Espero que disfruten el capítulo. ¡HAPPY HALLOWEEN! 🎆🎃🎆
Disclaimer: el programa de Miraculous: Tales of Ladybug & Cat Noir no es de mi propiedad. Todo crédito a su creador Thomas Astruc.
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Capítulo 2: Segundo Susto.
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Lila se sentía completamente miserable y estresada. Cada sonido repentino la sobresaltaba y hasta la más pequeña sombra o movimiento que notaba por el rabillo del ojo la llenaba de aprensión, lo cual la estaba haciendo pasar un pésimo día en el colegio, además no ayudaba el hecho de que se sentía observada a cada momento fuese a donde fuese, sin importar si estaba sola o acompañada.
Al principio nadie se dio cuenta de su preocupante estado, pero a medida de que transcurrían las clases todos comenzaron a notar lo silenciosa y nerviosa que se hallaba la joven.
"¡Lila!" Alya la habló sin previo aviso posando una mano en su hombro, a fin de llamar su atención, sin embargo, Lila no lo tomó bien, pues dio un brinco en su lugar asustada, ya que la acción de la bloguera le recordó al horrible fantasma y como ese ser puso sus cadavéricas manos sobre esa zona de su cuerpo ayer.
"¡Alya, no hagas eso!" Regañó enojada la joven Rossi parándose de golpe de su asiento sacudiendo de su hombro la mano de la pelirroja, llamando la atención de todos por el ruido que hizo el pupitre cuando las patas de madera se deslizaron contra el piso de baldosas.
"L-lo siento, solo quería preguntarte algunas cosas sobre Ladybug". Dijo la joven de lentes atónita.
Lila suspiró y habló más calmada. "Siento el haber reaccionado así, Alya". Le dijo con falsa sinceridad. "Lo que sucede es que no dormí muy bien anoche y no estoy de ánimos para nada".
"Oh, Ya veo, chica". Asintió la pelirroja vacilante. "No hay problema".
"Disculpa, pero necesito ir al baño. Regreso en un momento". Se excusó Lila dirigiéndose a dicho lugar sin esperar respuesta, queriendo alejarse de la incómoda atmósfera que se había instaurado entre ellas. La chica ni siquiera se dio cuenta de las miradas preocupadas que le enviaron sus compañeros antes de cruzar la puerta del aula de clases.
La castaña caminó con prisa hacia el sitio antes mencionado, tratando de controlar sus alterados nervios en el trayecto. Entró al baño, cerrando la puerta detrás suyo, se acercó a los lavavos y se echó un poco de agua en la cara para calmarse, pero al levantar la mirada, su cara se convirtió en uno de total terror, porque en el espejo que tenía delante, se encontraba el espantoso reflejo del aterrador ser que rondaría sus pesadillas el resto de su vida, flotando al lado de ella. En un abrir y cerrar de ojos, Lila corrió hacia la puerta para salir de ahí, sin embargo, la manija estaba atascada así que se puso a golpear la puerta, a la vez que gritaba pidiendo por ayuda, pero nadie llegaba.
"Liiilaaa..." Esa cosa dijo su nombre con su voz de ultratumba.
La pequeña mentirosa se giró y se colocó de espaldas contra la puerta observando con los nervios destrozados como aquel espectro se acercaba de forma deliberadamente lenta hacia ella, con éste disfrutando de las expresiones de absoluto terror plasmados en la cara de la chica mitómana, cosa que lo hacía ampliar su escalofriante sonrisa. "¡QUIÉN ERES! ¡QUÉ QUIERES! ¡POR QUÉ ME ESTÁS HACIENDO ESTO!" Gritó entre sollozos la italiana muy alterada.
El fantasma soltó otra risita burlona sin apartar su mirada de la joven Rossi. "Porque quiero venganza, y no descansaré hasta que tu pagues... Arruinaré tu vida, tal y como tu lo hiciste con la mía..." Le respondió.
A medida de que el fantasma decía esto, su rostro fue cambiando hasta verse igual a una chica que se le hacía bastante conocida a Lila, y después de devanarse los sesos por una respuesta, finalmente pudo recordar de quién se trataba. Abrió grandemente los ojos estupefacta.
"¿O-Orlena Cantoni?" Tartamudeó en shock ésta, recibiendo un asentimiento burlón del fantasma de su antigua víctima como confirmación.
