I. Las cenizas apagadas.

– Pikachu ya no puede continuar, el ganador es Houndoom dándole la victoria al entrenador Tony. – dicto Naomi cumpliendo con su trabajo de referee. Ella volteó a ver a God que recogía con desánimo a Rayo, y luego volteó a ver a Tony quién acariciaba a Wolf en la cabeza aunque no hubiera expresión alguna en su rostro.

– La próxima vez no tardes tanto. – dijo Tony tomando por los cuernos a Houndoom para que lo viera de frente. – Después de eso, buen trabajo. –

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Los comentarios del público no tardaron y claro que varios se quedaron en silencio al ver a God perder, o mejor dicho, ver a Tony ganar. Aunque claro que Tony pasó de largo a esto y caminó junto con Wolf hasta donde estaba God. Ninguno dijo nada esperando a que el otro hablara ya que no sabía que podía pensar el otro.

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– Supongo que no se hace falta que lo diga, pero fallaste. Otra vez. – dijo Tony doblando un poco la cabeza a un lado metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta negra. Al no tener respuesta suspiro viendo a otro lado mientras de uno de sus bolsillos sacaba una pequeña bolsita de plástico y la tiraba a un lado. God volteó a verla y la reconoció como otra bolsita con un par de bayas, justo igual que la que Wolf le había dado con Kazza. – Estas desprotegido, ve a que curen a tus pokemon. Por lo menos eso merece. –

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Tony se iba alejando tranquilamente rumbo a las puertas, Wolf sin embargo se quedó viendo un momento a Rayo inconsciente para luego intentar despertarlo con dos lamidas en su mejilla. La paz regresó a su corazón al verlo abrir los ojos y que un poco confundido viera que estaba en los brazos de su entrenador, eso solo significaba que había perdido.

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– Tranquilo, compadre. Hiciste lo mejor, ella estaría orgullosa de ti. Incluso yo estoy impresionado, luego hablamos y le damos nombre a eso que hiciste ¿Te parece? Ahora descansa. – dijo God calmando al ratón eléctrico mientras lo acomodaba en sus brazos, en sí había hecho demasiado para un pequeño así y se merecía descansar. Calló completamente dormido luego que God le dijera eso. – Supongo que estuvimos cerca, y pensar que la otra vez ganamos. –

La otra vez... – God voltio a ver a Tony que lo había oído. – Tu suerte te brilló al ser tu cumpleaños. No porque hiciste algo en el pasado significa que pueda pasar de nuevo. No si no le pones empeño. El mundo gira, las cosas cambian y tu suerte se acaba. –

Bueno... Sí, pero... –

– No es escusa, God. Tu más que nadie debes saber el peligro que hay fuera de las paredes del hospital, el no estar listo o el más mínimo error puede ser la muerte tanto para ti como para los que te rodean. –

Lo sé... ya lo he vivido. – susurro God viendo a Rayo mientras dormía muy agotado. – Varias veces de hecho... –

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Un leve flash de lo de Suicune y las Ruinas Alfa había sido por su culpa, y el que en la Cueva Unión su descuido casi pierde a Amber por lo que se había arriesgado aún más para sacarlos a todos con vida.

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En ambas ocasiones tuvo mucha suerte de que hubiera más gente que lo ayudarán a salir de ella. Tanto el profesor Napol quién dio su vida y que esa cosa le diera la oportunidad que aún sin saberlo detuvo a Suicune, como en la cueva que con la ayuda de Zeke gracias a su consciencia bipolar lo hizo regresar y pudieron salvarse de milagro contra esos pokemon raros.

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Aquellas dos veces había arriesgado todo por un capricho o por querer descubrir el secreto de lo que le paso, cosa que hasta hoy en día ninguno de los otros sabía lo que le pasaba y creían que solo había sido una cualidad.

