Capítulo 15

Susana

Creí que las cosas irían tomando su curso con el tiempo, pero solo ha empeorado. Terry solía visitarme diariamente pero nunca convivimos de una manera más cercana. Durante meses intenté que se abra conmigo pero fue fútil, cuando habla dice las mismas frases vacías, ni siquiera era capaz de mirarme mientras "conversábamos". Hace más de un año, yo había salido al teatro para verlo, con dificultad llegue a los camerinos, donde tantos recuerdos tenía, quería salir de ahí pero me arme de valor para que pudiera pensar que me estoy esforzando en mi recuperación.

Cuando llegue a la puerta de su camerino, lo escuche llorar… ese hombre frío, solitario, que evita a las personas y esconde lo que siente y piensa estaba llorando, yo conocía de más la razón. No sabía si irme o entrar para consolarlo, antes de poder decidir lo escuché hablar… "Candy, mi amor, te extraño más de lo que puedo soportar. Te prometí que sería feliz y que haría feliz a Susana pero no puedo hacerlo, cada instante que paso con ella me siento asfixiado".

Aquellas palabras entraron en mi corazón desgarrándolo por completo, en el fondo siempre supe que su amor no era para mi pero nunca quise ver la realidad, al contrario, creí que algún día me amaría más que a ella. En el momento en que lo escuché desee salir lo más rápido posible pero mis brazos solo se quedaron aferrados a la silla. "Esta vida se ha convertido en una condena eterna, en el infierno del que no tengo salvación. Te amo a ti y solo a ti mi hermosa Julieta del Mauritania"

Todo comenzó a dar vueltas y la herida en mí se volvió irreparable, ni mis sueños y esperanzas lograron hacer que sanara. Me llene de tanto odio y rencor hacia la única persona que tenía lo que yo jamás iba a poseer, la única culpable de mi miseria; si no la hubiese conocido, si ella jamás hubiera existido estoy segura de que Terry me amaría a mi y a nadie más que a mi.

Como pude salí del teatro mientras juré no regresar al lugar en donde murieron todas mis ilusiones; cuando llegué a casa le escribí una carta a esa chica, sé que hacerlo era completamente innecesario porque había mantenido su palabra de no verlo, pero deseaba tanto que ella probara un poco de la amargura en la que estaba viviendo, o que sintiera el dolor de amar a alguien y no tener su amor, tiene que probar, aunque sea muy poco de lo que Terrence me está haciendo vivir.

Por mucho tiempo dejé de esforzarme, hasta que me dijeron que podría utilizar una prótesis, Terry no lo sabía, quería darle la sorpresa así que me dirigí a su apartamento. Por un momento recupere la confianza, me sentí muy bien por volver a caminar. Cuando llegué, la amable señora de siempre me recibió y me pidió que le entregara una carta, igual que hace años, acepte amablemente la petición pero mi curiosidad por saber más, ganó. El sobre no tenía ningún remitente pero la dirección de la que provenía era de Chicago, pensé que después de tanto tiempo ella había roto su promesa. Con una mezcla de ira y miedo comencé a leer.

Viejo amigo:

Ha pasado mucho tiempo desde Londres, en mi memoria están frescos los momentos que compartimos entre peleas y risas, esa ha sido una época maravillosa y alegre para todos. También recuerdo que no convivías mucho con los demás y que preferías estar solo, pero había una gran excepción, pasabas largas horas con una pequeña rubia que ambos apreciamos.

Sé que no esperabas esta misiva y lamento haber abandonado a mi amigo durante este tiempo, debes pensar que soy terrible por no haberte apoyado en las situaciones más difíciles que has atravesado, perdóname por no haberte escrito antes. Pero hay algo que lamento aún más y es contactarte en terribles circunstancias solo para remover viejas heridas. Conozco bien lo que tú y Candy han pasado, también conozco tu situación con cierta dama con la que estás ligado.

