PLAY
/ Digimon Xros Wars OST #5 Omoide/
Luego de un rato, ambos entrenadores se habían sentado en aquel techo rojo con una distancia de 2 metros entre ellos, ambos estaban adentro de sus respectivos pensamientos aunque la joven volteaba de vez en cuando a ver al de ojos carmesíes que tenía la mirada fija en las estrellas, su mirada se veía perdida en el vacío del cielo estrellado, como si estuviera buscando una respuesta entre ellas, mientras la joven trataba de acumular valor para romper el hielo que sentía entre ellos pero cada vez que trataba de expulsar las palabras de su boca pero lo único que salió fueron murmurios incomprensibles y casi inaudibles.
– ...Esta muy serio, y tiene una gran herida... ¿Qué le habrá pasado?...– pensó la joven preocupándose por aquel chico sin haber notado que este le estaba empezando a ver.
– Las estrellas desde aquí son hermosas ¿No crees? – dijo God volteando a ver a la joven mostrándole una sonrisa sincera, esta quedo algo roja al verla más logro asentir ante la pregunta algo dudosa. – Según me decía mi abuelo, la región de Johto es un lugar fantástico lleno de lugares y cosas tan maravillosas como estas. Solo obsérvalas, nos iluminan en las noches oscuras y nos muestran el camino aun en esta expresa niebla.–
– Y te digo algo, según mi maestro, las estrellas son el símbolo de la esperanza y mientras una sola brille en el cielo hay que tener fe y nunca rendirse, es el camino que creo– La joven estaba asombrada por aquellas palabras, tal vez ella aún no se hubiera dado cuenta pero él había madurado, era indiscutible que era el mismo niño que había conocido y su mirada, aquella llena de luz y esperanza brillaba en sus ojos carmesíes.
– ...Esos ojos, su mirada, esa forma de sonreír y el brillo en sus ojos...– pensaba la joven color miel asombrada de las palabras del chico de pelo azabache–...Crim... –
Al momento una sonrisa se formó en aquel rostro de piel blanca como la nieve que desprendía un extraño sentimiento a quien la viera, esa sonrisa le era conocida a aquel chico, al ver aquella sonrisa recordó un breve recuerdo.
En plena tormenta de pétalos volvía a ver a la niña de cabellos miel pero esta vez lograba ver un poco más, lograba ver esa sonrisa y se parecía tanto a esta joven, la pregunta paso por su mente: ¿Ella será la chica de su recuerdo? Aunque era algo que no podía verificar de algún modo, aun así le era familiar...
Al rato de decir esto hubo un momento de silencio incomodo que fue roto por la joven.
– Este... ¿Estas... bien?–
– Si ¿Porque preguntas?–
– Tú... brazo. – Al decir esto la joven, voltio a ver su God y noto que su piel tenía varias heridas pero no las había sentido, algo que siempre le pasaba. – A esto, no te preocupes, son solo unos raspones, para mañana estaré bien, aunque siéndote sincero no sé dónde me los hice.– dijo God de forma infantil y algo alegre.
– ¿No te habrás hecho daño en tu combate de gimnasio hoy? – dijo la joven tímidamente con un tono de voz bastante suave.
– No lo creo, ahí estuve en un lugar alejado. – dijo God de manera tranquila hasta que se dio cuenta de algo– Un momento ¿Cómo sabes que combatí hoy en el gimnasio?– Tras oírlo la joven se puso de un color rojo.
– Yo... te vi combatir...– dijo tímidamente la joven tomándose las manos y jugando con ellas tratando de evitar esos pensamientos que pasaban por su cabeza. Al escuchar lo que dijo ella, God recordó su comportamiento en aquel combate y se había vuelto a poner serio y estaba decepcionado de si mismo– Creo que combatiste bien... casi le ganas. –
– No pienses así, la verdad no fue uno de mis mejores combates, estaba alterado y perdimos porque no mantuve el control, ciertamente creo que los decepcione a todos. – dijo God cabizbajo con un tono algo triste, su cabello cubría sus ojos y no le era posible a la joven de verlos, ver a el de ojos carmesíes de tal manera hacia preocupar a la joven.
