I. No más Frio.
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La Cueva Unión, antes conocida como un lugar pacífico y bello que era usada para pasar desde Ciudad Malva hasta Ciudad Azalea. Se suponía que era una zona tranquila donde entrenadores novatos podían entrenar un poco a sus pokemon, y ganar experiencia combatiendo contra pokemon salvajes de la zona.
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Ese era el plan planteado por los entrenadores que pasaban por la zona en búsqueda de cumplir sus metas y ese sitio era solo un lugar más de paso, pero los pokemon de esta no estaban de acuerdo con esta forma de vivir. No iban a aceptar más que los humanos siguieran usándolos como si no valieran nada, invadiendo sus hogares y atacándolos sin compasión algún. Todo por ser el mejor, mejor que nadie más. Por ello los pokemon, quienes han sido usados para pelear entre hermanos, estaban liberándose de esos invasores de su hogar. Si sabían que existían, entonces muchos otros vendrían. Debían eliminar a los invasores. Era la única opción.
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Un gran impacto entre el metal y la roca retumbo el sitio. El Golem al ver que la fuerza bruta no estaba a su favor tratando de alejarlo con un lanzarrocas, pero este mostrando una mayor habilidad y con un movimiento rápido con su cola impacto una de las piernas haciéndolo perder el equilibrio. Terminó con un Tumba rocas y haciéndolas estallar el Onix rugió de la emoción esperando la siguiente orden de su entrenador.
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Era la primera vez para Zeke ver actuar de esa forma a su pokemon. Rugía con euforia, atacaba con mucha más fuerza, e incluso sus explosiones parecían ser más potentes. De alguna forma, Zeke estaba sorprendido de ver a su antiguo pokemon tan vivo como si fuera la primera vez en años con el que parecía feliz de lo que hacía. Era… Era contagioso.
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Varios gravelers atacaron con desenrollar tratando de asistir en su ayuda, pero el charmeleon con dificultad paraba a cada uno con un nitrocarga en el costado. El kadabra con la orden o "sugerencia" de God se teletransportaba a lado del graveler parado por el charmeleon y tocándolo usaba el teletransporte de nuevo para llevarse con él al graveler y aparecían en el medio de un lago. El plan del cazador funcionaba a la perfección. Este consistía en que mientras el distraía al Golem. El entrenador debía encargarse de los gravelers uno por uno siendo que el charmeleon los detenía y el kadabra los teletransportaba al peor lugar posible para ellos, al agua.
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El kadabra se teletransporta por un segundo encima de algunos de los lagos del sitio y regresaba a apoyar al kadabra dejando el resto a la gravedad. Por obvia razón, los gravelers al caer al agua se sumergían pues su cuerpo era completo de piedra. Un gran método para deshacerse de la basura en palabras del cazador. God no se sentía contento con este método tan excesivo, pero se sorprendía de lo efectivo que era este plan. El plan de Zeke era simple pero efectivo, tal que God estaba impresionado de lo fácil que era terminar con grupos grandes tan rápido y sencillo que Zeke parecía tararear.
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El Golem impactando con fuerza usando cuerpopesado logró hacer retroceder al Onix, pero el daño no fue suficiente para que el Onix le regresará el ataque junto a un Doble Filo. Desesperado, el golem solo podía ser arrastrado sin hacer nada ante la gran fuerza del Onix dorado. Llegado hasta la costa el golem sabía que no podía solo contra este, y desesperado rugió en búsqueda de ayuda.
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Nadie respondió a llamada de auxilio.
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No entendiendo porque el golem buscaba con su mirada a sus aliados sin fruto alguno, hasta ver como un graveler desaparecía junto al tipo psíquico.
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¿A dónde los había llevado?
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Mientras que en otro lado donde unos pescadores tranquilamente pescaban junto a la paz y serenidad del agua, pero de pronto un Gyarados furioso salió aterrando el lugar, listo para atacar a un pescador de una alta edad que estando muy concentrado en sus asuntos (z... Z... Z...) no notaba el ataque del temible gyarados.
