Tres
¿ALERTA DE ROMANCE HOMO?
Imágenes del hijo de la ministra y el heredero millonario número 1 de Europa.
FOTOS: El fin de semana de Harry Potter y Draco Malfoy en Francia.
Por primera vez en su vida, Harry no se molesta al ver un titular donde lo asociaban con Malfoy.
El Quisquilloso suele ser un periódico menospreciado por sus títulos poco usuales y sus muchas revelaciones sobre la realidad de la sociedad mágica británica, pero a Harry le parece el más fiel y divertido entre todos. Si, también influye que nunca han hablado mal de él deliberadamente como suele hacerlo El Profeta.
Por eso, ni siquiera se toma la molestia en preguntar de dónde sacó El Quisquilloso fotos tan buenas de él con Malfoy.
Además, pensando en lo apaciguada que se encuentra su madre, no importa. Sus deseos se han cumplido.
Son las primeras semanas de clases, pero al ser de último año, sus tareas son más frecuentes. Está caminando por el pasillo que lleva a la sala de entrenamientos cuando se encuentra con algunos ex compañeros de grupo. Lo saludan casualmente, pero no pueden evitar preguntar si está en una relación con Malfoy. Harry sabe que están bromeando, así que les sigue el juego y dice que solo ha sido una aventura de un fin de semana.
¿No debería estar enfadado?
No lo está, incluso se está divirtiendo con todo ese rollo de la supuesta mejor pareja homo recién formada.
Draco mira el Samsung SGH-T100, es el modelo de celulares con tapa más popular del momento. A pesar de que la ministra ha implementado el uso de la telefonía celular como un medio de comunicación más eficiente, hay quienes todavía son reticentes a su uso y continúan recurriendo a las lechuzas —su abuelo, por ejemplo—, no sabe qué haría Abraxas si lo viera usando un teléfono celular, por lo que lo usa únicamente en situaciones excepcionales. Por eso se pregunta si esta es una situación excepcional. Abre y cierra la tapa del teléfono varias veces antes de volver a guardarlo en el cajón del escritorio de su oficina y suspira profundamente.
Harry no puede creerlo.
Acaba de volver de la academia, es viernes en la tarde y los alumnos internados pueden salir y divertirse o ir a casa —aunque la segunda es una opción muy improbable, para Harry, quien está en su último año y no ha descansado decentemente, volver a casa es la gloria.
Una vez cruza la chimenea y llega a la sala de estar de la casa, se encuentra de frente con Sirius Black, quien ya se ha levantado del sofá y ha abierto los brazos para recibir a su ahijado.
Harry, claro está, no duda en ir hacia su padrino y abrazarlo con fuerza.
— ¿Cuándo volviste? —pregunta entre los brazos de Sirius.
— Esta mañana.
Tal vez no se nota, pero Harry está más que feliz. Lo ha extrañado muchísimo.
—¿Y no hay un abrazo para tu padre? —Es hasta ese momento que nota que James también se encuentra en la sala.
Se separa de Sirius y se hace a un lado para mirar a su padre.
—¡Hola! —saluda y James solo resopla—. Tienes qué platicarme a dónde fuiste esta vez. —Vuelve a dirigirse a Sirius.
Sirius Black proviene de una de esas familias sangre puras que poseen bóvedas en Gringotts repletas de oro. Por lo que no tiene mucho de que preocuparse, más que de su propia satisfacción personal, por eso se la pasa viajando de un lugar a otro, viviendo aventuras y probando el mundo a grandes bocados. Harry lo admira demasiado y está agradecido de que la madre de Sirius haya muerto antes de que pudiera repudiarlo y someterlo a tratamientos de curación. La homofobia es un sentimiento muy marcado entre los sangre puras. Una de las causas por las que su padrino se ha mantenido alejado de la sociedad y por la que no se lleva muy bien con su hermano menor.
— Tengo que, pero primero quiero saber qué sucedió, ¿por qué te vi en una portada de El Profeta saludando a mini Malfoy?
Harry sonríe avergonzado. Él y Sirius han insultado a los Malfoy de una y mil maneras durante toda su vida. Es más, hace más de un mes deseó que su padrino estuviera en Inglaterra, él es el único que lo hubiera entendido, pero ahora, piensa que Malfoy no es tan malo como creyó.
—Dice mamá que en el mundo muggle le llaman control de daños.