– Yo... no pienso que sea así. – dijo la joven de una forma nerviosa pero decidida levantando la voz, esto sorprendió un poco a God haciéndolo levantar la cabeza y mirarla, ahí noto que su expresión era una mezcla de enojo, nerviosismo y algo de la timidez que tenía pero aun con su voz tan dulce mostraba determinación.– No–no debes pensar así. Siempre estuviste atento y preocupado por ellos, v–vi como hiciste con charmander, aun tras todo t–tu seguiste adelante y no cediste en ningún momento. T–tu derrotaste al Skarmory así, yo creo que t–tu er–es INCREIBLE. – dijo Amber con determinación, God había quedado completamente sorprendido por las palabras de ánimo de aquella entrenadora ya que le había hecho ver algo, ese pequeño discurso hizo que God entendiera y una sonrisa junto a risa de parte de él, el cambio tan repentino del de ojos carmesíes le hizo extrañar a la joven y mas no esperaba lo siguiente.
– Jajaja, si no lo hubieras dicho entonces no lo habría visto desde ese punto de vista, muchas gracias. – dijo God de una forma bastante alegre mientras sonreía de forma habitual, esta reacción hizo sonrojar a la joven, no sabía que pero esa siempre la hacía sonrojar ver esa sonrisa, God noto el cambio de color en el rostro de ella.
– Oye ¿Tu estas bien?–
– Si si si, n–no es nada– dijo ella aun sonrojada, nerviosa y moviendo su mano tratando de echarse aire, con esta reacción A God se le salió un gota de sudor frio mientras sonreía algo forzadamente por aquella respuesta.
– Bueno, supongo que es tarde, sintiendo el frio puedo decir que son como las 12, mejor me voy que creo que estaré preocupando a mis amigos si no vuelvo.
– Eh? Ah ajam, en–entiendo, bu–bueno creo que... yo también me voy...– dijo mientras tomaba impulso antes de recordar que aún no quería mostrar su "desarrollo" ya que no sabía si afectaría en su propósito o no pero aun así era mejor no arriesgarse.
– Bueno, que pases buenas noches y gracias por oírme. – dijo mientras se levantaba y estiraba los brazos entonces empezó a caminar hacia adelante hasta que paro en seco un momento y volteo a ver a la joven– Disculpa que no me haya presentado, soy God Forcehold, mucho gusto. – dijo God terminando de saludar con su sonrisa habitual haciendo el mismo efecto que antes sobre la joven pero esta vez no le había afectado del todo, es más, parecía que le agarraba cariño a esa expresión y sin dar más vueltas al asunto tuvo que responder aunque le doliera tenía que continuar con su nuevo plan.
– Soy Amber Etern, espero que podamos ser grandes amigos– Una sonrisa fue unida junto a estas palabras; sus ojos cerrados, un leve sonrojo y una sonrisa con la boca semiabierta, ese momento un destello se reflejó en los ojos del de cabello azabache y una extraña sensación paso por su cuerpo.
– ¿Puedo verte mañana aquí? –
– Eh?! Pero... porque quieres... eso–
– Ni idea, solo pienso que sería bueno pasar un rato hablando contigo, no sé por qué pero me traes tranquilidad. – decía mientras se dirigía a una ventana donde entraría– ¿Podríamos hablar mañana?–
– Este...– Las palabras no lograban salir de su boca, parecía que esa pregunta afectaría todo lo que pasara y ella no podía moverse para decirle si pero los nervios lo paralizaban, esto era malo, sentía que todo lo que había hecho se estaba desperdiciando por el breve pretexto de no haber dicho nada, NO NO PODIA PASAR ESO, TENIA QUE HACER ALGO, una seña o algo...
– ¡SIIII!– grito la joven de la nada alertando al otro quien no esperaba ese tipo de ánimo.
– Ouh... bueno– Una gota de sudor paso por su frente pero trato de ignorar esa respuesta y continuar su despedida– Me voy, hasta mañana, Amber. – dicho esto God se deslizo por la ventana con una sonrisa sobre su rostro dejando a una sonrojada joven en el techo, tras los segundos una sonrisa llena de alegría y pena salió de ella y de un momento a otro voltio a ver las estrellas, su mirada se veía perdido en ellas mientras recordaba los ojos carmesíes y esas palabras.
– Tienes razón, las estrellas son muy bonitas. –
Más tarde... en otro lugar...
Brbrbrbr... Brbrbrbr...
