Sinopsis:
Ella busca información acerca de la verdadera naturaleza del que parece ser el amor de su vida. Él está dispuesto a todo por salvar a la mujer que cree amar. Ambos creen tenerlo todo aunque en realidad no tienen nada. Saben que sus vidas son malas, pero desconocen que juntos podrían ser muy buenos.
(Basada principalmente en la canción "So good" de Halsey)
La historia sucede en el viaje de Bella y sus amigas a Port Angeles, y durante la 2da temporada de The Vampire Diaries.
La línea temporal será de cuando se estrenaron las películas y la serie, es decir en 2004/2006, pero, voy a combinar elementos del año real en que se empezó a publicar la historia en 2022. (Solo es por si describo algunos hechos o cosas que en esos años aun no existían o aun no pasaban pero en la actualidad sí)
Disclaimer: Los libros de Twilight es propiedad de Stephanie Meyer. Los libros de The Vampire Diaries es L. J. Smith. También la historia puede contener partes de las películas y la serie de los respectivos libros. O alguna frase de alguna canción porque me inspiré en ella.
(Isabella POV)
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Bebo un sorbo de la infusión que hay en el interior de la taza humeante en mi mano, la sensación del líquido caliente bajando por mi garganta me recuerda a que esto no es un sueño, esto en verdad está pasando y tengo que enfrentarme a la realidad.
Hay siete miradas sobre mí, siete pares de ojos dorados atentos al más mínimo movimiento que haga, usualmente sería algo que podría soportar y dejarlo pasar como si nada estuviera sucediendo, pero esta vez no se siente de la misma manera. Esta vez cada una de esas miradas está cubierta en una emoción diferente, bueno, en realidad la mayoría son emociones negativas acompañadas de una mueca que me provocan un enorme impulso de huir.
A mi lado derecho, sentada cerca de mí está Angela removiéndose cada pocos segundos y dándole miradas a Jasper quien solo sacude su cabeza negándole a su petición silenciosa. Ella también quiere salir corriendo de esta casa, pero Jasper está manipulándonos, obligándonos a quedarnos en nuestro lugar.
Un fuerte suspiro se escucha de mi lado izquierdo, Charlie está igual o peor que nosotras, él casi no ha convivido con la familia Cullen, al menos no fuera de lo estrictamente necesario, y estar sentado en un elegante sofá de la mansión Cullen con todos ellos mirándole, lo está poniendo nervioso. Además, cada vez que se aclara la garganta solo hace que mi nerviosismo aumente.
Estamos en problemas, en graves problemas, eso es seguro. Estaba tan preocupada tratando de arreglar este asunto con el cuerpo de Alaric tratando de asesinarnos, que olvide por completo que los Cullen se verían involucrados en el tema. Y que por lógica, querrían saber qué demonios había sucedido. Lo que no contaba, era que prácticamente nos secuestraran y nos trajeran a su casa a escondidas de todos, y en contra de nuestra voluntad, claro.
Tomo una profunda respiración.
Abro la boca para hablar, o al menos para rogar que me dejen ir a casa. Los cuellos de los vampiros distribuidos por el resto de los sofás, se mueven en mi dirección, atentos y expectantes a cualquier sonido que salga de mi boca. Mis labios se vuelven a cerrar.
—¡Perfecto! —Rosalie es la encargada de romper el silencio. —¿Ese es el plan? ¿Nadie dirá nada? —los tres humanos huimos de su mirada. —¿Nos quedaremos por horas en silencio solo mirándonos? ¿Vamos a suponer que no tenemos a un muerto en el medio de la cocina?
—No está muerto —responde Angela.
—¿Ah no? —se escucha el golpe de su zapato contra el suelo. — Hasta donde yo sé, si el corazón no late es porque estás muerto.
—Pues a ti te veo muy viva —sisea mi amiga entre dientes mientras gira su cabeza en dirección al espacio donde se encuentra el comedor prácticamente nuevo.
—Sigue hablando y la que va a terminar muerta serás tú —le gruñe, pero para Angela, la amenaza fue como si le estuviera dando el clima.
—¡Rosalie! —Esme llama su atención. —No tienes por qué comportarte así con Angela.
—Ella tampoco conmigo —se queja la rubia.
—Yo solo aclaré la información que estabas dando —mi amiga se encoje de hombros.
—Entonces aclara eso del muerto que no está muerto —Emmett habla antes de que su esposa le gane. Rosalie le da una mirada fulminante.
—Bueno, en realidad tiene razón —Angela suspira. —Gracias a Charlie, nuestro querido amigo está más muerto que un cadáver de la morgue.
—De nada —bufa Charlie a mi lado.
—Pero, les juro que va a revivir —Angela les ofrece una mirada apenada.
—¿Puedes explicarnos eso? —Esme pregunta con una sonrisa alentadora.
—¿Poder? Si —Angela me mira por la esquina de su lente roto. —¿Querer? ….No exactamente.
—¡¿Porque tu si puedes saberlo todo y nosotros no?! —Rosalie explota ahora en mi contra. —Hiciste que Edward te dijera nuestro secreto, se lo contaste a Angela y ahora hasta Charlie lo sabe.
—Yo no obligué a nadie a que hablara —me cruzo de brazos. —Me enteré de todo eso porque tuve que investigar para saber la verdad, él solo me confirmó algo que ya sabía.
—Lamentable que ahora tengamos que recoger los destrozos que hace tu mascota —le da un golpe en el hombro, —hermano.
— Rosalie, basta —Edward la mira duramente.
—¡Oye, rubia oxigenada del siglo pasado! —salto de mi asiento claramente ofendida por sus palabras. —¡Yo no soy la mascota de nadie!
—Basta —Esme da un paso al frente y mira a sus hijos y luego a mí. — No es momento para peleas innecesarias.
