Capítulo 2

Promesas

Todos a su alrededor estaban desolados. Su hermana y su madre se abrazaban, Harry luchaba contra las lágrimas y Hermione, a su lado, lloraba en silencio.

Ron no lo podía soportar más.

-Hermione...-susurró con una voz tan débil que se sorprendió a sí mismo. Él también estaba cansado.

La chica secó las pequeñas lágrimas que rodaban por su rostro y permaneció quieta, dando a entender que lo escuchaba.

Ron suspiró y la cogió de la mano con cierto temor, cierta vergüenza. Aunque una vez hecho se sentía muy bien... muy reconfortante, como si sus manos encajaran a la perfección.

Aquello le ayudó a hablar.

-¿Cómo estás?-preguntó en primer lugar, pero dándose cuenta de su error rectificó rápidamente- Quiero decir que... bueno, ya sé que estás mal... todos estamos mal, ¿no? Sólo es que...bueno... no quiero que llores... ¡No! No es eso... Si quieres llorar, llora. Desahógate sin más, pero... quiero que estés bien.-dijo por fin Ron, aliviado de no seguir hablando y liando más aún las cosas.

Hermione levanto la vista hacia él y le sonrió débilmente.

-Gracias-dijo con la voz rota y sin poder evitar otro sollozo.

Ron frunció el ceño, apenado y preocupado. Odiaba ver a Hermione así.

Y entonces hizo algo realmente extraordinario. Dio el primer paso. La abrazó.

Esperaba recibir sorpresa, o incluso rechazo por parte de Hermione, pero no fue así. La chica se agarró también a él con fuerza y lloró más aún, como si aquello fuese lo que necesitaba desde el principio. Ron se sentía un estúpido por no haberse dado cuenta antes.

Atinó a acariciar el pelo de la chica, aquel pelo que tantas veces había anhelado tocar y que tantas veces había impregnado todo con su olor. Apoyó su cabeza sobre la de ella y dejó caer las lágrimas que no había querido derramar en su presencia. Ya nada de eso importaba. No sabía lo que iba a pasar a partir de ahora, lo único que sabía es que estaría al lado de Hermione y no volvería a abandonarla.

"Voy a estar aquí, no me iré de nuevo. No voy a cagarla más, no voy a desperdiciar nuestro tiempo. Estoy a tu lado y no voy a dejar que llores ni una sola vez más sino está mi hombro para apoyarte. Te lo prometo"

Ron no supo si llegó a decir esas palabras, o si sólo las pensó. Estaba demasiado ocupado dando su último adiós a Dumbledore.

...

Después de su conversación con Harry, Hermione se había sentido algo mejor. Al menos ahora sabían que es lo que tenían que hacer para acabar con Voldemort, aunque no fuera fácil.

Aunque ahora, mirando por una de las ventanas del largo pasillo del expreso de Hogwarts, la chica parecía realmente desolada. Haciendo la ronda de prefecta una repentina idea había venido a su mente.

-... ¿Hermione? ¿Qué haces ahí parada? Estamos haciendo la ronda de prefectos, ¿recuerdas? Luego soy yo el irresponsable...-escuchó una lejana voz.

Hermione despegó la vista del paisaje para posarla en algo aún mejor. Los ojos de Ron. Le transmitían tantas cosas... aunque en aquel momento era tranquilidad, que era justo lo que necesitaba para no echarse a llorar como una histérica después de que la verdad la hubiese golpeado en toda la cara.

-P-perdón, estaba pensando en otra cosa...-murmuró.

-No hace falta que lo jures... ¿Estás bien? ¿Es por Dumbledore?

Hermione negó con la cabeza.

Hacía solo unas pocas horas se había celebrado el funeral de Dumbledore, pero Ron la había ayudado de verdad. Sólo la había abrazado, pero ella había sentido algo mucho más especial. Quizás es que en aquellos momentos estaba vulnerable.

-¿Entonces por qué es? ¿Es por... lo que nos ha dicho Harry? Si te quieres retirar lo entiendo, es más, estoy totalmente de acuerdo. Así estarás a salvo, puedes quedarte con Ginny y…

-¡No seas idiota!-exclamó Hermione indignada-No voy a abandonar a nadie.

-¿Entonces qué es lo que ocurre? Ya sabes que puedes contármelo.

Hermione respiró hondo.

-Mis padres-dijo solamente.

-¿Qué?-preguntó Ron si comprender.

-¿Qué va a ser de ellos cuándo yo me vaya? Tendré que hacer algo.

-Sólo tienes que decirles que irás a Hogwarts, por una pequeña mentira no pasa nada, ¿no?

-Ron... ¿de verdad crees que van a dejar a mi familia tranquila? ¡Soy hija de muggles y una de las mejores amigas de Harry Potter! Los mortífagos no son tan idiotas...

Ron abrió la boca ligeramente, comprendiéndolo al fin.

-¿Los vas a esconder?

-Si-contestó con decisión, mirando de nuevo por la ventana.

-¿Pero...cómo?

-Les voy a borrar la memoria. Nunca sabrán que han tenido una hija y vivirán en Australia. Es lo único que puedo hacer.

Ron abrió más aún la boca y titubeó palabras incomprensibles.

-Yo... lo siento, Hermione. ¿No hay otra forma? Quizás se podrían quedar en la Madriguera.

Hermione negó con la cabeza.

-No pondré a nadie más en peligro.

-¡Vamos, Hermione! Mi familia ya está en peligro por sí sola y con el encantamiento Fidelio...

-No, Ron. Esa es mi última palabra-contestó Hermione, quizás más mordaz de lo necesario.

Sintió como Ron se tensó a su lado.

-Está bien, respeto tu decisión. Yo... voy a hacer el resto de la guardia, quizás tú deberías volver al compartimento con los demás.

Hermione se volvió de nuevo hacia él.

-¡No voy a rehusar mis obligaciones! Haré la ronda contigo.

Y comenzó a caminar.

Ron se encogió de hombros y la siguió.

Permanecieron casi toda la guardia en silencio hasta que llegaron frente a la puerta de su compartimento.

-Esto... Ron, me gustaría guardar el asunto de mis padres en secreto. Se lo contaré a Harry en su debido momento, no quiero darle más motivos para preocuparse. Ya sabes como es él.

-Claro-contestó él asintiendo y sin mirarla.

-Y Ron... lo siento. Antes he sido una borde contigo, y no tenía motivo. Tú eres el único que me ha ayudado en estas últimas horas tan críticas, si no fuese por ti estaría derrumbada. Gracias.

Hermione le miró expectante y el chico levantó la mirada del suelo para sonreírle de aquella forma tan encantadora, como la de un niño que ha conseguido lo que quiere.

-No importa.-contestó y abrió la puerta del compartimento, donde Harry y Neville jugaban con naipes explosivos y Ginny y Luna leían un número del Quisquilloso.

Hermione suspiró una vez más antes de sentarse junto a Ron y mirar en silencio el paisaje.

"Todo va a estar bien" le repetía una y otra vez una voz en su cabeza. Una voz muy parecida a la de Ron.