Capítulo 3

Planes fallidos de la señora Weasley

"¡Estoy en ello! ¡Estoy en ello!... Ah, eres tú-resopló Ron, aliviado al ver que era su amigo, y volvió a tumbarse en la cama de la que acababa de levantarse.

El cuarto continuaba tan desordenado como lo había estado toda la semana; el único cambio era que Hermione se hallaba sentada en un rincón."

. . .

Hermione asintió, como los demás, fingiendo hacer caso a la señora Weasley. Miró los rostros de fastidio de Ron y Harry e intentó no reírse. Ella ya había realizado la tarea el día anterior, aunque la señora Weasley no parecía haberse percatado. Se dirigió hacia la habitación donde supuestamente tenía labores que hacer y esperó unos minutos hasta que la señora Weasley desapareció. Subió los escalones rápida y sigilosamente y llegó hasta la habitación de Ron.

"¡Toc! ¡Toc!"

-¡Ya estoy limpiando mamá, déjame en paz!

-¡Soy Hermione!-exclamó en un susurro.

Tras unos segundos de silencio la puerta se abrió. Ron la cogió del brazo y la entró bruscamente a la habitación a la vez que cerraba la puerta. Quedaron frente a frente, en una situación muy similar a cuando él la había ayudado a subir al thestral.

-¿Cómo te has librado?-preguntó el chico, al parecer ajeno a la situación.

-Eh... Pues tu madre no se acordaba de que... de que ya lo había hecho ayer-dijo intentando hablar coherentemente a la vez que se perdía en sus ojos azules.

Entonces el chico pareció darse cuenta de la cercanía y la soltó rápidamente, con las orejas sonrojadas.

-Pues qué suerte la tuya.

-Como si tú estuvieses haciendo algo...-comentó mientras miraba la desordenada habitación.

Ron bufó y se tumbó en la cama.

-Mi madre está histérica. No quiero que estemos todo el rato discutiendo, dentro de poco me iré y... no sé lo que podría pasar.

Hermione le observó unos segundos y después se sentó tímidamente junto a sus piernas. Ron se incorporó un poco, clavando los codos en el colchón y con el torso erguido.

-Te entiendo, pero ambos sabemos lo que esta guerra traería consigo. Te podría decir que no te preocupes, que todo va a ir bien, pero te estaría mintiendo. Yo también estoy asustada, Ron.

Le apretó la mano suavemente y le miró a los ojos, intentando transmitirle todo su cariño y apoyo.

Ron le contestó con una sonrisa débil y se irguió un poco más, quedando cada vez más cerca del rostro de Hermione.

-Gracias.

Esta vez fue Hermione la que le sonrió.

Se quedaron un rato así; cogidos de la mano, mirándose a los ojos y sonriéndose hasta que, quizás dejándose llevar por la situación, empezaron a acercarse el uno al otro intencionadamente. Sus miradas no se separaban la una de la otra y ya sólo estaban a unos pocos centímetros el uno del otro...

"¡Toc! ¡Toc!"

Ron dio un respingo, dándole un cabezazo a Hermione, quien emitió un grito ahogado mientras se llevaba las manos a la frente.

-¿Cómo va eso?-era la voz de la señora Weasley, que entraba en la habitación.

Hermione lanzó una mirada de espanto a Ron y se escondió debajo de la cama, sintiéndose realmente estúpida.

-¡Pero si aún no has hecho nada!

-Mamá, es que yo necesito mi tiempo...

-¡Eres un holgazán! Más te vale haber terminado esto si quieres cenar.

Hermione pudo imaginar el horrorizado rostro de Ron y esbozó una sonrisa. En aquel momento la cabeza de Ron asomó.

-Sal de ahí, anda. Pareces una fugitiva.

-Algo así soy-dijo mientras se sacudía el pantalón.

-¿De que te reías?

Hermione volvió a sonreír.

-Pienso que, después de todo, tu madre tiene razón: deberías limpiar-dijo a la vez que se quitaba una pelusa del pelo y se la tiraba a la cara.-En fin, yo me voy a poner a trabajar.

Y se sentó en la esquina de la habitación donde tenía todos los libros amontonados.

Ron la observó unos segundos y después volvió a tumbarse en la cama, aún fastidiado por la interrupción.

"Esto ha sido una interrupción, ¿no? Habíamos estado a punto de besarnos, o al menos en una cercanía a ello, ¿o sólo eran imaginaciones mías? La verdad es que al mirarla y verla tan concentrada en sus libros parece como si nada hubiera pasado..."

Ron bufó algo decepcionado.

"¡Por Merlín, menos mal que llegó la señora Weasley! ¿En qué pensabas Hermione? Se suponía que habías subido para trabajar en los libros, no para tontear con Ron... ¡y mucho menos intentar besarlo! Demonios, ¿qué te pasa, chica tonta? Ni siquiera sabes si él... y te lanzas así sin más... aunque él no parecía molesto, ¿no? Bueno, quizás es tan cabeza hueca que ni se dio cuenta de lo que pasaba... pero espera un momento, él es un hombre, ¿no? ¡Desde luego que es un hombre! Y si... ¿y si es otro calentón cómo el de Lavender? Él mismo lo admitió, me lo dijo... ¡NO, NO y NO! ¡Hermione no pienses en eso! ¡Concéntrate en los libros de una vez! No sabes si le provocas algo a Ron, así que no saques conclusiones tan rápidamente... Tranquila, Hermione. Tú sólo concéntrate en los libros, Harry necesita tu ayuda, ¿no?"

Entonces Harry entró en la sala.

Hermione estaba tan absorta en sus pensamientos que ni siquiera se había dado cuenta de que habían tocado de nuevo a la puerta, de que Ron se había levantado y de que Harry había entrado.

Hermione compuso su mejor rostro de normalidad y saludó al chico.

-¡Hola Harry! ¿Crees que debería llevarme Historia de Hogwarts?