Contenido: Yaoi, oneshot, humor, romance, mención de personajes y acontecimientos relatados en el Spin-off -Baji Keisuke Kara no Tegami (Una carta de Baji Keisuke). Este fanfic pertenece a la mini serie dedicada al BajiFuyu week.

Pareja: BajiFuyu (Baji Keisuke x Matsuno Chifuyu)

Disclaimer:

Hikari: ¡Al fin el último! Mis notas finales serán un poco largas, así que por lo mientras les recuerdo que ni Tokyo Revengers ni sus personajes me pertenecen, todo es auditoría de Ken Wakui, por lo que este fanfic fue escrito únicamente por ocio y no tiene fines lucrativos.

o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o

#BajiFuyuWeek2023, 7 – Cats / Free theme / "Everything, everything" (Gatos / Tema libre / "Todo, todo")

Para Ryusei el ser un silencioso espectador de lo evidente comenzaba a ser mucho más difícil de lo que creía en un principio. Porque a veces, fingir ignorancia es más difícil que sencillamente delatar lo obvio, y poco a poco, el hecho de que los dos protagonistas hayan resultado tan cabezas huecas era algo que progresivamente estaba agotando su paciencia.

A pesar de ser el vicecapitán de la primera división e ir a la misma escuela que Keisuke eso no hacía que automáticamente ambos tuviesen que estar todo el tiempo juntos. Es más, podrían pasar días enteros para que ambos cruzaran por los pasillos de la escuela a menos de que surgiera algún imprevisto que tuviese que ver con la ToMan.

O al menos así era hasta que conocieron al chico más ruidoso de sus vidas: Matsuno Chifuyu.

Un pequeño gatito (más parecido a un perro) que seguía fielmente los pasos de Baji. Si, en un principio escuchó las interminables quejas que tenía Keisuke sobre el constante acoso del rubio, y a pesar de quejarse (y hasta propinarle una paliza al otro), Ryusei fue testigo de cómo el pelinegro pasaba de un "ese chico es una molestia, quiero que se aleje de mi" a "voy a invitarlo a mi casa para comer yakisoba peyoung juntos".

En un principio, el moreno solo tenía dudas, pero no pasó mucho tiempo antes de percatarse de los primeros síntomas de Keisuke. Su avergonzado rostro coloreándose de carmín cuando notaba al rubio detrás de él, las sonrisas mal disimuladas que escapaban de sus labios cuando estaban juntos, el brillo de sus ojos al platicar sobre algún momento que compartieron ambos, su nerviosismo si alguien le preguntaba acerca de la relación que tenía con el nuevo chico.

Y las reacciones de Chifuyu no eran más que un reflejo de las de Keisuke.

"Es tan obvio que se gustan" pensaba, sintiendo una gotita de sudor resbalar por su cara cuando veía desde atrás cómo ambos platicaban con gran esmero, luego de que se encontraran casualmente en su camino hacia la escuela como cada mañana.

Por lo que se había enterado, hasta los dos chicos vivían en el mismo complejo de departamentos, y desde aquel día en que al parecer Keisuke salvó a Chifuyu, el rubio se propuso acompañarlo como su leal sombra cada mañana a la escuela.

Y esta mañana no era la excepción.

-Ayer ya no vi a Peke J- Platicaban armoniosamente, ignorando por completo la presencia del vicecapitán que prefería seguirlos desde atrás.

-Ah, llegó tarde a la mía también, justo a la hora de la cena- respondía Chifuyu, viéndolo directamente sin importarle el inminente peligro de poder tropezar al no ver el camino que tenía frente suyo- Estaba cansado, así que durmió justo después de comer. ¿Te parece si lo subo hoy después de la escuela? Peke estará feliz de verte.

- ¿Así que ya no es más "Excalibur"? - preguntó con tono burlesco, interrumpiendo a los dos chicos que lo vieron con asombro, como si realmente hubiesen olvidado que se encontraba ahí en primer lugar. Para Ryusei no pasó desapercibido la forma en que Baji desvió la mirada mientras ocultaba cierta vergüenza plasmada en su expresión.

-Baji-san dijo que ese era su nombre, además a Peke J parece que le gusta más- se defendió Chifuyu mientras hacia un puchero digno de un niño de parvulario, inflando ambas mejillas a la vez- Tú también deberías llamarlo así. Es su nombre oficial.

-Ronaldinho siempre será Ronaldinho para mi- inflando su pecho con orgullo, tuvo que reprimir la risa que le dio al ver el inconformismo crecer de un momento a otro en Chifuyu. "Dios, es tan fácil hacerlo enojar"- No empezaré a llamarlo por nombres extraños de repente.

- ¡No es un nombre extraño! ¡Mas te vale respetarlo! - el rubio brincó a él con obvias intenciones de abalanzarse para golpearlo, pero requiriendo poca habilidad para evadirlo, Sato solo tuvo que brincar en lateral, soltando estridentes risotadas cada que el joven trataba de alcanzarlo, tan solo dando pequeños saltitos para esquivarlo.

