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I. Incognito.
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En pleno caminó Destiny pudo llegar a la entrada de Ciudad Corazón, una elegante ciudad, que posee clima templado y muchos festivales. Era normal que las calles estuvieran ocupadas, a donde veía mucha gente en las calles yendo en familia y disfrutando de las actividades sin saber que todo esto podía acabar pronto.
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Calles llenas de gente, puestos que variaban en todo tipo de cosas relacionadas con los pokemon, varios campos llenos de gente mientras veían batallas pokemon y otros algunos pequeños concursos. Miles de cosas estaban a la vista por aquellas calles obligando a Destiny a tomar una vía diferente para llegar al Centro Pokemon.
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Entre muchos de esos puestos, Destiny podía observar algún que otro puesto con comida, pokemon o incluso regalos de otras regiones. Con todos los viajes que su trabajo le obligaba a hacer había podido reconocer muchas cosas y costumbres de varias regiones, podía ver muchas de esas tradiciones conviviendo en armonía sacándole una pequeña risa sarcástica.
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Ninguno de esos niños tendría que vivir aquello de nuevo, podían disfrutar mientras la paz perdure, lo cual no duraría mucho si no actuaban rápido.
"Las mentes humanas de verdad son ingenuas. Viven sus vidas como si nada, aunque todo se podría acabar el día de mañana."
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Fue un pensamiento que paso por la mente de Destiny, pero no era suyo así que se fijó que era del Umbreon a su lado. Una mente escéptica, y con mirada sombría veía con sus fríos ojos amarillentos a una familia y que un pequeño iba seguido por un pequeño Eevee completamente alegre.
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No fue difícil saber que era lo que pensaba y Destiny con calma le puso la mano entre sus orejas viendo con ojos más calmados a lo mismo que él.
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– Se muy bien cómo te sientes, viejo amigo. Ninguno de nosotros tuvo la suerte de vivir ello, por eso mismo es nuestro turno para evitar que ocurra de nuevo. – decía en voz pasiva, mientras veía por otro callejón para evitar llamar la atención. – Estamos muy cerca del Centro Pokemon, de ahí esperaremos la avioneta de la Fundación y llegar a Johto en unas horas con el viento a nuestro favor. Hay que darnos prisa. –
– Bura... –
Luego de ello ambos se movían por las sombras del lugar, entre la misma gente como otra persona disfrutando del lugar, y algunos se fijarán en el extraño y hermoso Umbreon y con ello se fijarán en aquel hombre en traje formal que muchos de ellos vieron con algo muy familiar.
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La fama era un problema cuando quería pasar desapercibido ya que no todos los días el mismísimo Rey de la Pista, gran título de un campeón internacional entre las naciones y que solo unos pocos antes de él llegaron a tener antes que fueran destronados del puesto, se encontraba caminando por las calles como cualquier otro.
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Claro que cuando la atención de alguno se fijaba en ellos dos, de alguna manera se perdía en el vacío y cuando se daban cuenta de esto ya habían desaparecido, por tal razón siempre pasaba desapercibidos ante los ojos comunes mientras no quieran llamar la atención.
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Fue muy tarde cuando de un momento a otro toda la gente en la plaza del sitio empezó a dispersarse y Destiny fue obligado a ocultarse en una de las calles más desoladas de la Ciudad, aun así seguían caminando rumbo al centro y de ahí al Centro Pokemon.
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– Disculpe, señor Destiny. – De repente una voz infantil se escuchó y llamó la atención de Destiny, le habían descubierto. – ¿Es en verdad usted? –
El negarlo no haría que ganara algo ya que muy pocas personas usan ese tipo de traje en gala y más en un día festivo como ese, también debía mantener la reputación por su estatus como Rey de la Pista. Aparte que al darse vuelta vio que solo era una pequeña niña con un pequeño peluche.
