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Al terminar la agobiante y eterna sesión, ninguno tenía ganas de hacer un ensayo. Nos había llevado todo el maldito día entre maquillaje y cambios de ropa, fotos individuales y grupales.

El ambiente realmente había sido ameno, pero era evidente que afrontar un tiempo de exhaustiva práctica no llegaría a buen puerto luego de tantas horas, así que con Jenn y el resto de la banda tomamos la sabia decisión de priorizar compartir un buen tiempo alejados de las obligaciones que había que cumplir, ya tendríamos tiempo para eso al día siguiente.

Así que Akane nos invitó a conocer la casa que compartía con su esposa. Decidimos cenar allí. Le escribí a Sora para avisarle sobre el cambio de planes y ella me dijo que estaba saliendo a casa de sus padres, y que ya hablaríamos más tarde. No había tenido noticias sobre el dichoso concurso aún. Aparentemente la organización se estaba tardando mientras buscaba enlaces comerciales para promocionarlo adecuadamente. Notaba que ella ya estaba harta de esperar tanto, con su colección terminada y aguardando a ser mostrada al mundo.

Me relajé ante el volante. Akira y Hayato iban en el coche conmigo, conversando sobre cosas triviales mientras estábamos detenidos ante el semáforo y yo me ocupaba de darle una respuesta escueta a Sora para no distraerme en exceso ni quitarle tiempo.

-Has estado todo el tiempo con ese dichoso aparato -observó burlón Akira, mientras yo guardaba el dispositivo móvil en mi chaqueta y le hacía una mueca de desdén.

-No lo entenderías, son cosas de adultos -murmuré.

-Cuéntanos de tu chica, la que te ha dejado tamaña marca en el cuello. -Hayato sonreía y mis ganas de echarme a reír se intensificaban en mi interior, aunque superficialmente mi expresión de pocos amigos los disuadía de continuar con su estúpido interrogatorio.

Me dediqué a ignorarlos descaradamente mientras ellos hablaban y sacaban conjeturas completamente erróneas.

Siguiendo de cerca el coche en el que viajaba Akane delante de nosotros con Jenn, llegamos a una bonita zona residencial, una de las más exclusivas de la ciudad.

Recorrimos con lentitud la calle principal, aguardando la señal desde el vehículo de nuestra querida tecladista Kazehaya para meternos en alguna calle lateral.

Akane se había transformado en una reconocida profesora de música y solía viajar por el mundo para dar clases a sus prodigiosos y cuidadosamente seleccionados alumnos. Seguía dedicándose a la música clásica aunque había editado dos álbumes con composiciones propias instrumentales y algún vocalista invitado. Siempre había sido más madura que el resto de la banda, con una tendencia natural a apaciguar las aguas cuando algo andaba mal, y siendo increíblemente afectuosa con todos, había sido durante años algo así como la hermana que yo nunca había tenido.

Luego de la separación de Knife Of Day, nos habíamos distanciado poco a poco, y no había sido su culpa, no era ella quien había estado alejándose. Al principio había estado muy presente en mi duelo, pero lo cierto era que ya había comenzado a sentirme como una molestia y no quería abusar de su bondad. Poco a poco había logrado que dejara de preocuparse por mí, y no volví a llamarla o escribirle más que para algún cumpleaños.

Había querido borrar todo rastro de ese pasado que tanto me había abrumado. Y Knife Of Day estaba demasiado ligado a los recuerdos con Sora. Sumido en mi tristeza, no fui capaz de reconocer a tiempo que mi intención de dejar eso atrás era tonta.

Todo se podría haber transformado.

Pero no había sido capaz de verlo. Y solo quería negarlo y hacer como que nunca había existido.

Una de las luces laterales del coche de Akane indicó que doblaríamos hacia la izquierda. Así lo hice, siguiendo con lentitud al vehículo hasta encontrarnos con un portón enorme que se abrió para dejarnos ingresar a un espacioso recinto lleno de vegetación dispuesta de modo cuidadoso.

Descendimos del coche luego de aparcar junto a la casona que se erigía, pulcra y elegante.

Era increíble.

-¿Es cierto que en la música clásica se paga mejor? -preguntó Akira desconcertado.

