Capítulo 18: La rueda de Samsara.

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Draco recuerda en medio del vacío, puede recordar a Orion, muchos de sus recuerdos están ahora en su mente y una parte de él se sorprende de lo mucho que había olvidado. Recuerda una infancia feliz como Orion, similar a la de Draco, antes de la muerte de su madre, puede recordar la felicidad en esa casa con ambos padres. Su madre estaba enferma, desde que tuvieron a Orion, su cuerpo siempre fue débil, aun así, ella disfrutaba mucho cantar canciones a Orion para dormir y siempre jugaban juegos de mesa.

Los llamo "Juegos de la familia Blake", siempre tendrían uno cada viernes y Orion disfrutaría especialmente jugar monopoly con sus padres.

La madre de Orion lo llevaría de la mano a comprar dulces, jugarían en el parque juntos y fue ella quien lo animo a conocer a Jessie. Jessie vivía a dos cuadras de su casa, su madre era amiga de la suya, por lo cual ambos siempre jugarían en el parque juntos. Jessie tendría el cabello rubio algo ceniza y ojos marrones. Inicialmente se odiarían, lucharían por cualquier cosa y solo soportando por sus madres, pero en algún momento el odio llevo a una especie de tregua cuando su madre muere.

Recuerda como Orion siempre era diferente, hablando de cosas que parecían fantasía y creando historias que su madre parecía encantada de escuchar.

Mundos de magia y criaturas fantásticas.

Su madre le compra un dragón de juguete, Orion lo ama hasta el día que debe regalarlo a Selena años después.

Su madre le da el relicario, le dice que estuvo dentro de su familia y es especial, porque hay una leyenda de que una mujer llamada Esmeralda era su dueña; aunque su madre no entiende como fue eso, para Orion en ese entonces tenía sentido.

Porque era un niño con sueños, sueños de vidas pasadas, aunque no lo comprendía.

—¿Cómo es el más allá? —había preguntado en medio del hospital, su madre iba mucho al hospital cuando estaba embarazada de su hermana menor, su padre parecía preocupado todo el tiempo, pero su madre le dijo que estaba bien.

Que estarían bien.

El rostro de su madre, ahora lo puede recordar Draco, es muy similar al de Narcisa.

El padre de Orion, parece verse similar a Lucius.

—No lo sé, creo que es un lugar bonito, ¿Cómo crees que es el más allá Orion? —pregunta la madre de Orion mientras acaricia la cabeza de Orion a su lado en la cama del hospital.

Orion había meditado un poco, pero luego dice con mucha seguridad.

—Es un lugar brillante, con muchas almas que esperan su turno y donde no hay tristeza o dolor—responde el niño de 11 años, mientras su madre le ve incrédula, antes de sonreír con ternura.

Su piel parece algo demacrada, pero sigue luchando por su hermana menor y Orion las ama a ambas.

—Me gusta como suena eso—había dicho con tranquilidad y alivio, antes de besar la nuca de Orion, ambos solamente pasando el tiempo juntos—sabes creo que no te he leído tu historia favorita en mucho tiempo—añade luego de un rato y Orion la ve con ojos brillantes.

—"Sparky el Dragón"—comenta el niño emocionado y su madre sonríe.

Todo se vuelve negro.

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Draco no sabe que pensar cuando sus ojos se abren, algunos recuerdos de Orion volviendo, algunos pareciendo lejanos y otros se han eliminado, pero está consciente y todo a su alrededor es de color blanco; con dificultad se pone sobre sus pies en el suelo, arrodillado y viendo en todos lados en la habitación de color blanco que se encuentra. Baja la mirada notando con algo de morbosa fascinación, como el cuchillo de plata y joyas brillantes sigue incrustado en su vientre, pero no hay dolor en este lugar.

No hay sangre, aunque su ropa esta teñida de ese color.

Pequeños destellos de esos momentos, de Anthony, de Greyback, de Bellatrix y de Luna llegan a su mente.

El velo.

Maldita sea.

El velo de la muerte.

¿Esta muerto?

Se supone quien cruce el velo morirá, un camino sin retorno y ahora Draco ha caído en este sin cumplir ninguno de sus propósitos; piensa con amargura sobre asesinar a Greyback como el principal. Piensa en el libro de Orion que nunca pudo terminar de resolver, piensa sobre Salazar, piensa sobre Voldemort todavía por ahí suelto y piensa en sus amigos.