Sin más vueltas te diré el motivo por el que envió esta carta: Candy ha ido al frente como enfermera militar, he hecho todo lo que está en mis manos para traerla de vuelta pero nada ha dado resultados. Es injusto contigo lo que haré, pero te imploro que me ayudes, sé que tú eres el único al que ella escuchará. Te suplico no la abandones y ayúdala a salvar su vida, hazlo por los viejos tiempos.

Estaré esperando tu respuesta

W. Albert Andley

Las palabras enfermera militar se repitieron en mi cabeza como un eco, "¿Acaso se volvió loca? ¿por qué haría algo así?" me pregunté sin poder entender lo que pasó por su cabeza para hacer tal locura. Traté de calmarme pero por primera vez en mi vida, sentí miedo por alguien más, por un instante mi egoísmo se esfumó y temí por su vida. "si le doy la carta a Terry podría ir tras ella y dejarme… pero si no lo hago ella podría morir, la odio pero no espero que muera" fue lo que pensé primero, mordí mis uñas por la ansiedad de no saber que hacer, "¿por qué todo tiene que complicarse más para mí? Dios debe tener algo en contra mía para hacerme esto" y ahora lo tengo más comprobado que nunca; primero el accidente, después esa maldita carta y ahora estoy completamente sola.

"Ella me salvó la vida y renunció al hombre que ama para que yo estuviera con él pero si ella no existiera él me amaría a mi" seguía debatiéndome en las escaleras, luchando con mis celos y el querer ser buena persona, ha sido lo más difícil a lo que me he enfrentado. En ese momento mi cabeza se llenó de dudas ¿por qué no anunciaron que una Andley estaba en Europa? Terry había vivido en Londres, por eso es tan diferente a otros hombres que conozco pero ¿Cómo es que terminó involucrándose con los Andley si es hijo de una actriz? en ese instante pensé que era como una persona común con un rey, y ¿realmente Terry solo convivía con Candy? ¿Qué es lo que ella tiene y por qué es tan importante?

Quería saber más pero antes de averiguarlo debía elegir si entregarle el papel o no, "Terry la quiere a ella, sin duda es capaz de ir tras ella, eso arriesgaría su vida" no quería poner en peligro al hombre que amo y mucho menos perderlo, entonces recordé que se quedó conmigo porque Candy se lo pidió y nunca lo volvió a buscar. Así se me ocurrió la gran estúpida idea de entregarle la carta, "si va a buscarla terminará siendo rechazado, eso le dolería mucho… pero volvería a mi y con el corazón totalmente destrozado podría mirarme" intente pagar mi deuda con Candy y así comenzó mi verdadero infierno.

Continúe subiendo las escaleras y escuche una melodía bastante conocida recordándome que su amor no es mío, pero dejé la envidia a un lado y con valor entre al departamento. -Hola Terry- Dije haciendo uso de mis habilidades actorales para mostrar una sonrisa y me miró sorprendido.

-Veo que has vuelto a caminar, me alegro por ti- ahora pienso que ni siquiera le importó que yo diera un paso importante en mi situación, su indiferencia logró aplacar mi entusiasmo por caminar otra vez. -¿Qué haces aquí?- Preguntó de esa manera tan detestable

-Yo, quería darte la sorpresa por eso no te dije antes que iba a empezar a usar una prótesis. también… bueno…- comencé a tartamudear por los nervios y sin saber cómo empezar.

-Habla- me dijo exasperado.

-Bueno es difícil… es… difícil usarla además de cansado. ¿Podría quedarme un momento a descansar?- trate de ganar un poco más de tiempo con esa ridícula frase, él asintió de mala gana y continuó tocando su armónica, quería huir de ahí pero me aferre a mis "buenas intenciones". -Te gusta mucho verdad, tocar la armónica- fue una afirmación y si, tiene doble sentido porque sé que es ella la que le gusta. Me respondió con un seco sí. -Siempre te he escuchado tocar esa melodía… Debes extrañarla mucho- por primera vez afronte mi realidad y me prepare para lo que seguía por delante. -Estoy segura de que tocas pensando en Candy-

Lo siguiente fue una escena de horror, con solo recordarlo comienzo a temblar de nuevo. Con odio y recriminación en su voz me dijo que me callara, trate de ignorar el escalofrío que me provocó, lo mire a los ojos que parecían dos cuchillos afilados listos para asesinar. -Candy… ella…- fue lo peor que pude hacer.