—¡Innecesario lo que acaba de suceder! —grita Rosalie de nuevo haciendo un drama.
—En eso estamos de acuerdo —murmuro. Charlie tira de mi ropa para que me vuelva a sentar.
—Basta, Rosalie —dice Carlisle con voz autoritaria, la rubia aprieta los labios con fuerza. —No estamos aquí para recriminarnos las cosas, estamos aquí para encontrar una solución.
—¿Cuánto falta para que despierte? —mi atención se centra en Alice, ella luce al inicio sorprendida por mi atrevimiento para hacerle la pregunta, pero cierra los ojos concentrándose para darme una respuesta.
—Algunas horas —responde cuando abre los ojos.
Sacudo mi cabeza afirmativamente, pero pongo toda mi atención de nuevo en la taza de porcelana que había colocado en la mesa de madera fina cuando me defendí de la rubia. Podía estar enojada con ella y su manera de hablarme, pero todavía me sentía apenada con Esme y ahora culpable por estar interrumpiendo en su casa y llenando sus muebles con sangre ajena y agregar a la lista que mis arranques de personalidad múltiple me hicieran romper una parte de una vajilla súper cara, no me parecía buena idea.
Mi mirada se queda sobre ella, no hago ningún esfuerzo por alcanzarla con mi mano, de todos modos sé que ya la infusión ya está fría por el clima a su alrededor.
—No quiero que sientan que los presiono —Carlisle dice con cautela mientras sus ojos examinan a los únicos tres humanos que respiramos. —Estaremos bien con lo que quieran decirnos, pero si les pido que me digan cual será la versión oficial.
—Tienes razón —Charlie endereza su espalda aun sentado. —En el hospital y en la comisaría van a hacer preguntas, y si queremos que sea creíble, necesitamos una historia oficial.
—Digan que perdió la cabeza, que se drogaba o algo así —mi mano apunta hacia el cadáver. —Digan que perdió el control y que por eso nos atacó.
—Pueden decir que era parte de una banda criminal o de un cartel de drogas y que los otros tipos eran sus cómplices —Angela rebota un par de veces en el sofá. —Digan que estos tipos querían hacer un secuestro masivo para pedir dinero o para que recuperar una mercancía que alguien había escondido aquí en el pueblo.
Miro a Angela con una ceja levantada. Debe parar de ver series criminales. Charlie también puso su mirada en ella y sacudió la cabeza con decepción.
—¿Por qué no les decimos la verdad? —Jasper levanta la mano haciendo la aportación. Todos lo miramos con la boca abierta. —¿Qué? —pregunta extrañado. —Eso es igual de chiflado que lo que propone Angela y tampoco lo van a creer.
—Chiflado tu c...—le doy un golpe en las costillas a Angela para cortar la frase que tiene planeada decir. Mi amiga primero me da una mirada molesta, pero luego se ruboriza cuando ve la mirada sorprendida de Carlisle y Esme. —Lo siento.
Charle se pone de pie. Camina tranquilamente hacia el muro divisor de la sala y el comedor, su mirada está fija en el cuerpo de Alaric mientras un suspiro se escapa de sus labios. No tiene que decirlo, le dolió tener que asesinar a su amigo, a pesar de que Klaus era la verdadera causa de que las cosas terminaran así.
—Dijiste que Jenna merecía saber la verdad —dice al aire. No me mira, pero sé que habla conmigo. —Estabas muy molesta cuando te diste cuenta que la manipulaban y le escondían todo lo que pasaba a su alrededor. ¿Qué fue lo que dijiste? —tamborilea sus dedos sobre el muro, —"Mantenerla en la oscuridad solo harán que la maten".
Aun no me atrevo a mirar a mi padre, al contrario, dejo caer mi cabeza entre las manos pensando en las posibilidades que me puede traer las siguientes palabras que salgan de mi boca. Ahora me siento acorralada, ya no tengo muchas opciones más que decirles la verdad y aceptar su ayuda o su odio hacia mí… O puedo darles una explicación vaga de lo que sucedió y darles la espalda hasta que eso nos lleve a todos a la muerte.
Mierda. ¿Por qué me metí en esto?
—¿Quieres saber qué pasará con ellos si no les dices que demonios está pasando? —pregunta mi padre. —Jasper, ¿Cuántas veces esos tipos los atacaron? ¿Cuántas veces lograron arrancarles una parte del cuerpo? ¿Cuánto se tardaron en neutralizar a cinco hombres?
—Primero, gracias por dejar en claro que mis técnicas y conocimientos de Guerra son un asco después de tantos años —Jasper suena dolido. Ese comentario hace que mi cabeza se levante para ver la situación. —Segundo, fueron muchas veces, incluso más veces que las que me gustaría admitir en voz alta.
—Aun no entiendo como unos humanos podían contra nosotros —Emmett también suena avergonzado. —Eso hirió mi orgullo de vampiro.
—Entonces, Bella —Charlie ignora la conversación y se concentra ahora si directamente en mí, —dejaré que tu decidas. ¿Quieres repetir la historia de Jenna?
—No —gruño. Mi padre se está yendo por terreno peligroso.
—Bien, ¿Les dices tú? —Levanta una ceja, —¿O lo hago yo?
Me estremezco. Esto no se trata de mi o de la relación que tengo con esta extraña familia de vampiros, tampoco se trata sobre mi extraña relación con el mundo sobrenatural ni como terminé en ella. No, aquí hay más personas envueltas en la situación, personas que entramos por voluntad propia o personas que estan en esto obligadas a arriesgada su vida. En este momento, todos desconfiamos de todos y no vamos por ahí diciéndole o dándole explicaciones a cualquiera que las pregunta. Ahorita debemos ser cuidadosos de en quien confiamos y en lo que podemos confiarles, porque la más mínima información que caiga en manos equivocadas, nos lleva la huesuda a todos.
