.24.

El pequeño Akihiro me contemplaba absorto mientras yo le devolvía la mirada y conversaba con su madre, que lo cargaba en sus brazos frente a mí.

-No te ha quitado la vista de encima -comentó Rin muy sonriente.

Asentí y de inmediato pellizqué con suavidad la mejilla del bebé.

-Echaré de menos verlo crecer de a poco.

-Descuida, nos encargaremos de que estés muy presente, ¿No es así Aki?

El bebé se giró a observar a su madre, quedando profundamente hipnotizado por ella y su voz.

-Además -prosiguió Rin volviendo a mirarme -cuando estés de nuevo por aquí podrás disfrutarlo de una manera distinta, seguramente estará caminando y arrasando con todo a su paso -puntualizó riendo -y apuesto a que nos verás pasar un gran dolor de cabeza en ese momento.

Taichi se acercó luego de haber ido a estacionar el coche.

-Hayato y su hija están llegando, les he cruzado fuera.

-Genial -murmuré mientras curioseaba a mi alrededor en busca de mis padres, que me habían llevado hasta el aeropuerto un rato antes y ahora buscaban algún sitio para quedarse a almorzar más tarde.

No tardé en divisarlos mientras conversaban y reían, mi padre había rejuvenecido estando en contacto con mi jovial madre. Me encantaba verlos así.

-Aun no me acostumbro a ver sonreír tanto a Hiroaki -dijo Taichi observándolos con curiosidad a mi lado -tu madre realmente tiene una personalidad que desentona con el carácter hosco que él tenía antes.

-Dejen de andar curioseando sobre lo que ellos estén haciendo, parecen dos viejas chismosas en el mercado -bromeó Rin.

Desviamos la mirada divertidos y pude ver acercándose a Hayato con Naomi, seguidos de muy cerca por la madre de la niña y los padres de mi compañero de banda.

-Yamato -nos encontramos con un gran abrazo. Me detuve brevemente en sus valijas y numeroso equipaje y a la pequeña de nueve años que lloraba ante la perspectiva de tener a su padre lejos durante tanto tiempo.

Hayato había sido padre siendo muy joven. Desde adolescente siempre había tenido mucha facilidad para conquistar chicas, era muy hábil a la hora de conversar y seducir. Pero con la llegada de su pequeña, su vida dio un giro drástico, había dejado de lado su vida anterior llena de fiestas y mujeres para dedicarse de lleno a criar a su hija. Aunque no estaba en una relación con la madre de la chiquilla, se llevaban muy bien y se repartían la tenencia con mucho cariño y respeto.

Naomi era una niña muy dulce que había desplazado la vida movida y vacía que Hayato llevaba antes.

Esta sería su primera gira luego de varios años trabajando como músico de sesión, y la primera vez que su hija sería realmente consciente de lo que implicaba que su padre fuera una estrella de rock.

Se leía la angustia en su pequeño rostro y no se apartaba del lado de él.

Saludé a su familia e intercambiamos unas breves palabras, ya habría tiempo para conversar más tarde con él.

Mimi y Koushiro aparecieron poco después con el pequeño Kyo, quien había ganado peso y se lo veía robusto e inquieto en brazos de su padre.

-No sabía que… -dije sonriendo y acercándome a ellos con una gran sonrisa.

-¿En serio esperabas que no viniéramos a despedirte, tontito? -Mimi me abrazó con sus efusivas maneras y sonrió ampliamente -estarás como un año fuera.

-Es cierto -asentí, convencido de mi gran ingenuidad por no imaginar que todos irían a despedirme tal como habíamos hecho con Sora en su momento.

-Solo cuídate mucho, que ya no tienes veinte y a esta edad comienzan a aparecer dolores misteriosos y fatigas. -aconsejó mi amiga, desviando la vista hacia su esposo con una significativa expresión.

-Hazle caso, Yamato -se quejó Koushiro con una media sonrisa mientras el pequeño Kyo se sacudía en sus brazos -que de pronto he tenido que comenzar yoga para no dañarme la columna por mi mala postura de años.

-¿Ya estás tan viejo, Koushiro? -preguntó Taichi riendo maliciosamente.

-Cuando tu hijo comience a crecer sin parar y ya no puedas ni cargarlo, hablamos -mencionó el ingeniero en computación con una sonrisa divertida.

