I. Lazo Irrompible.

Volviendo a la realidad, Gengar había parado el ataque, estaba temblando por ver aquella presencia enfrente de él. Retrocediendo lentamente pensaba que estaba vez se había metido en un inmenso problema.

— ¡¿Que pasa Gengar?! ¿¡Por qué te detienes?! — Boxes se mostraba algo enojado porque no solo le respondía su pokemon sino que también estaba temblando, el sujeto dudo por unos segundos hasta voltear a ver al cazador, pero fue muy tarde.

En un rápido movimiento dándole una patada por atrás tumbando al sujeto, usando la fuerzas de sus brazos rápidamente se paró de manos y dando un golpe con el talón golpeo en el estómago aun en el suelo.

El quilava impacto contra el Gengar con una fuerte rueda fuego mandándolo con los dos titanes. Aprovechando la oportunidad el Charizard que estaba atrapado en las fauces del tyranitar uso la distracción y usando sus garras espectrales y la gran fuerza que poseía, como si fuera un luchador de judo, lanzo al enorme pokemon oscuro contra el suelo justo a tiempo donde Gengar se usó como amortiguador. El charizard tras esto dio un gran salto para emprender vuelo y apuntando a Boxes y con su entrenador ya alejado lanzo una Ultima Poderosa Llamarada. Boxes pudo observar la gran luz roja que venía en sí, pero más que asustarse o preocuparse por su vida simplemente sonrió.

El quilava usando las llamas de su lomo empezó a quemar un poco la ropa del chico, no tardo mucho para que el dolor hiciera efecto.

— ¡Ahg! ¡Quema Quema Quema!— dijo Hiroto a lo que con lo que podía apagaba el fuego de su ropa. — ¡Charlie, no me levantes así!—

Enojado por intentar casi matarlo lo regreso a su pokeball.

— Odio que hagas eso. — le decía al pokemon aun cuando ya no "estaba" ahí, Hiroto voltio a ver en donde estaba creyendo que se había quedado dormido otra vez por el cansancio en un día de entrenamiento cualquiera pensando que nada de eso paso, para luego volver a la realidad.

Una gran explosión de fuego en una de las colinas robo su atención a la vez que veía a Wilson caminando herido tomándose de su brazo derecho mientras cojea en busca de él.

— Viejo ¡¿Que te paso?!— grito Hiroto corriendo hacia él.

— No es nada, rápido sal de aquí.— grito Wilson con fuerza intentando que no se acercara más al peligro.— ¡Cuidado! —

En el espacio que había entre ellos una enorme roca grisácea salía lanzándolos a diferentes direcciones, tyranitar había usado Roca Afilada.

— Lizard, Garra Dragón. — dijo Wilson aun en el suelo, pero charizard se había quedado estático mientras que el fuego azul marino se extinguía. — Lizard que...—

El charizard envolviéndose en una luz blanca desapareció junto a ella el estado mega evolutivo para luego caer al suelo, esta escena había sorprendido tanto al chico como al cazador, desde hace bastantes años no veía a su compañero debilitado.

Lizard fue...— decía Hiroto incrédulo de lo que había pasado. — Debilitado...— El charizard volvió a su pokeball automáticamente luego de volverse luz. — Es el charizard más fuerte del mundo ¿Cómo es posible? —

De donde salía el humo una silueta riendo al máximo se hacía presente mientras este aplaudía.

— Vaya Vaya... Vaya Parece que para ser una sombra del cazador legendario que fuiste aun sin tus instrumentos tienes algunas de tus cualidades. — decía Boxes. — Pero lástima que aplastar a un cuerpo hecho de gas venenoso no funcione, aunque sabes te doy crédito por eso. No pensé que tendría que usar el plan de reservas para erradicar al As de una vez por todas. —

Pero... ese pokemon no toco a Lizard ¿cómo fue que pasó?—

—… MismoDestino. — dijo en lo bajo el cazador.

— Mismoque?—repitió Hiroto confuso.

— Es un movimiento de tipo fantasma, tras usarlo si el oponente te debilita él será debilitado, una técnica sucia en el competitivo pero eficaz en el campo. — explico Wilson calmado pero a la vez frustrado por haber caído de nuevo en su trampa.

— Ves lo que pasa cuando faltas a mis clases, bueno no te preocupes más por eso, no lo necesitaras. — Decía mientras se limpiaba el polvo y tomaba el enorme machete. — Ahora ¿qué harás Cazador? Herido, Sin pokemon, sin D-Visor y sin Pokecepo, siempre quise ver como el héroe aun con la adversidad vence al villano, quiero ver que harás, "héroe". — decía Boxes mientras se burlaba.

— Pero antes permíteme limpiar el campo. — dijo agitando el enorme machete, mostrando una gran habilidad con el arma empezó a girarlo rápidamente. — ¡Adios, Hiroto!—

dicho esto lanzo el machete como si fuera una flecha en el aire.

El chico aterrado tras ver lo que venía retrocedió rápido pero por un paso en falso cayó de espaldas, de frente del aquella cuchilla giratoria venía a acabarlo.

No... No puede... terminar así... — Susurro Hiroto a lo que cerraba sus ojo con una actitud que no era suya, una llena de miedo, rencor, desesperación y...

Un sueño roto.

— ¡Agáchate!

Un fuerte golpe y un crujido enfrente del chico, sentía que unas gotas caían en su rostro, esto alarmo un poco al chico pensando que ya era su fin, su cuerpo se sentía pesado pero aparte de eso no sentía dolor alguno, aun...

Abriendo lentamente sus ojos pudo ver y entender que no estaba muerto, pues vio encima de él al cazador, él había usado así mismo para protegerlo. Observando el lado derecho del pecho del cazador vio el gran machete incrustado traspasándole el pecho.