Su madre.

Sirus.

Dora.

Andrómeda.

Edward.

Harry.

Hace una mueca de dolor viendo sus manos.

—Veo que despertaste—hay una voz profunda que levanta su rostro alarmado, porque hace unos segundos no había nadie y ahora hay alguien.

Toma un segundo procesar lo que ve.

El hombre frente a él es alto, con ropas que parecen de viajero, cabello rubio casi platino corto, ojos de color gris y piel blanca. Su rostro es igual al de Draco, solo que más viejo, más deteriorado por los años y una parte de él le recuerda a su vida pasada, a como se había visto; pero no es esa persona, es alguien que reconoce de inmediato.

Hay un aura extraña a su alrededor, como si fuera y no al mismo tiempo una persona.

Es aterrador.

Pero lleva tanto tiempo esperando por algo como esto, que se queda sin aire de la impresión.

—El mago oscuro Orion Blake—susurra incrédulo, a lo cual el hombre solamente hace una leve mueca en su labio de manera diminuta.

—No lo soy, o tal vez si lo soy—Draco casi gimotea por esa necesidad humana de estos hombres de nunca decir las cosas claras—en general solamente soy un vestigio de recuerdos y momentos, no tengo alma, solo soy un ente sin importancia para cualquiera que no seas tú—añade ahora encogiéndose de hombros, Draco no comprende, solo abre la boca, pero la cierra.

Si.

Nunca obtiene una respuesta clara, es lo típico.

El hombre da media vuelta para caminar a la puerta, Draco toma al menos cinco segundos antes de incorporarse apresuradamente; curioso de que el cuchillo que lo apuñala no duela, pero determinado a seguir a este hombre a donde quiera que vaya.

Porque no sabe que hacer aquí.

Porque es Orion Blake.

O algo similar.

—¿Qué es este lugar? —pregunta porque al salir de la habitación en blanco, solamente hay otro pasillo del mismo color de blanco.

Mucho blanco.

Casi le hace dolor la vista.

Los pasillos parecen casi familiares, pero no recuerda haber estado en algún lugar así, todo es demasiado blanco.

—El otro lado del velo de la muerte—Draco hace una mueca ante las palabras del hombre, porque ahora que sabe eso, sin duda está en problemas—es la puerta para ir al más allá, o al menos una parada antes del fin absoluto; aquí es la zona de rencarnación, donde las almas pasan a ser pesadas antes de determinar si es hora de su liberación eterna o deben rencarnar hasta alcanzar ese nivel…o no lo hacen—se detiene, Draco casi choca con este y apenas se detiene.

Hay un ventanal, uno que deja ver una habitación enorme que no es de color blanco, parece haber un enorme circulo negro como un torbellino. Los ojos de Draco se abren incrédulos al ver a su tía Bellatrix en este, siendo sujetada por cuerdas mientras se retuerce y parece querer ser arrastrada dentro de este vórtice que hace que algo se escalofrié dentro de Draco.

Cada paso que utiliza para acercarse al vórtice a la fuerza, parece convertirse en una versión más joven de ella misma.

Una adulta que recuerda haber luchado hace unos instantes, pasando a una joven llena de vida con horror y convirtiéndose en una versión de un niño que había visto sonreír en viejas fotografías de su madre.

Grita.

Maldice.

Pero cuando toca el vórtice todo dentro de esta parece volverse negro y antes de saberlo, hay un grito desgarrador antes que todo su cuerpo se vuelva totalmente blanco y sea absorbido por el vórtice totalmente.

Orion suspira aburrido.

Draco esta horrorizado.

—Otro dementor creado, les gusta vagar entre universos, aunque les gusta más aquellos que tienen magia—las palabras calan dentro de Draco.

—¿Dementor? —pregunta incrédulo mientras se apresura a alcanzarlo, porque este ha dado varios pasos alejándose de él.

Dementor.

Un dementor.

Su tía Bellatrix se ha convertido en un dementor.

Ni siquiera había pensado en como se convertía un dementor, como eran creados, desde el punto de vista de Draco simplemente eran cosas sin vida o alma, que había aparecido de la nada; parece que había estado equivocado.

