29.

Nunca subestimes a la muerte y lo que su amenazante presencia pueda generar en las personas.

En dos semanas comenzaría mi ansiada gira solista, pero antes de retomar ese compromiso, había algo que deseaba hacer con todas mis fuerzas.

Mudarme al piso de Sora con el gigantesco y noble gato negro que tanto había echado de menos.

Si bien tendría un par de noches lejos de casa, la mayor parte de los shows serían para ir y volver el mismo día a Tokio.

Sucedió antes de un fin de semana. Llevé varias de mis pertenencias desde el viejo piso en el que había crecido con mi padre.

El hecho de que Sora hubiera dejado su apartamento amueblado hacía que todo fuera más sencillo.

Una vez instalado allí, habiendo hecho un pequeño espacio para algunos de mis instrumentos, pude ir en busca del noble Señor Jin.

Llegué al bonito complejo de edificios un viernes durante el mediodía.

Quien me recibió no fue otro que el padre de Sora.

Era un hombre de sonrisa cálida y mirada franca. Cuando hablaba, lo hacía con voz profunda y grave.

Jamás le había visto enojado, aunque Sora juraba que cuando estaba en ese estado podía impresionar, no era usual que elevara el volumen o criticara a las personas frente a otros.

Algunos de sus gestos típicos de distracción y su corazón noble y bondadoso eran las cualidades que su hija había heredado sin lugar a dudas.

-Toshiko se lamenta por no haber podido venir a recibirte. Está dedicándose de lleno a la empresa de Sora y hoy tenía algunas reuniones importantes con los accionistas, así que no podrá acompañarnos. -la excusó su esposo.

-Lamento eso, de haberlo sabido podría haber venido en otro momento -dije de inmediato.

-No, descuida. Este gato les ha echado mucho de menos. Sora estaba emocionada de que vinieras a por él.

Ingresé al apartamento detrás del dueño de casa y divisé a lo lejos el enorme animal, escondido bajo una mesa pequeña.

El ojo amarillo del gato me analizó con frialdad durante unos minutos que parecieron eternos.

-Jin, ven aquí, amigo -dije mientras extendía mi mano hacia él con suavidad, observé su cola, cuyo extremo se movía sutilmente con lentitud, muy curioso.

Finalmente emitió un corto maullido y se acercó rápidamente hacia mí, su pequeño hocico se acercó a mi mano y olfateó con precaución mi brazo, la chaqueta y refregó su rostro contra mi abrigo. De inmediato elevó su peluda cola negra y me rodeó por completo, ronroneando desde las profundidades de su enorme pecho.

-Yo también te eché de menos, amigo Jin. -lo tomé entre mis brazos y lo levanté, él buscando el contacto de mi mejilla con su frente y sus patas delanteras amasando mi hombro.

-Ha sido un encuentro memorable -dijo Haruhiko sonriendo - Almorcemos, que no quiero retenerte demasiado y estarás ocupado.

-Para nada, tengo reunión con mi mánager esta tarde pero no tendré más compromisos.

-¿Seguirás de gira con tu banda luego de esta pausa?

-Es la idea, pero creo que todos necesitábamos esta pausa, no estábamos acostumbrados a compartir tanto tiempo y espacio desde hacía años.

-Si, puedo imaginármelo. A veces mis alumnos e incluso otros docentes me exterminaban la paciencia, y eso que no convivía con ellos, y no se los demostraba.

-Imagino lo difícil que habrá sido.

-Nada ha sido tan duro como ver crecer a Sora a la distancia. -dijo con una sonrisa nostálgica.

-Estar lejos es difícil.

-Pero si puedes acostumbrarte, si se adaptan todas las partes… Yo creo que también les funcionará a ustedes.

Lo miré sorprendido.

-Y me alegra inmensamente de que ella haya tomado mi consejo. -dijo el señor Takenouchi sonriendo – Aun recuerdo su dolor de hace años. Ella estaba destrozada, cargando con tanta culpa por haberse fallado a sí misma, tan frustrada y dolida por las pérdidas. Y cuando se reencontró contigo el año pasado, en aquel cumpleaños de Koushiro, estaba preocupada. Me telefoneó de inmediato, hacía años que se engañaba a sí misma con la idea de haberte dejado atrás, lo había logrado en otros aspectos de la vida anterior que llevaban, pero aún tenía sus dudas, dejarte ir ahora sería algo que jamás podría perdonarse.

