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I. Razones y Preocupaciones.

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Al pasar por la sala principal donde estaba la máquina vio que God estaba sentado en la sala de espera junto a Rayo quién seguía dormido recuperando fuerzas. Lo que veía ante sus ojos le hizo abrirlos de par a par. Por primera vez God estaba pensando completamente quieto sin hacer ningún ejercicio, sólo estaba ahí sentado con esa expresión de idiota con ganas de estar cagandose encima según diría Zeke. Aun así paso de largo de él para ir a ver que podía averiguar en la enfermería.

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Todos estaban ahí, la enfermería estaba completamente llena y no era por los enfermos. La entrada desbordaba de los habitantes que solo le obstruían el camino al cazador, así que Zeke no perdió la oportunidad y buscando entre sus objetos sacó una pequeña esfera azul. Con una sonrisa llena de malicia la lanzó contra el suelo haciendo un gran estruendo que hizo saltar a varios de ellos.

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– Jajajaja Bombas de aturdimiento. Un tanto caras y dura poco, pero valió la pena comprarlas para estos casos. – dijo Zeke al abrirse paso acercándose a donde lo había dejado encontrándose con la madre del tipo, con la doctora y Amber quiénes hacían sus cosas médicas. La madre se encontraba muy pegada al hijo aun con lágrimas en los ojos, y la doctora le revisaba poco a poco los síntomas aunque si parecían que aún no estaba completamente en sí.

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– ¿Qué tal, viejo? Veo que ya despertaste. – Zeke se acercó a él con un aura alegre, la mirada de todos se clavaron en él y lo puso un tanto nervioso. El tipo volteó lentamente a verlo, pero su reacción fue la misma que con los demás: ninguna, solo un par de ojos perdidos en el espacio.

– Zeke-san. – Una suave y melódica voz le llamó la atención y notó a Amber que ahora llevaba ropas más cómodas para trabajar y de talla menor a las que estaba usando cuando llegó. El mayor daño posible era que Zeke pensaba que se veía sexy vistiendo igual que una enfermera. – Por favor, mantente atrás. Él acaba de despertar, pero necesita tiempo para descansar y sus heridas aún no sanan del todo. –

Guau... –

– ¿Zeke-san? –

– De verdad te queda bien el traje de médica, princesa. – dijo Zeke con una sonrisa en su rostro que podría significar muchas cosas excepto pensamientos pulcros que inclusive Amber se tapó el busto que era lo que más llamaba la atención un tanto incómoda aunque era normal para ella. – Tal vez podrías quedarte ese traje y... ¡Augh! –

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De repente todo se puso oscuro para el cazador, era húmedo y parecía tener un aliento asqueroso para su olfato así junto al hecho de que algo había atrapado su cabeza. Intentó quitárselo pero parecía le costaba al jalarlo hasta que final se soltó. El Croconaw le había mordido la cabeza y ahora estaba completamente ensalivado.

¡¿Que demon... Tu?! – decía Zeke sacándoselo de encima y tirándolo hacia unos de los habitantes que salió corriendo y Croconaw pensando que era un juego iba tras él. – Me imaginó que tienes algo que... Puaff Jajajajajajajajajajaja. –

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– Muy chistoso. – Naomi salía vistiendo la misma ropa de enfermera que Amber, justamente la talla que a Amber le encajaba bien, a ella le quedaba como pijama ochentera al ser tan ancha. – Todos los que ayudan a la doctora con los pacientes deben usar el uniforme reglamentario sin excepciones y... No había de mi talla, solo la de la doctora y de Amber. –

Esto... –

– Si si si, solo di Cheeese. – Decía Zeke sacando la videocámara tomando una foto. – Perfecto para mi blog. –

– Aun sabes que tengo a Nitro para carbonizar esa cámara. –

Chicos... –

– Recuerdas quien ganó la última vez ¿Verdad? –

Chicos, por favor... –

– Admito que la última vez me confíe de más, pero que no se te suba a la cabeza. No volveré a caer en tus trucos otra vez. –

– Quieres apostar. –

¡Chicos, por favor paren! –

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La voz de Amber resonó en todo el lugar y dejo estáticos a todos obligándolos a voltear. Ella era muy callada y tímida, pero Zeke se sorprendía el tono serio que llegaba en sus palabras hasta le daban escalofríos.

