"No sé qué pasara pero si quiero volverme el mejor debo probarme a mí mismo."

Hadson (H)


I. Distinto Destino.

.

.

.

/CONTINENTE OESTE/REGION FLORESTA/HIBERNA/CENTRO DE INVESTIGACIONES /NOCHE/

.

.

.

– Ya todo está listo para el viaje de mañana. Tienes tu boleto de avión para las 5:30 de la tarde, debes ir más temprano para registrar todo y busque el avión de la familia. – decía la mujer de cabello grisáceo del otro lado de la pantalla a lo que Hadson asintió. – La señorita Melodía ha pregunta por usted y me pide que le diga que espera con ansias su regreso. –

Al oírla la cara de Hadson se puso un poco roja al oír aquello.

Esto... bueno, que buena mi hermana de otra madre. – trataba de hablar calmadamente pero la voz no le daba. – En fin creo que es todo por hoy, la llamaré mañana antes del vuelo Señorita Reina. –

– Muy bien, Joven Hadson. – dijo la mujer con ojeras bajos sus ojos grisáceos. – Mantenme informado de cualquier cambio. –

– Esta bien muchas gracias, Reina-san. – dijo Hadson cerrando su ojo izquierdo sonriendo mostrando los dientes en una forma algo. Dicho esto la llamada se cortó.

La joven mujer se había quedado sentada en esa misma posición tratando de entender aquel último gesto.

Reina-san... eso es nuevo. – dijo en voz baja la mujer. – Tendré que analizar su estado psicológico, pero... nunca lo había visto sonreír así ¿Que le habrá pasado? –

.

.


/CONTINENTE ESTE/REGION JOHTO/CIUDAD MALVA/CENTRO POKEMON/NOCHE/

.

.

Al terminar aquella llamada Hadson se dirigió hacia la sala de aquel centro pokemon donde se encontraba Naomi y Amber hablando un poco.

– Hola. – saludo Hadson animoso llegando detrás del sofá donde estaban sentadas. – ¿Y God? –

– Hola Hadson, justo hablábamos de ti. – dijo Naomi con serenidad.

– Espero que sea de buena manera. – decía tratando de ser cómico Hadson mientras se sentaba a un lado de ellas. Sin notarlo el cachorro de fuego salto encima de él empezando a lamerle el rostro. – Jajaja, me atacan. –

¡N-Natsu! – dijo Amber con un tono más alto, el pokemon al oír a su entrenadora paro en seco para voltearla a ver. – No sorprendas a la gente así, lo siento Hadson-kun. –

Al oír a su entrenadora el pokemon cambio su expresión a tristeza.

– Tranquila Amber-san. – Hadson empezaba a acariciar al pokemon en la cabeza mientras este demostraba que le gusta el trato moviendo la cola animado. – Siempre me pasa en casa con los pokemon que me encuentro, supongo que soy un imán para ellos. –

– Y también modesto por lo que se ve. – terminó de decir Naomi haciendo que Hadson se rascara la cabeza forzando una sonrisa.

Oigan y si... – es todo lo que Hadson pudo decir antes de sentir un estruendo de afuera del centro pokemon, al sentirlo los tres se miraron unos a otros mientras el pequeño cachorro solo comenzó a gruñir.

¿Que pasa, Natsu? – dijo Amber confusa a lo que el cachorro igneante salió corriendo directo a la puerta, aunque su entrenadora lo llamara este no la escuchaba puesto ya estaba muy lejos. – N-Natsu espera. –

– ¿Porque cada vez que hay una explosión siempre vamos ahí? – dijo Naomi

– Mm Que se le va a hacer, admite que esto es mejor que estar con los libros. – dijo Hadson levantando los codos antes de ir tras ella dejando a Naomi pensando "Con que locos me abre metido".

Mientras más cerca estaban se escuchaba cada vez más fuerte las explosiones, con el olfato de Natsu no había rastro que no pudieran seguir, aunque en este caso no era necesario pues los grandes estruendos y la cortina de humo que constantemente se levantaba no hacia fácil pasarlo desapercibido. Al llegar a la zona Natsu vio como chocaban una y otra vez esos ataques metálicos, poco después llegaban los tres entrenadores hasta ver lo que pasaba y al verlo quedaron incrédulos, puesto Pikachu y Charmeleon combatían entre ellos.

– ¿Qué es lo que pasa? – dijo Hadson antes de que el pikachu y el charmeleon volvieran a chocar sus ataques de tipo acero mandando otra nube de polvo, pero esta vez atrapando a los tres entrenadores.