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Sin embargo, en ambas ocasiones Rayo había sido un factor clave. Si no fuera por él no hubieran tenido oportunidad alguna contra Suicune, y también fue él quien protegió a Amber con todo lo que tenía hasta que llegó con Naomi y poco después con Zeke. Sin él, Amber pudo haber sido... ¡No! ni siquiera quería pensar en eso, no quería volver a pensar en algo así, y ni hablar de lo que hubiera pasado si Suicune seguía esparciendo su tormenta hacía la ciudad.

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Rayo es... Mi mejor amigo, no es ningún sirviente o lacayo. – dijo God viendo a su pokemon dormir pacíficamente. Tony volteó a verlo con una mirada seria en su ceño. – No hables de él como si fuera... –

– Aunque no lo fuera, tampoco te da derecho a mandarlo a su suerte cuando combates. No lo obligues a que solucione tus problemas si no sabes que hacer. Enfrenta tus errores de frente y no esperes que otros te ayuden. –

Yo... –

– El entrenar a un pokemon no es solo hacerles creer que llegaran a los más altos si te siguen ciegamente. No, hay que enseñarles a cuando luchar, el cómo cazar para alimentarse y cuando es correcto hacerlo, como camuflarse, y más que nada el cómo reaccionar cuando tu no estas con él. Si no eres capaz de enseñarle eso a quienes te siguen por su propia voluntad, entonces no mereces llamarte entrenador. –

Pero Rayo... –

Ambos sabemos que Rayo es el único en ese cinturón que sabe otro papel aparte de arma destructiva. Ni siquiera se lo enseñaste tú, sino ella... – Tony paró de hablar al notar lo que iba a decir, vio como God estaba cabizbajo y sólo se dio vuelta tratando de hacer pensar que nada paso. – De cualquier forma, cumple tu parte. Te quedarás aquí hasta que resuelva el problema, y luego volverás a Esperanza. Llegar hasta aquí es suficiente mérito, es hora que vuelvas a casa antes de que perjudiques a alguien más. –

Yo... – God se quedó callado al oír cada una de las palabras que le decía Tony, no podía decirle nada o más bien era que no quería responderle. Ante sus ojos, Tony tenía razón y no sabía que decirle para justificarse. – ¿Qué puedo hacer para ser mejor? –

– Aprende cuál es tu lugar, y apartarte de mi camino. – Fue lo último que dijo Tony alejándose a un paso lento dejando a God con esas dudas en su cabeza. Wolf seguía a Tony hasta alcanzarle, estaba molesto con él por haber dicho eso sin eso, pero cambio al ver su semblante. Sus ojos siempre estaba ocultos debajo de la sombra que hacía su cabello, pero lo conocía lo suficiente para saber que estaba en un conflicto interno consigo mismo. – Andando Wolf. –

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La gente que estaba en el camino abrió paso al ver que iba por la salida, lo veían con una mezcla de frustración, enojo y coraje al ver a ese chico con esa actitud tan arrogante. El único que no pensaba igual era Marshall que cuando Tony pasó por su lado le dedicó unas palabras.

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– ¿Fue suficiente la prueba para ti? –

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Marshall dudó con esas palabras y volteó a ver al chico de rodillas con el pikachu debilitado en medio de todo ese campo de guerra que había dañado la estructura de aquella habitación.

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Creo que demasiado... –

II. El Poder de la Ciencia.

Pasadas una hora, todos regresaron a la sala de antes donde discutían todo lo acontecido. God había pedido a la doctora del sitio que curara a sus pokemon, pero las máquinas eran más viejas y tardarían por lo menos un día para que curarlos por completo debido a sus heridas graves.

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Tony fue más astuto, por el momento metió a todos salvo a Wolf y a otro en el PC. Conocía que aunque el sistema no podía conectarse a su cuenta, podía dejarlos ahí de momento y que el sistema de salvamento los curara mientras estuvieran ahí, era más rápido pero menos efectivo y práctico aunque a él no le importaba del todo.

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Rayo recibió un trato especial debido a que God se negaba a guardarlo en su pokeball, por lo que tomó la manera tradicional y con un poco de ayuda de Amber y un par de medicinas que aún no caducaban pudieron ayudarle, aunque aún debía descansar y tardaría más que los otros.

