I. Cambios Involuntarios.
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— Lo admito, has progresado bastante, me impresiona la fuerza de tu charmeleon ahora, si el combate sigue así creo que todo lo que es mi gimnasio no te frenara, pero ya ha sido suficiente. — decía Falkner esbozando una leve sonrisa manteniendo su temple mirada fijada en God. — Pidgeotto usa Remolino. —
El pokemon volador empezó a aletear de nuevo a una gran velocidad creando ráfagas de viento que empezaban a empujar a la salamandra de fuego cada vez más fuerte, hasta que una de las ráfagas se llevó consigo al pokemon en la misma dirección de donde estaba su entrenador. Al verlo venir God se preparó para atraparlo como podía pero al salir de los límites del campo se volvió energía atravesando a su entrenador y entrando en su pokeball automáticamente a la vez que dejaba pasmado a su entrenador aun con los brazos abiertos.
— ¿Disc... Discharger? — God vio cómo su compañero desaparecía en un rayo de luz rojo mientras que en su cinturón se empezaba a mover la tercera pokeball, de repente salió un rayo de luz hacia el campo formándose al pokemon aguijón. — ¿Qué pasa? ¿Bee? —
Al entrar al campo las rocas que estaban esparcidas aplastaron al tipo insecto preocupando a su entrenador, pero con un movimiento se liberó esparciéndolas de nuevo un poco lastimado.
— Bee ¿Qué haces? No te he llamado aun. — El pokemon simplemente volteo confuso mientras doblaba la cabeza. — Y tú tampoco lo debes sabes supongo, para que lo preguntó . —
/GRADAS/
— Naomi-san ¿Qué fue lo que ha pasado? — preguntaba la joven color miel.
— Beedrill fue arrastrado al combate, es el efecto de Remolino. Cambia al pokemon del oponente por otro que este guardado, si es usado contra un pokemon salvaje estos huirán. — decía Naomi analítica.
— Es un buen movimiento, Discharger se estaba encargando de casi todo el equipo de Falkner, dejarlo para después parece otra manera de ganar tiempo. — dijo Hadson mientras veía inocentemente como el extraño beedrill revoloteaba en el campo. — Aunque eso no es un gran problema, God solo debe cambiar de nuevo. —
— El problema es que ya no puede cambiar. — Dijo Naomi viendo más que Hadson con sus lentes. —
— ¿No puede cambiar? ¿De qué hablas? —
— Con que lograste verlo también, tal vez hay un mayor talento en esta tribuna que en el campo. — decía Lie interesado mientras volteaba a ver a Naomi preparado para anotar en otra página pero solo consiguió de ella una mirada fría y seria. — Vale, lo capto, no es el momento. En fin, tu amiga tiene razón al no poder cambiar debido al estado de su Charmeleon. —
— E-Es cierto, antes de ser cambiado jadeaba mucho y se le notaba cansado. — dijo Amber con un tono suave y bajo no tratando de interrumpir la conversación.
— No lo culpo, tuvo un fuerte enfrentamiento en fuerza con Dodrio y tuvo que esquivar muy rápido los ataques de fearrow, es claro porque estaría cansado. —
— Pero si esta tan débil al entrar las trampa rocas van a... Ouh. — En su cabeza Hadson se imaginaba lo que pasaría si la salamandra variocolor entraba al campo y entendiéndolo. — Entonces solo queda Bee. —
— El problema es que ahora God tiene la desventaja de tipo. — decía Naomi cruzando brazos.
— Bueno, como diría él. –
Hadson trataba de imaginar el mejor resultado, aun cuando tenia sus propias dudas. – Si fuera tan fácil donde estaría la diversión. —
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/COMBATE/
Tras liberarse el pokemon insecto empezó a revolotear de un lado a otro en el campo mostrando una gran agilidad.
— Con que un Beedrill. Es una opción bastante… - Falkner buscaba la mejor forma de expresarse. – Original sabiendo que me especializo en los del tipo volador. Se ve bastante grande y energético, debió costarte entrenarlo desde cero. —
— Bueno… si te soy sincero, me lo dio alguien más. Solo lo cuido mientras. — dijo God algo apenado mientras se rascaba la cabeza.
