I. Cacería
— Segunda Baraja Soldado Pica: Leonard Boxes, Juro por todas las vidas que han caído y por todas las seres vivos que habitan en este mundo que deben ser protegidas que te detendré por siempre, cueste lo que me cueste. — dicto fuertemente el cazador, Hiroto veía asombrado a quien hasta hace poco detestaba, esa persona ahora parecía una persona completamente diferente.
— Jajaja Adelante muéstrame que puedes hacer, Cazador Leyenda. — grito Boxes a lo que con una seña empezó el combate, 218 vs 1.
— Lizard Llamarada al cielo. — ordeno Wilson.
El charizard en su forma megaevolutiva, tras acumular fuego en su estómago, soltó una poderosa llamarada hacia arriba. Una inmensa bola de fuego que al llegar a una distancia se abrió iluminando todo el cielo oscuro cegando a todo aquel que lo vio incluyendo al chico de cabellos oscuros.
— ¡Vuela! —
Montándose en un rápido movimiento al mega charizard prendió vuelo nuevamente dirigiéndose hacia un conjunto de poderosos enemigos entre el grupo
— Abre el paso con Garra Dragón. — ordenó Wilson. — Serie Dragón; Navaja. —
El mega charizard envolvió una de sus garras en energía espectral hasta que de esta broto una garra de mayor tamaño para luego formar un largo filo similar a una filosa cuchilla. Fue en cuestión de segundos, que con una respiración calmada inhalando y soltando un fuerte y constante suspiro, paso entre los pokemon y el sonido de una campana en pleno vacío sonó en el lugar. Fue cuando paso aquel muro de pokemon envueltos en energía oscura fueron cortados sin darse cuenta, y los restos regresaron a ser energía. Los demás pokemon y recuperar la visión pero los segundos fueron suficientes para haber tomado una gran distancia.
— ¡Idiotas, que hacen se está escapando su presa, atrápenlo! — grito furioso Boxes a lo que todos emprendieron su captura, Hiroto aun sentado en el suelo noto como todos los pokemon iban en búsqueda del cazador olvidándose de él por completo.
— No sé si debo sentirme alegre porque sobreviví o enojado porque se olvidaron de mí. — susurro en voz baja. Hiro veía como todos los pokemon en el lugar en persecución del cazador legendario.
Mientras en las planicies saliendo del bosque.
— Muy bien Lizard, con eso basta, con esta distancia ya Hiroto está fuera de peligro. Ahora si estaré centrado. — dicho esto se dio la vuelta montada en charizard preparado para combatir.
Desde lejos empezaron a venir ataques de larga distancia, rayos, lanzallamas, bomba lodos eran lanzadas hacia al temporal tipo dragón. Era una lluvia que hasta el más ágil tendría problemas de poder evitar cada gota de agua en pleno diluvio.
— ¡Ala Acero! — dicto el cazador. Ante la orden, las grandes alas negras de Lizard se envolvieron en una luz estelar plateada cobalto y empezaron a crecer hasta tres veces su tamaño. Fue cuando ambas alas gigantes se doblaron para cubrir su cuerpo, y tras ello una barrera parecida al reflejo que irradiaba luz como un resplandor en partículas similar al polvo de estrellas. – ¡Serie Meteoro; Escudo Meteoro! –
Como si fuera un paraguas que rechazaba las gotas de agua, todos los ataques eran rechazados por aquella barrera. Otra variación del movimiento con un control maestro en el elemento para hasta moldearlo y controlarlo a voluntad. Ni siquiera si las estrellas que caigan del cielo podrían abrirse paso ante ese doble escudo. Como un Boxes pudo contemplar la inmensa diferencia de nivel entre el que era un cabo en su escuadrón, y el arma más filosa de la baraja del Comandante.
— ¡Ala Acero! ¡Serie Meteoro; Impulso! – Dando un salto las alas se abrieron abarcando 2 metros en cada lado. Como un cohete en ascenso salió disparado contra la inmensa horda asustando a la mayoría que no esperaron ver enfrente de ellos el fuego violento en el hocico de la boca del Mega Charizard. – ¡Serie Dragón; Navaja! —
Al igual que antes, las garras espectrales aparecieron en sus garras para luego formarse un par de cuchillas en ambas garras. Rápidamente pokemon voladores como Fearrows, Swellows y Golbats empezaron a atacar, o almenas intentarlo puesto con un solo zarpazo acababa con ellos. Los pokemon en tierra lanzaban ataques y ágilmente el cazador junto a la salamandra mega desarrollada esquivaba en plenas acrobacias a lo que los derribaba.
Potenciación y Proyección. Era cualidades Boxes era un cabo sin mucha fuerza física o potencial, pero siempre se dedicó a aprender y sabia de ellos en sus lecturas. Aun así, era algo que no podía imaginar que una persona pudiera hacerlo. Si muy pocos en Cipher podían utilizar siquiera el primer nivel, enfrente de él estaba alguien usando artes maestras en el tercer nivel. Pudo contemplar como en un segundo masacro de un solo tajo a varios pokemon abriéndose paso entre el ejército de pokemon que había preparado. El título de cazador parecía ser real enfrente de sus ojos.
Boxes se dio cuenta de aquel detalle y sonreía con malicia al ver aquel dato siendo verdad. Luego de haber acabado con 78 pokemon, descubrió el motivo detrás de ello. Tenía un límite de tiempo. Era lógico, de otra forma no parecía que pudiera ser lógico que lo estuviera enfrentando de golpe. La mega evolución, una etapa más allá de la misma evolución natural de los pokemon, era un estado único que ciertos pokemon podían obtener. Lo poco que sabían provenían de una región en el archipiélago oriental conocida como Hoenn, pero era muy escaso lo que se sabía. Esta etapa daba un gran poder a los pokemon, pero duraba muy poco tiempo al no ser estable. Se sabía demasiado poco de ello ya que el Reino Corinthia era un gran obstáculo para la investigación en las regiones en el viejo continente como Kalos o Galar. Eso explicaría porque usaría algo así arriesgándose en vez de pedir por refuerzos.