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– Este no es el lugar ni momento para eso. Si desean discutir está bien, pero por favor háganlo afuera que hay muchas personas que necesitan reposar. – dijo Amber completamente sería aunque aún mantenía su dulce tono de voz. Esas palabras daban una extraña sensación en el estómago, era una bizarra mezcla de dulzura y firmeza, como si intentara regañarlos y a la vez ser buenos con ellos. – Por el momento, necesito que me ayuden a que la gente salga del lugar. Necesitan descansar, aún siguen graves y tanto ruido no es bueno para ellos. –

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– Haré lo que pueda para ayudar. /Bueno, todo por ti princesa. – dijeron ambos al unísono aunque luego compartieron una mirada de guerra fría entre ellos.

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Amber pidió que todos salieran y lo dejarán descansar un poco más, ella debía de ver su estado físico y ver como se encontraba en lo que era su memoria. Las únicas que se quedaron con ella fueron la misma doctora que cuidaba de los demás chicos que aún llevaban la misteriosa enfermedad, y la otra era la misma madre que se reusaba de dejar a su hijo solo por un solo segundo.

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El chico estaba desnutrido, no había comido ni bebido en días y parecía que no parece haber tenido descanso alguno al estar todos sus músculos contraídos llegándose a vérsele las costillas. Recostando al chico y con ayuda de la madre Amber pudo ver que él chico que aun estando en una clase de trance respondía a las palabras de su madre con vagas respuestas como asentir o negar al preguntarle que le había pasado, era obvio que necesitaba descansar pero antes de que los dejara Amber le pidió ayuda a buscar alguna marca negra o algo parecido a un zarpazo o golpe.

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Fue la sorpresa que él era el único que no llevaba una marca en su cuerpo. Estaba limpió y eso le alegro en parte. Aquellas manchas negras parecían ser una clase de virus parásito que se esparcía a gran velocidad entre las venas y vasos sanguíneos de la persona, la forma en que se esparcía era lo que más asustaba a Amber puesto no tenía tanto conocimiento médico como para poder operarle.

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Aun si la doctora lo hacía con la falta de recursos y la gran cantidad de chicos le era imposible aun con la ayuda de Amber. Lo que más podían hacer era tratar de tratar la fuerte fiebre que sentían y darle medicina calmante para que no llegaran a... De cualquier forma, si el chico se encontraba bien significaba que podría tener información de afuera o inclusive saber qué fue lo que paso, aun así el tiempo estaba en su contra.

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Todos los habitantes se habían reunido en la sala principal del Centro donde Marshall junto a todos los demás discutían acerca de que debían hacer ahora. Según les había dicho Tony que un extraño grupo con ropa de convicto lo emboscaron dos veces antes de llegar al pueblo.

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Ambos llevaban pokemon que él nunca había visto en la región por lo que había deducido que debían ser algún grupo terrorista de turno que trataba de dominar el mundo o algo parecido.

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Anteriormente grupos así no eran mucho de que temer salvo más que algunos crímenes pequeños, ante los ojos de la Liga solo eran otra banda de criminales pequeños con deseos de poder. Por lo tanto, no intervenían en asuntos tan triviales que inclusive algunos de los entrenadores se encargaban de ellos. Sin embargo nada es lo que parece en realidad, siempre hay excepciones que si no se tienen cuidado pueden llegar a ser una gran catástrofe en la región.

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Actos como lo han sido la mafia del team Rocket junto a la corrupción que había en el sistema anterior debido a que el misterioso y más poderoso líder de gimnasio de Ciudad Verde era la cabeza principal del grupo criminal, que hoy en día estaba disuelto, el team Rocket.

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Fue gracias a que un trío de jóvenes entrenadores detuvieron los variados planes que tenían para tomar el control de la región por la fuerza. Aun así el grupo fue vencido y dispersado quienes no fueron atrapados por las autoridades que había en aquel momento. El Jefe mafioso y cabeza de la banda criminal, Giovanni, sigue a sus anchas desde hace más de 45 años y aunque gracias a la intervención del campeón rojo el plan de crear al pokemon mas fuerte fue detenido, o eso se suponía lo que decían los reportes.

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Ha habido múltiples grupos como el team Rocket que han intentado lo mismo y por obra del mismo destino eran detenidos por nada más que entrenadores jóvenes que llegaron a hacerse oír en los Hall de la Fama de su respectiva nación. Algunos han sido mejores que otros en sus planes.