– Muy bien, chicos. Ya estamos cerca. – se oyó decir a lo lejos, en un lugar alto donde las explosiones no lo alcanzaban. – Un par de veces más y lograremos... eh? –

No pudo terminar su frase puesto vio a sus tres conocidos cubiertos de polvo y tierra mientras veían con mirada seria a God.

Esto... hola chicos. – decía God algo nervioso. – ¿Que... que hacen aquí? –

.

.

Pasado un rato los cuatro estuvieron sentados donde estaba God antes mientras los otros tres se limpiaban con lo que tenían.

– Lo siento chicos. – decía God uniendo las dos manos en forma de pedir perdón. – Creía que no había nadie aquí. –

– Bueno, por lo menos no lo hiciste apropósito. – dijo Naomi mientras se limpiaba la camisa con chaleco estudiantil. – De todos modos, dinos ¿Qué haces aquí? –

– Intentaba dominar algo que vi en el combate del gimnasio. – decía God mientras se cruzaba de brazo mientras miraba el suelo recordando aquel combate. – Recuerdan lo que pasaba con Disc y el Dodrio de Falkner? –

– Si, ambos poseían la misma fuerza física, atacaba con Pico Taladro mientras ustedes usaban la garra metal para detener el golpe. Dodrio usaba el Patada Salto aprovechando la distancia para no fallar. – dijo analítica Naomi viendo en su cabeza aquella escena de nuevo. – Por cierto, buena forma de vencerlo. –

– Esto, gracias... Bueno, lo que quiero decir es que cuando ambos ataques chocaban vi algo que me pareció muy familiar, era una clase de energía extraña que se acumulaba entre ellos. – decía God aun mirando al suelo, al levantar las caras vio a los tres algo confusos de lo que pasaba. – Mejor miren esto, lo explica mejor. –

Tomando de su bolso saco aquella libreta mostrándosela a ellos tres.

– Esta es la libreta de mi abuelo, o bueno, una de ellas mejor dicho. En esta se encuentra movimientos y técnicas que el logro dominar. En esos tiempos no existían las MTs por lo que mi abuelo anotaba la forma en aprender movimientos que no aprendería comúnmente. Ya saben, cuando necesitaba algo en específico como Golpe Roca o Fuerza. –

El entrenador mostraba página por página los métodos de cada movimiento, entre ellos estaban sustituto, nitrocarga, excavar, tumba rocas, doble equipo, vendetta y otros tantos. Naomi parecía mucho más interesada en ello viendo toda la información en aquel pequeño libro. La letra era horrible, casi ilegible, pero estaba sorprendida del oro que God llevaba consigo. Hadson por su parte leía los nombres de varios movimientos, pero no entendía las instrucciones para hacerlos.

Amber era la única que no entendía la emoción de los otros dos. Aunque era una entrenadora al portar un pokemon y estar escrita oficialmente en los registros de La Liga, no entendía mucho al respecto de esas cosas de los movimientos o cualquier detalle que ver con las batallas. Simplemente no era algo que le llamara la atención.

– Pero lo que quiero mostrarles es esto. Mi abuelo los llamaba técnicas especiales, son hechas a base de la energía de ciertos movimientos. Es loco, lo sé, también es algo complicado como para explicarlo bien la verdad aún hay cosas que no entiendo de eso pero si entiendo una cosa y vi esto en aquella vez. – diciendo esto mostro una página en específico donde mostraba aquel símbolo de la mano. – Es el movimiento especial y mi siguiente objetivo, la Mano del Cielo. –

God decía todo esto rezando por dentro lograrse explicar y que sus amigos le enriendaran, al finalizar esa oración levanto la cabeza viendo de los tres extrañados.

– Sabía que era muy pronto. – dijo God cabizbajo desilusionado pensando que había metido la pata muy temprano. En el fondo, entendía que apenas llevaba poco con ellos y sería difícil explicarle cosas así de locas sin que piensen que perdió un tornillo. Era raro que se sentía bastante cerca de ellos, pero tal vez era por el efecto puente colgante. Tras varios eventos peligrosos, se había construido a la fuerza una especie de confianza con ellos. Podía contar con sus manos las relaciones que había hecho, y quizás se había precipitado al ensenarle eso.

– Se ve… curioso. –

Fueron aquellas palabras lo que hizo salir de su mente a God viendo hacia la joven de cabellos color miel.