Sirius rechina los dientes.
Odia a los Malfoy.
El fallecido Lucius Malfoy fue su enemigo a muerte durante el colegio.
—Eso no estuvo bien —voltea a mirar a James— no estuvo bien.
—Razón tuvo Lily. Mira, funcionó. Lo que sucedió ahora perdió importancia, Harry tiene más popularidad que antes y los sangre puras creen que Lily es muy buena ministra. Eso es lo que necesitamos si queremos darles continuidad a sus proyectos.
Sirius no está para nada convencido.
—James, esta estrategia es una completa fantasía, esos imbéciles nunca cederán. —Sirius señala con el dedo hacia su padre—. Ahora quieren a Lily porque les conviene —tiene razón— la población mestiza está creciendo significativamente, lo que significa una disminución en sus simpatizantes. Lily es esa persona que la mayoría queremos en el cargo de ministra, pero ¿qué sucederá cuando se den cuenta de todos los cambios qué está haciendo sin su previa autorización? Quieren a alguien que puedan controlar.
—Lily no es ese tipo de persona —refuta James.
—Sé que no lo es. Eso no es lo que quise decir. Me refiero a que si Lily no cumple con sus expectativas intentarán destituirla. El viejo Malfoy principalmente, es muy influyente entre los sangre puras.
—Lo sé, no necesitas recordármelo.
De pronto el ambiente está un poco tenso.
—Y como padrino de Harry, estoy sumamente ofendido de que lo hayan hecho cumplir con ese acuerdo estúpido de que tiene que comportarse y fingir ser amigo del imbécil de mini Malfoy.
Harry ya no cree que Malfoy sea del todo imbécil.
—Sirius, está bien, ya lo superé.
—¿QUÉ? ¿QUÉ MIERDA ACABAS DE DECIR? ¿ACASO DE TE HAN LAVADO EL CEREBRO? —El mayor de los Black está alterado como nunca lo había visto.
Harry se pregunta si será adecuado lanzarle un obliviate y fingir que nunca dijo lo que dijo.
Afortunadamente, en ese momento llega Ginny.
Desafortunadamente, viene furiosa.
—Harry James Potter, ¿quién mierda te crees para dejarme plantada?
Sirius y James voltean a ver a Harry quien está boqueando porque acaba de recordar que quedó de verse con Ginny después de las clases e ir a cenar una pizza. Claro, eso sucedió por la mañana, desde entonces no ha revisado su teléfono celular, el cual saca ahora y ve que tiene varias llamadas perdidas.
—Cierto, lo olvidé, pero…
Ginny niega con la cabeza. No será fácil que lo perdone.
En ese momento su madre atraviesa la chimenea. Es como un interruptor, cambia de modo ministra a modo madre y esposa en cuanto pisa la sala de la casa Potter.
—Hola, estaba pensando, ¿por qué no vamos todos al cine? —No se ha dado cuenta del ambiente, está dejando su maletín y quitándose el abrigo sin mirar a nadie en específico, seguramente es algo que tenía planeado desde hace mucho tiempo.
Significa que su madre tiene tiempo libre.
Cuando no escucha ninguna respuesta al fin detiene sus movimientos y voltea a ver a todos.
—¿Sucede algo?
James se adelanta a responder.
—No, claro que no. Y si, deberíamos ir, aprovechar que Sirius está en Londres.
Ginny y Harry también asienten y se apresuran a ir a sus habitaciones para cambiarse de ropa.
Son finales del mes de abril, Harry está dando un breve paseo por Hyde Park cuando escucha sonar su teléfono.
«Página 5, ejemplar de hoy de Corazón de Bruja:
¿En serio? ¿Por qué esa pose? ¿Acaso metes la mano en tu bolsillo porque te estás haciendo una paja?»
Harry mira con atención el mensaje intentando descubrir quién tendría la confianza de escribirle tales palabras.
Pasan dos minutos antes de que llegue otro.
«Por cierto, soy Malfoy».
Luego un:
«;)»
Harry sonríe y pone los ojos en blanco. No va a responder a eso. Aunque si, una vez vuelva a casa, buscará en la habitación de Ginny el ejemplar en cuestión.
Antes de guardar su teléfono en el bolsillo, decide agendar el número de Malfoy como Idiota sangre pura.