Miro a mi amiga, después de todo, también es su secreto el que está en juego. Y aunque ya se evidenció en la escuela, es su decisión si quiere decirlo o no. No la voy a obligar a que revele su verdad, mucho menos si no confía en los Cullen, porque en este momento, yo no estoy segura si debiéramos confiar en ellos.
—Tengo un mal presentimiento —murmuro lo más bajo que puedo.
—Ya comenzamos esto, ahora hay que terminarlo —Angela murmura un poco más fuerte. —Adelante, hazlo, quizás si puedan ayudarnos.
—Pueden confiar en nosotros —Esme coloca en sus labios una sonrisa, aunque trata de parecer amable y tranquila, hay un matiz de súplica en su voz. —Queremos ayudar, pero también nosotros necesitamos saber a qué nos enfrentamos.
Bajo la cabeza avergonzada con la mujer. Aun no me atrevo a mirarle directamente a los ojos, me siento muy avergonzada con mi relación con ella. Primero lo que pasó en la comisaría con Edward y Charlie, luego hoy llego a su casa, con sus hijos casi en pedazos y arrastrando un cadáver que manchó de sangre mi ropa y su alfombra. Y ahora me siento el doble de avergonzada porque estoy a nada de ponerla en más problemas.
—¿Qué quieren saber? —pregunto al aire enterrando en mi interior la enorme necesidad de salir corriendo de aquí. Esme y Carlisle me sonríen con agradecimiento.
—¿Todo? —el rubio responde. Mis labios embozan una pequeña sonrisa por el tono de pregunta. —Si es posible, claro.
—Por donde comienzo —digo en tono irónico, pero a la vez hago un gesto pensativo. Necesito encontrar un punto medio donde ellos comprendan lo que sucede y yo no diga tantos detalles que puedan traerme más problemas de los que quisiera.
—Por el inicio, si no te importa —me sonríe Carlisle. —Tenemos todo el tiempo del mundo.
—Si —trato de reírme, pero no me sale tan fluido como hubiera querido. Mis ojos miran hacia la cocina, exactamente hacia el enorme comedor de madera fina de ocho espacios, que ahora parece camilla de la morgue. —Pero él solo nos dará unas cuantas horas antes de que despierte.
—Entonces empieza por lo que te haga sentir más cómoda —Esme dice con voz calmada, se acomoda a un costado de su esposo.
Tomo una profunda respiración. Volvimos al inicio, tengo todas las miradas puestas sobre mí, esperando alguna explicación razonable de que lo que está pasando.
Lo siento mucho, pero se van a llevar una decepción porque no hay nada razonable en esta situación.
—Carlisle —mi amiga entra a salvarme, —¿Conoces a Nicklaus Mikaelson?
El doctor inclina su cabeza, la sorpresa está marcada en su rostro, pero, puedo ver el momento exacto en el que su mente le muestra ese nombre, porque su rostro cambia a preocupación.
—Lo conoces —aseguro.
—Personalmente no, no lo conozco —se aclara innecesariamente la garganta. —Pero si he escuchado bastante sobre él. En el tiempo que pasé con los Vulturis, escuché en muchas ocasiones las conversaciones que Aro y sus hermanos tenían sobre él.
—Encantador, ¿cierto? —Mi voz sale en un tono de burla, —un imbécil muy famoso.
—Es muy mencionado, sin duda.
—¿Quién es él? —Esme pregunta mirándonos simultáneamente.
—Nicklaus Mikaelson es uno de los vampiros más viejos que existen —Carlisle le explica, toda su familia escucha atenta. —Es incluso más viejo que los mismos Vulturis, y también es más temido que ellos.
—¿Es posible? —Emmett pregunta curioso.
—Lamentablemente si —Carlisle junta las cejas. —A donde vayas, donde sea que preguntes, hay alguien que sabe de él y de lo que es capaz de hacer.
—Big reputation, big reputation —tarareo distraída mirando al exterior por la ventana agradecida de que la conversación fluyó sin mucha intervención mía.
—¿Y eso que tiene que ver con lo que pasó en el instituto? —Edward pregunta. Su rostro también tiene el ceño fruncido, además de que sus ojos no han parado de mirar a su padre. Quiero creer que leyendo su mente.
—Pues, ahora que lo mencionas —con mi cabeza, doy un asentimiento en dirección al cadáver de la casa. Charlie también tiene uno de sus dedos apuntándolo a sus espaldas.
Todos los Cullen siguen nuestra mirada, tardan unos segundos en comprender lo que queremos decirles.
—Estas diciendo que él —Carlisle señala también el cuerpo, —¿es Nicklaus?
—Sí, pero no —Angela habla de nuevo. Los vampiros ponen su atención en ella.
—Eres irritante cuando haces eso —Rosalie le gruñe de nuevo. Angela pone los ojos en blanco.
—¿Puedes explicarlo mejor? —Esme ignora a su hija y se concentra en mi amiga.
—Él cuerpo si es el de Alaric Saltzman, si es un profesor de historia de la universidad de Virginia—les digo con un suspiro. —Y tampoco era mentira cuando les dije que es algo así como mi tío o mi amigo.
—Que lindas amistades tienes —Rosalie dice con ironía, ahora es mi turno de ignorarla.
—¿Pueden explicarnos mejor? —Esme dice después de darle de nuevo una mirada severa a su hija rubia.
—Es solo que Nicklaus se metió al cuerpo de Rick —Angela dice casualmente.
—Si, y a mí me salen alas —Emmett suelta una carcajada. Ninguno de los que conocemos la verdad le seguimos la broma, eso hace que se detenga de golpe y nos mire bastante confundido. —No pueden estar hablando enserio.
—¿Es un poder que tiene? —Carlisle pregunta interesado.