Yo sabía que Haruhiko y Sora tenían una conexión especial, y varias veces él había sido su confidente en asuntos serios, que ella hubiera buscado a su padre para pedir consejo aquella lejana noche del reencuentro, no me sorprendió.

-Ella no estaba segura de cómo hacerlo, pero sólo con haber escuchado su primera frase, supe que estaba determinada a intentarlo -prosiguió Haruhiko – Le dije que siguiera a su corazón, que se lo debía a sí misma. Que pasara lo que pasara, necesitaba poder cerrar esa historia pendiente, sería lo mejor independientemente del resultado. No supe más durante algún tiempo, y me lo confesó poco antes del concurso. Me dijo que estaba feliz y aterrada en partes iguales, pero que al fin podía estar tranquila de estar haciendo las cosas bien.

-Ella me dijo que nunca pudo superar todo el asunto, creo que gran parte de mí tampoco lo había hecho, pero perdí mucho el tiempo sin atreverme a mirarla siquiera.

-Sora fue la responsable, fue lo correcto que tuviera que dar el paso. Ella debía enfrentar las consecuencias de esa decisión del pasado – dijo con seriedad su padre – y diré que no fue mala del todo, porque ella necesitaba reinventarse y te aseguro que pagó un costo muy alto para volver a encontrarse a sí misma, necesitaba madurar de verdad. Y fue muy duro, lo habló mucho con su amiga Miyako, me contó que el hecho de que Mimi le preguntara en todo momento por ti le dio indicios de que su amiga había notado algo de interés de tu parte.

-Así que en parte te debo esto a ti -dije sonriendo.

-Eres un gran muchacho, Yamato. -dijo mi suegro asintiendo - Con Toshiko nos quedamos muy tristes por lo que tuvieron que vivir hace años, también nos apenaba mucho ver a nuestra hija pasándola mal. Y también te tuvimos muy presente en nuestros corazones, la joven Yagami nos hablaba de ti cuando le preguntábamos, pero no nos sentíamos capaces de acercarnos a ti, no era asunto nuestro y quizás eso te doliera más.

-Pues gracias por comentármelo, que yo tampoco sentía mucho valor para acercarme.

El hombre se limitó a sonreír.

-Eres bienvenido aquí, siempre. Y aunque mi esposa a veces tiene cara de pocos amigos, siempre ha tenido en gran estima a los amigos de su hija. Nosotros también perdimos un hijo después de Sora, y ambos lo sufrimos inmensamente, sabíamos lo que estaban pasando ambos.

-Al parecer es bastante común en las primeras semanas, pero es muy doloroso cuando ha sido muy buscado.

-Así es. Sora no quería oír hablar de tener hijos durante estos últimos años, pero me confesó que se casarán a su regreso y quieren formar una familia. Así que me considero muy satisfecho.

-No lo hemos oficializado. Pero muchas gracias.

-Ni deben hacerlo, ¿Sabes lo ansiosa que estará tu suegra cuando lo sepa? Se pondrá demasiado sobreprotectora. Solo cuento con esta información clasificada por ser confidente de Sora, no le digas nada de esto - se rio.

Aquella conversación definitivamente me hizo muy bien. Terminamos de almorzar tranquilamente y luego de lograr meter al señor Jin en su pequeña transportadora, me despedí de Haruhiko, mi encantador suegro anfitrión, con una sonrisa.

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Comenzaron los últimos preparativos de la pequeña gira. Las primeras dos semanas estarían dedicadas a la promoción, esto sería a través de entrevistas y firma de autógrafos en distintos eventos.

También comenzaban los ensayos.

Decidí incluir a Akira, logrando que aceptara participar en dos canciones como artista invitado, él pareció conmovido y de inmediato comenzamos a trabajar en los arreglos armónicos para destacar sus exquisitas interpretaciones.

Me agradaba poder hacer todo a mi antojo, recordando que cuando grababa este disco, comenzaba a gestarse el regreso de Knife Of Day a los escenarios.