-Oh ingenuo Taichi, hablemos cuando Rin ya no pueda sostener a Aki mucho rato como me ocurre ahora con Kyo. Ya no tenemos veinte, te lo aseguro -se lamentó Mimi exagerando sus gestos como siempre.

Nos reímos durante un rato.

-¿Supieron algo de Jyou? -preguntó mi mejor amigo. Sabíamos que estaba pasando por momentos difíciles a nivel familiar.

-Jyou no podrá llegar, Yamato, estaba contrariado por eso pero ha estado demasiado ocupado cuidando de su padre enfermo. -mencionó Mimi apenada -hablé anoche con él y parece que la situación es demasiado delicada.

-Lamento mucho oír eso -dije preocupado -le escribiré más tarde.

El momento amargo pasó cuando vimos aparecer en el lugar a mi hermano con Hikari.

-Yamato -se acercaron y abracé a Takeru para luego volverme a su prometida y rodearla con un abrazo que ella devolvió con fuerza.

Su vientre estaba cada vez más grande, estaba seguro de que sus mellizos no tardarían en nacer y eso me hacía increíblemente feliz.

-Luces radiante, Hikari -le dije conmovido. Era cierto, se la veía muy animada y con buena cara.

-Te echaremos muchísimo de menos, Yamato. -dijo, de inmediato contempló a Takeru y le hizo una pequeña seña para que se acercara, ya que aquel se había dedicado a continuar saludando a los allí presentes

-Bueno -dijo mi hermano una vez estuvo a mi lado y tomando la palabra -lo cierto es que hemos decidido los nombres de los mellizos. Y queríamos que supieras que serás padrino de uno de ellos, no debería sorprenderte.

-Vaya, pues que lo sepas que sí, me sorprende -dije encantado y un poco impresionado por lo repentino de la noticia.

-Sus nombres son Raiden y Katsu. Y Raiden será tu ahijado -dijo Hikari sonriendo. (N/A: Raiden hace referencia al dios del trueno y las tormentas, Katsu es algo así como 'victorioso')

-De pronto este nuevo año me encuentro rodeado de niños -le contesté luego de la sorpresa inicial -Gracias. Este sin dudas ha sido otro maravilloso regalo -comenté conmovido.

-Pues espero que en algún momento nos rodees con tus propios niños, deja de aplazarlo -dijo mi hermano maliciosamente mientras Hikari le daba un codazo en las costillas y él emitía un quejido entre risas.

-No es gracioso, deberías ser cuidadoso con estos temas delicados -dijo su prometida sumamente escandalizada.

-No tengo ningún problema con eso, Hikari, ya conocemos el poco tacto de este idiota -mencioné restándole importancia al asunto, de verdad no podía dejar de sonreír como un tonto ante esa noticia y nada podía opacarlo. Mis sobrinos serían aun más especiales para mí.

-Debería ser más respetuoso -murmuró ella.

-Ya que estamos, ven aquí Taichi -dijo mi hermano aun frotando el costado de su cuerpo y desviando la atención de Hikari para que se tranquilizara. Ella pareció resignarse y solo lo observó mientras le hacía una señal a mi mejor amigo, para que se acercara hacia donde estábamos -que tú también tendrás peso por aquí.

-¿Yo? ¿De qué hablan? -el curioso Taichi parecía profundamente interesado en nuestra conversación.

-Taichi, tu serás el padrino de nuestro pequeño Katsu -dijo Hikari sonriente a la vez que su hermano se quedaba completamente petrificado.

-¿Y me lo dices sin anestesia? -se abrazó a la chica y murmuró varias cosas mientras ella se echaba a reír ante la inesperada reacción.

-Así es, Katsu y Raiden tendrán como padrinos a nuestros hermanos mayores que siempre han sido como hermanos entre sí -dijo Takeru encantado.

-Esto me hace mal -lloriqueaba Taichi aun abrazado de su hermana.

-Esto sí que da ternura -la voz de mi madre nos hizo girarnos hacia ella y mi padre, que acababan de acercarse y parecían haber captado lo más importante.

Vi aparecer a Akane y Kate con Jen rodeadas de sus familias.

Nuestra representante tenía algunas carpetas que debían contener todo tipo de itinerarios y documentos importantes. Vi que su banda había venido a despedirla también y nos observaban curiosos.