— 81. 82. 83. 85. — En unos segundos, aquel par había despejado el cielo de los enemigos aéreos. Aun así, el verdadero trabajo pesado lo esperaba en el suelo lanzándoles proyectiles uno tras otro. En pleno aire el charizard dio vuelta en el aire tomando rumbo en picada, esperándolo abajo los pokemon se preparaban para asesinar al primer momento posible.
— ¡Ala Acero! ¡Serie Meteoro; Impulso! –
Aumentando la velocidad como alerones, el Charizard evolucionado dio media vuelta y con la energía espectral tomando forma una garra que convirtió en un puno y lo ejerció en el terreno. Era algo muy arriesgado dañar de esa forma el lugar y más al estar cerca de la ciudad, pero no era momento para ello. Tendría que pagar el precio después, pero su prioridad eran los pokemon oscuros y los restos de Cipher. La caza continuaba, y ninguno debía de escapar de ahí.
— ¡Garra Dragón! ¡Serie Dragón; Impacto! —
El resultado fue el esperado. Un poderoso temblor se hizo presente como la caída de un meteoro en la corteza terrestre, la tierra se desquebrajo y las potentes ondas de choques mandaron a todos en la redonda a volar por la potencia de aquel ataque. El boom sonido hizo que varios pokemon se volviera energía, mientras que otros eran consumidos por los fragmentos de rocas del suelo desquebrajo del lugar. La potencia de aquel golpe fue capaz de llevarse consigo a 50 pokemon de gran nivel, pero al mismo tiempo los dejó en medio del campo enemigo.
Varios pokemon de muy alto nivel que habían aguantado el golpe estaban tirados tratando de levantarse lo que le daban unos segundos al cazador y su mega salamandra para actuar. Debían de utilizar más fuerza, uno de sus mejores trucos, si es que querían lograrlo a tiempo. Aunque no fuera perfecto, una imitación podía ser igual de buena con tal de que cumpliera su objetivo.
— Llamarada ¡Serie Ignest; Pirotecnia! —
Una gran bola de bola ardiente de fuego, como estrella en ascenso en el cielo estrellado, salió mientras crecía con cada segundo que consumía aire. Al llegar a cierta altura se dividió en múltiples bolas de fuego que cayeron como proyectiles. Si antes había caído una ráfaga de ataques, este era un completo diluvio infernal. Boxes apenas pudo contemplar el espectáculo enfrente de él, y como los pokemon oscuros que había recolectado y preparado con drogas y equipamiento ser consumidos uno tras otro por los proyectiles que caían como meteoros.
La escena catastrófica era demasiado para no llamar la atención, y ya gente en la ciudad se estaba preparando ante las señales del fin del mundo. La lluvia de fuego alertó a todos, y muchos guardias empezaron a movilizarse. Solo un ser divino como un pokemon legendario podía provocar tal destrucción a la lejanía, y el mayor temor vino junto a los terremotos. Algo catastrófico estaba pasando.
Boxes podía ver con escalofríos en sus piernas como todo su esfuerzo estaba siendo eliminado por una masiva diferencia de poder. No se había dado cuenta que su rostro estaba pálido, sus pantalones mojados, y sus piernas temblando hasta casi perder el equilibrio. El temor venía a su mente al recordar como sus hermanos y hermanas en Cipher fueron masacrados y solo por suerte o por la intervención divina que sobrevivió. Recordó aquella masacre como su mayor trauma. No podía moverse al ver el poder que ningún ser humano debía de poseer, pero ese miedo que se transformaba en desesperación se convirtió en una sonrisa.
¡Era cierto! ¡Era cierto! ¡Él era un monstruo, pero no era invencible! ¡El tan poderoso Cazador Leyenda tenía una grave debilidad! Su mayor punto débil eran aquellos que cuidaban, aquellos que llamaba su familia. Aquella zorra descerebrada con aire en la cabeza que se casó con él, la mocosa que cuidaba desde que la encontraron junto al mocoso, y el idiota que le habría brindado esta oportunidad. Para su fortuna, uno estaba suficientemente cerca, y el cazador permanecería ocupado por un poco más. Su mente consideraba el siguiente paso. No le importaba su propia vida. Quería lastimar al traidor, y si para ello debía de hacerlo entonces que era otro mocoso persiguiéndolo en sus sueños. Todo para eliminar el error de Cipher, su mayor carta y más grande traidor. Todo por el control y orden mundial de Cipher.
— 101. — bajándose de su lomo, el cazador tomo un objeto de su abrigo y lo lanzo al aire a lo que aparecieron dos varas grises medianas con tonos azules y grises. Atrapándolas en sus manos y haciendo un giro rápido con ellas. Poniéndolas al alcance de las garras, el Charizard variocolor evolucionado acato la orden y con las garras espectrales envueltas en energía tomo ambas varas. — Garra Dragón ¡Serie Dragón; Transferencia! —
En un segundo, la energía que brotaba de sus garras se estiro en las varas metálicas plateadas hasta rodearlas de energía. Fue cuando las soltó que la energía manipulada por Wilson tomo formo de dos filosas hachas de una mano decoradas. En un segundo, Wilson había obtenido dos filosas armas espectrales de parte su pokemon.