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– De verdad que es usted, no puedo creerlo. Es usted. – La niña con unos aires de admiradora y con una actitud de una niña pequeña abrazó la pierna con una euforia que sacó a Destiny de su forma normal de actuar, ciertamente tenía problemas para lidiar con niños pequeños. – Llama a D. para Destino. Ese es tu lema ¿No es así? Que increíble...–
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– Esto... Oui, pequeña niña. Somos nosotros, pero mantén la cama. – decía Destiny mientras ponía su dedo índice en los labios de la pequeña con una sonrisa maliciosa que lo describía tanto que la pequeña niña soltó un leve grito al reconocerlo. – S'il vous plait, hay que mantenerse en como se dice, Incógnito. –
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– ¡Si! –
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La niña al ver a Umbreon acercarse no pudo aguantar las ganas de abrazarlo y el mismo Umbreon empezó a retroceder lentamente, y fue atrapado por los brazos pegajosos de la niña. El Umbreon solo pudo bufar ante aquel contacto pidiendo a su entrenador que le echara una mano para sacársela de encima, aunque este veía a un lado.
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– Light es más suavecito de lo que pensé que sería. –
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Habla un poco como una señora mayor, ¿no? A saber cómo crían en este lugar.
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– Un poquito gruñón, pero muy suave. – decía Destiny disfrutando unos segundos la mirada asesina y fastidiada que le dirigía Umbreon. Aunque disfrutaba la escena, sabía que debía seguir moviéndose. – Lo siento, pequeña. Debemos irnos ya, pero no quiero dejarte sin nada. –
– Eh... Bueno... –
– ¿Quieres una foto? – decía Destiny viendo a donde tenía que ir, junto a su Umbreon.
– Bueno... Preferiría otra cosa... – la niña dio unos pasos atrás con una actitud tímida dándose la vuelta, Destiny forzó una leve sonrisa en su rostro al no saber qué pensaría la niña. Sin embargo, el Umbreon de repente levantó sus orejas y saliendo una leve luz amarilla de sus anillos alertó a Destiny. – Lo siento, no encuentro a mis padres desde hace un rato... Creo que estoy perdida. –
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No parece ser un buen día para ella, ¿eh?
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– Oh vaya... –
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Con eso la pequeña niña se dio vuelta pareciendo tener miedo mientras veía a su alrededor con ojos lagrimosos y doblaba las rodillas.
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– Tengo algo de prisa, pero no dejaré a una pequeña dama en apuros. Ven conmigo, te llevaré al Centro Pokemon y te dejaré con los oficiales. –
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"¿Estás seguro de hacer eso? El tiempo es crucial en estos momentos."
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Fue el pensamiento que le llegó a la mente de Destiny, quién le respondió:
"Por la promesa que le hice a Melissa, no puedo dejarla sola. Cumpliré mi palabra, y llegaremos al Centro Pokemon."
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Dicho eso Destiny con el mayor sigilo posible se movía entre las calles para no llamar la atención, pero vio que no fue necesario cuando toda la gente que hace unos momentos se encontraban festejando ahora habían desaparecido y las calles habían quedado vacías solo quedando basura.
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Eso sí, una extraña sensación empezó a sentirse en el ambiente y tenía a Destiny en alerta. No tanto por aquella sensación tan de repente, sino porque Umbreon tenía problemas en saber de qué dirección provenía.
La temperatura bajó de golpe y se sintió como el clima soleado parecía desaparecer y nubes grises empezaban. Tantas coincidencias a la vez hacían dudar que esto solo fuera casualidad, hasta que en medio de aquella plaza conectó todo y con una leve señal hizo que Umbreon se pusiera en alerta. La suave brisa de viento del monte Corazón fue reemplazada por un continuo viento frío que casi se lleva la fedora negra que Destiny llevaba puesta.
El tono de llamada de un teléfono desechable de Destiny cortó la tensión en el sitio y la melodía de una canción para niños se escuchó saliendo de un bolsillo de su sacó. Al abrirlo y ver quién era soltó un suspiro para contestarle con mala cara.
