Pasaron varios meses desde la ruptura de Alfie y Agna. El embarazo de Veruca era cada vez más notorio por lo cual no faltaba mucho para que ella pidiera permiso para faltar a la escuela.
Algo que sorprendió y alegró a todos fue que hace una semana, Luthera y Colin anunciaron que también serían padres.
Por cuestiones de que aún se sentía palpable lo de la fallida relación de la ex pareja, chicos y chicas se habían reunido por separado para evitar un ambiente tenso.
Luego de la plática, cada una tomó un camino diferente.
La peliverde vio un café que parecía haber abierto hace poco, así que decidió entrar a comprar algo.
-Buenas tardes, ¿cuál es el menú que maneja?-preguntó al encargado el cual estaba de espaldas
-Buenas tardes, pues tenemos desde cafés de todo tipo, hasta bebidas frías y postres-terminó de acomodar y tomó una carta-si gusta puede revisar...¿Agna?
-¿Clause?-dijo sorprendida al ver al hermano de Veruca-¿Cuándo volviste?
-Llegué hace unos días. Estuve algo entretenido con la apertura de esta cafetería, por ello nadie sabía de mi llegada-comentó sonriente
-Entiendo-revisa la carta para luego verlo-¿Está es tu primera cafetería?
-De hecho tengo varias cafeterías y restaurantes en varias partes del mundo-rascó su nuca nervioso-por eso es que estuve viajando de un lado a otro, pero dedicí dejar encargados de confianza en cada sucursal para poder estar en esta nueva franquicia
-Wow, felicidades. En serio que tienes una gran cadena de comida y bebidas-comentó con honestidad
-Gracias-le sonríe-y a todo esto, ¿qué cuentas?
-Bueno pues...espero tengas tiempo para escuchar todo lo que tengo que decir
-Soy el dueño, ¿recuerdas? Tengo tiempo de sobra. Además es mi descanso-ambos ríen por ello
-Bien, entonces déjame contarte-narró todo lo acontecido en estos tiempos hasta el momento
Clause escuchaba atentamente mientras le preparaba algo especial a la peliverde.
-Vaya, así que mi hermana va a hacerme tío pronto-su sonria era amplia y estaba feliz por ella-honestamente estaba preocupado porque se siguiera obsesionando con dañar gente y verlos sufrir cuando pelea-suspira con tranquilidad
-Ahora está obsesionada con dejar seco al pobre de Po-se rieron con ganas ya que sabían que la pelirosa si se apegaba mucho a algo, no lo dejaría ir jamás
-Dejando de lado esa parte que no quería saber de más, ¿cómo van las cosas contigo en el amor?
La chica suspiró con pesadez. El mayor al ver esto, sabía que no le estaba yendo bien.
-Disculpa si toqué un tema sensible
-No, tranquilo. Ya fue-sonríe levemente-fuimos demasiado rápido y pues...no estábamos listos para llevar una relación formal
-Entiendo, pero en verdad ese sujeto es un completo tonto. Eres una persona maravillosa-le entregó un postre bastante llamativo que hizo reír a la chica
-¿Por qué me estás dando una rebanada de pastel con forma de pene?-comentó divertida ya que el pastel parecía uno de verdad
-Es para que comas y no se te olvide cómo lucen-se rieron por ello y la chica lo probó
-Está increíble-comentó sorprendida-sabe realmente a pito
-Eres una tonta-se carcajeó con ganas
Continuaron conversando hasta que cayó la noche.
Clause se ofreció a llevar a la peliverde a su casa a lo cual ella no se negó.
Al llegar, se despidieron y cada uno siguió con sus cosas.
-¡Auch! ¿Por qué me pegas?-dijo el mayor sobando su brazo
-Por no venir a ver a tu hermana antes, grosero-comentó ofendida la pelirosa con el ceño fruncido
-Lo lamento Veruca, pero en verdad estaba bastante ocupado. Se me fue el tiempo-la vio cruzarse de brazos actuando infantilmente
Suspiró pesadamente ya que necesitaba hacer algo para que se le pasara el enojo. Afortunadamente traía consigo los postres favoritos de la pelirosa.
-Mira lo que trajeee-canturreó sacando una gran caja adornada de forma muy bonita y elegante
-Si crees que con tus...¿ese olor es lo que creo que es?-preguntó con ojos abiertos de par en par
Lo ve asentir con una sonrisa.
-Bien, estás perdonado. Dame-le quitó la caja y la abrió para quedar maravillada con el delicioso contenido en su interior-¡Eres el mejor Clausie!-le abrazó cual niña que recibe el juguete que esperó por años
Tomó uno de los panes recién hechos y lo comió haciendo ruiditos de satisfacción.
-Me alegra que te haya gustado
-Eres el mejor repostero del mundo-dijo con la boca llena a lo cual hizo que su hermano frunciera el ceño
-Come como se debe Veruca, así pareces...-alguien le cubrió la boca asustándolo por ello
-No completes la frase si quieres vivir-le susurró un pelinegro quien le miraba con miedo-créeme, no querrás tentar tu suerte
Viró los ojos y asintió para que lo soltara.
-Lo siento por eso. Soy Po, el novio de Veruca-extendió su mano a lo cual el mayor la tomó dando un apretón fraternal
-Clause, hermano mayor de la máquina devoradora de dulces con la que sales-señaló a su hermana quien estaba entretenida con los postres
-Cariño, deberías tener cuidado con comer muchos postres. Puedes enfermar del estómago y nuestro pandita también se puede enfermar-al decir lo último, la pelirosa se detuvo de comer algo asustada ya que el doctor dijo que no debía consumir tantos carbohidratos porque podía afectarle a ella y al bebé
-Lo siento amor, me dejé llevar-le entrega la caja para que sea él quien le dé la cantidad permitida de éstos
El mayor se sorprendió ante la respuesta de su hermana. Antes, si alguien le decía algo de ese estilo, el o la pobre diablo terminaban con una horrible ida al hospital por meses estando ahí internado.
Sonrió complacido y tranquilo al saber que ella estaba en buenas manos y sobre todo, que había cambiado para bien.
Luego de su visita a su hermana, se dirigió a abrir su cafetería y recibir a sus nuevos empleados, los cuales resultaron ser bastante eficientes y comprometidos con el trabajo.
Mientras acomodaba las mesas, la puerta del lugar se abrió dejando pasar a cierta peliverde.
-Hola Agna, me alegra que vinieras-sonríe terminando de bajar la última silla
-A mi también me da gusto verte-confesó la chica-ammm...¿de casualidad tendrás una vacante?
-Claro, de hecho sólo me faltaba una persona para cumplir el turno de la tarde, ¿podrías de 4 a 9?
-¡Por supuesto! Se ajusta a mi horario de clases-comentó emocionada
-Muy bien, enséñame lo que sabes hacer-la lleva a la cocina para pedirle que prepare algunas cosas
La chica se pone manos a la obra y hace todo lo indicado.
El mayor la observó fijamente. Estaba bastante satisfecho con su desempeño y rapidez.
-Ahora, la prueba del gusto-tomó una porción/sorbo de lo que preparó la chica
-¿Y bien?-preguntó nerviosa
-Felicidades, estás contratada
-¿De verdad? ¡Esto es genial!-le abrazó efusivamente-muchas gracias, no te vas a arrepentir
Sonrió feliz de que por fin a ella le estaba yendo mucho mejor de lo que esperaba.
La pelirosa observaba el cielo y por alguna razón sintió que las cosas irían mucho mejor que antes.
Sonrió de la nada y acarició su estómago con cariño.
