Una casa pequeña abandonada, ahí dentro se encontraba un grupo de tres hombres los cuales miraban con gozo la caja que habían conseguido, o mejor dicho robado, de ese transporte que iba hacia la ciudad youkai.

- Chicos, realmente lo hicimos, solo miren todo este dinero y comida que iba a ser desperdiciado en esos estúpidos youkais, no podría ser mejor. – Exclamó uno de ellos.

- Eso es cierto, no se merecen nada de esto, es mejor que nosotros los humanos comunes y corrientes les demos un mejor uso que ellos, ahora podré disfrutar de una mejor comida que esa cosa que nos da nuestro patrón.

- ¿Ya podemos comer? Tengo hambre. – El que se veía como un gordo estaba que deseaba comer de una vez, el flaco que era la cabeza de ellos le detuvo.

- Alto ahí, como se dice, lo bueno siempre se hace esperar y es mejor si lo transportamos de momento, si deseamos disfrutar de esto, debe de ser en el mejor lugar.

- Entonces ¿vamos a las casas de apuestas? – Preguntó el segundo, el jefe sonrió.

- Esto podemos triplicarlo en los dados, vamos, ahora cárguenlo. – Los dos comenzaron a cargar la caja y entonces salieron, era algo pesada debido a todo lo que contenía dentro pero no tenían demasiados problemas en cuanto a llevarlo, así con su jefe al frente, comenzaron a caminar por el bosque, ya entonces empezaron a notar que el sol se iba escondiendo.

- Aniki, pronto se hará de noche. – Comentó el gordo.

- Descuida, traje una lámpara por si acaso, además no es que este bosque sea demasiado grande, así que saldremos por la carretera tarde o temprano.

Los tres continuaron avanzando, ya para ese momento era de noche a lo que el jefe había encendido su lámpara y siguieron adelante, no se escuchaba nada más que el sonido de un búho y los insectos.

- Aniki, la niebla se empieza a hacer muy densa. – Notaron como es que una neblina estaba a sus pies y que tampoco han salido aún del bosque. - ¿Cuánto falta?

- Descuiden, no debe ser mucho, había visitado esa casa abandonada antes y sé que solo toma una hora salir de este bosque. – Lo dijo con tanta seguridad, pero la situación era otra actualmente puesto que seguían sin poder salir, solo tenían la lámpara que este cargaba como iluminación.

- Aniki ¿aún no salimos? – El gordo ya estaba algo impacientado y más porque era uno de los que cargaba la pesada caja. – Mis manos no podrán soportar más.

- Aún no… si tanto quieren descansar, dejen la caja en el suelo. – Hicieron caso a su jefe, soltando la caja y sentándose en el suelo. – (Esto es raro, sé con certeza que solo se necesita una hora para salir del bosque pero actualmente creo que llevamos más tiempo que eso ¿en qué momento saldremos?)

- ¿No podemos comer algo de las ofrendas? Tengo hambre. – Sugirió el segundo, el jefe realmente no quería hacer uso de las ofrendas aún en el bosque pero no es que tuvieran otra opción.

- Muy bien, pero solo un poco, no hay que gastarlo todo.

- ¡Bien! – Eso animó a los otros dos que abrieron la caja y agarraron algo de la comida, ya estaban a punto de comer los tres cuando de repente comenzó a soplar un fuerte viento que los agitó.

- Hngh, eso estuvo fuerte… - Comentó el jefe.

- Aniki, mire eso. – El gordo señaló al frente, en ese momento apareció algo que no habían visto antes, era la entrada a un templo. - ¿Ese templo estaba antes?

- No que yo recuerde… quizás hemos ido por otro camino sin darnos cuenta.

- Puede que sea un buen lugar para descansar aniki ¿Qué dice? – Sugirió el segundo, el jefe se lo pensó por unos segundos, era bastante raro encontrar un templo en un bosque y además saliendo de noche luego de aquel viento, era demasiado conveniente, pero igual no tenían otro sitio de descanso más en ese bosque, se habían alejado de la casa abandonada.

- Entremos. – Ya ordenó, los dos comenzaron a cargar nuevamente la caja mientras entraron al templo, atravesando la pagoda, se veía oscuro pero al menos habían lámparas, así sacó el fuego de la suya para encender estas, dando una pequeña iluminación. Solo en la fachada había un camino que llevaba al centro del templo. – Ahí podemos descansar, no se tarden.

Los tres se adentraron al templo, así entonces es que el jefe abrió la puerta, lo cual le sorprendió que no estuviera cerrado con llave pero le facilitó las cosas para poder entrar con los otros dos, dejando la caja dentro.

