Fic
Historias de Albert y Candy
Allá en el Rancho Grande
Por Mayra Exitosa
Inspirada en la imagen de Lorena Montalván
Creación para Octo Bert 2023
- Ni creas que te irás a ese lugar perdido y alejado del mundo, aquí te necesitamos y tienes que hacerte cargo de las empresas de la familia. - Lo sé, puedo quedarme enterrado entre documentos y procesos de calidad sin fin, pero no lo haré. Todo se encuentra en orden, tengo personal suficiente que se hará cargo y me mantendré al pendiente, pero no suponga que, porque llegue a gritarme y a dar su punto personal de vista sobre mis acciones, significa que será escuchadas y obedecidas solo porque la deje ingresar a mi oficina, que sea la última vez que usted viene y alza su tono para decirme que no puedo hacer lo que deseo. Existe un gran interés por salir y ver mis tierras, saber de primera mano todo lo que esta sucediendo allá en el rancho Andrew, ¿o teme que descubra algo malo cuando este en mis propiedades?
El temblor de la Tía abuela Elroy, la hizo tomar su pecho alarmada, más para el rubio que la observaba inquisitivo, no sabía si pensar que había dado en el clavo con esa reacción o si la había insultado, pero eso ya lo averiguaría cuando llegara a sus tierras, no iba a permitir que alguien evitara salir y ver todo lo que estaba sucediendo en su rancho y ahora estaban mermando las producciones de ganado como del área agrícola. Esta vez, no aceptaría la investigación generalizada, sino que la vería con sus propios ojos, así por igual los libros directamente desde el inicio de la producción de las cosechas que casualmente se estarían comenzando estas semanas en las que él llegaría.
Muy lejos de ahí, Candy se lanzaba a la aventura al manejar un todo terreno por vez primera, era medio atrabancada y se notaba que le gustaba la velocidad, no era lo mismo ir a caballo que apretar el pedal de un auto, más quien la enseñaba estaba asustado y a punto de querer saltar del vehículo en movimiento. - ¡Desacelera Candy! ¡Nos vamos a matar! - No que muy valiente Stear, no dijiste que era pan comido manejar este cajón de fierros, pues ahora te aguantas.
Las gallinas y los cerdos de la granja de la señora Petra salían cacareando y alarmados en cuanto veían el polvo que se avecinaba, como si supieran que no quedarían completos para el invierno si se quedaban en el camino. Candy estaba emocionada, no había nada que la interrumpiera, la almohadilla en su trasero estaba atada y los zapatos con suela alta le hacían alcanzar bien los pedales, ella manejaría ese auto y ayudaría a los muchachos del rancho, pues deseaba ir a esa excursión en la que dormirían en el prado vigilando el ganado que no solo podían estar con los caballos, ya que el robo era profesional y si existía la necesidad de manejar para alcanzar a esos cuatreros y atraparlos, lo haría, hasta dejarlos expuestos con el sheriff.
El frenado del vehículo tan abrupto hacía que derrapara dejando la estela de polvo en los hombres que estaban recién contratados, todo enfilados en las bardas de la casona enorme del rancho más grande de la región. Candy era la nueva adquisición directa de Stear, pues su actitud y deseo por ser contratada, lo hizo quedar muy comprometido así ella sería ayudante de todo, podían necesitarla en la cosecha, en los cuidados de los becerros, la extracción de leche o incluso la recolección de vegetales, ella estaba dispuesta a quedarse con ese trabajo y no iba a permitir que nadie le quitara la chamba que tanto había ansiado; el viejo Martin estaba contratando a cuatreros mal encarados y poco fiables, por lo que ella le iba a mostrar al jefe Stear, que el ladrón de todos era el mismísimo Martin, a quien traía bien atravesado la güerita del rancho como ahora la apodaban, por ser busca pleitos y atrabancada con todo el que se pusiera en frente, tenía de su lado al sheriff del pueblo y fue precisamente por esta recomendación que Stear la recibió asegurando que sería una parte importante para dar con los ladrones de las cajas de tomates, de los repollos tirados en la carretera y de aquellas perdidas que iban en incremento y que nadie sabía nada. Ahora con Candy ahí, ella si se iba a dar cuenta de todo y el sheriff confiaba ciegamente en ella.
El rubio por fin salía en su todoterreno listo para la aventura de su vida, dejaba atrás los trajes para volver a usar sus jeans, sus botas y poder montar sus hermosos corceles que debían estar ansiosos de ser paseados por él. Así el viaje fue muy largo y llegaría de madrugada, por lo que su llegada no era esperada y fue recibido con honores, la güerita le apuntaba a la espalda asegurando que no dudaría en disparar si se atrevía a entrar sin el permiso adecuado a esa casa y en horario decente.
- ¿Quién eres tú? ¿Quién te contrató? ¿Cómo pudiste entrar si el jefe cerró con llave todas las puertas? Mas te vale que no mientas, que conmigo no andes por las ramas, aquí quedas tieso y créeme no dejare que des un paso a la casona sin una explicación por este intento de sorprender a los dueños dormidos. El rubio giraba lentamente, veía a una mujer con un pijama, algo retorcida de un corto que dejaba ver que era una dama, una blusa medio abierta y descalza, la mirada verde brillante y los rizos alborotados, tan embravecidos como su dueña mostrando ambas manos se quedaba impactado, pues la única mujer que había en el rancho era la cocinera y no sabía nada de esa joven dentro de la casa.
Continuará…
Gracias por darle una oportunidad a nuevas historias, leerlas y comentarlas, esta inicia con el Octo Bert 2023
Agradecida por no tomar mis escritos, ni adaptar ni utilizar por ningún medio auditivo o plataforma alternativa, en parte o completa ninguno de estos.
Un abrazo a la distancia
Mayra Exitosa
