Capítulo 39: Lo que tus Ojos Pueden Ver

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/RUTA 32/TARDE/CENTRO POKEMON/

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Luego de un más corto camino de regreso hacia la superficie, utilizando las cuerda huidas, objeto con el que pudieron evitar todo este problema varios capítulos atrás, pudieron llegar a la salida de aquel sitio y de allí no tardar más de unos minutos en llegar al Centro Pokemon, pero en ese final del trayecto el cazador en algún momento desapareció.

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Según le había mencionado Naomi, los cazadores tenían una reputación muy desagradable llegando a que cualquier cazador registrado en la Lista Negra de la Liga será detenido y llevado a un juicio por sus actos. Aunque la seguridad no fuera igualmente rigurosa estar en un Centro Pokemon por mucho tiempo sería arriesgarse mucho. Ese era un motivo por lo que esos sitios eran seguros para los entrenadores por el momento y era suficiente razón para que su cazador favorito prefiriera evitar el contacto.

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Pasaron las horas y los entrenadores decidieron tomar lo que quedaba de ese día de reposo. Amber descansaba con los pokemon queriendo sus compañeros que lo tomará con calma tras todo lo que había pasado. Mientras tanto, Naomi y God se encargaban de aclarar todo lo que habían pasado teniendo que hacer un informe de todo lo acordado y enviarlo a las oficinas de La Liga para que se encargarán de la reparación de la ruta, la ayuda a los pokemon que vivían en ella, y una compensación a los entrenadores por su gran esfuerzo luego de mostrar las pruebas (Hechas por el Cazador) de que sus acciones eran ciertas.

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Para el oficial de la Liga que estaba tomando el trabajo le era difícil el creer todo lo que paso. Guerra civil secreta entre pokemon, pokemon abandonados buscando venganza trabajando en grupo, un trio de entrenadores tuvieron que encargarse de ello, y las únicas pruebas que tenían eran tanto los datos registrados, materiales como fragmentos como piedra del golem y una vasta cantidad de alas de Zubats. También tenían evidencia física como fotos, aunque no eran muy útiles que la mayoría fueran selfies del chico con ojos rojos. De alguna forma tenía que hacerlo, pero en verdad tenía dudas al respecto.

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Aunque Naomi se encargaba bastante bien del asunto le preocupa el estado en que se encontraba el dueño de aquellos ojos carmesí debido a que este no solo había hecho un esfuerzo inhumano en ese pequeño viaje sino que también sometió su cuerpo a fuertes heridas que parecía aún no sentir. Era el único en no haber descansado en ningún momento no sabiendo Naomi donde seguía sacando la fuerza incluso para estar de pie. Aun siendo el mismo que conoció tras recibir un Hiperrayo y seguir vivo, se sorprendía de que se mantenía como si no hubiera pasado nada siendo un par de raspones los importantes.

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Al final todos se reunieron siendo más o menos el atardecer y teniendo que tomar ahora la Cueva Unión por una Nueva Ruta diferente. Se decidieron tomar la ruta ahora totalmente preparados cuando el tobillo de Amber estuviera mejor en la mañana con una bota especial, pero el entrenador aún se preguntaba dónde estaría el cazador en ese momento. Saliendo del centro los entrenadores terminaban de explicarse lo que pasaría y lo que había pasado antes.

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Amber les había contado sobre la historia de Fuyupe, la nueva integrante del equipo de Amber, y no hace falta decir que las lágrimas salieron tanto de God como de Naomi. Rayo parecía serio, pero solo soltó un suspiro decepcionado mientras le pasaba un pañuelo a su entrenador. Natsu estaba callado desde entonces, no recordaba mucho, pero la mirada y presencia del pikachu variocolor aún seguía manteniéndolo a raya y sus infantiles caprichos.

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– Entonces la pequeña Fuyupe era la hija de la Alfa y como ella tenía una buena relación con las personas se volvió blanco su propia hija también de los pokemon que seguían al Golem ¿cierto?– preguntaba Naomi aclarando las ultimas dudas que se le pasaban por la cabeza. – Vaya problema nos habíamos metido... –

Si... –

Querer eliminar a quien no tiene nada que ver, me hace hervir la sangre pensar que hay gente así, pero que pokemon también... – el entrenador veía el suelo mientras pensaba de mejor manera lo que había pasado. – Eso no lo veía venir. –

– No todos en este mundo son como tú o Amber, God. Hay gente que es como una enfermedad, no terminan de expandirse y contaminar a otros. Era cuestión de tiempo para que los pokemon empezaran a actuar igual que ellos. – dijo Naomi emulando un tono serio, pero God podía sentir la tristeza en sus palabras temiendo que ella había tenido que vivir en carne propia un ejemplo de aquella "enfermedad". – No es algo que podamos "curar" con solo combatirlo, siempre habrá gente así… Nunca habrá cura, por eso hay que cortarlos de raíz. –

Si, es verdad... – decía el entrenador con una sonrisa tratando de cortar. – Pero no por eso significa que este todo perdido, no por un grupo de personas todos seamos malos. –

Bueno... no hay que llevarnos por el prejuicio... pero a veces... pueden dejar heridas en los pokemon... –

– Eso también es cierto, por eso como dijiste Nao, solo tratemos de solucionar con calma eso. Lo mejor que podemos hacer es hacer la diferencia, tratar de ser la vacuna. – dijo entusiasta el entrenador y supo que había logrado romper la tensión al oír la ligera risa de Amber al ver la sonrisa que esbozó Naomi.

