.21.
Cuando desperté eran las doce del mediodía, tenía frío y mi cuello nuevamente agarrotado, para sorpresa de nadie.
El señor Jin bebía agua cerca de donde yo estaba. Me enfundé en la manta abrigada que tenía sobre las piernas y consulté el celular, donde había una llamada perdida de hacía varias horas.
Sora.
Me maldije por haberme dormido en aquel deplorable estado de ebriedad. Tomé fuerzas y me levanté con lentitud, envuelto en la manta caminé como un zombie hacia la cocina, buscando aplacar la sed monumental que tenía y el dolor de cabeza.
Me bebí cerca de medio litro sin pestañear y consulté con curiosidad el refrigerador.
Si, comería algo sencillo, pero antes de eso entraría a bañarme.
Aquel último día del año amaneció con una suave nevada. Me había comprometido a pasar la celebración en casa de Taichi y Rin con las familias de ambos, lo cual por supuesto incluía a mi hermano Takeru y a mis propios padres.
Pero viendo mi lamentable estado general, la mayor parte de mí se arrepentía de haber aceptado, pues prefería quedarse en casa descansando, bebiendo mucha agua y comiendo sano para sobrepasar el malestar, sumando a esto la compañía de aquel gato a quien me daba pena dejar solo allí.
El animal me había seguido hacia aquel sector de la casa y maullaba pidiendo algo de afecto.
Lo tomé entre mis brazos y lo alcé de modo que apoyó sus patas delanteras sobre mi hombro, ronroneando desde la profundidad de su ser. Su áspera lengua se posó sobre mi mejilla y me generó entre ternura e incomodidad, era como si el gato estuviera exfoliando mi piel de modo brusco. Me eché a reír, aun con la cabeza dolorida.
Caminé con él por la sala, encendí el equipo de aire acondicionado en calor y vagué por el lugar en busca de motivación para ir a bañarme y decidirme a desayunar de una buena vez.
Escuché el sonido del celular desde alguno de los grandes cojines del sillón y me apresuré a ir en su busca, contestando la video llamada de Sora a tiempo y viéndola aparecer en la pantalla bastante dormida. Allí debían ser cerca de las cinco en la madrugada.
-Sora.
-Hola Yamato -dijo con una sonrisa que fue interrumpida por un bostezo.
-¿Tan temprano?
Ella se rio.
-Y tú con tanta resaca -bromeó al ver mis ojeras -solo una resaca hará que despiertes a esta hora.
-Si, tienes razón -admití sonriendo, el señor Jin se giró en mis brazos para observar la pantalla. Sora se sorprendió al comprobar que él estaba conmigo, llevó una de sus manos a su boca, enternecida y sorprendida.
-Qué buena ha sido la decisión de que se quedara contigo, cariño, ¿Cómo estás, mi pequeño Jin?
El gato maulló brevemente al escuchar la voz de su ama hablándole directamente y acercó su pequeño hocico al celular.
-Cómo te extraño, mi pequeño -dijo Sora viendo como el felino olfateaba mi móvil en busca de su olor.
-Este pequeño gigante ha sido una compañía incomparable -dije sonriendo, el animal se revolvió entre mis brazos y saltó hacia el sillón que estaba a mi lado.
-Ya veo que sí. Y me llena de alegría.
-Me da mucha pena dejarlo aquí solo esta noche.
-Descuida, estará bien -Sora me contemplaba con dulzura -solo estará un poco exigente a tu vuelta y pedirá muchas caricias. Imagínate lo mucho que me echó de menos cuando estuve en Kioto todos esos meses.
-Tienes razón, no lo voy a abandonar tan despiadadamente como hiciste tú en esa ocasión -bromee y me entretuve viendo su ceño fruncido y la manera en la que se cruzó de brazos -dime, no me has contestado porqué estás levantada desde tan temprano.
Ella se echó a reír.
-¡Casi lo olvidaba! Una de las chicas del curso me preguntó si estaba interesada en trabajar con ella en un evento de moda celebrando el año nuevo, la paga no me interesaba particularmente, pero íbamos a ser anfitrionas del lugar y podríamos conocer a importantes modistos.
-¿Y cómo les fue?
-No fue la gran cosa -se encogió de hombros -pero nos lo pasamos muy bien y vimos algunos adelantos de colecciones que saldrán para las tendencias de primavera y verano. De hecho volvimos tan contentas que nos quedamos hablando hasta esta hora, recién se fue a su departamento. Cuando te llamé, precisamente antes de irme al evento, imaginé que estarías durmiendo.
-Así que te vas por ahí a trasnochar -dije de manera burlona -¿Cómo te las ingeniarás para llegar despierta a recibir el nuevo año?