H-Hemos pasado muchas cosas juntos, d-digo no juntos como pareja ni nada, p-pero... – dijo Amber alzando la voz y bajándolo a lo último un poco arrepentida de haber gritado tomarse unos segundos para terminar dejando sorprendidos a los otros tres y al pokemon de fuego que estaba acostado en sus piernas. – Sé que si te necesitamos ahí estarás. –

El silencio reino por unos segundos tras haber dicho esas palabras haciendo sentir por dentro muy avergonzada a Amber por decir algo así, pero pal colmo el chico de ojos carmesíes empezó a reír.

Mentalmente la cosa se vio diferente para Amber. Era como si la risa de God fuera más alta y más rápida casi pareciéndose a la de un súper villano de comic, sintiendo que la figura de God se hacía cada vez más grande mientras se reía de ella a lo que una imagen más pequeña de ella con lágrimas en los ojos se rompía como el cristal, bueno, así lo veía ella.

– Jaja que tierna, Gracias, Amber. – dijo tranquilo God mientras volvía su actitud alegre típica de él.

El cachorro de fuego al ver la mirada de su entrenadora hipnotizada por aquel gesto, lleno de celo volteo enojado a verlo y con furia uso Lanzallamas en la cara de God (Obviamente con una potencia más baja a la de su ultima vez) sorprendiendo a todos. Rayo había saltado en los brazos de Naomi para evitar el ataque.

– ¡N-Natsu! – trato de gritar Amber regañando al cachorro quien a oír a su entrenadora bufo volteando la cabeza, mientras que God poseía únicamente su cabeza chamuscada mientras su cabello estaba hacia atrás con mirada perdida.

– ¿Alguno pidió God al horno? – dijo Hadson sarcástico.

– Hadson. – dijo fuerte Naomi haciendo entender al chico que no era momento.

– Bueno perdón, digo bromas cuando me pongo nervioso. – le respondió Hadson, mientras la chica de color miel tomando de su bolso un pañuelo grisáceo un poco gastado.

¿Estas bien, God-kun? – pregunto calmada Amber acercándose un poco a él.

– Ah, sí estoy bien, solo un poco sucio. – decía God mientras con su mano se deshacía del extraño peinado volviendo su cabello a la normalidad.

– Lo siento de verdad. – decía mientras con una botella de agua mojaba el pañuelo y se lo acerco a su rostro a lo que este por reflejo se echó para atrás. – Por favor, déjame... –

God estaba algo confuso pero al ver la expresión de preocupación en el rostro de Amber a la vez que miraba aquellos ojos, simplemente esa mirada mostraba una gran paz y sin notarlo ella se había acercado a su rostro mientras limpiaba el hollín con bastante cuidado.

(Se siente... familiar.) – pensó God mientras veía a la joven color que seguía limpiándolo. – (Supongo que se parece a bastante a Cianis, y un tanto al abuelo… raro.) –

Listo. – Amber empezaba a alejarse a lo que mostraba una sonrisa para cuando volvió a su realidad.

– Uh... Gracias. – dijo God devolviendo el gesto mientras sin ver trataba de tomar el libro poniendo sus manos donde había caído. – ¡¿Pero qué?! La libreta. – Al ver a sus manos solo pudo ver la forma de su libro pero él no estaba ahí.

Al ver a los otros dos que estaban en el lugar desde el comienzo estaban analizando aquella página de su libro.

– Mmmm… es muy difícil de leer, apenas puedo leerlo. – dijo Naomi mientras analizaba.

– Bueno, tampoco es que se entienda mucho, por ejemplo esta parte." Para usar esta técnica, se requiere una concentración formidable y plantar una fuerte base." ¿A qué se referirá? –

Tras decir esto los cuatros quedaron pensando en aquellas palabras buscando algún significado, quedando todos en blanco. Amber veía a los otros tres concentrados tratando de entender, en una mirada de reojo vio al de ojos carmesís y un recuerdo pasó por su mente.

"N-no... – trataba de decir Amber titubeando tomando la atención de los demás. –" No importa lo que pase, no volveremos a retroceder"–

– Amber... – susurro God recordando su misma frase.

¿E–Era lo que decías no? L-la dijiste m-muchas veces. – Amber trataba de calmarse más ser el centro de atención no era algo fácil para ella.