—No realmente —Ang mira al cadáver. —Es obra de alguna bruja o brujo que le esté ayudando.
—No puedes estar hablando enserio —Edward suelta un suspiro de frustración. Sus brazos están cruzados y está recostado contra la pared más lejana de la sala, en sus labios hay una sonrisa divertida y en su mirada puedo notar la incredulidad de lo que está escuchando.
—Pues sí, si hablo enserio —Angela le da una mirada molesta.
—Bien, suponiendo que es cierto y que ese —apunta con su barbilla a la mesa, —es un humano poseído por uno de los vampiros más viejos que existen, ¿Por qué tiene sangre en sus venas? ¿Por qué su corazón late? ¿Cómo es posible que haya podido arrancarle un brazo a Emmett? Un humano no puede hacer eso, y el no luce como uno de nosotros.
—Porque no es como ustedes —le respondo antes que nadie. Sus ojos se posan en mi ofreciéndome una mirada torturada, me escanea desde la cabeza a los pies y sus labios hacen una mueca de dolor.
Mi rostro seguía con las pequeñas marcas de mi sangre seca por los raspones que había ocasionado el idiota que nos atacó, aunque ya no había nada en mi piel, el recuerdo seguía ahí. Además que mi ropa está cubierta de las gotas de sangre que saltaron del cuerpo de Alaric cuando mi padre le disparó. Angela y yo tenemos la misma apariencia, pero desde que llegamos a la casa Cullen, nos habíamos negado a dejar el cuerpo aquí e ir a casa a cambiarnos, decidimos que era mejor esperar hasta no saber que podría pasar con Alaric. Por supuesto que los Cullen tuvieron que abrir las ventanas para ventilar el lugar y que no les afectara tanto el aroma, pero después de un rato y que la sangre se secara, los vampiros pudieron relajarse y aceptar nuestra presencia con calma.
—Además parecía humano porque estaba usando el cuerpo humano de Alaric —le explico seria. —Esa no es la apariencia real de Nicklaus, aunque no esperes ver a alguien como tú, pálido y con apariencia de muerto.
—Nicklaus es de una raza de vampiros que se llaman "los originales" —Carlisle se gira para mirar directamente a Edward. —Ellos no son como nosotros. Lucen muy humanos, su corazón late y hay sangre caliente en sus venas.
—¿Otra raza de vampiros? —Edward abre los ojos exageradamente.
—Te lo dije —lo acuso. —Yo te mencioné la posibilidad de que hubiera más tipos de vampiros y no me creíste.
Me cruzo de brazos sin esconder la molestia y la decepción que me causa el recuerdo de cómo me hizo sentir ese día. Edward pone sus ojos sobre mí, ambos sabemos que lo recuerda a la perfección. Pero sé que no se va a disculpar, si hay algo que he aprendido es que no sale de él aceptar sus errores, necesita ser alguien más quien se los haga ver, para que él se dé cuenta.
—¿Por qué, si existen, nunca nos habíamos topado con alguno? —Edward pone su atención en su familia.
—Quizás si lo hicimos —Jasper dice casualmente. —Solo que no nos dimos cuenta.
Edward sacude su cabeza.
—¿Por qué nunca dijiste nada? —le pregunta a Carlisle que hace una mueca por ser interrogado.
—No pensé que nos veríamos envueltos en una situación así.
—Lo siento —digo en voz alta sintiéndome de nuevo culpable por arrastrarlos a esto.
—No lo hagas —Esme me sonríe. —Pueden continuar, por favor.
—Ustedes, "los fríos" —Angela atrae el tema de conversación de nuevo, —su existencia es un efecto colateral de un hechizo que salió mal hace siglos. Una bruja trató de maldecir a un vampiro original, pero solo logró convertirlo en alguien como ustedes. Los fríos no deberían existir.
—Pero ya estamos aquí. —Esme trata de sonreír. Angela y yo asentimos dándole la razón.
—¿Qué es lo que busca Nicklaus? —Carlisle nos pregunta. —¿Por qué decidió venir a Forks?
—Yo —Angela levanta la mano.— Yo lo cause, es a mí a quien necesita.
—¿Por qué tú?
—Soy una bruja — dice de golpe. Todos dan un respingo. — Supongo que ya no tiene sentido ocultarlo después de lo que pasó en la cafetería.
—Angela mató al brujo que estaba sirviendo a Klaus —digo tratando de que mi voz no demuestre lo nerviosa que estoy de mostrar una faceta que nadie de ellos se imagina ver en nosotras. —Lo hizo por ayudarme, pero Klaus se enteró y ahora la quiere a ella para que ocupe su lugar.
—Me atacó porque le dije que no me iría con él —Angela fulmina con la mirada el cadáver que está en silencio en la cocina.
—Pero, ¿Por qué tú? —Esme nos mira confundida. —¿No puede ser alguien más? ¿Qué ganaría si te convence de ir con él?
—Soy yo porque quiere vengar a su brujo, así es de dramático —responde mi amiga exhalando audiblemente. —Además si estoy en lo correcto, quiere romper la maldición del sol y la luna.
—¿Es real? —Carlisle se inclina hacia adelante claramente interesado en el tema.
—No, en realidad no —todos miran confundidos a mi amiga. —Es decir, hace siglos los chamanes, brujos, brujas, hechiceros, como quieran llamarlos, hicieron una especie de maldición para que cada especie sobrenatural estuviera limitados para usar sus súper habilidades y así no murieran tantos inocentes.
—Por eso es que nosotros brillamos —Carlisle habla atando los cabos de las palabras de Angela.
—Exactamente —le sonríe Ang. —Pero la maldición, al menos como es conocida por todos lados, no, no existe.
—Klaus quiere liberar a su parte de lobo —es mi turno de intervenir, —lleva décadas tratando de hacerlo.