Hi...ro...to...— susurro Wilson tratando de mantener la conciencia, no pudiendo aguantar vomito un poco de sangre manchando unas gotas en el rostro aterrorizado de Hiroto por lo que veía.

Encima del chico, Wilson se había puesto encima. Con la mayoría de su equipamiento roto, sin pokemon a su disposición, y sin recursos, actuó de forma desesperada. No pudo mover a tiempo al chico, y termino por cubrirlo de aquella cuchilla que iba directo a su frente. Como resultado, ahora tenía incrustado en su espalda aquel gran machete a pocos centímetros de su corazón. Un golpe fatal para cualquier humano, incluso para una leyenda.

— ¿P-por qué? — susurro Hiroto aterrorizado aún bajo el efecto de la tortura psicológica, al cazador le costaba cada vez más mientras su vista empezaba a oscurecer, no sabía si hablar sería la mejor opción por lo que tardo un poco.

La mirada de Wilson a los ojos azules demostraban el dolor que sentía, pero más que nada veía con cierto remordimiento y tristeza en sus ojos. Hiroto no sabía que podía estar pasando en su cabeza, y por ello no entendía aquello.

Pudo haber logrado eliminado a Boxes en segundos si estuviera lo suficiente cerca de su cuello. Tenía la oportunidad, pero lo desperdicio salvándole. Quien siempre actuaba en base a la misión, un robot que su prioridad era cumplir su misión con el menor números de bajas. Lo que no entendía Hiroto es que en esta situación había algo que entendía bien.

—... eres mi hijo. —

Gotas caían al rostro de chico congelado, pero ya no eran rojas. Ya no tenían color alguno, Hiroto observaba por primera vez que recordaba el último signo de humanidad que el cazador poseía, las lágrimas dolorosas de Wilson. Hiroto no sabía cómo reaccionar ante eso. Era algo que nunca esperaba ver en su vida, o siquiera pensar que era posible.

Cada palabra que el chico escuchaba era una navaja punzante en su corazón, el cazador legendario era conocido por la frialdad y calma ante el peligro siendo un porcentaje de falla de 0%. El chico había pasado toda su vida con él según recuerda. Conocía todas las estrategias del cazador, su estilo de combate y a forma de actuar, pero este lado de él lo desconocía por completo.

Una risa burlona del otro lado del lugar empezaba a emerger, aun estando tan lejos pudo escuchar el discurso.

— Jajaja de verdad me sorprende que tan idiota puede ser Hiroto. Lo que te está diciendo Wilson es mentira, hará lo necesario para escapar de aquí incluso usarte como sebo. — grito Boxes. – Eres solo un error, tenlo claro. –

Hiroto en circunstancias normales no lo hubiera creído pero todo lo que había ocurrido, más los efectos de la tortura psicológica no lo dejaban pensar claro. Al momento que pudo salió corriendo al bosque, el único lugar seguro para él, donde siempre entrenaba y se sentia a gusto. Quería huir de todo, de aquel sentimiento, de aquella verdad. Era un simple pensamiento con el deseo de solo querer huir.

Wilson solo pudo, impotente y sin capacidad de gritar su nombre, antes de verlo huir en la oscuridad del bosque. Solo pudo ver a quien habia llamado hijo dejándolo atrás, aunque en el fondo… No lo culpaba por ello.

— ¡Jajajajaja! ¡Que bella familia, un padre que no puede proteger y un hijo cobarde que huye al primer momento. —

Al escucharlo el cazador empezaba a levantarse, con su mano izquierda tomando por atrás el mango del enorme machete y sacándolo lentamente de su espalda para evitar que empiece a salir sangre. Ante los ojos comunes, una tenue luz iluminaba la herida. La cuestión era que Wilson estaba forzando su propia presencia a que cerrara la herida al momento de sacar el arma de su cuerpo. No obstante, era algo imposible en su estado actual.

No... Él no es así...— intentaba decir el cazador pero el dolor no lo permitía.

— Me sorprende que después de que te abandonara aun tienes confianza en el ¿No lo entiendes? El ahora será lo que debía ser desde el comienzo, gracias al pequeño impulso que le di en el camino correcto podrá cumplir su papel. — decía Boxes apenas pudiendo respirar. — Ya lo tiene todo. Una historia triste, un buen entrenamiento, y ahora una motivación para dejarse llevar por la aire. Mucho más sencillo que lo que fue necesario con el patético Noveno. —

Oyendo eso la furia empezaba a acumularse en el cazador, con toda su fuerza lanzo el enorme machete hacia el sujeto, este apenas pudo notar la enorme navaja que se le venía y con un salto hacia atrás logro esquivarla.

— Vaya... aun puedes pelear. — Dijo sorprendido Boxes volteando a ver al cazador que con mucho esfuerzo logra levantarse. — Pero necesitaras un milagro si quieres matarme cuando tú tienes ya un paso en la tumba. —

Tomándose de la herida de su torso empezó a caminar hacia el sujeto costosamente mientras intentaba permanecer cociente.

— Es mucha sangre la que se recorre en tu abrigo, intenta no morir de una hemorragia. — se burlaba Boxes mientras veía como caía de nuevo en su rodilla izquierda.

No lo metas en esto, me buscas a mí, solo mátame y déjalo fuera de esto. — dijo Wilson jadeando, al oír eso la mirada burlona del sujeto se perdió en una mirada llena de rencor.