— ¡GYAAAAAAA! ("¡Por fin, luego de todos estos años burlándose de mi salpicadura y mi bajo nivel, es hora voltear la vuelta a todas las cartas los humanos nos creen peor que escoria diciendo que ha sido un milagro que nosotros, los magikarps, hayan sobrevivido! Estúpidos humanos inconscientes, nosotros somos los reyes de este mundo y pronto nuestra resurrección como los monarcas de todo cuando inunde de nuevo con el agua del mar toda la tierra, Jajajajaja!"). — se decía a Sí mismo el enorme pokemon tipo agua. — Tiemblen humanos, ahora que ha evolucionado el magikarp más débil del Lago Furia tras un largo viaje, los hará pagar a todos por su insolencia. —
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Ya viendo al humano que parecía haberse quedado ante su presencia lo tomo como un reto ante su gran poder.
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— (Admito que admiro su gran valor, pero todo comenzara paso a paso. Así que tiemblen humanos, tiemblen ante el Salpicar más fuerte del Mundo, NO Del UNIVERSO, JAJAJAJA SOY INVENCI...) —
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No pudiendo terminar su discurso recibió el gran graveler encima de su cabeza siendo muy eficaz.
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—...Blef... —
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Cayendo al agua debilitado y apenas pudiendo ver logro ver aquella estrella rosada en la frente del kadabra sin saber que paso, con el impacto de su cuerpo en el agua levanto una cierta cantidad despertando al pescador suavemente unas gotas, y colocándose sus lentes el cazador vio que la luz del atardecer junto al agua creo un arcoíris embellecedor junto a la propia naturaleza.
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— Vaya… que bello paisaje. No todos los días se puede disfrutar está tranquilidad. — Decía el viejo pescador con una sonrisa llena de paz, recogiendo sus cosas el pescador se diría a casa viendo que estaba y el día pronto acabaría.
— Gggrrrr (Al… algún día… humanos, algún día… salpicare en su sangre, y me volveré el Rojo Alfa, algún día… —
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De vuelta en la cueva...
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El quagsire disparaba varias bomba lodo como si fueran balas mientras el croconaw corría a ciegas pero sorprendentemente no lo golpeaba ninguna. No sabían si era porque el croconaw sabía que no les caerían o era que el quagsire solo no apuntaba y solo lo atacaba por diversión. Ya de cerca el croconaw iba a usar arañazo pero el quagsire bailando esquivaba cada ataque y con un portazo lo hizo retroceder golpeándolo en el estómago.
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— ¿Wrecker, estas bien? — pregunto Naomi. El croconaw sacudiéndose un poco y golpeando con sus garras sus mejillas para reaccionar. Viendo que el ánimo de su pokemon no disminuía le alegraba a la joven, pero al mismo tiempo veía que aún tras el aumento de nivel de Wrecker este parecía no poder ganarle en fuerza. Por ello la joven debía planear algo para hacer el peso extra en la balanza y ayudar al tipo agua puro. — (Quagsire es un pokemon de gran fuerza física pero su velocidad deja que desear y los ataques físicos no bastan para vencerlo. Más que eso, no veo otro punto abierto, al menos que...) —
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El croconaw esperando sus instrucciones recibió un fuerte portazo hiriéndolo, pero estando suficientemente cerca como para poder ser atrapado por el colmillo hielo del tipo agua puro. Naomi logró ver mejor lo que suponía, el hielo empezaba a esparcirse por la zona donde lo mordió. Ese dato le bastó para poder planear su siguiente jugada, y con mirada sería más el apoyo de su pokemon se determinó a terminar con esto.
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— Wrecker, lánzalo como antes con el Golbat al Gran Lago. Salta y usa pistola agua. — dicto la amatista con un tono demandante.
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El cocodrilo apretando con más fuerza al quagsire arrastrándolo y quitándole el equilibrio, empezó a usar mayor fuerza haciéndolo girar cada vez más rápido.
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— Tal vez sea más grande y fuerte, pero las piernas y la mandíbula de Wrecker se fortalecieron al evolucionar. Con un eje bajo y una fuerza continua que va aumentando al punto de liberarlo este ejercerá un buen daño. —
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El croconaw empezando a dar vueltas llevando al quagsire a un pequeño paseo para él. Al tener suficiente fuerza el tipo agua puro lo lanzó con dirección hacía el gran lago de varios que los rodeaba. Al quagsire cayó al suelo, el croconaw dando un salto disparó su chorro de agua a baja presión empapando al quagsire que trataba de detener el chorro con sus patas.
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— ¡Ahora, Colmillo Hielo! —
Al oír esas dulces palabra, una luz brillo en los ojos del tipo agua puro. Saliendo disparado en contra de su compañero de juego mordiéndolo en su brazo y pasando lo que debía pasar, su cuerpo empezaba a congelarse velozmente. Una reacción elemental del agua con el hielo; congelado.