– Ya estoy llegando, Synchro. No tienes que... – decía Destiny antes oír estática viniendo junto a una fuerte respiración que se intercalaba. – ¿Synchro? ¿Qué pasa? –
– Y... Ya...i... –
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Destiny no podía escuchar mucho del otro lado. Parecía que se estaba ahogando y escuchaba gotas derramarse del otro lado de la llamada.
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Era lo que más podía oír del otro lado de una débil y temblorosa voz, aunque también pudo oír el sonido de algún liquido goteando y Destiny se imaginaba que podía pasar.
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– Y... –
– Synchro. Mantente despierto, ya buscaré ayuda. – dijo Destiny con calma y seriedad en sus palabras, como si quisiera calmar al otro tratando de calmarse. – Calma, y respira. Sigue hablando, dime que paso. –
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–Yam... Yami... – La voz entrecortada hizo que abriera un poco más sus pícaros ojos, trató de tranquilizar su corazón para escucharle mejor. – N... Va p... Yami. Dest... cuida... do...–
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– ¿Sabes qué? Pensándolo mejor, guarda tus fuerzas ya llamaré a los... –
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Un fuerte golpe seco se escuchó por el otro lado y la llamada se cortó después de ello. Pudo intuirse que había colapsado.
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– ¿Synchro? Por Arceus… ¡Sync! ¡¿Sync?! (Esto es grave, el jamás sale de su escondite, y no hay posibilidad que lo hayan encontrado, ni siquiera yo sé dónde está.) –
– Bura... –
– Light, envía el mensaje a Felicia y a Ma'am Kyoko. Synchro está en problemas. – ordenó Destiny serio a lo que el Umbreon asintió y levantando sus orejas empezó a emitir luz de sus anillos en leves destellos, pero luego se detuvo para ver a Destiny con duda. – ¿Algo interfiere? –
– ... –
– Esta aquí... – susurro Destiny bajando la mirada mientras el pelaje de Umbreon se erizaba ante la sensación de alguien presionándole por atrás.
– Monsieur Destiny... – La niña llamó la atención de Destiny lentamente con una voz baja. Destiny levemente guardó su teléfono desechable y tomando un respiro volteó a verle. – ¿Podrías hacer algo por mí? –
– ... –
– ¿Podrías... no morir con esto? –
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II. La Boca del Zorro.
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Con el alarido de Umbreon Destiny no se dio cuenta como unos cuantos carámbanos se dirigían a él. La pequeña niña vio como varios de ellos atravesaron la acera y otros que se rompieron levantando una nube de polvo, pero ningún rastro se vio ni del Umbreon ni de él.
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– ¡Guau, increíble! – La niña vio con ojos de asombro y fijo su vista en el techo de un edificio cercano donde Destiny y Light se encontraban viéndolo. – Sorpresa o no, pudo esquivarlo. No esperaría menos de alguien con tanto renombre, Monsieur Destiny... –
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Al hacer contacto uno con el otro una extraña presión se sintió en el aire, ella Parecía aplaudir muy emocionada con aquella actitud infantil mientras que Destiny sacaba una revolver de color negro de su cinturón.
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– Light, ante nada dejes que vea tu habilidad real. – decía Destiny con expresión seria, Umbreon hacía que sus anillos dejarán de brillar al no tener respuestas del otro lado. – Hay que evitar bajo cualquier costó el conflicto directo. Vamos, hay que salir de aquí. –
– Burakkí... –
– ¿Eh? ¿A dónde van? – preguntaba en voz baja la pequeña niña doblando la cabeza a la derecha. – Aún no hemos jugado... –
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Saltos entre un edificio a otro, ir entre techo y techo el camino se hacía más rápido por encima de todo lo demás. El mismo viento era lo único que les detenía, cada vez era más fuerte, el signo de que una tormenta se acercaba aún más. Por lo que debían salir de ahí cuanto antes.
