Capítulo 1

Han pasado cuatro años desde la última vez que la vi, aunque para mí ha sido toda una vida. Día y noche está en mis pensamientos, pero, no he hecho nada por saber de ella y es mejor así, no soportaría saberla comprometida o felizmente casada con alguien más; no es que no desee su felicidad pero me dolería tanto saber que no soy yo el motivo de sus sonrisas. Estoy demasiado cansado, mi vida no ha sido igual desde que volví a Broadway, me paro de la cama porque despierto cada mañana y Susana, ella se ha vuelto la carga más pesada que he llevado en toda mi vida, nunca pensé que terminaría de esta forma, sobreviviendo del recuerdo del único amor que he conocido.

Hoy está soleado y el viento es fresco, prácticamente es un buen día. Acostumbro estar en casa y beber un poco de whisky pero siento que debo estar fuera así que voy caminando tranquilamente por las calles de Nueva York. Tomó asiento en una banca del parque, miró hacia arriba, hace mucho que no veo al cielo, es hermoso como ella… "señorita pecas, tarzán con pecas" sonrió al recordar la manera en la que solía llamarla. Inevitablemente pienso en todos los planes que tenía, en la vida que imaginemos juntos, en la familia qué haríamos crecer, pero que se ha perdido por completo. Todo por lo que me esforcé, todo por lo que luche se fue entre mis manos como el agua. ¡Candy, te extraño tanto!

-Pobre chica- Escuchó decir a una mujer a mis espaldas interrumpiendo mis pensamientos.

-La guerra es terrible- La guerra… Me pregunto cómo estará mi padre, no se nada de él, solo espero que esté bien.

-Y para los Andley ha sido como una maldición - Dice una segunda voz alertando mis sentidos, mi pecho vuelve a doler como hace unas semanas. Me concentro para saber qué ha pasado en su familia.

-Así es, primero el joven Cornwell y ahora la señorita- Mi corazón se detiene, tengo tanto miedo.

-¿Qué es lo que dicen? - digo al girar abruptamente, el terror está grabado en mi voz y en mi rostro. Al escucharme, las damas se miran entre sí y después me extienden el periódico, lo tomo y me encuentro con una foto de mi pecosa y un encabezado que me paraliza.

Heredera Andley desaparecida en guerra.

La señorita Candice White Andley, es la hija adoptiva del señor William Andley y heredera de una gran fortuna. Según nuestras fuentes, la hermosa joven se ofreció como enfermera voluntaria hace más de un año y ahora se encuentra desaparecida. El campamento en el que se fue atacado…

No pude continuar leyendo esta nota, mi mundo se ha detenido totalmente. Cae de mis manos el papel y voy corriendo en dirección a las oficinas que Albert tiene en la ciudad con la esperanza de encontrarlo, se que está aquí. Al llegar a todos preguntó por mi viejo amigo, y sigo las instrucciones que me dan, mientras avanzo veo como se apartan, debo parecer el demonio en persona para que todos se quiten de mi camino.

-Señorita, necesito hablar con el señor Andley, es urgente-

-El señor se encuentra muy ocupado y me temo que no podrá atenderle-

-Es urgente ¿no me escuchó? - Gritó golpeando la mesa, presa de la desesperación.

-Si señor- me responde asustada while se para de su asiento y me abre la puerta del lugar

-Terry- Me mira sorprendido.

-¿Cómo dejaste que se fuera? ¿Por qué no haces algo para encontrarla? - Salen las palabras de mi boca, se que esa no es la forma de saber lo que pasa pero no puedo controlarme, la idea de que ella esté en peligro no me deja pensar con claridad.

-Primero deberías calmarte-

-No me pidas que me calme, Candy no está aquí y es posible que este… que este… - no puedo ni mencionarlo, si algo le llega a pasar no podría superarlo nunca.

-¿Cómo te enteraste? - dice con cansancio, ahora que lo veo con más atención parece que no ha dormido en días, así que respiro profundo tratando de contenerme.

-Está en el periódico- Mi amigo pone los ojos en blanco y toma el teléfono, discute con alguien sobre la nota pero no entiendo, desde que lo leí no puedo concentrarme en lo que pasa a mi alrededor. Después de unos minutos vuelve a mirarme.

-No quería que te enteraras así, y respondiendo a tus preguntas no la detuve porque no sabía que se había ido- dice frotándose el cabello y la cara con desesperación -Después trate de traerla de vuelta pero simplemente se negó - Las palabras apenas salen de su boca y yo…

-Fue mi culpa, si no la hubiera dejado esa vez, si tan solo hubiera sido más valiente para retenerla…-

-No Terry, esto no es culpa de nadie, nada nos asegura que estaría aquí si las cosas fueran diferentes. Lamentarse no sirve de nada, lo que debemos hacer es esperar que se encuentre bien y encontrarla lo antes posible- Las lágrimas que me esforcé en retener comienzan a brotar de mis ojos, me duele esta situación pero Albert tiene razón.

-Quiero ayudarte a buscarla- digo decididamente

-Es probable que siga con vida porque no está en la lista de finados, así que estoy consiguiendo la lista de los pacientes en todos los hospitales cercanos al lugar para revisarlos, en cuanto las tenga podrías ayudar con algunos- No se como es que puede mantener la calma cuando yo estoy sintiendo que mi corazón muere, tratare de imitarlo aunque sea difícil.

Por el momento no puedo hacer más y eso me hace sentir impotente. Candy, mi amor ¿Dónde estás? ¿Por qué nadie me dijo lo que decidiste hacer? ¡Dios, te ruego por que siga con vida, jamás te pediré nada, solo mantenla a salvo!