— (Con su nivel temo que no puedo derrotarlo, pero eso no significa que no haya otro método de sacarle de mi ecuación, como por ejemplo dejarte frío sin poder moverte). — decía Naomi de manera algo seca refiriéndose al congelamiento. — El estado sólido se basa en que las moléculas de agua que te rodean ante una baja temperatura son atraídas entre sí mantenidas en este estado como una materia sólida. Cualquier materia que este debajo de esta queda incapaz de moverse. Aunque no sea tan grueso me da suficiente tiempo para detenerle. —
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El Quagsire rápidamente quedó congelado mostrando sorprendido, pero con una sonrisa al ver algo nuevo. Un bloque de hielo sabor quagsire ahora se encontraba saboreando el croconaw. Hasta que la orden de la joven amatista le hizo tomar la gran paleta helada, mostrando su gran nueva fuerza levantándola fácilmente, y empezando a caminar hacía el lago.
— Amber ¿Podrías ayudarme? Wrecker lo lanza y tú lo congelas con Rayo Hielo. —
— Esto... Pequeña ¿Podrías? — le preguntó la joven al tipo hielo/agua quien con un poco de valor asintió temerosa. — S-sí, estamos listas. —
— Bien, lánzalo Wrecker y Pistola Agua. —
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Con toda su fuerza y como si fuera el lanzamiento de pesas, el bloque de hielo salió volando. La Pistola Agua y el Rayo Hielo chocaron con el bloque. Con el frío del rayo hielo, el chorro de agua se empezaba a solidificarse haciendo el bloque más profundo dejando al quagsire frío. Lo pasado luego ya no importó.
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El Rayo hielo era conocido como uno de los ataques de tipo hielo más fuerte y uno de los mejores movimientos, una MT muy difícil de hallar para los novatos pero una gran carta para gente con experiencia en los combates. En general este ataque funciona como un lanzallamas inverso, los pokemon sueltan una llama gélida a miles de grados bajo cero que puede hacer bastante letal con su efecto de hipotermia en los pokemon, y mucho más letal en los humanos.
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El contacto con este tipo de movimiento es tan peligroso incluso si se recibe por unos segundos pudiendo dañar gravemente el tejido corporal. El contacto continuo con esta llama puede expandir el daño a una escala superior, y en ciertas ocasiones... puede que la misma energía se acumule y forme un fragmento de hielo sin importar que este atraviese a un cuerpo físico, o en este caso al quagsire.
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Apenas pudiendo ver lo que paso la joven color miel se tapaba la boca al ver como un fragmento de hielo atravesó al tipo tierra sin piedad alguna mientras a su alrededor empezó a crearse una capa de hielo que iba expandiéndose mientras caía al agua. La joven trataba de detener a la pequeña Lapras pero al ver noto que sus ojos estaban brillando con un tono azul celeste.
— Pequeña... — la joven tratando de calmarla la acariciaba, pero cada vez sentía como la piel de la lapras se sentía más helada empezando Amber a meter sus manos en los cálidos bolsillos de la chaqueta, ella veía que de los ojos iluminados de la lapras salían un par de lágrimas.
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Varios zubats fueron a ayudar al quagsire siendo su mayor posibilidad de ganar, pero fueron congelados convertidos en bloques. Uno de ellos cayó cerca del combate del entrenador tomando su atención, y para cuando volteo a ver lo había pasado vio un gran fragmento de hielo parecido a un iceberg.
— ¡Carajo, es gigante!— dijo God dando un paso atrás, tanto el kadabra como el charmeleon al ver esto dieron pasos atrás y esperaban nuevas órdenes. — Es... asombroso. —
— Es ella... De verdad es hija de ella. —
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Zeke sudando frío observaba como aquel Rayo hielo creaba aquel gran bloque de hielo, recordando como aquel Rayo hielo hace mucho tiempo casi lo congelaba a él por error al estar en fuego cruzado y apenas salvado hace mucho por otro entrenador. Aquella luz celeste que desprendía le recordaba ese momento en que casi moría, un mal recuerdo que quería enterrar y ahora tenía la oportunidad.
— Hay que acabarla también. —
— ¡SI! Espera, ¿Qué? —
— Es un peligro que este aquí, acabaré con ella antes de que tenga la oportunidad de hacer lo mismo con nosotros. — Zeke estaba listo e iba a ordenarle al Onix que atacará a la pequeña lapras, pero la mano con un apretón fuerte en su hombro lo detuvo. Al voltearlo a ver a God ante aquella idea su mirada cambio rápido.