— ¡Serie Dragón; Danza Dragón! — Dicto Wilson a lo que Lizard se rodeaba de nubes que giraban a su alrededor junto a un estruendoso rugido a lo que una energía morada y roja empezaba a salir agresivamente del charizard. – Comando; Libre Albedrio. –
Los pokemon que permanecían parecían dudar ante la presencia que había en el hombre que repente parecía más un monstruo que ellos mismos. Aún quedaban algunos débiles que debía de encargarse. No debe quedar ninguno de pie. Ese era su propósito. Así que…
Que continúe la caza.
II. Presa
Mientras... Cerca del Árbol Abyss...
Hiroto podía escuchar explosiones, choques de metal, grandes impactos y una cantidad de humo, desde esa zona se podía sentir las ondas de los poderosos golpes en la tierra y el chico algo inquietado se preguntaba así mismo de que podía estar pasando allá.
Levantándose notó que había tirado el bolso del cazador por error. N obstante, notó que algo dentro brillaba, curioso empezó a buscar que era. No había mucho que destacaba ahí.
¿Un guante dorado con gemas seis gemas de colores incrustadas?
Aburrido.
¿Rollos sagrados de una civilización perdida en el tiempo?
Anticuado.
¿Un Libro de cómo tratar con niños en la adolescencia?
… ¿¡Por qué tiene algo como esto?!
De cualquier forma, había mucha basura en aquel viejo bolso. El resto no resaltaba entre cuadernos con apuntes, bolígrafos, pokeball minimizadas, entre otras cosas, más en uno de los bolsillos encontró dentro de una cajita de cristal aquella piedrita de colores oscuros.
— ¿Y esto? — susurro Hiroto sorprendido al tomar con cierta curiosidad aquella esfera dentro de la cajita. Atrayente e hipnótica, su matriz de colores secuestraban sus ojos mientras sentía una especie de trance con un cierto y extraño latido en su corazón. Fue hasta que un ruido logro sacarlo de sus pensamientos, al darle vuelta vio que unas chispitas negras empezaban a salir de la pequeña esfera. — Tiene una grieta… —
En un momento Hiroto sintió en su cinturón que algo se movía, en un movimiento la pokeball que tenía se abrió y el quilava apareció algo asustado.
— ¿Charlie? ¿Qué pasa?— pregunto Hiroto acercándose a su compañero pero este solo retrocedió atemorizado a lo que después de unos entendió que pasaba viendo otra vez esa cajita de cristal preguntándose así mismo que era eso que tenía en sus manos que asustaba tanto a su audaz compañero.— ¿Qué es esto? —
— Gracias por facilitarme en buscarla, Yo me llevare eso a partir de ahora. —
Hiroto estaba tieso tras oír esas palabras sabiendo de quien era el que estaba cerca de él, tras levemente voltear lo vio mas no estaba solo, su imponente Tyranitar estaba detrás del sujeto.
— P-profesor Boxes…— dijo dudoso Hiroto a lo que empezaba a retroceder.—¿Que paso con el viejo? —
— Él… está un poco ocupado jugando con mis juguetes pero tranquilo no te dejare fuera de la diversión, yo jugare contigo. — Boxes empezaba a acercarse lentamente al chico a lo que este retrocedía.
— P-profesor ¿por qué? Usted es alguien genial, a todos en la academia les agrada. — pregunto Hiroto. — Ya le dieron ese puesto de profesor. También le di una taza del mejor maestro ¿Por qué haces esto? —
— Quiero devolver el favor que me hizo hace mucho tiempo ese cazador. —
— ¿Que te ha hecho él como para que hagas esto?— grito algo nervioso.
— Me quito mi Propósito. Eso es lo que me hizo. — grito Boxes enfurecido. — ¡Cipher era todo para mí, mi hogar, mi familia, y ese cazador a quien consideraba mi héroe lo destruyo. Todos fueron encerrados y ejecutados. ¡El Comandante Gordon desapareció y todo por apunta a que fue quien se encargo de todo, y como me quito mi razón para vivir yo le quitare la suya! —
— ¿El los mato? No, no es posible, ese viejo no haría eso. —
— Parece que no te ha contado a ti tampoco. — dijo a lo empezaba a acercarse Hiroto que en guardia retrocedía desesperado lleno de miedo. – Claro que tampoco yo confiaría en ti, un monstruo siempre será un monstruo. –
Hiroto sabía que no estaba del todo bien. Su cuerpo se sentía pesado, y le era muy difícil respirar. No estaba en condiciones de correr, o a la sumo llegaría a ganar tiempo. No podía pensar claramente, y eso era perjudicial en ese momento.
—... No, no puede ser, este es... mi fin... —
III. Fatum o Albedrio
Jadeando fuertemente en lo que parecía un campo de guerra estaba el cazador junto a su pokemon un poco agotado.
— 216… Objetivos neutralizados. Buen trabajo, Lizard. — dijo aun jadeando, poco a poco su corazón empezaba a bajar su frecuencia cardiaca y su sistema volvía a lo normalidad pero un mensaje en su visor lo sorprendió y mirando a todos lados. — ¿Donde esta Boxes? —
No fueron más de unos segundos para que su cara se pusiera blanca. No onbstante, no tuvo tiempo para actuar cuando un apenas oibles silbido se escucho en la lejania. Fue cuestion de segundos en que Wilson se dio cuenta de ello.
— ¡Hiroto! ¡La Piedra Oscura! — Montando rápido en su charizard de flamas celestes. — ¡Rápido, al Árbol de Abyss, Hiroto está en peligro!— dicho esto prendió vuelo sin titubear esperando que no sea demasiado tarde.
Lentamente Boxes con una mirada con sed de sangre se acercaba al chico a lo que él le costaba retroceder más.
— Muy bien Hiroto, es tiempo de que vayas al otro mundo.— dijo Boxes a lo que de su espalda desenvainaba un enorme cuchillo con una extraña forma.— Con esta sagrada navaja cortare tus pocos lazos terrenales y serás consumido por la Luz de La Salvación.— levantando su cuchillo a unos pasos del chico ya acorralado por unos árboles.— ¡Larga vida a Cipher!—
El impacto de la navaja lo hubiera matado si no fuera porque debajo de la tierra salió disparado el quilava hacia aquel sujeto siendo mandado a volar salvando por un segundo su entrenador.