- Listo aniki. – Anunció el gordo.

- Este parece un mejor ¿no lo cree? – Preguntó el segundo, a pesar de estar abandonado, al menos era más grande.

- Es cierto, podremos esperar en este sitio hasta que ya pase la niebla.

- Mientras, podemos aprovechar y comer algo. – Con la sugerencia del gordo, ya los tres entonces se decidieron a hacer uso de las ofrendas que tenían y comer la comida.

- Jeje, es momento de darle el mejor uso que podría hacerse, entonces amigos, a disfrutar.

- ¡Sí! – Los tres ya estaban por comer de las ofrendas, en ese momento sopló un viento gélido que los hizo temblar.

- Aniki, hace frío…

- ¿De donde vino ese viento helado? – Preguntó el jefe, observó por la ventana, entonces notó que el viento apagó las antorchas. – Ahora nos hemos quedado sin luz, gordo, ve a encenderlas de nuevo.

- ¿En serio debo de hacerlo? No quiero ir solo. – Era obvio que tenía miedo pero su jefe lo obligó, sacándolo de forma brusca.

- Solo ve y hazlo, antes de que nos congelemos más.

- B-Bien… - Ya este salió del templo solo y comenzó a recorrer el pasillo, llevando una antorcha para encender, así caminó, mirando para todos lados; de algún modo sentía que le estaban observando, las estatuas que tenían forma de zorro le daban una cierta sensación de incomodidad, como si sus ojos le observaran. – Mejor acabo esto rápido…

Llegó hasta las lámparas y se propuso a encenderlas, quería terminar lo más rápido posible para regresar con sus amigos, ya entonces al terminar de encender la último, se sintió alivio.

- Perfecto… ahora puedo volver…

- ¿Volver a dónde? – De repente una voz externa se hizo presente, logrando que se quede paralizado, el gordo quiso darse la vuelta pero empezó a sudar frío.

- ¿Q-Quién eres?

- Estás en mi templo… solo por eso vas a recibir un duro castigo…

Mientras tanto los otros dos estaban esperando a que su amigo regresara para finalmente comer, al menos notaron que las luces estaban encendidas otra vez pero no regresaba.

- ¿Le habrá pasado algo? – Preguntó el flacucho, su jefe se llevó la mano al mentón.

- No creo, seguro solo quiso ir al baño y…

"!GYAAAAAAAH!"

- ¡¿Qué diablos!? – Aquel grito desgarrador los sorprendió. - ¿Ese fue el gordo?

- Aniki, creo que algo aquí sucede y es malo, deberíamos irnos.

- Nada de eso, lo necesitamos para transportar las ofrendas, sal y ve a buscarlo.

- ¡¿Qué!? – Lo sacó del templo y cerró la puerta otra vez. – Aniki, déjeme entrar.

- No, hasta que vuelvas con gordo.

- Pero aquí afuera da y miedo y… ¡Aaaaaaah! – Este también gritó, alertando al jefe, en el momento que abrió la puerta, ya no estaba ahí.

- Pero qué está sucediendo en este lugar… - Otro viento gélido se cruzó, haciendo que cerrara los ojos, en ese momento que los abrió, vio una figura palida y fantasmal a pocos metros la cual llevaba puesta una máscara que recordaba a un zorro. - ¿Qué?

- Tú… tus amigos entraron a mi templo, y quien sea que atraviese este lugar va a pagar.

- U-Un momento ¿eres realmente un fantasma? Yo no hice nada, por favor déjame en paz.

- Demasiado tarde, ahora vas a sufrir las consecuencias. – Declaró el fantasma.

"Reproduciendo: Hatsune Miku – Musunde Hiraite Rasetsu to Mukuro"

Saa saa koyoi mo bureikou

Gokusotsushuu sura makikonde

Utage no se nite narisagaru ha

Junshinmuku yue tachi no warui

Akugyaku hidou ni gozaimasu

Kata ashi nakushita neko ga warau

[soko yuku ojou-san asobimashou]

Kubiwa ni tsunagaru akai himo ha

Kata ashi no kawari ni naccha inai

Ya ya ya ya iya iya iya

El jefe comenzó a huir del fantasma, queriendo correr hacia la salida del templo pero la puerta se cerró de repente, en ese momento apareció un zorro que se lanzó hacia él.

- ¡Ah, no me comas! – Apenas y logró esquivarlo, pero eso le dio tiempo al fantasma para alcanzarlo.