Akira me comentó que había decidido reflotar su antiguo proyecto, la banda de metal Sphinx, esta vez con invitados variados, entre ellos Jen con sus poderosos guturales y yo para una balada.

Eso me ponía muy feliz.

Hayato estaba haciendo una pequeña gira en el país con la banda de una famosa estrella de pop y Akane retomando las clases con algunos de sus alumnos más selectos.

Estar en estrecho contacto con ellos era maravilloso, compartíamos varias reuniones semanales y nos apoyábamos en nuestros proyectos respectivos.

No podía quejarme.

Por otro lado, Sora había logrado exponer en una pequeña pasarela durante la semana de la moda en París y también en una importante feria internacional de diseñadores en Roma, y eso me llenaba de orgullo.

Comenzaba a ser reconocida en el mundo y las acciones de su empresa crecían aceleradamente, la fuerte influencia de sus tendencias impactaba en la moda de nuestro país y ya habían varios famosos que hablaban y llevaban sus prendas en eventos públicos. Mimi, radiante en su programa de televisión, mostraba a menudo los diseños de Sora y hasta le hizo una entrevista en vivo durante una mañana que muchas personas sintonizaron.

Varias prendas de su última colección se agotaron en cuestión de horas en las dos sucursales que había y sabía que Toshiko comenzaba a firmar contratos en su nombre con más talleres reconocidos. Lo estaba logrando.

Hablábamos a diario y sentía que mis deseos de establecernos nuevamente en Japón eran más reales que nunca.

Podría decirse que todo era perfecto.

Hasta que Liv comenzó a aparecer en mis ensayos con asiduidad.

Al principio no le presté mucha atención, simplemente entendí que como encargada del arte visual y conceptual de la gira, le sería útil presenciar los ensayos para inspirarse y entender un poco más la idea central que quería transmitir. También diseñaría la escenografía y quería hacer un estudio de vestuario y luces.

Pero en algún momento comencé a percibir que su interés iba más allá de los requerimientos técnicos del show. Ya no tenía excusas coherentes. Lo tomé con calma y comencé a ignorarla, no era que se acercara mucho a mí particularmente, pero me preocupaba que siguiera apareciendo cuando ya no había razones para que se presentara.

El día de mi sesión de fotos también se apareció.

No fue ella quien me maquilló, pero sí quien se haría cargo de la elección de vestuario.

Y parecía interesada e insistente para evaluar la manera en la que yo llevaba las prendas.

Comenzaba a incomodarme.

Quizás aquellas no fueran ideas mías.

Realmente estaba preocupándome. Ingresé nuevamente al probador. No quería alarmar a nadie, podría imaginar al fotógrafo mofándose de mí si le decía que me intimidaba la presencia de esa chica flacucha y de aspecto inofensivo. Tomé mi celular y le escribí un escueto mensaje a Jen, esperaba que lo viera y no se tardara.

Minutos más tarde pude escuchar la voz de mi representante y debo confesar que nunca me sentí tan aliviado de contar con su presencia.

-¿Yamato? – dijo Liv con frialdad al escucharla preguntando por mí, detecté cierta irritación en la aguda voz de la chica rubia - Se está cambiando.

Abrí la puerta de inmediato y miré a Jen con intensidad.

-Jen, qué bueno que estés aquí.

Ella me sonrió, ignorando por completo la presencia de Liv.

-A tus órdenes, Yamato. ¿Falta mucho? Recuerda que tienes esa cena con tus suegros -mencionó con inocencia mientras fingía revisar la agenda en su celular.

-Sí, la tengo muy presente. Gracias -Liv se alejó un poco. Me sentí en deuda con Jen.

Ella me guiñó un ojo con descaro y me transmitió tranquilidad con su mirada, señalando mi celular.

Vi un mensaje suyo en mi pantalla.

"Tranquilo, me quedaré hasta que finalice la sesión."

Así lo hizo.

Y vi a Liv cruzada de brazos en un rincón lejano a Jen. Agradecía que mi representante no hubiera dudado de mi palabra. Ella misma me había dicho que en reiteradas ocasiones había habido artistas que intentaron propasarse con ella, y algo me decía que Liv no era de su agrado.

Recordé que el año anterior, antes de nuestro anuncio oficial del regreso de Knife Of Day, Liv había aparecido a mi lado brevemente, intentando sacar conversación, y yo apenas le había prestado atención, cuando Jen apareció en aquella ocasión, la rubia ya se había marchado.