– Lo dices como si fuera sencillo. –

– ¿Quién sabe? Lo que sí puedo decir es que aprendí que Amber es un hueso grueso duro de roer. – Con aquellas palabras de God, la joven de color miel dio un pequeño brinco llena ahora de nervios. – Antes creía que debíamos cuidarte un poco, pero veo que eres mucho más fuerte. Sobrevivir a todo eso debió ser muy duro y aun así si no fuera por ti no hubiéramos salido de ahí. –

– ¡¿Eh?! B-Bueno yo... –

– Eso es cierto, el haber congelado todos los geodudes fue una buena idea para detener el combate, y si no hubieras actuado rápido sinceramente no nos imaginó en nuestro estado si hubieran lograban hacer esa autodestrucción en masa. – dijo Naomi apoyando a su compañero.

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Claro que la joven color miel con esas palabras solo miraba el suelo ocultando su mirada entre su cabello y jugaba con sus dedos llena de pena por aquellos halagos que no estaba acostumbrada a recibir. Quería decir algo para objetar tan inmerecido alago, pero por dentro quiso disfrutarlo un poquitito más.

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Bueno... –

– Sí que fue sorprendente e ingenioso, me muero de ganas de poder verlas en un combate. – dijo energético el entrenador dejándose llevar por su imaginación, pero un leve golpe en la costillas por parte de Naomi le hizo regresar y ver que Amber había volteado a ver completamente a un lado, la mirada de Naomi le bastaba para saber que lo que acaba de decir había estado mal. – (Diablos ¿Que dije?)–

– ¿C-Co-Combatir...?– Entre sus cabellos la joven dudaba de sí con las palabras del entrenador. – No sé... si... –

– ¡No-No!, tranquila. No tienes que si no quieres obviamente, ¡perdón por eso! – dijo suavemente el entrenador tratando de animar a la joven dando un paso atrás. – Se me olvidaba que no te agrada que los pokemon combaten, supongo que no a todos les deben gustar. –

Bueno... Tal vez... – Susurraba la joven viendo al suelo mientras que con la punta de su zapato dibujaba en la tierra una curva, ese leve susurro fue lo suficiente para significar un "pero" a los oídos de God tomando su atención. – En algún futuro lo pruebe... –

– (¿E-enserio?/ ¿Roar?) – El ratón en el hombro soltó una leve risa al ver la misma expresión de asombro en las caras de su entrenador y del growlithe variocolor ante aquellas palabras.

Bueno... Sé que si viajo cont... Eh con ustedes... Deberé combatir... para protegerlos. – la joven bajó y tomó en brazos a su cachorro acariciando su cabeza con dulzura haciendo que moviera su pata empezando a patear sacando la lengua por el gusto y trayendo la risa del grupo. – Aún no me gusta que ellos se hagan daño, pero sí pasa algo como esto otra vez no quisiera ser a quien deben proteger, quiero cuidarlos y darles el cariño que merecen... Eso es... Es lo que quiero hacer. –

El silencio por unos largos segundos fue lo único que se oyó aparte del soplido del viento que golpeaba las ramas de aquellos árboles que rodeaban la zona, la duda le llenaba en todo momento a la joven tras el hecho de que por primera vez había hablado tan claramente y con un tono más fuerte y que en su voz se notará esa preocupación unida con valor que antes habían podido ver en la joven.

– ¡P-p-Perdón! ¡Como lo siento, no quería sonar tan arrogante! ¡P-P-Perdón!– Las acciones de la joven, torpes e hiperactivas, junto a el hecho que su rostro se había vuelto más rojo que el color de las pokeball mostraban la pena que sentía el momento a lo que hacía varias reverencias ante ellos en forma de disculpa dejando confusa a Naomi por hacer aquello.

– ¿Eso es un Saikeirei?– le preguntó en susurros al entrenador a su lado que solo esbozó una sonrisa también algo forzada al ver aquel viejo saludo que su madre le había enseñado a hacer en clases de historia.

– Si... – el entrenador solo cerraba los ojos para no ver más así a la joven o no podría aguantar más la risa, acercándose y tomándola con suavidad pero firmeza por los hombros el entrenador la levantó deteniéndola siendo el growlithe, mareado por tanto movimiento con los ojos en remolino viendo volar pidgeys alrededor de él, quien le agradecía al casi soltar también el almuerzo.

– Tranquila, Amber. Todo a su momento. – poniéndola a su altura el entrenador sonreía desafiante mientras con su mano le acomodaba unos cabellos para ver por un momento sus ojos. – Cuando estés lista, seré tu primera vez... –

Amber quedo sin palabras, y como tetera humo broto de su cabeza. Naomi solo lo golpeo con un palo en la cabeza. Estaba en trance, pero en verdad daba miedo de incluso tratar de razonar con ella.

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– ¡Auch! – God se quejó del golpe para luego cubrirse por la ráfaga de palazos que caían sobre él. – ¡Au! ¡Auh! ¡Para! ¿Qué hice? ¡Auh! ¡Óyeme, que en el rostro NO! –

– Pikapi. –

– ¡¿Cómo que me lo "gane"?! ¡Ayúdame, ratón obeso! –

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Luego de unos minutos hasta que Naomi se sacó del sistema el deseo siniestro de castigar a God, hizo que este se disculpara al explicarle como no podía usar esa clase de frases a la ligera por su propio bien. God y sus moretones no tuvieron nada que discutir.