-Algunos conciertos sí, pero esto es gracias a mi academia de música -dijo la anfitriona sonriendo ampliamente. Vimos abrirse la puerta principal y allí apareció una mujer increíblemente guapa, que se acercó a nuestra amiga y la saludó con un afectuoso abrazo y un tierno beso.

-Chicos, quiero presentarles a mi esposa, Kate.

La joven sonrió y se inclinó respetuosamente. Era alta, llevaba una bonita melena oscura y rizada que caía esponjosamente alrededor de su bellísimo rostro. Los ojos azules eran penetrantes y de mirada inteligente. Creía recordar que era de Polonia.

La saludamos respetuosamente. Algo en ella me cayó realmente bien. Parecía ser una persona amable y simpática. Hayato se le acercó y la saludó afectuosamente, pero era porque ya la conocía. Afortunadamente él y Akane siempre habían sido muy cercanos y su amistad había perdurado intacta durante aquellos largos años lejos de Knife Of Day.

Ingresamos a la casona y contemplamos la decoración amena y la manera en la que las luces cálidas nos recibían acogedoramente en el lugar.

Vi que Kate se me acercaba.

-Así que tú eres bajista como yo. -me dijo sonriendo, mientras unos hoyuelos se formaban en sus mejillas.

-Sí. Y creo recordar que Akane me dijo que eres fan de Scorpions -mencioné. Ella asintió encantada.

-Oh si, gran banda. Solía escucharla siendo niña con mi padre.

-También yo – asentí, teniendo un fugaz recuerdo y evocando la imagen de mi padre desafinando mientras conducía y yo procuraba no irritarme por sus nulas cualidades para cantar.

-He seguido tu carrera solista, Yamato. Y estaba esperando con ansias tu nuevo trabajo, pero Akane me comentó que lo has retrasado por el nuevo álbum de Knife Of Day.

-Bueno, sí. Es muy cierto.

-Estaré esperando el lanzamiento -dijo riendo de buena gana.

Nos dirigimos hacia el resto del grupo. Akane y Hayato discutían alegremente sobre la mejor opción para cenar mientras Akira y Jenn se miraban echándose a reír, lo cual no era usual en ella, solía ser solemne y tener un carácter solitario e irritable, por eso trabajábamos tan a gusto juntos, éramos bastante parecidos. Me agradó verla distendida y de buen talante, sería necesario crear un buen vínculo con los integrantes de la banda para la eventual gira que llegaría en pocos meses, en la que nos pasaríamos mucho tiempo encerrados juntos en hoteles, autobuses, aviones y escenarios.

Cuando decidimos inclinarnos por la opción de sushi que Akane propuso, nos acomodamos en el suelo junto a la mesa, riendo ante las ocurrencias de Hayato durante un rato. A menudo su forma de ser histriónica y divertida me recordaba mucho a Taichi.

-¿Puedo hacerte una pregunta Jenn? -interrumpió Akane, observando a la representante y viendo que ella asentía, continuó hablando -¿Hay fecha para la gira? ¿Fecha para publicar el álbum? ¿Cuándo se hará el anuncio oficial del regreso de Knife Of Day?

-Quería hablarles con respecto a eso hoy, pero no había tenido la oportunidad -comenzó Jenn acomodando su largo cabello negro y sonriéndonos – el regreso se anunciará oficialmente en exactamente tres semanas. Se hará una conferencia de prensa en la noche y deberían estar en condiciones de interpretar dos canciones de formato acústico. Será un evento sumamente importante.

-¿Dos canciones? -dijo Hayato preocupado- ¿Acaso nos dará el tiempo de terminar con las grabaciones del estudio?

-Descuida -dijo rápidamente Jenn – el disco se publicará en dos meses, y solo restan tres canciones para terminarlo, en algún momento haremos un video que contendrá imágenes de archivo de las giras que hicieron hace años y un set simple de filmación donde aparecerán fugazmente. Aun no se decidió cuál.

-Creo que en tres días podremos finalizar las grabaciones -dije, sabiendo que eso me correspondía únicamente a mí.

-Sí. Pero tranquilos, en la discográfica están complacidos. Ya han seleccionado otra canción, de las nuevas, y harán un video que tendrá la imagen de la tapa del álbum y algunas de las fotos de la sesión de hoy. No hay que preocuparse tanto. Los tiempos fueron calculados para que puedan ensayar a conciencia.