—Tienen que salir de algún lado, son de almas que por más que rencarnan no liberar su oscuridad—habla de manera vacía y Draco voltea a ver a todos lados, esperando que no lo obligaran a convertirse en un dementor, porque eso no suena nada agradable.

Absolutamente no.

Este lugar es.

Extraño, diferente, familiar de una manera casi primitiva y si esto es un círculo de rencarnación, Draco supone que debió haber estado aquí antes, porque ya ha rencarnado otras veces.

Eso no lo hace menos aterrador.

No hay dolor físico, no hay frio o calor, todo son pasillos blancos donde en algunos lugares hay ventanales, pero es como si fuera por un túnel interminable. Su ropa está hecha un desastre de su última lucha, pero de alguna manera se encuentra al otro lado de la muerte.

¿Está muerto?

Que molesto.

Pero si de alguna forma está muerto, piensa que, si esto es de alguna forma Orion Blake el mago oscuro que ha estado investigando por 5 años, con suerte puede obtener respuestas antes que pase lo que tenga que pasar con su alma.

—Encontré tu libro—dice Draco inseguro de como empezar, pero Orion tararea un asentimiento—estaba codificado y es difícil de leer—es una queja, Orion ahora si voltea a verlo curioso sobre su hombro, antes de sonreír.

—¿Es así? —parece divertido, Draco piensa en todas las veces que quiso darle un puñetazo, ahora sería el momento perfecto—su protector es muy quisquilloso, cuando lo cree siempre fue problemático—

—¿Protector? —

—Aunque seas mi rencarnación, dudo que fuera fácil contigo, nunca fue fácil conmigo—

—¿Soy tu rencarnación?, pero no tiene sentido, porque estás aquí—

Orion detiene sus pasos, Draco lo hace a su lado para analizar su expresión, pero parece nuevamente vacía y sin sentido. Hay una especie de amargura en su rostro, pero cada que intenta ver sus ojos grises, estos parecen vacíos, como si no hubiera nada dentro de ellos que le hace tragar saliva preocupado.

No sabe con qué está hablando, pero una parte de Draco piensa que no está vivo.

No lo está.

Porque están en el más allá.

Pero tampoco está muerto.

—Tal vez debería comenzar por el inicio, es una historia que tal vez disfrutes—comenta Orion con un vago destello de sonrisa.

Quiere negarse, pero nuevamente, ser un Ravenclaw puede que fuera una maldición si al final de todo solamente quiere respuestas.

Esta muerto ahora.

¿Qué importa?

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Orion habla, sobre su infancia, su madre era una mujer hermosa bruja conocida por su talento en pociones, trabajaba diligentemente en un pueblo lejos de todo y tenía un esposo con el cual tuvo 3 hijos, todos ellos eran impresionantes en la magia, pero cuando su esposo murió quedo sola; entonces un día había aparecido esta criatura. Su madre sabía que no era humano, que era especial, la criatura estaba herida y su madre le había ayudado a sanar, porque su corazón era amable. La soledad de ambos era fuerte, pero juntos parecía disminuir y de esa unión nace Orion. Hijo de una madre bruja, hijo de uno de los 7 dragones primordiales.

Draco detiene la historia.

—Eso es algo que me interesa, ¿Qué son los dragones primordiales? —

Orion lo ignora para continuar la historia, lo cual Draco piensa que es un pésimo servicio y anota la pregunta para repetirla más tarde.

Sus tres hermanos mayores no lo querían, todo mago de esa época sabe el peligro de ser hijo de una criatura mágica, de cómo es tabú, de cómo es prohibido. Su padre no se queda mucho tiempo, tiene sus diligencias y su madre se queda con Orion para cuidarlo; su madre le enseña magia, Orion aprende emocionado sobre pociones y con el tiempo se interesa en las bases de la alquimia y creación.

Orion crece como un mago fuerte.

Sus hermanos lo aborrecen.

Orion se siente solo cuando su madre muere.

Orion sigue creciendo y crea cosas como sus hermanos, ellos lo alejan, Orion intenta acercarse, pero es rechazado por sus creaciones. Pero, aunque está solo, un día algo capta su interés, su madre siempre le dice que se mantenga alejado de otras criaturas mágicas, que nadie debe saber de su existencia; pero cuando ve a la chica pidiendo ayuda cerca de unas piedras del lago no puede evitar ayudar.