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– Tengo que hacer un manual de reglas que debes seguir si quieres que este grupo continúe, y comenzaremos con que tienes que pensar lo que vas a decir antes de decirlo. –

Jiji... Parece que todo irá mejor... – la voz de la joven se cortó de un momento a otro al ver a un lado. – Zeke-san... –

– ¿Qué dijiste? – Ante aquellas palabras la joven amatista se distrajo lo suficiente para que el entrenador aprovechará y pudiera soltarse, aunque de un salto se levantó del suelo con una mirada sería que ahora se dirigía ante el cazador que se encontraba reposando de brazos cruzados apoyado de una de las paredes del Centro Pokemon a lo que el entrenador empezó a caminar hacia él a un paso lento trayendo duda en las jóvenes que temían que lo que habían comenzado en la cueva lo terminarían ahí. – Oh no, esto es malo. Amber, quédense cerca. –

–Um... –

Ya estando a unos tres pasos de los otros ambos entrenadores se veían con seriedad sintiendo la tensión en aquel ambiente. Incluso con la imaginación de la joven color miel pudo ver un relámpagos salir entre ellos. Una llama y una tormenta de arena chocaban para ver quién era más fuerte. Claro que después de eso se sorprendieron cuando el entrenador no aguantó más la risa doblándose mientras se sostenía del estómago, a lo que el cazador bajo la cabeza tratando de ocultar una leve sonrisa en su rostro.

– ¿De qué te ríes, enano? –

Jajaja, lo siento. Es que... Recordé que todo esto comenzó porque queríamos ver quien era más fuerte y ya sabes, terminamos destruyendo una ruta, nos metimos en una misión de rescate en medio de una guerra Civil pokemon. Un jueves cualquier, ¿No? –

– Si así son tus jueves, no quiero ni ver en pintura tu lunes. – Zeke se cruzó de brazos, peor parecía estar más calmado. La tensión de antes desapareció demasiado rápido según Amber, pero Naomi solo veía con molestia al cazador. – Aunque odio admitirlo, fue algo divertido. –

– La verdad hicimos buena dinámica contra ellos, me sorprendió que hiciéramos tan buen equipo. –

– Tampoco es algo del otro mundo, solo ciencia básica. Simplemente ataque y velocidad encajaban bien en la fórmula del plan. – dijo en seco el cazador con una soberbia en sus palabras. – No es algo que yo no pueda resolver. –

– Cómo que se te quedó la humildad tres pueblos atrás, ¿no? –

– Habla el que padece el síndrome de héroe, siempre siendo un Gary Stu en todo su renombre. Siempre haciendo todo correcto. – decía sarcástico el cazador imitando al entrenador. – Ya te lo dije antes, esa amabilidad terminará matándote. –

– Entonces agreguemos a otro terco a la ecuación. – El de ojos carmesí esperando esas palabras extendió su mano sorprendiendo al cazador que se quedó dudando un momento en analizar dichas palabras. – Vamos, Viajemos juntos. –

Zeke permanecía estático con ello. Hubo un cortocircuito en lo que esperaba como fueran las cosas.

–… ¿te das cuenta lo que haces?–

– Si no lo estuviera no estaría preguntando. God solo le esbozo una sonrisa. – Únete a nuestro grupo. Tendremos mucha diversión, no te perderás conmigo, y la comida de Ambercita es increíble. –

– Ni de broma ¿Cómo es que quieres a un Cazador en tu grupo? Si quieren evitar los problemas será mejor que se alejen. –

– Eso es lo de menos, venga vamos. –

– Me estorbarían en mis negocios. –

– Creo que serviría más que nos acompañaras que seguir persiguiendo niños ¿no te lo parece? Sería ya sabes, un poco menos pedófilo y preocupante. –

– No te hagas el gracioso. Aparte del hecho que eres mi presa, viajar con un cazador les daría muy mala fama. –

– Da igual lo que digan los demás, y creo que hablarían primero de un chico con ojos carmesí antes de que se den cuenta. –

– Muy chistoso, eso no cambia el... –

– ¡Vamos! déjate de escusas, yo sé que lo deseas. Solo déjate llevar. –

– Deja de copiar las frases de mis actores favoritos, eso no cambiará mi opinión. –

– ¡Vamos!– Extendiendo su brazo por completo como si fuera a ser pulso el entrenador esbozó su típica sonrisa llena de calma. Tal vez era su idea o tal vez no, pero podía reconocer aquella forma de pensar pues hace tiempo él había sonreído igual que él, antes de que despertara de su sueño y despertara en ese duro mundo de pesadilla muy lejos de los cuentos de las aventuras que él deseaba vivir, pero enfrente de él se encontraba el mismo reflejo de él mismo y se podía ver en una versión más joven. – Únete a nuestro grupo. –

– Mmm… la verdad no sería tan mala idea. – el cazador ahora viendo a un lado tomando su mentón con seriedad pensando en los pros y contras de tomar dicha decisión. – Viendo que al parecer los problemas vienen hacía ti veo que necesitare intervenir para salvarte el pellejo, punto malo. Odio el ruido. –

Bueno... Eso se puede resolver... –

– Aunque seguro podré obtener algo valioso si continuó a tu lado un rato más. Ese es un punto bueno. –

– ¿Lo tomó como un sí?–

– ¡No presiones, enano!– el cazador hartó simplemente se iba a dar vuelta para retirarse pero el entrenador le dio un leve golpe con su mano en el pecho del cazador.

– Soy God Forcehold, es un placer hacer equipo contigo y espero que sea la última vez en que nos presentemos. – dijo God sonriéndole al cazador que terminó cediendo y estrechó su mano.

– Zeke. Solo Zeke Por el momento cruzaremos camino. – Tomando con brusquedad el cazador ejerció más fuerza en el ahora conflicto de pulsos. – Si llegas a entrometerte en mis negocios me asegurare de que duermas en paz con Tumba Rocas. –

– Ja, para eso tendrás que alcanzarme. – decía retador God al empezar a ejercer igual fuerza que él. – No te vayas a romper un hueso, anciano. –

– Oigan, ya paren ustedes dos. –

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La intervención de la joven de color amatista terminó por concluir aquella Unión y haciendo que el cazador se alejara unos pasos hacia la entrada de la cueva.

