¡Hola, a todos! ¿Qué tal estáis? Antes de nada, os recuerdo que he acabado mi fic Rock U! + Stories y que lo dejé con un final que podría continuar en una historia aparte, si os gusta. Eso lo dejo a vuestra elección.
Ahora sí, aquí os dejo un nuevo fic que se me ocurrió hace tiempo, aunque no había tenido tiempo de escribir nada. ¡Pero aquí está!
Advertencia: este fic, al tratarse de investigaciones criminales, contendrá a veces cierto contenido de abuso, drogas y violencia, por lo que si eres sensible a estos temas, recomiendo que leáis con precaución o que, directamente, lo evitéis.
Aclaración: los personajes de Naruto no me pertenecen, obviamente, son del grandísimo Masashi Kishimoto, pero el fic es mío. La imagen pertenece a arai14 de DeviantArt.
Parejas: SasuSaku y NaruHina, principalmente, aunque también habrá otras como SasoSaku. Según avance el fic, os iré informando de más.
¡Espero que os guste mucho!
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FBI: Criminal Investigative Division
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Capítulo 1: "Una nueva vida"
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La luz entró por la habitación dando directamente en los párpados de la joven y haciendo que ésta soltara un gruñido por ello y se girara con el fin de huir de ella. Alargó el brazo derecho esperando encontrarse con un bien formado torso, pero se sorprendió cuando encontró el hueco derecho de la cama vacío. Abrió los ojos lentamente, acostumbrándose a la luz del nuevo día y, como pudo, enfocó su vista al reloj, ¿qué hora era?
07:26
- ¡Mierda!
Se levantó abruptamente de la cama y corrió hacia la ducha, metiéndose en ella sin ni si quiera importarle que la temperatura aún no estuviera lo suficientemente caliente. No tardo ni cinco minutos en darse la ducha y se vistió con un pantalón negro, una camisa verde oscura de botones ajustada y unas botas negras con un poco de tacón y, recogiendo su cabello húmedo en una coleta, salió de su dormitorio.
El olor a café y a comida entró rápidamente por sus fosas nasales antes de poner un pie en la cocina.
- ¡Sasori! ¡No me has despertado y voy a llegar tarde! – grito la chica entrando por la puerta de la cocina, pero se quedó muda al ver la imagen que tenía frente a sus ojos. - ¿Qué es todo esto?
La mesa estaba llena de distintos y apetecibles platos de comida acompañados de café, zumo y fruta, pero lo que más le llamó la atención a Sakura era ver a cierto pelirrojo tan atractivo con una sonrisa en su boca mientras acababa de preparar unas tortitas.
- ¿No te acuerdas? – inquirió él dirigiéndole una breve mirada. – Hoy empiezas tu nuevo trabajo.
¡Es verdad! ¿Cómo se le podía haber olvidado? Ya no tenía que levantarse tan pronto para ir a entrenar a la academia, ni ir a trabajar a la cafetería para poder pagarse el alquiler del piso. No. Ahora, Haruno Sakura podía estar orgullosa de decir que era agente federal con su escasa edad de veintiséis años. Era el trabajo de sus sueños y no se podía creer que por fin, después de tantas horas de duro trabajo y estudio, lo hubiera conseguido.
Hoy comenzaba una nueva vida para Haruno Sakura, pero ¿sería como ella esperaba?
- Aún así podrías haberme despertado y te habría ayudado a hacer el desayuno, Saso-kun – dijo ella hasta situarse detrás del chico.
- Mi agente federal tiene que proteger al mundo, no realizar desayunos – explicó.
Sasori se giró y rodeó con sus brazos la estrecha figura de la joven, posando sus hermosos ojos color café sobre aquellos jade que brillaban con intensidad.
- Eres el mejor novio del mundo.
- Hago lo que puedo – dijo encogiéndose de hombros antes de darle un beso dulce. – Ahora, a desayunar, Agente Especial Haruno.
Mientras desayunaban tranquilamente, Sakura no podía evitar pensar el como había tenido tanta suerte de toparse con alguien como Sasori. Sin duda, era un chico atractivo, aunque lo que más le gustaba a Sakura era su lado dulce y divertido, al igual que su lado artístico y bohemio que ayudaban a equilibrar su relación como pareja a la perfección. A pesar de que no llevaban ni dos años juntos, Sasori siempre había apoyado su decisión de trabajar en el FBI, incluso había sido él quien le había pedido mudarse juntos a un nuevo apartamento para poder facilitar económicamente a la chica mientras accedía a su puesto soñado. Ahora, después de un duro camino, podía entender a la perfección por qué su novio lucía una chispa de orgullo en sus ojos.