– ¿Diga?–
– Dd ¿Dónde y que estás haciendo?–
– Ah, eres tú, Syncroh. Nada, estoy en la misión que me confió al Decimo.–
– Aun no entiendo porque no solo la completas y vuelves, ha pasado un mes desde que comenzaste a buscar al Próximo. Hasta me entere que pediste al Decimo que se te diera las MTs Puya Nociva y Taladradora, una Capsula Habilidad y el objeto Periscopio, además del ascenso al salón de Superentrenamiento. ¿Qué intentas hacer?–
– Jujuju, no se te escapa nada verdad? Pues es un asunto del Próximo, solo le estoy dando un empujón para que avance más rápido. –decía aquella voz entre risas.
– No deberías hacerle el camino fácil, se nos prohibió que interfiriéramos directamente con él, tu sabes que...–
– Si conozco las reglas, Syncroh y no le estoy facilitando las cosas, el mismo hizo un vínculo con mi pequeño amiguito, solo que le afile un poco esta lanza irrompible. – dijo aquella voz gruesa pero en el fondo se escuchaba un zumbido de unas alas.– Además, no creo que la mano derecha del Decimo tenga problemas para hacer madurar a su sucesor– dijo sonriendo de una forma maliciosa y al otro lado de la línea se escuchó un suspiro.
– No tienes remedio, Dd. – dijo decepcionado el personaje extraño– Debe ser realmente importante como para que te interese tanto. –
– Hablando de eso ¿La nueva aplicación ya se le fue instalada en la 25?–
– Si, ella se encargó ya de eso, parece que ahora la tiene el Sucesor en su posición. Tan pronto como emane otra vez los Rayos Link se activara la relación y dejara de ser una simple enciclopedia, además que ella te manda saludos desde La Base. –
– Mmm comprendo, pues la verdad aun creo que eso no valió nada ya que con todo el tiempo que lo he observado en ningún momento vi índices que la tuviera. –
– Piensas que él podría saber de nosotros y está evitando su uso. –
– No, pienso que es tan idiota como para no saber cómo usarla. De todos modos estaré al corriente. –
– Antes que todo D, ¿Encontraste algún dato del científico detrás de las ruinas?–
– Parece que está atascado con ciertos problemas que hay en ella. Parece que el N'245 ha caído en sus manos y ha estado parando la investigación congelando a quien sea que entre en esas Ruinas.–
– ¿Lo han atrapado?–
– No, atrapado no, fue corrompido. –
– Eso es peor. Sin el Décimo no hay forma de parar a un corrompido. –
– Jujuju ¿Quién dice?–
– Esa risa... Tienes algo entre manos, no es cierto? –
– Digamos que matare dos pájaros de un tiro. –
– ¿Dos pájaros? ¿A qué te refieres? Ah no me digas que...–
– Ya te distes cuenta, Syncroh. –
– Dd, es demasiado peligroso como para que él lo enfrente, sé que estás loco pero esto ya es demasiado. –
– No te alteres por eso, debes tenerle más confianza ya que recuerda que algún día estará a cargo. – Dijo culminando con la llamada.– Cuando lo libere, esto apenas comenzara...–
Han pasado un par de días desde el encuentro de la joven con el de ojos carmesíes, el comportamiento de God había vuelto a la normalidad con el pasar de los días, es más, no había perdido ni un segundo más lamentándose sino que en vez había estado estos días entrenando arduamente en la ruta 32 y con el progreso Discharger había alcanzado un buen nivel y había completado el movimiento Sustituto, un nuevo movimiento preparado para la revancha. Pero hubo un contratiempo que nunca espero, alguien que dio más preguntas que respuestas.
Lo que había pasado…
– Contrarresta con Arañazo. – se escuchó decir a God con cierta emoción en su voz, a lo lejos se veía como el Charmander variocolor atacaba a un grupo de Ratattas, la diferencia de poder era grande ya que Discharger esquivaba uno tras otro Placaje que le lanzaban y este respondía con Arañazo lo cual de un golpe los dejaba debilitados, al quedar en ese estado los pokemon salvajes huían después pero aun así victoria es victoria y eso era bastante experiencia. Al acabar, el charmander variocolor fue directo con su entrenador estirándole su brazo con el puño cerrado lo cual choco con el suyo como una clase de señal entre compañeros.
– Muy bien, Disc ahora déjame ver algo un momento. – decía mientras se alejaba un poco de su compañero, en eso saco de su bolsillo una cajita roja con una pantalla que cubría casi la mitad de la Pokedex, tenía un par de teclas negras en forma de óvalos en el lado derecho, un botón en forma de cruz y en el centro de abajo estaban dos en forma de rectángulos. God empezaba a oprimir los botones y una voz se escuchó computarizada se logró escuchar.