Le vi sonreír superficialmente. Su mirada perdió repentinamente el brillo.
-Quizás no me interesa estar despierta para eso -me confesó dirigiendo la vista hacia el suelo.
-No digas eso, Sora.
-Pero es la verdad. -suspiró -el comienzo de este año que hoy se acaba fue horrible para mí, luego de terminar una relación que hacía tiempo agonizaba, sin rumbo y estancada en el mercado de la moda, me anoté en este concurso y me pareció demasiado genial, era irme del país (si es que todo salía bien) y buscar nuevos horizontes, salir de mi zona de confort. ¿Y sabes lo que pasó? -me sonrió -me reencontré contigo. Y comenzamos a construir algo que se sentía como haber vuelto a casa, pero de un modo diferente. Aquellos dolores del pasado comenzaron a pujar por volver a salir a la luz, las heridas se abrieron, pero ya no estaba sola, a mi lado caminaba alguien tan comprensivo como yo, que me dejó ser yo misma sin temor, que me dejó derrumbarme y volver a levantarme con ganas de seguir mejorando. Y ahora dudo de todo esto, estoy feliz de estar aquí, siendo yo misma, y a la vez con miedo de los lugares a donde esto me lleve. Encantada de volver a verte brillar en el escenario con la banda que te formó como persona, y aterrada ante la idea de no estar al nivel de las expectativas, y que esto se termine. Amo haber logrado esto, y a la vez temo tanto de que todo se arruine. Me siento culpable por el solo hecho de haber dejado todo, esta noche debería estar allí contigo, riendo ante la perspectiva de pasárnoslo genial junto a Taichi y Rin luego de tantos años echándoles de menos, debería estar allí siendo feliz contigo -cerró su catarsis con un enorme suspiro y ocultó el rostro entre sus manos.
-Sora -le concedí unos momentos para que se desahogara. Como siempre, resistía hasta que ya todo la superaba, con su miedo a preocupar, sintiéndose culpable por su humanidad. -Sora. Recuerda que yo me iré pronto, y no a un lugar donde puedas venir a visitarme, aunque no hubieras ganado ese concurso como lo tenías merecido, la separación física sería real. Y quien se sentiría culpable sería yo. Por las razones correctas, como tú. Te echaré mucho de menos también, y esta noche será extraña sin dudas por el hecho de que no estés aquí, pero piensa en todo lo nuevo que vendrá a partir de ahora para tu carrera. Si hubo algo que me encantó de volver a estar juntos, fue el hecho de que has logrado encontrarte con tu propio valor como diseñadora y ser humano.
Abrió mucho los ojos cuando dije eso.
"Necesito encontrar mi propio valor"
La escena de nuestro rompimiento cinco años atrás se me presentó de manera vivaz en la mente.
-¿Cuándo maduraste tanto, Yamato?
-Cuando tuve que pasar tanto tiempo solo y tuve que amigarme con mi oscuridad, Sora. Eres humana, intenta no abrumarte tanto, intenta pasártelo bien en esas vacaciones pagas llenas de aprendizaje. Quizás termines el año haciendo un mega desfile en esa gran ciudad.
-¿En qué momento me volví tan incapaz de manejarme a mi misma? -se echó a reír.
-Creo que es por preocuparte mas por el resto que por ti misma, enorgullécete de quien eres y de lo que has logrado. Quizás esta sea la oportunidad perfecta para ser quien eres sin culpa. Y es mi turno de aprender a acompañar, cuidar y ser apoyo de alguien que está comenzando a recorrer su gran camino de éxito.
-Los papeles se han invertido.
-Exacto -me reí -creo que ya era hora. Ya tendré que aprender a lidiar con el acoso de la prensa y de los fans de mi novia, algo que jamás creí que pasaría. Deséame suerte, soy más celoso. -bromee, logrando que sonriera algo divertida.
-Muero por verte en vivo con Knife Of Day. Lamento perderme eso también.
Le sonreí.
-Como te dije, tú siempre has estado en esos shows estando juntos, esta será la primera vez que no vayas, pero te tendré muy presente, y es mi turno de ser el incondicional.
-Has logrado que me sienta mejor.
-Créeme que también yo estoy bien ahora, estuve un poco deprimido antes.
La vi bostezar.
-Vete a la cama de una vez, Sora. Estás exhausta.
Asintió.
-Que tengas un bonito día. Y ya les llamaré más tarde para saludarles por el nuevo año.
-Estaré impaciente.
Cortó la llamada y sonreí. Me alegraba haber sido de ayuda, ella siempre había tenido ese efecto en mí, pero entendía que este era su propio proceso de dudar de sí misma y tomar carrera antes del gran salto.