- Tengo que irme, no quiero llegar tarde en mi primer día – dijo ella levantándose de la mesa. – ¿A qué hora entras tú?
- He quedado con Deidara en una hora para hablar de la venta de unos cuadros y después, tengo que impartir una clases de arte en la universidad – Sasori se levantó de la mesa y ayudó a su novia a recoger los platos. – No creo que vuelva hasta la tarde.
- Oh, no pasa nada. Yo también regresaré tarde si todo sale bien – dijo ella con una sonrisa nerviosa.
- Va a salir bien – aseguró el chico agarrando de los hombros a su novia. – Llevas preparándote para esto toda tu vida y no creo que vayas a renunciar ahora que lo has conseguido, ¿no?
- Gracias – Sakura mostró una pequeña sonrisa antes de besar aquellos labios tan deseables. – Nos vemos luego.
Y tras despedirse y coger su americana negra junto con su placa y sus pertenencias, Sakura abandonó el piso en dirección a su nuevo y deseado trabajo: el Departamento de Justicia de Konoha.
A pesar de que el viaje no era muy largo, tan solo unos diez minutos en coche, se le hizo casi eterno por culpa de sus pensamientos, cosa que pasaba siempre que se montaba en su vehículo, un regalo que su padre le hizo meses antes de morir. Su padre, Kizashi Haruno, había sido policía y quizá, por esta razón, Sakura siempre había estado interesada en formar parte de las fuerzas de justicia. Recordaba a su padre como una persona buena, amable y divertida, alguien capaz de sacrificarse no sólo por su familia, sino por cualquiera que estuviera en peligro y fue ese el motivo por el que Kizashi fue asesinado hace casi un año. El caso se cerró a las pocas semanas cuando encontraron al culpable gracias a un par de testigos. No obstante, su madre y ella lo habían pasado muy mal en los últimos meses, pero Sasori había estado ahí apoyándolas y aportando la fuerza necesaria para que la chica pudiera entrar en el FBI, en el apartado de investigación criminal conocido como CID y así evitar que otras personas perdieran a su seres queridos.
Divisó el edificio de su nuevo trabajo y mostró una pequeña sonrisa, pensando en su padre: haría todo lo posible porque se sintiera orgullosa, allá donde él estuviera.
- Identificación – pidió un hombre armado en la puerta. Sakura mostró su tarjeta de identidad y tras se estudiada por uno segundos, el hombre se la devolvió aún con aquel rostro serio. – Muy bien, que tenga un buen día Agente Especial Haruno.
- Gracias.
Aquel sitio era más espectacular de lo que hubiera imaginado nunca. Era un edificio muy grande, bien protegido con cámaras y agentes y con una seguridad de entrada tan compleja y perfecta que parecía de película. Avanzó por los pasillos hasta acercarse a una mesa donde una joven chica escribía bastante concentrada en su ordenador, pero sus ojos grises se posaron enseguida en Sakura cuando esta se situó de frente a su mesa.
- Soy la Agente Especial Haruno, es mi primer día – explicó la chica con una pequeña sonrisa. – Estoy esperando al Agente Especial a cargo Hatake1.
- Por favor, espere ahí Agente Especial Haruno – dijo señalando un sofá grisáceo y con aspecto cómodo a la vez que cogía el teléfono. – El Agente Especial Hatake la atenderá enseguida.
Me senté en el sofá tal y como la joven chica me había ordenado y observé atentamente los objetos de mi alrededor en busca de algo que me pudiera entretener en la espera. Sin embargo, no habían pasado ni cinco minutos, cuando las puertas del ascensor se abrieron mostrando a un hombre en traje gris, con una corbata negra a juego con la extraña máscara que ocultaba su rostro, pero dejaba visibles sus dos ojos negros, uno de ellos marcado por una cicatriz bastante considerable. El hombre, que no llegaría los cuarenta años, se acercó con paso lento y elegante hacia la joven Sakura, quien se levantó inmediatamente en señal de respeto y presentación.
- ¿Agente Especial Haruno? – la chica asintió. El hombre extendió su mano que rápidamente fue apretada por la joven. – Soy Kakashi Hatake, el agente especial a cargo de tu equipo (1).
- Encantada, señor Hatake – dijo la chica con una pequeña sonrisa. – Haruno Sakura.
- Llámame Kakashi, por favor – pidió él. – No me gustan las formalidades. Sígueme, quiero que conozcas al resto del equipo.