— Ni se te ocurra pensarlo. Deja que Amber se encargue de ella. —
— Es la hija del Alfa que casi me mata hace años y tiene sus mismas habilidades. No me arriesgare al round 2. —
— ¡¿Y me dices idiota a mí?! — Tomándolo de la polera que usaba el cazador por el cuello, el entrenador acerco su rostro enfurecido por la hipocresía del cazador. — Un cabeza dura como tú debería entenderlo. No por ser diferente o de cierto grupo hay que juzgar sin conocer. —
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La mirada en los ojos del carmesí sorprendió como sus ojos reflejaron ese brillo que el cazador detestaba ver, puesto en su reflejo pensaba igual que él.
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— Suéltame. — Zeke se liberó volteando a ver lo que pasaba tardando unos segundos para responder. — ¿Seguro que ella se encargará? —
— Debo hacerlo, por algo es mi compañera. —
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La joven viendo que la lapras no mostraba índices de detenerse trato con sus manos mover la cabeza de la lapras para que no siguiera con aquel ataque, pero el rayo solo se desvío golpeando a un grupo mayor de los zubats desorientando a los demás y casi congelando a la joven si no fuera por la respuesta inmediata del beedrill que detuvo por un momento detuvo el rayo hielo con un taladradora apenas saliendo al final.
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Al ver esto, Wrecker disparó su pistola de agua para detener a la lapras, pero como si no fuera nada esta solo mojó a la pokemon para luego ser absorbida por su piel. Absorbe Agua hacía su efecto.
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El rayo hielo seguía su curso congelando sin que la Lapras pudiera controlarse. Grandes pilares de hielo empezaban a brotar y la temperatura del lugar disminuía haciendo peor la ocasión. El mismo Onix se distrajo al ver que el rayo hielo pasaba por enfrente de ellos, pero el Golem no desaprovecho esta oportunidad y por el miedo al ver aquel ataque de nuevo rodó a un lugar lejano.
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Con lo que podía la joven movió la cabeza de la lapras, pero esta no logró detenerla por mucho tiempo y tratando de sujetarla mejor sujetó por error su cuerno, y como efecto secundario aquel brillo en los ojos de la lapras apareció en los de joven color miel. Esto preocupó a God que notó el detalle. La joven tomándose de la cabeza empezaba a sufrir un fuerte dolor de cabeza. Sentía una gran presión en su cabeza al punto de que por el dolor un par de lágrimas empezaban a salirse, pero parte de estas eran por aquellas nuevas descargas en su cerebro.
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Imágenes llenas de sentimiento pasando por su cabeza le empezaba a doler aún más. Aquellos recuerdos de ella y su madre desde el más dulce y cariñoso al más frío y solitario pasaron por la mente de la joven. Por un momento la joven pudo ver recuerdos de la pequeña hija de la Alfa y su madre, como pequeños destellos la joven pudo entender lo que sentía la joven. Por un segundo sintió el dolor de ella y lo tomo como suyo.
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— Pequeña... — Las lágrimas no se detenían recordando ese dolor y sintiéndolo como suyo. — Has estado todo este tiempo sola... —
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Las lágrimas de la Lapras se empezaban a detener, el sentimiento de tristeza y enojo al ver a esos sujetos empezaron a desaparecer todo signo de inocencia que esa pokemon tenía en su joven corazón. La inocencia de una niña se perdía de sus ojos, todo por un conflicto que ella no tuvo que ver pero igualmente estaba pagando el precio. Ella perdía todo...
— Te lo prometo... no te dejaré estar sola otra vez. —
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Amber no la dejaría caer en eso. Como hizo con el entrenador, paso sus brazos alrededor de su gran cuello y con fuerza se acurruco contra ella, la Lapras sintiendo ese calor recordaba este calor junto a ese sentimiento de estar protegida. Esos brazos que le rodeaban se lo recordaban, ese calor maternal.
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Los ojos azules de la Lapras volvieron a la normalidad pudiendo verse como la Lapras no aguantó el llanto más tiempo y se resignó a recibir el gentil abrazo de la joven.
— Esta bien, pequeña... no te preocupes, ya no tendrás más frío. —
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II. Pensamientos Transparentes.