—¿Lobo? —Jasper habla después de mucho tiempo en silencio.
—Es un hibrido —le explico. —Aunque su lado vampiro es más fuerte, su mitad lobuna está dormida, o encerrada en el su interior.
—Un vampiro no puede ser mitad hombre lobo —Edward habla, sus cejas están juntas, su manos se pasa un par de veces por su cabello. —Es imposible que sea cierto.
—Es imposible que existan los vampiros, y aquí están siete de ustedes —Angela lo mira molesta con la terquedad del cobrizo.
—¿Por qué no lo ha hecho? Romper la maldición—Carlisle está bastante interesado en el tema que ignoró por completo la interrupción, —Sé que tiene mucha gente bajo su control. Muchos lo creen un Dios o algo divino y siguen ciegamente sus órdenes.
—Divinamente malvado —me burlo de nuevo. —Es bueno para atemorizar a cualquiera que se le ponga en su camino, por eso hacen lo que él les ordena.
—No ha podido romper la maldición porque necesita cinco cosas para hacerlo —mi amiga levanta su mano y sacude los dedos.
—¿Qué cosas? —esta vez, es Charlie quien ha dejado su puesto de vigilancia del comedor, y ha bajado el par de escalones para acercarse a nosotros. —Eso no lo habían dicho.
—Necesita de un dopelgänger —digo al aire, pero le doy una mirada a Charlie.
—Elena —murmura él. Sacudo mi cabeza afirmativamente.
—¿Qué es eso? —pregunta Carlisle mirándonos.
—La naturaleza es la reina de todo el mundo sobrenatural o no. — Angela los mira tratando de tantear el terreno de cómo van a recibir la siguiente información. — Se supone que estamos diseñados para vivir y para morir, pero hay casos en los que eso no sucede, usualmente porque se transforman en algo sobrenatural, entonces la naturaleza crea versiones tuyas que si puedan hacerlo.
—¿Es posible que haya un dopelgänger de cada uno de nosotros? —Jasper señala a su familia con preocupación.
—Sí, es lo más probable —Angela responde sin dudar. Todos los Cullen sueltan jadeos y expresiones sorprendidas y asustadas. Genial ahora se van a obsesionar con encontrar a su versión mortal, aunque, quizás eso sea beneficioso para nosotros.
—Klaus lleva persiguiendo la misma línea de dopelgänger desde hace quinientos años —les digo tratando de calmarlos. —La última con la que se encontró logró huir de él y por milagro, esconderse.
Esme se cubre sus labios con su mano y hace un gesto de tristeza. Si supiera que la perra de Katherine es una maestra en escapar y en salirse con la suya, no estaría tan preocupada ni triste por ella.
—Si encuentra a un doble, sin importar de quien sea, hará de las suyas —las palabras salen de mi boca, mientras miro a Angela, ella me regresa al mirada y sé que me ha entendido. Quizás si encontramos a otro doble, podemos salvar a mi adorada prima.
—¿Qué más necesita? —Charlie nos pregunta.
—Necesita una piedra de luna —les dice Angela —Es una piedra muy bonita cuya función es canalizar la energía de la luna.
—Pero necesita a un brujo o bruja que canalicé esa energía y que la pueda utilizar para romper la maldición —estiro mi mano apuntando a Angela. —Por eso la quiere a ella.
—Además, la bruja debe saber utilizar un libro de hechicería —Ang hace con sus manos un gesto como si tuviera un libro abierto entre ellas. —Pero no puede ser cualquier libro, tiene que ser uno poderoso.
—Un malleus maleficarum —Carlisle se deja caer contra el sofá. Él sabe lo que ese tipo de libros significan. —¿Aun existen esos libros? Creí que habían sido quemados en el tiempo de las persecuciones.
—No todos fueron quemados —Angela sonríe con orgullo.
—¿Son los que tienes en el librero de tu habitación? —Edward me mira receloso.
Mi boca se tuerce en una mueca de disgusto, en primer lugar por sus palabras que sonaron a una acusación de tengo en mi librero algo indebido como del kamasutra, por ejemplo. En segundo lugar porque me recordaron a que se metió sin el permiso de nadie a la casa, a mi habitación y que además tuvo su maldita nariz en cosas que no son suyas.
—En realidad solo tengo copias de algunos Grimorios —me defiendo chasqueando la lengua.
—¿Cuál es la diferencia? —Esme pregunta cálidamente.
—El Grimorio solo es un libro de hechizos, es un libro que te dice cómo hacer magia, como esos que venden en cualquier librería, no es como si fueran prohibidos o algo por el estilo —Angela rueda los ojos. —Pero en cambio, el Malleus Maleficarum, contiene hechizos y secretos de la brujería y demonología.
—¡Como el de las hermanas Sanderson! —Emmett grita entusiasmado. No puedo evitar la risa que sale de mis labios. —Ya saben, las hermanas de la película Hocus Pocus.
—Sí —Angela también ríe por la referencia. —Pero este es más horrendo y peligroso. Usualmente contiene los secretos y hechizos creados por cada uno de los miembros de cierto linaje o clan de brujas.
—Suena peligroso —Esme junta sus cejas con preocupación.
—Lo és —Angela asiente. —A través de la historia ha habido brujas muy poderosas y malvadas.
—Esas son cuatro cosas —Charlie nos mira con los ojos entrecerrados. —¿Qué es lo último que necesita?
—No sabemos —Angela responde rápidamente. —Apenas hemos descubierto esas cosas, y en realidad en ningún libro viene la información completa.
—¿Sabes cuantos libros me ha obligado a leer? —me quejo y cruzo mis brazos haciendo un puchero. —Hay días que me duele la cabeza de tanta información.
—Me ayudas porque quieres —Angela me mira y me saca la lengua.