¿Recuerdan que se habló sobre las obvias señales que desarrolló Keisuke por Chifuyu? Ahí iba una más.

"Celos", pensaba astuto mientras se daba la libertad de apreciar el ceño fruncido de Baji mientras los veía tontear a su alrededor. Aclaró su garganta con un exagerado sonido mientras retomaba camino, y aunque cerró los ojos, para el vicecapitán era evidente que aún se mantenía alerta para cuando Chifuyu se atreviera a regresarle toda su atención.

"Estos dos son demasiado fáciles de leer".

o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o

-Entonces, ¿la junta de hoy se aplaza para mañana? - preguntó, sin siquiera erguir su espalda o tratar de mirar a Keisuke, dejando tendido su cuerpo sobre la loseta de la azotea de la escuela, disfrutando el viento y los rayos de sol que caían sobre el lugar durante la hora del almuerzo- ¿Sucedió algo?

-No realmente- Baji se recargó en la pared cerca de la entrada, cruzando sus brazos sobre su pecho y ocultando su temible mirada detrás de esos patéticos lentes de botella- Solo pareció más cómodo así.

Ryusei, no conforme con esa explicación, estaba dispuesto a seguir el interrogatorio, sin embargo, el fuerte estruendo de la puerta siendo abierta fue suficiente para desviar la atención de ambos chicos, notando cómo el nuevo recluta llegaba soltando fuertes jadeos, probablemente resultado de haber subido rápidamente todas las escaleras hasta ese lugar.

- ¡Baji-san! ¡Aquí estabas! - dejando reflejar su emoción en su rostro, Chifuyu no dudó en dar el paso faltante para quedar de frente a su capitán, quien, por cierto, desvió levemente la cara para no ser cegado por aquel entusiasmo- Cuando pasé por tu salón ya te habías ido. ¿Comemos juntos? - alzando con esmero la cajita de almuerzo, Ryusei tuvo que soltar un sonoro suspiro para que el rubio se percatara de su presencia, a la cual, de inmediato cambió su expresión por una completamente diferente y contraria.

-Chifuyu- nombró, con cierto tono irritado- estoy en una junta con Ryusei, espérame en el salón en silencio.

El vicecapitán podría jurar que de haber tenido Chifuyu un par de orejas puntiagudas sobre su cabeza, probablemente las hubiese dejado caer como símbolo de desilusión al escuchar aquella llamada de atención.

Balanceó su pie de atrás hacia adelante varias veces antes de, sencillamente, asentir débilmente mientras regresaba hacia la puerta.

Aun así, luego de dar el primer paso, pareció que una pequeña idea fue lo suficiente para que volviese a levantar energéticamente su rostro.

-Hoy iremos, ¿verdad? Después de la escuela- en la garganta de Baji se formó un nudo, incapaz de poder decir cualquier cosa inteligente para poder interrumpir al menor- Me mostrarás los gatitos de los que hablamos el otro día.

Un curioso silencio se formó, de tal manera hasta que el curioso Ryusei al fin se sentó sobre su lugar, solo para ver de manera desdeñosa a su capitán y cómo este parecía mantener una lucha interna contra su vergüenza y sus impulsos de callar a golpes al pobre chico.

-Sí, sí, sí. Solo cállate y vete- haciendo un ademán con su mano, logró que Chifuyu se fuera, aunque había recuperado su buen humor y hasta el eco de un grito entusiasmado llegó luego de haber bajado varios escalones.

Tratando de parecer indiferente, Baji también tuvo que aguantar decir algo ante el rostro lleno de superioridad del otro, quien solo se limitaba a sonreír mientras contenía una fuerte carcajada dentro de su boca.

o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o

Ciertamente no podía evitar sentirse enternecido por el estúpido amor que se desarrollaba entre ambos sin que siquiera se dieran cuenta, pero otro sentimiento muy diferente era tener que soportar sus idioteces. El hecho de seguirlos y escuchar coqueteos mal disimulados (y mal intencionados) no era su actividad favorita, y aun así Baji lo había obligado a acompañarlos bajo el tonto pretexto de que él también se llevaba bien con Peke J.

Por supuesto, la cara de Chifuyu no expresó ni la más mínima felicidad al enterarse de esto.

Así que ahí estaba, con los dos idiotas más grandes de toda la primera división, en un rincón de un parque solitario siendo rodeado por varios felinos que llegaban con sus ruidosos maullidos y se aglomeraban a sus pies, en busca de un poco de comida de las latas que los chicos depositaban poco a poco sobre el suelo.

-Oh, este es nuevo- apuntaba con un dedo Baji, luego de que un pequeño gatito grisáceo con rayas negras, se acercara y comenzara a restregarse a una de sus piernas.

- ¿Éste no es el mismo que vimos el otro día cerca de casa? - Chifuyu, por otro lado, se tomaba el atrevimiento de levantar uno naranja, pero que tenía sus patitas pintadas por pelaje blanquecino- El que trae guantes- sonreía mientras acercaba al pequeño felino a su rostro, queriendo captar la atención de Baji.