"No, no, no, ¡NO!" Negaba con la cabeza incrédula la castaña. "¡ESTO NO ME PUEDE ESTAR PASANDO A MÍ!" Se lamentaba al borde de la histeria la joven Rossi.
El fantasma se rió maliciosamente y nuevamente comenzó a levitar hacia ella, alargando sus afiladas uñas. Con cada segundo que pasaba, su rostro volvía a cambiar a su grotesco aspecto anterior, esbozando esa abominable sonrisa cargada de malicia.
"Nos vamos a divertir..." Dijo la fantasma con un tono de voz más macabro y profundo levantando sus huesudas manos.
"¡ALÉJATE DE MÍ!" Gritó Lila moviéndose hacia los cubículos intentando escapar de nueva cuenta de ella, no obstante, el espectro se abalanzó sobre la italiana. "¡Nooooooo!"
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Alya y el resto de las chicas (excepto Marinette) estaban preocupadas por Lila. La castaña ya había tardado demasiado en el baño. ¿Y si le había ocurrido algo?
En tácito acuerdo, todas ellas se dirigieron hacia el baño para ver si su amiga se encontraba bien, sin embargo, su preocupación fue remplazada por el miedo cuando escucharon a la italiana gritando aterrada dentro de aquel sitio.
Intentaron abrir la puerta, pero esta no cedía, estaba atascada, así que Mylene y Alix fueron a buscar ayuda, topándose primero con los chicos, los cuales no dudaron en ir con las dos chicas cuando éstas les contaron lo que estaba sucediendo.
Otros estudiantes que se hallaban cerca del grupo los escucharon y en minutos el chisme se regó como pólvora. En segundos, delante de las puertas del baño de mujeres y en los pasillos de las inmediaciones alumnos y maestros se hallaban reunidos murmurando entre ellos, pero todo quedó en silencio cuando otro grito desgarrador sonó dentro del baño, que les heló la sangre.
El director Damocles fue el último en llegar abriéndose paso entre los estudiantes. "¿Qué está sucediendo aquí?" Cuestionó serio el hombre.
Nino iba a responderle, no obstante... "¡Nooooooo!" Escucharon todos que gritó Lila con inmenso terror.
"¡LILA!" Exclamaron ya completamente preocupados todos los presentes, sintiendo impotencia al no poder socorrer a su compañera/alumna, la cual continuaba gritando de miedo y dolor. Luego de intento tras intento, gracias a un esfuerzo en conjunto por parte de Iván y Kim, lograron abrir la puerta de un poderoso empujón.
Sin perder tiempo, los alumnos de la clase de la maestra Bustier entraron, solo para petrificarse cuando vieron a Lila.
La italiana estaba sentada contra la pared abrazando sus piernas dejando ver varios rasguños y cortes sangrantes cubriendo éstos. Su rostro estaba anormalmente pálido y empapado en lágrimas, las cuales no paraban de caer de sus ya irritados ojos. La chica murmuraba cosas ininteligibles en voz baja y parecía perdida en su propio mundo sin reaccionar a nada a su alrededor.
"¿Pe-pero qué ocurrió?" Mylene estaba sumamente conmocionada ante la espeluznante escena ante ella. Nadie le respondió porque obviamente no tenían la respuesta.
Alia trató de hacer reaccionar a Lila, sin embargo esto en lugar de ayudarla la alteró. Los chicos más fuertes de su clase tuvieron que sujetarla para que no lastimara a nadie y tampoco se infligiera daño ella misma, hasta que quince minutos después se tranquilizó, negándose a hablar con alguien.
La madre de Lila llegó tras ser contactada por el director a través del número de la embajada y ésta angustiada llevó a su hija al hospital al ver sus diversas heridas, decidiendo obtener respuestas de lo que le pasó a su bella luego de que recibiera tratamiento médico.
Debido A lo acontecido, las clases se cancelaron, ya que la policía llegó a investigar lo sucedido, a pesar de ello, no lograron encontrar nada. No había forma de que nadie hubiese podido estar con Lila en el baño y se marchara antes de que pudieran abrir la puerta, puesto que esa era la única salida. Todo el horrible suceso, para frustración de los oficiales, quedaría como un misterio sin resolver...
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Fin del Capítulo.