– Bienvenido God Forcehold. – Esto le impresiono al de ojos carmesíes, no se esperaba oír voz en aquella enciclopedia pero continuo buscando algo mientras tecleaba.
– Es increíble que pueda ver los datos de mis pokemon afuera o adentro de sus pokeballs. Si no fuera por Naomi que me mostrara lo útil de la Pokedex. A ver... Aquí esta, Datos– Al oprimir el botón más a la izquierda accediendo, un par de toques después y empezaba a apuntar al Charmander variocolor.
– A ver... Vamos bien, faltan 50 puntos de Exp para pasar al nivel 16. Creo que con un par de horas más estaremos a la par con Falkner – dijo God observando los datos de su amigo y al darse cuenta de algo reviso a su pikachu variocolor– Es increíble que no me haya dado cuenta de que Rayo este al nivel 25 ahora, parece que lo he entrenado más de lo que pensé–dijo God de una forma algo sorprendida de la cual Charmander respondió del mismo modo.– Pues vamos a hacer algo, Disc, como hay una diferencia algo grande pues nos dedicaremos a entrenarte hasta que limpiemos el piso con esos voladores ¿Qué me dices?–
Con un energético gruñido charmander demostró su respuesta empezando a correr hacia el este de donde estaban, God al ver el entusiasmo a su amigo sonrió de forma un poco más tranquila mientras guardaba la Pokedex en su bolsillo izquierdo.
– Muy bien, tranquilo, no te canses antes de...– decía God mientras empezaba a caminar hacia adelante pero...
Aquel latido se volvió a escuchar en la cabeza del joven, el dolor había vuelto pero esta vez no fue más que un segundo, la expresión de su rostro se quedó congelada y por ese segundo en pleno parpadeo, en sus ojos apareció aquel pentágono negro cubriendo la pupila. Tras esto el tiempo se sintió lento o es así como al de ojos carmesíes , su cuerpo empezó a ponerse en posición para agarrar impulso en esas mínimas de segundo para luego de un gran paso salto impulsado en dirección hacia su pokemon que al oír eso trato de voltear pero no le dio tiempo ya que su entrenador le había agarrado con sus brazos de una manera algo brusca, el Charmander no entendía que hacia su entrenador pero en ese momento fue cegado por una luz morada obligándolo a cerrar los ojos.
Se escuchó una gran explosión y el polvo se esparcía por aquella zona costando saber al Charmander que había pasado hasta logro escuchar la voz de su entrenador.
– Disc ¿Estas bien?– El charmander al oír a su entrenador abrió los ojos y vio cómo su entrenador veía con determinación pero un poco nervioso mirando a donde había estado él lo que hizo voltear al charmander variocolor y ahí entendió porque estaba así su entrenador, en la dirección donde está, el suelo que había pisado había desparecido y en cambio había un enorme cráter, era fácil de imaginarse que hubiera pasado si su entrenador no hubiera arriesgado su propia vida con tal de salvarlo aunque había algo que le impresionaba y era lo veloz que podía ser su entrenador.
– Prepárate, Disc, esto estará en otro nivel– La voz de God tenía un tono más serio de lo usual, como si hubiera sabido que iba a pasar, la mirada de su entrenador parecía preocupada pero a la vez desafiante, al verlo entendía que esto iba en serio.
– Nada mal, si pudiste ver el Pulso Umbrío en pleno aire significa que ya estas logrando ver a la velocidad de la Luz– Se escuchó esa voz grave a lo lejos.
– ¿Quién eres? ¿Mz?– grito God con decisión serio, lo más que escucho fue que una risa algo macabra mientras que el viento empezaba a llevarse una gran cantidad de hojas de los árboles del alrededor.
– Jujuju No es así la forma de hablarle a tu nuevo tutor. – dijo con un tono un poco juguetón.
– ¿Eh? ¿De que estas hablando? ¿Tutor? – El tono de voz de God incrementaba con cada pregunta que hacia al extraño mientras lo buscaba.
– Creo que debo presentarme. – Entre el soplido de las hojas se escuchó un golpe seco a unos metros delante de el de ojos carmesíes, un hombre de aproximadamente 1,80, tenía compostura algo delgada pero elegante, no sabía por dónde pero sentía haberlo visto antes, su mirada picara mientras este cruzaba los brazos y con su mano derecha acariciaba una de sus largas patillas mientras esta parecía enrollarse.
