Chapter 1:
Todo de él lo cautivaba, pero lo que más le encantaba de él era su inocencia, su mirada tan dulce, no sabía porque pero le encantaba.
Le encantaba que cuando insultaban, humillaban y golpeaban a Pip él nunca guardara rencor, le encantaba que su alma sea tan pura e inocente, semejante a la de un ángel.
Pip le hacía sentir cosas que jamás había sentido, le encantaba que Pip se sonrojara cada vez que lo ve a los ojos o cada vez que le sonríe seductoramente.
Damien no sabía porque sentía todas esas cosas, ni siquiera sabía que sentía, pero cada vez que Pip estaba cerca su corazón latía a una velocidad casi inhumana como si quisiera salirse de su lugar, cada vez que Eric Cartman insultaba a Pip le provocaba quemarlo con sus ojos y mandarlo con su padre.
Quisiera saber que era esa sensación de querer abrazarlo y besarlo hasta el fin, pero no sabía nada de sentimientos excepto por la ira el dolor y el odio ¡Pues claro! él era el Anti cristo como iba a saber el sobre sentimientos bonitos.
Ahora mismo sentía la necesidad de abrazar a Pip, el cual estaba a su lado, volteó la cabeza para mirar a aquel ángel, lo analizó, cabellos dorados semejantes a los rayos del sol, hasta los hombros, ojos tan azules como el cielo los cuales desprendían inocencia y ternura, mejillas ligeramente sonrojadas que le daban un toque aún más dulce, nariz perfilada, labios grueso y rosados que daban ganas de devorarlos, piel blanca como la nieve y suave como la seda, ya había tenido la oportunidad de tocar su piel, era bajito, delgado y su atuendo nunca cambió, siempre ha llevado el mismo estilo desde que eran niños, camisa blanca con un moño marrón, pantalones marrones que le llegan a las rodillas, una boina y un chaleco rojo.
El pelinegro seguía perdido en sus pensamientos cuando una tierna voz lo devolvió a la realidad.
-¿Pasa algo Damien?- Preguntó dulcemente el Británico.
- No ¿por qué?- Preguntó el pelinegro confundido.
-Porque me estabas viendo fijamente- Contestó el menor.
Damien sintió como sus mejillas se calentaban ¿¡Por qué me sonrojo!?
- No pasa nada Pip - respondió el demonio.
En ese momento sonó la campana que indicaba que era la hora del almuerzo.
Continuará...