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– Mañana, 7 a.m. partimos. El que se quedé atrás se quedará, hasta entonces descansen, esperemos que no sea un día tan largo como este. –

– Claro, hasta mañana, capitán. –

– ¡Que no me... ¡¿Sabes qué?! Haz lo que quieras, me largo. –

– Jajaja Bendito Bastardo. – terminó diciendo el entrenador viendo alejarse al cazador, ver ahora que el cielo empezaba a mostrar rayos de luz anaranjados mostrando ahora que el atardecer se hacía presente en el lugar tomando un respiro de aquel aire tan tranquilizador para él y acariciando la cabeza del ratón eléctrico en su hombro. – Es bueno sentir el viento de nuevo ¿No crees compañero? –

Pikaa... –

– No podría ser más cierto, también extrañaba el sol. – decía God mientras observaba la gran esfera anaranjada que caía en el horizonte. – Bueno... Supongo que hay que prepararnos, atravesaremos la cueva una vez más y esta vez tendremos que estar atentos a un nuevo derrumbe. –

– Supongo que ya en cierta forma sabía que le pedirías que viajara con nosotros. – le dijo Naomi al haber oído la discusión de aquellos dos peligrosas personas. – También supongo que me pedirás que le dé el don de la duda. –

– Te lo agradezco de verdad, Naomi. –

– Si actúa de mala manera te digo que lo parare con Nitro a la primera. – dijo Naomi con una sonrisa mientras amenazaba al entrenador que ahora sudaba en frío. – Así que yo que tú le pongo un ojo encima ¿Ok?–

Claro... Sabes, se parecen más de lo que quieren admitir. – dijo el entrenador mostrando una sonrisa algo forzada viendo ese otro lado de la fría Naomi.

– Si eso quieres pensar está bien, por el momento le daré la oportunidad, aunque eso no compensa que hayas roto nuestra apuesta. – dijo ahora Naomi sonriéndole de manera maliciosa haciendo sentir al entrenador como si un pokemon le estuviera ejerciendo un ataque de cara susto. – Para la próxima, antes de invitar a más gente déjanos saberlo antes para discutirlo. Somos un equipo después de todo, todos debemos decidir. –

S–Si... – el entrenador ante la mirada de Naomi sentía que no podía refutar con ella cuando estaba así, y el ratón veía como era la habilidad Intimidación en los humanos.

Aunque al final salimos bien y... – dijo Naomi redondeando su opinión en el momento haciendo que el entrenador le viera con intriga. – Bueno, mira los resultados. Nadie salió lastimado más de unos golpes, pude hacer que Wrecker evolucionara, Amber atrapó una Lapras bastante rara fuera de lo común, conseguiste tu atrapar a un kadabra, y aunque me cueste un poco admitirlo conseguimos el apoyo también a otro miembro interesante. Podría decirse que hiciste el bien cuando solo querías arreglar el error. –

– No creo que pueda llevarme el crédito, los verdaderos héroes de la historia son los pequeños que dieron todo de ellos para salir de esto, digamos que fue un trabajo de todos. – dijo sonriendo el entrenador acariciando al ratón eléctrico en su hombro, pero su cabeza solo pudo volver a recordar aquella llama en forma de un gran dragón, sentía que la había visto antes pero su cabeza no le daba lo suficiente para poder saberlo claramente. – Nao ¿Puedo preguntarte algo?–

– ¿Eh? Si, por supuesto. –

– ¿Es normal que un charmeleon puede tomar forma de un charizard con su fuego?–

– ¿Eh, que cosa dices? ¿Cómo un Charizard? – la joven veía al suelo de manera sería tratando de imaginarse aquello y temiendo que fuera algo que ella recordaba haber estudiado. – God, necesito que seas lo más detallado posible en esto ¿Qué fue lo que vistes, Discharger se rodeó de una clase de luz del color del arcoíris?–

– Bueno, creo que puede ser lo opuesto a eso. No era una luz así, era más bien una llama oscura que lo rodeaba, iluminaba muy poco y en vez de expandirse parecía que se detenía en formar la silueta de un dragón. –

Eso... No lo había escuchado, ciertamente no he escuchado de algo así en mis estudios. Aunque podría ser una habilidad especial. – Naomi analizaba lo que le decía. – He oído de un oído de un pokemon que evoluciona por un tiempo gracias a su habilidad en combate, necesitaría más tiempo para poder investigar un poco si quieres. –

– Nah, no creo que sea nada, de todos modos no es lo principal ahora. Aunque es bastante diferente a lo que esperaba ver en mi aventura cuando oía los relatos de mi abuelito. – dijo God pensativo memorizando todo lo que había visto por el momento, pero al ver que la joven tenía su mirada puesta en él notó la seriedad que para nada lo caracterizaba cambiando su expresión por una más cómica. – Supongo que derribar un edificio abandonado en un gran escape, enfrentarme a un grupo de bandidos como todo un héroe, combatir contra una ser divina poseída por místicas fuerzas oscuras con mi compañero multiplicado por mil, y ahora detener un golpe de estado pokemon en la lista, supongo que pronto haremos volar una ciudad. –

– Intenta no destruir nada más de esa forma, por favor. – suspiró Naomi mostrando su cansancio haciendo soltar un par de risas a los del grupo que aún escuchaban la conversación. – No creo que podamos ir a tu mismo ritmo. –

– Vengan pequeños, sería bueno un poco de ayuda para hacer comida de viaje. – El ratón saltando al hombro de la joven y el cachorro celoso siguieron a la joven rumbo al centro pokemon, y el entrenador que iba a seguirle el paso fue detenido por la joven color amatista que lo tomó por el hombro con suavidad llamando su atención.

