MALENTENDIDOS BIENVENIDOS
Hoy decidí hacer algo diferente, contar una historia de una pareja diferente: Miroku y Sango. Algún día, si el tiempo me acompaña, escribiré algo más de estos dos, pero, por ahora, espero que esto les guste.
Nota: Los personajes son de la grandiosa mangaka Rumiko Takahashi. La historia es un pedacito de mi inspiración que quise compartir con ustedes.
—¿Podrías, por favor, dejar de discutir conmigo por 2 minutos y decirme qué hice mal?
—En serio, Miroku. ¿En serio tienes que hacerme esa pregunta?
—Sí.
—Te vi, claramente y con mis propios ojos. Te vi coqueteando con esa mujer en la tienda de joyas.
—Sango, no es lo que parece. Primero que todo, trabajo en esa tienda de joyas, y la joven es una diseñadora y orfebre muy reconocida.
—Soy una soberana estúpida. No puedo creer que me creí todo lo que dijiste de estar enamorado de mí o que por mí no volverías a interesarte en ninguna otra mujer. No, y la mejor era esa en la que me decías que cuando me conociste a mí te diste cuenta que no necesitabas de nadie más.
—Todo lo que te dije es cierto.
—No, no lo es, porque vas y en cuanto tienes la oportunidad coqueteas con otra mujer, y frente a mis narices.
—Tontita, no es así. Ven aquí y déjame secar esas lágrimas.
—No me trates con condescendencia, Miroku, te lo advierto. Más de una parte de tu anatomía está en serio riesgo ahora.
—No lo hago, pero lo malinterpretaste todo. No coqueteaba con esa joven, le estaba explicando lo increíble que es mi novia y que espero que, gracias al anillo que me diseñó especialmente, mi novia se convierta en mi prometida y luego en mi esposa. Y esa novia no es otra que tú, Sango.
—¡¿QUÉ?!
—Así es, pequeña celosa. Tenía planeada una cena romántica, a la luz de las velas, con suave música de fondo, en la que te entregaría este anillo que pedí diseñar solo para ti.
—Pero… pero…
—Supongo que de esta manera es más de nosotros, así que aquí voy. Sango, sé que mi pasado a veces nos genera problemas y que, aunque confías en mí, a veces tu parte celosa saca sus garras, pero eres la mujer más increíble y maravillosa que existe y la única por la que daría absolutamente todo, incluso mi vida. Así que, eso hago, con este anillo, Sango, te entrego mi vida y mi corazón para que hagas con ellos lo que te plazca. ¿Los aceptas? ¿Te convertirás en mi esposa?
—¡SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ! Millones de veces, ¡SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ!