— Demuestras honestidad, eso lo aprecio. — Con oír esas palabras ambos pokemon se pusieron en guardia dándole la espalda a sus entrenadores manteniendo la vista fija en el movimiento de su oponente. – Basta de charla, terminemos con este combate. –
— (De acuerdo, veamos, él tiene un pidgeotto de un nivel alto, conoce Ataque Ala, Tornado y Remolino, tiene un gran ataque y la ventaja de tipo pero ahora esta quemado lo que lo debilita un poco más cada turno). – pensaba rápido buscando los puntos en cómo salir bien de esa situación. – (Sus ataques físicos pierden la mitad de fuerza, pero aun así debo tener cuidado con su Tornado, si atrapara a Bee no creo que aguante… un ataque de frente será entonces). —
A decir verdad aún no se sentía del todo cómodo con el nuevo pokemon, apenas aprendía como era que este peleaba y al haber sido entrenado por alguien más significaba que God no sabía cómo era combatir y a decir verdad le costaba incluso en momentos como ese recordar sus movimientos. En un caso como el que se encontraba, la Pokedex aunque fuera un tanto tosco con ella era una bendición al tener todos los datos almacenados de su pokemon pudiendo arreglárselo con ella, aunque sabía cómo usar aquel artefacto tan versátil en sus manos no se sentía tanto como eso, sino que lo sentía y veía el combate como si fuera una clase de juego de simulador de batallas pokemon que resultaba aún más benéfico su uso.
— Muy bien Bee usa... – God miro por un segundo la Pokedex. – Puya Nociva. —
Los afilados aguijones del pokemon se iluminaron de una luz morada y tomando vuelo fue directo contra el pokemon volador.
— Ataque Ala. — ordeno Falkner.
El pidgeotto se ilumino de una luz transparente, fueron dos segundos en los que el volador impacto contra el beedrill mandándolo hacia el suelo.
— Ya sé cuál es tu plan, God. Me temo que aunque nos quemes seguiremos alzando el vuelo. —
— ¿Bee, te encuentras bien? — preguntó God, el pokemon sacudiéndose y revoloteando a la vez que asentía dio su respuesta. Dándose vuelta el pokemon suavemente con su aguijón toco el objeto que llevaba puesto en su ojo derecho. — ¿El periscopio? ¿Qué hay con ellos?—
El pokemon veneno empezó a revolotear acercándose al pidgeotto quien se resistía un poco de la quemadura en sus alas.
— Detenlo con Ataque Ala. —
Al oír la orden el Pidgeotto fue preparado con su ala envuelta en luz. Los aguijones del tipo veneno se envolvieron en una luz verdosa como el pantano, y en pleno impacto ambos ataque chocaron entre si siendo que el ala del pidgeotto fue detenida por los aguijones siendo quien tuviera más fuerza quien venciera. Pidgeotto, aun con la ventaja de tipo, la quemadura tomo efecto por un segundo hiriéndolo dándole un momento de guardia baja. Usando ambos aguijones como si fueran lanzas golpearon el pecho del pokemon empujándolo fuertemente dándole tiempo de alejarse. No tomo mucho para que pidgeotto se recupera y tomara el control en pleno aire.
— Pidgeotto, usa Ataque Ala. — El pokemon volador rápidamente tomo vuelo directo tomando unos segundos a casi golpear al beedrill.
— Cúbrete con puya nociva. — dijo God rápido sin pensar tanto, el pokemon por reflejo creo las lanzas venenosas con sus aguijones pero en vez de usarlos para atacar las puso en forma de cruz. Dando un fuerte golpe contra los aguijones el golpe fue amortiguado dejando al volador con parte de veneno líquido entre sus plumas mientras que el beedrill fue mandado hacia un costado del campo sin poder parar.
— ¡Bee, cuidado! — grito fuerte God al ver que tomando el curso en que iba saldría en un costado del suelo de plástico del campo, casi cayendo a esa gran altura el pokemon fue empujado por una corriente de aire devolviéndolo a la plataforma del campo.
Al ver esto, God estuvo asombrado de lo que había pasado y yendo a un lado de la plataforma del retador vio con cuidado de donde había venido esa ráfaga. Hasta ese momento el combate se había fijado en atacar con fuerza manteniéndose en el centro del campo sin notar que había varias turbinas de viento tanto en el fondo como en ciertas paredes del campo. Eran estas las que eran usadas por Fearrow y Skarmory para cambiar y ascender en su ruta de vuelo anteriormente, y ahora se había dado cuenta de ello. Estas se activaban en un momento determinado y al favor de su suerte una se activó en el momento justo antes que el beedrill cayera al suelo, le tomó solo unos segundos para que una idea pasara por la cabeza de God.
— ¡Eso es! — grito God con fuerza tomando toda la atención, al notar que había gritado se tapó la boca para luego forzar una sonrisa algo forzada mientras una gota pasaba por la nuca de Falkner. — Ahora entiendo, no hay que ir de frente… aprovechemos la velocidad. —
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II. Inmunidades y Oportunidades.