Era una mujer.

De larga cabellera negra alborotada y ojos verdes, aunque era hermosa, lo primero que nota Orion es la cola larga en lugar de sus piernas.

Sirena.

—Eres un mestizo—dice la sirena sin prejuicios como su madre le advirtió, parece curiosa, un poco cautelosa, pero sin odio.

Orion le pide guardar el secreto, la sirena asiente y se presenta como Esmeralda, es un secreto.

Los secretos no suelen salir bien.

Orion viaja cada día para verla, la sirena conoce cosas y Orion es curioso por naturaleza, la sirena le cuenta sobre vivir en el mar, sobre criaturas mágicas, sobre la magia de ellos y Orion quiere saber más; quiere saberlo todo. Draco piensa que Orion en su primera vida también pudo ser un Ravenclaw y que sin duda no es un halago como lo quiere decir.

Al igual que su madre antes que él, Orion se enamora de Esmeralda con mucha facilidad, la sirena es juguetona y amable con él, se preocupa y también es curiosa por naturaleza. Le enseña trucos de magia, aquellos secretos que no debería enseñarle a los humanos, aquellos que las criaturas guardan recelosamente. Orion le enseña sobre los magos, sobre las historias, sobre dragones ya que sus padres le enseñaron sobre su descendencia.

Secretos.

Secretos que no deben ser compartidos.

Como magia que puede ser creada con elementos, como cadenas de platas, hechizos de ilusiones.

—Hay magia, podría ir contigo, podríamos vivir juntos—susurraría Esmeralda durante las noches al lado del lago.

Orion no quiere que ella venga con él a tierra, no quiere apartarle de su familia, pero es egoísta y aprende magia por ella, magia que no debería conocer. Magia arcana de los primeros magos en la tierra, magia prohibida por las criaturas mágicas, magia oscura; la misma magia que su padre dragón puede hacer. Las criaturas no pueden convivir con magos u humanos, no pueden mezclarse, es la regla más sagrada del mundo mágico y lo que piensan hacer es traición.

Esmeralda es la hija del rey de los mares Vodník, Orion es hijo de uno de los 7 dragones primordiales, todo en la relación de ambos está prohibido.

Sirenas y Dragones son enemigos naturales.

Pero crea el hechizo, crea la pocion, crea el momento y cuando Esmeralda sale del agua por primera vez con piernas, es justo cuando cae la maldición.

—No pensábamos que sería así, su padre adoraba a Esmeralda más que así mismo, cuando ella le dijo que se iría…no pensó mucho en una maldición—comenta Orion con amargura.

Draco escucha como Esmeralda sigue con su vida, aunque nadie sabe de la maldición sobre ambos, inician una vida juntos. Esmeralda toma el apellido Black, porque era el nombre que siempre quiso si era humana y Orion quita su apellido para tomar el de esta, ambos son felices, forman una familia y tienen una hija. Una hija llamada Lyra que es llamada así, porque Esmeralda recuerda las historias de Orion sobre contestaciones y quiere que su hija sea como él.

Felices.

La vida es feliz.

Pero no es para siempre.

—Comenzó a enfermar un día, se desplomo poco después de tener a Lyra y sus fuerzas iban menguando cada día—habla este de forma vacía.

Draco quiere saber más, es como si toda la historia estuviera ahí siempre, pero ahora las piezas se han unido.

Orion explica cómo fue donde Vodník, como imploro perdón, le pidió que tomara a Esmeralda de regreso a los mares, pero el padre de este se negó; hablo sobre su hija tomando una elección y como todo fue culpa de Orion, como su amor nefasto sería el que acabara con su hija. Lo condeno debido al defecto fatídico de los dragones, aquel que se encuentra en su sangre, en su ser, el solamente poder amar una vez en la vida y como eso sería su final.

Draco hace una pausa.

—No entiendo eso, amar solo una vez, es algo que me dijo mi madre y parece ser algo de la familia Black—si lo que Sirius y Dora comentaron, ellos recibieron la misma advertencia al cumplir 15 años.

Orion parece molesto por la interrupción, pero asiente.