— ¿Que no lo meta en esto? ¡Pero si todo esto fue su culpa! ¡Si él no hubiera sobrevivido a la masacre de Ciudad Ferrum, nada de esto hubiera pasado! — gritaba Boxes. — ¡Cipher viviría, el mundo tendría paz y TU estarías en la cima, podías haber sido un rey, pero NO, lo abandonaste todo y porque, por un mocoso fracasado y maldito a ser un monstruo! —

Boxes gritaba con fuerza mientras mostraba su ira a lo que a un minuto se calmó.— Me quitaste todo en mi vida, Cipher me salvo de las calles, me dio un hogar y un propósito para seguir vivo, pero me lo arrebataste, ahora me toca devolverte el favor.— Tras decir esto último hizo reaccionar al cazador mostrando una expresión de espanto al saber lo que se refería.

— Según oí, Hiroto seria tu "llama" de esperanza en tu oscura vida, así que solo apagare esa "llama" por ti. —

— N-no... — intento decir Wilson pero el dolor en su cuerpo se lo impedía.

— No te preocupes, te traeré su cuerpo sin vida cuando acabemos nuestro juego. — Tras decir esto Boxes dando un gran salto hacías los arboles lejanos fue en búsqueda de su presa. El cazador intento detenerlo sin resultados cayó al suelo, jadeando fuertemente empezaba a arrastrarse hasta que sus músculos cedieron, tirado en el suelo Wilson no sabía qué hacer, pero sintiendo algo en su abrigo recordó que tenía solo un chance.


II. Últimos Deseos.

Entre los enormes arboles Hiroto corría desesperado mientras toda su vida pasaba por su cabeza, recordando todos aquellos momentos tristes, solitarios y frustrantes para el hacían como si todos ellos los volviera a sentir todos a la misma vez, su mente estaba destrozada intentaba mantener la cordura y no caer en la desesperación, mas era inútil...

Poco a poco Hiroto tuvo que cansarse de tanto correr aunque llevaba ya una gran distancia. Acostándose en la base de un árbol trataba de recuperar el aliento mientras en su cabeza era bombardeada por aquellos malos recuerdos, sentía ira, rabia y frustración cada vez que tenía que volver a verlos una y otra vez, pero uno en particular no lograba salir de su cabeza y era aquellas palabras más afectivas que le había dicho y que había oído hace poco.

— "Eres mi hijo…"—

Se repetía constantemente a lo que con un fuerte dolor de cabeza empezó a ver sus recuerdos junto al cazador, se podían ver buenos y malos momentos ellos siendo más malos que buenos según veía a su manera el joven entrenador, pero la gota que derramo el vaso fueron las palabras que le dijo el cazador después de haber fallado su prueba dejándole una gran cantidad de rencor sin entender lo que le quería decir en ese momento el cazador.

Hiroto... ¿Dónde Estás?— se escuchó el grito cantado de Boxes, al oírlo rápidamente Hiroto tomo una roca y la lanzo lejos a dirección opuesta y se ocultó detrás de un árbol. — Hiroto... Vamos, Ven a jugar... —

El corazón palpitante del chico se volvía loco y su nivel de exaltación aumentaba cuanto más escuchaba las pesadas pisadas del tyranitar.

— Sé que estas por aquí... — decía en torno burlón. — No te puedes esconder de mi... los pokemon oscuros pueden sentir a sus presas por su miedo, y yo también...—

Cada vez las pisadas del enorme pokemon oscuro se escuchaban más cerca y Hiroto sabía que si no hacía algo tarde o temprano lo atraparían.

Vamos pequeñín sal de donde quieras que estés... — decía Boxes mirando por todas partes. — Tengo que admitir que si sabes ocultar tu rastro.—

Paso por paso se acercaba más a donde estaba Hiroto quien aun intentando pasar desapercibido le costaba tanto respirar como controlarse, aprovechando esto Boxes se acercaba más a donde estaba el chico creyendo haberlo encontrado, apuntando al árbol ordeno atacar, el tyranitar dando una fuerte pisada al suelo hizo que en donde estaba el árbol inmensas rocas afiladas salieran destruyendo la base del árbol junto al resto de este y otros cercas, Boxes sonreía complacido creyendo que había terminado con la última misión de Cipher pero cuando la nube de polvo se esparció y no vio el cuerpo del chico o ningún pedazo en la zona cambio a una expresión fastidiada.

— Supongo que tendremos que hacerlo por las malas. — decía Boxes fastidiado mientras veía a su alrededor y daba unos pasos alejándose de la zona, a unos metros de ahí el joven agradecía las lecciones de supervivencia como el camuflaje del cazador.

Boxes no iba a rendirse, iba a cumplir la última misión del Legendario Cazador Pokemon, eliminar a esa alma pecadora que cambiaría al mundo para bien o para mal, aquella que podría poner el dominio de Cipher en problemas, Boxes estaba decidido en cumplir el legado de Cipher y si deseaba renacerlo, debía de eliminar las amenazas que una gran secta como Cipher temía de lo que podía hacer aquella persona, si era algo de que Gordon temía pues debía exterminarlo de inmediato.

— ¿Eh? ¿Niebla? — Dijo Boxes notando algo tarde que el lugar se había llenado de niebla oscura, Boxes observaba a todos lados pero le costaba ver entre ella. — Tyranitar usa... ¿Tyranitar? —

Boxes al ver al inmenso pokemon tranquilo aun envuelto en el manto de energía oscura, verlo simplemente le era increíble al sujeto, tyranitar se caracterizaba por ser un pokemon poderoso y violento aparte de que estaba bajo el manto oscuro, que estuviera tranquilo era algo sumamente imposible.