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Hoy en día algunos siguen siendo un problema para la Liga con sus planes de infiltrarse por dentro, otros simplemente han buscado el fin del mundo tanto intencional como por intentar hacer un bien mayor, y algunos solo por fallar la clase de ciencias en la preparatoria y no entender el ciclo Hidrológico. De cualquier forma, grupos terroristas siempre han aparecido en la historia sin pena ni gloria, algunos inclusive se convirtieron en lo que hoy son los cazadores, la plaga más molesta para la Liga.

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– Que molestia, y pensar que habíamos vivido en paz por mucho tiempo sin esos tipos. – decía uno de los señores mayores que había en el sitio. – Ojalá Gold siguiera por aquí, el los hubiera machacado con su Ambipom o incinerado con su Typhlosion. –

– Ay si eres un viejo hipócrita, si tú más que nadie quería que los echáramos del pueblo por quemar una vieja choza. –

– Pues que querías mujer, era mi choza y ESTABA ADENTRO. –

– ¿Ves? Ya son 43 desde entonces y sigues molesto. –

– POR DIOS MUJER NO PUEDES DEJARME NI OPINAR POR MEDIO SEGUNDO. –

– Esto... ¿Podemos continuar? – Zeke interrumpió.

– Perdón hijito, continúen. –

– Bueno, pasando todo esto. Debemos hablar de lo haremos ahora. .–

– Nos haces un resumen ¿Marshall? –

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Marshall contó todo lo que el junto a algunos de los pocos sabían más o menos partes de la historia. Sin embargo, ninguno sabía la historia completa y solo podían suponerla pero tenían algo seguro, desde que esos cinco llegaron todo parecía estar cambiando.

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Desde que todo eso comenzó días atrás con aquella neblina y la desaparición de los niños, todo iba de mal en peor al no poder comunicarse con el exterior y el que cada vez que intentaran cruzarla regresara al punto de partida. Tomó poco tiempo para que todos la comenzaran a llamar como "Makiu"; la neblina mágica.

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Lo que sabían de Makiu hasta ahora era que un par de días antes el clima se volvió loco, el viento sopló con fuerza y nubes grises empezaban a cubrir el cielo. Después todos los pokemon salvajes que vivían en el pueblo huyeron sin decir nada en absoluto, tanto los que disfrutaban vivir en el pueblo como los que trabajaban para a su lado. Todos compartían la misma expresión de miedo y espanto al huir del pueblo hacía más allá de las rutas no recorrida por los humanos.

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Unos de los habitantes que trabajaba cortando árboles para conseguir carbón mencionó que sus Farfetch huyeron al bosque despavoridos. Solo los que estaban en sus pokeballs se quedaron con sus entrenadores pero ahora ni siquiera querían salir de sus pokeballs o por lo menos había algo que lo obstruía.

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Makiu apareció poco después, y con ello rompió todo lazo que tenían con el exterior, ni por la ruta ni por el Encinar se podía pasar sin que se llegara al punto de partida. Sólo los jóvenes entrenadores eran los únicos que podían pasar, pero ya sabe el resto, ellos desaparecían sin dejar rastro. Así que sin comunicaciones y con los suministros agotándose contaba los días a las personas, la misma doctora mencionó que algunos de los veteranos del pueblo no lo lograron debido a la falta de medicina y recursos.

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Todas las miradas del sitio bajaron al recordar como enterraron a varios de sus padres y seres queridos, Zeke recordó haber visto unas cruces clavadas en suelo suelto al norte del pueblo cuando buscaba pistas y podía confirmar que era real. Tanto Naomi como God lo notaron en su rostro serio y sabían que no había palabras que pudieran descriptor las fuertes emociones que expresaban los habitantes en sus rostros.

