Disclaimer: Los personajes corresponden en derecho de propiedad a sus respectivos autores, esta historia es sin fines de lucro. Sólo con el único fin de entretener a un público lector; de una fan para fans.
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Por Ladykya0
Pokeshipping week 2023
Fecha de publicación: Nov 2
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Día 2
Bailar
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La fría brisa que soplaba pegó directamente sobre sus brazos desnudos y sin quererlo un profundo temblor le recorrió el cuerpo.
— Debí haber traído un abrigo — se dijo frotando sus brazos en un intento, algo inútil, de entrar en calor. No pensó que justo esa noche el clima refrescaría de esa manera, menos aún cuándo el día había sido tan caluroso y soleado.
Ideal para el evento que llevó, a la mayoría de sus amigos y conocidos, a estar ahí esa noche.
Rápidamente buscó con la mirada una mesa libre donde pudiese sentarse y pasar desapercibida, no tenía intenciones de responder las preguntas, a veces un poco imprudentes, de May. O ser llevada entre la multitud por un Brock bastante animado.
Estaba cansada y siendo sincera ya no quería estar ahí.
Además de todo, se sentía adolorida debido a los zapatos de tacón fino qué sus hermanas le habían obligado a usar y que ahora comenzaban a cobrarle factura a sus no acostumbrados pies. Y aunque tenía todas las razones para irse de una vez, la realidad es que un poco de esperanza es la que la mantenía en esa fiesta.
Pero, la noche se tornaba larga. Llena de sonrisas y amabilidad para el resto de los invitados, pero sus ojos celestes solo se centraban en buscar encontrarse con unos castaños que anhelaba ver, sin éxito.
Suspiró mientras miraba su teléfono, deseando que una llamada llegara de improviso para así poder escuchar la voz de aquel entrenador pokémon en el que estaba pensando. Habían pasado días desde que lo había visto por última vez. Y, aunque se lo negara a todas las personas, para evitar sus miradas condescendientes, sí lo extrañaba bastante.
Se había acostumbrado a tenerlo cerca.
Sus viajes se habían vuelto muy recurrentes últimamente. Pasaba tan poco tiempo en Kanto que ya comenzaba a resentirlo y aunque sabía que no era su culpa, y entendía que al ser Campeón y Maestro Pokémon parte de sus obligaciones era atender los llamados en otras regiones; quería verlo.
Observó a las personas a su alrededor, divertidas, felices, ajenas a ella.
Decidió aprovechar la oportunidad y desabrochar los zapatos que seguían torturándola, al menos un poco de calma fue lo que sintió cuando sus pies por fin pudieron tocar el pasto fresco de aquel jardín.
— Mucho mejor — Se relajó por un momento.
Gracias al largo mantel que cubría aquella mesa, nadie notaría su pequeño gesto de rebeldía y poca etiqueta. Que en realidad la tenían sin cuidado.
— Ojalá estuviera aquí — susurró con melancolía. — Que hermosas son las noches en el laboratorio del Profesor Oak — pensó cuando al recargarse completamente sobre el respaldo de su silla pudo observar la luna llena que se encontraba sobre ella.
Una nueva brisa fría la hizo estremecer. Regresando su mirada a aquella fiesta creyó que ya había sido suficiente, lista para ponerse de pie y desaparecer. Pero, con sus planes frustrados cuándo notó a Lily acercarse rápidamente a ella.
— ¡Misty! — La llamó apresurada. — Que bueno que te encuentro, necesito que me ayudes con algo —, la tomó de la mano con rapidez.
— ¿Qué te pasa? — Cuestionó resistiéndose al jaloneo que su hermana comenzaba a ejercer para apurar sus pasos.
— ¡Los accesorios de Liz! — Dijo sin más.
— ¿Quién es Liz? — Preguntó desorientada, pero no obtuvo respuesta — Espera, mis zapatos — intentó retroceder cuando ya había dado dos pasos obligados al frente.
Lily solo regresó la mirada, la observó de arriba abajo y Misty pudo notar un gesto dulce en la mirada de su hermana que la desconcertó.
— ¡No importa! — Soltó de nuevo en un chillido estresado. — ¡Apúrate!
Tal vez, fue su imaginación.
Corrió torpemente tras los pasos de su hermana, siendo sujetada de su mano izquierda. No tenía muchas ganas de iniciar una discusión con ella, así que decidió solo dejarse arrastrar por el amplio jardín. Al menos era un alivió el poder caminar sobre el pasto con sus pies descalzos. Las punzadas que sentía momentos atrás ya casi eran imperceptibles.
Se detuvieron de repente y Misty estuvo a punto de chocar con la espalda de Lily.
— ¡Las llaves! — La escuchó decir antes de que la pelirroja pudiese reaccionar por completo. — ¿Tienes las llaves? — La notó girarse para observarla con un tono de desespero que la hizo solo negar con la cabeza. — Violeta — Continuó — Ella debe tenerlas. Espera aquí.