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En el rato Zeke había desaparecido y Naomi lo buscaba por el lugar pensando que estaría haciendo otra fechoría, y fue su sorpresa al verlo en la sala multimedia donde le estaba haciendo algo a una de las PC del lugar.

– ¿Se puede saber que estás haciendo? – dijo Naomi enfadada haciendo a Zeke que estaba acostado el golpearse la cabeza y quejarse con 3 maldiciones por eso.

– Fantástico, mas jaqueca. Ya tenía suficiente contigo ¿Sabes? – decía mientras revisaba los cables con una mano y la otra se sostenía la cabeza. – ¿No puedes pasar ni cinco minutos sin que estar molestando? Empiezo a creer que te gusto. –

– Iuu, ¡Jamás! – Dijo Naomi sin pensarlo dos veces. – En primera: Eso jamás pasará, ni siquiera lo pienses que ya me dan ganas de vomitar. Y en segunda; Me dijeron que estabas por aquí a solas y antes de que nos echen o nos arresten por daño a propiedad privada quiero saber que estabas haciendo. –

– Bueno, en segunda; trató de usar estos cachivaches para hacer un reemisor de ondas Alfa con el que pueda interferir con el campo magnético que rodea este maldito pueblo, y primero; Deja de ser tan obvia, ya todo el mundo sabe para qué usas esos dedos en las noches pensando en un par de ojos con derrame ocular. –

Tardó unos segundos para entenderlo, al final Naomi se puso roja por ese comentario sabiendo de lo que se refería. Zeke estaba debajo de una de esas máquinas y había algo que parecía pesado encima de él sostenido por una clase de bastón que Naomi pateo cayéndose en el estómago del cazador.

– Maldi... ¿Terminaste? – dijo Zeke saliendo de debajo para ver a Naomi sonreír un tanto maliciosa. – Ya te sientes mejor con eso. –

– Un poco. – dijo Naomi con una sonrisa en su rostro.

– Si quieres ser de utilidad, pásame el lector óptico que está en la mesa de allá. – Naomi refunfuñando volteo a ver la dirección que le decía y se acercó al ver varias refacciones de lo que había sido una PC. – Ufff, es el que parece un viejo reproductor DVD. –

– Hay muchas cosas aquí, más de las que tienen un PC normal por su tamaño. –

– Es lo que pasa con estos cachivaches, son de la época de Bill y ni siquiera tienen las actualizaciones de Tesla. Suerte que ya he hecho artefactos con un microondas, una licuadora vieja y un viejo proyector, puedo arreglármelo con esto. – dijo Zeke con toda confianza. Una de las refacciones del PC se cayó al suelo y empezó a rodar y Naomi fue por él y notó cómo otros tres PC estaban completamente desarmados en piezas. – Si... Bueno, no siempre sale a la primera. Aunque ya sabes, la cuarta es la vencida. –

– Eso es la tercera. – dijo Naomi dándole el objeto. – ¿Y para que quieres armar ese... "Reemisor de Ondas magnéticas"? –

– El nombre lo dice todo, biblioteca. – decía Zeke mientras trabaja ahora encima del escritorio que había enfrente del PC y haciendo cosas que Naomi no sabía cómo explicar. – Tal vez no lo sepas pero gracias a mi gran ingenio pude deducir que era lo que bloqueaba las conexiones con el resto del mundo; y era que un campo magnético obstruía en las señales. –

Un campo magnético... Es interesante, pero dime ¿Tienes alguna hipótesis de cómo pudo aparecer o formarse? –

– ¿Tu qué crees que me refiero con magnético? Imanes claro. Deberían de haber una docena por los alrededores del pueblo, y ya me imagino que patán es el que está provocándolo. – dijo Zeke mientras que la imagen del tipo junto con el Probopass que le habían atacado pasaba por su cabeza. – Ya está casi listo, no espero el momento para que ese pobre imitación de Ahu Tahai diga Allahu Akbar en pedazos. –