— ¿Que está pasando? — Boxes empezaba a dudar de que ocurría a su alrededor puesto que todo a su alrededor empezaba a girar, mareado por lo que pasaba el sujeto trataba con todas sus fuerzas mantenerse de pie pero el mareo logro superarlo haciendo que este sintiera como tocaba el piso. — ¡¿Qué diablos pasa aquí?!— Grito con fuerza al cielo, aquel grito de ira había sido distorsionado, al escucharse entendió que pasaba, soltando otra carcajada sádica a los cielos logro entender lo que pasaba mientras que el chico confuso veía de reojo para no ser atrapado al sujeto con los mismos ojos que él y en su cabeza se preguntaba.

—... ¿Qué le pasa?...—

La carcajada no paraba aunque a Boxes se le acabara el aire, entre risas vio algo raro y era su vista, las pupilas estaban dilatadas, era como si estuviera en un sueño o algo así, Boxes empezó a aplaudir mientras soltaba la carcajada lo que tomo la atención de Hiroto.

— Magnifica obra de arte no te parece, Cazador. — dijo viendo a su alrededor, Hiroto se sorprendió por aquella palabras. — Ya lo entiendo, estas son las ondas de poder de un zoroark junto a los gritos de un misdreavous, mientras la ilusión quita mi contacto con la realidad el canto oscuro de misdreavus mantiene mi mente ocupada, es una buena manera de encerrarme en un Juicio y poder escapar.

— La ilusión básica solo funciona si mi mente la cree, cuando ya me doy cuenta ya de nada sirve seguir con esto, ¿no crees? — dijo Boxes a lo que a su alrededor volvía a la normalidad.

Hiroto veía confuso lo que pasaba puesto ahora veía que su exprofesor estaba hablando con un árbol o almenas eso creía, le era extraño para el puesto creía que algo andaba mal hasta que por fin las ondas de aquel objeto se esparció por completo, Boxes veía triunfante entre dos árboles al cazador quien estaba recostado entre ellos mientras con su brazo cubría su herida.

— No te parece estúpido desperdiciar un cristal telestranporte y una ilusión por un niño maldito. — decía de una forma bastante simpática mientras mantenía su mirada burlona en el cazador que se mantenía serio ante cual cosa.

No… No le pondrás un dedo… — dijo frio el cazador.

— No lo entiendes, nada detendrá a ese maldito monstruo. Tarde o temprano el mostrara su verdadera naturaleza y tomara el papel que le toca en este mundo, ser un sanguinario monstruo como yo. Todo es por el bien del mundo. ¡Él es un monstruo que hay que erradicar! —

Hiroto oía cada palabra que decían y no entendía lo que pasaba pero el efecto de la pesadilla no lo dejaba pensar claro, eran sus efectos capaces de aumentar sus sentidos como los sentimientos y ahora confuso su mente andaba pérdida. Cualquier cosa, cualquier palabra, cualquier acción era delicada y podría hacerlo perder la cordura.

Tienes razón... — dijo jadeando Wilson debido a su herida internas, Hiroto al escucharlo un montón de emociones empezaron a surgir dentro de él, tristeza, miedo, depresión, eran las más fuertes que ejercían influencia en el, abrazando el bolso del cazador con fuerza recordando esas palabras recién escuchados.

Hiroto sentía que cada vez más su cuerpo temblaba. Su mirada bajo y sentía como parte de él se rompía ante la creencia de que todo aquello era verdad. Era algo que no podía creer, pero esas últimas palabras resonaban en su cabeza.

– ¿Por qué sigues cuidando de ese maldito monstruo? –

—… Que tonta pregunta. — Wilson veía con seriedad al hombre enfrente de él mientras sentía como la sangre dejaba su cuerpo. Muy decidido Wilson con una mirada completamente diferente, en esta demostraba una luz en esos oscuros ojos amarillentos. — No se necesita una razón para que un padre pelee por el bien de su hijo. —

Boxes empezaba a perder la paciencia. Aquel hombre enfrente de él no era quien él pensaba era el arma maestra de Cipher. Solo era un arma defectuosa, que ahora estaba rota.

Ser un cazador era conocido como todo lo contrario de un entrenador pues un requisito era un gran sacrificio al lado humano pues para ser un cazador debías dejar las emociones de lado. Más como un soldado, era un cazador que podía ver a los suyos como una presa o una misión que cumplir. Eso era un Cazador, o eso era en primer lugar. Esto provocaría en la persona la ausencia total de sentimientos, por eso esos ojos, quienes había observado grandes errores y había visto el lado oscuro del mundo, aquellos ojos desprendían una gran luz, un brillo de esperanza.

Aquellos ojos dejaron estáticos al sujeto que estaba a unos metros enfrente de él.

El recuerdo cuando una vez un niño junto a una bebe en sus brazos se acercó al destrozado cazador vino a su mente.

— Vaya de repente te hiciste muy abierto. Y le tienes bastante confianza. —

— Aquel niño sobrevivió al mismo infierno… Me dio un propósito para vivir…Crear un mundo donde pueda crecer y ser feliz… Es lo mejor que me ha pasado en la vida, antes no tenía sentido y había perdido mi camino. — decía Wilson viendo con seriedad a Boxes enfrente de él. — Gracias a Hiroto recordé quien era, volví a respirar, a ser libre, y un nuevo propósito nació en mí. Cumpliré mi propósito… "proteger la Luz del Mañana".

Hiroto se encontraba estático a lo que las lágrimas empezaban a salir de su rostro inmóvil mientras recordaba todo lo que había pasado con él a lo que empezaba a abrazar el bolso del Cazador. Recuerdos alegres en los que había pasado con el Cazador se hacían presentes en su cabeza y recuperaba la compostura, poco a poco recuperaba su cabeza y el latido de su corazón parecía detenerse.

— ¡¿Y qué pasa si te equivocas eh?!— trato de decir el sujeto pero fue interrumpido por la gruesa voz del Cazador.