—Esperen —Edward detiene nuestra infantil pelea. — ¿Se dan cuenta de lo ridículo que suena esto? Vampiros con corazones latientes, brujas, hechizos, personas que son dobles ¡Nada de eso puede ser real!
—¿Eres tonto o te caíste de pequeño? —Rosalie le gruñe a su hermano. —¿No viste lo que Angela pudo hacer en la cafetería? ¿Acaso no peleaste con uno de esos humanos que tenían más fuerza que nosotros?
—Pues, si, pero... —trata de replicar.
—¡Pero nada! —grita de nuevo la rubia. —¡Deja tu estúpido mundo de antaño y date cuenta de lo que sucede frente a tus ojos! Hay un mundo allá afuera que nosotros no conocíamos y que podía ser un riesgo para nosotros.
Edward abre y cierra la boca un par de veces, pero ninguna palabra sale de su boca.
—Hay algo que aun no comprendo —dice Carlisle sacudiendo su cabeza para poner las ideas en orden. —Bella, ¿Cómo terminaron metidas en esto?
—En parte fue mi culpa —Angela baja la mirada, culpable. —Desde antes que mis poderes se manifestara, mi abuela comenzó a enseñarme de brujería y esas cosas. Cuando Bella llegó a Forks fue esa amiga que necesitaba para poder mostrar mi verdadero yo.
—Bella desde niña sabe de la existencia del mundo sobrenatural —Charlie les explica, su voz es tranquila.
—¿Ya habías conocido a más vampiros? —Esme pregunta con la boca abierta.
—Si —digo recelosa. —Eran originales los que conocí.
—Por eso no resulta sorprendente que Bella y Angela se atrajeran por su conexión con lo sobrenatural —Charlie desvía el tema antes de que me sigan preguntando de ese encuentro.
—Entonces nosotros no fuimos una sorpresa para ti —Esme ahora me sonríe de nuevo, como si se sintiera aliviada de saber eso.
—En realidad sí lo fueron —digo bajito. —Sabía que había algo diferente en ustedes, pero no creí que fueran vampiros, al menos no eran como los que yo conocía.
—Pero aun así te tomaste demasiado bien la noticia —Carlisle sonríe.
—En realidad nadie me dijo nada —miro de reojo a Edward. —Yo tuve que investigar. La noche en que fui a Port Angeles, me enteré de todo, de ustedes, de otra especies, de cómo se mueve este mundo.
—Debió ser aterrador —Carlisle me dice con pesar. Sí, él sabe que tan oscuro puede ser el mundo sobrenatural, él lo conoce.
—Bastante —acepto.
—Tú ya sabias lo que somos ¿verdad Charlie? —Esme lo mira. Mi padre se sonroja.
—Cuando llegaron aquí, yo tenía mis sospechas —se aclara la garganta. —Pero si, además de que su hijo me ayudo a confirmarlo.
Los dos vampiros miran duramente al cobrizo.
—¿Pero porque tú estás metida en esto, hija? —Esme me pregunta. —¿Solo porque sabes la existencia de todo esto, Klaus quiere hacerte daño?
—En realidad Klaus no me lastimaría... —todos me miran como si estuviera loca. —Lo que pasa es que, Elena, la dopelgänger que mencionó hace rato...
—Elena es prima de Bella —Charlie completa mi frase. Los Cullen abren la boca sorprendidos, pero nos miran con preocupación.
—Esta vez tu serias el efecto colateral de la situación — Jasper hace un gesto pensativo. — Klaus estaba consciente de que por nada del mundo mandarías sola a Angela para enfrentarse a todo esto. Si tú vas, puede usarte como carnada, no solo para atrapar a Elena, si no para atrapar y quizás asesinar a su hermano y a Da...
Alice tira del cabello de su marido para que guarde silencio. Yo lo estoy mirando con dagas en mis ojos para que deje de decir tantas idioteces delante de su familia.
—¿Qué hay del cadáver? —Carlisle mira hacia la cocina, se da cuenta de sus palabras y nos mira avergonzado. —Perdón, del hombre que está inconsciente.
—Va a despertar en unas horas —Alice asegura con una sonrisa. —Ya lo he visto, quizás si va a estar confundido, pero estará bien.
— Ustedes sabían de esto —Edward mira a su hermana y a Jasper. Ambos evitan hacer contacto visual. —Son los únicos que se han mantenido con la mente en blanco y sin hacer preguntas, más bien Jasper ha estado comentando cosas. ¿Sabían de todo lo que estaba pasando?
—Si, lo sabíamos —responde Jasper con la postura recta. —No dijimos nada porque lo que Angela y Bella necesitan, son aliados, no personas que les hagan la vida más complicada.
—¿Por qué no me dijiste nada? —Edward ahora se voltea a reclamarme a mí, sus ojos me dicen que se siente herido porque preferí confiar en sus hermanos en lugar de él.
—Porque cuando intenté hacerlo, te burlaste de mí —le respondo enderezando mi espalda y levantando la barbilla. —Crees que soy una estúpida y que puedes deslumbrarme y manipularme a tu antojo sin que yo me dé cuenta.
—Eso no es verdad —niega bajando la mirada. —Me preocupo por ti, si algo te llega a pasar.
—Ya me han pasado muchas cosas y no estuviste ahí —le digo con los dientes apretados.
Me pongo de pie, me acomodo para quedar de pie y enfrentándolo, aunque esté a unos metros de mí. Edward tiene sus manos en sus bolsillos, sus ojos dorados brillan con coraje y las comisuras de sus labios están levemente levantadas enseñando sus colmillos.