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Zeke veía asombrado como el pokemon que estaba errático ahora estaba siendo calmado con solo palabras. No trampas de red o eléctricas, no cebos envenenados para atraerla, no bombas somníferas o balísticas que usar. Solo vio como un abrazo la logró calmar. En cierta forma, estaba molesto que lo estuviera tan fácil mientras que él le costaba un huevo y la mitad del otro en hacerlo. Era envidia, o frustración. De cualquier forma, solo pudo suspirar con cierto recelo.
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Un gran estruendo en la cueva empezó a hacerla retumbar. Varias rocas del techo empezaron a caer. Varias casi golpearon a las pokemon que se encontraban en el sitio. La atención luego de aquello se basaba en buscar una salida rápida al lugar. Zeke usaba su escáner y encontró la salida de ese sitio más cercana, aunque no notó que casi le caía una gran roca encima de él. Solo pudo ver como un gran destello del color cobalto a su costado lo deslumbró por unos segundos.
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Al recuperar la visión tuvo que reiniciar su visor por un gran defecto de este, pero al ver al entrenador notó que estaba parado haciendo una extraña pose. Con el pie derecho al frente y el izquierdo atrás y con su mano derecha extendida con la palma apuntándose aparte de usar la mano izquierda en su antebrazo.
— Ese destello... — Recordando lo que paso en el Edificio Abandonado reconoció ese destello cuando lo habían salvado, y según lo que parecía lo había hecho de nuevo. — ¿Cómo hiciste eso? —
— Un pequeño gran amigo me ayudó a echarle una mano. — God era una persona que tenía en mente las cosas buenas, y el entrenar aquella técnica terminaba recordándole ese combate de antes. Le estaba agradecido por ayudarle con lo básico. — Ya te contaré luego, hay que parar esto. —
— La cueva es estable según el escaneo. Esto lo debe estar haciendo un pokemon, de preferencia uno fuerte. —
— ¿Y a donde se fue el Golem? —
— Ese cobarde al no poder con nosotros ahora, abandonó a sus aliados a su suerte para acabar con nosotros. Que cobarde. —
— Creo que no eres el adecuado para decirlo. —
— Resolveré nuestra pequeña novela después. Ahora enfoquémonos en esto. — decía el cazador retirando el visor al no funcionar. — Para que la estructura del sitio se dañe debe estar golpeando zonas específicas que sostienen el techo. —
— Corta la cabeza y el cuerpo morirá pero al revés. — dijo el azabache buscando con la vista al golem no pudiendo encontrarlo. — Ni modo, debemos buscarlo. —
— Oye, ese kadabra puede hacerlo. Tiene la habilidad de teletransportarse sintiendo la esencia del pokemon o entrenador. — decía el cazador preocupado de que otro pedazo del techo le cayera encima. — Solo pídele que nos transporte afuera de este sitio. —
— O podemos enfrentarlos, vencer al golem, salir de aquí y llegar para la cena. — Llamando a ambos pokemon que se habían quedado viendo todo les explicó lo que deseaban hacer y que se encargarán ahora del golem.
— Enserio te gusta ir por el camino difícil ¿Verdad? —
— Shhh, se está concentrando. — le calló el entrenador viendo como el kadabra buscaba mentalmente al golem, al encontrarlo estiro su mano al charmeleon y este otro le dio la garra al entrenador. — Vamos. —
— Tchh, como sea. — Regresando al Onix a su pokeball puso su mano en el hombro del entrenador rápidamente, y de un momento a otro se desvanecieron en la luz.
— ¿Pero si son tontos? ¿A dónde van? — la voz de Naomi fue lo último que se pudo escuchar antes de que el beedrill usara un dobleataque en uno de los gravelers que los estaban atacando. El croconaw disfrutaba haciendo una sopa con sal de gravelers con su pistola agua para devorarlos con su colmillo hielo. Ambos pokemon estaban decididos a cuidar a la joven amatista y a acabar con todos los gravelers. — Chicos, siempre dejan a la chica a cargo de todo. —
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/CUEVA UNION/PROFUNDIDAD/
El aire espeso y carente de frescura que había en el lugar se hacía presente en la oscura mazmorra, aquel oscuro sitio imposible su acceso para los humanos y ciertos pokemon. Solo unos pocos que podían resistir estar en aquel sitio se veían rodeados de aquella sombría sensación que podía enloquecer a cualquiera en estar en ese espacio oscuro. Apareciendo en un haz de luz rosada, el medio grupo cayeron todos al suelo a excepción del cazador.