-Cállate Susana, tú no eres digna de mencionarla siquiera- Nunca lo vi tan enojado; a pesar de que el terror se apoderó de mí, reuní todas mis fuerzas. -Escúchame, ella…- En un pestañeo ya estaba delante mío, golpeando la mesa con fuerza haciéndome brincar de miedo -Dices una palabra más, o vuelves a hablar de ella te juro que te mato- con sus palabras lo hizo, una vez tras otra desde que nos conocimos. Pregunte ¿por qué? tratando de encontrar una explicación pero al ver la ira en él me arrepentí inmediatamente

Entonces se acercó al punto en que pude percibir el olor a alcohol, y temí que pudiera agredirme de alguna forma. -Porque un ser tan bueno como ella no merece estar en boca de una niña caprichosa, porque ella es lo más sagrado que hay en mi vida y no voy a permitir que tu profanes la memoria de la más dulce y bella mujer, ¿te quedo claro?- asentí en silencio impactada por la abierta expresión de su ferviente amor. Cuando se alejó de mí, salí lo más rápido que pude del apartamento.

Una vez más había sido humillada, mientras caminaba la parte más oscura de mí se presentó con mayor fuerza, estaba tan indignada y cansada de esa situación que la tristeza dejó de ser suficiente, el deseo de ser buena y amable se fue sin dejar rastro alguno de su existencia. Juré que Terrence pagaría con lágrimas cada uno de los malos ratos que me hizo pasar. Quería hacerle un favor a esa mujercita suya, pero deje que se quedara en el frente, y si le sucedía algo, sería su culpa por haberme tratado tan mal. Totalmente cegada por la venganza envié un telegrama a Chicago "lo siento, no puedo hacerlo".

Durante unos días me sentí satisfecha, por fin había hecho justicia por el dolor que pase; además, fingí que no podía continuar con la prótesis para no salir de casa y hacer que Terry se sintiera más obligado conmigo, me estaba vengando de él. Pero duró muy poco, no sentí el más mínimo remordimiento, sin embargo, las pesadillas inundaron mi sueño. Cuando cierro los ojos veo a Candy recriminando por no haber entregado la carta que podría ayudarla y en ocasiones haberla salvado, veo su rostro ensangrentado, con heridas en cada parte de su cuerpo. A veces despierto a media noche y juraría que puedo oír las detonaciones de bombas, los disparos y los gritos. Todo esto me ha ocasionado muchos problemas, perdí el apetito y la poca estabilidad emocional que tenía. Cada noche trato de no dormir para no ver a esa enfermera cubierta de sangre diciéndome que todo es culpa mía.

Duré meses de esa forma hasta que una mañana mi madre me pidió que le leyera el periódico y vi a mis pesadillas materializarse… Heredera Andley desaparecida en guerra. Entre en pánico, yo no quería ser responsable de algo tan terrible, necesitaba hablar con alguien sobre esto pero no podía hacerlo con nadie. Las semanas siguientes vi a Terry muy pocas veces pero era evidente su preocupación, tenía un humor peor al de costumbre, hasta que anunció que iría a buscar a esa mujer. Estaba luchando con mis demonios pero eso determinó la batalla en mi interior, desee que no la encontrará, que todo fuera en vano para él.

Pero estoy aquí ahora, escuchando lo "maravillosamente valiente" que es Candy, ojalá hubiera muerto en Francia. Salvó a muchas personas ahí pero a mi me condenó a la infelicidad incluso antes de conocerla, pero si realmente no sabe quién soy significa que no recuerda nada ¿cierto? Aún tengo la mínima oportunidad de hacerlos sufrir a los dos, debo aprovecharla muy bien.


Hola, ¿Qué les pareció? he leído sus comentarios acerca de Susana, yo también pienso que es muy mala, sobre todo en esta historia. Pero, perro que ladra no muerde, así que no se preocupen.

Les mando muchos abrazos a donde quiera que estén. Las amo