– Vengo de la región de Sinnoh, soy Investigador de Campo de la familia Ryu y a la orden del Decimo he venido a probar tu progreso, me puedes llamar Destiny. – Al oír eso ultimo God había cambiado su expresión, ahora que sabía quién era estaba más impresionado que nervioso olvidándose de todo lo que había pasado.
– ¿D... Destiny?–
– Mmmm parece que me conoces, eso facilita bastante la cosa.– decía mientras se acercaba más y más pero había cierta cosa que le molestaba y era que sentía otra presencia a lo cual su risa cambio a un gesto más serio– No tenemos mucho tiempo, toma esto y escucha atento. – decía mientras lanzaba una extraña caja que con el asombro God apenas pudo atraparlo entre sus manos. Este al ver bien el objeto vio donde se podía abrir y como si fuera un cofre lo abrió con sumo cuidado ya que no sabía que podía haber ahí y entonces vio unas clases de cintas rojas, dos en específico.
– ¿Qué es esto? –
– Según Syncroh, son las Cintas Peleador, aunque es un objeto sumamente pesado que permite entrenar más la fuerza de garras con tal de que logre endurecerlas y logre una mayor velocidad al utilizarla en ataques, es como un brazal firme, solo que más practico pero con los mismos efectos. – dijo Destiny de una manera sencilla.
– Esta bien, sé que es ahora pero ¿Porque me lo das?–
– Jujuju Es algo obvio, es para que estés al nivel de tu primera prueba. – decía mientras volvía ha alizar su patilla– Apropósito, eres un mal entrenador, olvidaste a tu pokemon en el centro, por esta vez lo dejare pasar ya que supongo que ni tu sabias– Al oír estas palabras God se sorprendió hasta que de un bolsillo Destiny saco una pokeball comprimida dándose en la mano al de ojos carmesíes, este último solo se quedó observando la pokeball por unos segundo analizando.
– ¿Mi... Pokemon? – Al ver la pokeball bien noto que se empezaba a mover de un lado a otro en su palma y God noto lo que le quería decir, quería salir– Entiendo, muy bien, sal. –
Un rayo de luz blanca empezó a salir de esa pokeball para formar una esfera donde salió aquel pokemon amarillo con rayas negras, entonces ahí noto que su supuesto pokemon era un Beedrill, este al ver a este tipo de pokemon se impresiono ya que nunca antes había visto uno de tan cerca, este ver al entrenador se empezó a acercar a él lo cual tomo a este desprevenido.
– Oye, un momento, retro...– iba a decir God pero con la mano con la que trato de parar al pokemon fue donde el beedrill puso su cabeza con una gran confianza, era extraño pero este gesto le era bastante familiar, como si lo hubiera hecho hace poco hasta que al final se dio cuenta de quién era.– ¿Weddle? ¿Eres tú?– El pokemon agarro a God con fuerza lo cual tomo como un abrazo.
– Es increíble, has. .. Evolucionado pero ¿cómo?–
– Son detalles menores, solo digo que lo encontré en una pokeball tuya así que solo hice que valiera entrenarlo, solo dale un vistazo– dijo Destiny de una forma algo macabra pero parecía no afectar ese terror en God que solo saco su Pokedex y entrando a Datos vio sorprendido:
Nombre:?
Especie: Beedrill
Nvl: 18
Habilidad: Francotirador
Movimientos:
–Taladradora
– Puya Nociva
– Foco Energía
– DobleAtaque
– Nunca había oído de estos movimientos, puya nociva y taladradora– decía mientras seleccionaba uno para ver su efecto:
_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_ –_–_–_–_–_–_–_–_–_
– Taladradora: Alta Probabilidad de Critico.
– Puya Nociva: 30% de probabilidades de envenenar.
– Foco Energía: Aumenta la probabilidad de Golpe crítico.
– DobleAtaque: 20% de probabilidad de envenenar. Golpea dos veces.
_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_ _–_–_–_–_–_–_–_–_–
– Son buenos movimientos para una ofensiva, aunque no entiendo para que sirva el Foco Energía. – dijo God de una manera algo infantil pero de un momento a otro recibió un Golpe en la cabeza por aquel hombre en traje que lo acompañaba.