– Entiendo ese planteamiento, pero como piensas que ese artefacto puede acabar con el campo magnético. – decía Naomi replanteando el plan. – Que yo sepa, solo una larga temperatura podría acabar con algo de esa longitud y rango. –

– Me gusta como piensas, pero quemar el bosque llamaría mucho la atención. Lo que yo trató de hacer no es destruir el campo. Aún. –

Entonces... –

– Solo hare un pequeño hueco en el campo magnético por unos segundos para enviar un mensaje. De seguro hay un tipo en específico que debe estar preocupado por todo esto. – decía Zeke hasta puso su máquina más o menos del tamaño de la mesa y la conectó con el PC de al lado. – Eso sí, para que veas que no soy rencoroso yo SI te advierto que te apartes o puede que recibas una leve descarga eléctrica. – ¿Puede? – Naomi se alejó unos pasos, sin embargo vio a Zeke oculto a varios metros con una especie de detonador.

– Puede que sí, o puede que explote como los otros dos. En fin ¿Listos? –

– Eh espera ¿ahora? –

– ¡Fuego! –

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La máquina soltó una luz y la carcasa de afuera salió disparado haciendo un gran estruendo seguido del grito de Naomi al cubrirse. El PC que estaba conectado también empezó a soltar humo y la pantalla del mensaje se bugueo justo antes de que soltara un extraño zumbido en lo que Naomi gateaba para alejarse del sitio.

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– Bueno, no salió del todo bien. – dijo Zeke un tanto optimista viendo como seguía saliendo humo de la máquina. – Por lo menos no se incendió esta... –

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Adivinen que paso. Naomi veía incrédula mientras se levantaba como Zeke soltando un suspiro tomó el extintor del sitio y apagó el fuego de la PC.

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– ¿Tus inventos siempre hacen eso, o fue un mal cálculo? –

– Que te digo, biblioteca. Con la vieja chatarra no se sabe cómo saldrá todo, al menos sé que la carga es demasiado para la batería y sobrecarga el procesador. –

Aja... –

– Well escuse me, princess. No todo sale en media hora, vale? – decía mientras revisaba los restos del PC. – Supongo que fue un avance, al menos el email se envió aunque no sé si habrá llegado. –

– Pudiste haber llamado ayuda con esa cosa y solo pensabas en hacer eso. –

– Pues... Sí, prefiero mantenerme al margen con la Liga. No estoy en buenos términos con la ley desde que averié los semáforos de tres calles en hora pico. Y NO, no hubo nadie herido ¿Ok? Me asegure de eso. –

Bueno, por lo menos no... – Las voces de varios de los habitantes alarmados se oían y parecían venir a ellos. Naomi se preocupó un poco por – Ok, de acuerdo. Se puede salir de esta. Solo hay que decirles que intentabas hacer y... ¿Têtu? –

Al voltear Naomi veía que el otro se había ido y cuando los habitantes abrieron la puerta la encontraron a ella junto a todo lo otro y el PC volviéndose a incendiar, pero ni rastro de Zeke.

¡Hijo de...! –

– ¿Oye, se puede saber que estás haciendo? –

Esto... Yo... –

– Bueno, olvídalo. La señorita Amber y la doctora te llaman, necesitan ayuda con algo urgente. – uno de los habitantes le dijo eso a Naomi. – Por favor, ven rápido. –

– ¿Qué? ¿Paso algo? –

El chico... El que el otro de tu grupo trajo... Ha despertado. – dijo con alegre aquel habitante.

– (¿El Feo con F de Feraligatr?) – pensó Zeke aun en silencio.

– Me pidieron que te buscara, acompáñanos por favor. Pueden que necesiten ayuda. –

Eh bueno... –

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Ellos dejaron la habitación y fueron directos a donde estaban todos los demás en la enfermería, mientras que Zeke aprovechó la oportunidad para escabullirse y alejarse de aquel sitio.

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Bueno... Por lo menos cumplí lo que me pediste, ya te informe los detalles. Veamos si es que te llegaron, Don Destiny. –

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III. Familia Primero.