— Bueno... no fue tan malo. — Jadeando el cazador veía el sitio. — Este sitio me es parecido. —
— Brruaaaaar. —
— Si... lamento eso. Olvide mencionarte que el teletransporte puede tener efectos secundarios como el mareo y una jaqueca. — decía el cazador arreglando su visor. — Es temporal, aunque no te recomiendo comer por hoy. Claro que si quieres ver como es la mayor técnica de porristas para su dieta te recomiendo una ensalada de frutas. —
— N-no me digas… brrruourr... — el entrenador no podía con el mareo mientras su charmeleon le daba palmadas en su espalda mientras se cubría su nariz. — Es peor que volar en Volcara con mamá... —
— Deja de quejarte, recuerda que tú querías esto. Ahora hay que sacar al Golem de aquí, este sitio me da escalofríos. —
— Dame un respiro. — levantándose de un salto el entrenador se estiró al sentirse aturdido aún por aquel "viaje psíquico". — ¿Dónde estamos? —
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Viendo el sitio con más cuidado el azabache se acercó a una de las viejas paredes, colocando su mano notaba que la misma pared parecía que esta había sido modificada y sintiendo la forma de los tallados en la roca le recordó cómo eran la otra vez en la Ruinas Alfa. Dando unos pasos arrastrando los pies buscaba un pedazo de madera que usar como antorcha.
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— Oye genio. — el cazador prendió una linterna cegando un segundo al entrenador con su luz y lanzándole otra. Sin decir nada más el entrenador solo la tomó y la apunto contra el muro.
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Extraños símbolos de las paredes eran lo único que se veía a donde mirarán en ese cuarto oscuro, esos extraños símbolos el entrenador los había visto antes en las Ruinas Alfa, pero al tocarlos este solo sentía como el pelo de su nuca se erizaba al sentir esa extraña estática.
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— Esta sensación y estos símbolos... son como en la Cueva Unión. — decía God tratando de recordar lo que había pasado.
— ¿Sientes algo? ¿Cómo escuchar un fuerte latido mientras tu cuerpo esta entumecido en cada músculo de tu cuerpo? —
— Es más fuerte que un dolor de cabeza, eso te lo aseguro. — decía el chico medio confuso pero trataba de reencontrar esa sensación de antes hasta darse cuenta de la clara explicación que le había dado. — ¿Y tú como sabes eso? —
— El Señor D me comentó algo de esa pubertad tuya. Eres muy interesante. — dijo dando un golpe suave en su brazo. — Muévete, hay que sacarlo de aquí cuanto antes de que este sitio se caiga abajo. —
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Los temblores se hacen más fuerte con más se acercaban al sitio. El entrenador tenía dudas de lo que sabía el cazador tras saber aquel último dato y su relación con el extraño señor vestido de gala.
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— Oye. Antes de que echara afuera el desayuno, dijiste que este sitio era parecido para ti, ¿Has estado aquí antes, cierto? — El frío silencio ante esta pregunta la tomo como un Sí mientras este lideraba el camino mientras intentaba escanear el sitio con el visor. — Este lugar es parecido a las Ruinas Alfa, y más a la zona donde todo pasó. —
—... — El cazador solo se dignaba a continuar caminando sin mostrar expresión alguna, solo se fijaba en el camino pero seguía escuchando.
— Cierto. Aún no te he agradecido por haberlos salvados cuando quede inconsciente y Suicune iba a congelar a todos. — Las palabras del entrenador funcionaban al ver que el gesto del cazador cambiaba a uno de enojo. — Si te soy sincero, no esperaba que tú fueras a ayudarnos. Un gran cambio para un cazador exp que acosaba niños. —
— No lo hice por ustedes, solo fue cosa de negocios. — dijo cortante el cazador, ya llegando a una zona su expresión cambio al ver que las paredes se hacían más grandes y la cueva parecía que ya no aparecían los símbolos en sus paredes. — Es este sitio, aquí es donde lo encontré. —
— ¿Que, a que te refieres? —
— Querías respuestas, es lo que te estoy dando. — decía mientras analizaba los últimos símbolos. — ¿Este sitio no te trae algún otro recuerdo? —
— En realidad quisiera olvidarlo, me trae un fuerte dolor de cabeza. — decía God tomándose de la frente viendo al vacío, pero la imagen del profesor Napol desvanecerse enfrente de él lo hizo cambiar de opinión. — Pero deberé seguir con ellos. —
— Si si si, tienes problemas. Bienvenido al mundo real, genio. — dijo Zeke cortante mientras continuaba caminando, pero de pronto se detuvo de golpe. — ¿Cómo conseguiste al pikachu? —
— ¿Eh? —
— Ya me oíste ¿Cómo conseguiste un segundo variocolor? Según los informes recibiste los variocolor compatibles y como todo idiota los regalaste. — el cazador veía con una mirada llena de enojo y seriedad. — Te lo repetiré una vez más por la pena que ciento por ti ¿Dónde carajos conseguiste a ese pikachu variocolor? —
— No era mío... era de una amiga hace un tiempo, y... — susurro el entrenador viendo al suelo, no necesitaba más palabras el cazador para entender la razón de porque su voz se quebrantaba al oír eso. – Ella ya no está. –
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Zeke paro en seco y le bajo un poco al tono de voz. No esperaba esa respuesta, aunque tenia cierto sentido.