— No pasara. Yo Confió en él, por eso cuando lo encontré le di ese nuevo nombre. – La mirada de Wilson se fijó en el cielo negro en donde las estrellas brillaban. – Sé que volará más alto que cualquier otro y… Nunca podre estar más orgulloso de eso. —

Gotas de agua salada bajaban por sus ojos al escuchar aquello último. Cualquier pensamiento como bruma en su cabeza se despejaba y un camino se abría paso a una luz que brillaba más que cualquier estrella. Un gran ardor le apretaba en el pecho mientras abrazaba sus propias piernas.

Un triple S… No es imposible, por lo menos no de mi Hiroto. —

Descontrolado Hiroto lloraba incapaz de controlarse. Las palabras del cazador había llegado a lo más profundo del joven entrenador, donde solo había oscuridad en el fondo de ella una llama azul empezó a brillar llenándole de valor. Una sensación de confianza. Algo demasiado hermoso para ser descrito con palabras como felicidad, alegría, o siquiera esperanza. Eso era lo que brotaba en su pecho.

Sea un rey o un demonio, él es Hiroto. Eso es lo que nunca podrás cambiar de él. —

Sin saberlo, sus ojos empezaban a soltar un tenue brillo desde el fondo de sus pupilas. Como una estela de una flama, ambos ojos sentía una pesadez como si algo dentro de ellos podía por fin despertar. Poco a poco, los muchos anos de experimento de Cipher para sellar las emociones de aquel hombre y volverlo el arma perfecta se iban aflojando. Aunque no era momento para ello.

— Ya me estoy hartando de ti Wil, iba a dejarte para el postre para que vieras como perdías todo lo que tienes, pero ya me hartaste— Tomando otra navaja de un tamaño mucho menor de su bolsillo y se lanzó hacia él.—¡Hasta Nunca, Héroe!—

Con que si...— decía mientras una última sonrisa salía de su rostro y sus ojos aun con esa luz veía el cielo oscuro recordando por última vez aquella sonrisa.

Miles de emociones pasaban por su cabeza, la mayoría no buenas, pero ninguna más que

En cualquier momento alguien de la ciudad vendría. No sabría lo que pasaría cuando encuentren su cuerpo, o si incriminarían a Hiroto por todo eso. Sentía tristeza por dejar a tras a su esposa e hijos, e incluso no podía imaginarse a la mujer de cabellos rojos como el sol cuidando de ellos o la tristeza que tendría.

Había cientos de deseos que quería cumplir. Liberar a los pokemon que acaba de rescatar. Arreglar las naciones y los conflictos en esas fronteras invisibles. Erradicar a esos extremistas que toman la vida de inocentes por su supremacía. Encontrarse con Howard y jugar una última partida de shogi. Ver crecer a Hiroto. Asustar a los hombres que quieren ser posibles parejas de su hija. Vivir en paz junto con Lucia. Había cientos de deseos que quería cumplir. Wilson quería aferrarse a la vida como pudiera. Quería vivir por él, por su familia, y por su propósito. Se consideraba un Arma rota, un defectuoso resultado de una enfermedad terminal como Cipher que ni siquiera pudo arreglar al final.

Un humilde deseo era lo último que pudo pensar…

"Quisiera verlo sonreír una vez más".

Viendo el cielo observo un nuevo camino a la esperanza, un destello rojo en el cielo tomo su atención. Entre miles de estrellas, uno resaltaba más que cualquier otro.

—... ¿Una estrella Roja?...—

El sujeto estuvo a punto de asesinarlo, pero no espero aquella intervención. Una patada voladora en su rostro lo mando a volar a una dirección diferente. Rebotando tras ello en el suelo Boxes se levantó como pudo para ver al chico enfrente de él. Había sido mandado a volar varios metros, y sentía que su mandíbula apenas se había mantenido en una pieza tras ello.

Wilson al oírlo miro lo que pasaba y vio como cayendo en su rodilla mientras su bolso lo pasaba hacia atrás y empezaba a levantarse.

— ¿Hi-Hiroto? —


III. Corazón Valiente.

— ¡Maldito niño! ¡¿Qué crees que haces?!— grito con fuerza viendo al chico que no se le podía ver sus ojos.

Hiroto ya no dudaba más. No había ni una pizca de duda en sus luminosos ojos. Lo único que Boxes podía encontrar era un par de ojos azules que resplandecían en determinación. No había odio, ni frustración o desesperación. De repente, una sensación lo alarmaba por la presencia que emitía. Boxes pensaba que se estaba volviendo loco una vez que su cuerpo reaccionaba con el Cazador Legendario, como si ese mocoso que dormía en sus clases y solo era un problemático para los demás fuera una amenaza para un soldado raso de Cipher. Esto no tenía sentido, pero de aquel chico sentía peligro.

Si le pones un dedo...— dijo Hiroto mientras levantaba la mirada. — ¡Te mato!—

Wilson ahora era el sorprendido, no solo por la repentina aparición del joven sino por aquellas palabras que había dicho. Los ojos del chico eran ahora más oscuros y profundos con aquella luz en ellos.

—… ja…. Ja… ¡Jajajajajajaja! Que gracioso, Tyranitar puede acabar contigo en un santiamén. — dijo Boxes enfurecido, pero a la vez intrigado por el repentino valor del chico. – Nunca pensé que pudiera ser más idiota. Pudiste haberte quedado quieto y huir. –

— Habla lo que quieras, basura. Te venceremos de un solo golpe. — dijo Hiroto decidido mientras con su mano derecha tomaba la pokeball de su cinturón.— ¡Cumplamos el propósito del papá, Charlie! —

Lanzando la pokeball al aire salió la luz y como un impactrueno al suelo, tras esparcirse la luz estaba en posición de ataque el pokemon con sus llamas apagadas y sus ojos habían cambiado de color rojo a azul oscuro.