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En otra de las habitaciones una pequeña niña estaba acostada en una cama de hospital acompañada por una mujer un tanto mayor que compartía rasgos con la pequeña y que podría decirse que eran familia.

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En el otro lado se encontraba un Houndoom durmiendo cerca de ella para darle algo de calor, y un poco más lejos estaba Tony quien sentado en una silla se había quedado dormido con los brazos cruzados y con las piernas encima del escritorio.

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Zeke al pasar a un lado vio adentro y notó como aquel chico había bajado la guardia junto a esas dos personas, inclusive se había quitado su chaqueta, botas e inclusive su cinturón para descansar un poco mejor, pero tampoco parecía desprotegido puesto parecía como que en cualquier segundo se levantaría al primer movimiento que el pudiera hacer algo para tomar su cinturón con esos pokemon tan extraños.

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(Ni siquiera durmiendo se mantiene tranquilo...) – Pensó Zeke analizando la situación.

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Aquella mujer parecía ser la madre de la pequeña niña en la cama aunque algo era raro, como una mujer podía dejar que su hija se pintara el pelo de ese color. Aunque debía admitirlo, ese tinte rosa debía ser muy bueno ya que parecía hasta real que fuera su color natural. Es raro pero la mujer tarareaba una canción de cuna que calmaba a la pequeña durmiente, se notaba agotada y podía deducir que tenía fiebre debido al cubo de agua de alado y al pañuelo que tenía en la frente.

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Ouh Que tierno... Entonces si tiene su corazoncito... –

– De verdad no tengo palabras de como poder agradecerte que la hayas traído. – La voz de la madre llamó la atención de Zeke que empezó a escuchar lo que decían. – Con todo lo que está pasando y que ella desapareciera antes de esa neblina, pensé que jamás la volvería a ver. – decía la mujer con una voz tranquila mientras acariciaba a la pequeña en su mejilla. – Nunca espere que un joven caballero y su fiel corcel trajeran a mi bebé de vuelta a casa. –

– (¿Caballero y corcel? Esta mujer parece que le gustan las cosas medievales.) – pensó Zeke.

– Ya se lo dije, no tiene nada que agradecer. Solo la encontré en el camino. –

– Con todo lo que ha pasado de seguro les habrá dado hambre, déjame y te sirvo un plato. – dijo la mujer levantándose e ir a una mesa donde había una gran cacerola con lo que creía poder ser sopa o fideos.

– No es necesario, yo me encargo de la alimentación de mis pokemon. Hay muchas otras personas que necesitan eso. –

– ¿Pero qué hay de ti? No has comido nada desde que llegaste al Centro. Tú también debes comer si es que quieres ser grande y fuerte. –

– Deje el fastidio, ya le dije que no necesito de su comida. – dijo Tony levantando un poco la voz, Wolf levantó la cabeza un tanto molesto con él por haberle gritado.

– (¿Qué le pasa? Tampoco debe comportarse así porque le ofrezcan comida gratis.) – pensaba Zeke mientras seguía escuchando.

– Si es por la ración, no te preocupes. Te puedo dar de la mía y así nadie se molestara. Sera nuestro secretico ¿Vale? –

Sera... Deje el fastidio, no necesito su comida. –gritó Tony en voz baja. La mujer volteó a verlo y empezó a caminar hacia él. – Ahora que... –

Muchacho... – Tony intentó apartar la vista pero las dulces manos de la mujer lo hicieron voltear a verla. – Aunque no lo hubieras querido, trajiste a mi pequeña Sara a casa. Con solo el hecho de poder volver a verla a salvo es algo que vale mucho más de lo que te pudiera pedir, y es mucho más de lo que puedas decir para que deje de agradecerte. –

Aun así. La familia es lo primero... – Tony apartó las manos de la mujer con un poco más de calma. – Es mejor que usted coma, como puede cuidar de ella si usted no come lo necesario o enferma. Aun así, hay una par de cosas que quisiera que me responda. –

– Te ayudare en lo que pueda. –

– Ella estaba en la ruta 32 escapando de tres sujetos, estaban en mi camino así que me encargue de ellos. Aun así, parecían estar interesados en esto. –

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Del pequeño bolso que llevaba en su cinturón Tony sacó una extraña un objeto que dejó tanto a la mujer como a Zeke con la boca abierta. Lo que Tony sin entender del todo lo que tenía entre sus dedos era que se trataba de una mística pluma de un color plata intenso como la luna; sin duda caída de un Pokémon muy especial.