Una semana más tarde ve un titular en la portada de Moda Mágica que dice lo siguiente: «DRACO MALFOY DURANTE SUS VACACIONES EN LA PLAYA» adjunta viene una fotografía de Draco pasando unas reconfortantes vacaciones en Ibiza, posa elegantemente, está usando un traje de baño verde oscuro, sensato pero minúsculo, y no puede resistirse a escribirle algo.
«¿Acaso te depilas?
(Moda Mágica, portada de hoy)».
La respuesta de Malfoy llega varios días después.
«¿En serio, Potter? ¿Vas a ser papá?»
Un minuto después llega otro mensaje.
«Pero si hemos usado protección, amorcito».
Harry suelta una sonora carcajada tan fuerte que sus compañeros de salón se le quedan mirando con disgusto.
Se disculpa de inmediato sin dejar de sonreír. Un minuto después recibe otro mensaje.
«Titular de hoy, El Profeta».
Harry está genuinamente cautivado por Malfoy. En las últimas semanas ha aprendido mucho del rubio incluso si solo comparten unos cuantos mensajes cada cierto tiempo. Por ejemplo, que, contrario de lo que pensaba, es bastante gracioso. Y que puede ser agrio y mezquino, pero bastante divertido cuando quiere.
Harry no diría que Malfoy le cae bien, pero algo ha cambiado entre ellos. Y es reconfortante tener a alguien para compartir pensamientos que de ninguna manera compartiría con Hermione o Ginny. Además, irónicamente, con Malfoy ha sido más genuino que con cualquier otra persona. Sabe que habla mucho, que no sabe moderar sus sentimientos, los cuales siempre intenta esconder y termina desbordándolos de todos modos, pero en última instancia le da igual lo que el rubio piense de él, así que no se toma la molestia de intentar controlarse. En vez de eso, se muestra como es, necio, imprudente, burlón, y Malfoy siempre responde, a su vez, con agudas frases de un ingenio sorprendente.
Es buena la convivencia a larga distancia, porque, cada vez que se siente aburrido o estresado mira la pantalla de su teléfono, a ver si ha aparecido algún mensaje.
Malfoy burlándose de alguna tontería dicha en los periódicos sobre sí mismo o sobre Harry. Malfoy escribiendo palabras inapropiadas para quejarse de lo mucho que detesta hacer una cosa u otra. A veces diciendo lo mucho que ama otras y Harry se ve respondiéndole que eso no es muy Slytherin de su parte.
Va conociendo la vida del heredero millonario mediante un extraño proceso de absorción de los mensajes de texto y los medios de comunicación. Y se da cuenta de que se trata de una vida meticulosamente programada por Abraxas Malfoy.
Harry desearía no estar tan acostumbrado a recibir sus mensajes.
«¿Ya has manejado la moto de Sirius Black?», pregunta.
«Hoy tuve que asistir a una fiesta de lo más aburrida. Había una bruja que mi abuelo quiere que conozca. Fue abrumador».
Con toda esa información no hace falta ser un genio para adivinar que todo lo que suelen publicar en los periódicos y revistas sobre Malfoy es totalmente inventado. La comida preferida de Draco no es el budín de Yorkshire, sino el Fish and chips que venden en los puestos callejeros de Londres. Draco no solo se dedica a ser un heredero sangre pura perfecto. Él tiene una organización benéfica con sedes en algunos países del mundo y junto a Blaise Zabini (su socio) se encargan de administrarlas. Sabe cocinar y se especializa principalmente en repostería.
Harry descubre que a Malfoy le gusta mucho el cine. Ha visto una cantidad impresionante de películas de todo tipo. Malfoy le confiesa que tiene un departamento en el Londres muggle, que es a donde suele escapar cuando se siente abrumado —Claro, cuidando de que su abuelo no lo descubra—. Es su santuario al que sólo ha entrado él. De hecho, asegura que nunca le había platicado a nadie sobre eso.
Harry nota cuales son los nombres que suelen aparecer más seguido en sus conversaciones y deduce que Draco se siente más unidos a ellos que a su propio abuelo. Por ejemplo, Pansy Parkinson, quien se vio en una situación muy complicada cuando su padre quebró hace algunos años y fue Malfoy quien le sugirió insertar la moda muggle en el mundo mágico, incluso le prestó capital. Ella no estaba muy convencida, pero ante el entusiasmo del rubio se animó y actualmente su ropa es muy popular entre la población joven del mundo mágico.
