Descargo de responsabilidad: todo Crepúsculo pertenece a Meyer.
Bip, Bip, Bip, Bip.
Otra vez me desperté con el molesto sonido de la máquina, la máquina que indicaba los latidos de mi corazón. Mi corazón que no debería estar latiendo ahora.
No pude escapar de la realidad ahora. Tuve que aceptar lo que era. Toda la vida que había vivido, todo por lo que tanto había luchado, se me había escapado, solo había sido una fantasía que creo mi mente.
Pero se sentía tan real, todo. Edward se sentía real, aún podía recordar la sensación de su toque tan frío y a la vez tan cálido y protector. Aún podía recordar cuando James me atacó, su mordida. Observe mi brazo. No la tenía. Otra prueba más de que había estado viviendo en un sueño. Todavía podía recordar la luna de miel en isla Esme, me ruborice de solo recordar cuando Edward y yo habíamos hecho el amor. Aún podía recordar el dolor que sufrí durante el embarazo que me había traído a mi pequeña. Mi columna, la transformación. Me estremecí al recordar el dolor y el fuego ardiente.
Recordaba cuando Edward y yo cazamos juntos por primera vez, la sensación de la sed, cuando me vi por primera vez a la luz del sol. Jacob imprimado de mi hija.
Irina.
Ella fue con los Volturi y les dijo que mi hija era un niño inmortal. Los testigos. Mi escudo. El claro donde nos reunimos para convencer a los Volturi de que mi hija no era inmortal, o no completamente y que no era un peligro. Y luego. Nada.
Intente recordar si hubo una pelea. ¿Acaso había muerto? Mi cabeza empezó a palpitar dolorosamente mientras intentaba recordar lo que sucedió en el claro, pero no había nada, todo estaba completamente en blanco.
—¿Estás despierta pequeña?
La voz de mi padre me saco de mis pensamientos.
—Papá— solloce.
—Aquí estoy Bells— me dijo sonriendo. — Vine inmediatamente después de que tu madre me llamó para decirme que habías despertado del coma.
—¿Coma?
—Si Bells, nos asustaste mucho, tuviste un accidente hace tres meses, saliendo de tu escuela, te atropello un ebrio— dijo molestó. ¿Atropellada? No podía recordar eso.
—No recuerdo.
—Oh, no te preocupes Bells, es normal. Tu madre me dijo que has estado muy confusa— dijo mirándome a la espera.
—Si, eso.. eso c.. creo— tartamudee. Las lágrimas rodaban por mis mejillas de nuevo, no podía controlarme.
—Tranquila— dijo Charlie acariciando mi mejilla y secando mis lágrimas. Se veía un poco fuera de lugar. Las muestras de cariño no eran lo suyo.
Una idea vino a mi mente de repente, era una idea esperanzadora. ¿Y si ellos fueran reales? ¿Qué tal si había tenido un sueño premonitorio? ¿Qué tal si Edward estaba en Forks tal como en mi sueño?
Una llama de esperanza se encendió en mi corazón. Esperaba que él fuera real, o sino, no sabría como seguir viviendo.
Quería preguntarle directamente a Charlie si los Cullen Vivian en Forks, pero eso sería algo extraño para preguntar. Pero ¿Qué opción tenía? Tenía que saber, tenía que saber, de ello dependía mi existencia.
—Papá— le llamé y se detuvo de secar mis lágrimas me miró expectante. —¿Conoces al doctor Carlisle Cullen?— pregunté directamente, luego podría lidiar con las preguntas.
Charlie me miró con confusión. Me arrepentí de haber preguntado así, estúpida y tonta Bella.
—Ehh, si el doctor Cullen trabaja en el hospital de Forks, es un gran médico, pero ¿Por qué la pregunta Bella? ¿Lo conoces?
Carlisle era real… era real, si él era real talvez el resto también, talvez Edward. Mi corazón latía como desbocado, lo que no pasó desapercibido a Charlie debido al monitor cardíaco. Me miró un poco confundido. Trate de calmarme e hice la siguiente pregunta.
—¿,Y él tiene hijos?— pregunté ignorando su pregunta.
—Eh, si, tiene cinco hijos adoptivos, muy buenos muchachos, pero ¿Por qué preguntas por ellos?
Tenía cinco hijos adoptivos, no podía ser una coincidencia ¿No?
—Una de las enfermeras me estaba preguntando por mi familia y dónde vivía, ya sabes, haciendo plática, mencione que tú vivías en Forks y ella dijo que conocía a alguien que vivía ahí, un médico excompañero suyo, me habló tan bien del doctor y su familia que me dio curiosidad, dijo que todos ellos eran muy guapos— esperaba que me creyera la descarada mentira que había dicho. Cuando lo miré parecía satisfecho con mi explicación.
—Oh, si todos ellos son bastante guapos— dijo Charlie sonrojado.
Esto avivó más mis esperanzas. Ellos tenían que ser mi familia, mis vampiros.
—¿Quieres algo de comer Bells?— preguntó Charlie sacándome de mi ensoñación.
—Eh, si en realidad si.
—Bien, iré a buscar algo para ti, ¿Algo en especial?
—No, no, cualquier cosa está bien.
Charlie asintió y salió de la habitación. No sabía como sentirme. Los Cullen eran reales, por lo que dijo Charlie, no podía decir si eran vampiros o no, ¿Y si no eran como los recordaba? Esperaba que si lo fuesen. Tenían que ser.
René entro en ese momento. Parecía algo nerviosa, seguramente la había asustado mucho.
—¿Cómo te sientes Bella? .— Preguntó cautelosa.
—Me siento bien mamá, solo estaba algo confundida es todo.
Contesté para tranquilizarla, se veía nerviosa. Talvez esperaba otro ataque de pánico.
—Oh, que bien bebé, te veías muy angustiada, no sabía que hacer.
—Ya estoy mejor mamá.
—¿Ya viste a tu padre?
—Si, ya lo vi, está buscando algo de comer para mí.
—Oh, que bueno.
Charlie justo venía entrando con la comida.
—Aquí está la comida Bella.
—Gracias papá.
Comí en silencio bajo las miradas de Charlie y René.
—¿Dónde está Phil?— pregunté para romper la tensión.
—Esta de viaje, vuelve mañana, quería venir en cuanto se enteró de que despertaste, pero tenía trabajo.
—Oh, no importa, dile que no debe venir si va a tener problemas.
—No seas tonta, él ha estado muy preocupado por ti, desde el accidente, te visitó casi a diario cuando no estaba viajando.
—Agradécele de mi parte.