Otros eran los aprendizajes para mí.
Sus palabras me hicieron valorar la oportunidad que se me presentaría esa noche de recibir el año con mi mejor amigo y mi familia.
La motivación de la que había carecido antes para ducharme y prepararme para la celebración, ahora se agigantó.
Me apresuré a ir en busca de mi toalla seguido de cerca por el enorme señor Jin.
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Llegué a la casa de los Yagami durante la media tarde con las compras que Taichi me había encargado más temprano, Rin no se había sentido muy bien durante el día así que estaba con reposo absoluto.
Mi amigo me recibió con una expresión sublime de resignación y cansancio, no tenía el espíritu jovial de siempre, porque estaba preocupado y con razón.
-Qué suerte que pueda contar contigo, Rin no quiso que le avisara a nadie más sobre su malestar y no quería preocupar a nuestros padres ni familias, y eso incluía no querer cancelar los planes de esta noche por nada del mundo. Ya la conoces, te recordará a alguien cercano -dijo cansado mientras guardábamos todo en su lugar, había decidido comprar comida hecha para no tener que estar de un lado a otro, simplemente una cena tranquila en la que pudiéramos conversar todos a gusto.
-Descuida, encarguémonos nosotros de preparar todo y de que Rin no se estrese. ¿Por qué no vas ahora a darte un baño para relajarte? Yo me encargaré de arreglar todo por aquí y cuando vuelvas podrás ayudarme de mejor ánimo.
-Es como escuchar a Sora -dijo Taichi sonriendo levemente -de acuerdo, iré a bañarme, espérame por aquí que ya regreso y organizaremos todo entre los dos.
Tomé asiento en el sillón y me relajé. Sabía que Rin dormía en la habitación de ambos y me encargué de permanecer en el mayor silencio posible.
Revisé los mensajes de la banda, en los que se organizaban para ir al templo aquella noche. Realmente no me sentía con el mejor ánimo para eso, pero sabía que si iba me lo pasaría genial. Hacía bastante frío, así que encendí la calefacción y me centré en el chat de todos, confirmando que iría pero que aun no estaba seguro de la hora.
Pocos minutos más tarde hizo su aparición un nuevo Taichi, renovado y con un mejorado humor similar al que solía mostrar a menudo.
Nos encargamos de organizar las mesas para que cupieran todas las familias y nos dimos por satisfechos con el resultado, cerca de la mesa central habíamos colocado otra más pequeña que más tarde contendría las múltiples bandejas con osechi que habían encargado para la cena de fin de año.
El cielo ya había oscurecido y llegaron Takeru e Hikari, ella con el vientre enorme y caminando con lentitud.
-Yamato, ¿Cómo estás? -me dijo cuando le ofrecí mi brazo para guiarla hacia un sillón y que allí se ubicara cómodamente.
-Muy bien, ¿Y tu? ¿Y los pequeños?
-Ellos vienen bien, yo estoy harta de mis piernas hinchadas y el frío resulta demasiado molesto -llevó las manos a su abdomen inconscientemente -y eso que aun me faltan más de tres meses. Pero háblame de ti, ¿Emocionado de volver con Knife Of Day?
-Sin dudas. Un poco cansado de tantos ensayos a decir verdad, pero de todos modos pronto comenzará el gran desafío.
Conversamos sobre su posgrado y lo mucho que la ilusionaba eso. Hikari me resultaba una chica con una personalidad tan luminosa como su nombre, aunque la conocía desde pequeña y era novia -casi esposa- de mi hermano, pocas veces habíamos profundizado en nuestra relación, pero ella sí que era una gran amiga de Sora, se llevaban muy bien, se habían acompañado en diferentes etapas de sus vidas y ahora recordaba lo mucho que se había comprometido con su amiga cuando ella estuvo realmente mal, tantos años atrás.
Creo que nunca iba a olvidar aquel abrazo con el que ella me recibió en el hospital cuando perdimos a nuestro hijo con Sora.
Recordar la escena me trasladó a otros tiempos, pero de inmediato volví al esperanzador presente cuando Takeru se ubicó cerca de donde estábamos y escuchó atentamente nuestra conversación, que Hikari guio hacia los planes para sus hijos en camino, mientras Taichi recibía a sus suegros en la entrada.
Entonces vimos aparecer a Rin. Estaba pálida y arrastraba los pies, pero por lo demás no lucía muy diferente a lo normal. Ella saludó a todos los presentes y tomó asiento en el cómodo sillón junto a Hikari, sonriendo ampliamente mientras que el anfitrión ofrecía bebidas a todos.
-¿Cómo te sientes Rin? -preguntó su cuñada al ver el rostro levemente ojeroso de la joven de cabello oscuro.
