Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es RMacaroni, yo solo traduzco con su permiso.
Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to RMacaroni. I'm only translating with her permission. ¡Ronnie, te adoro!
Capítulo 52
Subo los escalones, dos a la vez, con Bella aún envuelta a mi alrededor. Entre sus risas y los besos que plantamos en cada milímetro expuesto de la piel del otro, me sorprende que lleguemos a mi cuarto ilesos.
Una vez que mi puerta se cierra detrás nuestro, jadeo contra el cuello de Bella, finalmente cayendo sobre la cama, conmigo sobre ella y sus piernas aún cruzadas en mi espalda. Ella se ríe mientras sus manos sujetan mi rostro, y lleva mis labios a los suyos.
Mis manos se deslizan por su cuerpo, sujetando y liberando, en una batalla continua por lo que quiero —lo que desesperadamente necesito— y lo que creo que sería mejor para ella, para mí, para nosotros.
—Sé que dijimos que tomaríamos las cosas con calma —digo, apartándome de ella, tratando de sonar convincente—. Y aún podemos hacerlo. —La última cosa que quiero es que ella se sienta presionada para hacer esto antes de que esté lista. Cuando mis ojos encuentran los suyos, todo lo que veo es amor y confianza—. No estoy esperando nada aquí. Solo quería tiempo. A solas. Para solo… ¿estar contigo?
—Lo sé… —Exhala mientras dolorosamente me desenredo de ella, apoyándome sobre mis manos y ubicándome a su lado, así no estoy completamente sobre ella.
Ella mueve su cuerpo con el mío, como si fuéramos imanes, permaneciendo cerca.
—No sabes lo mucho que he estado esperando, soñando en realidad, para estar contigo. —Sus manos sujetan mi rostro de nuevo, mientras sus ojos inspeccionan los míos. Y entonces, ella sonríe, y me jala hacia ella, susurrando—. He tenido una erección femenina todo el día.
—Swan… —Me río contra sus labios.
—Es la verdad.
—Puedo identificarme. —Exhalo con alivio, besándola tan suave como puedo.
Cuando me aparto, sus ojos me observan, amplios, llenos de confianza y amor. Me llenan por dentro; me hacen sentir cosas que no creí que volvería a sentir.
—No sabes lo que significa para mí, escucharte decir estas cosas —digo, mi voz profunda, mis sentimientos fuertes.
Sus ojos se mueven entre los míos, como si obsesionados con mis palabras, mientras sus dedos trazan patrones en mi cabello y detrás de mi oreja. Mis ojos se cierran momentáneamente contra mi voluntad, a pesar que lo último que quiero hacer ahora es dormir.
Tomo su mano en la mía, cerrando mis dedos alrededor de su muñeca y llevándola a mis labios, manteniendo mis ojos abiertos y en los suyos.
—¿Edward? —dice con un suspiro—. Necesito preguntarte algo.
Un millón de cosas pasan por mi cabeza, y la emoción que es evidente en sus ojos revuelve mi estómago con anticipación.
Me levanto, apoyándome sobre un codo, centrando toda mi atención en ella.
Hace una pausa, al parecer contemplando sus palabras antes de sentarse, y cuando me siento a su lado, sus manos están enlazadas sobre sus muslos, sus dedos torciéndose nerviosamente.
—¿Qué pasa? —Muevo su cabello por detrás de su oreja mientras intento tranquilizar mi corazón con un suspiro.
—¿Alguna vez te hice sentir no deseado? —Su voz es apenas un susurro mientras evita mirarme—. ¿Mientras estábamos juntos?
—Bella… —Suelto en un susurro con mejillas infladas.
—Como… ¿si no estuviera atraída a ti o… interesada en tener intimidad?
—En verdad, no. No en el momento, no creo… —Busco su mano, debatiendo si cuido mis palabras o si opto por ser honesto.
Decido rápidamente que si esto va a funcionar, necesitamos ser honestos con el otro. Las palabras simplemente escapan de mí después de eso.
—Después que te fuiste, sí pensé de más y superanalicé cada momento que estuvimos juntos. ¿Tratando de descubrir qué hice mal? ¿Qué podría haber hecho diferente? —Cubro sus dedos con los míos, asegurando su mano en la mía—. Y supongo que hubo momentos en los que me pregunté, especialmente hacia el final, si algo había cambiado para ti, ya que había pasado un tiempo desde que habíamos tenido… intimidad.