. – Bueno, creo que ahora mismo nos debemos unos sándwiches. –

– Espera, aún no se me olvida lo de nuestra apuesta. – la mirada calmada de la joven ahora era opacada por la sensación de miedo cuando la joven con gentileza detuvo su mano de alejarse, el entrenador sentía nervios al recordar aquel detalle. – Como utilizaste el objeto que apostaste supongo que tendremos que suspenderla, pero no te preocupes, ya me vengue. –

– ¿Eh? ¿D-De que hablas?–

La sonrisa calmada y serena de la joven que inclinó levemente su cabeza cerrando sus ojos le lleno un poco más de nervios al entrenador al ver y conocer lo vengativa que era Naomi. Cuando se alejó sonriéndole de esa manera mientras colocaba sus manos en su espalda y dando varios pasos largos. Sin entender bien el entrenador solo sentía el sudor en su frente pasar mientras que ella pasaba de largo yendo hacía el centro pokemon con aquella sonrisa tranquila que le hacía sentir aquellos nervios. – Uh No, Naomi es peligrosa cuando sonríe así. –

– Ah, casi lo olvido. Toma enano. – Sin notarlo y solamente por reflejo al verlo atrapó en pleno aire lo que pareció ser una lata en aerosol, pero al ver la etiqueta ya God entendía más o menos esa venganza. – "¿Rocío Aromaflor?"–

– El mejor de toda la región de Sinnoh, Biblioteca me contó de tu problema así que use mis contactos, de nada. – dijo sin interés alguno solo levantando la mano dándose vuelta.

– "¿Golpea críticamente todo hongo del pie con súper eficaz?"– Leía God con cara de asombro y a la vez algo confundido. – Esto... No sé qué decir. –

– Ya lo dije, de nada. – dijo el cazador haciendo un leve espacio entre sus palabras. – Solo vine a dártelo antes de que se me olvidara. –

Entiendo el gesto pero yo no... –

– Si sí lo sé, un detallazo. De nada. –

Espera pero yo no... – el entrenador de inmediato trató de arreglar ese malentendido mal intencionado pero dio un salto al ver a la joven color miel que había regresado haciéndolo dar un pequeño salto. – ¡Amber, por favor no te aparezcas así!–

¡P-perdón, s-solo quería preguntar si querían que preparara algún favorito y... –

– Ya ya, tranquila. Ahora antes de que pase algo más dime que necesitas. – decía God tomando el pecho izquierdo de su chaqueta notando que su pulso estaba acelerado. Confundiendo a la joven veía que God empezaba a reír a carcajadas. – Vaya, quien "me aceleras el corazón."–

– ¿¡EHH?!–

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Amber no sabía como responder.

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– jajaja, no. No creo que sea lo que se refería Daisy cuando buscaba novio. –

¡¿EH?! B-Bueno... Y–yo... –

– Solo estoy jugando, tranquila. – decía God alegre mientras se rascaba la cabeza sin notar que el rostro de la joven había cambiado de color a un.9 fuerte rojo tras haber malinterpretado esas palabras viendo a un lado inflando un poco sus mejillas sonrojadas. – Amber ¿Estas bien? Te acabas de poner roja. –

S-Si..., perdón... No es que... Bueno, es... – la joven apenas podía decir aquellas pocas palabras mientras el entrenador solo sonreía paciente, desde que conocía a la joven había ido viendo que le costaba un poco hablar y se ponía nerviosa, aunque le frustraba un poco le agradaba como era y prefería ser paciente, pero obviamente tenía un límite de espera. – Bueno… -

– ¿Qué tal si me lo cuentas adentro mejor? –

– Vaya, primero Biblioteca y ahora también la rubia. No pierdes el tiempo, campeón. – comentó el cazador sarcástico poniendo sus manos en los bolsillos de su jean, pero al ver la expresión confundida de su rostro notó que él ni se había dado cuenta terminando en que el cazador se golpeara el rostro suavemente por el visor ante su incredulidad. – Esto es el colmo, viajo con un retrasado y su harem personal. –

– ¿Dije algo raro?– el entrenador solo cruzó sus brazos no entendiendo las palabras del cazador, ni sabía de lo que se refería en el momento aparte de que lo habían insultado y solo hizo una nota mental de aquel comentario para preguntárselo luego a su compañera de viaje de ojos amatistas.

Esto... Zeke-kun, ¿verdad? – La joven dio unos pasos hacia adelante hasta llegar a unos metros del cazador que por esta acción levantó una ceja intrigado mientras ahora cruzaba sus brazos.

– Pechos. – dijo el cazador imitando el tono amistoso de la joven tratando de molestarla un poco, pero parecía que tuvo el efecto opuesto, no pareciendo tener miedo la joven poniendo juntando sus manos por detrás de su espalda con una leve sonrisa.

Bueno... Quería agradecerte... Por ayudarnos a salir... – dijo suavemente la joven con un tono dulce en su voz, el cazador simplemente solo miraba a otro lado.

– Sinceramente no tienes que agradecerme porque no lo hice por lo que crees. Tuve mis razones y ninguna tenía que ver con ustedes. –

Pero... De igual forma... Usted nos ayudó y por eso le agradezco. – La joven se dobló levemente hacia adelante bajando la cabeza, el entrenador ciertamente reconoció el "Teineirei" de sus clases con su madre, pero le pareció extraño que lo usara. – Sera un placer viajar a su lado. –

– Hazme un favor, no te acerques a mi quiero que alguien como tu salga herida. – dijo el cazador a secas viendo a otro lado, más la joven solo seguía sonriendo tranquilamente sin importar la indirecta amenaza a lo que le daba la espalda y se volvía a retirar.