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El pokemon veneno poco a poco recuperó el control y empezó a volar como siempre.
— Muy bien. Bee, atento a cualquier movimiento. — dijo God mostrando de nuevo una confianza un poco sobrada.
— Si no harás nada entonces tomare turno. Pidgeotto Ataque Ala. — Al oírlo el tipo volador fue directo hacia el tipo veneno.
— Esquívalo y usa Foco Energía. —
El tipo veneno dando vuelta esquivo por pocos centímetros el ataque mientras este giraba como un trompo, al volver a volar normal del pokemon insecto salieron varias esferas de luz blancas que empezaron a girar rápidamente para luego unirse de nuevo al pokemon.
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/GRADAS/
— Uso Foco Energía. — dijo Hadson emocionado. — Oh cielos, ahora se pondrá bueno. —
— Esto... Hadson-kun ¿Que hace eso? — preguntó tímidamente Amber un tanto curiosa al ver aquel movimiento nuevo y la emoción del chico al verlo.
— Foco energía es un movimiento de estado, aumenta la probabilidad de dar golpes crítico, eso más el periscopio aumenta mucho la probabilidad. — dijo Hadson emocionado a lo que Amber mostraba más duda que respuesta.
— ¿Qué es Golpe Critico? — preguntó algo curiosa ante aquel detalle.
— Esto... es un poco difícil explicarlo, pero la versión corta es que son ataques con el doble de potencia pero es muy raro que pase en un combate. —
— Pero según veo, el set de beedrill se basa en dar golpes críticos más frecuentes. – dijo Lie viendo con cuidado el equipo que llevaba el tipo insecto/veneno. – Con un ataque alto y una gran agilidad Bee tiene un gran atacante físico. —
— Como La Lanza de un Caballero de la era medieval. Entonces solo debe seguir de frente. — dijo tímidamente Amber viendo en su cabeza una imagen igual a la que describió. – Es una forma de verlo… ¿Verdad? –
— Exacto. Entiendes rápido, Amber-san. — dijo Hadson sorprendido y alegre, a lo que su alegría contagio a Amber.
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/COMBATE/
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— Bee, ¿Listo? Tumbemos al Rey del Cielo. — dicho esto y que el beedrill asintiera empezó el combate decisivo. — Adelante Bee, Puya Nociva. —
— Ataque Ala. — Ambos pokemon efectuaron sus ataques chocando entre sí como un duelo de espadas, con la fuerza del impacto de ambos ataques los pokemon fueron mandados en direcciones diferentes siendo pidgeotto el que mantuvo más el control de vuelo.
— De nuevo, Ataque Ala. —
— Rápido, a la derecha. —
El pokemon veneno tomando ventaja cambio en pleno aire su dirección esquivando el ataque, el pidgeotto viendo esto fue en su dirección yendo tras el tipo veneno.
— Ataque ala de nuevo. — El pokemon tipo volador acercándose cada vez más a su "presa" preparaba su ala. El tipo insecto viendo de reojo lo que se aproximaba justo cuando ataco se movió a un lado evitando el ataque.
— Doble Ataque. — dicto God extiendo el brazo con la mano abierta. El pokemon esquivando una y otra vez el ataque ala, aprovechando la guardia baja dio en su espalda con sus aguijones hiriendo al pidgeotto. — Muy bien, ahora toma distancia. —
Al oírlo a su entrenador el beedrill tomo vuelo en dirección diferente.
— No lo dejes escapar, usa tornado. — El pokemon volador empezó a crear grandes ráfagas de viento que empezaron a crear un tornado.
— Rápido, ve debajo del campo. — El tipo veneno tomando acción evasiva siguió la orden y tomando vuelo descendió hasta estar debajo de la aleación reforzada de plástico. Al estar debajo del campo donde las ráfagas de viento no lo golpeaban había esquivado a la perfección el ataque.
— Muy bien, si no podemos resistir mejor esquivarlo, justo como hacen en Unova en caso de tornado. — decía God agradecido de que esa pequeña idea hubiera funcionado para cuando volvió en si vio que el tornado había frenado. — En guardia, Bee. —
Al oír a su entrenador el beedrill volvió a volar encima de la plataforma del campo a lo que al estar listo empezaba a buscar con la vista al enemigo, pero viendo a todos lados no lo encontraba.
— ¡Detrás de ti! — le grito su entrenador pero fue muy tarde para reaccionar puesto el beedrill recibió en las alas un fuerte golpe mandándolo contra el suelo hiriéndolo, la barra de energía había llegado a la mitad y había cambiado a color amarillo. Usando la poca fuerza de sus patas logro levantarse y tomando vuelo de nuevo aunque ahora le costaba más mantenerlo vio una prueba de lo veloz que era ese pokemon, un segundo le Fases lumínica de las fotosíntesis. Basto para que bajara la guardia y atacara por atrás.