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– Ella llevaba una caja de zapatos con esto dentro. Me mencionó que alguien la había enviado a buscar a alguien y creyó que era yo al que buscaba, no tengo idea de como pero esta cosa me llevó entre la neblina hasta llegar a la entrada de este Pueblo. –

– Muchacho, esa es... –

– El Ala Plateada… (¡El Ala plateada! ¿Dónde cojones la consiguió?) –

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Tony no entendía la sorpresa de la mujer por aquella extraña pluma que con la luz de un par de velas reflejaba su luz. Esa pluma era una clase de espejo que hipnotizaba a su vista, y no sabía si era su imaginación o no pero parecía poder oír el canto del mar si la acercaba a su oído.

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Eso... Es un Ala plateada. Es un objeto legendario y muy extraño de encontrar, casi un mito. Es sorprendente verla en persona. – decía la mujer sorprendida mientras Tony le daba la pluma sin entender tanto. – Es impresionante... Nunca pensé el verlo fuera de los cuentos de mi abuelo. Sabrás que hace mucho hubo un problema hace mucho con un antiguo líder de gimnasio y una pokeball legendaria que podía atrapar el tiempo, y... –

– Puede quedársela si se calla. – le corto el rollo Tony algo fastidiado.

– ¿Eh? ¿Es enserio? –

– Solo si corta el rollo. No me interesa lo que esa cosa sea, solo quiero saber quién es Violeta y por qué me estaba buscando. –

¿Vi... Violeta dices? – La mujer fue con su hija que seguía durmiendo y con suavidad le tomó la mejilla. – Que raro es oír ese nombre otra vez. –

... – Tony simplemente mantuvo una expresión chibi en su rostro esperando a que continuará.

– Bueno, desde hace un tiempo mi bebé me ha dicho que hizo una amiga en el Encinar, un viejo bosque que lleva mucho más tiempo que este viejo pueblo al oeste de aquí, siempre habla sobre las grandes aventuras que tenía con ella aunque jamás quiso traerla a casa. –

... –

– Se la pasaba jugando en el Encinar todos los días después de estudiar, decía que vivía un montón de aventuras con ella. Me tenía intrigada que tuviera tanta imaginación para contarme toda esa historia. – decía la madre viendo a la pequeña y soltando una pequeña sonrisa, sin embargo sus palabras parecían que se entrecortaban en su garganta y Tony pudo ver como un pequeña par de lágrimas se hacían presentes debajo de los ojos de la mujer que trataba de actuar alegre. – Cuando todo pasó... No pude encontrarla a tiempo y la neblina bloqueó el paso, no pude buscar a mi hija y... Tenía miedo de que ella... –

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Lágrimas se deslizaban lentamente por las mejillas de la mujer mientras las limpiaba rápidamente para tratar de evitar la incomodidad del según ella salvado de su mayor tesoro, e inclusive mientras intentaba calmarse se disculpaba con él por actuar así. Zeke tragó saliva al ver esa escena apartando la mirada al sentirse demás en esa situación y a paso lento se alejó del sitio.

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Tremendo lío que hay por aquí... – Se decía Zeke así mismo mientras se dirigía a ver lo que había pasado con el tipo que él encontró y trajo. Aunque la frase que el pirómano había dicho antes le resonó en la cabeza, así que Zeke sacó su videocámara y empezó a ver el combate adelantándose hasta el final. El detalle de como hablando con God y dejándole en eso le recordó esa frase. – "La familia es primero" ¿eh? –

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Zeke volteo a ver por ultima esa habitación con un par de dudas en su cabeza.

– Supongo que en parte es así. –