[Drabble]

Princesita violeta

—Seiya & Saori—

La princesa mimada de los Kido era un verdadero dolor de cabeza para el pequeño Seiya. Sin embargo, por mucho que ella lo sacase de quicio, en el fondo, él le tenía algo de lástima.

Advertencias: WHAT IF. / Ubicado en la infancia de los personajes (versión anime). / OOC.

Disclaimer:

Saint Seiya © Masami Kurumada.

Princesita violeta © Adilay Fanficker.

Aclaración: Este fic participa en el FLUFFTOBER 2023 realizado propuesto por exorss, publicado en Reddit.

Día 8: KidFic/PetFic.

Notas:

Tuve un serio contratiempo médico con una de mis bebés de cuatro patas; lamentablemente tuvo que ser atendida quirúrgicamente de emergencia y debido a que tenía que cuidar de ella, no pude seguir con la actividad al pie de la letra, como en los años anteriores.

Escribí esta historia en medio de los cuidados que le hice a mi Lilu (así se llama ella), en mi habitación, donde usualmente no duerme por varias razones. Descansa no muy lejos de mi zona de escribir ahora que anoto esto. Espero las cosas sigan yendo estables, y ojalá no tengamos que pasar por lo mismo otra vez.

En fin.

Espero que este pequeño fanfic sea de su agrado.


NO PLAGIEN, NO RESUBAN Y TAMPOCO TRADUZCAN SI YO NO LO HE AUTORIZADO. —Gracias.



—¡Arre! ¡Arre! ¡Más rápido! ¡Más rápido!

Escondido atrás de un árbol, Seiya sólo miraba desde lo lejos; enfadado y con los brazos cruzados.

La víctima de hoy era Jabu. Como casi siempre.

—¡Rápido! ¡¿Acaso no puedes ir más rápido?! ¡Eres un inútil!

—Perdone… señorita… ¡ah!

Ante otro latigazo más al pobre caballito, Seiya inhaló profundo, sintiendo una potente rabia en su interior.

Jabu y él podrían tener sus diferencias, Seiya dudaba que algún día ellos dos pudiesen ser amigos, pero si algo Seiya no toleraba era verlo arrastrándose de esa forma con Saori Kido sobre su espalda.

¡Ellos no eran animales! ¡No eran caballitos!

Y daba igual cuantas veces el viejo Kido le dijese a su malcriada e insoportable nieta que no los maltratase, de hecho, que tratase de ser empática y amable con ellos. Una vez que el querido abuelo le daba la espalda, Saori los azotaba con más fuerza; todo bajo la supervisión y protección de Tatsumi, quien la solapaba terriblemente, de hecho, él la incitaba a ser violenta y nefasta con todos ellos por igual.

Ikki en algunas ocasiones mascullaba casi para sí mismo que, una vez que se hiciese fuerte y creciese un poco más, le haría frente al "lamebotas de los Kido" y le haría comer todos y cada uno de sus insultos. Seiya no estaba particularmente afiliado a los planes a futuro de Ikki, pero no podía culparlo. En su afán de proteger a Shun, Ikki era el que más castigos solía llevarse en la piel.

Y hablando de personas desagradables…

Tatsumi y Saori tenían un pasatiempo en común: disfrutar de azotar a los pobres huérfanos hasta cansarse.

Como era de esperarse, Jabu no soportó tanto castigo. No después de haber estado en los duros entrenamientos.

Cayó al pasto, exhausto y malherido. Saori, en lugar de mostrar una pizca de remordimiento o vergüenza por su actuar, sólo se bajó del chico y sacudió su carísima ropa sobre él.

—¡Qué aburrido!

La muy cruel incluso le lanzó a Jabu, la vara con la que le había agredido.

Seiya no podía esperar a largarse de este sitio infernal con su hermana mayor.

Él no era el único observando el espectáculo, con Saori lejos, otros niños que también se hallaban escondidos, se acercaron a Jabu y lo ayudaron a levantarse; él se hubiese acercado también, pero Seiya estaba seguro de que Jabu le rechazaría. Daba igual lo que Saori le hiciese, Jabu le era leal por alguna razón; le soportaba todos sus maltratos. Seiya no entendía eso.

Sin embargo, no perdió detalle en que de pronto Saori, cerca de la puerta que le guiaría a la cocina de la mansión, giró sus pies sobre sí misma y miró al grupo de niños que estaba con Jabu. A pesar de su edad e ingenuidad, Seiya a veces era bastante acertado leyendo expresiones.

«Eso es algo que tu abuelo jamás va a poder comprarte con su dinero. Algo que Tatsumi nunca podrá obligar a que se te dé de forma verdadera» pensó serio y molesto con ella.

Se sintió un poco culpable, pero Seiya gozó de ver la cara compujida de Saori Kido al darse cuenta nuevamente de que ella no tenía amigos. Ni uno solo. Ni siquiera de su propio círculo de millonarios.

Y lo merecía.

Era mala, era egoísta, era caprichosa y quejumbrosa; nada le embonaba, nada le satisfacía; nada ni nadie era suficiente para ella. Sólo su abuelo parecía llegar un espacio en ese hueco que habría de tener por corazón. Pero el viejo Kido estaba más cerca de la tumba que cualquiera en la mansión.

Y para entonces, a Saori sólo le quedaría Tatsumi, que ganaba enemigos dentro de la mansión con sus maltratos y ofensas, porque algún día él también se haría viejo, pero esos niños que él dañaba, serían hombres capaces de devolverle los azotes. Ikki era el primero en la lista.

Tú no mereces tener amigos —susurró Seiya, rencoroso, en dirección a Saori, quien de alguna forma pudo sentir su mirada, y al parecer, pudo leerle los labios, pues hizo una expresión de verdadera molestia y se fue dando pisotones.

La princesa mimada de los Kido era un verdadero dolor de cabeza para el pequeño Seiya. Sin embargo, por mucho que ella lo sacase de quicio, en el fondo, él le tenía algo de lástima. Ella tenía dinero, pero estaba tan vacía por dentro… y tan sola.

—FIN—


Creo que ya quedó muy en claro que esa versión abusiva de Saori (que, creo, le va más siendo la reencarnación de la diosa Athena) me desagrada bastante, ¿verdad?

Jiji. Espero que este fic les haya gustado.

Saludos y hasta pronto.

Reviews?


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