— (Esto es malo, no creo que Bee pueda soportar otro golpe así, debo pensar rápido no me queda mucho tiempo). — pensaba God algo serio mientras veía volar al as del gimnasio, su estilo de vuelo era elegante comparado con el de su Beedrill pero a la vez se parecía más al vuelo de un aeroplano que debe mantenerse estable con el viento, mientras que Beedrill tal vez no tenía tanta velocidad pero si tenía la libertad de volar más abierto. — (Si atacamos directo solo volveremos a empatar en fuerza, pero si esquivamos sus ataques y lo mantenemos ocupado por un rato la quemadura lo ira debilitando, solo debemos evitarlo y atacar, pero...
El recuerdo de su primer combate en ese lugar paso por su cabeza recordando cuando Rayo lo tenía contra las cuerdas, en ese momento que creía que había ganado sus heridas empezó a sanar.
— Es cierto, tiene respiro, puede curarse cuando sea que lo necesite. – Decía God por dentro, mientras que veía al pokemon aletear. – Si solo corremos y se cura solo estaré agotando a Bee. Entonces en el momento preciso, tendremos que derribarlo. —
Diciendo eso el tipo veneno se puso en guardia preparado a cualquier orden.
— Atrápalo con Tornado. — el pokemon alado empezó a aletear fuertemente empezando a crear el tornado, beedrill siendo arrastrado hacia este se resistía volando en dirección opuesta pero la fuerza de las ráfagas era mayor. Viendo que en la posición que estaba no veía salida del camino.
— Si no podemos esquivar la fuerza del viento, pues lo atravesaremos el mismo cielo. — dicto God extendiendo su brazo derecho con la mano abierta. — ¡Adelante, Taladradora! —
El tipo veneno al haber escuchado a su entrenador asintió mientras que este dejaba que su cuerpo fuera atraído y empezando a dar vueltas con sus afilados aguijones como una lanza, mientras más giraba se rodeaba de un aura marrón en la que era similar al perforador. Falkner noto como giraba cada vez más rápido. La fuerza del tornado se hacía intensa mientras más se acercaba a los bordes, pero no bastaba con eso para frenar al beedrill. Falkner veía como en vez de ser arrastrado por las ráfagas de viento, el Beedrill las estaba montando y prendiendo el vuelo. Tenía un gran balance, y en ningún momento perdió el equilibrio.
Fue cuando dio un giro en el tornado que empezó a ascenderse hacia arriba, con la mirada fija en el gran ser que había usado el tornado como un escudo. Atravesaba el cielo en el gimnasio, dejando a Falkner confuso con eso.
Foco Energía.
Es un movimiento de estado bastante útil puesto con su efecto los movimientos pueden llegar a subir una probabilidad, contando con el periscopio que aumentaba la probabilidad de dar golpes críticos, la habilidad francotirador y el efecto secundario del Taladradora de Beedrill lo convertía en una Lanza que perforaba los cielos.
Con la fuerza y velocidad a la que iba atravesó el tornado siguiendo su curso hacia el pidgeotto, God al ver esto sonrió pensado que con eso bastaría para vencer al líder de una vez por todas, pero no espero lo que paso luego.
Al entrar en contacto con el pokemon simplemente el ataque paró en seco dejando al pokemon tipo veneno confuso tanto como su entrenador, tomando rápidamente la guardia y distancia del tipo volador beedrill espera su siguiente orden. El más confuso fue el Pidgeotto que sintió de cerca la potencia de aquel ataque en su plumaje, pero termino siendo más como un fuerte empujón. En tantos combates que había tenido, ahora veía con incredulidad que había pasado.
¿Acaso fue real ese temor?
¿A dónde fue aquella energía?
No era el único. Tanto God como Bee dudaban de lo previo.
— ¿Que paso? — dijo God sorprendido por lo que había pasado. – Le dio pero fue como si no hubiera sido nada. –
Falkner tardo en entender y explico aquel detalle.
— Pidgeotto es tipo normal y volador, taladradora es un ataque tipo tierra, aunque no tenga cierta lógica los ataques tipo tierra no afectan a los voladores. — dijo Falkner calmado explicando aquel detalle tomando a God un poco sorprendido. — Ataque Ala. —
Al oírlo el pidgeotto usando un rápido movimiento fue en dirección del tipo insecto.
— Esquívalo. — dijo God.