-De acuerdo -dije, ya más tranquilo.

-Entonces -comenzó Akane, tratando de ordenar la información en voz alta – en tres días terminan las grabaciones del disco, en tres semanas tendrá lugar la conferencia de prensa en la que se hará público nuestro regreso a la música y debemos interpretar solo dos canciones del formato acústico, en dos meses se publicará el disco, solo habrá un video para filmar y será breve, con escasa participación. ¿Y la gira?

Jenn sonrió.

-La gira iniciará en dos meses y medio. Luego del increíble show que harán para miles de personas. Asia, Europa, Norteamérica y Latinoamérica.

-Eso suena a gira mundial.

-Y lo será. Trece meses sin volver a casa.

Nos quedamos de boca abierta.

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El resto de la noche transcurrió entre risas y fuertes emociones.

Trece meses fuera.

Sin pausas.

Sin escalas para estar en casa.

En mi interior maldije tener que perderme el nacimiento de mi ahijado y de mis sobrinos.

Y también maldije la inexistente posibilidad de poder ver a Sora. En Italia o en Japón. Era casi imposible.

No quería pensar mucho en eso, solo intentaría redoblar mis fuerzas durante el tiempo que me quedaba en Japón para evaluar finalmente si existía una posibilidad real de seguir juntos.

Aun faltaba su desfile en el concurso. al cual deseaba poder llegar a asistir, no creía que se tardaría tanto como para no estar en Japón cuando se llevara a cabo.

Todos tuvimos momentos en los que pasábamos de las risas a quedarnos en silencio y pensativos.

A todos nos afectaría muchísimo.

Cuando mi móvil comenzó a vibrar en el bolsillo de mi pantalón, me levanté y me excusé para salir afuera a hablar. Estaba realmente abrumado ante los sentimientos opuestos que luchaban por imponerse en mí. Hablar con Sora me ayudaría.

Ver su nombre escrito en la pantalla era lo suficientemente tranquilizador como para calmar la mente y dejarme contener por sus palabras afectuosas y su sensatez.

-Sora -dije, aliviado de poder hablar directamente con ella.

-¿Cómo estás? – hubo un silencio casi imperceptible y de inmediato reaccionó -¿Estás bien?

-Lo cierto es que no del todo. Nos acaban de notificar sobre unas cuantas cosas de Knife Of Day y lo que se viene.

-¿Qué ocurre?

-Te contaré luego, aún lo estoy procesando -dije porque percibí que ella también parecía nerviosa -¿Tú estás bien?

-Yo… sí. Me acaban de confirmar la fecha del desfile. Y, en caso de que ganara el concurso debería irme en menos de dos meses.

-Vaya, es muy pronto -lamenté sinceramente.

-Lo es.

Hicimos un breve silencio.

-¿Prefieres que lo hablamos más tarde, Sora?

-Creo que sí. Pero de todas formas, la fecha del desfile ya fue publicada y eso es un alivio.

-¡Por supuesto!¿Cuando será?

-Exactamente en tres semanas.

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Ingresé en mi abandonado piso y dejé mis pertenencias sobre la mesa abarrotada de las partituras de las nuevas canciones.

Suspiré ante el silencio reinante y con sabiduría avancé a zancadas hasta mi habitación para recoger rápidamente una muda de ropa y meterme de lleno en la ducha. Sabía muy bien que si demoraba más, podría caer dormido en el sillón sin remedio.

Estaba exhausto, aunque el cansancio corporal no podía compararse con la abrumadora sensación de mi mente derrotada y confundida con tantas emociones.

Si no fuera por Knife Of Day, ahora podría estar publicando mi siguiente álbum solista sin una perspectiva tan dolorosa como la de tener que estar un año recorriendo el mundo y haciendo una gira mundial.

De solo imaginar cómo se sentiría perderme tantos sucesos de los que definitivamente había querido formar parte, mi mundo se venía abajo.

Incluso ante la posibilidad de que Sora ganara ese concurso, me sería sencillo ir a visitarla a otro país.

¿Cómo podía desmoronarse todo así?

Dolor.

Salí del cuarto de baño con el cuerpo más relajado, no así la mente, que en estado tempestuoso ya había comenzado su vertiginoso e imparable recorrido hacia un enojo justificado pero exagerado.