Subimos al mismo ascensor del que Kakashi, mi nuevo jefe y supervisor, había salido. Los rangos dentro del CID eran difíciles de explicar y había muchos, pero lo que sí tenía claro Sakura es que: 1) Hatake Kakashi era su jefe, y 2) había alguien por encima de él con más poder. Durante el paseo en ascensor, ninguno de los dos comentó nada, lo cual no sirvió positivamente para los nervios de la chica, aunque afortunadamente, no tardaron mucho en llegar a su destino.
El sitio era amplio, con un par de meses y despechos y había algunas personas dentro de la sala, las cuales dejaron de hacer su trabajo para observar atentamente a la joven que acaba de entrar y si ya estaba nerviosa de antes, Sakura sintió como sus nerviosismo aumentaba con cada paso que daba.
- Muy bien, os presento a la Agente Especial Sakura Haruno – dijo el hombre con voz algo monótona mientras metía sus manos en los bolsillos. – Desde ahora forma parte de este equipo. ¿Alguna pregunta? – los presentes negaron con la cabeza. – Bien, Sakura – llamó el hombre. – Esa será tu mesa. Cuando acabes de instalar tus cosas, reúnete conmigo en la sala de reuniones, esa del fondo a la derecha – dijo señalando una puerta con las persianas bajadas. – El resto, – llamó con voz más serie - ¡A trabajar!
Kakashi avanzó por los pasillos hasta llegar a la sala que había señalada a la joven, dejando a Sakura en el medio de la sala. La joven soltó un suspiro relajándose totalmente después de aquel pequeño ataque de nervios y se giró para poner sus cosas sobre la que ahora era su mesa de trabajo. Estaba por sacar un par de cosas de su bolsa cuando alguien se situó a su lado derecho, demasiado cerca para el gusto de Sakura.
Ahí parado se encontraba un chico más o menos de su edad con los ojos tan azules como el cielo en primavera y el cabello rubio como el sol y con una sonrisa hermosa en su rostro, que hacía que el chico fuera aún más atractivo.
- ¡Hola! ¿Sakura, no? – la chica asintió aún extrañada por su conducta tan alegre y amable. – ¡Un placer, Sakura-chan! Yo soy el Agente Especial Naruto Uzumaki, pero puedes llamarme Naruto.
- Oh, encantada, Naruto – sonrió ella apretando su mano a forma de saludo.
- Parece que vamos a ser compañeros – dijo él sin quitar aquella sonrisa zorruna. Sakura sintió buenas vibraciones en su piel cuando miraba a aquel chico y, siempre que pasaba eso, era una buena señal. – Esa es mi mesa – dijo señalando la mesa situada a su derecha. – Bien, ahora, vamos. Kakashi nos espera.
Ella asintió y siguió de cerca al chico hasta la sala de reuniones. Al entrar, Sakura no se fijó en la pantalla gigante ni en la mesa redonda con carpetas encima de ella, no, se fijó en el hombre que hablaba tranquilamente con Kakashi.
Si su novio era guapo, este tío era un dios griego. Tenía el cabello azabache, la piel pálida y lucía increíble en aquel pantalón negro y camisa negra de botones con las mangas arremangadas mostrando unos increíbles brazos, aunque Sakura estaba segura de que esos brazos no eran los únicos que tenía definido en ese cuerpo. De pronto, no supo respirar cuando aquellos ojos negros como la noche se clavaron en los jade de Sakura. ¿Cómo podía existir un hombre tan guapo?
- Ah, veo que ya conoces a Naruto – dijo Kakashi haciendo que Sakura volviera a la realidad. – Déjame que te presente a otro compañero, el Agente Especial Sasuke Uchiha.
- Haruno Sakura – dijo ella extendiendo su mano algo tímida, como si fuera una quinceañera.
- Uchiha – se presentó él con la voz más sexy que Sakura en su vida había oído. ¿Es que este hombre era perfecto? Sasuke apretó su mano cordialmente a modo de saludo y la chica sintió una corriente eléctrica que llegó hasta el cerebro. Sakura miró con una chispa de sorpresa aquellos ojos serios, los cuales también parecían algo sorprendidos, ¿acaso había sentido él lo mismo? – Un placer.
Tan pronto como la magia había empezado se acabó en cuanto el joven, que no sería más de uno o dos años mayor que ella, soltó su mano y se sentó en una de las sillas sin ni si quiera dirigir una mirada a la chica.
- Bien, toma asiento, Sakura – pidió su jefe. – Esperaremos a que lleguen el resto.
La chica asintió y se sentó en la silla al lado de Kakashi, justo de frente a Sasuke y al lado de un espacio que aún estaba vacío, aunque no por mucho tiempo ya que dos hombres entraron por la puerta justo en el instante en el que Sakura se apoyó en la silla.