El beedrill tomando acción evasiva prendió vuelo en una dirección diferente siendo seguido por el tipo volador, y así continuo un rato la persecución aérea que se desarrollaba en el cielo de aquel gimnasio mientras en la plataforma de retador God enredado por las pocas opciones trataba de idear un plan.
— (No podemos seguir así, Bee empieza a ir más lento por el cansancio y ese pidgeotto es más rápido. Si golpea otra vez así a Bee con el ataque Ala no creo que lo resista. Si sigo intentando ganar tiempo para que la quemadura lo debilite acabara antes). – Dudaba God en un pensmaiento rápido. – (Aparte que también puede curarse con Respiro, no importa por donde mire estoy atrapado en un círculo sin fin, como en el ojo de un Tornado con poco tiempo para pensar). —
God se imaginaba aquella imagen del atrapado en un vórtice hasta que la misma respuesta apareció como si mirara hacia el cielo.
— Muy bien, Bee sigue esquivando y bloquea sus ataques con Puya Nociva. —
Al oír a su entrenador el beedrill aumento la velocidad tratando de perder al tipo volador más este teniendo bastante experiencia en el vuelo le era muy fácil no solo acercarse a el tipo veneno sino que atacaba con su movimiento al pokemon. Este lograba detener varios intentos con sus múltiples intentos de apuñaladas con sus aguijones envueltos en esa aura morada pero aun así no lograba parar de todo el daño siendo herido también aunque en una escala menor.
God veía en la gran pantalla como poco a poco la barra de vida del tipo volador descendía al igual que la de su pokemon con cada ataque que lanzaban esperando que algo ocurriese, no fue tan difícil de notar la estrategia que God planeaba usar la quemadura hasta debilitarse, o al menos eso pensaba el líder.
— No te sirve de nada prolongar más este combate, mis voladores son como el viento indetenible. – dicto Falkner a su pokemon. – La quemadura esta no interferirá en este combate más, Pidgeotto usa Respiro. —
Al oír a su entrenador el pokemon paro la persecución y aleteando en donde se encontraba el pokemon abrió completamente las alas mientras un aura transparente lo cubría mientras sus heridas iban desapareciendo, pero con la aparición de la sonrisa de God y la orden no todo salió como tenía planeado Falkner.
— Ahora, Taladradora. —
Al dar aquella orden todos de las tribunas dieron un grito de sorpresa. El beedrill repitiendo la forma de hacer el ataque empezó a girar haciendo así un perforador cayendo en picada directo hacia el tipo volador. Cayendo en picada el pokemon seguía girando dando en el centro del pecho emplumado del pidgeotto impactando y empujándolo contra la plataforma. Como una jabalina en descenso, el pidgeotto siendo empujado por el taladro mientras recibía un daño severo. El sonido casi metálico del taladro y el grito lleno de dolor del Pidgeotto. Fue el suelo que cedió primero. Se rompió en pedazos por la fuerza del movimiento tipo tierra cayendo ambos pokemon al duro suelo de concreto.
Tras el gran estruendo que había hecho en el campo el silencio reino, todos observaban impacientes la cortina de polvo que se había levantado esperando ver entre ella a alguno de los pokemons. Un leve temblor se sintió en el lugar haciendo que God casi se callera de la plataforma donde estaba al querer ver lo que paso.
— Le-le ha dado... — dijo sorprendido Falkner viendo el daño que había en el campo. — Un golpe crítico. —
— Sorprendente, ¿no lo cree? — dijo God con una sonrisa formándose en su rostro.
— Entonces supo el punto débil de respiro. — susurro Falkner para sí mismo. – Sorprendente. –
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III. Ultimo Golpe.
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/GRADAS/
Al ver aquella escena Naomi veía con una sonrisa un trabajo bien hecho, este gesto lo noto fácilmente Amber.
— N-Naomi-san, ¿Tú sabes que paso? — preguntó tímidamente la joven color miel, al oírla Naomi sonrió levemente mientras volteaba a verla.
— Veras, God encontró un hueco en la estrategia del líder. – decía Naomi de forma analítica. — El movimiento taladrador es lo único capaz de atravesar las ráfagas que lanza el pidgeotto mientras Puya Nociva y Doble Ataque necesita estar cerca para hacer daño. —
— Pero antes no había funcionado… —
— Eso se debe al efecto de Respiro. — dijo Naomi mientras cruzo las piernas. — El movimiento recupera la mitad de su vida, pero a la vez pierde por unos momentos el tipo volador. —
— Y si pierde el tipo volador entonces... —
— Así es, también pierde la inmunidad. God lo recordó en el mejor momento la clase improvisada de ayer. — dijo Naomi cruzando los brazos mientras sonreía satisfecha.