— Charlie, tu... gracias. — dijo Hiroto mientras se levantaba e iba a acercarse pero el quilava de nuevo se cubrió sus ojos con sus patas mientras temblaba, al ver esa reacción Hiroto fijo su vista en la cajita de su mano que empezaba a brillar. la luz oscura era tan fuerte que cegó unos segundos al que la vio y se pudo escuchar un pequeño crujido de ella, al oírlo Hiroto se fijó en ella y vio que la caja de cristal también tenía una grieta.
— Maldito mocoso. Quería hacerlo rápido e indoloro, pero veo que antes de eso tendré que destrozarte pieza por pieza. — Boxes se empezaba a levantar de donde había caído mirándole con una cara llena de odio pero cambio al ver lo que pasaba. — La piedra de Yami está despertando… —
— ¿Piedra de Yami? ¿Así se llama? — Hiroto al escucharlo volteo a ver la caja que empezaba a vibrar.
— Mocoso, entrégamela ahora. No sabes en que te estas metiendo, esa cosa podría despertar y matarnos a todos. —
— ¿Está vivo? ¿Qué está pasando?—
— Lo que tienes ahí es el origen de los pokemon oscuro, cualquier pokemon que se acerque a ella se volverá un oscuro, esa cosa si estalla provocara una onda de poder expansiva que afectaría a todos en un rango de más de 100 kilómetros y si se esparce por el aire en poco tiempo afectaría tanto a Johto como a Kanto, es, en otras palabras, si sigues manoseando así la caja espejismo no resistirá. — dijo Boxes, Hiroto al oírlo vio de nuevo a la pequeña caja que ahora estaba cambiando de color a gris.
— Date prisa y entrégamela. — grito Boxes viendo lo que se aproximaba pero el chico estaba hipnotizado por la luz que salía de las grietas de la pequeña caja. — Erg… no tengo tiempo para esto, Tyranitar te ordeno que devores la piedra junto al niño. —
Sin dudar un solo segundo, el hambriento Tyranitar dio un gran salto en dirección al chico, la inmensa bestia se había movido tan rápido que cuando el quilava se dio cuenta ya era tarde puesto que esta estaba encima de ello., Hiroto aun en shock logro ver aun en la oscuridad de la noche la gran sombra del pokemon que estaba a pocos centímetros de él, pero involuntariamente Hiroto abrazo fuertemente a Charlie y dándose vuelta para tratar de protegerlo usando su cuerpo como escudo.
—... Charlie, tu siempre me has salvado y nunca me has dejado solo, siempre he estado poniéndote en el frente y te he dejado lo más pesado a ti, pero esta vez yo recibiré el daño. Seré yo tu escudo y te protegeré...— Pensó Hiroto decidido con todo su corazón a lo que con todas sus fuerzas esperando el final cerrando los ojos mientras lanzaba al pokemon lejos de el. – No quiero que mueras, ¿ok? Por favor, vive. –
No tuvo tiempo para decir aquello, ya que un gran destello cegó a todos en el lugar. Un nuevo poder se despertó justo en sus manos.
Una brillante luz de la pequeña caja empezó a salir alumbrando salvajemente cubriendo al chico y su pokemon, y la fuerza de la luz mando a volar al tyranitar dejándolo tirado.
Cuando la luz paro Hiroto confundido se empezó a levantar viendo que su Quilava estaba intacto, mirando para todos lados vio al tyranitar intentando levantarse, Hiroto veía tanto extrañado como alegre por lo que había pasado miro de reojo a su mano y vio algo que lo espanto. La caja estaba totalmente destrozada y no había rastro de la piedra que tenía en su interior.
— Se... rompió, pero… ¿dónde está la piedra? —
— No, maldito mocoso. ¡No sabes lo que has hecho, la piedra de Yami se ha ido para siempre! — grito Boxes enfurecido, el chico no entendía que había pasado en ese momento pero lo que le era extraño era que sentía algo dentro de él, como si fuera un pequeño calor que sentía en su pecho pero paro dentro de unos segundos.
— ¿Cómo se pudo ir? ¿Es un objeto, no?—
— Ese "objeto" es conocido como el corazón de la Oscuridad, es una fuente de energía tan inmensa que no existe en esta cortina de espacio y tiempo. Se hace presente en una cantidad mínima como un destello en el espacio del cosmos ¡Esa caja está hecha de espejos especiales de una cueva en Kalos y era lo único que evitaba que geosaltara el Corazón a otra dimensión u otra realidad y desapareciera de la realidad que conocemos! ¡Ahora podría estar en cualquier parte incluso en este tiempo pudiendo ser en el pasado o en el futuro de esta línea de espacio-tiempo, se ha perdido para siempre y todo por tu culpa! —
— Pero ¿por qué se rompió la caja? ¿No era de espejos resistentes?— pregunto Hiroto a lo que miraba en los fragmentos que tenía aun en su mano.
— Idiota, esos espejos no los usaba por su resistencia sino para mantener el equilibrio dentro del pequeño espacio que estaba, Y se rompió por tu culpa estúpido mocoso. — dijo Boxes con su parecido papel de profesor. — Las emociones de un adolescente son variables, las emociones que sientes son en pocas palabras tomas de corriente en tu cerebro, sentimientos como furia, desesperación, tristeza son frecuencias de energía que hacen repeler la Piedra de Yami, estando en tus manos tanto tiempo provoco un hueco en donde ella escapo y jamás se sabrá a donde fue. — dijo Boxes algo triste al final algo que sorprendió al chico.