Retsu nasu sotouba no mure ga utau

[soko yuku ojou-san odorimashou]

Ashimoto hisoka ni saita hana ha

Shikame tsurashite ha guchirutteru

Hara wo miseta koinobori

Haranda no ha sarekoube

Yai yai asobi ni yukou ka

Yai yai warae ya warae

Rai rai musunde hiraite

Rai rai rasetsu to mukuro

Hitotsu futatsu mittsu de mata hiraite

Itsutsu muttsu nanatsu de sono te wo ue ni

Matsu no ki ni ha kubiwa de chuubura rin rin

Minna minna minna de musubimashou

El jefe corrió hasta adentrarse hasta una habitación donde creyó que estaría a salvo, pero entonces había algo, podía sentirlo, entonces miró a ver, una mujer de espaldas con un kimono al descubierto estaba ahí.

- ¿Una mujer? Pero bueno… se ve hermosa, quizás…

- Chico, no deberías estar aquí, los lugares solitarios son el sitio perfecto para los entes sobrenaturales… como nosotros. – Estiró su cuello, haciendo que viera directamente al hombre, lo cual lo asustó.

- ¡Un rokurokubi! – Salió huyendo de esa habitación.

Kudaranu yokyou ha te wo tataki, zashiki no irori ni kubesarasu

Gesen na uwabami bozen de iku

Takaridasu shinzoku arasoi soi

[seizen kare to yakusoku shita zo]

Usobuku mo shi nin ni kuchinashi ha nashi

Ya ya ya ya iya iya iya

Katte ureshii hana ichi monme

Tsugi tsugi to urareru kawaiiko-chan

Saigo ni nokoru ha behin na busu

Dare ni mo shirarezu ni naiteiru

Yai yai itazura shiyou ka

Yai yai odore ya odore

Rai rai musunde hiraite

Rai rai rasetsu to mukuro

Mittsu futatsu hitotsu de iki wo koroshite

Nanatsu yattsu tou de mata musunde

Tatara sae mo taekane yakedo wo seoi

Neko ha aketa fusuma wo shimeteiku.

El jefe buscó salir por una ventana como una de las opciones que tenía, quiso abrirla pero no pudo.

- ¡¿Qué diablos!? ¿Por qué no abre? – En ese momento se sumó una sombrilla al frente, mostrando un ojo que tenía encima, sacando su lengua con la cual lamió el rostro de este. - ¡Puagh! Que asco.

Kekkyoku minna-sama taningoto (kekkyoku minna-sama taningoto)

Kekkyoku minna-sama taningoto (kekkyoku minna-sama taningoto)

Kekkyoku minna-sama taningoto (kekkyoku minna-sama taningoto)

Tanin no fukou shiranpuri!

Yai yai kodzukuri shiyou ka

Yai yai yomae ya yomae

Rai rai iroha ni horebore

Rai rai rasetsu to mukuro

Hitotsu futatsu mittsu de mata hiraite

Itsutsu muttsu nanatsu de sono te wo ue ni

Tori ga naite shimawanu uchi ni harahera

Hitotsu futatsu mittsu de mata ashita

Al no tener más por donde salir, se quedó acorralado contra la pared donde cada uno de youkais se fueron acercando hacia él de forma amenazadora.

- P-Por favor, no me hagan daño, ya ahora sé que hice mal, no debí de haber robado las ofrendas, pueden quedárselas de nuevo, solo déjenme volver a mi casa.

- ¿En serio? ¿No volverás a robar? – Preguntó el chico encapuchado, el hombre asintió con fuerza.

- Nunca más lo haré…

- Entiendo… Miku-san. – Entonces la figura fantasmal de la máscara se acercó, lentamente hacia el hombre el cual no podía dejar de temblar.

Akki rasetsu no gotoku sono nodo takerase,

Abareru uwabami no ikichi wo susuru.

Subete ha utsurou no de gozaimasu.

Ima kou shiteiru aida ni mo, samazama na mono ga.

Ha te, dono hanashi wo shiteita kana?

Maa, sonna yotabanashi ha owari ni shimashou.

Saa, o-te wo haishaku.

Hitotsu futatsu mittsu de mata ashita.

- … Bu. – Mostró sus manos que tenían ojos al hombre el cual, totalmente pálido del terror, cayó desmayado. – Lo hicimos.

- Buen trabajo todos. – Señaló Len, todos estaban ahí, habiendo causado el susto a los tres, en ese momento los reunieron y amarraron con cuerda aún desmayados, al igual que Kaito trajo la caja de ofrendas y la revisó.

- Todo está bien, no falta nada.

- Menos mal… - Len sonrió. – Tu plan funcionó bastante bien. – Le habló a Kei.

- Es verdad, no pudimos haber hecho esto sin ti. – le codeó Rin, el peligris sonrió.