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— Ya veo... eso lo explica. —
— Ahora, tu respóndeme ¿Cómo sabes tanto de mí, porque te interesa tanto los variocolor, y como es que nos has estado pisando los talones todo este tiempo? —
— Hay que cosas que no te puedo decir por petición del Señor D. Quiere que las descubras al momento y no afecte tu "desarrollo". — dijo Zeke mientras revisaba su visor dejándole más dudas al entrenador. — De todos modos te lo resumiré, los variocolor son más importantes de lo que podrías creer. Estos tienen cualidades ocultas que pueden ser definidas como de otro mundo, literalmente son de un mundo desconocido para nosotros. —
— Ok, esa es una manera de decirlo... ahora inténtalo de otra. —
— Te dije que no lo entenderás, incluso a mí me tomo un tiempo el saber que mi Onix variocolor viene de un mundo diferente. — Perdido en el espacio el entrenador ni sabía que decir ante esas palabras, se limitaba a mostrar su expresión de confusión. — Larga historia, hay que movernos. —
— ¿Y... por qué este sitio se te hacía familiar? — pregunto God, el cazador solo camino sin decir mucho más.
— ¿Recuerdas que te dije que hace tiempo me enfrente con la Alfa de esta zona? Pues no fue a propósito, hace mucho me perdí por esta zona, más preciso por donde llegamos. — decía el cazador recordando aquellos tiempos mientras que el entrenador lo veía incrédulo. — Ya se, era joven, muy novato y termine encontrando el peor momento de mi vida. Solo, sin ningún tipo de entrenamiento o experiencia me metí en una de las zonas más complicadas para un crio malcriado. Admito que no fue mi mejor momento. —
— Pero ¿cómo llegaste a salir entonces? Y no me digas que caminando. —
— Alguien me salvo en ese entonces. Un entrenador me encontró en mi peor momento, y la verdad me enseñó mucho más de lo que pude creer. —
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God quedo algo quieto por las palabras de Zeke.
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— Hay un mundo muy diferente al que creemos, uno más allá donde los límites que suponemos que tienen trascienden. — decía el cazador viendo al espacio sin algún punto fijo. — Su gran fuerza y habilidad superaron todo. Se enfrentaba a la Alfa mano a mano con un Venusaur, y no cedía en ningún momento. —
— Espera ¿Un Venusaur en Johto? —
— ¿Sorprendente no? Era lo primero que me impacto al verlo, pero luego lo vi combatir. — El interés del entrenador volvió a aparecer al oír que extravagante pokemon tenía aquel entrenador trayéndole a la mente la imagen de uno muy conocido para él. — Aún en desventaja logro superarla y recibió su respeto. Quien creía que vencería ese rayo hielo con un rayo solar, o incluso hacer un rayo solar sin luz del sol. —
— (¿Sera... Saurus?) — Cada vez más God sentía esa leve descripción más conocida. — ¿Recuerdas algún gesto o algo? ¿Tal vez su nombre? —
— No, jamás me dijo su nombre. Al parecer le molestaba que lo reconocieran, era un tipo extraño pero no le tome importancia. — decía el cazador cruzando los brazos, iba a continuar hablando pero otro temblor junto a que otro fragmento del techo que casi aplasta la cola del charmeleon sino lo hubiera recogido antes lo hizo actuar con maniobras evasivas. — No creo que tengamos tiempo de tomar el té. Siéguenme, te quiero mostrar algo de aquí antes de que se caiga a pedazos. –
— ¿Y qué pasó con la prisa que tenías?—
— Tu solo cállate y sígueme, al menos que quieras probar tu suerte de nuevo. — termino diciendo el cazador al ver cómo los temblores no dejaban de para y otro fragmento cayó cerca de ellos y el empezó a alejarse del entrenador. — Tú decides, tú eres el gran héroe. —
— Tranquilo God, tranquilo. Pronto Rayo le cerrara la boca de un Cola Platino. — se decía a si mismo entendía el mal humor de la joven amatista por el comportamiento del Têtu empezando a seguirlo. — Me pregunto cómo estarán Rayo y los demás. —
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/CUEVA UNION/MENOS PROFUNDO/
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El combate continuaba cerca del Lago sin mostrar señal de acabar. Los gravelers y los zubats continuaban su ataque sin parar, pero croconaw y beedrill lideraban la ventaja al ver como los números empezaban a reducirse y cada vez sentía una mejora en su destreza de combate. Naomi tenía la oportunidad de analizar más a fondo el estilo de pelea de su tipo agua al evolucionar y empezaba a adaptarse a su nuevo cuerpo.