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– Ya dejen de lamentarse, seguir así no les llevará a ningún lado. Solo siguen dando vueltas sin sentido. – la voz de Tony llamó la atención de todos los habitantes e inclusive Naomi y Têtu voltearon a verlo con algo de asombro. Miradas de enojo y algunas de odio vinieron de quiénes tenían a sus hijos perdidos aún y quienes tuvieron que enterrar a quiénes les habían criado. – Solo pierden tiempo el verme así, no pueden ocultar la verdad en mis palabras. –

– Chico, te perdonamos tu insolencia ante el hecho de que trajiste a la pequeña de Saori, pero no te permitiré que hables así de los viejos del pueblo. – Uno de los señores se levantó de su asiento muy molesto. – Por lo menos ten el respeto de... –

– La basura si tiene voz. – Interrumpió Tony mientras le lanzaba un pequeño hueso a Houndoom que lo acompañaba. – Aunque si no tiene nada que sirva, entonces solo es más basura. Si solo se quedan quietos quejándose, entonces solo son basura. –

– Serás... –

– Tranquilo, Takeshi. –

– Marshall, sé que debe ser duro y todo estar a cargo con todos estos problemas y todo, pero no permitiré que insulten la memoria de mi padre. – decía enojado aquel hombre con rasgos asiáticos. – Pero claro que lo proteges, fue el quién trajo a la pequeña de Saori. –

– No estoy diciendo eso, Takeshi... –

– Y desde que ellos llegaron no has ni siquiera pensado en preguntar la opinión de los demás. No lo tomes mal, agradecemos mucho la ayuda que nos han dado la mayoría, pero hasta donde vamos a seguir con esto. – Con eso Marshall volteó a ver a los demás habitantes, pero todos apartaban la vista aunque si mostraban pensar igual que él. – Lo que trato de decir es que no sé si sea correcto que sigas al mando si ni siquiera puedes dignarte a ponerlo a voto del público. –

– ¿En serio les molesta eso? Entonces veo que tampoco será bueno que le diga lo del trato. – dijo Tony soltando un bostezo.

– ¿De que está hablando, Marshall? ¿Ahora ocultas cosas a tus vecinos, y en momentos así? –

– Takeshi, por favor. Escúchame. Yo... –

– No, Marshall. Es hora que nos digas la verdad. –

– Bueno... – Marshall volteo a ver a Tony quien estaba con su pokedex.

– Diga lo que quiera, no me interesa que pase mientras no me afecte a mí. – dijo Tony volviendo a su Pokedex.

– Bueno... –

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II. El Valor de un Líder.

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Luego de que todo se calmara, Marshall contó todo lo que había hablado con Tony, y era que el combate de hace rato era una clase para Tony también. Era que Marshall se negaba completamente en dejar que Tony se encargara de aquellos que supuestamente estaban detrás de todo esto. Aunque Tony en si había mostrado las pruebas de lo que podía hacer con el hecho de que atravesó la neblina a salvó y había traído con el dos pruebas; la hija de Saori, y una segunda pluma un tanto dañada con lo que parecía tener siete colores.

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Luego de haber ido con Kurt, él y Marshall terminaron por hacer un trató: usarían el combate con God para que demostrar su fuerza, si lo que quería ver Marshall era si estaba preparado para algo así pues aprovecharía ese combate.

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Al ver como todo terminó y God con la confianza destruida en medio del campo supo que fue demasiado. Naomi volteó a ver a God que seguía con Rayo y notó como su rostro se reflejó una mueca de varios sentimientos mezclados, pero lo que más podía ver era que se sentía engañado.

"¿Por qué no mencionaste eso desde el comienzo? Sabes que los recursos son escasos y aun así dejas perder el tiempo en un combate pokemon. "

"No me digas que Marshall solo quería verlos pelear"

"Pero... Es Marshall ¿No? El no..."

"Esto... No puede ser..."

– De verdad que la basura aquí es muy ruidosa, por lo menos deberían usar la cabeza y pensar. – decía Tony de manera fría. – Dicen que un líder no debe guardar secretos, pero a ustedes de que le serviría eso si solo se dejan llevar por otros. –

– ¿Que tienes que decir ahora? –

– No me importa lo que pase con ustedes en sí, pero por lo menos él intenta mantener la calma entre ustedes y que no caigan en el pánico. Por lo menos deberían pensar en cómo esta él, o no recuerdan que la pluma que le saque a uno de esos zombis de tercera decían que era de su hijo –

La gente se quedó callada y voltearon a verse entre ellos, Marshall estaba sin palabras solo viendo con preocupación el suelo mientras metía una mano en un bolsillo de su ropa. Tony podía suponer que era la pluma lo que estaba sosteniendo, era clásico, un padre preocupado por el bienestar de su hijo.