El primero de ellos tenía el pelo largo recogido en una coleta, con los ojos marrones y una expresión entre cansancio y aburrimiento, pero aún así era atractivo, aunque no estaba al nivel del dios griego Uchiha ni era del tipo de chico en el que Sakura se fijaría. Vestía una camisa negra y un chaleco verde musgo que le daban un aspecto algo más mayor de lo que realmente era, y olía a cigarrillos y caramelos de menta.
Seguido de él, apareció un chico que rondaría la edad de los otros presentes y que podría perfectamente pasar por pariente de Sasuke a pesar de que su piel era más pálida y su rostro era más expresivo que el del Uchiha. El chico iba con unos pantalones grisáceos y una camisa blanca que, por ende, hacía que su piel pareciera más blanca aún.
- Estos son el Agente Especial Supervisor de la Unidad Shikamaru Nara – dijo señalando al tipo de la coleta – y el Agente Especial Sai Nakazawa, dibujante forense. Ella es la Agente Especial Sakura Haruno, una experta analista – ambos chicos saludaron a Sakura y se sentaron en los dos huecos que quedaban libres, situándose Sai al lado de la joven novata. – Bien, ya estamos todos. Lo primero, bienvenida al equipo, Sakura – Kakashi mostró una sonrisa debajo de aquella máscara. – ¿Te gustaría decir algo?
- Sólo quería agradecer esta oportunidad – dijo sintiendo como unos ojos negros se clavaban en ella. – Espero hacerlo lo mejor posible.
- Estoy seguro de que lo harás, Sakura. Te has esforzado mucho y estás donde deberías estar – Kakashi le dedicó una sonrisa que hizo que la joven de extraño cabello rosado se sintiera como en casa. – Bueno, ahora, pasemos a la importante. ¿Shikamaru?
- Sí. Cada uno de frente una carpeta que contiene información de un crimen que se cometió a noche en el barrio Este. Barrio que como todos sabéis no es precisamente un jardín de las maravillas y es el centro de la droga y la delincuencia de Konoha – informó Shikamaru rascándose su barbilla. – Un hombre, aún no identificado, fue asesinado por un disparo en la cabeza y también muestra signos de tortura en el resto de su cuerpo – explicó el chico sin ni si quiera observar la fotografía. – Si miráis la pantalla, – dijo carraspeando y llamando la atención de los presentes – observaréis las múltiples heridas que el hombre sufrió tanto en el torso como en sus extremidades. La policía cree que fue un acto entre bandas o un ajuste de cuentas por dinero o…
- Es un patrón – susurró Sakura más para ella que para los presentes, aunque todos la escucharon perfectamente.
- ¿Sakura?
- Eh, perdón, no quería interrumpir, Shikamaru – dijo rápidamente la chica mostrando una sonrisa de disculpa y recibiendo una mirada de aprobación del supervisor. – Es sólo que ese hombre no fue elegido al hacer.
- ¿Por qué lo sabes? – inquirió Sai frunciendo el ceño como si al hacerlo fuera a descubrir una nueva pista.
- Por la postura en la que está – respondió levantándose y acercándose a la gran pantalla. – Si hubiera sido casual, no estaría tumbado con tanta harmonía, ¿sabes? Su cuerpo está prácticamente flexionado como en una postura fetal – sus dedos se deslizaron por la pantalla rápidamente señalando la silueta del hombre asesinado. – En algunas culturas se enterraban a las víctimas de esta forma para que tuvieran una vida más allá de la muerte.
- Pero este hombre no está enterrado – comentó Naruto con la mirada seria.
- Quizá no pensó que debería ser enterrado y tener paz en la otra vida – dijo Sakura mirando a sus nuevos compañeros. – Sólo creo que no se trata de algo al azar, no es una víctima seleccionada aleatoriamente ni mucho menos algo relacionado con un ajuste de cuentas – hizo una breve pausa observando otra vez la fotografía. – . El asesino lo ha escogido por algo. Puede ser que se parezca a alguien de su pasado o que tenga fijación por personas con ese tipo de complexión.
- Muy buena observación, Sakura – felicitó Kakashi con un brillo en los ojos. - ¿Qué opinas, Shikamaru?
- Creo que Sakura tiene razón – respondió observando a la chica que tenía las mejillas algo rosas. – Mi intuición me decía que esto no era un ajuste de cuentas ni un crimen al azar, sino más bien todo lo contrario, tal y como ha apuntado Sakura.
- ¿Hay algún testigo?
