17. Viendo la Luz.
Cuando bajaron a cenar, Yamato apenas la miró.
No había contestado a su mensaje.
Intentó no darle gran importancia, pero el hecho de que él evitara el contacto le hacía sentirse un poco sola.
Pero ella era la que le había insistido en que esa conversación fuera privada.
La cena transcurrió en silencio casi solemne, sumamente inusual, hasta que al finalizar, Akira le había indicado a Sora que la siguiera, mientras en resto del grupo se quedaba en la mesa del restaurante.
Aunque estaba agradecida por el hecho de que Yamato hubiera propuesto hablar juntos con Akira con la verdad, sentía que aquello era en gran parte su responsabilidad, o en realidad, su falta de ella.
Ingresaron a otro sector del hall, un bar con unas acogedoras mesas y sillones de aspecto sofisticado, de colores oscuros e intensos con luces bajas y cálidas.
El ambiente era completamente opuesto al del restaurante familiar que acababan de dejar atrás. Invitaba a conversaciones profundas o íntimas.
-¿Querías beber algo en especial? – Akira le hizo salir de su trance mientras tomaban asiento ante una de las mesas más cercanas a los ventanales del lugar.
-No, gracias. No suelo beber mientras viajo.
-Ah, eres muy coherente con tu trabajo – el joven de cabello oscuro sonrió. Se lo veía relajado respecto a las últimas veces en las que se había reunido con él, antes de comenzar la gira y en los inicios del viaje, luego había ido dejando todo en manos de Sora.
-Supongo – dijo la joven mientras se encogía de hombros.
Akira hizo su pedido al camarero y pidió agua embotellada para su interlocutora.
-Bien – dijo por fin, relajándose en el asiento – soy todo oídos, Sora. Solo quería saber cómo estás percibiendo el tratamiento de Yamato. Personalmente, le veo mucho mejor, de ánimo, y también en cuanto a su rendimiento vocal, físico y mental.
-Sin dudas que el tratamiento está dando muy buenos resultados. Ha sido el enfoque correcto entre el equipo médico.
Hubo un breve silencio mientras colocaban las bebidas sobre la mesa. Sin embargo el rostro del guitarrista había cambiado.
-Igualmente, me ha preocupado lo de ayer. Recuerdo que tuvo una fuerte crisis en París, y el asunto ha rondado mi cabeza permanentemente desde ese entonces, especialmente cuando ayer vi que fue en tu busca, lo que me hace preguntarme si es correcto que pueda acceder tan fácilmente a ti.
Sora asintió.
La perspectiva de Akira no era errada, en absoluto, se suponía que Yamato ya tendría más herramientas para pedir ayuda de maneras más maduras que correr detrás de su representante como si se tratara de su madre y él un niño.
-Me preocupa que haya habido un retroceso en su recuperación – agregó el músico. Sora percibió la genuina intención de cuidar a su amigo.
-En realidad, hay varias cosas para decir respecto a esto que te preocupa.- quiso aventurar la pelirroja.
-Permíteme terminar -interrumpió Akira cortésmente – además me ha parecido notar un cierto interés de él hacia ti y eso no debería ocurrir, ¿Cierto?
No iba a ser fácil.
-Quiero puntualizar varias cosas. – dijo Sora, tomando el control de la conversación – En primer lugar, estos procesos de recuperación jamás serán lineales, ciertamente él ha mejorado en varios aspectos, pero eso no significa que no pueda tentarse para consumir. Lamento decir que deberá aprender a vivir con ese impulso por el resto de su vida, es duro de aceptar, y a pesar de que lo sabe, creo que aún no ha tenido la oportunidad de tentarse, pero cuando esta gira finalice, se enfrentará a esas situaciones. Así que no podemos exigir las mejoras del modo que nosotros las percibimos.
Akira asintió, pero continuó escuchando.
-Lo de París – la pelirroja retomó su monólogo luego de hacer una pequeña pausa para beber agua – fue una crisis que significó un gran avance. Porque finalmente está siendo capaz de enfrentarse a su pasado con entereza, aunque eso signifique que se encuentre a sí mismo en un vacío. El hecho de abrirse a sentirse vulnerable y busque la compañía de todo el equipo y de la banda, habla de lo mucho que ha madurado emocionalmente.
El guitarrista solo escuchaba mientras bebía su trago, era fascinante oír a Sora cuando hablaba de lo mucho que sabía al respecto.
-Por otro lado debo comunicarte algo muy importante, y es que dejé de formar parte del equipo médico ayer por la mañana. Yo misma hablé con la psiquiatra y la psicóloga, y estarán por llamarte a ti y a Hayato. Yamato ya está al tanto.
-¡¿Qué?! ¡¿Te vas de la gira?! – él se puso de pie con brusquedad, visiblemente sorprendido.
-No. No es eso – Sora se armó de valor para lo que venía a continuación.
Akira, aún consternado, tomó asiento lentamente, como en cámara lenta.
-¿Y… y a qué se debe eso entonces?
-Tiene que ver con otra cosa. Y es algo que has notado y mencionaste recién.
