Capítulo 3
¡A por Harry!
Aunque le daba pena dejar así a Ginny en su habitación, enfadada y desilusionada, sabía que tenía que bajar y reunirse con los demás. Debía cumplir la misión.
-¿Seguro que estarás bien?
-Pues claro, vas a ser tú la que tenga problemas-le contestó la pelirroja mientras miraba por la ventana, dándole la espalda.
-Ginny, no debes tenerle rencor a tu madre... Ella lo hace para que estés a salvo, ya somos suficientes los que nos sacrificamos. Además, después del verano que has pasado no sé si sería buena idea que vieras tan pronto a Harry, será mejor que lo vayas asimilando ahora poco a poco...
-Estoy bien-le cortó secamente- No le tengo ningún rencor a mi madre y tampoco necesito ningún tiempo para asimilar nada. No soy la niña débil que todos creéis.
-Lo sé-le contestó Hermione deseando que su amiga se diese la vuelta y leyera la verdad en sus ojos.
Siguió de pie junto al marco de la puerta un rato más, pero su amiga no parecía dispuesta a darse la vuelta y hablar con ella por lo que Hermione decidió irse. Se dispuso a salir, cuando una voz la llamó.
-¡Hermione!
Hermione volvió a abrir la puerta y miró interrogante a la pelirroja.
-Tened cuidado con los mortífagos-le sonrió débilmente- Si os pierdo también a vosotros no sé que haré...
Hermione miró con preocupación a la pelirroja. Cerró la puerta tras de sí antes de dirigirse a ella y agarrarle por los hombros, haciendo que la mirase a la cara.
-No has perdido todavía a nadie. Él siempre va a estar ahí para ti, aunque ahora no sea el momento. Ese momento llegará, pero mientras tanto debes sacártelo de la cabeza. Es lo mejor para ti y para todos.
Ginny le sonrió y la abrazó.
-Y por nosotros no te preocupes, estaremos bien.
Las chicas se separaron y se sonrieron.
Hermione se dirigió de nuevo a la puerta de la habitación. Justo cuando agarró el pomo de la puerta esta se abrió, dejando paso a un alto y delgado pero corpulento chico pelirrojo de encantadores ojos azules.
-Ah, Ron. Ya bajo. ¿Está Moody enfadado?
-¿Y cuándo no lo está?
Hermione le sonrió con gratitud por su apoyo. Aquel verano Ron se estaba comportando realmente bien con ella, incluso discutían menos. Y sus continuos abrazos... bueno, eso no tenía precio.
-Entonces bajemos ya. Ginny, nos vemos luego.
-Está bien. Volved enteros y a salvo. Y Ron...-añadió mientras la pareja salía de la habitación- cuida de Hermione o te patearé el culo.
Hermione se alegró de que Ron estuviera de espaldas a ella, ya que se había sonrojado. Empezó a bajar las escaleras rápidamente, seguida de Ron y maldiciendo a Ginny por aquellos comentarios. Aquel verano se lo había pasado de lo lindo haciendo bromas acerca de ellos junto con los gemelos.
Llegaron a la cocina, que estaba abarrotada.
-¿Estáis ya listos?-preguntó Tonks.
Hermione asintió.
-Bien, pues entonces nos marchamos ya-anunció Lupin.
La señora Weasley los miró con preocupación y los abrazó a todos, incluso a Mundugus, mientras les deseaba suerte.
Todos juntos salieron al jardín, donde les esperaban dos thestrals y la gran motocicleta de Hagrid. Todos cogieron una escoba, a excepción de Hermione, que prefería viajar en thestral; Hagrid, que iba en su motocicleta; y Bill y Fleur, que también iban en thestral.
Hermione intentó a duras penas subirse al animal, con resultados nulos. Mientras resoplaba con frustración sintió unas manos de tacto cálido en su cadera y se volteó bruscamente, quedando frente a frente con Ron. Al principio se ruborizó un poco por el repentino acercamiento y después rió nerviosa.
-Ron, me has asustado.
El chico sonrió perezosamente.
-Anda, déjame que te ayude o no saldremos nunca de aquí.
Hermione le dio un golpecito en el hombro en señal de queja, pero dejó que la ayudase.
Una vez que estaba firme y segura encima del thestral miró triunfante a Ron.
-Gracias.