– Marshall, yo... Discúlpame, yo no me refería que... –

– Este bien, Takeshi. – dijo mientras le ponía la mano en el hombro. – Por ahora lo que podemos hacer es confiar en el chico, así que intentemos dar lo mejor. Tanto por el Señor Sasuke, que en paz descanse, como por Ilai que sigue perdido ahí afuera. –

– Disculpe que interrumpa la linda escena y todo. – Zeke tomó la palabra mientras estaba recostado de una pared. – Creo que les interesará lo que voy a decirles. A no ser que no quieran saber un poco más de por qué están desconectados del Mundo. –

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Zeke contó toda su gran hazaña en la que él por su cuenta fue a buscar pistas de lo que había pasado y descubrió que la razón de que nada funcionara no era nada estúpido como la magia o algo místico, sino que era simple y muy bien elaborada ciencia.

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Zeke contó acerca del campo que rodeaba el pueblo y era la razón porque no funcionaba ninguna conexión. Pues claro que los del pueblo salvo la doctora no entendieron muy bien el tema y así tardaron unos 15 minutos en una explicación más sencilla.

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Zeke también explicó cómo un extraño sujeto con gafas, Gorro de hípster milenial, un par de cascos (audífonos grandes) y traje de convicto, junto con un Probopass y sus molestas mini– narices le intentaron atacar, pero junto a sus grandes habilidades y destrezas le hizo morder el polvo sin que este pudiera hacerle algo en absoluto (Aunque algunos le preguntaban por qué olía a vómito y Zeke solo evitaba la pregunta). Esta descripción le llamó la atención a Tony teniendo en cuenta a quién se refería aunque no dijo nada de ello.

– ¿Pozo Slowpoke? –

– Es donde el hípster dijo que debía regresar, supongo que ahí podrían estar escondiéndose. – decía Zeke recordando las palabras del tipo antes de irse. – Tendría sentido, con una neblina así deberían tener contacto con una gran cantidad de agua que evaporar. –

– Eso no puede ser, hace años que cerramos el Pozo al público. – dijo uno de los habitantes. – Desde lo que paso con el Team Rocket hace mucho, los veteranos decidieron cerrar el asceso ante los demás. –

– ¿Cerraron el Pozo? ¿Y cómo consiguen agua? – Preguntó Naomi por la simpleza en sus palabras.

– El asceso está cerrado ante los demás, sin embargo solo nosotros podemos ingresar al Pozo. –

– No me digan, pusieron el INQUEBRANTABLE aviso de no pasar... ¡AUCH! Hey. –

– Lo que el Têtu trata de preguntar es el cómo mantienen lejos a los demás. –

– Jujuju, querida. No es como, sino que cosa. – dijo una de las mujeres mayores del sitio dejando con más dudas a Naomi y Zeke.

Los habitantes contaron una vieja historia; como después de que aquellos rufianes con la R roja atraparon a todos los Slowpoke y los mutilaban para el tráfico de Colas Slowpoke hasta que un día el que sería nombrado como futuro campeón detuvo sus planes y los sacó del sitio.

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Así que después de eso un Slowpoke que sufrió la mutilación de su especie, decidió encargarse de protegerlos y evitar que los humanos con malas intenciones intentaran herir a sus hermanos.

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– Vaya al grano, señora. –

– ¿Ustedes saben que son los Alfas? –

– Si si si, ya sabemos. La princesa que está ayudando a la doctora tiene en su arsenal a la cría del Alfa de la Cueva Unión, ya tuvimos que sufrir ese arco hace bastante. – dijo Zeke fastidiado con las personas de ahí.

– Bueno, podemos decir que él un Alfa. – decía Marshall uniéndose a la conversación. – Sin embargo, no podemos decir si ellos estarán en el Pozo. Hemos visto lo fuerte que él es, ¿si ellos están ahí entonces significará que son lo bastantes fuertes para vencerlo o haberlo atrapado? –

– Eso no puede ser posible, Marshall. Recuerda que nadie puede derribarlo. –

– Siento interrumpir, pero aún mencionado que clase de pokemon se trata. –

– Tú que crees, Biblioteca. Si ya dijeron que era un slowpoke que habían mutilado entonces debe ser un Slowbro, y aunque fuera un Alfa no creo que un Slowbro pueda hacer mucho para sacar a todos si su coeficiente intelectual es menos de la mitad de un pokemon decente. –

– Puede ser un Slowbro, o podría ser... – Naomi sacó su pokedex y buscando entre la lista encontró la página. – Slowking, el pokemon real ¿Disculpen, se refieren a este? –

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Naomi mostró la foto y todos le confirmaron que era el pokemon a que se referían.