— ¿C-Clase? —
— Oh, cierto, no estabas con nosotros. – decía tranquila Naomi tomando la atención de los dos entrenadores. – Es que ayer en la noche como a las doce vino a mi habitación. —
Tanto Amber como Hadson abrieron los ojos quedándose viendo a la joven de cabellos índigo. Lie por parte le dio una simple mirada bajando sus lentes de sol y repitiéndose a sí mismo "Ay juventud, divino tesoro."
— (No pienses mal, No pienses mal, No pienses mal, No pienses mal). — se repita Hadson pensando en su cabeza mientras empezaba a sudar gotas como cascada.
— Pues luego de dos horas explicando lo mismo, le di una ayuda a aprender unas cosas para hoy. — dijo Naomi acalorando la cosa, a lo que el humo paraba de salir de la cabeza de la joven de color miel.
— Quería una vista del combate de otra perspectiva diferente, aunque no fue fácil al final creo que le salió bien. — decía Naomi poniéndose recta en su asiento. – Le recordé una y otra vez los momentos que perdió el control, y por su parte aprendieron sobre Respiro. Supongo que conecto puntos y vio una oportunidad. –
— Entonces por eso God supo lo de Respiro. — dijo Hadson pensativo.
— Así es, interesante que la única inmunidad de los voladores sea lo que lo haya vencido. — decía Naomi poniendo su mano en su mentón. — Pero aunque le diera, miren la pantalla. —
Al oírlo tanto Amber como Hadson voltearon a ver que ambas barras de vida estaban casi vacías siendo la del beedrill un poco más llena.
— Están a un golpe. — susurro Hadson sorprendido. — Significa que el próximo ataque será...
— El último que define quien será... — decía Naomi.
— El vencedor. — termino Amber volviendo a voltear al campo de batalla mientras volteaba a ver el par de ojos carmesí. — Ustedes pueden, God-kun. —
/COMBATE/
La tensión estaba de tal forma en el combate que el silencio dominaba el enorme gimnasio solo pudiendo de escuchar las ráfagas de viento que soplaban las enormes aspas del lugar. Sintiendo las ráfagas de viento ir y venir ambos pokemon esperaban las instrucciones de sus entrenadores, veían el uno al otro esperando cualquier movimiento de su oponente, la diferencia de nivel entre ambos pokemon no era tan diferente y sus estilos de combatir eran parecidos, era normal sus reacciones al esperar un ataque pues en su cabeza pasaba la idea de lo que pasaría.
Ambos entrenadores, tanto el retador como el líder, esperaban cualquier movimiento del oponente pensando en una gran infinidad de posibles finales y que un solo segundo seria lo que puede ser el resultado definitivo. De donde había impactado el ratón eléctrico un pequeño fragmento metálico empezó a caer en dirección al campo, pero sin quitar la vista del combate el pedazo de metal cayo entre ellos dos, cuando toco el suelo y sonó el metálico golpe fue entonces el detonante.
– ¡Aún podemos remontar el vuelo! –
– ¡Adelante, Bee! –
Para que ambos pokemon se lanzaran a atacar en su última justa.
— ¡Puya Nociva! / ¡Ataque Ala! — Dijeron al unísono ambos entrenadores a lo que ambos pokemon volaron bajo en dirección de su oponente con sus ataques ya listos y como en una justa medieval ambos impactaron sus ataque y siguieron de largo hasta parar quedando parados en el suelo mirando al entrenador opuesto, se sentía la tensión en el aire mientras ambos pokemon mantenían la misma pose, los dos entrenadores observaban el combate sin quitar la mirada cada uno con su deseo de vencer.
No importa lo que pase...
A los segundos el pokemon tipo veneno cayo de rodillas mostrando en su torso el tajo del ataque ala del pidgeotto.
No volveremos a retroceder.
El pidgeotto a lo poco cayó por completo en el suelo dando vuelta su cuerpo inconsciente mostrando en el centro un gran punto morado alrededor de una gran cantidad de pequeños puntos.
Con la caída del pokemon la barra de energía paso de rojo hasta el final saliendo el mensaje "Debilitado" desapareciendo la imagen del pidgeotto, poco después salió un gran destello en la pantalla mientras las palabras en dorado salían diciendo. "Felicidades." Debajo de aquellas palabras salía la imagen de God y debajo del salían los tres pokemon que uso en combate, demostrando el vencedor del combate. En pocas palabras, God había ganado su segundo intento en el gimnasio Malva.
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IV. Primeros Pasos.