-No entiendo… - el joven aún estaba procesando lo que la chica acababa de decir.
-En cuanto a lo de anoche – era hora de la verdad – fue culpa mía. Yamato ya estaba harto de mis dudas, y con razón. Sólo quería respuestas.
-¿Tus dudas? ¿Respuestas? – Akira aún no lo pillaba.
-Renuncié porque me enamoré de él.
Silencio.
Akira quedó congelado en su sitio.
Incrédulo.
Ausente.
-¿Me estás diciendo que…? ¿Estás saliendo con Yamato?
-No.
-Disculpa Sora, es que no comprendo.
-Nunca me había sucedido algo así, Akira -ahora ella estaba luchando por contener sus lágrimas de angustia – Nunca, en todos los años que llevo haciendo mi trabajo, me había pasado algo así. No me explico cómo llegué a eso. Muchas veces me hice amiga de mis pacientes, confidente, como una hermana, pero con Yamato la atracción surgió en poco tiempo, sucedió todo muy rápido y hemos hecho un gran esfuerzo para no avanzar.
-La entrega de premios – susurró Akira - ¡¿Cómo no lo vi entonces?! Fue extraño que te dedicara el premio, y más tarde estaba muy preocupado por ti, por tu ex. Quiero decir, todos lo estábamos, pero Yamato llevó aquello a otro nivel, cambiando de habitación para asegurarse de que el tipo no se te acercara. Lo vi como un acto noble en su momento, pero es evidente que había otra intención.
-Lo siento mucho, los he decepcionado, lo lamento.
-No, no digas eso. – el joven músico suspiró contrariado, sin embargo su enojo no era con la situación o con Sora y Yamato - Fue demasiado cómodo para nosotros dejar todo en tus manos, nos esforzamos al mínimo. Debí haber percibido el riesgo y las señales, los muchos momentos que compartían a solas, la afinidad que fueron desarrollando mientras nosotros nos distraíamos en eventos y fiestas, la manera en la que estaban comenzando a relacionarse. Supongo que llevaban ya un tiempo intentando que no lo notáramos, no puedo culparte por querer ocultarnos esto.
-Hasta ayer, nada había sido conversado en profundidad con él, solo eran señales cada vez más difíciles de disimular, y asumo mi falta de responsabilidad en eso, no fue correcto de mi parte -dijo ella con sinceridad – no había querido dar un paso en falso, estaba aterrada y lo negué mucho tiempo, renuncié porque no es ético de mi parte.
Akira permaneció unos breves instantes con la mirada fija en lo que quedaba de bebida en el fondo de su copa.
-¿Qué dijeron desde el equipo médico?
-Que lo hablarían contigo, con Hayato y Yamato. Pero ellas decidirán si es conveniente que yo siga gestionando la banda, tengo demasiada información del tratamiento de Yamato y podría ser riesgoso para su recuperación. Además no sería una relación en igualdad de condiciones, y no quiero que salga dañado, sería muy egoísta de mi parte. Les ofrecí dedicarme a la gestión de representar sin tener ninguna participación en un roles terapéuticos, pero no sé si lo aceptarán. Y no podría culparlas por eso.
-Al diablo todo - bufó el guitarrista llevó ambas manos a su cabello y lo peinó con desesperación hacia atrás – si tú te vas, Yamato seguro va a empeorar. Es evidente que sus rápidos avances no se deben únicamente a su tratamiento, ¿Cierto? Ese bienestar propio del enamoramiento ha hecho milagros.
-Y no es algo que me enorgullezca, no me siento bien con haber generado esa dependencia y confusión en él. Lamento mucho haber actuado así.
-No, por favor Sora, no te lamentes -el joven se inclinó preocupado hacia ella, estiró su brazo hasta posar su mano en unos de sus hombros, viendo que la chica secaba sus ojos con una servilleta - no es tu culpa, ¿de acuerdo? Supongo que es algo que posiblemente viven muchos artistas, productores o representantes, por pasar tanto tiempo juntos.
-No lo sé. Nunca me había sucedido antes.
Akira apoyó la espalda en el respaldo de su asiento y emitió un prolongado suspiro.
-Escucharé lo que ellas tengan para decir, pero me niego a que te vayas del equipo. – dijo tajantemente - Nos has devuelto a todos las ganas de componer, de cuidarnos y apoyarnos. Me niego a despedirte, aún sabiendo de la cláusula de tu contrato que dice que no podrías vincularte de ese modo con ninguno de la banda. Me importa un carajo. Knife Of Day necesita que tú sigas siendo parte.
Sora asintió. No podía creer que finalmente las cartas estuvieran sobre la mesa.
-Lo siento. Intentamos no avanzar, Yamato fue increíblemente centrado y maduro para gestionarlo, a pesar de lo mucho que quería que estuviéramos juntos.