– Mmmm – pensaba Naomi mientras analizaba lo dicho. – Amber, es interesante lo que dices, puede que tenga algo de sentido. La mejor forma de analizar esto sería viendo el nuevo patrón de combate y compararlo con el anterior. –

Esto... Naomi-san, creo que no se puede, comparado con el actual Discharger no era nada, era más débil que la salpicadura de un magikarp, de verdad, sus llamas eran poderosas pero de verdad era algo molesto verlo caer de un golpe. –

Esto... Hadson. – llamaba su atención para que volteara, al hacerlo Hadson vio como en la esquina del lugar estaba sentado dándole la espalda al grupo con la cabeza baja mientras era rodeado de un aura azul depresiva. – Los pokemon en las pokeballs no pueden ver pero si escuchar. –

– (Yo y mi bocota) – pensó Hadson para luego tratar de calmarlo. – Oye, tranquilo Discharger, no lo dije con esa intención, no es tu culpa, es la responsabilidad del entrenador de cuidar y entrenar a sus pokemon, que irresponsable dejaría a su pokemon así. – hablo sin pensar, y fue corto el tiempo hasta darse cuenta de lo que dijo.

Hadson-kun. – dijo Amber ahora llamando a Hadson, al voltear vio ahora a God sentado de la misma manera que su pokemon con el aura azul rodeándolo igual. – Lo sabía. –

- ¿En serio soy tan malo? – susurraba God abrazando sus piernas junto a su pokemon. Mientras este seguía del mismo modo Amber con pikachu en su hombro trataba de consolarlos mientras el cachorro parecía confuso por el cambio de actitud.

– Hadson, mejor serias que no dijeras nada más. – decía Naomi leyendo la libreta mientras una gota de sudor pasaba por la cabeza a Hadson.

– Supongo que no tengo lengua para poesía. – termino diciendo Hadson sarcástico soltando un último suspiro. – Bueno ¿Qué haces Naomi-san? –

– Creo que ya entiendo más o menos. – decía Naomi mientras ponía su mano en su barbilla. – God, a qué edad o momento tu abuelo desarrollo este movimiento.

– Mi abuelo decía que la mayoría de los movimientos los aprendió como variantes cuando estaba escaso de recursos, pero creo que de los 30 en adelante que los escribía debido a un temor de que su mente le fallara. –

– Entiendo ¿Sabes cuál pokemon uso para crear la Mano del Cielo? –

– No recuerdo mucho de ella, la mayoría de ellas las creo utilizando en base a Namu, el umbreon de mi abuelo. – decía God tratando de recordar. – Creo que habían varias hechas en base al cuerpo del Charizad de mi abuelo. –

– ¿Pero alguna vez lo vistes realizarla? –

– No recuerdo mucho de esos tiempos pero cada palabra que mi abuelo me dijo se me quedo pegada en la memoria. Paso una vez y el recuerdo bien – decía God tratando de recordar.

.

.

.


II. Un Límite que Domar

.

.

.

– Fue una vez en las rutas del este. Por una razón salí solo tratando de alejarme del pueblo, no tarde mucho en perderme, no recuerdo si fue por coraje o no pero entre en una zona peligrosa incluso para los entrenadores avanzados, poco luego me ataco un gran Ursaring y creía que era mi fin. Ja, imagínate a un pokemon corpulento que con una Cuchillada podría haberme rebanado, para ese momento supongo que estaba paralizado del miedo. –

Al levantar la cabeza, God veía que no solo tenía la atención de los tres sino que sus expresiones mostraban asombro, incluso hasta el cachorro de fuego estaba prestando atencion.

– ¿Y luego que paso? – pregunto Hadson rompiendo el silencio y haciendo notar a God el tiempo de suspenso en que los había dejado. – ¿Y moriste? –

– Por desgracia sí, pero sobreviví. – dijo God siguiéndole el juego. – Bueno no hay mucho que decir, sigo vivo. Para mi abuelo solo le tomo un par de minutos para que me encontrara, Charizard se posó contra el ursaring pero este no importo nada y ataco con Cuchillada.

God miraba el cielo mientras recordaba aquel resplandor tan incandescente.

– Jamás olvidaré esa luz. Fue solo un segundo pero vi aquella extraña mano formada por el resplandor, no logre ver mucho hasta que la luz desapareció después fue más sorprendente. – Mirando al cielo God recordaba con nostalgia como fue salvado aquella vez. – El temible ursaring estaba en el suelo inconsciente, sabía que Discharger era tan poderoso que podía vencer a cualquiera de un golpe pero… esa vez no lo toco, fue increíble. –

Naomi veía la mirada de God perdida en la nostalgia, pero en una rápida mirada notaba a Amber abrazar sus piernas con fuerzas mientras lo escuchaba.