- Nadie ha visto ni oído nada – suspiró Shikamaru. – Pasó en una calle básicamente desierta y a altas horas de la noche.
- Está bien. Como aún no sabemos quién es este hombre, tendremos que ir a investigar a la zona – dijo Kakashi colocando sus manos en la mesa. – Debido a que es su primer día, Sakura irá con Sasuke a investigar y Naruto irá con Sai.
- ¿¡Eh!? ¡Pero Sasuke-teme y yo siempre vamos juntos! ¡Desde el primer día, 'ttebayoo! – se quejó Naruto haciendo que Sakura lo mirara cariñosamente. Parecía un crío de cinco años al que le acababas de prohibir ir al parque.
- Sasuke tiene un historial impecable y perfecto en comparación con el tuyo, Naruto – dijo el jefe con una pequeña sonrisa. – Lo más recomendable es que vaya con alguien que no haga alterar a todo el mundo. Pero, si tienes alguna queja, podrías ir a quejarte a la Directora Senju.
Naruto abrió los ojos lo máximo posible y negó con la cabeza al recordar la ira de la jefa de todo el Departamento de Justicia de Konoha.
- Estas son las zonas que debéis cubrir e investigar – continuó Shikamaru enseñando un mapa del barrio Este. – Naruto y Sai, zona A, Sakura y Sasuke, zona B – explicó el joven señalando dos círculos en color rojo y amarillo en el mapa. - Mientras tanto, yo iré a visitar a la unidad forense a ver si hay alguna pista – dijo el chico levantándose del asiento. – Si encuentro algo, pediré a Shino que os informe.
- ¿Alguna pregunta? – los presentes negaron observando a su jefe – Podéis iros. Buena suerte, chicos.
Sakura, al igual que el resto de sus compañeros, se levantó del asiento y clavó sus ojos en el que ahora sería o, por lo menos en esta misión, su compañero y se percató de que el chico la observaba atentamente, como si llevara un buen rato siguiendo sus movimientos. Eso causó que las mejillas de la chica se encendieran un poco y que su vista se aparta hacia otro lado.
- ¡Venga, un carrera equipo B! – gritó Naruto desde la puerta con una gran sonrisa en su boca. – Apuesto algo a que Sai y yo encontramos antes alguna prueba.
- Naruto, esto no es un concurso – Kakashi soltó un suspiro observando al chico. – Estamos hablando del asesinato de un hombre.
- ¡Por favor, Kakashi! ¡Es una broma! ¡Para ayudar a la nueva a integrase! – su sonrisa zorruna aumentó mientras se rascaba la cabeza. – Además, todos sabemos que nosotros encontramos antes una pista. Sai es demasiado bueno con sus mierdas sociológicas.
- Me gustaría que no insultaras mis conocimientos, Naruto-kun – comentó Sai saliendo por la puerta.
- ¿Crees que yo no puedo encontrar una pista?
- No lo creo, lo sé – respondió el rubio con una sonrisa y una chipa de diversión en sus preciosos ojos azules.
Sakura se acercó a él siendo observadas por sus compañeros de unidad, en especial por cierto moreno, y mostró algo que sorprendió a todos: una sonrisa de lado que indicaba seguridad y algo con lo que Sasuke estaba muy familiarizado y que identificó como orgullo.
- Acepto – Sakura se cruzó de brazos.
- ¿Crees que puedes ganar, novata? – preguntó Naruto divertido.
- No lo creo, lo sé – dijo ella repitiendo sus previas palabras con una sonrisa de orgullo y pasando de largo, dejando a todos los presentes más que sorprendidos, sobre todo al que ahora era su compañero. – Venga, Uchiha, vamos a ganar al rubio chillón.
Y sin decir nada más y oyendo la carcajada de Naruto por toda la sala, Sakura caminó firmemente hacia el ascensor siendo seguida de cerca por Sasuke, quien no había podido quitar su sonrisa de satisfacción desde que había visto como aquella chica, de apariencia tan frágil, era tan fuerte y peligrosa como el propio fuego. Es más, mentiría si dijera que no había estado observando atentamente como analizaba el crimen con una agilidad y pasión tan asombrantes que habían llamado la atención de el hombre más frío del planeta.
Hoy comenzaba una nueva vida para Haruno Sakura, pero ¿sería como ella esperaba?
Sakura observó a su nuevo compañero. Definitivamente, era mejor.
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(1) En inglés es conocido como SAC (Special Agent-in-Charge), así que usaré a veces esa expresión porque me gusta más.
¿Qué os pareció? ¡Espero que os haya gustado y me dejéis vuestros reviews! ¡Nos vemos pronto!
Un saludo,
SheNdy.
