Hanasakeru Seishounen x Blood+ x Twisted Wonderland

Especial

Al principio, la ciudad estaba en tranquilidad, con la gente paseando por las calles, yendo para el trabajo o la escuela, el sol iluminando el día, etc.

Si uno pensaba que sería un día como cualquier otro... se equivocó.

Un par de Quiropteros aparecían, asustando a la gente y matando a quienes caían fácilmente en sus garras, para alimentarse de su sangre hasta dejarlos secos como una flor que se marchitó sin recibir cuidados.

La policía llegó a la escena y comenzaron a disparar a los monstruos, pero las balas no le afectaban y pocos pudieron reaccionar al ataque de los monstruos con cuerpo de gorila, menos los que tenían escudos a prueba de balas y los soldados del ejército.

Uno de los soldados que quedaba vivo se arrastró en reversa, en un intento de escapar de la muerte y sin ver que detrás suyo, su alma estaba a punto de ser reclamada; uno de ellos iba a insertar sus colmillos en su cuello, pero la víctima sintió su aliento y el terror se dibujaba en su cara al voltear la cabeza, así que cerró los ojos para esperar el desenlace.

Aunque eso jamás, llegó. Una especie de arma en forma circular fue hacia el monstruo y penetró en el cuerpo el filo que parecían ser espinas, que sin darse cuenta, había sangre y en cuestión de segundos, la horrible criatura se volvió piedra y polvo.

Se oyen pasos de alguien acercándose y el hombre alzó la mirada para encontrarse con la silueta de una mujer joven: de piel blanca, cabello largo color rosado rojo recto, entre ordenado y desordenado, y lo más sorprendente para el oficial es que sus ojos eran plateados y estos tenían un brillo. Vistiendo un traje negro con cremallera (que no estaba del todo cerrado, el cierre estaba por el pecho) ajustado a su medida, cinturones grises tanto en la cintura, en las mangas (lo rodean), por el cuello y dos en las botas (los cuales tenía bordes blancos).

Recuperó su chakram y lo puso en su cinturón, el cual llevaba un mosquetón circular que con sólo presionar el gatillo hacia adentro del círculo, insertó el arma y estaba asegurada.

En eso, un Quiroptero con alas aparece a unos pocos metros de ellos, así que la chica peli rosada roja sacó su espada de la funda: en un lado, era plano y sin filo, pero en el otro, si lo tenía. Así que cuando tenía al monstruo casi a punto de descender hacía ella, la chica decidió terminar rápidamente la batalla, deslizando su dedo pulgar en el lado filoso de la espada y la sangre brotó, dirigiéndose al canal que estaba en medio del arma hasta la punta; entonces corre hacia el monstruo para atravesar su pecho, pero el monstruo pudo esquivar el ataque y se lanzó hacia ella, para arrinconarla y preparándose para alimentarse de su sangre, pero antes de que pudiera hacerlo, unas agujas grandes (el tamaño de las agujas de tejer) y curveadas aparecieron de la nada, clavándose en el cuerpo del monstruo con cabeza de caballo.

Rei aprovecha esta oportunidad para poner su sangre en la espada, y con eso, la criatura se convirtió en piedra y después en polvo. Pero en el momento en que toca su espada, un Quiroptero la noqueo por detrás, haciendo que Rei volteara sobre su hombro y cuando el monstruo estaba a punto de morderla, se detuvo y retrocedió para soltar un rugido de dolor; la chica de pelo rojo rosado se reincorpora y se da la media vuelta para ver que en el pecho de la criatura con cuerpo de gorila había una especie de espina, atravesándolo.

Además que ella vio a una figura familiar: un hombre alto con piel de tono entre claro y medio, de contextura delgada, rostro alargado, con rasgos asiáticos; el cabello negro con reflejos grises oscuros, peinado hacia adelante, cubriendo varias partes del rostro a excepción de en medio de la frente y ojos de color gris oscuros que se veían fríos e imponentes y podría darle escalofríos a cualquiera que lo viera. Vestido con pantalones grises sencillos y ligeramente amplios, mocasines negros en los pies; la camisa era una túnica de color negro carbón, con bordes blancos de manga larga con cuello de tortuga, pero descubierto de frente y un cinturón del mismo color. Se trataba de Li Ren Fang, su primer caballero.