-No hay de qué… Bueno, en realidad sí.
Hermione alzó las cejas, exigiendo una respuesta.
-Cuídate, o Ginny me pateará el culo.
Hermione le sonrió y siguió observándolo mientras el chico se dirigía hacia los gemelos.
"Cuídate tú también, si te pierdo ahora ya nada tendrá sentido" pensó mientras se recogía el pelo en una larga trenza.
...
Acababan de librarse de Bellatrix y Rodolphus, a quien Ron había propinado un hechizo aturdidor en el rostro. Tonks le había felicitado por aquello, pero ahora el chico no tenía tiempo de pensar en sus hazañas puesto que en su cabeza sólo estaba el bienestar de los demás. Después de lo fea que se había puesto la situación seguro que alguien había salido herido, o algo incluso peor. Pensó en Hermione. Si a ella le había pasado algo, si ha ella le había pasado algo sin ni siquiera haberse despedido de forma adecuada, sin haberle dicho lo que sentía...
Ron negó con la cabeza. "No, todos van a estar bien. Si yo he salido de esta, ¿cómo no van a hacerlo ellos, que son más fuertes y expertos?"
Aún con esos pensamientos divisaron la casa de su tía Muriel. Apretaron el vuelo.
-¡Lo hemos conseguido!-intentó animarle Tonks.
Atravesaron la barrera protectora y aterrizaron sobre el pomposo jardín. La regordeta mujer salió a su encuentro, con cara de alivio.
-¡Por Merlín, menos mal! Pensé que...
-No se preocupe, señora. Todo está bien.
La mujer empezó a besar a Ron en la mejilla de aquella manera que el chico odiaba tanto.
Entraron en la casa y Ron agradeció los mullidos sillones de su tía.
-Como es lógico habéis perdido vuestro traslador. Tendréis que descansar un poco hasta que volváis al vuelo. ¿Queréis algo mientras tanto?
Ambos negaron, aunque la mujer los miró con preocupación.
-Os traeré unas tazas de té.
-En este momento sería mejor un whisky de fuego, ¿no crees?-le preguntó Tonks a Ron cuando tía Muriel salió de la sala.
-No sé, no bebo-contestó Ron, poco predispuesto a la conversación.
La bruja le observó unos segundos en silencio antes de continuar.
-Todo va a salir bien.
-No tienes por que hacerte la fuerte, sé que estás tan asustada como yo.
-Pero se supone que yo soy la adulta...-murmuró más para sí que para el chico.
En aquel momento apareció Muriel con las tazas de té y un periódico. Tonks se bebió su taza, pero Ron ni la tocó.
-Si me disculpáis voy a leer algo de "El Profeta". Últimamente está muy interesante con toda la historia de Rita Skeeter.
Ron frunció el ceño y miró a su tía con enfado, pero no dijo nada.
Siguieron un rato en silencio, con el único ruido que el pasar de las hojas, hasta que Ron se levantó.
-Creo que deberíamos irnos ya.
-Puede que Bellatrix y Rodolphus nos hayan seguido la pista, hay que esperar.
-¡Pero no puedo esperar más!
Tonks le miró con comprensión y asintió resignada. Muriel los miró con preocupación.
-¿Estáis seguros?
Tonks asintió y cogió su escoba. Ron le siguió.
-Dadle saludos a Molly y a Arthur, estaré allí para la boda.
Ron asintió y subió rápidamente a su escoba, par evitar los besos de tía Muriel.
Despegaron y cuando salieron de la capa de protección no parecía haber rastro de ningún mortífago. Emprendieron un vuelo rápido, ya que la Madriguera estaba cerca.
Al fin la divisaron y Ron sintió que unos nervios recorrían su estómago. Atravesaron la capa de protección y segundos después aterrizaban en su destartalado jardín.
Tonks bajó precipitadamente de su escoba y corrió hacia Lupin, que tenía mala cara. Entonces, Ron la vio y nada más importó. Corrió hacia ella.
-¡Estás sana y salva!-exclamó mientras ella se abalanzaba sobre él.
-Creí... Creí...
-Estoy bien-le dijo mientras le daba unas palmaditas en el hombro-Estoy bien.
Y era mejor que bien como se sentía. Hermione estaba viva y a su lado y al abrazarla había sentido que no había otra cosa mejor en el mundo.
