Capítulo 8
La destrucción del Horrocrux
Harry se fue con Luna, dirección a la Sala Común de Ravenclaw.
Ron y Hermione se quedaron en la Sala de Los Menesteres, junto con todos los demás.
Ron saludaba y hablaba con todo el mundo, pero rápidamente fue apartado de la multitud de la mano de Hermione, que lo agarró del brazo y lo arrastró hasta una esquina apartada.
Parecía que la chica estaba algo irritada.
-¿Qué te ocurre?
Hermione le fulminó con la mirada.
-Estamos perdiendo el tiempo, Ronald-había pronunciado su nombre completo. Estaba realmente enfadada. Ron tragó saliva- Tenemos que descubrir la forma de destruir los Horrocruxes que quedan, o si no todo esto será en vano. Y tú sólo te preocupas de hacerte el héroe con todos nuestros compañeros...
-Vale, vale, Hermione. Tienes razón. Pero no te enfades.
Hermione resopló.
-De acuerdo. Entonces, ¿qué hacemos?-preguntó a continuación el chico.
-Pues… hagamos un recuento. Son 7 Horrocruxres, hasta ahora hemos descubierto 4 y destruido 3. Harry está en busca del quinto, y seguro que se ocupa de él, podemos confiar en él. Hasta ahora hemos destruido todos con la espada de Gryffindor, pero ya no la tenemos, así que, ¿qué podría servir en su lugar?
Ron se quedó pensativo durante unos instantes. Después frunció el ceño.
-Bueno, en realidad no todos fueron destruidos por la espada. En segundo curso, cuando Harry y yo bajamos a la Cámara de los Secretos…
-¡Es verdad!-le interrumpió efusivamente Hermione-¡Los colmillos de basilisco! Pero… espera, ¿cómo nos hacemos con un colmillo de basilisco?
-Bueno, quizás Snape tenga alguno en su despacho, junto con las demás muestras de ingredientes… pero eso sería una misión imposible. Deben quedar aún en la Cámara de los Secretos, ¿no crees? No creo que se hayan desintegrado ni nada por el estilo durante estos años…
-Los dientes no se desintegran, Ronald, sólo se fosilizan con el paso del tiempo. Y ni siquiera ha pasado demasiado tiempo para eso, seguirán intactos. Alguien que sabe que la comida es una de las cinco excepciones de la Ley de Gamp sobre Transformaciones Elementales, también debería saber eso-contestó Hermione, mientras le sonreía pícaramente.
Ron le castigó con la mirada, ofendido. Hermione rió, divertida por la broma.
-Está bien-le cortó Ron-de todas formas, tampoco es que podamos entrar en la Cámara. No sabemos hablar pársel.
Esta vez fue Hermione la que se quedó pensativa. Al cabo de unos minutos levantó la vista del suelo y miró al chico de forma extraña. Ron se sentía examinado e incómodo.
-¿Qué ocurre?
Hermione sonrió.
-Creo que nos subestimas, Ronald. Vayamos a los baños del segundo piso.
-¿¡Qué!? Estás completamente loca, Hermione… No hay forma de que…
-¡Deja de quejarte y vamos!-dijo mientras se levantaba de un salto y lo arrastraba fuera-Al fin y al cabo es la única esperanza que nos queda. No perdemos nada al intentarlo.
Ron negó con la cabeza, pero la siguió.
Antes de irse, Hermione se acercó a Ginny rápidamente. Ron la siguió.
-¿Dónde puedo conseguir una escoba?
Ginny la miró extrañada.
-Vaya, Hermione. Pareces nueva en esto, sólo tienes que desearla.
Hermione cayó en la cuenta, y al instante apareció una escoba junto a ellos. Ron la recogió, sin entender nada.
-¿Para qué la quieres? ¿Dónde vais?-preguntó Ginny
-Ginny, no puedes venir-le cortó Ron.
Ginny le fulminó con la mirada.
Hermioné chascó la lengua, molesta por la interrupción.
-¡Vamos a los lavabos del segundo piso!
Y acto seguido abrió la puerta y salió fuera de la sala, arrastrando a Ron tras de ella.
. . .
Corrieron sigilosamente por los pasillos, con cuidado para no ser vistos y en cuanto llegaron a los baños del segundo piso respiraron aliviados.