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– Ya veo... Ha llegado la hora de posarme en el suelo con dignidad. – Falkner bajo hasta donde estaba su pokemon debilitado, y lo regresaba a su pokeball. — Buen trabajo. –
Al pasar los segundos el tipo insecto temblando en la misma posición no pudo aguantar más seguir de pie y hubiera caído sino fuera por su entrenador que lo había atrapado a tiempo.
— Bien hecho, Bee. – decía God mostrando una gran sonrisa a su compañero a lo cual este solo asintió mientras levantaba su enorme aguijón como si fuera un puño. – Estoy orgulloso de ti. —
— Felicidades, God. – Antes que se diversa cuenta, el Líder de Gimnasio se había acercado a él. –Distes un gran combate, ahora por la misma determinación que tuviste en pleno combate fuiste contra mis voladores para alzarte con la victoria. —
Extendiendo su mano llamo a uno de los asistentes quien se acercó con una cajita amueblada.
— Por eso déjame darte el símbolo de tu victoria en el Gimnasio de Ciudad Malva, la medalla Céfiro, por favor recíbela. —
Sacando a Discharger de su pokeball mientras el ratón eléctrico ya mejor se montaba en su espalda se acercó para ver de cerca un momento aquella medalla, tomándola con cuidado y levantándola para verla contra la luz del ventanal.
— Nuestra primera medalla, chicos, la medalla Céfiro es nuestra. — dijo God emocionado a lo que sus tres pokemon caían de espaldas o sentados en el suelo mientras levantaban una extremidad al cielo como su entrenador.
— ¡Lo hiciste! — Fue lo último que pudo escuchar antes de ser derrumbado por el Hadson, quien se le había montado de espaldas desprevenido. — Lo lograste, lo hiciste. Ganaste al gimnasio. —
Era lo único que escuchaba ante aquel "ataque".
— Hadson, tranquilo, dame un respiro. — dijo cómico God tratando de levantarse mientras que Hadson seguía encima de él.
— No puedo creer lo que hiciste, tengo un millón de preguntas que hacerte. — decía Hadson mientras parecía según la perspectiva de God la cabeza del chico crecía más y más sintiéndose el entrenador cada vez más aplastado sin saber que decir o hacer mientras una gota de sudor frio paso por su cabeza.
— ¿Otra vez, Hadson? Recuerda que por muy resistente que sea God salió ayer de alta. — al oír aquella calmada voz tanto Hadson como God voltearon para ver a las dos entrenadoras y a Lie quien caminaba un poco más lejos. — Felicidades God, creo que lo que aprendiste ayer te sirvió. —
— Si. — diciendo esto y ejerciendo un poco más de fuerza movió a Hadson levantándose. — Muchas gracias, Naomi, suerte a que recordé la explicación de Respiro de ayer, sino fuera por ti hubiera perdido. De verdad, te debo una. —
— Me alegro que te haya servido al final, pero fuiste tú quien combatió excelente. — dijo algo alegre Naomi mientras detrás de ella Amber trataba con todas sus fuerzas felicitar al chico pero a la vez sentía dentro de ella un globo inflándose con aire caliente.
— Con que lograste obtener la medalla ¿eh? — al oírlo God volteo a verlo para ser sorprendido por un flash, puesto Lie le había tomado foto con una pequeña cámara. — Muy bien, registro completo. A partir de ahora estaré pendiente de tu progreso en la Liga, muchacho. Espero mucho de ti como de los otros dos de Esperanza. —
Al decir eso atrajo la atención de God a más no poder, volteando a ver a su pokemon eléctrico que lo veía impactado de la misma manera.
— Pero como usted... —
— He recorrido esta región de pies a cabeza, obvio he oído los rumores de ese pueblo oculto y suponiendo que apareciste de la nada me imagino que eres de ahí. Aunque siendo una suposición por tu reacción veo que es correcta. — decía mientras anotaba más datos en su libreta. — Pero tranquilo, no le contare a nadie. Ahora lo que importa es que te de esto. —
Diciendo esto Lie extendió su mano mostrando un disco extraño del tamaño de su palma.
— Esto... ¿qué es? — Decía God mientras tomaba el disco mientras leía lo que decía en una etiqueta— Mt19, Respiro. — Al oírlo aquellas palabras Naomi pegándose a su espalda y viendo encima de su hombro.
— Una maquina técnica, y es de segunda generación. — decía asombrada Naomi.
— ¿MT? — dijo God sintiéndose un poco aplastado y a la vez incomodo por como su compañera estaba encima del. — Nao, pesas un poco. —
Al ver lo que hacía, Naomi se movió un poco avergonzada pidiendo perdón, mientras en el fondo Amber suspiraba un poco aliviada.