– Claro que me castigaron luego de eso. Estuve varias semanas sin poder ver televisión, el pataleo que arme en esos momentos, gane que mi mama extendiera las horas de estudio de 7 a 10 por día. – decía God rascándose la cabeza con una sonrisa algo forzada más tras pasar un segundo su mirada se vuelve serena junto a una sonrisa más tranquila. – Cuando recibí la libreta de mi abuelo a los 10, la Mano del Cielo fue lo primero que busque. Pero cuando vi que era incompatible con Rayo le perdí la vista hasta hace poco que el señor Destiny comento algo curioso. –

- ¿el Señor Destiny? El tipo en traje de gala, ¿no? – Hadson aun creía increíble al recordar esa persona. Estaba seguro que no era el mismo que el de televisión. No tenía sentido que de repente el invicto del Rey de la Pista estuviera en Johto de repente y metido en todo esto. Solo se mantenía con la corriente porque parecía algo que God no quería discutir, pero en verdad tenía dudas de ello.

Recordó cuando un grupo de personas uniformadas vinieron a su rescate. Le dieron apoyo y ayudaron cuando todo acabo. Fueron muchas cosas, y Hadson temía que esto pudiera llegar a oídos de su familia. Si hubiera pasado, terminaría como un hijo preparado solo para mantener su apellido en una relación política con otra familia de negocios. Por eso no pregunto en absoluto.

— "Una Mano que proteja a los que quieres", eso fue lo que dijo. No sé si habrá sido casualidad o me hablo entre líneas, pero esas pequeñas explosiones en el combate de hoy son prueba suficiente para mí. – decía God leyendo el pequeño cuaderno. – Ahora entendí que Discharger si es compatible y aunque lo hizo inconscientemente esa fue la prueba que necesitaba para saber que debía hacer Disc y yo dominaremos la Mano del Cielo. –

– Mmmm… entiendo ya eso. – dijo Naomi serena mientras veía el libro. – ¿Y estabas aquí para tratar de lograrla, me equivoco? –

– Así es. Mi abuelo decía que para hacer un movimiento ofensivo a defensivo necesitaba hacerlo de manera que cargue la energía del ataque. – dijo God tratando de explicarlo lo más brevemente posible. – De forma que no solo neutralice el ataque del oponente sino que se use contra él. –

– En otras palabras usa la fuerza de su oponente contra él. – termino de decir Naomi a quien parecía tener más interés en esa forma de aprender movimientos. – Una especie de contraataque hecho escudo. Interesante. –

– Así es, "la mejor defensa es un buen ataque"–

– Más bien es una clase de contrataque pero se puede definirlo así también. – decía Naomi mientras lo analizaba más profundamente. – Pero para hacerlo veo que se necesitaba un gran manejo de la vitalidad. – susurro pensando en voz alta son darse cuenta

– ¿Que dijiste Naomi? – Pregunto Hadson alcanzado a oír alarmando a la más serena del grupo.

– ¡No, nada! Solo pensé algo en voz alta pero no tiene nada que ver. – dijo para luego soltar una leve carcajada forzada dejando extrañado a los tres que la vieron.

– En fin, como decía, ya creo tener la manera de hacer aparecerla. Para liberar una técnica como la Mano del Cielo se debe tener una fuerza mucho mayor, intentaba con la Cola Platino de Rayo pero parece que no basta con esa, hasta este punto he llegado y aun no logro hallar el truco. –

God miraba las garras entre aquellas cintas de la lagartija de fuego se veía bastante heridas, God al ver aquellas marcas sentía frustración al no poder progresar más aún tras el esfuerzo que ponía su compañero, el ratón eléctrico fue el único en ver este sentimiento en aquellos ojos de su viejo compañero.

God–kun... – susurro suavemente Amber mientras empezaba a levantarse y tomando de su bolso se acercó al charmeleon variocolor. – ¿Puedo? –

Al oírla el pokemon supo rápido que se había dado cuenta, volteando a ver a su entrenador quien también se había sorprendido de haber visto eso, dudando un poco el pokemon estiro los brazos, la joven de cabellos miel tomando un pomo le empezó a curar con un pomo verde las heridas, luego sacaba una pequeña bola café de una bolsa llena de ellas.

Toma come esto. – dijo mientras estiraba el brazo ofreciéndole la bola, el pokemon pensando que era algún dulce lo tomo y se lo comió de golpe, un par de masticadas fue lo suficiente para luego parar en seco y su rostro se puso de color azul.

– ¿Amber que era eso? – pregunto Hadson asombrado por la reacción de la salamandra.

Es una medicina especial de mi abuelita, es Raíz energía, pedazos de hierba revivir, zumo de bayas y otras hierbas comprimidas. Son un poco difíciles de hacer por los ingredientes pero mientras el pokemon respire puede curarlo de todo. – Tras decir eso el pokemon iba a escupir.

