Ya viene la noche de los sustos. ¡Disfruten la lectura! 👻

Disclaimer: el programa de Miraculous: Tales of Ladybug & Cat Noir no es de mi propiedad. Todo crédito a su creador Thomas Astruc.

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Capítulo 1: Primer Susto.

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Habían transcurrido algunos meses desde que Orlena murió y su fantasma siguió a Lila Rossi hasta París Francia, enfureciéndose más y más al ver como Rossi le hacía lo mismo que hizo con ella a otra pobre e inocente chica. Con cada día que pasaba, su ira iba aumentando y con ello, su poder como un fantasma.

Con su fuerza aumentada, cosa que le permitía interactuar con el mundo de los vivos, al fin su venganza contra Lila Rossi comenzaría. No permitiría que se repitiera la misma historia con otras jovencitas. La mentirosa caería y de la forma más tortuosa posible.

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Lila Rossi llegaba felizmente a su casa después de un buen día en el colegio Françoise Dupont. Su clase, el director y varios de los maestros poco a poco estaban cayendo más profundo bajo su control con cada mentira que se le ocurría.

La veían como una chica dulce que estaba encantada de ayudar a sus amigos a alcanzar sus sueños, también caritativa por ayudar en tantas asociaciones benéficas para salvar el medio ambiente con el Príncipe Ali, por ser una campeona en varias competencias deportivas y de videojuegos y una chica fantástica por conocer a tantas celebridades de fama mundial como Jagged Stone, Clara Ruiseñor, el director de cine Thomas Astruc, entre muchas otras.

Que estúpidos y crédulos eran toda esa panda de perdedores, pero bueno, funcionaba a su favor. Al final, cuando se diesen cuenta de la verdad, ella estaría lejos, de regreso a Italia viviendo la buena vida a su costa, pues ya tenía bastante dinero reunido, gracias a sus ilusos compañeros, pero sobre todo, a la tonta de Rose y la inútil de Milene, las cuales no habían dudado en recolectar y donar dinero a las falsas asociaciones benéficas falsas cuando ella les pidió ayuda argumentando que éstas estaban teniendo problemas por falta de recursos monetarios. Tanto dinero, y todo para ella sola. Su sonrisa se convirtió en una burlona, y sintiéndose satisfecha consigo misma entró a su casa.

Como siempre, no había aún nadie. Su madre seguía trabajando en la embajada y llegaría tarde.

La chica se encogió de hombros, ya estaba acostumbrada. Cenó y al terminar, subió a su habitación. Encendió su computadora portátil maquinando que nuevas mentiras podría decirle a su clase y como hacer más miserable a Marinette. Así se la pasó unas horas buscando información que le serviría para reforzar sus mentiras.

De repente, escuchó que alguien respiraba al lado de su oreja. Por reflejo, Rápidamente volteó, pero no vio nada. Que raro, pensó tras unos segundos de no notar nada fuera de lo común y volvió en lo que estaba.

Unos cuantos minutos más tarde, su atención nuevamente fue tomada por el sonido de la puerta delantera cerrándose. "¿Eh?, ¿será que mi madre llegó temprano a casa?" Curiosa, salió de su habitación y bajó las escaleras llegando rápido a la sala de estar y encendió la luz, sin embargo, no vio a nadie, la casa estaba vacía aparte de ella.

Lila frunció el ceño desconcertada. "Vaya, podría jurar que escuché que cerraban la puerta, ya estoy imaginando cosas".

Justo cuando se daba la vuelta para volver a su habitación, las luces se apagaron dejando todo en penumbras y, seguidamente, escuchó una espeluznante risita detrás de ella que le heló la sangre.

"Liiilaaa..." Dijo aquella cosa a meros centímetros de su espalda con una voz aguda horriblemente distorsionada.

La joven italiana no se podía mover de donde estaba, estaba totalmente aterrorizada. Quería gritar, salir corriendo, pedir por ayuda, pero su cuerpo no respondía en lo absoluto.

Fue solo en el momento en el que sintió un par de manos huesudas y frías como el mismo hielo posarse sobre sus hombros, que poseían largas uñas afiladas que comenzaron a clavarse en su piel, que pudo salir del trance en el que se hallaba y se echó a correr entre llantos lo más rápido que le dieron sus piernas hacia la puerta delantera de la casa, pero esa idea quedó descartada al ver la silueta oscura de aquella cosa flotando frente a su única ruta de escape al exterior.

Sin detenerse se dio la vuelta y corrió hacia su habitación agradeciendo el no haberse tropesado por las escaleras, ya que apenas podía ver por donde iba.

Como una bala, entró disparada a su habitación y cerró la puerta con seguro orándole por primera vez a cualquier dios que pudiese escucharla que todo eso terminara.

Se escondió en su armario y esperó cubriéndose la boca para acallar sus sollozos por si esa cosa de alguna forma lograba entrar. Por largos minutos que se le hicieron horas a la ojiverde, todo se mantuvo en completo silencio, y de pronto, la luz finalmente regresó aliviando a la italiana que sintiéndose ya a salvo, salió del armario., pero esto fue un error, porque repentinamente aquel espectro apareció frente a ella haciéndola gritar con tal fuerza, que éste se escuchó hasta la panadería de los padres de Marinette.

El aspecto de aquel fantasma era horripilante, tenía un rostro blanco como la tizza, cabello corto y despeinado, ojos hundidos, le faltaban algunos trozos de carne en las mejillas dejando ver el interior de su grotesca boca, sobre todo con la horrible sonrisa que llevaba y sus labios estaban amoratados y no tenía nariz. El terror que sintió Lila fue tanto que cayó inconsciente al piso, siendo esa cosa cerniéndose sobre ella lo último que vio la chica.

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"¡Lila, mi bella, despierta!" Escuchó que la llamaban.

La joven abrió los ojos lentamente y vio a su madre frente a ella.

"Mi bella, que bueno que ya despertaste. Se te hace tarde para ir al colegio". Le dijo la mujer.

Lila aturdida asintió y comenzó a prepararse después de que su madre se fue diciéndole que la esperaba abajo con el desayuno.

Mientras se cambiaba la camisa, sintió un leve ardor en los hombros, y se revisó en el espejo, poniéndose mortalmente pálida al ver unas marcas de largas uñas en su piel, que le hicieron recordar todo lo sucedido la noche anterior, amenazando con enviarla directamente a un ataque de histeria al descubrir que todo fue real y no una terrible pesadilla...

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Fin del Capítulo.