— La ultima cosa que podía hacer que Cipher ascendiera otra vez se fue para siempre, y todo por un mocoso preadolescente, felicidades Hiroto, lo que ese cazador no logro terminar tú lo hiciste, acabaste con Cipher. — dijo Boxes cabizbajo mientras miraba con desprecio al suelo.
— Profesor...— susurro Hiroto, desde hace tiempo para no decir nunca había visto al profesor más frio en ese estado, no sabía que hacer ahora puesto quería ayudarlo pero temía de él, estaba jugando entre tocar el fuego y quemarse con él, Hiroto intento acercarse un poco a él pero dentro sentía algo que lo alertara de sus intenciones.
El enorme tyranitar empezaba a levantarse pero algo pasaba, relámpagos negros salían de su cuerpo acorazado sintiendo así mucho dolor, sus rugidos más que furia era rugidos de sufrimiento sintiendo una calamidad, era como estar en una fogata y que las llamas empezaran a consumirlo poco a poco provocando el sufrimiento del pokemon. Hiroto veía eso bastante sorprendido pero preocupado puesto que aun siendo quien lo ataco era un pokemon que solo seguía órdenes.
— No puede ser...— susurro Boxes empezando a moverse, levantándose soltó una carcajada maniaca cambiando nuevamente su personalidad. — Esto es mejor de lo que esperaba, Tyranitar está siendo corrompido, solo tendré que clonar ese poder el plan Oscuro y Cipher renacerán. — grito Boxes con fuerza mientras aun reía.
Tyranitar se movía de lado a lado agarrándose de su cabeza tratando de resistir pero era inútil, una vez expuesto a la energía tanto su mente como su cuerpo se verá afectado cayendo en el control de sus instintos más primitivos y salvajes. En simples palabras, se volvían Bestias Salvajes deseosas de alimentarse.
El primer síntoma para aquel estado eran los relámpagos negros que esparcen la energía por todo el sistema nervioso siendo leves choques lo que estimula los músculos de todo el cuerpo del pokemon. el segundo síntoma era el aura oscura, según ciertas polémicas teorías de lo que eran los pokemon es que ellos eran la fuente de energía del planeta siendo que estos desprende sin saberlo una energía que alimenta la zona donde vive siendo esto el origen de varias ciudades donde subsistían por la energía emanada de los pokemon, pero cuando la energía estaba corrompida empezara a salir siendo esta el descontrol de flujo de energía que el cuerpo de los pokemon soltaban siendo un gran peligro tanto para los demás como para el pokemon mismo.
Y el tercer síntoma era la pérdida de consciencia, los pokemon que eran corrompidos tienen a perder el autocontrol sobre ellos mismo siendo que la energía corrompida incentivaba las partes del cerebro más primitivas y bloqueando las partes donde existe conciencia alguna de lo que está haciendo, incluso un pokemon tenga un lazo tan grande le será imposible reconocer a cualquiera pues solo los mirara como una presa más, esto en lo físico se podía ver en los ojos del pokemon que se volverán negros y la pupila se tornara de un color rojo sangre, si esto se viera en un pokemon normal será mejor correr, esconderte y rezar que no te encuentre.
El tyranitar se movía más frenéticamente y los rayos que salían de él empezaban a ser más poderosos hasta que en uno de las sacudidas cayó al suelo.
Hiroto aun dudoso de que estuviera bien se acercó lentamente al pokemon sin notar que una espesa onda negra salía de su cuerpo, lentamente acerco su mano a su rostro pero esto lo hizo despertar y apareció ese horrible ojo rojo. Dando un salto hacia atrás Hiroto retrocedió rápidamente, el tyranitar se levantaba a lo que un aura negra empezaba a rodearlo.
— Esto es lo que cazaba el viejo, un verdadero...— dijo a lo que con una roca tropezaba y caía de espalda asustado por la posición desprotegida en la que estaba y lo cerca que estaba de aquella bestia.— Esto es un... pokemon oscuro.—
De lente del chico el imponente pokemon rugió con una gran fuerza bestial, con aquel rugido el chico fue mandado a volar como si fuera un trapo sin valor siendo que había caído en un lugar cerca de la colina del gran árbol.
— Tyranitar termina con su vida, acabalo con triturar. — grito Boxes apuntando al chico en el suelo siendo ahora el objetivo del tyranitar, el imponente pokemon volteo a verlo a lo que empezaba a alumbrarse sus afilados colmillos, con cada paso que daba Hiroto sentía que su vida cada vez más se acortaba, intentaba correr pero estar delante de aquel pokemon que con su marcha sintiera que sus piernas no le respondían.
— (Esto está mal... nunca había visto algo así, los temibles pokemon oscuros siendo los imposibles, ya era mucho que fuera un clase S como tyranitar y ahora es oscuro, no puedo hacer nada ya esto es imposible). –— pensó apresurado buscando algún camino provocando que su pokeball saliera, al ver Hiroto recordó que aún tenía a su quilava por ahí oculto lo que daría una oportunidad pero como le vino la idea se le fue recordando todo lo que le había pasado. — Si corro solo aumentare su sed por sangre pero si me quedo quieto solo seré un bocadillo. El viejo me ha dicho que es imposible huir de ellos y que son prácticamente invencible, que hago Que debo hacer...) –
Hiroto rápidamente se levantó de donde estaba y empezó a gritar el nombre del quilava esperando que este le respondiera.
— Es inútil, mocoso. Tyranitar termina con esto de una vez con triturar— grito Boxes con esa mirada psicópata en su rostro.
El inmenso Tyranitar volvió a moverse empezando a correr hacia el chico, este parecía no estar tan preocupado como antes por él, sino que ahora buscaba con su mirada a su compañero preocupándose por donde estaba, el rugido del pokemon que estaba ya a un metro de él lo saco de su corta búsqueda pero el haber estado en esa búsqueda vio a lo no muy lejos un hueco en el suelo.