Él suspira aliviado de haber llegado a tiempo, pero pone un ceño fruncido, queriendo regañar a la chica en frente de él, pero en eso se escucharon otros estruendos a unos metros de ellos y al darse cuenta, tenían a su vista otros monstruos, así que Rei sin querer desperdiciar un segundo, puso su sangre en el filo y clavó la espada en uno por uno los que estaban en el suelo hasta que no quedaran restos de que había algo ahí; justo en ese momento, aterrizaron dos hombres.

El primero de ellos tenía el cabello medio largo recogido en un coleta baja, de un rubio platinado, piel blanca pálida, pero no de una manera enfermiza y unos ojos verde esmeralda; vestido de negro de pies a cabeza, con un toque de plateado como en los bolsillos de los pantalones, en el medio del chaleco, a la orilla de los zapatos y hasta la altura de los brazos de la chaqueta de cola. Eugene Alexandre de Volkan era su nombre.

El segundo hombre también era igual de hermoso como los dos anteriores: con la apariencia de un joven en inicios a mitad de sus veinte años, piel pálida, ojos verde claro y cabello rubio pálido ondulado. Vestido con un abrigo elegante ajustado azul oscuro, casi al punto de ser negro, debajo de esta, una camisa de manga larga azul grisáceo, en la parte del cuello había una corbata de lazo y un pequeño broche de plata con pequeñas piedras en forma de gota con diamantes; pantalones del mismo color y zapatos negros. Este era Solomon Goldsmith.

Los tres hombres se acercan a ella para verificar si estaba herida, pero en eso, Reika siente que hay algo que los vigila en alguna parte y al ver que había una "persona" en un edificio, y al dar unos pasos, comenzó a caer y los cuatros fueron testigos de como el ser se transformó en algo que nunca han visto: la persona parecía tener el rostro pálido con una sustancia negra manchando sus brazos y rodeando la cintura; los ojos amarillos sin pupila, el cuerpo ni tan fornido ni delgado y en cuatro como un simio; las manos con dedos tan largos que terminaban en garras y unas extremidades extras por la cintura que terminaban como alas de murciélago.

Al ver a esta nueva criatura, se pusieron en guardia, ya que no sabían que es lo que haría, así que al estar cerca de ellos, con sus brazos extra, se impulsó hacia adelante, mientras que dejaba rastro de aquel líquido y destrozaba el pavimento, lo que hizo que los cuatro hicieran una nota mental: si los llegan a tocar con esa , podrían desintegrarse, así que por el momento deciden atacar a distancia; aunque funcionaba al principio, el monstruo siempre se lanzaba hacia ellos, más a Reika.

Ella a pesar de alejarse, el monstruo siempre llegaba hacia ella y dándole una herida en cada parte de su cuerpo y apenas podía escapar, además de bloquear los ataques con la espada y además hiriéndolo un poco.

Los caballeros no se quedaban atrás, Li Ren lanzó agujas de diferentes tamaños, que se incrustaron en diferentes partes del cuerpo; Eugene con su sangre cegó al monstruo y tomó ventaja para darle una herida muy severa por el pecho. Solomon le cortó los brazos y piernas, para evitar que la cosa intentara huir para que al final, Reika al untar su sangre en el arma y aquel ser de pesadilla se convirtió en roca.

No tuvieron tiempo para tener un respiro, porque vieron que más de ellos estaban a su alrededor y sin darles una salida, pero todo el mundo se movía lento: ella vio como caían plumas negras, hasta que se formó una especie de tornado, lo que hizo que Reika se cubriera el rostro con un brazo.

Cuando ya no sintió las plumas o el viento, se descubrió el rostro y para su sorpresa, ya no se encontraba en la ciudad: todo estaba oscuro, había árboles a su alrededor, graznidos de cuervos se escuchaban y a la distancia, Reika vislumbró una estructura.

No supo cómo, pero ya se encontraba en frente de aquel lugar: era una especie de palacio, que fue iluminado por un rayo verde.