La incómoda sesión de fotos finalizó y respiré aliviado.

Aún así me molesté bastante al comprobar que Liv estaba tomándome fotos a la distancia, preferí no decirle nada.

Una vez fuera del estudio, habiéndome cambiado y acompañado de cerca por Jen, me atreví a hablarle de lo mucho que las actitudes de la otra chica me habían llegado a perturbar.

-Me puse nervioso, quizás exagero, pero siento que hay cosas que no son normales en ella, me parecía encantadora durante la primer sesión de fotos de la banda, cuando nos maquilló, pero ahora aparece en mis ensayos sin razón aparente y me preocupa. Gracias por no dudar de mí y venir a acompañarme.

-Así nos sentimos las mujeres muchas veces. – murmuró ella, de inmediato centró su atención en mí - No tienes nada que agradecer, la he vigilado de cerca, me dio mala espina la noche de la fiesta de fin de año, cuando se te acercó y estuvo siguiéndote en todo momento.

-¿Ya habías notado sus actitudes desde ese entonces?

Ella caminó a mi lado y meditó lo que estaba por decirme.

-Yamato, esa chica es un problema. Fue lo primero que le dije al Presidente Ishikawa cuando sugirió que trabajáramos con ella. – la vi fruncir el ceño con preocupación – tengo un colega que renunció a la discográfica porque estaba harto de los avances de esta tonta. Al principio pensé que exageraba, pero poco tiempo después pude comprobar con mis propios ojos lo que era capaz de hacer. Se obsesionó con él, al punto de lograr que terminara la relación que mi amigo tenía con su novia porque ella se entrometió, manipuló y mintió. Por supuesto que la he estado vigilando hace tiempo cuando se les acerca. Su obsesión por ti es tan notoria que me da escalofríos. La vi tomarte fotos a escondidas mientras estabas en la sesión, no puedo estarme tranquila.

-Es bastante grave.

-Es peligrosa porque tiene poder, aunque mi colega la denunció, su tío, que es uno de los principales accionistas de la discográfica, encubrió todo. Además casi nadie creyó que esa joven de aspecto tierno y frágil fuera capaz de nada.

-Ahora comienza a asustarme la situación.

-Tú tranquilo, no dejaré que se te acerque más de la cuenta.

-Gracias.

-No sé porqué se volvió tan intensa contigo, como si tuviera posibilidad alguna.

-Quizás alguien la alentó a que lo hiciera sin saber sobre esto.

Jen se detuvo.

-¿Quién sería tan idiota?

Tragué saliva. No iba a decirle que era el mismísimo Akira quien había propiciado esos avances de Liv hacia mí. No quería que Jen se enojara con él, además comprendía que mi amigo no debería haber conocido los antecedentes de esa chica de aspecto inocente.

-No lo sé. Solo son ideas. Hasta que no comencé a notar las conductas de Liv, jamás hubiera imaginado que fuera un riesgo para mi.

-Tienes razón, a mí al principio también me engañaron sus modos torpes y tímidos antes de descubrir que eran una fachada.

Caminamos en silencio por la zona del estacionamiento hasta llegar a mi carro.

-¿Quieres que te lleve a tu casa? Ya es tarde -le pregunté amablemente a Jen.

-No iré a casa, iré al estudio de Akira.

Mi expresión de sorpresa debió ser evidente, porque ella se echó a reír, incluso percibí un leve nerviosismo en su reacción.

-¿Por qué la sorpresa? Era el único horario que tenía disponible hoy - consultó la hora en la pantalla de su teléfono – y me he demorado por estar jugando a la guardaespaldas.

Encendí el carro.

-Me comentó que había compuesto una canción para tu voz en su nuevo disco, también seré invitado.

-¿Quieres quedarte con nosotros en el estudio? No creo que Akira tenga problema con eso.

-Eh, prefiero que no, necesito prepararme mejor para la gira.

-Espero que la próxima vez sí puedas sumarte -comentó ella apenada.

Salimos del recinto de la discográfica y tomé el camino hacia la casa de mi amigo guitarrista.

No iba a entrometerme en sus asuntos amorosos.

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