Luego habla de Zabini y sus excentricidades. Siempre creyó que el excéntrico era Malfoy, pero al ver que es todo lo contrario se sorprende de que esos dos sean tan amigos.
Y los mensajes donde intercambian datos.
«¿Parkinson también es de las que suelta palabrotas cuando se molesta?».
«¿Granger también es de las que te regaña como si se tratara de tu madre?».
Y eventualmente se da cuenta que Malfoy sabe que el patronus de Ginny es un caballo o que los padres de Hermione son dentistas y se hace consciente de que él también ha hablado mucho de sí mismo y las personas que lo rodean.
Y resulta extraño, dado que siempre ha procurado proteger la información que involucra a sus amigas.
—Esa no es la cara que pones cuando estás leyendo mensajes ordinarios —comenta Ginny acercándose a mirar. Harry de inmediato se aparta—. Estás mirando ese teléfono desde hace un rato y sonríes como idiota. ¿Con quién te estás escribiendo?
—Con nadie y no tengo sonrisa de idiota —le contesta Harry. En la pantalla hay un mensaje que dice: «Acabo de escaparme de la fiesta más aburrida de la historia del mundo mágico».
—Espera un momento —dice Ginny intentando arrebatarle el dispositivo—, ¿otra vez te estás escribiendo con esa ex novia tuya?
—¡Qué! ¡No! Eso ya quedó superado.
—Eso dijiste hace dos años y bueno, tú sabes —replica Ginny recordando el fiasco con Cho Chang, sí, Harry debió saber que ella no podía superar a Cedric, discúlpenlo por ser un iluso—, resultó que sí se estaban escribiendo. —Harry se aparta de ella, es un peligro inminente—. Un momento. Ay, Morgana, ¿es un nuevo ligue? ¿Con quién te has involucrado ahora?
—¡Con nadie! Esa vez tuve suerte. —Si, es tonto admitir que no es muy afortunado en el amor, lo cual puede sonar raro por su popularidad, pero Harry en el fondo es un chico muy tímido.
Esa misma noche, ya a solas en su habitación, contesta: «¿De qué era la fiesta? ¿Acaso tu fiesta de compromiso con alguna prima francesa?».
«Eso quisieras. Ese momento todavía no ha llegado».
Harry pone los ojos en blanco y responde: «Claro, me imagino que lo tuyo es el amor verdadero y eso».
Agrega un:
«Señales de amor».
La réplica de Draco llega casi de inmediato:
«Ja, ja, ja, sí, creo en el amor verdadero, ¿eso me hace un Hufflepuff?».
Harry responde:
«Cedric dirá que es un absoluto SI».
Malfoy vuelve a responder:
«¿Y tú qué dices?».
Harry replica:
«Que hace un par de meses jamás me hubiera imaginado que tú, el perfecto sangre pura, cree en el amor verdadero».
Malfoy tarda en responder y Harry cree que de alguna manera lo ha ofendido, está a punto de irse a dormir cuando su teléfono vuelve a sonar.
«Parece que no soy tan perfecto como todos creen».
Se queda mirando a la pantalla, pensando en lo que va a responder, cuando llega otro mensaje.
«Soy una decepción».
Harry está desconcertado. De verdad le gustaría mucho que Draco dejara de demostrarle lo equivocado que está. Y al mismo tiempo, se siente triste por lo que acaba de leer.
Después de ese último mensaje no se vuelven a escribir, Harry duda, pero aún así el 5 de junio le escribe para felicitarlo por su cumpleaños.
Draco le agradece y le recuerda que no puede invitarlo a su fiesta porque su abuelo se niega a que arruinen otro pastel de cumpleaños.
Harry se está riendo cuando recibe otro mensaje, Draco lo invita a salir con ellos por la noche a Londres, Harry quisiera, pero tiene que rechazarlo, está ultimando detalles de su proyecto final.
Draco está escribiendo un reporte detallado de lo que se necesita para abrir el pabellón de enfermedades muggles en San Mungo cuando recibe una lechuza.
—¿Tú eres Hedwig? —La lechuza blanca como la nieve pulula y Draco sonríe—. Eres muy linda.
Toma la carta que trae consigo —adjunto viene un ejemplar del Profeta de esta mañana— y a cambio le da una golosina que saca de uno de los cajones del escritorio.