—Si son descendientes de Lyra, tienen una minúscula parte de sangre de dragón dentro de ellos. Lo cual hace que tengan defectos como los dragones, solamente pueden amar una vez en su vida, son codiciosos con sus seres queridos y también pueden unirse a dragones—

Draco parpadea, su boca se abre incrédula.

—¿Unirse a Dragones? —pregunta dejando de lado la idea de amar solo una vez en la vida, ahora tiene un poco más de sentido sus sentimientos totalmente abrumadores por Harry.

Hizo una mueca al pensar en eso.

Orion suspira cansado, se masajea la frente esperando que termine.

—Deberías leer mi libro, hay instrucciones para unirse a dragones—

Quiere preguntar más, por cada palabra del hombre tiene como unas mil preguntas sin responder, pero Orion lo ignora para continuar su historia.

Luego de esa charla con Vodník, Orion regreso a su hogar para investigar sobre maldiciones, aunque la cura nunca fue encontrada descubrió sobre la maldición. Cada que Esmeralda respirara aire, cada momento lejos del agua era como un veneno que lentamente la mataba por dentro, hizo que todo su interior comenzara a perder su vida y su corazón se convirtiera en piedra. Orion intento replicar el hechizo que la convirtió en humana para que volviera a ser Sirena, pero era imposible, ella moría y Orion no pudo hacer nada.

Cuando Lyra cumple 11 años, Esmeralda muere.

Su cadáver parece haber sido exprimido de su alma y su cuerpo parece el de una momia, con algo brillante de color verde sobre su pecho. Toda la vida y alma de Esmeralda había sido atraído a su interior, asesinando el cuerpo lentamente.

—Se convirtió en la gema conocida como la lagrima de sirena—lo sabe antes que Orion lo diga, pero la boca de Draco se abre igualmente incrédulo.

Oh.

Eso es, curiosamente, una respuesta a una pregunta que no proceso antes.

La gema de la cual investigo el año pasado, sin duda había sido el alma y magia de Esmeralda creada por su muerte, eso sonaba terrible y horroroso, pero Orion no había terminado la historia.

Orion se marchó, dejo a Lyra con una amiga de la familia y se marchó, porque el dolor era demasiado y porque quería encontrar una forma de ver a Esmeralda una vez más. Su única hija era poderosa, Orion la observo a lo largo de los años y el ser hija de una antigua sirena o un medio dragón hizo que su linaje era algo peligroso. Al igual que sus padres recibió la maldición del Dragón, pero también la maldición de la sirena que conoció a Orion.

La maldición que Vodník creo para él.

—Se romperá o morirá, aquello que amas, aquello que quieres—susurro Draco con ojos abiertos, pero Orion solo asintió.

Comento como cada cosa que Lyra llegaba amar, terminaba por morir o ser destruida, aun así, se convirtió en la matriarca de una de las familias más longevas, además de que ayudo a la fundación de la academia Beauxbatons con sus años de vida. Fue la Black más longeva que sobrepaso más de los 300 años. Cada que amo a alguien lo perdió, cada que algo le importo fue arrebatado.

La familia Black esta maldita.

Orion comenta historias vagas, sobre viajes, sobre ayudar a otros, sobre como cada amigo en su camino terminaba muriendo antes de comprender su maldición completamente. Habla sobre Salazar, el niño que intento ayudar con distancia para no encariñarse con él, pero este al final lo había seguido y no se sorprende de saber que eso termino en la maldición hacía el niño.

Orion habla sobre Anthony, sobre la maldición, sobre su muerte y Draco solo escucha incrédulo.

—Murió por mi culpa—porque Draco lo amaba, porque era familia y también estaba maldito.

No lo niega.

No lo acepta.

Orion sigue su camino.

—Lleve la lagrima de la sirena conmigo, era la única forma de tener a Esmeralda, entre en la magia negra más profundamente para saber si podría darle vida; cree muchas cosas esperando verla…nunca funciono, porque su alma está atrapada en la gema—relata Orion comenzando a caminar nuevamente, Draco no se encuentra cansado en este lugar.

Es raro.

Como si el tiempo o el espacio no importara, como si todo a su alrededor no tuviera sentido y al mismo tiempo, fuera el inicio de todo.

¿Cuánto tiempo lleva aquí?

No parece mucho.