- En realidad fue gracias al apoyo de todos ustedes, solamente di la idea, mientras el resto se encargó de asustarlos.

- A pesar de todo, fue gracias a tu coordinación que lo hicimos, eres un gran youkai. – Sonrió Miku.

- Es verdad. – Asintió Len. – Es momento de regresar a la ciudad, hay que repartir las ofrendas a todos. – Eso alegró al resto que comenzó a moverse, Kei igual se iba, entonces Miku le detuvo.

- ¿Pasa algo Miku-san?

- No es nada… lo cierto es que… - Se acercó a susurrarle. – Lo sé todo, en realidad eres un humano. – Aquello sorprendió un poco a Kei. – Pero no lo hiciste tan mal, a pesar de ello, ayudaste a youkais como nosotros, en ese ámbito, eres un youkai honorario.

- Gracias Miku-san, solo hice lo que tenía qué hacer.

- Lo sé… por eso te diré algo… es momento de que despiertes.

- ¿Eh? – En ese momento todo alrededor de Kei empezó a girar, mientras vio a la Miku fantasma que se comenzó a despedir. – Un momento… ¿Miku-san? – Y entonces todo se puso oscuro.


- Kei-san, despierta. – El peligris empezó a abrir los ojos, se sentía algo agotado.

- ¿Eh? ¿Me quedé dormido?

- Sí. – Respondió IA. – Cerraste los ojos al inicio de la función y dormiste por media hora, te perdiste todo.

- … Entiendo. – Por alguna razón, pensó que durmió por más tiempo, y también recuerda lo que pasó, sobre los youkais y demás. – Supongo que solo fue un sueño…

- Es momento de irnos, seguro hay que vernos con los demás. – Comentó Yukari, Kei asintió, levantándose de su asiento, no sin antes ver por última vez al frente del escenario, sonrió por debajo, porque realmente parecía el mismo templo.

- Hasta pronto… youkais…

Un tiempo después, ya regresaron al hotel, coincidiendo todos en el mismo momento de llegada.

- Wow Teto-san, tu piel se ve tan clara y brillante. – Comentó Haku con asombro, la pelirroja sonrió.

- Pasé un gran tiempo en el spa con Meiko-san, nos divertimos mucho disfrutando del tratamiento ¿no es así?

- … Hmph, diría que no fue tan molesto que estuvieras ahí. – Respondió la castaña con los brazos cruzados, Teto sonrió.

- Jeje, nos hicimos buenas amigas~

- Eso no es cierto, no somos amigas. – Lo negó ella, en ese momento Luka se acercó a Kei.

- Esto, Kei-san… quiero darte algo, extiende la mano.

- Está bien. – El peligris la extendió, en ese momento dejó el amuleto sobre este. - ¿Un amuleto?

- Sí, según dice, sirve para proteger la alegría y prosperidad de una persona, y lo compré con eso en mente.

- Entiendo… gracias Luka-san. – Sonrió Kei, lo cual puso feliz igual a la pelirrosa, Gumi asintió satisfecha de ver a su amiga dar el regalo.

- Oigan, bien que todos se divirtieron, pero ¿no olvidan lo más importante de este viaje? – Preguntó Len. - ¡Las aguas termales! Vamos.

- Es cierto, quiero relajarme en agua caliente. – Señaló Rin, ya con eso, todos fueron a las distintas termas para relajarse, Kei se quedó atrás, viendo el amuleto que le regaló Luka.

- (Este ha sido un muy buen viaje, bastante divertido y relajante… pero ahora sé que viene mucho trabajo y estaré listo con muchas canciones buenas, me siento revitalizado) Igual iré a bañarme. – Así se fue. De ese modo disfrutaron del resto de su viaje en las aguas termales, ya completamente relajados, volverían listos para seguir con sus trabajos y es que pronto llegaría un gran anuncio del cual aún no estaban enterados, pero que sería uno de los más grandes en la carrera de todos…


Ninja Britten 11: Ya quise probar con algo tradicional y pues hay canciones así basadas en youkais en vocaloid, así que de ahí me inspiré, incluso hay modelos como youkais por los cuales me basé para ellos, no era algo que pudiera dejar pasar.

Ya esta es la segunda parte de este especial de Halloween, Kei y los youkais pudieron asustar a los ladrones y recuperar las ofrendas y al final despertó del sueño, ya así igual terminando el viaje a las termas, en el siguiente cap ya digo que entraremos a una parte crucial de este tercer arco y también, ya sería como el inicio del fin, no diré más, nos vemos en el próximo cap. Saludos.