Ni lo pienses. – dijo Amber de forma completamente diferente a su típica forma de ser, aquella expresión seria en sus ojo no sabía porque pero había algo en ella que lo obligaba a a obedecer tragándolo de mala manera.

Ves no fue tan malo. – dijo Amber mostrando una sonrisa tierna con un leve sonrojo, los que veían aquella escena vieron la expresión cómica que tenía, sus ojos se había puesto como platos, mantenía el color azul de su rostro pero ahora de su boca parecía salir su espíritu pareciendo estar inconsciente.

– Claro... – dijo God mientras forzaba una sonrisa. – ¿Cómo te sientes Disc? – Al decirlo la salamandra se agito y volvió a su intrépida actitud. – Muy bien continuemos, donde nos quedamos, Rayo. – Dicho esto God se levantó animado con entusiasmo, al oírlo Rayo se levantó preparado en cuatro.

Dicho esto ambos pokemon tomaron distancia y se prepararon para cualquier orden.

– Adelante Rayo usa... – iba a decir God pero había sido interrumpido por una fuerte luz anaranjada, fue pocos segundos en lo que una gran llamarada pasaba por su lado en dirección de ambos pokemon siendo esquivadas por poco, al voltear pudo ver que el cachorro igneante.

¡N-Natsu! – Grito Amber con su tono tímido pero mostrando seriedad. – ¿Qué haces? –

Al oírla Naomi vio al cachorro y su verdadera intención, tomando las dos pokeballs de su cinturón las lanzo al aire saliendo dos de sus pokemon.

– Nitro Bote contra Charmeleon y Wrecker usa pistola agua. – Obedeciendo a su entrenadora ambos pokemon atacaron a la vez a la salamandra mientras este por reflejo utilizo la garra metal como escudo recibiendo ambos ataques ocasionando una explosión menor.

– Naomi tú también... – pregunto God confuso.

– Esto es lo que necesitas God, decías que la fuerza de Rayo no era suficiente, así que por hoy te prestare la fuerza de estos dos. – dijo Naomi con un tono retador en su voz, aunque intentaba ocultar su intención era muy obvia para el entrenador de ojos carmesíes que solo esbozo una sonrisa con un último pensamiento. – Tratemos de hacerlo juntos, si te parece bien. –

– (Gracias Nao) –

Amber observaba con ojos llorosos creyendo las palabras que había dicho Naomi.

Naomi-san, que gran gesto de amistad. – decía Amber con un tono sentimental, al ser Hadson el único que lo oyó pero mantenía una mirada seria tras escuchar la anterior conversación.

– God necesita un rival para darlo todo de sí. – decía Hadson viendo la pokeball en su mano para luego apretarla. – Si eso necesita pues... Me volveré su rival. –

Hadson salio corriendo al centro pokemon, el único capaz de verlo fue el igneante que vio cómo se iba curioso. Entrando rápido al centro pokemon el entrenador fue directo al Pc y entrando en su cuenta vio los objetos que tenía almacenados, entre ellos se encontraban pociones, despertares, antídotos, repelentes y otros objetos. Buscando entre estos encontró un objeto poco común en esa región.

– Aquí está, el regalo de Melodía, Chaleco Asalto. – dijo mientras seleccionaba el objeto y buscaba otro. – Donde están~ Donde están~ Vamos ya~ Donde están! – cantaba mientras con esfuerzo buscaba hasta encontrarlos, en el monitor aparecía el nombre de "Caramelos Raros" con un número total de 5.

Moviéndolos rápidamente Hadson paso estos a una clase de plataforma para tomarlos y apareció una opción de "Deseas colocar estos objetos en tu inventario" y tras ellas estaba las opciones si y no, poniéndose encima del si Hadson dudo un momento de hacer esa acción, había costado bastante tiempo recolectar esos objetos y un gran esfuerzo y suerte aparte para tenerlos, gastarlos era preciso pero recordando el motivo oprimió el botón.

En el PC salió una clase de luz en un mostrador donde aparecieron los 5 caramelos raros y el enorme chaleco asalto.

– Muy bien, ahora lo que falta es... – dijo Hadson hasta que recordó que eso último no estaba en su inventario ni en sus objetos almacenados, sino que se lo había dejado a alguien más.

– Supongo que no tengo opción. – dicho esto coloco la opción de llamada y buscando entre sus contactos llego a él y tomando un respiro toco para llamar.