Ese tipo de agujero Hiroto lo conocía muy bien y tomando más atención en el suelo sintió movimiento y que la tierra estaba empezando a calentarse, tan fácil como unir los puntos Hiroto entendió el plan pero el problema era que si no se movía rápido quedaría en fuego cruzado, en el fondo desearía poder ser tan ágil como el cazador, el saldría de esta situación dando un salto hacia atrás usando su mano como soporte y dar otro salto atrás para así alejarse del enemigo.
Pero, y si lo hiciera... Se veía algo imposible para alguien como él, pero en las circunstancia en la que estaba y la adrenalina que soltaba en ese momento su cuerpo más el valor que había recolectado no lo hicieron pensar dos veces.
Y entonces en ese segundo dando el salto hacia atrás salió disparado donde estaba parado el quilava envuelto en una capa de fuego golpeo con fuerza el acorazado pecho del inmenso tyranitar haciéndolo retroceder.
Hiroto estaba atónito pero impresionado por cómo había funcionado eso, un plan ideado por su pokemon estrella, aunque eso sí, si no se hubiera quitado aquella tacleada en vuelta en fuego le hubiera quemado vivo si aguantaba sus huesos el impacto del golpe.
El golpe había sido una combinación de los movimientos excavar y rueda fuego, la tormenta de arena aumentaba sus defensas y el ataque en su fuerte coraza solo rebotaría, para eso era mejor calentarla la arena con las llamas y dar un fuerte golpe, pero la diferencia de nivel ya era exagerada pero ahora con el "plus" que tienen los pokemon oscuros le era casi imposible derribarlo aunque sí lo hizo retroceder.
— ¿Ahora qué? Imitas los movimientos de Wilson, no pensé que cayeras tan bajo— dijo Boxes por haberle recordado aquellos movimientos que tanto detesta ya que era así como hace mucho tiempo observaba asombrado como era su héroe años atrás.
— Muy divertido el juego de roles del "héroe'' y el "villano" pero es hora de jugar de verdad. —
El quilava se puso en guardia frente al imponente oscuro protegiendo así a su entrenador quien al verlo estaba asombrado, al parecer lo que él había sentido cuando se usó a sí mismo como "escudo" por su amigo, ahora el quilava lo sentía, dando un fuerte gruñido ante el imponente pokemon oscuro.
— Charlie...— susurro Hiroto viendo a su compañero, aunque tenía esa misma determinación en si sabía que enfrente de un pokemon desconocido para el que tenía un poder bestial, la tormenta de arena, y a parte ahora un invencible pokemon oscuro que sacaba el poder primitivo de los pokemon y sus instintos salvajes haciéndolos más fuertes en batalla, todo sumado en un mismo pokemon contra un quilava de nivel promedio, sabía que necesitaba un milagro más que nunca.
Milagro... Milagro... un Milagro...
Esa palabra se repetía continuamente en su cabeza para poco después recordar una medalla plateada y su significado.
— " Cada vez que temas y estés contra la pared...
— Vamos, Charlie. De pie. — dijo decidido Hiroto a lo que el quilava asiente. — Podemos con el. —
— Que lindo, ahora el hijo pretende ser como el padre, no te preocupes que al final tendrán el mismo destino, su Fin. — Grito Boxes— Tyranitar muéstrales el destino de ese "héroe" destrózalo lentamente con Triturar. —
Soltando un poderoso rugido los dientes de la enorme bestia empezaron a brillar en un tono gris siniestro a lo que empezaron a crecer, con un salto hacia el ratón de fuego.
... recuerda que nunca estarás solo...
— Excavar— dijo velozmente Hiroto mientras se quitaba del lugar, el ratón rápidamente escapo bajo tierra a salvo, al menos por un turno. El tyranitar había fallado el ataque llevando un buen tramo de tierra en su mandíbula para luego soltarla más furioso.
— Mal hecho, chico. Creía que el representado por el Cazador Leyenda sabría que la batalla contra un oscuro no es como una normal, si su presa escapa busca otra no importa si es pokemon o no. —
Lanzándose nuevamente pero con nuevo objetivo, Hiroto haciendo un movimiento algo peligroso empezó a correr en dirección del enorme oscuro, tomando ventaja de su pequeño tamaño se deslizo rápidamente por debajo de él, le costó parar de deslizarse por el pasto de la colina pero con un poco de suerte lo logro, los movimientos del chico comparados con los del cazador eran más torpes y sin estilo, pero eso no interesaba en un momento así ya que como dice el dicho, lo que importa es el resultado.
— Te tomas el papel del héroe en serio, eh? Si quieres jugar un ratico más pues juguemos, Tyranitar !Puño Trueno! — grito Boxes con un tono sádico en su voz, el enorme pokemon volvió en carrera contra el entrenador que esta vez se quedaba parado donde estaba.
A los últimos segundos Hiroto se lanzó a su derecha a lo que con gran fuerza del suelo salía disparado el quilava empujando al tyranitar a la dirección opuesta de donde estaba su entrenador.
Boxes fastidiado de tantos trucos que el crio iba a dictar el movimiento decisivo, pero en el momento oportuno el aire se hacía más respirable, la tormenta había amainado.
Fue ahi cuando solto un fuerte silvido con los dedos en su boca, y soplo hasta que sus propios pulmones no pudieran mas. Para Boxes era algo confuso, pero para Hiroto era algo obvio. El no podia contra aquel enemigo. Por lo tanto, debia pedir auxilio. Aquel silbido era eso, una llamada de auxilio. Una preparada especialmente para un caso de en verdad ser necesario.