Akira llegó unos minutos después acompañado de sus padres, hermanas y sobrinos, algunos de ellos llorando igual que la pequeña de Hayato.

Los miembros de la banda nos encontramos en medio de todos los grupos de personas que había allí y comenzaba a llegar la hora de la despedida final.

Aquello estaba tornándose duro.

Naomi no quería soltar la mano de su padre y observé a mi alrededor a mi propio grupo de acompañantes.

Mimi y Koushiro sonreían con el pequeño Kyo aun agitando erráticamente las piernas y brazos y fatigando la columna de su padre. Mis padres abrazados y mirándome con buen ánimo, Takeru e Hikari emocionados de poder haberme hablado de Raiden y Katsu, nuevas vidas que llegarían en mi ausencia pero que serían inmensamente importantes para mí, mis sobrinos y mi segundo ahijado. Y por último mi queridos Taichi y Rin con el encantador Akihiro que aun no tenía ni un mes de nacido. En un año mi vida había cambiado tanto que no podía creer que aquello fuera real.

Sabía que ellos estarían aguardando mi regreso, pasara lo que pasara, iba a estar bien.

Me acerqué una vez más a todos ellos y me despedí de cada uno con un sentido abrazo.

De acuerdo, podría con aquello. Pensé en Sora y en lo mucho que ambos estábamos haciendo por nosotros mismos este año con estos viajes.

Pasara lo que pasara con el 'nosotros' que estábamos dispuestos a continuar construyendo, ambos íbamos a estar bien.

Llegado el momento, Jenn nos hizo una seña y nos acercamos definitivamente hacia la parte en la que comenzaríamos el largo proceso para embarcar al vuelo.

Eché un último vistazo al abrazo que Hayato le dio a su hija mientras ambos lagrimeaban, a lo lejos me despedí de mis amigos y familia y caminé decidido hacia mi destino. Hoy comenzaba a reescribir la historia de Knife Of Day luego de aquel abrupto corte de cinco años atrás.

XxxxxxxxxX

Cuando tomé asiento junto a la pequeña ventana del avión agradecí mucho que ese fuera mi lugar, solía costarme mucho dormirme durante los viajes, aunque este sería bastante corto en comparación a aquellos en los que había cruzado océanos enteros. Terminé de acomodar mis pertenencias y me dediqué a curiosear en la pantalla de mi móvil en busca de mensajes. Una vez que dispuse mis auriculares grandes y antes de poder escuchar algo de música, sentí movimiento junto a mí y me agradó comprobar que quien viajaba a mi lado no era otro que Akira.

Conversamos brevemente sobre las despedidas en el aeropuerto y comentamos lo desgarrador que había sido ver a Naomi llorando sin cesar mientras su padre se alejaba. Me volví brevemente hacia los asientos que había al otro lado del pasillo y vi a Hayato muy conmocionado y con la vista fija en su ventanilla. Akane simplemente apoyaba su mano en la rodilla de él para infundirle ánimos y nos contemplaba con una expresión ligeramente triste.

-Ha sido duro -dijo Akira por lo bajo -conociéndolo, seguro se sentirá muy culpable.

Asentí.

-Tus sobrinos también estaban angustiados -le comenté.

-Sí. Pero saben que es parte de mi trabajo, a veces se olvidan de mí -se echó a reír -pero en los últimos tiempos hemos compartido muchos momentos y ya hasta estábamos acostumbrándonos a vernos muchas veces en la semana.

-Vaya, agradezco que los hijos de mis amigos sean demasiado pequeños como para notar mi ausencia. En especial el hijo de Taichi, a quien visito muy seguido.

-Tu hermano va a ser padre pronto, ¿Cierto? La chica Yagami tiene un vientre enorme.

-Son mellizos, aun no se trata de un embarazo a término.

-Impresionante -dijo abriendo mucho los ojos.

-Me perderé los primeros meses, pero ya los disfrutaré a conciencia a mi regreso. -sonreí ausentemente.

-Ya lo creo que sí.

Me entretuve brevemente al notar que mi celular comenzaba a recibir algunos mensajes de Sora.

-Oye -interrumpió Akira observándome burlón -¿Has visto la cara de idiota que has puesto? ¿Es tu novia? -se apresuró a husmear sobre mi hombro y le vi quedarse completamente mudo al ver la fotografía de Sora sonriéndonos desde Italia con un abrigo azul.