El sonido del timbre me hizo volver a centrarme en la escena que me rodeaba. Vi el departamento desordenado y descuidado a causa de mi ausencia durante los últimos días.

Sora debía haber llegado.

Me apresuré a contestar y comprobar que se tratara de ella para abrirle automáticamente la puerta principal del edificio.

Me entretuve unos minutos ordenando lo mínimo indispensable para que el lugar se pareciera a una sala decentemente habitable, y poco después escuché los suaves golpes en la puerta.

Cuando le abrí, la observé con un semblante serio. Su expresión tranquila cambió hacia una de preocupación de inmediato y se apresuró a entrar al lugar para cerrar la puerta tras ella. No la dejé avanzar, simplemente la abracé con fuerza, como había deseado hacerlo desde que Jenn había mencionado la gira.

-¿Yamato? ¿Estás bien? -noté el tono dubitativo de su voz, y de inmediato sus brazos rodearon mi cuerpo y nos quedamos así, aferrados el uno al otro. Yo devastado y ella sin comprender mucho lo que sucedía allí.

Al cabo de unos minutos me alejé con lentitud, excusándome con torpeza sobre mi conducta atípica. Ella le restó importancia a eso y se descalzó con calma, para luego seguirme a través de la sala y tomar asiento en un pequeño espacio junto a la mesa que le indiqué.

La vi acomodar su cabello trenzado y observarme con curiosidad.

-¿Podrías explicarme todo esto? Me asusté al verte así, ¿Qué pasó?

Tomé una breve bocanada de aire.

-Varias noticias. Aún intento ordenar mi cabeza, Sora. Lamento haberte preocupado.

-Está bien -ella apoyó una de sus manos sobre mi rodilla y me observó con una suave sonrisa -cuéntamelo.

-Bueno. La primer mala noticia, es que no podré asistir al desfile del concurso, porque ese mismo día ha sido seleccionado por la discográfica para lanzar el anuncio del regreso de Knife Of Day. Y puedo imaginar que los horarios coincidan. Además tendremos que presentar algunas canciones en vivo y responderemos preguntas de la prensa en una conferencia que seguramente será extensa.

Ella abrió los ojos sorprendida.

-Vaya. Eso… sí que es inesperado. -de inmediato me dedicó una sonrisa conciliadora -está bien, no pensaba obligarte para que estuvieras.

-De veras quería estar allí viendo tu consagración, apoyándote. -extendí mi mano hacia su rostro y acaricié su mejilla -me apena mucho no poder acompañarte.

-Yamato -susurró -en serio. Creo que aunque no puedas ir, me has apoyado y acompañado durante todo el proceso creativo de esta colección exclusiva. No podría ofenderme por esto. Tú si que has formado parte de esto como nadie más.

-Eres única -incliné mi cuerpo hacia ella y besé su frente.

-Dijiste que esta era la primera mala noticia -Sora volvió a centrarse en la conversación.

-Pfff – dejé salir un poco de la frustración que manejaba – en dos meses presentaremos el disco aquí, en un show masivo. Y un par de semanas después, comenzará nuestra gira mundial.

-¿Gira mundial? – ella parecía impresionada -¿Y cuánto tiempo estarás fuera?

-Serán trece meses viajando y sin volver a casa.

Estudié la forma en la que su rostro se volvía a transformar. Ahora ella comenzaba a comprender mi estado anímico. Su expresión se volvió ligeramente sombría. Se echó hacia atrás, apoyando la espalda en el respaldo y elevando la vista hacia el techo. Suspiró profundamente y cerró los ojos.

-Trece meses -repitió en voz alta al cabo de unos minutos -es mucho tiempo.

-Exacto. -la vi incorporarse y llevar las rodillas al pecho, mientras abrazaba sus piernas con la mirada ausente.

-¿Y qué significa esto para ti, Yamato? – volvió a fijar sus ojos castaños en mí. Capté todas las preguntas que se formulaban en su cabeza a través de su rostro.

-Significa que si ganas ese concurso, es probable que estemos un año entero si poder vernos. Porque no creo que tengas muchas vacaciones en ese posgrado de perfeccionamiento. – percibí la manera en la que coincidía con mi visión porque asintió silenciosamente, dejándome continuar - Y que si no lo ganas, igualmente será muy duro poder intentar coordinar un viaje para encontrarnos. Trece meses es mucho tiempo y son muchas ciudades, con muy pocos días libres. Jenn nos lo advirtió hoy, estaremos muy exigidos y ocupados.