— Maldito mocoso, me vistes la cara. Solo querías hacer tiempo para que pasara la tormenta de arena. — grito Boxes poniendo una expresión llena de odio, algo irónico que a él quien había utilizado a todos incluyendo al cazador no le gustaba ser usado. — Que no se te suba la cabeza, la tormenta ya no interesa, para eliminar un microbio como tú no la necesito, se te acabaron los trucos, hasta aquí llegaste, maldito mocoso. —
El tyranitar parecía que igual que su "entrenador" estaba harto de esperar por probar la carne de esos dos. Su furia era colosal, no se iba a dejar engañar otra vez con trucos, ahora iría con toda su furia contra ellos. Lo que habían hecho el chico junto al quilava no era ni una mínima parte de algún rasguño que se le pudiera hacer a la coraza aumentada con la tormenta arena así que al paso que iban no lograrían nada en absoluto, la diferencia de nivel era exagerada ya y aparte tyranitar poseí una muy buenas defensas, atravesar o dañarlo no parecían tan posibles aun sin la tormenta.
— ¡Triturar! — grito Boxes con una sonrisa sádica soltando una carcajada.
— ¡Garra Dragón! — se escuchó a lo lejos a lo que cerca de ellos una explosión había ocurrido levantando una cortina de humo que no dejaba ver nada más que un brillo verde junto a un gris oscuro.
Ante la escena, al ir despejándose la cortina de polvo se pudo ver al Mega Charizard y al tyranitar forcejeando con fuerza. Las garras espectrales sostenían las fauces espectrales que fueron creadas del Tyranitar. Hiroto pudo contemplar en primera final vip el choque entre pokemon de mas alto nivel conocible.
Enfrente de un choque de fuerzas se hacía presente en el espacio. La energía del color del arcoíris que parecía rodear el cuerpo de Lizard estaba diluyéndose, mientras que la broma oscura del Tyranitar parecía estar creciendo con el tiempo. Era obvio que Lizard se debilitaba mientras que Tyranitar se estaba haciendo más hostil y violento.
— ¡Li-Lizard! — dijo Hiroto sorprendido y a la vez aliviado igual que su ignorante compañero.
— ¡Por fin llegas, Cazador! — pudo decir Boxes antes de bloquear una patada con su antebrazo, dando un salto hacia atrás el cazador se puso en guardia para comenzar un combate de mano a mano.
Boxes tenía por ahora la ventaja de aquella enorme cuchilla, no podía estar a la ofensiva mientras la portara y dificultaría estar cerca para atacar. Ahora solo podía defenderse y esperar su movimiento, pero este solo empezó a reír sádicamente soltando una macabra carcajada a los aires.
— ¡¿Crees que lo que quiero es vencerte?! Mostrar mis habilidades contra ti en una batalla en este lugar por el destino del mundo, NO, un buen soldado siempre debe tener una Ace bajo la manga. — empezaba a gritar Boxes. — ¡Ahora, Gengar!—
De la Sombra del cazador inesperadamente salieron unas sombrías manos negras a los pies del cazador sosteniéndolo, o eso sería si no hubiera dado un salto hacia atrás. Un par de bolas sombras fueron lanzadas hacia el que pudo detenerlas con un escudo hexagonal metálico formado desde su antebrazo.
— Predecible. —
Cada impacto lo hizo retroceder por la fuerza del ataque. Podía medir la fuerza como algo fuera de lo normal en ese Gengar, por lo que lo tenía que tomar en cuenta. Ahora mismo Wilson deseaba tener a Namu a su lado. La ráfaga era cada vez más fuerte forzándolo a moverse cuando se dio cuenta muy tarde de un par de manos que surgían de su sombra.
— Rayo. —
Esto ocurrió demasiado lento a los ojos de Hiroto quien observando de cerca vio todo lo ocurrido. Un gran destello ilumino la noche por tercera vez, ante la escena enfrente de todos. Hiroto pudo ver la silueta de aquel que lo había cuidado iba desapareciendo en la luz. Un miedo atroz se fue formando en la mente de Hiroto. Recuerdos eran disparados uno tras otro en su mente recordando que esa misma figura era quien lo había cuidado como si fuera su familia. Pensamientos opuesto chocaban en su cabeza al como sentirse, pero el mayor sentimiento fue soltado por sus propios instintos. Ante la sensación que aquel individuo estaba en peligro, solo el sentimiento del miedo de perderlo.
– ¡Papá! –
IV. Consecuencias de su debilidad.
El Gengar enemigo utilizo el movimiento rayo en el cazador, todo el cuerpo de Wilson se ilumino fuertemente recibiendo una gran cantidad de voltios en su cuerpo, el cazador soltó un gran grito de dolor sintiendo en carne y hueso el ataque.
Ahí lo veía... la persona invencible, el cazador legendario estaba indefenso sufriendo, no lo entendía, como era que eso le afectara a él, quien había cruzado cada rincón de la Tierra, quien se había enfrente a cada legendario que existía en ese entonces incluyendo al Dios pokemon estaba siendo atacado y sin poder entenderlo porque, en las otras veces bastaba con un salto para esquivarlo, no entendía porque lo había recibido.
Al parar aquel ataque el cazador cayó de rodillas viendo al cielo negro con la mirada perdida entre las nubes. Era bastante grave su estado y no había que culparlo pues recibir un ataque normal de un pokemon se consideraría una muerte precisa. Los que conocemos hoy en día como pokemon eran llamados Monstruos debido a esa fuerza que tenían y eran un gran peligro para los humanos. No se sabe hasta cuándo se inició a verlos más como compañeros que como bestias pero aun había una cosa clara, si un ataque de un pokemon daña a un pokemon no habría tanto problema pues se podía recuperar más rápido, pero si un humano recibía un ataque este no tendría mismo efecto. A diferencia de ellos nosotros podemos sangrar con solo un pequeño golpe, podemos morir si no tenemos cuidado con ellos.