— Como quieras. Tyranitar, si el niño quiere hacerse el héroe pues que muera como uno, grito con fuerza mandando al pokemon oscuro a atacar. — ¡Roca Afilada! —

El inmenso pokemon dio un fuerte golpe con su puño al suelo y un camino de rocas empezó a salir cada vez más grande en dirección del quilava hasta que del suelo donde el pokemon de fuego estaba, grandes rocas salieron del lugar enterrando al pokemon, la sonrisa victoriosa de Boxes no tardo en salir al ver que esta vez no había escapado.

— ¡¿Ahora que harás sin tu pokemon, mocoso?! — Grito victorioso. — ¡Debo admitir que no creí que fueras tan estúpido como para recibir ese ataque! —

— ¡El idiota eres tú! — dijo decidido Hiroto.

Entre las rocas empezaban a ver un pequeño temblor, y una luz empezaba a brotar entre los escombros.

— Es cierto que antes no creía que podría ganar. — Entre las rocas empezaba a aumentar la temperatura. — Por que no estaré más tiempo solo. Nunca lo estuve. —

Las rocas empezaban a tambalear a lo que la que estaban en el medio se fundía a la alta temperatura. Un calor intenso parecía brotar de aquella tumba hechas de rocas.

— ¡Ahora, Charlie! —

Una explosión en las rocas las esparció por la zona del bosque, tanto Boxes como Wilson veían asombrados la escena puesto entre el polvo se veía una llama azul de gran tamaño.

Que dem...— Boxes veía asombrado lo que pasaba puesto el pokemon de fuego estaba aún de pie. — ¡¿Pero cómo sigue de pie?!

Flamas ardientes salían de su espalda y crecían como espinas que cada vez más crecían con ello. De una vela a un antorcha. De un farol a una fogata. De una fogata a un Fuego artificial. Y de un Fuego Artificial a un gran incendio. Aquellas flamas crecían con gran cada segundo que pasaba. Ante los ojos de ambos antiguos camaradas, el pokemon novato de Hiroto desbordaba energía semejante a un sol en miniatura.

— ¡Muy bien Charlie, como lo practicamos! — dijo Hiroto al pokemon el cual al oír asintió mientras cerraba los ojos.

Del pokemon de fuego una aura azul con tonos marrones empezaba a salir de el con bastante intensidad, la fuerza de aquella aura hizo que una pequeña cinta se desprendiera del pokemon.

— Eso es... — decía Wilson mientras veía aquel ataque que el mismo le había quitado hace mucho debido a su gran fuerza.

Había un movimiento que Wilson se había asegurado que el Cyndaquil haya olvidado. Era muy fuerte en ciertas situaciones, pero en la mayoría no sería más que un problema. Hiroto era un novato, y un movimiento tan raro como ese solo lo alentaría a usarlo en todo momento y eso reduciría su crecimiento junto a su forma de pensar. Sabía que en su manual estaban escritos de como aprenderlo como un seguro de que en un futuro lo recuperara, peor no pensó que fuera ese mismo el que fuera a aprender por su propia cuenta. De forma autodidacta aprendió un movimiento ya había olvidado. El movimiento de rango A que Hiroto había aprendido era un movimiento que Charlie ya conocía anteriormente. Por eso lo había dominado tan rápido, pero esta vez lo hizo de forma autodidacta y por sí mismo.

Ahora entiendo… pero ha debido estando practicando el movimiento para dominar su fuerza… — Cerca de él la cinta que tenía puesta el pokemon de fuego cayo, Wilson al ver la última pieza del rompecabezas entendió todo. — Recibió el Roca Afilada apropósito para así aumentar el daño, pero aun no entiendo como logro resistir. —

Cinta Focus… — dijo sorprendido mientras veía a la cinta hacer del pokemon y a la vez al entrenador. — Es uno de los objetos obsoletos que tenía en mi bolso… Evita que un pokemon caiga debilitado de un solo golpe, pero ese objeto solo funciona una vez de 10… —

La misma naturaleza su alrededor pareció ser alterada. Un viento cálido era soltado mientras alrededor del quilava parecía arremolinarse un pequeño ciclón. Las flamas empezaban a formar pequeñas erupciones en su espalda. Boxes no entendía como, pero aquel pequeño pokemon tenía cargado en unos segundos una vasta cantidad de energía que a simple vista desbordaba de su cuerpo.

Un aura similar al espíritu de pelea de un tipo lucha empezó a rodear con fuerza el cuerpo que del Quilava. El Tyranitar presentía el peligro de aquella luz mientras intentaba retroceder. No obstante, no había forma de evitarlo cuando estaba tan cerca. De alguna forma, Goliath se dio cuenta del peligro de la pequeña roca de David.

Wilson veía sorprendido la cinta para unos segundos después sonreír mientras veía al entrenador.

— Aun sabiendo que tenías una probabilidad de 1 en 10 de que funcionara su plan no dudo un segundo. Que tarado tan confiado. —

El pokemon de fuego se mantenía centrado mientras controlaba la energía hasta llegar al punto dando un pequeño gruñido al entrenador.

— ¡Adelante Charlie! — grito decidido Hiroto a lo que el pokemon se lanzaba contra el enorme oscuro.

— No… ¡No otra vez! – Boxes retrocedía aterrado.