—Entonces el velo, era la única forma, si cruzaba debería estar bien porque podría estar con ella; hice estudios, hable con fantasmas…me odiaron, me odiaron porque ya era una blasfemia mi sola existencia y jugar con la muerte solamente empeoraba el odio de las criaturas. Era como si un aura de muerte estuviera siempre conmigo—habla al caminar antes de detenerse nuevamente, frente a una puerta, no era una habitación, parecía la salida.

Pero no paso por ahí.

—Entre con la gema al velo y algo paso, no era lo que esperaba, no llegue del otro lado, fue como si mi alma fuera rota en mil pedazos y no pude morir; mi vida estaba condenada a ser un dementor entre universos, pero la gema de Esmeralda me salvo—levanta la mirada al techo, pero Draco lo ve fijamente incrédulo—mi alma se rompió al igual que la gema, ambos unidos, porque Esmeralda siempre quiso protegerme y antes de saberlo; había vuelto a nacer, en otro mundo, en otro tiempo, en otro universo…no entendía que pasaba, hasta que morí en esa vida muchos años después y el ciclo se repitió—

Mira a Draco, Draco baja la mirada viendo sus manos, luego levanta la mirada.

—¿3 veces? —pregunta acalorado y alarmado, pero Orion solo niega con la cabeza lentamente.

—Muchas veces, cientos, tal vez miles…mis recuerdos se fueron perdiendo en cada vida nueva, muchas veces fueron vidas tristes, otras fueron vidas donde pude tener familia o ser exitoso, algunas veces simplemente morí demasiado pronto; los recuerdos desaparecieron gradualmente con las primeras 15 vidas y era lo mejor. Cada vida debería ser una vida individual para todos, cada vida nueva una parte de la gema y nuestra alma regresaba a unirse juntas…hasta que llegamos a ti—Orion voltea a verlo ahora totalmente, Draco se sorprende cuando un dedo de este señala su pecho—tu eres la última rencarnación, la joya se ha completado como nuestra alma y ahora está en tu interior, junto a tu corazón se encuentra la lagrima de la sirena completa; según mis cálculos cuando mueras esta vez, la joya liberara el alma de Esmeralda al fin—

Bien.

No.

No bien.

Draco aprieta de forma mecánica la mano sobre su pecho. El recuerdo del cementerio, de la luz verde que lo protegió, de Esmeralda y los sueños ahora parecen tener sentido.

No.

El no pidió esto.

—Yo soy un retazo de recuerdos, no estoy vivo, no estoy muerto, solo soy una sombra de nuestra primera vida que desaparecerá cuando te vayas y es lo mejor; tu vida es tuya, tus decisiones son tuyas—

—Yo no pedí esto—demanda Draco, porque no quiere esto, quiere que le arranquen algo desde sus entrañas y no quiere tener esto dentro de él.

La historia de Orion no es la que esperaba, no es lo que quiere.

Orion no se ve incomodo.

—Fue mi error, un error que han cargado otras generaciones, mi rencarnación es uno de mis descendientes de linaje Black, el destino es curioso—

—No se supone que esta sea la verdad—

—Pero la es—

Draco se cansa, arremete contra Orion, sujetándolo del cuello o al menos intentándolo, porque lo atraviesa (como si no tuviera un cuerpo físico) y cae de costado; lo hace justo a tiempo por temor que la daga de alguna forma lo lastime, aunque no ha sentido nada de dolor desde que está aquí.

El hombre que parece ser un holograma o un espectro no parece afectado, nada parece afectarlo realmente.

No está vivo.

Recuerdos.

No es un ser vivo.

¿Draco esta con vida?

—¿Por qué yo si recuerdo? —pregunta con ira desde el suelo, a lo cual Orion ladea la cabeza.

—Debe ser porque la gema está completa dentro de ti, pero solo recuerda partes de tu vida anterior, solo una de ellas, incluso esas irán desvaneciendo; yo estoy aquí para ayudarte a tener todo claro, Esmeralda probablemente quería que me recordaras, para ayudarte. Has cambiado mucho en esta historia, es un nuevo mundo, pero no es la primera vez que se ha visto…tu anterior vida es un ejemplo, viste esta historia como si fuera ficción, como si alguien quisiera ayudarte hacer las cosas bien, a tener un final feliz—

Eso lo molesta.