—Veamos qué dice esta vez Potter.
Malfoy,
Qué crees, estoy por graduarme.
En otro tema, ¿eso es un atuendo muggle apropiado?
Draco sonríe y va en busca del artículo donde aparece.
Es una foto de él en un evento de Quiddich, asistió con sus amigos usando un traje formal de tres piezas. Se pregunta qué tiene de malo.
Necesitas unas clases de moda.
Draco se hace una nota mental para recordarle a Harry que no es famoso por ser considerado un icono de la moda.
No te preocupes, me aseguraré que cambies esos trajes de etiqueta y las túnicas formales por algo más apropiado para ti.
XOXO
Harry.
Sabe que Harry es honesto y quiere ser amable con él, pero no puede evitar soltar un profundo suspiro, si Harry supiera... seguramente lo odiaría. Draco no puede permitir que se entere.
En ese momento siente el plumaje de la lechuza rozar su mano, lo que lo despierta de su ensimismamiento, le sonríe y la acaricia.
Luego le da otra golosina mientras comienza a escribir una respuesta.
Potter,
Felicidades por tu graduación.
Y ese traje es perfecto, va muy acorde a mi personalidad y elegancia. Alguien que no tiene ni una pizca de idea de lo que es ser un icono de la moda no lo entendería.
Quiero abrir una organización benéfica en el mundo muggle, ¿alguna idea?
Está cenando junto con su abuelo cuando siente el teléfono vibrar en su pantalón.
— ¿Y ese sonido? —cuestiona Abraxas.
Dobby, quien es el elfo más leal a Draco se apresura a responder.
—A veces los insectos entran a la mansión, amo.
Abraxas es duro como su padre, pero en un nivel más elevado, no hace falta más que poner una expresión completamente rígida para saber que lo que está escuchando no le agrada.
—Voy a cazarlos a todos por usted, amo. —Dobby comienza a hacer reverencias y jalarse las orejas. Draco está sumamente angustiado, odia meter en problemas a los elfos.
—Estoy cansado, subiré a mi habitación —informa Draco y se pone de pie—, Dobby, sígueme.
El pequeño elfo se apresura a correr tras Draco mientras echa una que otra mirada hacia Abraxas.
—Gracias por cubrirme. Siento tener que meterte en problemas.
El elfo no tarda en decir que no tiene que disculparse ni que agradecerle. El rubio sonríe y le pide que se retire a descansar.
Una vez Dobby sale de su habitación se apresura a revisar su teléfono.
«La próxima semana es la ceremonia de graduación», comenta Harry y después agrega una cara feliz «:)».
«¿Me estás invitando?».
«No sé, ¿quieres que te invite?».
Draco rueda los ojos.
«Potter, saldré del país, vuelvo a finales en septiembre».
«De acuerdo. Que tengas un buen viaje».
Claro que Draco no se olvida que en su cumpleaños Harry lo felicitó, así que hace lo mismo. No puede visitarlo porque continua de viaje, pero le envía sus buenos deseos.
Harry contesta con un agradecimiento y una cara feliz.
Después de la graduación solo tuvo un par de semanas para relajarse, sus deberes para la vida real lo han alcanzado al fin. Se ha convertido en auror y el tiempo que antes tenía para conversar con Draco ha disminuido. De alguna manera no puede negar que lo extraña. Y para cuando se acerca la celebración de Halloween, no duda en escribirle.
«¿Algún plan para Halloween?», pregunta.
Un momento después le llega un mensaje.
«Pansy quiere celebrarlo en el Soho».
«¿Y tradicionalmente dónde lo celebras?», pregunta sorprendido porque no se imagina a Malfoy y sus amigos yendo al mundo muggle a celebrar una festividad tan importante.
«En la mansión».
Harry está un poco decepcionado.
«Pero cada año nos escapamos y hacemos nuestra propia celebración», agrega Draco un minutos después.
Harry sonríe.
«Bien por ti. Diviértete», responde.
«¿Tú qué tienes planeado?»
«¿Aparte de la cena anual del ministerio? Supongo que veremos una película de terror. Si tienes alguna buena propuesta, te lo agradecería».
«Pensaré en algo. Te aviso».
No se escriben más, pero el resto de la tarde y noche, Harry no puede dejar de sonreír.