-He tenido mejores días, sin dudas -se encogió de hombros -pero estamos emocionados de que estén por aquí esta noche.
Los padres de Rin se acercaron a saludar y la conversación se vio interrumpida. Viendo que la gente a nuestro alrededor aumentaba al llegar los padres de los hermanos Yagami, me puse de pie y seguí a mi mejor amigo hacia la cocina.
-¿Necesitas ayuda con algo, Taichi?
El se giró hacia mí y sonrió.
-Llevar las bebidas por ahora. Es bueno que te hayas encargado de las compras antes. Anoche casi no dormimos, estuvimos a punto de salir hacia el hospital, tuvo contracciones que no quedaron en nada, me alegra no haber tenido que exponer a Rin a estos fríos.
-Podrías haberme avisado, lo sabes.
-Descuida, te aseguro que pensé en ti y tus nervios de acero en situaciones críticas -se echó a reír -además eres el padrino, si Sora estuviera por aquí quisiera que ambos estuvieran presentes el día que nazca Akihiro.
-¿Ahora está bien?
-¿Rin? Sí, afortunadamente así es. Las contracciones cesaron y le ordenaron reposo absoluto. Pero ya tenemos la bolsa preparada si hay que salir corriendo al hospital.
Asentí sonriendo e interrumpimos la conversación al escuchar el sonido del timbre. Me apresuré a tomar en mis manos la bandeja con las bebidas y me dirigí a la sala principal, donde todos conversaban alegremente ante la mesa y las dos embarazadas se encontraban riendo divertidas mientras comparaban el tamaño de sus vientres y se reían de los síntomas que a veces las abrumaban.
Era bueno verles de tan buen humor. Ambas lucían radiantes pese a no estar pasándoselo precisamente bien.
Mis padres aparecieron en el lugar y los saludé de buen humor, antes de beberme de un solo trago el vaso lleno de agua. Seguía sediento.
Vi que Rin se levantó con lentitud hacia el baño y pasó a mi lado sonriéndome.
-Relaja esa expresión, padrino, que estamos bien -dijo por lo bajo justo antes de desaparecer de mi vista.
Me distraje unos instantes consultando mi celular y viendo las fotos que compartían los chicos de la banda en el chat.
Hayato sonreía mientras sostenía la cámara que también captaba en la imagen a una muy animada Akane, y detrás de ella se veía a Kate con la pequeña Naomi prendida de su cuello y riendo divertida. Se los veía pasándola genial.
De inmediato Akira nos envió una fotografía con sus sobrinos, se lo veía en el piso de la habitación y rodeado de los mocosos, dos de los más pequeños se colgaban de sus brazos y una de las niñitas jugaba con su largo cabello, mientras que la sobrina mayor posaba con una bonita sonrisa mientras señalaba el logo de Knife Of Day impreso en su camiseta oscura.
Les envié mi propia foto con Taichi, a quien intercepté en una de sus idas hacia la cocina y logré que posara sonriendo.
Finalmente Jenn se decidió a enviarnos una fotografía en la que se la veía en compañía de su madre, ambas con kimonos hechos para la ocasión.
Interrumpí la conversación virtual cuando mi madre se acercó a abrazarme e indicarme que pronto iríamos al comedor para dar lugar a la cena.
Reparé en el hecho de que faltaba poco para la medianoche, estábamos por dejar atrás aquel año.
Me dispuse a preparar todo, ayudando al anfitrión organizar la sala principal mientras los comensales se ubicaban en sus respectivos sitios.
Cuando estaba revisando que todos tuvieran lo necesario y luego de indicarles que se sirvieran a gusto, reparé en la ausencia de Rin.
¿Aun no había regresado del baño?
Me adentré a la cocina, por alguna razón me sentía inquieto.
-Taichi, ¿Dónde está Rin?
Él se giró hacia mí, leí el mal presentimiento también en sus ojos.
-¿Sigue en el baño?
Nos miramos durante un segundo y salimos disparados en dirección a la habitación que estaba al final de la casa.
Taichi golpeó la puerta.
-¿Cariño estás bien?¿Rin?
Silencio.
-¿Rin?
Escuchamos un jadeo e ingresamos rápidamente.
-Taichi -ella estaba increíblemente pálida y temblaba en el suelo empapado -C.. creo que Akihiro está llegando.
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Natesgo: Qué bueno saber de ti! Espero que te encuentres muy bien. Aquí estoy, queriendo seguir tranquila con el trabajo y no abrumarme tanto así puedo publicar más seguido. Veremos qué pasará con Yamato y el señor Jin, por lo pronto, parece que le será difícil dejar el país por el gato y su ahijado. Besooooo!