— Una MT, o maquina técnica hechas por Silph S.A en Kanto e Industrias Devon en Hoenn, es conocida como discos con información almacenada en ellos que al tener contacto con ciertos pokemons les transfiere a su memoria la capacidad de realizar un nuevo movimiento. — decía Hadson mientras buscaba en su bolso uno de los libros que llevaba. — Eran muy usadas hace muchos años, pero al parecer luego de cierto tiempo empezaron a escasear hasta casi no haber. —
— Y es también segunda generación, estas tras usarlas no desaparecerán. En pocas palabras puedes usarlas cuantas veces quieras. — dijo Lie. – Úsala sabiamente, joven promesa. –
— Bueno y ¿De verdad puedo conservarla? Digo, parece muy importante y cara. — preguntó dudoso God teniendo miedo de que se le resbalara de sus manos y se hiciera pedazos. — Si dicen que es tan extraña ¿Estará bien que la lleve conmigo? —
— Te la mereces God, lo probaste combatiendo contra mí. Sé que tú le darás un buen uso. — dijo Falkner con su tono tranquilo a lo que God al oírlo asintió mientras veía ahora el pequeño disco hasta que su forma le parece familiar.
— Esperen, Hadson mi bolso ¿dónde está? — diciendo eso God fue a donde tenía Hadson su bolso, sacándolo rápidamente la libreta que siempre llevaba fue a una página en especial donde parecía que tenía una clase de bolsillo pequeño, colocando el pequeño disco en el bolsillo vio que entraba perfectamente. — Ahora entiendo para que eran estos. —
Diciendo esto el charmeleon se levantó del suelo ya un poco más animado y viendo a su entrenador empezó a gruñir y pisar consecutivamente tomando la atención de los que estaban ahí.
— ¿Que ocurre, Discharger? — preguntó Hadson algo intrigado por el comportamiento del charmeleon variocolor al igual que todos los del lugar, excepto God.
— Se lo que quiere. — dijo God mostrando una sonrisa. Poniéndose de rodillas a la altura de la salamandra extendió su brazo mostrando el puño derecho. — No te agrado que te hayan sacado del combate a la fuerza y sé que quieres hacerte aún más fuerte. Por eso te propongo algo. —
Diciendo estas palabras el pokemon se quedó algo sorprendido por aquella actitud.
— Hagámonos fuertes juntos. — Mirando más de cerca la luz que poseía esos ojos carmesíes y su sonrisa retadora mostraba aquella típica sonrisa, no solo era contagiosa, para ese momento era una plaga. Todos los que estaban en ese sitio sonrieron ante aquel gesto.
El charmeleon entendiendo lo que quería su entrenador con una sonrisa similar choco su puño con el de su entrenador mostrando en el brazo derecho aquella marca que se había hecho en aquel conflicto, aquella cicatriz que para él era ahora un símbolo que no debía volver a retroceder, siendo dibujada aquella escena sin ellos saberlo por Lie alegremente en su libreta con ultimo pensamiento en su cabeza.
— Vaya, primero aquella chica agresiva, luego el pirómano y ahora este chico... Esta será una generación bastante interesante... —
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EXTRA:
En las tribunas de aquel gimnasio, uno de los pocos que se encontraban ahí por el espectáculo era un hombre vestido de un elegante esmoquin y una fedora cubriendo su cabeza, veía al chico de ojos rojos tomando algunas fotos junto a sus pokemon, luego con sus compañeros, luego con los compañeros con quien viajaba, luego con el Líder de Gimnasio, y terminar con fotos de todos juntos.
Sus pensamientos iban y venían mientras veían el resultado enfrente de él, pero fueron opacados por un suave y muy largo bostezo de un cuadrúpedo junto a él. Un elegante y a la vez descuidado Umbreon abría uno de sus ojos mirando al campo y ver que ya había acabado. En la mitad del enfrentamiento, justo después de sacar al Pikachu y Charmeleon variocolor, aquel Umbreon había perdido el interés y se había quedado dormido.
– Terminamos nuestro negocio aquí. – Aquel hombre en esmoquin había grabado todo el combate desde afuera en distintos ángulos. Era una petición pedida por una cabeza de mucho más arriba, y no tenía derecho o siquiera el valor para no cumplirle este pequeño capricho. Al fin y al cabo, no quería perder un recuerdo valioso de uno de sus hijos. Destiny simplemente no podía negarle ese favor a su superior. No tenía el corazón para decirle que no a quien nunca pidió algo a cambio y siempre le había ayudado. Un favor por otro favor, y aun tenía una larga cuenta que pagar. – Vamos, Light. Hay trabajo que hacer. –
