ALMA ORIGINALES
Prólogo.
Esta obra está inspirada en los personajes de Masami Kurumada y Shiori Teshirogi, es de g é nero romántico, dramático y tal vez un poco de acción en donde los personajes no siguen precisamente el canon de sus personalidades originales permitiéndoles desde otro tipo de ángulo , También se incluyen aspectos que no siguen a la historia en la cual se basa y más bien fueron datos tomados al azar o de la cultura general.
Dicho lo anterior, agradezco el tiempo que se tome en leer, imaginar y disfrutar.
Mina cereza.
Capítulo 1. Solo Continua
Nuestra historia comienza con la reencarnación de la Diosa Athena en el cuerpo de Saori Kido y su reinado en el santuario después de la guerra santa con el Dios Poseidón, una época de paz y prosperidad en todos los aspectos de la vida cotidiana. La diosa moraba de manera definitiva en el santuario creado para ella desde tiempos inmemoriales y le había concedido a sus jóvenes caballeros de bronce la libertad de residir donde ellos quisieran al igual que el derecho de permanecer a su servicio o formar parte del resto de personas con una vida normal.
También con respecto a los caballeros dorados hizo la misma oferta sanando todas sus heridas y trayendo de regreso a la vida aquellos caídos en la batalla con el Dios del mar y gracias a la intervención del general de todos los dioses.
Una noche de verano mientras el viento soplaba con sutileza refrescando un poco el ambiente, la diosa Athena se encontró rezando al pie de su estatua, elevando su cálido y dorado cosmo en pequeñas ondas que parecían polvo estelar esparcidas en el viento, llevando esperanza y comfort a quienes lo necesitan mas algo habia de particular en el, una ligera preocupacion que apenas era perceptible para el caballero mas cercano a dios debido a su alto nivel de percepcion, sabiduria y espiritualidad; de manera que fue hasta donde la diosa se encontró con paso lento y porte casi sacro al ondear su túnica blanca al compás de su larga cabellera dorada. Sin interrumpirla se quedo parado al final de las escaleras frente a la delicada diosa, sus ojos estaban cerrados por voluntad propia pero su vision del mundo era mucho mas amplia que cualquier otra persona.
La Diosa al sentir la presencia del caballero de Virgo termino con su oración y camino unos cuantos pasos hacia él mostrando una sonrisa.
- Athena, es una noche perfecta de verano como para meditar o rezar sin embargo noto algo turbio en tu calido y bendito cosmo - menciono con voz serena el caballero de Virgo, haciendo una reverencia, - debe ser algo bastante importante para que una diosa como tú puedes alterarse así.
La joven diosa le pidió se levantara y mantuvo su sonrisa dulce con su voz cálida dijo, - Shaka, de todos los caballeros en el santuario, tú eres el único capaz de darse cuenta de la más mínima perturbación en mi cosmo. - dejó escapar un suspiro de desánimo mientras lo miraba directamente a los ojos que fervientemente se presionaron cerrados.
Luego se llevo las manos al pecho y le dio la espalda al caballero para caminar un par de pasos y hablar con una voz más baja y un poco angustiada - Hay algo que debo realizar pero la duda ahora me ha tomado por primera vez pues esta conflictuando lo que tanto he protegido... la paz y la vida humana. Necesito que me ayudes en esta enmienda, la cual será un completo secreto por la seguridad de todos. - volviendo hacia él y mirándolo fijamente. - ¡Tú serás mi completo apoyo!.
Shaka se quedo por un momento reflexionando las palabras de su Diosa y la magnitud de la mision que ella mencionaba y pese a que no tenia detalle algun asintio con la cabeza demostrando su completa lealtad.
- Athena estoy a tus ordenes deseando que pese a este misterio, tus decisiones nos conduzcan a la verdad.
- Entonces sígueme mi fiel caballero, que esta noche nos entrevistaremos con alguien muy especial.
De manera inmediata ambos salieron del santuario siendo protegidos por la noche y sus pasos silenciosos abriendo un portal hasta uno de los bosques cercanos a la aldea de Rodorio para no levantar sospecha alguna, un bosque bastante extenso y frondoso, con un hermoso lago donde precisamente una magnánima luna llena se dejaba admirar con gran orgullo mientras encantaba con su brillo celestial, algo que llamo la atención del caballero al instante pues esa luna tenía algo de particular, solo brillaba así cuando su regente estaba cerca; Shaka se puso alerta anticipándose a la situación.
La luminosidad fue creciendo y formando un camino hacia donde la diosa y su caballero se encontraron mostrando la silueta fina y sacra de una joven mujer de belleza irreal, sus cabellos largos y rubios ondeaban en la danza de su caminar siendo resguardada frente a Athena con la luz de su luna asi como un caballero celestial de porte majestuoso que en silencio se muestra detras de ella mirándo con desconfianza al portador de virgo.