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Era un problema el hacer eso estando en traje de gala, no estaba hecho para hacer ese tipo de cosas aunque tampoco era un gran inconveniente para él. Umbreon se alteró mientras corrían de tejado en tejado y al notar los pensamientos de su compañero supo que sus agudos oídos escucharon gruñidos y aleteos acercándose.
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Los ojos de Destiny, aun con todo el movimiento, notaron como varios pokemon tipo volador les seguían el rastro a lo que podía reconocerlos como un Staraptor, Honchkrow, varios Noctowls y un Altaria persiguiéndoles.
– (No necesitamos llamar más la atención, Light.) – dijo Destiny mientras que en su arma colocaba unas balas negras con un anillo amarillo en el cilindro de la revolver.
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Cuando saltaron a otro edificio Destiny dio un giro vertical y apuntando con su revolver disparo a cada uno de los pokemon volador, fue tan rápido y preciso que no se notó más que el sonido del arma tras dar en el gatillo antes de que los pokemon perdieran su forma y volvieran a ser energía que regresaron a sus pokeballs.
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Al aterrizar en el suelo con cierta elegancia Destiny notó que esos pokemon habían vuelto con sus entrenadores por lo que debía seguir moviéndose y estar atentos. Ni siquiera pudo dar dos pasos antes de que otros carámbanos iban hacía ellos.
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– "Light." – dictó Destiny mientras limpiaba y cargaba su arma con tres balas más. Umbreon acató la orden haciendo una gran bola sombra que uso como escudo y deshizo los carámbanos.
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Umbreon lanzó la Bola Sombra en la dirección que había venido golpeando a un pokemon tipo hielo en otra azotea antes de regresar a una bola de energía que fue a regresar a la pokeball.
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– "¿Que parte de no llevar la atención no entendiste, viejo amigo?" –
"No es de mi culpa si estos novatos no son capaces de esquivarlo."
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Fue lo que escuchó de la elocuente y gruesa voz en la cabeza de Destiny que le sacó una leve sonrisa por el comentario sarcástico.
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Ambos pudieron llegar al Centro Pokemon en poco tiempo, llegar a sus puertas fue lo sencillo, aunque tampoco se esperaban que los esperaban tanto un Magmortar como un Electivire.
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Al aterrizar en el suelo y quedar en la vista de esos pokemon, no dieron tiempo de respirar al lanzarles ataque a diestra y siniestra. Magmortar lanzó un Lanzallamas de los cañones de su brazo mientras que Electivire soltaba de su baile ráfagas eléctricas como rayos en circunferencia, ninguno de los dos paraban de lanzar su ataque y el daño que hacían se hacía mayor.
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Ninguno esperó ver a Umbreon envuelto en una energía morada y que con solo tocarles con sus patas fueron mandados a volar a diferentes direcciones.
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Electivire salió volando hasta golpear contra un árbol y casi tirarlo abajo quedando inconsciente en su base mientras que Magmortar golpeó contra el vidrio blindado del Centro Pokemon agrietándolo y este luego cayó al suelo.
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Umbreon simplemente estiró sus patas delanteras y empezó a limpiarse con su lengua. Entre los ataques de Lanzallamas y Rayo salió Destiny sin tener ningún rasguño salvo un poco de tierra en el saco del traje. Todo el pavimento de la calle se empezaba a fundir y otra parte estaba quemada por la electricidad, pero donde estaba Destiny el suelo seguía intacto.
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– Aquí también hay más de esos pokemon, no podemos quedarnos en esta ciudad más tiempo. – decía Destiny mientras veía a su alrededor, antes de que tuviera que dar varios pasos hacia atrás antes de que un Golpe Cuerpo de un gran pokemon lo intentara aplastar. Aunque solo recibió un disparo de su revolver para volverlo energía, ahí Destiny se fijó hacía donde se dirigía la esfera de energía y siguiéndola notó a un gran grupo de personas de diferentes edades. – Y parece que llegamos al nido de Monstruos. –
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Las personas que llevaban pokemon los sacaron y un gran grupo de pokemon de alto nivel se veía afuera.