Su vista se perdió unos instantes.

-¿Qué significa todo esto para ti ahora? -le pregunté, no quería que perdiéramos el foco de la charla, le había insistido mucho en mi necesidad de conversar con ella esa misma noche sobre todo lo que tenía que asumir. Ella había accedido de inmediato, volviendo directamente desde la casa de sus padres. Ahora todo estaba dicho desde mi punto de vista.

-Son muchas cosas, Yamato -me miró y percibí un suave brillo en su mirada, eran las lágrimas que se agolpaban para salir.

De inmediato la atraje hacia mí y la rodee con mis brazos, mientras ella simplemente se dejaba hacer y escondía el rostro entre mis brazos.

-Esto es una mierda -dije con la voz quebrada.

Ella se separó de mí con lentitud y negó con la cabeza.

-No. No es nada malo. -se limpió las lágrimas sonriendo amargamente -lo que estamos viviendo es sumamente importante para ambos. Y es un paso más en nuestras vidas profesionales. El único problema es que no hemos podido compatibilizar esto con nuestra relación.

Asentí. Cada vez estaba más frustrado.

-Nada está dicho aún, Yamato -dijo ella nuevamente mirándome con fijeza – aun nos resta evaluar si podremos con esto.

-¿Crees que se pueda?

-No lo sé -admitió – pero en este momento, aun no hay ningún concurso ganado. Aún no hay un calendario en el cual te hayan comunicado los días libres para un eventual encuentro en alguna parte del mundo. Aun quedan cosas por resolverse. Confiemos en intentarlo todo, como lo prometimos.

-Tienes razón.

-Te quiero.

Como toda respuesta, la acerqué a mí y besé su frente. Ella se abrazó a mi cintura.

-¿Quieres pasar la noche aquí? -le pregunté unos minutos después.

Sora sonrió.

-Te estabas tardando.

-¿Y el señor Jin?

-Antes de llegar aquí pasé para dejarle comida y agua. Así que debe estar feliz ocupando mi cama luego de que su esclava humana le dejara todo dispuesto.

Nos reímos y pude imaginar completamente la escena. Ese gato tenía su propia y marcada personalidad.

-¿Te llevarías al señor Jin si viajaras a Italia?

-No lo creo, es probable que se los deje a mis padres. Un viaje así lo dejaría muy estresado y además prefiero dejarlo con personas que se dedicarán a él en todo momento. Él los adora y a mi padre le agrada su compañía.

-Será duro para él.

-Y también te echaremos de menos a ti.

-Si. -hice un abreve pausa- creo que también extrañaré al señor Jin.

-Increíble. Te dije que te ibas a enamorar de él y te mofaste de mí.

-Tenías razón. Lo admito.

Se rio. Comenzaba a sentirme un poco mejor.

-Será duro perderme la llegada de Aki Yagami y de los mellizos de Takeru. -confesé – y en parte estoy enojado conmigo mismo por esto de Knife Of Day. Al final algo que anhelaba recuperar, se llevará por la borda todo lo que añoraba presenciar.

Ella se giró con suavidad y me observó.

-Sí. Eso también me deja triste a mí. Por una carrera profesional, me perderé momentos cruciales en mi vida, como la paternidad de mi mejor amigo y los primeros meses de vida de mis dos ahijados.

-Es un precio un poco alto.

-No sabíamos que esto pasaría, Yamato. No nos culpemos. Dejemos la tortura mental, ¿Sí?

Se adelantó hacia mí y me besó. El mundo a veces era inhóspito y frío, pero nada se comparaba a los pensamientos pesimistas que uno podía albergar a veces en su corazón.

Aquella noche, pese a lo incierto de todo lo que vivíamos, dormimos muy juntos, muy conscientes de lo que podría llegar a suceder.

Finalmente, lamentarse no sería opción.

El calor de nuestro abrazo pareció alejar todas las preocupaciones y tristezas. Éramos los chiquillos de siempre, atemorizados pero dispuestos a dejarlo todo en el desafío que se aproximaba.

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