-Bueno, sin dudas eso prueba el maravilloso control de impulsos que ha adquirido, creo que hasta se lo envidio. – Akira sonrió por primera vez en varios minutos desde iniciada la charla - De todos modos, no tienes nada que explicar ni justificar, de todas las mujeres que podrían haberlo conquistado, tú eres la única que puedo admitir, porque sé que tú quieres lo mejor para él, igual que nosotros, y a su vez, creo que el hecho de que él haya sentido que pudo ayudarte, habrá fortalecido su autoestima. No puedo quejarme en absoluto.
-Te lo agradezco mucho -Sora se inclinó respetuosamente hacia Akira.
-No tienes nada que agradecer, te has ganado nuestro respeto con cada paso que dio Yamato en su rehabilitación durante la gira. Ahora entiendo porqué Hayato no logró convencerlo cuando quiso presentarle a dos chicas en el gimnasio, les dio la espalda deliberadamente y ellas se escandalizaron acusándole de grosero. Estaría echándote de menos, fue cuando te reuniste con tu amiga, estaba impaciente por verte llegar. Y ahora entiendo porqué se retrasó con una tonta excusa para no subir con nosotros en el elevador.
Sora se rio. No había visto a Akira siendo tan abierto sobre su percepción sobre Yamato. Realmente apreciaba mucho a su amigo.
El guitarrista apartó la vista de la mesa y al levantar la mirada, se encontró a Yamato mirándole con fijeza, justo en la otra punta del bar.
De pie, con los brazos cruzados y molesto.
Le dio gracia.
-Ven, acércate. Ya sé toda la verdad – dijo Akira en voz alta. Sora se sobresaltó, no había visto al rubio, quien había estado observando a distancia prudencial toda la interacción entre la representante y su mejor amigo.
Hayato apareció detrás de Yamato, sonriendo con jovialidad, también se dirigió a la mesa.
-Yo reaccioné casi tan dramáticamente como tú, colega – le dijo alegremente al guitarrista mientras se acercaba – Tuve mis sospechas pero no creí que fueran reales.
Tomó asiento junto a Akira, y observó expectante a Yamato, quien aún estaba de pie ante ellos y les dirigía una mirada fría.
-Vamos, que no la he maltratado, le he dicho cosas bien bonitas de ti – dijo riendo el joven líder de la banda.
Yamato tomó asiento, aún receloso.
-¿Qué va a pasar ahora? - cuestionó el baterista, parecía realmente serio, algo muy inusual en su carácter.
-Las doctoras estarán deliberando sobre el caso, y evaluando mi propuesta de continuar siendo su representante pero sin ningún tipo de contacto terapéutico con Yamato, más bien una relación similar a la que mantengo con Akira o Hayato, de colegas.
-Ese sería el mejor escenario -dijo el guitarrista – mantendré mi postura para que se inclinen a tomar esa opción, no me parece justo ni adecuado que Sora tenga que ser despedida. Además es excelente en su trabajo como representante, nunca habíamos tenido a alguien tan profesional en nuestro equipo.
Yamato estaba gratamente sorprendido.
Hayato sugirió quedarse hablando del tema, pero realmente Sora estaba muy cansada, habiendo logrado salir del sitio lleno de angustia en el cual había pasado las últimas semanas, necesitaba realmente cambiar de aire.
Yamato se puso de pie.
-Discúlpenme, pero ella ha tenido un día muy estresante estando nerviosa por la conversación, así que si me lo permiten, me la llevaré de aquí para que no le hagan arrepentirse de su decisión.
Ellos se rieron, incluso Sora, quien aún se sentía nerviosa.
Yamato extendió su mano hacia ella de modo caballeroso.
Akira se compadeció de ella, y también de su amigo.
No lo había notado antes, pero ahora era visible lo bien que estaba luego de varios años tan perdido. Por él podían continuar así durante toda la gira, haría lo que fuera por mantener esa buena energía tan especial en el grupo.
Sora había sido tan excepcional que no podría quejarse.
-Déjala en paz, ya ha tenido suficiente. – Akira no permitió que el baterista insistiera, se bebió el resto del trago con rapidez -hay algunas fans fuera del hotel para que vayamos a saludar ¿Vamos, Hayato?
-Vámonos de aquí, Sora. Estos dos tienen que ir a conocer chicas por ahí, no vayamos a interponernos.
La pelirroja asintió, tomó la mano que el joven le ofrecía y se puso de pie.
-Muchas gracias por escucharme – se inclinó hacia Akira – gracias por considerarme como parte de su equipo, me encantaría continuar la gira con la banda.
-No podría sentirme más honrado por eso.
Akira le sonrió amablemente y también se puso de pie, de buena gana mientras señalaba a Hayato la dirección que debían tomar a continuación.
-Vámonos – le dijo Yamato a Sora, mientras sus compañeros de retiraban. Bajó brevemente la voz – probemos algunas técnicas que deseo usar hace tiempo contigo, aunque llevo tiempo sin practicar.
Vio el fuerte sonrojo de Sora y se rio.
La chica le siguió hacia los ascensores, aún ruborizada.
-Tienes que estar preocupada más seguido, me ha encantado tu iniciativa.
-Cállate -se rio ella, relajando la expresión hacia una más divertida.
Ingresaron al elevador cuando llegó a la planta baja y el cantante marcó su propio piso.
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