-¿Es.. esto? ¿Es Sora? ¿Cómo… es posible? -quien rio ahora fui yo, ante su mudo asombro y su balbuceo, de inmediato se recompuso -¿Estás con Sora otra vez? ¿Cómo no me dijiste nada? ¿Por qué no fue a despedirte al aeropuerto?

-Es una larga historia.

-¿Desde cuándo?

-A decir verdad, tuvimos un primer acercamiento luego de la muerte de Fuji, poco antes de que te contactaras conmigo. Y la cosa se puso seria más adelante, pero fue todo tan confuso que sin darme cuenta habíamos formalizado.

Le vi entreabrir la boca aun conmocionado para finalmente curvar las comisuras de sus labios hacia arriba en un gesto de burla arrogante.

-Ya veo. ¿Fue la que te dejó la marca del cuello el día de la sesión de fotos?

-Qué buena memoria -me reí otra vez.

-Oye -interrumpió su sonrisa para observarme con atención -¿Y has hecho las pases con ella como si nada? ¿Así de fácil? ¿Por qué no vino hoy? Dile que estaré encantado de verla, que pese a lo que les ocurrió hace años y la manera en la que eso repercutió en la separación de la banda, no la culpo ni le guardo rencor por nada del mundo, y de hecho siempre me ha caído muy bien.

-Créeme que le encantará escuchar eso. Pero ella no está en Japón, sino en Italia.

-¿Vive allí? ¿Cómo fue que se reencontraron? -veía su evidente confusión y cada vez me hacía más gracia las muchas preguntas que se generaban en su cabeza. -¿Por qué no me dijiste que era ella? Diablos, esa chica de maquillaje, Liv, estaba realmente ilusionada contigo y la animé a que te invitara a salir. Discúlpame.

-¡¿Qué tu qué?! -estallé de risa ante su arrepentimiento.

-Es que creí que salías con una de esas chicas sin importancia en tu vida, supe de tu situación de soltería luego de tu separación y no creí que fueras muy en serio con nadie más .

Lloraba de risa ante sus palabras y él parecía realmente apenado por eso.

-Deberías habérmelo dicho. Me siento como un tonto. Espera a que los chicos lo sepan, se quedarán tan sorprendidos como yo -bufó fingiendo molestia.

-No sabía ni siquiera si algo iba a pasar con ella. Ahora está en Italia perfeccionándose y el panorama no parece ser muy alentador en cuanto a la posibilidad de vernos.

-¿Te parece? Déjame hablarlo con Jen, creo que te podrían coordinar una visita fugaz en algún día libre en el que estemos cerca.

-Cualquier excusa es buena para poder hablar con ella, ¿No es así? -le dije de manera casual y deteniéndome a evaluar el impacto de mis palabras.

Le vi sonreír de medio lado.

-¿Ah?

-Has sido tan evidente como un Yamato adolescente. -mencioné fingiendo seriedad.

Se echó a reír despreocupadamente.

-No vi ninguna cláusula en el contrato que me impidiera la posibilidad de relacionarme con ella más allá de lo profesional -dijo por lo bajo, se encogió brevemente de hombros -da igual, su trato es demasiado cordial y distante, lo suficiente como para que haya decidido rendirme, lo he evaluado, pero no es tan fácil convencer a tu cerebro de que alguien deje de atraerte.

-No lo sé, he trabajado con ella durante años y nunca se involucró más allá de lo estrictamente profesional conmigo, sin embargo noto que con la banda ha ganado confianza y es mucho más abierta a hablar sobre ella.

-Ten cuidado, Yamato. Podrías estar ilusionando a tu amigo como para que tropiece de un modo irreparable -sonrió. -descuida, estaré bien. No intentaré nada.

-Por ahora -agregué desviando mi vista hacia la ventanilla.

-Por ahora. Sí, eso suena más realista -caviló Akira en voz alta consigo mismo.

Le contesté el mensaje a Sora con uno escueto y una foto que me tomé con Akira, quien sonreía ampliamente y me pidió que le redactara un mensaje de parte suya.

-Dile: "Akira te ha echado de menos, esperamos verte muy pronto" -me dictó convencido. Una vez que envié el mensaje, comenzaron los pedidos de la tripulación del vuelo para apagar los celulares o establecerlos en modo avión, algo que me apresuré a hacer.