– Ignóralo, Amber. Solo dale tiempo y verás que se empieza a abrir. – le dijo el entrenador viéndolos con una sonrisa forzada. – No te preocupes por agradarle desde el comienzo, le agradaras aunque tenga corazón de piedra. –

– Zeke-kun parece tosco, pero tiene buen corazón. Fue muy generoso al darte esa medicina contra el pie de atleta. –

Eh... Si, sobre eso. Yo no... –

– Lo hice porque si quiero que sobreviva por ahora necesita al correcaminos en forma, de nada me sirve llevar el peso muerto. –

Pero... Si ya sabias que God-kun te invitaría a viajar con nosotros... – decía la joven intuitivamente tocando la parte baja de su mentón con su dedo índice doblando un poco la cabeza a la izquierda. – Entonces si querías viajar con nosotros. –

– ¿Pero que-que está? Si jodes mucho, mujer. – dijo levantando el tono hostilmente a unos metros de la joven de color miel, con eso el entrenador ya iba a intervenir pero se quedaba más sorprendido por la tranquilidad de Amber en sus palabras, sin saberlo Amber se estaba enfrentando sin temor a un Cazador y eso le dejaba asombrado de lo que la joven podía pasar.

– Tienes una boca muy grande igual que tus... –

– Cuidado con lo que dice, Capitán. Una orden en falso y podría estrellarse con una roca. – dijo God acercándose a ellos haciendo tronar uno de sus nudillos, era obvio que no quería interrumpir pero no dejaría que trataran mal a la joven y arriesgarse a perder sus increíbles comidas.

– Iba a decir destrezas, relájate. – terminó diciendo el cazador dándose vuelta y retirándose del lugar. – Vayan a descansar, hay mucho que hacer. Y yo mucho que excavar ahora... – Con aquel leve susurró terminó por irse el castaño levantando su mano por unos segundos.

Esto... –

– Tranquila, con el tiempo será más abierto, tal vez un día podamos jugar cartas. – dijo God con un tono cómico, la joven solo cruzó sus brazos ahora por delante frotándolos entre si y su rostro se ponía rojo. Ahí de nuevo regresó la joven tímida de su actitud, solo con un suspiro el entrenador no entendió el motivo sin darse cuenta que le había puesto su mano en su hombro con mucha confianza. – Bueno, aun siendo terco tiene razón. Estuviste increíble allá abajo, de verdad tienes talento para ser entrenadora. –

¡¿E-Eh?! B-B-Bueno... G-Gracias... –

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La joven apenas pudo susurrar esas palabras mientras observaba el suelo e intencionalmente empezó a dibujar en la tierra con la punta de sus gomas deportivas. Un leve silencio incómodo se hizo presente y el entrenador no sabiendo que decir ahora solo se rascaba la cabeza viendo al cielo anaranjado.

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– Bueno, tal vez algún día podría ver ese potencial en un combate conmigo. – Las palabras con total normalidad se le salieron de imprevisto por su boca, más cuando vio que lo que había dicho, ya había sido muy tarde. La joven de un momento a otro dejó de dibujar en el suelo y sus movimientos impredecibles se volvieron estáticos y fríos, al doblarse un poco a un lado notó que la mirada de la joven se había oscurecido un poco oculta ahora en sus cabellos color miel incapaz de ahora ver señal alguna de sus ojos.

– Yo... No... –

–Ah bueno... Yo no quería decir eso, digo. Sé que no te gusta que los pokemon se lastimen en combate y tal... Y... – El entrenador variaba entre sus palabras ahora siendo el quien no sabía cómo solucionar ese problema que había cometido. – Perdón, olvida lo que dije, fue una tontería. –

– Bueno... Tal vez... En un futuro... – Esos leves susurros activaron la alarma en los oídos del entrenador casi dando un pequeño salto por la sorpresa. – Pueda... Intentarlo... –

– ¡¿En-En Serio?!–

– Bueno... Si fuera en ese caso... – la joven levantaría levemente la cabeza pudiendo ver ahora como la mirada de la joven se iluminaba por un momento dejándolo estático por un momento. – Quisiera que... Mi primera vez sea... Contigo... –

– Cuando sea el momento y estés lista... – El entrenador se acercó a la joven y poniendo una mano en su hombro y esbozándole una sonrisa más tranquila mientras se acercaba un poco sin notar que sus palabras habían salido más gruesas de las de costumbre. – Ahí estaré para ti. –

– G-Gracias... –

– Con que su "Primera Vez." Parece que hacen planes para divertirse. – La voz de Naomi petrifico por completo a los dos entrenadores que se situaban en aquel sitio, y como si fuera una clase de mal espíritu God se sentía vigilado por detrás de su espalda y aunque no la viera, en su cabeza se la imaginaba con aquella sonrisa macabra y esa aura que parecía ejercerle mucha presión encima de su cuerpo. – Me voy por un segundo y te aprovechas de ella, God. De verdad me sorprendes a veces. –

– Espera, no. Te equivocas, solo hablábamos de combatir. Nada más. – decía God un poco alarmado sintiendo que la figura tétrica de Naomi crecía. – Lo juro por la cola Platino de Rayo. –

– Amber ¿Es enserio lo que dijiste que quieres combatir?'–

Bueno... No precisamente ahorita, pero sí... Algún día, tal vez... –

– Al menos es un comienzo, en cuando requieras conocimiento siempre puedas contar con mi ayuda. – Naomi sacaba de su bolso de viaje un libro más o menos grande con el título: "Combate de Base 1", abriéndolo y mostrándole página por página. – Bueno, si algún día lo harás será mejor que tengas información de cómo hacerlo correctamente. Con esto puedes hacerte una idea por el momento. Te explican la tabla de tipos, las formas bases de combatir, el uso de los movimientos junto a su efectiva. –

Guau... Es muy útil, gracias... Naomi-san. – la joven "emocionada" a su modo, tomó con mucho cuidado el libro y abriéndolo con calma su expresión de asombro iluminó el rostro de Naomi al ver a alguien disfrutando uno de sus viejos libros, pero por tal motivo no había recordado que ese libro venía de Kalos. Al leer la primera línea de aquel libro, Amber vio que no podía leerlo debido a que no sabía dicho lenguaje. – Esto... Naomi-san... –

– Ah sí, no te preocupes. Colaborare contigo con unas notas en español. – Naomi teniendo que conformarse tomó el libro guardándolo y recordando esos detalles que la diferenciaban de los dos entrenadores. –

Esta bien... –

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La joven se tomó de ambas mano mientras mantenía una sonrisa algo tranquila tratando de actuar igual que siempre, más le costaba un poco disimular un poco su decepción puesto sí se había emocionado. Al final le terminó agradeciendo de corazón por aquel gesto sin pedirle nada a cambio.