– No te hagas el idiota, aunque el papel te quede. – dijo esto de una manera tranquila lo que no combinaba por el golpe que le había dado al entrenador de ojos carmesíes.– Aun no lo entiendes eh? Supongo que te llevara más tiempo descubrirlo pero en fin. Ya aclarando esto vamos al asunto al que vine. –
– ¿De qué hablas? ¿Asunto? –
– God, en muy poco tiempo tendrás que ver a los ojos de la muerte y para eso debes estar preparado, ves ese lugar, ahí será donde todo se te aclarara. – decía mientras veía a un camino hacia el este de una manera seria pero a la vez un tanto maliciosa.
– ¡¿Espera, tu sabes acerca de lo que me está pasando?! –
– No te alteres, por algo así primero respóndeme, has estado escuchando voces, visiones o en algún momento has visto que iba a pasar? – God tras escuchar se había quedado sorprendido ya que había dicho y con detalle cada cosa que le había pasado, lo más que le pudo responder fue asintiendo nerviosamente lo cual vio en la cara del ensombrerado un gesto de preocupación.–Escucha bien, God Forcehold, porque lo que hagas a partir de ahora cambiara el resto de tu vida, si cometes aunque sea un error puede que hayan bajas ¿No quieres eso otra vez cierto? – El ensombrerado fijo en su vista en el brazo derecho del de ojos carmesíes quien con un gesto de frustración y furia mientras que apretaba sus puños, el pequeño charmander se percató de esto y tratando de distraerlo le agarro y jalo el pantalón a su entrenador sacándolo de sus pensamientos.
– ¿Qué… debo hacer?– dijo el entrenador levantando la cabeza hasta ver a los ojos amarillos con una mirada que parecía completamente diferente, era seria y mostraba una clase de frialdad nueva en él, el ensombrerado levemente se sorprendió al ver esa expresión ¿Tanto era que le dolía solo recordar?
– Debes encontrar a un científico que mantiene su investigación en las Ruinas Alfa, su nombre es Leonardo Napol, es el líder de la investigación acerca de los antiguos escritos escondidos en ese lugar, es bastante interesante así que no creo que sea mucho esfuerzo interesarte en eso, después solo deberás esperar– Mientras decía este empezaba a buscar en un bolsillo interno del traje hasta que God se alertó al ver que lo que sacaba era un arma de fuego y dio un gran salto hacia atrás poniéndose en posición para echar la carrera.
– No te alteres, si no me das razones para usarla entonces no te disparare, aunque veo que no sería la primera vez que lidias con ellas. Otra cosa, no puedes decir nada de esto, ni a tus amigos ni a tu familia, almenas que quieras meterlos en la masacre que vendrá, solo si te preparas podrás evitar que hayan bajas.– decía mientras con un paño amarillo limpiaba su arma– Eres rápido, casi nadie ha logrado no solo ver el pulso negro sino que también lo esquivaste con precisión, se nota que lo tienes y el gran entrenamiento que ha sufrido para poder moverte con ese defecto– Cada palabra hacia arder a God en furia, había metido un tema del cual no quería volver a recordar.
– ¿Cómo sabes de Pueblo Esperanza? ¿¡Acaso tú sabes quién nos atacó?! Habla–
– No te precipites God Forcehold, desconozco los detalles de lo que paso pero sé que alguien preciada tuya no lo logro y no pudiste salvarla, ¿cierto? Si logras interactuar con Napol entonces podrás salvar a tus amigos, desde ese punto él te guiara. –
– Espera por favor. Aún tengo muchas preguntas que hacerte. – dijo God tratando de agarrar al hombre ensombrerado que empezaba a caminar a dirección opuesta al del ojos carmesíes, mas sin embargo el extraño sujeto medio volteo y al chasquear los dedos todo se volvía borroso, lo más que pudo ver y oír fue la sonrisa maliciosa junto a aquella risa que terminaba con la impresión de hombre desquiciado o un Asesino.
Cuando los rayos de sol naranjas golpearon el rostro de God este se levantó lentamente apenas pudiendo recordar lo que había pasado, pero con todas las cosas que le había ocurrido y una pregunta paso por su cabeza.
– Acaso... acaso fue solo un sueño– decía mientras lentamente se levantaba viendo todo a su alrededor pensando que el cansancio lo había noqueado hasta que en un movimiento de su mano toco algo que le llamo la atención y al fijar su vista vio... esa pokeball donde sintió un zumbido
. – ¿Oh... no?–
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