Ella voltea a mirarme, sus ojos llenos de lágrimas.
—No me di cuenta en ese momento, no con tanto dando vueltas —continúo—. Pero sí, sí me pregunté… después.
—No hiciste nada mal. —Lleva una mano a mi rostro, sujetando mi mejilla—. No había nada que podrías haber hecho diferente. Todo estaba aquí. —Se sorbe la nariz, señalando a su cabeza y sonriéndome—. Hacia el final, sí, no estaba de humor, para nada —comienza después de un momento—. Pero no tenía nada que ver contigo, y todo que ver conmigo, con mi odio por mi misma y mi cuerpo.
—Swan…
—Está bien. —Se seca las lágrimas, sacudiendo la cabeza y sonriéndome—. Pero necesitamos hablar de esto. Porque te veo vacilar, dudar, cuestionar. Y lo entiendo, lo hago, tampoco sabría cómo actuar a mi alrededor.
—No tenemos que hacer nada, Bella —lo digo, con propósito—. Podemos hacer las cosas a nuestro propio ritmo.
—No es eso… —Sonríe a pesar de las lágrimas, acercándose más y tomando mi rostro de nuevo—. Es todo lo contrario.
Presiona sus labios contra los míos, con intención, tomándose su tiempo antes de apartarse.
—Quiero que sepas que he trabajado muy duro en mí misma. Ahora me concentro en lo que mi cuerpo puede hacer, y no en cómo luce. Pero amo mi cuerpo ahora.
—Te creo —digo suavemente—. Lo hago. —Miro a nuestras manos, enlazadas sobre mi regazo, y entonces llevo mi mirada hacia ella—. Pero aún así me preocupo.
—¿De qué?
Pienso en ello, tratando de escoger mis palabras con cuidado.
—¿Alguna vez hice o dije algo que te hizo sentir mal contigo misma, o tu cuerpo? Ya sabes —explico nerviosamente—, en ese entonces.
—No —contesta de inmediato, acercándose más a mí—. Te lo prometo.
—De acuerdo. —Exhalo contra su cabello.
—Solo me sentía a salvo contigo, siempre —Se sube a mi regazo, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello—. Deseada. Amada.
Ni siquiera intento esconder el gemido que se me escapa mientras ella se sienta a horcajadas, sus rodillas presionadas sobre el colchón.
—Me encanta cuando me miras así —continúa Bella, sus dedos vagando por mi cabello—. Me gusta cuando tus ojos miran a pesar de que no quieres. —Deja un camino de besos por mi mandíbula, bajando por mi cuello—. Me encanta cuando me tocas. Cuando te sueltas.
—Mierda, Swan. —Mis manos sujetan su cintura, presionándola contra mí.
—Así que, por favor, puedes… —Sus dedos llegan al borde de mi camiseta, quitándomela. Sus ojos arden en mi alma—. Mirarme. Tocarme. Decirme lo mucho que me deseas.
Sujeto su rostro en mis manos, mis ojos fijos en los suyos.
—Te deseo tanto que no puedo pensar con claridad cuando estás cerca de mí.
Ella sonríe, triunfante.
—Te amo —continúo—. Amo tu cuerpo y lo que puede hacer. —Mis manos se deslizan por su espalda, asegurándola a mí mientras embisto hacia arriba con mis caderas—. Y me encanta lo que provoca en mí .
Ella gira sus caderas en respuesta, cerrando los ojos.
—Como si probablemente tendré que comenzar a masturbarme antes de la práctica ahora, o estaré duro e incómodo todo el día —divago. Ella se ríe—. Como si duele físicamente mantener mis manos lejos de ti. Contenerme de lo que quiero hacerte.
—¿Qué quieres hacerme? —Sus ojos se abren y su aliento queda atrapado en su garganta cuando mi mano rodea su cuello, mi pulgar levantando su barbilla.
—Te dije que te lo mostraría, ¿o no? —Siempre he sido mejor con las acciones que con las palabras. Ella jadea cuando mis manos sujetan la parte trasera de sus piernas, moviendo su cuerpo bajo el mío, así su espalda se encuentra sobre el colchón y yo presionado sobre ella.