¡Inversión! —

De un segundo a otro, el Quilava se abalanzo envuelto en luz contra aquel enorme pokemon. Toda probabilidad fue superada en aquel segundo, donde un pokemon mejorado por la misma corrupción de la oscuridad fue opacado por una probabilidad casi inexistente. Aquel Tyranitar desapareció con un rugido ahogado de dolor para luego sentir una suave calma. Aquel ardiente fuego despejo la oscuridad en aquel enorme pokemon. Algo más allá de lo posible. Hiroto había vencido a un pokemon die veces más fuerte con una estrategia ridícula que lo dejaba en un todo o nada.

La luz del aura al entrar en contacto con la oscuridad empezó a iluminar en un destello azul Neón a lo que la silueta del pokemon oscuro desaparecía junto a su oscuridad, pero el ataque siguió su curso y fue directo hacia Boxes. Con un rostro lleno de terror, solo cerró los ojos ante el final de su inútil vida. No obstante, la luz paso por un lado y se apagó tras ello. Cuando abrió los ojos, vio enfrente de él, al chico que había logrado tal cosa semejante a un milagro.

Solo fue cuestión de una simple llave de parte de Hiroto basto para tirarlo al suelo y con un jab en el rostro fue suficiente para mandarlo a dormir. De una vez por toda, Wilson vio como Hiroto había acabado con eso y con aquella pesadilla.


IV. Verdaderos Colores.

Tomo unos pocos segundos para que la luz parara. Después de aquel ataque tanto el pokemon como el entrenador casi se desmayan agarrándose al último segundo.

Lo... lo hicimos Charlie. — dijo Hiroto a lo que guardaba a su pokemon que estaba a un soplido de caer debilitado, al cerrar los ojos por el cansancio Hiroto sintió aquel sentimiento de satisfacción de haber logrado vencer. – En verdad lo hicimos… –

Al abrir los ojos sus ojos habían vuelto a la normalidad para luego recordar las heridas del cazador. Aun así, aun debía algo que hacer. Acercándose a quien había sido un educador que le tenía cierto cariño, se acercó a él con el arma en su mano temblando. Los recuerdos que pasaban como también la forma en que estuvo dispuesto a matar tanto a Wil como el seguía en su mente. Una inmensa ira lo envolvía con cada paso que daba acercándose a Boxes.

Aquel chico de ojos azules veía con calma mientras tomaba el gran machete y lo clavaba justo al lado de la cabeza de Boxes.

— Yo no soy un monstruo. —

Con una mirada llena de decepción, y con una mente más clara, Hiroto solo podía ver a aquel hombre encerrado en su ambición por venganza con bastante lastima. El mismo se había encerrado en una celda y fue el quien tiro la llave. Aun así, podía sentir empatía al haber perdido todo igual que él. No obstante, había algo claro que los diferenciaba. Uno simplemente se dejó llevar por el resentimiento mientras que el había seguido adelante. Aunque no supiera la verdad, tampoco no la había buscado por sí mismo. Simplemente quiso seguir viviendo su vida sin aquello en su mente, y ahora que lo sabía tenía muchas dudas de quien era en verdad, de donde provenía, y muchas otras cosas. Aun así, estaba contento consigo mismo.

No podía mentirse. Siempre había sentido un resentimiento al ser diferente, al no encajar con otros. Siempre buscaba la atención de otros por eso. No quería ser olvidado. Quería ser alguien para otros. Ese era su anhelo. No ser olvidado, no estar solo. Por eso quería ser igual de grande que aquel que quien consideraba más importante para todos. Quería ser como el cazador legendario para no ser olvidado. Quería convertirse una leyenda que nadie podría olvidarse. Como resultado, empezó a despreciarse a sí mismo al ver cada vez esa meta tan lejos. Se odiaba así mismo desde antes de saber todo aquel día. Dudas como el motivo en que nació fue para ser algo que todos esperaban de él o lo que el quería ser rondaban por su cabeza.

¿Acaso se volvería lo que todos esperaban de él?

¿Acaso no podía seguir sus propio camino y convertirse en lo que el quería ser?

Tenía algo claro, quería seguir viviendo. Quería ser como el viejo Cazador, quería ser como su padre. Alguien que pueda decidir por sí mismo su destino, alguien que pueda pelear por otros, y quitarles los males a los demás, un mundo tranquilo donde todos puedan elegir. Un deseo tan simple y tan hermoso a la vez. Ese era su deseo, no su deber. De esa forma, no tendría que haber más gente como su padre que deban cargar esas pesadas cargas sobre su espalda. Eso era lo que el quería. Eso era quien era el en realidad. Sin importar su nombre u origen, él sabía quién era en realidad y estaba feliz con ello.

– Yo Soy Hiroto, y siempre lo seré. –

Tras atarle las manos y pies con cuerdas del bolso de Wil, Hiroto se acercó a él con una sonrisa algo preocupada por las heridas que tenía. Ninguno de los dos sabía cómo reaccionar, hasta que por un impulso Hiroto se abalanzo contra el herido Wil dándole un fuerte abrazo. Uno del cual podía desquitarse todo lo que le hizo sentir sus palabras anteriormente. Wilson aun asombrado por lo que había pasado, solo pudo corresponder aquel abrazo mientras un par de lágrimas salía de sus fríos ojos.

Así, con una grata sonrisa. Hiroto le pregunto…

— ¿Nos vamos a casa, papá? —


V. Hiroto.

— Viejo ¿Seguro estás bien?— pregunto Hiroto yendo hacia el cazador.

— Sí, no te preocupes, ya pare la sangrado, solo te quiero pedir que me ayudes con los vendajes. — dijo serio el cazador mientras sacaba unos tubos.