Y sin más Lily la soltó para salir huyendo con total prisa de aquel lugar.
¿Qué había pasado?
Misty se quedó un poco descolocada por lo anterior sucedido, pero entendía lo atareadas que habían estado sus hermanas con la planeación de aquella pasarela y la fiesta privada en la reserva Oak, que continuó a esta. La misma actitud errática habían tenido los últimos meses.
El debut de la colección de otoño en la que Violeta había estado trabajando debía salir perfecta. Sonrió al pensar lo dedicadas que eran con las cosas que las apasionaban.
Regresó su mirada y pudo observar, ya un poco alejada, las luces cálidas de la fiesta que parecía no ceder. Con el ambiente a tope y la música aún perceptible, el frío comenzó a intensificarse. Estando ahí parada, ya no había nada que la cubriese del viento que comenzaba a soplar con más frecuencia.
Sin pensarlo dos veces se dirigió rápidamente hasta la puerta de vidrio que la separaba de la calidez del interior del laboratorio, solo para darse cuenta de que, tal como había dicho su hermana, necesitaba la llave.
Se estremeció una vez más, pensó en volver a la fiesta, pero realmente no le apetecía estar rodeada de personas. Resignada, avanzó un poco más hacía la reserva esperando ver a algún pokémon tipo fuego. Esa habría sido una solución rápida y sencilla, pero no había rastro de ninguno.
Solo el sonido constante de la música que se esparcía en un eco.
¿Qué haría ahora?
Se preguntó cuando notó que su hermana tardaba en regresar, seguramente se olvidó de ella. Suspiró mientras frotaba, de nuevo esa noche, sus brazos en un intento por generarse un poco de calor.
— Es un lugar muy frío, para que se encuentre aquí usted sola, señorita. — Misty sintió la calidez de una tela gruesa sobre sus hombros. — Pero, ¿no le apetecería regalarme esta pieza, en un baile como bienvenida?
Su corazón se aceleró cuando al voltear pudo ver al entrenador que tanto había extrañado esos días.
— ¡Ash! — se sorprendió, sin poder creerlo del todo.
Él solo estaba ahí sonriéndole y ofreciendo su mano como una extensión de la pregunta que había hecho. La chica lo observó confundida, sin embargo, acomodó rápidamente la chaqueta sobre sus hombros para así, poder corresponder el gesto del chico, quién tranquilamente abrazó con su mano libre la cintura de ella.
— Pudiste haber llamado — Susurró Misty con reclamo cuando por fin pudo oler la característica colonia que el chico siempre usaba y que a ella le encantaba.
— Lo sé, lo siento. — Respondió mientras comenzaba a guiar el suave movimiento que rápidamente los envolvió. — Le ocurrió un accidente pokémon a mi teléfono en el camino y el vuelo desde Galar se retrasó. — Comentó con pesar — Así que me concentre en hacer todo lo posible por llegar.
La pelirroja solo asintió pensando en lo caótico que seguramente había sido su viaje, quería saberlo todo.
Pero no ahora.
Acortó aún más la poca distancia entre sus cuerpos, en un abrazo donde ambos aún se movían con el compás de la canción suave que resonaba, proveniente de la olvidada fiesta.
— Te extrañé — declaró hundiendo su rostro en el cuello de él.
— Eso es bueno porque me tendrás pegado a ti como un Farfetch'd a su puerro — Sintió a Misty sonreír mientras soltaba su cuerpo como si se liberará de una carga. — Tú eres el puerro.
¿Qué?
— ¿Qué? — La chica se alejó abruptamente de él solo para observarlo sonreír divertido por el gesto de desconcierto que tenía en su rostro.
— Tú eres el puerro — repitió.
— ¿Qué te pasa? Perfectamente yo sería una hermosa Farfetch'd hembra — comentó indignada intentando soltarse del suave agarre de Ash. — Tu cara es más parecida a un puerro — reclamó en un puchero ofendido.
Ash continuó observándola con una sonrisa. Sin soltarla volvió a halarla suavemente hasta él, desconcertando aún más a la chica con el beso que el entrenador pudo robarle de los labios.
Misty se ruborizó al verse sorprendida de esa manera, para después ser alejada en un movimiento de la mano derecha de Ash que la obligó a girar en su lugar, para después acomodar sus cuerpos y continuar con el vaivén que ella había interrumpido momentos antes.
— Es bueno estar en casa.
Ella lo abrazó de nuevo y sintiendo la calidez del pecho de él supo que todo estaba bien. Que haber esperado esa noche, había valido la pena.
— Bienvenido a casa, Ash.
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Hola, de nuevo.
Les voy a contar que llegué tarde a Journeys y apenas lo ando viendo. Pero me he dado cuenta que ya me cuesta un poco escribir al Ash de OS que peleaba por todo, al final terminó siendo super paciente, comprensivo y buena ondi jajaja. Igual lo quiero mucho.
En fin, espero que les haya gustado el 2do día.
Nos leemos mañana.