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Eran los típicos pokemon de alto nivel que se enfrentaba (Aplastaba) para mantener su puesto como Rey de la Pista, un gran número de personas habían llegado e incluso Destiny notaba que por lo menos la mayoría de ellos estaban en su etapa evolutiva final y los que no parecían estar bien entrenados, lo que significaba que debían tener entr medallas de la Liga, o incluso más.
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– ¿Qué le ocurre, Monsieur Destiny? ¿No quiere jugar un poco más conmigo? –
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Una voz infantil se escuchó y al voltear Destiny vio a otro niño pequeño con su ojo derecho brotando una flama morada y la misma sonrisa que tenía la niña que había visto antes.
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– Que pena, me hubiera gustado ver sus ciertas habilidades "especiales". –
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Destiny agudizaba su vista mientras vía las posibles vías de escape.
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– Mis sinceras disculpas pero no doy shows privados, – dijo Destiny mientras cargaba su arma al no poder esquivar el conflicto directo. – Puedes verlo en televisión como todos los demás, en cuanto liberes a todas estas personas de tu control. –
– Vaya... ¿Eso es lo que creen que hago? Qué triste forma de contemplar el mundo en realidad. – decía el pequeño niño con un sonrisa maliciosa.
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Los fríos ojos de Destiny se fijaron en como debajo del ojo derecho del pequeño niño venas negras salían de su ojo y empezaban a expandirse por toda la mejilla.
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– Es solo un seguro para poder conocerle, Monsieur Destiny. Ya que al parecer y según sus palabras; "soy demasiado peligroso para mantener vivo" –
–... – Destiny escuchó las palabras que le decían y podía intuir que había oído su conversación con Light, posiblemente pudo haber controlado a alguien cerca para oírlo, posiblemente al chofer. – Ya veo... –
– Como sabrás. Esto es un seguro para poder discutir con usted, estas nobles y amables personas fueron muy generosas darme la oportunidad de ello. –
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– Muchos de ellos están conscientes y asombrados por estar enfrente de usted. – dijo el pequeño niño con una gran expresión en su rostro, a lo que Destiny veía por el rabillo de su ojo a varias personas que lentamente se acercaban a donde estaban. – Por eso no escatime mi tiempo en preparar este festival de pelea, tarde un poco más en traer a buenos entrenadores de varias partes del mundo. Tristemente no pude encontrar a alguien para tu talla en tan poco tiempo. Por lo tanto traje cuantos más fueran para usted y darle la bienvenida al Nuevo Mundo. –
– (¿Nuevo Mundo?) –
"Por supuesto, otro sujeto con demencia que agregar a la lista"
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Cada vez venían más personas y con ellos muchos pokemon de alto nivel se acercaban con ellos a la zona. En cada uno de ellos él podía ver la misma mirada perdida en cada uno ellos e incluso algunos que parecían estar sufriendo, y los pokemon no estaban muy lejos de ellos tampoco.
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Desde un gran y amigable Snorlax hasta un intimidante Arcanine, todos compartían la misma expresión de disgusto al estar haciendo eso. Muchos de ellos eran pokemon criados con el principio de la Liga, entrenadores soñadores que reunían las medallas anhelando el título de campeón.
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Todos ellos habían sido entrenados con dedicación y se preguntaban el extraño actuar de sus entrenadores, o simplemente no sabían cómo actuar ante las extrañas órdenes.
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– ¿Todo para mí? Me siento alagado, pero lamentablemente no negocio con terroristas. – decía Destiny apuntándole con la revolver teniendo la cabeza del pequeño niño en la mira. – Bajo el cargo de la Asociación de la Unión Global y de la misma Fundación, estas bajo arresto. Se te recomienda liberar a todas estas personas o me veré obligado a usar la fuerza. –
– Entonces... ¿No querría oír primero mi oferta? Bueno, tampoco tengo problema en probarte primero. Veamos que puede llegar a ser la D de Destino. –
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