-¿Y ahora qué?-preguntó Ron.
-Bien, ahora… escucharás mi plan. Sé que quizás suene un poco descabellado, pero por eso te he traído aquí antes de explicarte, sé que no habrías accedido a venir si te lo hubiera contado antes…
Ron le miró, esperando.
-Quiero que tú abras la Cámara de los Secretos.
Ron la miró durante unos segundos, incrédulo, y después se echó a reír.
Hermione volteo los ojos, mitad exasperada mitad divertida.
-¡No puedes estar en serio!-exclamó Ron mientras seguía riéndose.
-Vamos Ron, no es para tanto. Deja de reírte.
Ron dejó de reír, pero siguió negando con la cabeza.
-Hermione, es una completa locura.
-Bueno, de vez en cuando hay que hacer alguna. Hasta yo.
-Sí, eso desde luego… como aquella vez le diste un puñetazo a Malfoy.
Ambos se rieron y después se produjo un silencio incómodo.
-Ron, confío en ti para esto. Es muy importante y puedes hacerlo. Por Merlín, ¡recordaste la Ley de Gamp! Puedes recordar como Harry hablaba pársel e intentar imitarlo.
Ron le miró, pensativo.
-No sé, Hermione… desde luego te agradezco que digas que confías en mí después de todo… pero no creo que sea capaz.
-RONALD BILIUS WEASLEY, deja de ser un maldito cabezota e inténtalo-dijo Hermione mientras le arrastraba a los lavabos, donde se encontraba la puerta a la Cámara.
Ron palpó varios grifos hasta que dio con el indicado y lo miró intensamente mientras recordaba la voz de Harry. Hizo un primer intento, en vano. Se frustró, pero volvió a intentarlo. Milagrosamente, esta vez sí hizo efecto.
Miró a Hermione, alegre y sorprendido.
-¡Lo he conseguido!
Hermione asintió, contenta, y juntos se deslizaron por el túnel hacia el interior de la Cámara.
En efecto, allí había bastantes colmillos y los chicos se encargaron de recogerlos todos.
-Bien, bueno, ahora… sólo falta destruir esto-dijo Hermione mientras sacaba la copa.
Ron asintió.
-Debes hacerlo tú. El plan ha sido tuyo, y además yo ya destruí uno.
Hermione parecía algo nerviosa, pero asintió.
Apuñaló la copa con un diente de basilisco, produciéndose un gran destello que elevó a los chicos varios metros sobre el suelo y los empujó hacia atrás. Cayeron de bruces al suelo, uno junto a otro. Ron fue el primero en reaccionar. Se incorporó un poco y se inclinó sobre Hermione, que tosía debido al golpe en la espalda.
-¿Estás bien?
Hermione asintió entre toses.
Ron la cogió de la mano y la incorporó.
Ambos se sacudieron el polvo y observaron la copa destrozada.
-Es una pena, era bonita después de todo-bromeó Hermione y ambos rieron.-Gracias por concederme el honor.
-No, gracias a ti por confiar en mí para el plan. Después de lo que hice… no hemos hablado del tema en todo este tiempo, además de lo ocurrido en la Mansión Malfoy pero... después de que acabe todo esto, cuando llegue el momento, te daré una debida explicación.
-Eso ya no importa, Ron…
-Sí, sí que importa.
Hermione miró al suelo.
-Ahora más que nunca echo de menos los viejos tiempos, cuando Harry, tú y yo nos paseábamos por los terrenos sin preocupaciones y al mismo tiempo saltándonos las reglas a nuestra manera. Todo era menos complicado, incluido tú. Aunque no suelan decírtelo, has crecido Ron, ya no eres un niño insensato. Has madurado, supongo.
Ron se sintió halagado, lo que se reflejó en sus orejas enrojecidas.
-Tú siempre has sido madura, Hermione. Supongo que a mí aún me falta un poco, al menos para no volver a cometer un error como el que cometí.
Hermione asintió, sin mirarle. Parecía también avergonzada.
-Bueno, cojamos la escoba y larguémonos de aquí. Nos queda una Batalla que ganar.
Ron asintió, y juntos salieron de la Cámara de los Secretos.