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– De todos modos no creo que haga mucha diferencia si solo lee libros. El conocimiento debe ser forjado con la práctica está bien pero creo que aprendería mejor con la marcha. – God solo levantó los brazos comentando su pensamiento mientras se estiraba. – No hay nada mejor que ponerlo a prueba y aprender por uno mismo. –

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– Lo dice el impulsivo del grupo que casi nos entierra vivas por un combate. – Naomi tocó la llaga del entrenador cortando su orgullo al recordar aquel detalle. Su ánimo se desplomó por unos al recordar aquel error que casi terminando con sus amigas y con el mismo. Para el momento en que Naomi notó lo que dijo, vio el cambio de actitud junto al silencio del entrenador. Si, el comentario era para herir, peor Naomi no esperó que fuera un golpe crítico. – Oye... –

– ¿God-kun?–

– Tranquila, solo... Recordé un día Muy Nublado... – God rápidamente se limpió la lagrima fugitiva con su manga y con una suave respiración rápida se dio vuelta mostrando una sonrisa. – Tienes razón, Naomi. Por mi culpa casi las pierdo a ustedes por una estupidez del orgullo. Siempre he ido solo o con mi abuelito y... No estoy acostumbrado a ir en grupo, mucho menos en dirigirlo. –

– God–kun... Tranquilo. –

–Yo... De verdad lo lamento, entenderé si ustedes quieren ir por su cuenta. –

– ¿Estás hablando en serio?– la joven de ojos amatista se le acerco con un rostro serio y un paso firme. – Fuiste tu quien no escuchó y nos puso en peligro, pero eres también quien se lastimó y se sacrificó así mismo dándolo todo, incluso tu orgullo, por hacernos salir de ahí en buen estado. –

– Si, lo sé. Pero... –

– Oye, tal vez no seas perfecto como Guía, pero vas aprendiendo como nosotras. Tu cuerpo cubierto de esas heridas es la prueba de que podemos confiar en ti. –

– P–Pero por favor tengan que lastimarse así,– la joven color miel empezaba a preocuparse de las heridas visibles de los brazos de God al subirle con cuidado sus mangas sin imaginarse como serían en el resto de tu cuerpo. –

– Lo intentaré, Amber. También quiero prometerles que antes de tomar una decisión, la consultare con ustedes. –

– Bueno, ese es un comienzo. – Naomi puso su mano en el hombro de God y le regalo una tranquila sonrisa. Aun asi, se sentía extraño. – Esto NO va a volver a pasar, ¿Verdad? –

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God sintió un fuerte bajón cuando Naomi lo vio con un par de ojos afilados. Era como los filosos ojos del peligro acercándose.

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– ¡No, señora! – God se puso firme dando el saludo militar. Quizás fue por reflejo, pero hizo aquel saludo recordando el temperamento de Tony en el pasado. Aun así, Naomi dudosa, pero no ¡No pasara! – .

¿Señora? –

– ¡Señorita! ¡Señorita! –

God sentía el peligro ir a nivel rojo. Naomi tenía su mirada afilada puesta en God. Sus sentidos estaban en alerta, y como consejo evitaba el contacto visual directo. Al final, Naomi le dejo respirar al dejarlo pasar, y God nunca supo que tan dulce se sentía el aire.

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Con aquellas últimas palabras los entrenadores se empezaron a dirigir hacía el centro pokemon, más la sorpresa de God fue ver a un hombre bastante robusto de ojos rasgados que llevaba consigo una hielera acercarse a ellos al haberlo visto.

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– Ah, Joven Señor Godo. Qué bueno que por fin lo encuentro. Llevo dos días buscándolo sin parar. –

– Eh hola, Señor Lee. Lo lamento, se me había olvidado buscarlo. – God dio un paso hacia adelante. – ¿Qué era lo que necesitaba?–

– Verás, quería agradecerte tu ayuda hace días contra esos pokemon que causaban problemas en el puerto de pesca. – El señor tomaba la hielera mientras la abría y sacaba un objeto de ella. – Y como agradecimiento, aceptare darte la cola Slowpoke a mitad de precio y que terminemos nuestro negocio. –

– ¿De qué negocio se trata, God? – Le preguntó Naomi mientras suspiraba ya cansada del entrenador y en su cabeza le mandaba aquel mensaje que God podía entender con solo ver su mirada; "Mentiroso."– Disculpe, señor. Acaso usted dijo... –

– Así es ¿Te gustaría tener esta sabrosa y nutritiva Cola Slowpoke?– dijo el robusto señor a lo que sacando de la hielera el hombre le mostro el miembro de aquel espécimen de tipo agua, con solo verlo los tres entrenadores se quedaron estáticos al ver como escurría el líquido rojo saliendo de la cola. – Solo te costara 1.000.000 créditos, pero por el favor que me hiciste antes te descontare el 25%. –

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Co-co-co... – la joven de color amatista tenía perdida su mirada observando el vacío, estaba impactada por ver aquella atrocidad para ella.