Y por supuesto que lo hizo.

Queriendo ignorar el fuerte palpitar en su corazón que aquella sencilla vista provocó, inmediatamente bajó para seguir acariciando a los gatitos. Chifuyu hacia lo mismo.

"No tiene caso que me quede aquí, ¿o sí?" de pie, pero un poco más alejado, Ryusei trataba de hacer el menor ruido posible, planeando como podría llevar a cabo la retirada estratégica más silenciosa posible. "No puedo soportar seguir viendo a estos tórtolos. A estas horas Kojiro ya estará en su casa, ¿no?" vio el reloj de su muñeca y con cuidado dio el primer paso hacia atrás.

No tuvo reacción por parte de los dos restantes así que se aventuró a dar uno más. Y otro. Y otro.

Creyendo que estaba cada vez más cerca de la libertad, justo antes de dar media vuelta para iniciar correctamente su carrera silenciosa, un grito lo paralizó por completo.

- ¡HEY! ¡Oye tú! - el grito de Chifuyu le hizo creer que se refería a él, sin embargo, el rubio apuntaba a un pequeño gatito que había escalado, con gran esfuerzo y con ayuda de sus pequeñas garritas, a lo largo de las piernas y parte del pecho de Baji, presándose fuertemente de su camisa escolar- ¡Le puedes causar heridas a Baji-san, o podrías caerte y…!

Chifuyu tomó al pequeño gato entre sus manos, no obstante, no midió la rapidez de sus movimientos, así como tampoco el impulso inicial, inclinando de manera incorrecta su cuerpo sobre el del mayor, quien trató de tomarlo por los hombros para intentar detenerlo.

Así que, estando ambos de cuclillas, fue difícil mantener el equilibrio, provocando que Baji terminara cayendo sentado sobre el suelo, con el cuerpo de Chifuyu sobre él. Ambos rostros cerca, demasiado cerca, al punto de que sus narices se encontraban rozándose y sus respiraciones se entremezclaban hasta chocar con los poros da las pieles que cubrían sus rostros.

Ambos pares de ojos se abrieron con sorpresa, sin creer el abrupto movimiento y demasiado impactados para apartarse rápidamente.

Y como si estuvieran malditamente coordinados, tanto la cara de Baji, así como la de Chifuyu, se tornaron rojizas, desde el cuello hasta sus orejas, a una velocidad increíble.

- ¡L-L-L-LO SIENTO MUCHO! - se separó rápidamente, demasiado ya que él también cayó de espaldas, aunque con gran cuidado de no aplastar a ninguno de los felinos que aun los rodeaban.

-No pasa nada…- ocultó la mitad de su rostro con ayuda de su mano, pero ni haciendo aquello sentía que realmente la temperatura de su cuerpo podría descender. Suspiró varias veces, pero era inevitable la sensación de su corazón queriendo salir con intensidad de su pecho. Es por ello que volteó hacia un lado, donde se supone que su vicecapitán se encontraba de pie, buscando un tema al cual brincar sin mayor complejidad.

Pero al hacerlo, Keisuke se percató que Ryusei no estaba ahí. Miró por los alrededores y no había rastro del de piel morena. Maldijo mentalmente, no queriendo tener que pronunciar su molestia de la ausencia del otro por temor a verse necesitado de una tercera persona.

A tan solo un par de metros de hí, Ryusei se ocultaba detrás de unos arbustos pequeños, a donde salió corriendo cuando vio la primera oportunidad luego de que los otros dos se distanciaran. Soltó un suspiro aliviado, sabiendo que su escape resultó en un grandioso éxito.

"Maldita sea, solo bésense y terminen con este teatro" pensó divertido, mientras se ponía debidamente de pie y corría hacia dirección de una de las calles principales.

o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o

Hikari: Y luego de escribir 38 fanfics solo me queda decir que éste último me gustó bastante, ya que desde que comenzó a publicarse el Spin-Off le traía ganas de incluir a Ryusei en alguno, pero la incertidumbre de no saber qué es lo que le depara al personaje en la trama me hacía dudar, así que al fin hoy me quito de ese pendiente.

Lastimosamente, creo que mi BajiiFuyu Week se vio perjudicada por mi cansancio mental que me provocó la Flufftober y no pude escribir en las optimas condiciones que me hubiese gustado, aun así, considero que, así como el mencionado, éste reto era mas como una crisis y experimento propio por no haber escrito prácticamente nada durante el 2023.

En fin, creo que fue un buen ejercicio para disminuir mi bloqueo de escritor, hubo de todo, pero logré sacarme muchas cosas que quería escribir. En fin, no sé que tanto me tomé regresar a mi ritmo usual de fanfics, sin embargo, no quiero despedirme de este año sin publicar algunos más que tengo en mi lista de espera.

Ustedes no están aquí para mis enormes monólogos, así que solo me queda agradecer y esperar ansiosa la siguiente oportunidad en que nos volvamos a leer. ¡Bye bye-perowna!