Los segundos para el pasaban lentos, hacia un largo tiempo desde que no hablaba con aquella persona y la última vez no había sido la mejor situación de todas, dudaba de lo que pasaría más lo necesitaba

– Cálmate, Hadson, cálmate. Es solo tu hermana, solo cálmate, actúa natural y recuerda porque haces esto. –

Para cuando volteo vio que ya había comenzado el video llamado.

– Hola Hadson. – se escuchó una voz femenina con tono serio, tomando un último antes de contestar dio vuelta y colocándose bien los lentes miro con seriedad a la chica. – Tiempo sin verte, querido hermano. –

– Hola, Atenea. –

III. Una hora más tarde...

Llegando al centro iban los tres entrenadores directo al mostrador donde se encontraba la doctora con una revista.

– Hola bienvenidos al centro pokemon ¿Qué puedo hacer por... – iba a decir con una sonrisa la doctora más al ver que cada uno llevaba a un pequeñín bastantes cansados tanto que todos a excepción de Rayo que se mantenían despierto por voluntad estaban noqueados y no eran los únicos pues el God también iba medio muerto con heridos en brazos y piernas.

– Digamos que fue un día algo intenso. – dijo God con una sonrisa en su rostro. Tras un rato y entregado todos los pokemon ellos pudieron ya tranquilizarse.

– God. – lo llamo la doctora. – Tienes una llamada del profesor Boreal. –

– ¿Del profesor? – Al oírlo rápidamente fue al aula audiovisual apresurado.

...

– Ya veo, me alegro que hayas obtenido tu primera medalla. – dijo el profesor alegre por el logro del chico. – Me recuerda cuando tu hermano la obtuvo hace años, estuvo igual de contento que tú en este momento. –

– Si, aunque la verdad es muy diferente, el mismo día que llego a la ciudad la gano, a mí me tomo más de una semana. – decía God rascándose la cabeza con un sonrisa algo avergonzado.

– Tampoco te desanimes, es diferente este tiempo a el que tu hermano se enfrentó a su primera liga. – dijo el profesor tomando la atención del chico ojos carmesíes. – Cuando tu hermano gano el título decidió renovar por completo La liga incluyendo a los líderes, en otras palabras sus niveles de poder aumentaron considerablemente a lo que era antes. –

– Y lo que quiere decir es... – De la cabeza de God tres puntos salían mientras tenía los ojos rasgados, con esta actitud Boreal bajo la mirada suspirando.

– Otra cosa que te pareces a tu padre al parecer. – dijo con una sonrisa forzada. – Me refiero a que el Falkner de ahora es más fuerte al que se enfrentó Neil, tienes el camino más difícil que recorrer, pero sé que puedes hacerlo. –

– Si lo sé, gracias profesor. –

– Y dime ¿A dónde te dirigirás ahora? –

– Mmmm La verdad no lo he pensado, Amber-san me ha dicho que podemos pasar rápido por la ruta 36 e ir a Ciudad Iris o a la Capital de Johto, ciudad Trigal, tal vez vaya con Naomi. –

– Es que tengo un favor que pedirte. –

– Un favor? Claro ¿Que necesita? – Al haberlo dicho la expresión del profesor cambio a una más seria.

– ¿Aun tienes contigo la Linkball? – pregunto el profesor Boreal seriamente, al oírlo el chico asintió mientras que de uno de sus bolsillos sacaba la pokeball extraña que se le había dado.

– Siempre la llevo conmigo. – decía mientras se la mostraba. – Profesor, tengo muchas preguntas que hacerle acerca de ella–

– God, escúchame, tengo algo que decirte. – dijo Boreal exaltado al ver que la pokeball extraña cambio su amarrillo oro a un tono más oscuro. – No vuelvas a usarla otra vez, es peligroso. –

– Pro–profesor... – fue lo único que pudo susurrar al ver la expresión del otro lado de la video llamada. – ¿Por... que... -


/SINNOH/CIUDAD CORAZON/NOCHE/

En un extenso laboratorio se encontraba una mujer aparentando los 18 años, estando en un proyecto paro un momento quedándose atrapado en sus pensamientos recordando lo que había pasado hace un rato...

– ¿Entonces al final usaras la piedra lunar? ¿Estás seguro que quieres que te la mande? – preguntaba ella a un chico de cabello oscuro con leves reflejos azules. –

– Así es, por favor te lo pido envíamela. – dijo Hadson con un tono de voz formal y seguro mientras veía los fríos ojos de su hermana, tardo unos segundos para dar su respuesta viendo hacia arriba del monitor.

– No. – termino diciendo ella.