- ¡Atenea, mi hermana menor! - usando un tono maternal pese a la expresión fría que tiene en su hermoso y pálido rostro. - Me da mucho gusto verte después de tanto tiempo.
- ¡Artemisa, mi querida hermana mayor!, agradezco mucho tu ayuda en esto, -haciéndo media reverencia a la Diosa regente de la Luna mientras le mostraba en su semblante admiración y respeto.
- Espero que ya hallas tomado una decisión justa, sin importar que esto le cause dolor a tu corazón, recuerda que es por el bien de esos humanos que tanto amas. - acercándose a Athena, le tomo el rostro por la barbilla con suavidad para mirarla directamente como no convencida. - Su muerte traerá paz y terminará con siglos y siglos de luchas por el dominio de la tierra, es un acto bondadoso para brindarle libertad también a esta pobre alma, sé que lo harás bien hermana.
Separándose un poco de la Diosa de cabellos morados extendiendo ligeramente el brazo y emano un poco de su cosmo, mostrándose una pequeña esfera de luz purpura; algo de melancolía se sintió en el ambiente, el caballero celestial que acompañaba a Artemisa camino hacia su diosa con una pequeña caja en sus manos, esta contenía una estrella de plata de cinco picos con una inscripción: "forever yours".
- Athena voy a sellar su alma aquí para que puedas llevarla contigo y destruirla o quizás sería mejor destruirla aquí ahora mismo. - cambiando un semblante más frío con un tono tenebroso en su voz.
- ¡Hermana no! - suplico la Diosa Athena al ver su expresión y finalmente confesó sus verdaderas intensiones, encarando a su hermana con valentía - le daré forma humana y la mantendré durmiendo con mi cosmo energía en el santuario, confío en que puedo purificarla y darle una nueva oportunidad.
- Sabía que no podías tomar una decisión como la que habíamos contemplado, ¡sigues siendo débil!, que no te das cuenta que tienes una oportunidad única en la vida, Athena puedes terminar con todo esto de una vez, romper la conexión del señor del inframundo con tu mundo para siempre. - mostrándose algo molesta y preocupada por la nueva decisión de Athena. - Además si haces eso, los dioses gemelos no tardarán en darse cuenta e irán por ella, pondrás en riesgo el santuario, a tus caballeros y esos mortales que proteges.
- Confío en mi hermana, sé que puedo lograrlo además de que mis caballeros estarán para protegernos. Tus palabras tienen razón absoluta pero no puedo ir en contra de la vida humana y ella solo es un títere de Hades, de cierta forma es una víctima más - la Diosa mostró seguridad en sus palabras manteniéndose firme ante Artemisa y compasiva.
Shaka ya había deducido de quien se trató y la opción de Artemisa no le pareció mala idea sin embargo tenía que seguir las órdenes de su Diosa Athena pese a las consecuencias que estas podrían traer. Se mantuvo sereno y atento a la situación.
La Diosa Artemisa desvió la mirada de su pequeña hermana con un poco de indignación sin embargo sabía que nada de lo que dijera podría hacer cambiar la opinión de Athena, desanimada solo le dedicó una mirada a la joven, - Athena si esa es tu decisión final solo me queda respetarla. Te hago entrega del alma y cuerpo que tanto daño ha hecho desde la época del mito, se valiente y que tus acciones te llevan a la verdad y la gloria. - Con un movimiento leve de su mano y utilizando una porción mínima de su cosmos, le dio forma física a esa esfera, como un gesto de apoyo a su hermana y depositó a la mujer con cuidado en el césped frío.
Athena se arrodillo para mirar a la joven inconsciente, en su rostro se notaba sufrimiento y la diosa sintió pena por ella, le pidió a Shaka ayudarla a llevarla al santuario.
- ¡Muchas gracias hermana Artemisa! -haciéndo nuevamente media reverencia para mostrar sus respetos.
La regente de la luna mira con preocupación a esa mujer inconsciente sobre el césped y asintiendo con la cabeza se desaparece junto con su ángel celestial en la magnificencia de la luz de su luna; la oscuridad vuelve a tomar el lugar pero no por completo, Shaka se inclina hacia la joven y decide abrir sus ojos azules para corroborar lo que ya había deducido.
- ¡Pandora! - susurro para sí el valiente caballero mientras contemplaba a la comandante del ejército del inframundo y luego recito en sus pensamientos. - (¿cómo es posible que estés aquí, que tu alma no pueda descansar y tengas que repetir ciclos interminables con lo que parece que te causa sufrimiento?).
La tomo entre sus brazos y levanto, camino con Athena de regreso al santuario en completo silencio solo para darle tiempo a su diosa de encontrar las palabras exactas a lo que su corazón planeaba hacer, sin embargo al estar de regreso en el santuario solo continuó el silencio incómodo; Shaka al lado de Athena sostenía en sus brazos a Pandora; la cabeza de la dama se recargaba con sutileza en el hombro del santo.
**FIN DEL CAPÍTULO**