—¿Quieres que sea honesta? Bien, te diré la verdad aunque te cueste creerla; —levanto mi cabeza y trato de colocarme lo más erguida que mi estatura me lo permite. —A lo largo de mis pocos años de vida, he estado al borde de la muerte más veces de las que te puedas imaginar, me enfrenté a un mundo que no conocía siendo solo una niña, ahora hay un maldito psicópata haciéndonos la vida imposible a todos. Así que si alguna vez se te pasó por la cabeza pensar que me darías miedo, que saldría huyendo de ti y de tu familia, déjame decirte que estas equivocado, —doy otro paso cerca de él. —Eres lo más inocente y débil que he tenido enfrente.
—En segundos puedo dejarte sin una gota de sangre ¿Lo sabes? —gruñe.
—Si, lo sé —le digo carcajeándome. ¿De verdad cree que eso me va a dar miedo? Ternurita. —Sé cuántas ganas tienes de drenarme por completo, pero si lo vas a hacer solo por venganza por ocultarte un par de cosas para potegerte y a tu familia, te verás patético.
—Somos vampiros, Bella —se burla de nuevo. —No necesitamos la protección de una humana como tú.
Aprieto con fuera los puños de mis manos a los costados de mi cuerpo. Trato de mantener mi rostro en blanco y que no se dé cuenta de cuanto me han dolido sus palabras. La sala de la hermosa mansión Cullen, está en silencio, todos los presentes están esperando que alguno de los dos reaccione de alguna manera. Edward parece darse cuenta de su reacción pues su rostro se relaja y sus hombros bajan.
—Debiste confiar en mí —me dice con voz dolida.
No, no, y no. Está idiota si cree que voy a permitir que manipule así.
—También tú debiste confiar en mí —respondo en el mismo tono que él está usando conmigo.
—¿Es por lo de tu habitación? —pregunta apretando el puente de su nariz con un par de dedos de su mano. —Creí que eso ya lo habíamos superado.
—Pues no —golpeo el suelo con mi pie. —No me gusta que hayas revisado mis cosas, por el motivo que sea —digo levantando un dedo para callarlo en cuanto lo veo con la intención de replicar, —además, tampoco me gusta que lo uses en mi contra. Si tengo esas cosas ahí, es porque yo las quiero en ese maldito lugar. .
Él estaba listo para pelear y yo estaba lista para responder. ¿Esto acabará mal para alguno de nosotros? Tal vez. ¿Me importa? No realmente.
—¿Qué haremos con el cadáver? —Jasper pregunta interrumpiendo el juego de miradas que tenemos su hermano y yo.
Pongo todas mis fuerzas para enviarle la gratitud que siento por su repentino acto heroico de meterse en la conversación. No estaba de ánimos para una estúpida pelea con Edward. Hay cosas más importantes que eso.
—Esperar a que se despierte —Angela estira su cuello para ver al muerto sobre la mesa. —Si se despierta y se sigue comportando como un imbécil, pues lo matamos de nuevo.
—¿Y solo eso haremos? —Charlie pregunta con un matiz de histeria en su voz. —¿Ese es su plan? ¿Matarlo una y otra vez por siempre?
—No, el cuerpo de Alaric no durará para siempre, va a envejecer aun estando muerto —Angela pone los ojos en blanco, como si la explicación que acaba de dar fuera la más obvia del mundo.
—Solo estamos ganado tiempo para... —le digo insegura, —pues para pensar en alguna solución y poder crear un plan.
Si soy honesta, cuando se me ocurrió la idea de matarlo, no pensé en si va a funcionar o no, en realidad solo quería detenerlo. No tenemos un plan para más allá de cuando despierte.
—Elijah viene para acá —Alice da un pequeño salto en su asiento. La miro, sus ojos se están enfocando de nuevo después de la visión que acababa de tener.
—¿Vivo o muerto? —preguntamos Angela y yo.
—¿Cada que hablemos de alguien tendremos que preguntar eso? —Alice arruga la frente.
—Es por prevención —trato de sonreír. Alice toma una respiración profunda.
Malditos vampiros y su extraña manía de respirar aun cuando no lo necesitan.
—Pues, no sé si está realmente vivo —nos da una mirada. —Ya no está gris y lo veo conduciendo un auto.
—Bien, habrá que esperar a que llegue —recargo mi espalda en el cómodo sofá. —Solo espero que él tenga un plan, o que al menos se le ocurra alguno.
—¿Desde cuándo lo estás viendo? —Angela mira curiosa a la vampira con tamaño de duende.
—Desde que ustedes se fueron con él.
—¡¿Fue él quien las secuestró?! —Edward chilla en un tono muy agudo y poco normal.
—Corrección —pongo los ojos en blanco. —Nos pidió que lo acompañáramos y nosotras aceptamos.
—¿Quién le sacó la daga? —Angela pregunta. —Si está vivo es porque alguien le ayudó.
Alice no responde, pero veo como sus ojos se colocan sobre mí antes de volver a los de mi amiga. No tiene que decirme nada, ya se quien fue.
—Oh —Angela se cruza de brazos y también se acomoda contra el respaldo. —Entonces si funcionó.
—¿Esa fue tu idea de "refuerzos"? —le pregunto, —¿Lo llamé solo para que el idiota reviviera a Elijah? ¿Sabes lo que va a pasar si se dan cuenta de lo que pasó ese fin de semana?
—Si se dan cuenta… ¿Quiénes? —mi amiga se cruza de brazos.
—¡Todos! —chillo histérica. —Espera, espera, —busco con la mirada a la otra persona que me puede dar información. —¿Viene solo, verdad? ¿Ves a Elijah solo? ¿Hay alguien con él?
—Solo lo veo a él conduciendo un auto y el letrero que anuncia la entrada al pueblo —Alice se deja caer con gracia en el piso del lugar, sus ojos dorados nunca dejan de verme.
Pongo mi rostro entre mis manos. Maldición. Por favor que solo sea Elijah. Necesito que venga él solo o tendremos más problemas. ¡Tendré muchos problemas si ese imbécil viene con Elijah!