– P-pero ¿Por qué no? –

– Hadson, me pediste bajo cualquier argumento que te cuidara la Piedra de tu Madre hasta que de verdad la necesitaras. Tras lo que me dijiste para lo que la necesitas pienso que estas desperdiciándola y no es de gran importancia. –

– Pero... –

– Entiéndelo, querido hermano. la piedra lunar es una objeto muy valioso como para desperdiciarlo solo por un combate contra un novato, Lady Hera no hubiera querido que derrocharas el regalo de cumpleaños que te dio. Recuerda que si estuviera aquí ella... –

– ¡Pero mi madre ya no está aquí! – grito con fuerza Hadson dando un fuerte golpe al mostrador del PC, sin notarlo su cabello perdió la forma despeinándose y sus lentes se cayeron al suelo.

El chico era conocido normalmente por intentar mantenerse a raya de todo, no le gusta meterse en conflictos innecesarios y por lo tanto habían muy pocas vez que lo habían hecho enojar así, pero hablarle de su familia era ya bastante daño para él, pero mencionar a su madre era la gota rebasaba el vaso.

Respirando más rápido el chico trataba de calmarse, sin notar que aquella chica cabellos amarillos enrollados se había mantenido en silencio viendo la extraña reacción de el para ella.

Se... que ella se fue, lo sé, lo he sabido estos dos tontos años pues siempre despierto deseando que todo... sea un sueño, pero sé que no puedo mentirme. – decía con la cabeza abajo en un tono más bajo. – Sé que para ti... es un desperdicio lo que quiero hacer, pero ella me dijo que siguiera mi camino y diera todo de mí. –

La mujer del otro lado se mantuvo callado ante los vividos ojos azules del chico que rondaba por los diez años.

– No sé qué pasara pero si quiero volverme el mejor debo probarme a mí mismo. – dijo Hadson levantando la mirada asombrando por un momento a aquella joven mujer. – Eso es lo que quiero hacer. –

Pensando sentada en aquella silla vio por la enorme ventana que había en el laboratorio.

– (Jamás lo había visto actuar así. Esta… más avivo que antes). – pensaba aquella joven hasta oír el gruñido suave de un pokemon. – Ya suficiente tiempo perdido, tengo que volver a trabajar. –

Pasando a otra habitación un recuerdo en su cabeza la hizo parar en seco manteniéndose así por unos segundos.

– Hadson... – dijo con la mirada baja con una mirada seria. – Que habrás pasado para que esa luz en tus ojos volviera... –

.

.

.

.

En la ruta 32 se veía como un grupo de pokemon eran lanzados unos metros de distancias, dando una fuerte patada al rattata, Nidra dio una segunda mandándolo a volar debilitándolo. Se notaba que habían estado ahí un largo rato, pero valió su fruto cuando un halo de luz empezó a rodear a Nidra, al ver aquella luz Hadson sonrió.

– Paso uno completo. – dijo serio Hadson a lo que miraba el objeto que tenía en su mano. – Ahora paso 2. –

.

.


/CENTRO POKEMON/DIA SIGUIENTE/MAÑANA/

.

.

.

.

– ¿Que? – se escuchó en la salida el grito de God. – Hadson no está. –

– Así es, no lo he visto desde ayer y me preguntaba si lo has visto. – decía serenamente Naomi aunque en su rostro se mostraba preocupación.

– Esto es malo, no sé dónde está tampoco. – decía God tratando de recordar, sin notar su presencia el growlithe le lanzo un Lanzallamas pequeño al rostro de God dejándolo chamuscado de nuevo sorprendiendo a esos dos, tras esto empezó a ladrar sin parar, para luego salir por la puerta del centro.

– Ya entendí, God vamos. – dicho esto Naomi tomando del aun ciego de la mano empezaron a correr siguiendo al cachorro.

Naomi que demo... –

– Tenemos que seguir a Natsu, él debe saber que pasa. – dijo Naomi mientras aun seguía al cachorro de fuego.

Llegando a una zona más bosquejada el pokemon tipo fuego paro llegando al lugar que quería llevarlos, en el sitio había un campo de combate y del otro lado se encontraba Hadson, o mejor dicho, lo que quedaba de él.

– Hadson? – decía God animado de verlo mientras se acercaba a él, este solo levanto su rostro mostrando una mirada seria.

– God. –

La mirada de aquel chico era diferente al menos para el ojo carmesí, en esos azules parecía que en lo muy profundo de la pupila veía algo raro, en donde antes había visto un vacío cuando lo conoció vio al menos por un segundo un destello de luz. De su mano expandió la pokeball y apuntando con ella al chico de ojos carmesíes.

Te desafío. –