún más suaves, permitiéndole deslizarse con calma a Keisuke para ahora sí, retirarse momentáneamente de la habitación.
No queriendo pensar demasiado en lo que probablemente había sido una terrible pesadilla, Baji fue caminando hacia el cuarto de baño donde guardaban el kit de primeros auxilios, sin embargo, la frase de Chifuyu seguía pasando una y otra vez en su mente.
"Morías en mis brazos".
-No me atrevería de hacerte eso Chifuyu. No me alejaré de tu lado… esta vez no- sonrió para sí mismo, al ver su propio reflejo afligido por uno de los espejos.
Finalmente, salió nuevamente en busca de su tierno novio.
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Hikari: Yo creí que el fic de ayer era realmente corto y sencillo… pero cabe ver este para notar que realmente se me han escapado todas las ideas. Aun así, me gusta la idea de que tal vez Baji tenga también recuerdos de las líneas anteriores. En fin, ya solo queda un fanfic para que yo pueda ser libre después de estas semanas tan intensas. Cuídense mucho, ¡bye bye-perowna!