– ¡¿IBAS A COMPRAR UNA COLA SLOWPOKE?! ¡¿Y POR UN MILLÓN DE CREDITOS?!–

– ¡N-No es lo que parece! ¡No sabía que costaba tanto y creía que un dulce con un nombre pegajoso! Quería darles algo a ustedes para disfrutar en grupo, y... –

– ¿¡LA COLA CORTADA DE UN POBRE POKEMON TE PARECE QUE ES UN DULCE?! ¡ESTAS DEMENTE! –

Pero yo... – En la cabeza de God la cabeza de la joven amatista creció varias veces más de tamaño dejando muy nervioso al entrenador no sabiendo cómo responder. – Amber, por fa ayuda. –

Cola... slowpoke... –

Amber estaba petrificada sin poder hacer ningún movimiento, y con un viento frío pasando por sus piernas la joven perdió la consciencia cayendo de espalda. Estaba viendo un miembro aputado y sazonado para ser comido enfrenten de ella. Demasiado para su estómago.

– Amber. – God por mero reflejo logró sostener a la joven pasando su brazo por la parte de atrás de sus caderas, sin notarlo sus rostros estaban a centímetros de tener algún contacto y la expresión de la joven sonrojada llena de inocencia no mejoraba la nueva escena. – Hey, espera. ¿Qué te pasa? No es hora de la siesta. Arriba. –

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El gruñido de Growlithe y la temperatura subiendo llamó la atención.

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– ROAAAAR (¡ALEJATE DE ELLA!) –

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El celoso growlithe viniendo en una veloz carrera soltó un potente lanzallamas al rostro del entrenador chamuscándolo por completo. Un potente fuego fue esquivado apenas para solo recibir unas cuantos brasas apenas. Aún después de recibirlo a quemarropa, el entrenador luego de toser un poco, bajó con mucho cuidado a la joven y con su morral como almohada puso en el suelo a la joven para luego levantarse y con calma tomar un respiro a lo que se volteaba tranquilamente.

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– Sinceramente, le agradezco por la paciencia que tuvo al esperarme y todo, pero me veré forzado por el momento a tener que rechazar su bondadosa oferta. – God aun afectado por ese lanzallamas a corta distancia aun con el hollín marcado en todo su rostro. – Espero que me disculpe por haberle hecho perder su tiempo. –

Eh... Claro, no te preocupes. –

– Muy bien. Ahora si me disculpan, debo desmayarme. –

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Con dichas palabras al microsegundo God perdió el equilibrio cayendo hacia atrás. Viendo más cerca la joven revisó al entrenador para ver si se había golpeado la cabeza, pero al verlo supo que solo estaba dormido con el primer suave ronquido.

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– Así que ese es su límite. – dijo la entrenadora viendo que por fin que God había cedido. No era para nada normal que su cuerpo continuase de esa forma si descansar al menos un poco. Naomi pasaba su vista por el cuerpo de God viendo todas las marcas en su cuerpo. Varios golpes destacaban por no haber sanado del todo. – "Sanar rápido" ¿No es así? …Eres un mentiroso. –

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Alguien que pudiera actuar sin ningún problema en arriesgarse a sí mismo. Naomi reconocía el valor, pero no hasta el punto de arriesgarse a tanto. En verdad lo consideraba como alguien que le falta uno o dos tornillos. Incluso después de todos esos golpes, podía estar con un rostro tan tranquilo durmiendo en la mitad del camino. Naomi no sabía cómo sentirse al respecto con alguien así de compañero.

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El hecho de que te lastimes a este nivel es una bandera roja… Aun así, ¿por qué siento esta seguridad al tenerlo a mi lado? – Naomi solo veía en cuclillas el rostro tranquilo de God. Era la primera vez que lo veía tan tranquilo y relajado. Incluso cuando picaba su mejilla con su dedo no hacía nada que seguir roncando. Primera vez que veía a un varón de tan cerca ¿acaso siempre tuvo un rostro tan infantil? Naomi tenía mucha curiosidad. – (Una amenaza al mundo… ¿En verdad es él?) …Tonto. –

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Ahora era notable como el entrenador descansaba profundamente sin sentir como Natsu en su venganza, le mordía su brazo derecho con fuerza sin detenerse y con aun más fuerza al ver cómo había caído muy cerca de su querida entrenadora, Rayo vino a un paso calmado y creando su cola platino

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Bonk.

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- Pika "Basta." –

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Con un poco de fuerza suficiente para detener al cachorro quien terminó soltando un quejido como sus ojos hacían fuerza para retener las lágrimas y un chichón saliendo de su cabeza.

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Claro que no le tomó mucho cuando el coraje de que lo hayan golpeado cambiara su actitud ahora gruñendo fieramente al ratón que solo veía serio al cachorro, pero al ver que este iba a atacarlo este empezó a soltar chispas de sus mejillas preparadas para electrocutarlo al primer momento.

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Poco a poco el robusto señor retrocedía lentamente al ver como la temperatura aumentaba y chispas volaban violentamente ya saliendo de aquel sitio, y a lo lejos un Pidgey con una artefacto de espionaje observaba la escena al igual que quien era dueño de este. Zeke estaba viendo la escena de sus futuros mientras se adentraba más profundo en aquella húmeda cueva.

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– Tchh ¿En qué me abre metido esta vez? –

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Notas del Autor:

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Buenos días, tardes, o noches. Con este capítulo concluye el segundo volumen de la historia Lazos de Nuestro Mundo. Ha sido difícil mantenerse viendo los errores pasados de esta historia, leer lo que mi yo de hace anos quiso escribir, y tratar de repararlo sin romper lo que quería transmitir en aquel momento.

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De cualquier forma, esta es solo una historia más contada por un extraño en su computadora. Aun así, debo de agradecer a aquellos individuos que se han tomado el tiempo de darle una oportunidad. Agradezco de antemano por la paciencia de esta primera historia que escribí hace mucho. Cualquier comentario que tengan, sea tan críticos u opiniones, sean libres de dar un poco de sus ideas para poder mejorar. Agradezco de antemano, y les deseo solo prosperidad.