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– Interesante, un Slowking ya es otra cosa. – decía Zeke imaginándoselo en su cabeza. – Según estudios son pokemon tan listos como Alakazam, y resisten igual que su otra evolución. Algo así valdría la pena cazar, al fin algo que vale la pena en este lugar. –

– ¡Ja! este crío enserio cree que puede hacerle frente. – La vieja de antes le llamó la atención. – Este no es un Slowking ordinario. –

– Si si si, es un Alfa. Por eso es que será tan valioso en mi colección. – dijo Zeke con un poco más de confianza, al parecer lo que había en la Cueva Unión parecía que le hizo cambiar en parte su opinión.

– No aguantarías ni un segundo contra él, ni siquiera todos ustedes juntos podrían con él. Gold se aseguró de eso hace mucho. –

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Los ojos de God se alumbraron al oír ese nombre y levantando la mirada la imagen de aquel entrenador paso por su cabeza. God volteó a ver a Tony y vio que él también estaba igual de sorprendido con una ceja levantada.

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– ¿Gold? ¿Gold Eco? ¿El chico pokemon? – preguntó Naomi volteando a ver a God. La anciana inflo el pecho con orgullo mientras asentía a la pregunta. – Pero... ¿Gold tuvo un Slowpoke? –

– Claro que no. Nunca nos dijo que tuvo uno. – decía God. Algunos se quedaron viéndolo con duda hasta que God explicó que Gold les entrenó a Tony a él, eran sus estudiantes y al parecer algunos se sorprendieron y otros entendieron un poco más de porque eran tan fuertes esos chicos. Naomi le paso la pokedex a God para que viera a la línea evolutiva de Slowpoke. – No, no recuerdo que el maestro tuviera alguno de estos pokemon. Tampoco lo he visto en sus fotos. –

– Typhlosion, Ambipom, Politoed. – La atención se enfocó en todo quien estaba de brazos cruzados sentado en uno de los sillones. – Sunflora, Sudowoodo, Mantine, Togekiss y Pichu. Esos eran los de su equipo. –

Esto... Bueno. Creía que tendría más. –

– Son los únicos que me interesan. – dijo cortante Tony mientras se levantado. Naomi sólo podía ver en él chico haciendo tronar los huesos de su cuerpo mientras se estiraba. – Ya no hay de qué hablar. Me retiro, Vamos, Wolf. –

– Espera, muchacho. – Marshall intentó pedirle que se quedara pero una cara de malgenio de Tony bastó para dejarlo sin palabras.

– Dije. No hay nada más. – decía Tony mientras se retiraba junto al Houndoom dejando atrás a todos en la habitación, o eso pensó antes de que unos pasos apresurados le llamarán la atención. Al darse vuelta, vio a God de frente viéndole con una mirada que parecía firme, pero Tony podía ver que era fachada al ver que sus pupilas temblaban y sus ojos se humedecían. – Dije que no me molest... –

– Tony. – Una voz un poco más grave y seria lo calló. – ¿Lo que dijiste era verdad? ¿Solo nos usaste? –

–... – No hubo respuesta alguna de su parte, solo dio vuelta y siguió caminando hasta perderse por lo oscuro fondo del pasillo rumbo a los dormitorios del sitio.

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Bajando la mirada y apretando el puño solo podía escuchar sus pasos hasta que solo se escuchaban a los habitantes hablando al otro lado del pasillo. Una lluvia de pensamientos le caía encima, se perdió en sus pensamientos hasta que una suave mano tomando su muñeca le sacó de sus pensamientos, al voltear vio que Naomi había ido tras él y parecía preocupada.