Hiroto sabía el peligro de eso y aun en su cabeza tenía la pregunta de por qué había recibido aquel ataque hasta que en un rápido movimiento salto por un reflejo de un brillo en su ojo, era una rueda fuego de su quilava.
— Charlie... que hac...— intento decir el chico hasta notar que de su misma sombra estaba el Gengar que salto de ella herido y quemado por la rueda fuego.
—Vaya. El quilava del demonio se dio cuenta. – dijo Boxes observando. — Ya entiendo porque después de purificarlo se lo entregaste al chico, un pokemon potente en manos de un niño, que lastima. —
Uniendo los puntos en su cabeza Hiroto logro entender lo que pasaba. Como un juego psicótico Boxes hizo que el cazador eligiera a quien iba el ataque, si esquivaba Gengar siendo tipo fantasma podía meterse en las mentes de personas y pokemon, le era fácil poder mostrarles imágenes en su cabeza mostrando lo que pasaría como un mensaje de Boxes, Gengar estaba bajo la orden que lo atacara con rayo si esquivaba aquel ataque, eso ya le era demasiado obvio pero en su cabeza no le lograba entrar esa idea.
— Muy bien Gengar, Ahora psíquico en el chico. — dijo Boxes tranquilo pero aun con esa mirada sádica en su rostro. El Gengar rápidamente se puso enfrente del chico y con un movimiento de dedos e iluminando sus ojos mirando enfrente del chico a lo que con una onda poco a poco perdía la conciencia.
Un dolor inimaginable forzó un apagón inmediato de todas las funciones del cuerpo.
— Char... lie...— dicho esto cayo inconsciente en el suelo, al verlo el quilava corrió en su ayuda más unas palabras lo obligaron a parar.
— Si intentas algo, veras como rueda la cabeza de tu antiguo entrenador por esta bella colina pintándola de rojo. — dijo Boxes acercando el gran machete a la yugular del cazador, sabiendo el peligro que estaba solo pudo resignarse a observarlo con frustración. — Mucho mejor, ahora divirtamos con el chico. .—
Obedeciendo la orden, el Gengar junto sus manos y una esfera negra salió de ellas y empezando a flotar en cima del entrenador novato, y empezaba a emanar ondas negras en él. No tardo mucho para que Hiroto empezara a retorcerse por lo que pasaba hasta que un grito lleno furia y tristeza trabajara como el detonante.
El cazador apoyándose en una rodilla empezó a levantarse levemente.
— Impresionante, aunque tu abrigo no haya repelido el ataque aun tienes fuerzas para levantarte. Si es por el demonio, no te preocupes no le estoy haciendo daño. Solo le estoy haciendo vivir de nuevo sus miedos, sus peores momentos, sus días de soledad, todos los momentos que su vida fue un infierno. O mejor dicho, el infierno que era el mundo antes que Cipher interviniera. — dijo al final Boxes. — En otras palabras, vive un mundo de pesadilla. La realidad que tú le has arrancado a este mundo desde que decidiste convertirte en un traidor. —
Nuevamente un grito de dolor del Hiroto hizo reaccionar al cazador. Oír aquel grito le desgarraba por dentro, no podía seguir así debía hacer algo pero que podía hacer herido. Su compañero charizard estaba con las manos ocupadas y le estaban haciendo sufrir una calamidad de daño mental enfrente de él.
— Observa, Wilson. Observa como todo tu esfuerzo tratando de ocultar aquel demonio que el seria, y todo por ese sentimiento de que querer corregir tus errores. —
Pensando que estaba en total ventaja junto a un ya "derrotado" cazador bajo el enorme machete de su cuello y dio unos pasos más adelante para ver de cerca la expresión de dolor del chico, quilava noto esto y se preparó para atacar más temía por la vida del cazador e indeciso puso su mirada en el cazador para luego estar asombrado de lo que hacía.
— Ya basta de jugar con su mente. — Grito Boxes muy alterado. — ¡Hora de trabajar Gengar! –
El objetivo de Boxes era muy específico, hacer que aquel chico se convirtiera en lo que tenía que ser desde el comienzo. Si el mundo disfrutaba de su frágil paz, entonces que sufran las consecuencias que Cipher tanto se esforzó en proteger. Si el mundo rechazaba a Cipher, entonces que disfruten sufrir con la enfermedad del mundo. Que caigan en la desesperación, justo como él tuvo que sufrir tantos años con el trauma de ver a sus hermanos morir y su hogar destruido, y que mejor forma que eliminar a quien trajo la paz al mundo junto como su primera comida del monstruo que traería la catástrofe.
El Gengar tenía una forma sádica de combatir pues no hacía daño físico sino que se especializaba en tortura mental, para eso él tenía que tener un control en sus emociones para lograr esto. Gengar podía meterse en su mente y buscar entre ellos lo que más quiere olvidar la gente, pero no se esperaba que la mente del chico empezara a absorberlo en su consciencia. Fue muy tarde para volver atrás, cuando se dio cuenta estaba en un vacío oscuro. Estaba inmóvil flotando en aquel vacío. Este ambiente para el pokemon era algo bastante distinto a las victimas comunes. Era como si en ese espacio donde estaba su consciencia fuera un Vacío.
En el trasfondo se podía oír una tranquila respiración, viendo a todos los lados el Gengar buscaba el lugar de origen de ella hasta que enfrente de él se abrieron dos ojos rojos con un oscuro fondo en sus ojos. Fue cuando hizo contacto con esos ojos que se dio cuenta del grave error que había cometido. A lo que la respiración se agitaba el espacio en donde estaba empezaba a colapsarse, de todo el sonido que había se escuchó al final, el rugido de un verdadero monstruo.