Entonces, se lo muestro.
Dejo que mis ojos la estudien por completo mientras la desvisto, como la intentaron esquivar con todas sus fuerzas antes.
Dejo que mis dedos le traigan placer, escuchando su cuerpo y sus señales, como si han estado muriendo por hacer.
Dejo que mi lengua la provoque, la pruebe, le diga todo lo que ella significa para mí, hasta que grita mi nombre.
Me permito perderme en ella, enamorándome más profundo que nunca.
Cuando colapso sobre ella, apenas capaz de respirar, ella envuelve sus brazos a mi alrededor, abrazándome a ella, no queriendo soltarme jamás.
~F~
—¿Cullen? —Su voz es suave, su cabeza aún sobre mi pecho.
—¿Mmm? —Logro mascullar. No sé qué hora es, pero hemos estado aquí por un tiempo, recuperando el tiempo perdido. Lucho para abrir los ojos. Los suyos siguen cerrados.
—Jamás te dejaré de nuevo —dice, abrazándome—. Mientras que me quieras, estaré aquí, amándote.
—Jamás dejaré de quererte, de amarte, Swan —prometo con mis labios en su frente.
Ella exhala con felicidad mientras aseguro un brazo a su alrededor, y permito que mi mente vuele, finalmente en paz, finalmente completo.
Las imágenes pasan frente a mis ojos mientras imagino nuestro futuro juntos.
El semestre, el campeonato.
Mierda, la competencia de elevaciones en pareja.
Le preguntaré cuando despierte. Es mi último año en la universidad, y no hay nadie más con quien preferiría hacerlo,
Ella dirá que sí. Estoy seguro de eso.
Me pregunto a qué más dirá que sí.
Mis ojos se cierran, y me permito soñar.
Puedo verlo.
Ganar. Todo. Juntos.
Mientras mi mamá mira en la multitud. Con Charlie allí también.
Los visitaremos en algún momento. En las festividades, probablemente. Bella se ganará a mi mamá de nuevo, y podré conocer a su padre—a su verdadero padre.
Llevaré a Bella a París en el verano. La llevaré donde sea que quiera. Como se suponía que haríamos hace dos años.
Ella tiene otro año de universidad. Podría entrar en una maestría que nos dé más tiempo juntos. Hay una maestría acelerada en educación especial que he estado considerando. Me permitiría animar con el equipo por otro año y seguir creciendo el Campamento Sueña en Grande.
Podría enseñar después. Crear mi propio programa. Abrir mi propio gimnasio algún día. Podría hacer eso en cualquier parte. Donde sea que Bella quiera estar. Podríamos hacer eso juntos.
Por ahora, disfruto del momento: sentirla, suave y cálida, presionada contra mi pecho. Fui ingenuo al pensar que sería capaz de evitar enamorarme de ella de nuevo, porque en realidad, mis sentimientos por ella jamás desaparecieron, jamás cambiaron. Y cuando llegue mañana, seguiré enamorándome de ella una vez más.
¿El fin? Sí, el fin 😭 Juntos van a ganar todo:3
Ronnie, sé que estás leyendo esto, gracias por haberme permitido estar en tus docs desde que apenas comenzabas a escribir esta historia. Ya parecen siglos atrás jajaja. Gracias por mostrarme tus inspiraciones, por las horas charlando sobre tus musos, los chismes del mundo Cheer, y todo in between. ¿Ya dije que te adoro? El bebo es el Edward más adorable del mundo *-*
Como siempre, si disfrutaron la historia, por favor les pido que vayan a agradecerle el permiso a la autora :) Lo pueden dejar en español, ya que Ronnie lo entiende muy bien, o sino les dejo una opción en inglés. Es más, ella fue advertida que las iba a mandar a demandar outtakes (de paso, pídanle de Surfie jajaja). El link de la historia lo encuentran en mi perfil, y aquí va una idea en inglés:
Hi, Ronnie! I just read the Spanish version of Falling and I wanted to thank you for writing the sweetest Edward and for showing us something different like college cheer. We're going to miss them! I hope to read more of your stories in the future. Greetings from (tu país).
Las invito a leer Matters of the Heart, si no la están leyendo aún, un drabble con doble actualización diaria.
¡Muchas gracias a todas por leer y tengan un hermoso día!