—Iré a la comisaría —anuncia mi padre. —Necesito saber que es lo que está pasando allá. ¿Estarán bien aquí?
—Sí, no te preocupes —hablo desde mi escondite.
—Yo también iré al hospital —la voz de Carlisle llega a mis oídos. —Cuando vuelva les diré que es lo que ha pasado con el resto de los estudiantes.
—Entonces, solo para estar seguros —levanto la cabeza por las palabras de Charlie. —El adorado profesor Saltzman lleva desde que su esposa murió con un diagnóstico de esquizofrenia.
—El profesor olvidó comprar sus medicamentos y hoy en la mañana tuvo una crisis —Carlisle continua con la historia ficticia, —como ya iba tarde y no quería llegar al hospital, el profesor hizo una mezcla poco favorecedora de medicamentos, lo que ocasionó que su crisis fuera el doble de peligrosa.
—Si, está loco —digo mirando de reojo al hombre muerto. —Una voz en su cabeza le estaba ordenando que nos asesinara.
—Eso no sería una mentira —sonríe Angela.
—Bien, esa será la historia oficial —Charlie sentencia, Carlisle asiente de acuerdo.
Despedidas colectivas e indicaciones breves es lo que se escucha mientras los dos hombres se marchan. El resto de nosotros nos quedamos al interior de la casa Cullen, envueltos en un ambiente que se siente hostil, traicionero y con olor a muerto que, deseo en mi interior, sea por el cuerpo de Alaric y no porque sea un presagio de algo que nos pasará a mi amiga o a mí.
—Deberían tomar un baño —Rosalie nos mira con una ceja levantada. —Se ven horrible.
—Tienes razón Rose —Esme dice. —Pueden subir y tomar todo lo que necesiten para darse una ducha —nos sonríe cariñosamente, Angela y yo dudamos en movernos. —Si algo sucede, les avisamos.
Su promesa suena esperanzadora.
—Vamos arriba —Alice llega a nuestro lado. Nos extiende una mano a cada una y tira de nuestros cuerpos para acompañarla por la enorme escalera a la segunda planta.
La casa tenía el mismo estilo por todos lados, una mezcla de lo moderno con lo antiguo, los colores son mezclas y todos de blanco que hacen que las obras de arte y los floreros costosos y muy antiguos resalten y le den un toque especial. La mayoría de las paredes tienen ventanales y cristales muy amplios que te permiten ver hacia el exterior y apreciar el bosque que rodea la casa.
— Esta no es la guarida de vampiros que había imaginado —Angela va como yo, observando cada detalle, su comentario hace que nuestra guía suelte una risa.
—Calabozos, calaveras, y ataúdes no son lo nuestro —responde la duende dando una grácil vuelta.
—Se te olvidan los ajos —le digo siguiendo su broma.
—Claro —sonríe de nuevo. —Pueden tomarse el tiempo que deseen, buscaré algo de ropa de su talla y se las dejaré lista para que se puedan cambiar —nos dice. —Dejaré ropa lista para que salgan y se puedan cambiar.
Nos detiene al lado de una puerta y la señala con su cabeza.
—Angela puedes tomar el baño de Esme, ahí hay todo lo necesario para que te duches, si algo no te gusta puedo cambiarlo.
Angela asiente y abre la puerta entrando al enorme cuarto de baño.
—Demonios, esto es más grande que toda la planta baja de mi casa —mi amiga dice emocionada mientras cierra la puerta detrás de ella.
—Bella, tú puedes ducharte en mi baño —tira de mi mano de nuevo, me conduce hasta el final del pasillo.
Abre la puerta de una habitación que parece bastante sencilla para pertenecer a Alice. Aunque los muebles son bastante clásicos y minimalistas, el espacio es grande y está lleno de detalles que gritan la personalidad de las dos personas que habitan este lugar. Alice me hace una señal para que la explore.
Puedo ver en sus ojos dorados cuanto le emociona que alguien conozca su habitación, y luego recuerdo la historia que me contó Edward sobre la vida de Alice. Ella nunca ha tenido amigas, ella nunca ha sido una adolescente normal. Nunca ha experimentado la sensación de mostrarle tus cosas a una amiga, tampoco ha tenido pijamadas, o noches de chicas, o cosas así.
Por eso le emociona que sea yo quien esté en su habitación.
—Tengo una pregunta —dice mientras abre las puertas de otra habitación. Claro, solamente Alice puede tener un vestidor propio en su habitación. —¿Ya sabes que dirás para justificar...?
Me mira, sus ojos se detienen unos segundos en mi rostro y en mis brazos que están descubiertos. Claro, las heridas que unas horas antes había en la piel de mi rostro, mi cuello y mis brazos y que ahora "mágicamente" ya han desaparecido por completo.
—No tengo idea de cómo justificar eso —le digo honestamente. —Supongo que diré que eran muy superficiales.
Ella asiente, y para mi suerte, deja el tema de lado.
—Ese es el baño —me señala otra puerta. —Tomate el tiempo que necesites, dejaré la ropa aquí sobre la cama —señala la enorme cama que está al medio de la habitación. —Si algo sucede, vendré por ustedes.
—Gracias Alice.
—Aun no me agradezcas —dice dándome una mirada que no supe interpretar. Sus frías manos se ponen en mi espalda y me empuja al interior del baño cerrando la puerta a mis espaldas.
Holaaaaaa ¿Cómo están? ¿Me extrañaron ayer? pero aquí ando hoy con cap nuevo.
He andado inspirada en esta historia y escribo demasiados borradores del capitulo, aunque al final tengo que editarlos y elegir que se queda o que se va. Esa es la parte que no me gusta. En fin.
Nos leemos al siguiente.