— Este bien. — Dijo mientras empezaba a curar al cazador hasta que una duda paso por su cabeza. — Oye viejo ¿que pasara con los pokemon que el robo?—

— Al vencer pokemon robados estos son enviados al Sistema Pc en donde estos recuperaran sus fuerzas, luego los daré a los rangos y ellos se encargaran de devolverlos a sus verdaderos dueños. —

— ¿Y el Tyranitar? ¿Estará bien que lo dejemos ir aun con su corazón cerrado? ¿No es peligroso que pueda contagiar a los demás? —

— No te preocupes por eso, luego de ver aquel ataque ese pokemon no ocasionara más problemas. — dijo tranquilo a lo que el entrenador solo asiente. — (Hiro… No sé qué decirte… Hay miles de cosas que yo… ¿Qué debería hacer?) —

Había pasado un par horas, donde tanto Wil como Hiroto tuvieron que explicar con detalles todo lo acontecido. Ambos recibieron tratamiento y Boxes fue encerrado por la guardia de la ciudad hasta su futuro juicio. Boxes por su parte pareció una persona rota por dentro, ni siquiera lucho para liberar, sino que solo acepto cualquier cosa que le hiciera. Había perdido cualquier deseo de seguir viviendo, pero aun debía de responder varias preguntas. Por su parte, Wilson pidió un favor al capitán de la guardia para tomarse unos minutos con Hiroto e ir al árbol. Aunque el mismo capitán ofreció darles una guardia propia para cuidarlo mientras se recuperaba, Wil rechazo la oferta al decir que con Lizard, y claro que también Charlie, estaban bien.

Fue así que Wilson pudo despegarse de los brazos de su infantil esposa y pequeña niña para llevar al chico de ojos azules consigo a una zona donde los arboles habían recibido menos daño.

— Viejo, cuanto falta. — decía Hiroto cansado de caminar siguiendo al cazador que estaba un poco mejor para caminar.

— ¿Viejo? — repitió Wil manteniendo un rostro serio mientras miraba el camino. — ¿Ya no me dirás papa? —

Eso… Es que es muy vergonzoso… — dijo Hiroto mostrando un gran cansancio al estar ya arrastrando los pies. — No es que me avergüence de eso! ¡No! ¡Para nada! Es solo que llamarte papa enfrente de todos y explicar sobre eso es… Bueno… Yo solo… Mejor me callo. —

El rostro del chico estaba rojo como un tomate mientras apartaba la vista. Charlie que caminaba a su lado simplemente soltaba un suspiro por la actitud de su entrenador.

— Aguanta un poco, necesito ver si el Árbol sufrió algún daño. —

Al llegar a aquel inmenso árbol y ver que estaba intacto el cazador se quitó un gran peso de encima pero aun así siguió subiendo la colina hasta la base del árbol.

—Hiroto, cierra los ojos. — Dijo bastante serio el cazador con un pequeño enojo en su tono de voz. — Es hora de darte lo que te mereces.—

Tras decir esto Hiroto pensó que el cazador iba a darle un fuerte castigo en esa zona desierta, pensando lo peor cerro con fuerza los ojos y espero lo peor.

— Muy bien, ábrelos. — escucho decir al cazador.

Hiroto lentamente abrió los ojos para ver que el cazador ya no llevaba su visor anaranjado en su frente y en su mano llevaba el collar que el entrenador tenia puesto.

Felicidades... – dijo con una expresión que Hiroto no pudo creer, El cazador había cerrado los ojos mientras mostraba una sonrisa tranquila en su rostro. – Serás un gran entrenador. Tengo fe en eso.

Los rayos de luz escarlatas del amanecer empezaron a hacerse presente en el lugar. El suave abrazo del viento apenas pudo hacerlo moverse al pestañear múltiples veces. Por un segundo, pensó que iba a caerse de espalda al no sentir sus piernas.

Hiroto aun atónito se quedó estático por unos momentos, pensaba que lo que estaba pasando era un sueño hasta que moviéndose sintió algo en su cabeza. Con su mano vio que era aquel visualizador anaranjado y en su pecho aquella medalla color platino con una F grabada en ella brillaba en su pecho con el color del amanecer. Aquel objeto que tanto valor emocional tenia para el hombre enfrente de él hablaba ciento sino miles de palabras que el cazador ni siquiera podría decirle. Con solo tener esos simples objetos para cualquiera Hiroto logro entender lo que le quería decir el Cazador.

— Aun hay cosas que hacer y reportar, pero…— dijo aun mostrando aquella sonrisa pero ahora apuntando en dirección a la ciudad lejana. – ¿Quieres comer unas hamburguesas con tu madre y Miranda para festejar tu ascenso a entrenador oficial? –

Al no recibir respuesta abrió los ojos algo confundido para ver que el joven ahora entrenador oficial lágrimas salía de sus ojos mientras sujetaba aquella medalla como si fuera un tesoro muy preciado. Las palabras de alegría y gratitud no eran suficiente como para expresar lo que el chico de ojos azules sentía en esos momentos.

Solo una risa salió ante de lanzarse al cazador que débil y herido no pudo esquivar cayendo al suelo con el chico. Hiroto solo reía mientras Charlie embriagado por la emoción del momento giraba alrededor de Lizard mientras que este último de algún sitio había sacado un pañuelo y se limpiaba las lágrimas con una sonrisa en su rostro.

— Oye... tranquilo, aun me duele. — trato de decir Wilson serio pero suprimir sus emociones en ese momento le era realmente difícil a lo que solo sonreía.

Hiroto... sé que serás alguien grande...

Harás un gran cambio en el mundo...

No cedas en el trayecto y conviértete en alguien grande...

Está bien si dudas…

Está bien si te equivocas…

Conviértete en un Hombre que viva con la frente en alto…

Alguien que no se arrepienta de sus decisiones…

Vive siendo tú mismo…

Y luego ve y…

Vuela más alto que yo...

Hiroto."