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Mientras tanto, el beedrill mejoraba su velocidad y sus ataques iban más rápido mientras que protegía a la joven color miel. Aunque la lapras trataba de protegerlo su falta de experiencia en controlar sus ataques la hacía un blanco fácil, por tal el beedrill quiso apoyarla y se encargaba de cubrirlas.
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Le habían tomado unos minutos a la joven en notar que los geodudes más que intervenir en los combates se hacían a un lado evitando combatir, Naomi no entendía muy bien esto pero con lo que había sabido antes se dio una idea de la situación, por lo que le pidió al croconaw y al beedrill que solo ataquen a quien los ataquen.
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Más la cueva parecía que no resistiría tantos temblores en aquel sitio. Se complicaría combatir en un lugar que se va a derrumbar en cualquier momento contra una gran horda pokemon viniendo a gran escala. Más que dos del grupo se fueran del sitio sin decir nada en absoluto, pero lo único que podía hacer ahora era creer lo mejor del entrenador. Aunque el cazador era otro caso muy distinto para ella.
— Wrecker, usa colmillo Hielo. — ordeno Naomi, el croconaw acatando dio un salto al aire y con un rápido descenso mordió a un graveler.
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El movimiento hacia su efecto empezando a congelar al pokemon mientras que el croconaw demostraba de nuevo su nueva gran fuerza. Empezando a darle vueltas para luego soltarlo saliendo volando varios metros y chocando con una de las rocas de la zona. El croconaw iba a continuar combatiendo, pero tuvo que responder al llamado de su entrenadora. Al parecer, los zubats aún no cedían con la idea de eliminar de una vez por todas a Rayo y a Natsu que se encontraban inconscientes bajo el cuidado de Naomi. Por lo que el tipo agua fue a responder con un pistola agua dejando al graveler muy herido, pero aun consciente gracias a su habilidad robustez.
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Este apenas se podía mover pero pudo observar el horrible panorama en el que estaban, hermanos que vivían en alegría en esa zona eran vencidos sin parecer un reto por los invasores que atacaban sin problema a sus camaradas, traspasaban sus hogares y se llevaban a sus amigos lejos de sus familias. Con esta forma de verse los pokemon debían deshacerse de quienes harían daño a sus familias y a su forma de vivir.
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Este graveler veía como los que intentaban acabar con los traidores y los humanos eran ahora vencidos como si no fueran nada. La frustración de ver su hogar invadido y sus camaradas incapaces de hacer nada posible lo molestaba dejándolo ver cómo era que su jefe, el Golem, había tomado todas esas decisiones. Protegería su hogar de esa peste, y al no poder hacerlo con fuerza bruta tomaron el segundo camino, enterrarlos vivos. Tanto los geodudes y los gravelers debían encargarse de esto, debían llevárselos en grande en una gran explosión.
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El graveler dio un fuerte rugido y fue seguido por los de los otros de su especie. Los zubats ante tal grito solo empezaron a escapar del sitio. Los geodudes entendían aquel llamado a la perfección y su temor se hacía presente. Los dos pokemon de la línea evolutiva empezaban a todos a brillar en su interior. El grupo de pokemon y las entrenadoras no entendían que pasaba, pero al momento la joven amatista entendió que era lo que planeaban.
— Eso es... Autodestrucción. —