Guardé el aparato en mi bolsillo y sentí un pequeño paquete en el bolsillo de mi chaqueta.

Lo que me había dado Toshiko.

Contenía una carta escrita a mano y una diminuta bolsita de terciopelo azul.

Extendí el papel ante mis ojos mientras Akira conversaba con Akane a través del pequeño pasillo.

"Yamato:

Imagino tu confusión ante la sorpresiva participación de mi madre en esto, con este misterioso obsequio.

Si estás leyendo esta nota, significa que seguimos estando juntos, y que has dejado al señor Jin en casa de mis padres.

Al fin estarás embarcando en tu vuelo. Me hace feliz haber llegado hasta este punto y sentirnos a gusto con el camino que cada uno ha elegido.

Siempre me he jactado de saber soltar o dejar ir situaciones o personas de mi vida, pues el tuyo no ha sido el caso.

Lo que contiene este paquete es algo que guardé durante tantos años que ni yo misma dejo de avergonzarme.

¿Acaso en mi interior, en lo profundo de mi ser, sabía que nunca iba a poder dejarte ir del todo? ¿Fue la culpa por haber terminado todo tan abruptamente que me hizo querer atesorar ese pedacito de nuestro pasado feliz por siempre?

Parte de mí nunca pudo superarte. Parte de mí se convenció que era una mujer madura y que debía seguir adelante en lugar de volver rogando por tu perdón.

¿Qué nos pasó?

Tantas veces me hice esa pregunta durante estos años. En cada aniversario de la pérdida que sufrimos mi corazón aun dolía y se agitaba cargado de culpa e impotencia.

Sí, seguir adelante, pretender que te había olvidado, conocer a alguien que me escudara de tener que verte siendo tan… tú.

Creo que nunca sentí que estaba usando a una persona como cuando estuve con Mark. Él percibía algo, estoy segura, y por eso sus celos desmedidos.

Nuestro reencuentro, nuestra nueva unión, ha sido mi sueño imposible durante años, desde que pude recapacitar ante todo lo que me desbordó en aquel entonces.

Y durante años guardé estos pedacitos del pasado pensando en todo lo que podríamos haber sido.

Te amo profundamente.

Quiero estar contigo.

Y estos dos objetos han sido significativos para mí y para ti.

Sorpréndete.

PD: Puedes abrirlos y comprobar lo loca que estoy, pero quisiera que los tuvieras presentes. Ya llevo encima mi parte correspondiente desde que llegué a Italia.

Sora"

Sonreí bastante confundido y con las emociones revueltas. Releí su carta dos veces.

Finalmente me decidí a extraer de la bolsita de terciopelo los objetos que ella había atesorado durante tanto tiempo.

El primero llamó poderosamente mi atención, la principio lo miré en detalle recordando la noche en la que se lo había dado. Nuestra noche especial.

Ella y su vestido azul, su confesión.

Me parecía increíble que ella hubiera guardado tantos años el botón de mi chaqueta del uniforme del instituto, el mismo que yo había arrancado y había llevado en mi bolsillo durante la fiesta de graduación hasta atreverme a dárselo.

Recordaba perfectamente mis nervios de aquella noche.

A continuación, extraje el otro objeto y sentí un escalofrío recorrer toda mi espalda.

Su viejo anillo de compromiso.

No podía creer que ella lo hubiera guardado. Parecía intacto, dentro se veían los kanjis de su nombre grabados.

Sonreí cargado de nostalgia.

"Te mataré"

Las palabras que ella había dicho cuando le propuse matrimonio en un show íntimo de la banda volvieron a mí y me reí internamente.

Ella odiaba ser el centro de atención.

Sonreí ampliamente observando los dos objetos y volví a releer su carta, conmovido.

"Llevo encima mi parte correspondiente desde que llegué a Italia"

Comencé a curiosear las fotos que tenía en la galería del celular y me pregunté cómo no lo había notado antes.

En varias fotos se le veía.

El colgante con zafiros que le traje de mi primera gira.

Sonreí como un tonto.

XxxxxxxxxxxxxX

Annavi21: confieso que tu review me dio ánimos renovados y este fin de semana pude enfocarme en escribir más, gracias por la cuota de motivación!! este capi va para ti con todo mi cariño! un beso! que tengas una linda semana