– God ¿Estas bien? – preguntó Naomi con un tono suave. God solo volteó y vio a Naomi que había venido a verle. – Siento meterme en algo que no me incumbe pero... –

– No. Está bien. – God sólo volteó y al descuido de Naomi se limpió la lágrima que se le escapó y tomándola por los hombros le mostró una sonrisa alegre característica de su persona. – Ves, estoy bien. –

– Bueno... –

– Sólo, no se lo menciones a Rayo. De seguro me daría una descarga por ponerme así. – mencionó God mientras empujaba suavemente a Naomi que soltó una leve risilla. – Vamos, aún hay cosas que resolver. –

– Antes de todo, te pido que me digas algo. – Naomi le detuvo. – ¿Escuchaste algo de lo que dijeron? –

Eh... Bueno, yo... –

– Me lo imagine. Bueno, En resumen, Monsieur Marshall y los demás han estado discutiendo acerca de mandar a tu amigo a encargarse de este problema. Me sorprende que se planteen de esa idea, aunque no tengo la idea de que yo pueda hablar de eso. – decía Naomi viendo a donde ellos seguían hablando del tema. – En Corintia, en caso de una emergencia de esta magnitud, el consejo de la Orden de Siete Espadas bajo la orden de la reina manda a un grupo de caballeros reales a encargarse del problema. –

– Ya... Bueno aunque se oiga muy genial eso de los caballeros, no creo que sea lo mismo con Azalea. – mencionó God mientras se rascaba la mejilla. – Aun así, en parte puedo comprender porque lo harían. –

– ¿Enserio? –

– Si, bueno... Me abuelo siempre me contó que en sus tiempos en el campo la gente actuaba así por el miedo. – decía God viendo el cielo al recordarlo. – En conflicto de grandes naciones, los pueblos pequeños eran puntos importantes para conquistas. Ganaban terreno enemigo y recursos, mientras más terreno obtenían hacían retroceder a los otros. Para ganar batallas dejaban morir pueblos a su merced, –

– Sí, había leído algo relacionado con el tema. El estar desprotegidos y sin poder hacer nada para impedirlo. – dijo Naomi imaginándoselo. – No me imagino lo que debe sentirse encontrarse en una situación tan complicada como esta. –

– El sentirse así, la impotencia y el miedo de perder a alguien hacen que la gente no piense bien, se dejen llevar y... Pierden el control al pensar que... Si no hacen algo, pueden perder todo. Lo sé, lo he vivido y Tony... Él la paso mucho peor que yo. También. – decía God viendo a su mano derecha algo para impedirlo y el sentimiento tristeza y preocupación se veía en su rostro. – Por eso mismo creo que usa lo del señor Kurt como excusa para poder evitarlo, quiere evitar que cualquier otro tenga lo mismo que él. En el fondo intenta esconderlo, pero se preocupa por ellos. Por lo menos es lo que yo creo de él. –

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Naomi volteo a verle y notó que los ojos carmesí de God parecían brillar y una sonrisa con confianza se desprendía de él como si despejara parte de la lluvia que tenía dentro. Ella se lo pensó bastante y tomando bastante valor le tomó el brazo derecho y empezó a jalarle para ir con los otros.

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– Bueno, de cualquier forma. Monsieur Marshall mencionó el hecho un grupo iría con él para apoyarlo en caso de emergencia, pero él se negó diciendo que le estorbarían –

– Si, esa frase es marca registrada de Tony. – decía God. – De cualquier forma, no creo que tenga problemas. Viste lo fuerte que es, ni Rayo y yo le pudimos pararles los pies. –

– ¿Estás de acuerdo en dejarlo solo? –

– Bueno, en parte hubiera querido pelear a su lado y mostrarle lo fuerte que somos, pero creo que será la próxima. –

– Bueno... Supongo que solo podemos ayudar acá hasta que los adultos arreglen eso. –

– Tcch, eso sí lo arreglan. – Zeke estaba escuchando su conversación en secreto con una expresión seria en su rostro. – Aún son unos mocosos, ni siquiera saben lo que está pasando. Ni siquiera yo, supongo que solo debo esperar su respuesta, Don Destiny. –

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EXTRA::::

– Electricidad en el aire mala. Quita internet y no se toca ¿Entienden? – dijo Zeke desesperado mientras sudaba en frío, ya por fin todos entendieron. – Bien, ahora que ya saben pueden... –

– ¿Pero mijo, si es un red no deberíamos verla en el cielo? –

– Es electricidad, señora. No se vería. –

– Podríamos cortarla con un par de tijeras ¿No? Mira, aquí tengo un par. –

– Que, claro que no... –

– Por supuesto que no, mujer. No tiene sentido lo que dices. –

– Gracias (¡Por fin, uno si entiende!) –

– Esas tijeritas no servirán, son muy pequeñas. Necesitamos algo más grande como mi machete. –

– ... –

– Si claro, me pregunto que querrás compensar. –

–... (Odio a este Pueblo) –