—¿Feliz? —pregunta con acidez, porque nada tiene sentido—mi padre me odia, mi mejor amigo está muerto y yo también—habla con el deseo de que alguien entienda esto, de que este es el final, sea el que sea y es horrible.

—No estas muerto, no todavía—se detiene, Orion mira a la derecha—ya son dos veces que Esmeralda salva tu vida, pero no puedes morir con la lagrima de la sirena dentro de ti, no de forma común; la primera vez con el hechizo de maldición prohibida Esmeralda pudo salvarte y ahora el velo, son las únicas dos formas que tienes para no morir, eso es suerte—

No se siente como buena suerte, piensa con amargura, pero Orion solamente se cruza de brazos.

—Ocupas mi varita, eso te ayudara a enfrentar a ese psicópata sin nariz, el mundo sería un mejor lugar sin hombres como él—comenta Orion antes de comenzar a caminar nuevamente.

Lo enferma.

Todo este movimiento, donde no llegan a ningún lado, pero este solamente se dirige a la puerta para abrirla. Draco quiere maldecirlo y ahorcarlo, pero se queda congelando cuando salen del lugar donde se encuentran. Porque todo era claro, había un cielo celeste que parecía cubrirlo todo, no había nubes, pero había verde por todos lados.

Draco camina incrédulo, porque todo es verde bajo él, en los árboles a lo lejos y hay una enorme colina que parece tener una enorme puerta que se pierde en el cielo.

—Si pasas por ahí, serás medido y probablemente obtendrás una rencarnación…si ya viviste lo suficiente tu alma será liberada—habla Orion a su lado, Draco admira todo con impresión, porque es hermoso, no se siente mal.

Se siente bien.

Ve espectros, como fantasmas, nadie parece verlo, todos caminan tranquilamente hacía la puerta, hay algunas risas y esto parece el más allá.

No hay sufrimiento.

No hay arrepentimiento.

Las almas a su alrededor se sienten cálidas mientras caminan hacía la puerta.

Draco debió haber estado aquí antes, si lo que Orion dice es correcto, porque quiere caminar hacía la puerta y terminar con todo esto de una vez, eso grita su instinto.

Que seria feliz si dejara todo atrás.

—¿Draco? —una voz lo congela, sus manos tiemblan antes de voltear a ver con mirada incrédula.

Es como ver un fantasma, puede ver las cosas a través de él, pero aun así identifica al chico que tiene pantalón y camisa blanca, sus ojos pestañean curiosos, pero sin ninguna emoción negativa; el rostro de Draco se vuelve un paisaje de incredulidad al ver a Anthony.

Hace algunas horas, antes de entrar aquí o no está seguro hace cuanto tiempo, lo había visto corriendo a su lado, acompañándolo en medio de una trampa donde murió.

Y aquí esta.

Muerto.

Por su culpa.

Un gemido sale de su boca, pero Anthony solamente camina hacia él con tranquilidad antes de bajar la mirada y hacer una mueca ante la daga incrustada en su vientre.

—No pudiste durar cinco minutos sin mí y te empalan, me preocupa mucho tu vida de ahora en adelante, porque no estas muerto…no te siento muerto—mientras habla camina a su alrededor como si lo examinara, Draco quiere tocarlo, pero su mano lo atraviesa, eso duele.

Duele.

Todo estalla en dolor.

Se supone que este lugar no hay dolor, pero Draco siente tristeza y desesperación. Quiere aferrarse a Anthony, pero este solamente sonríe tranquilamente, como si no estuviera muerto y eso le enferma, porque está muerto por su culpa.

Los hombres no lloran.

Draco supone que no es un hombre, porque las lágrimas caen por su mejilla.

—Es mi culpa, estas muerto por mi culpa—su voz suena ahogada, siente que algo se rompe dentro de él al hablar, pero Anthony solamente lo ve con dulzura.

Desgarrador.

Esta muerto, no puede tocarlo, no puede abrazarlo.

Su mano se posa sobre su hombro, no lo atraviesa por la forma en que la mantiene, pero no siente nada, porque no puede sentirlo y si se moviera un poco más lo atravesaría.

Muerto.

Anthony está muerto.

Su interior gimotea en agonía, porque esta muerto.

—Oh Draco eso no es verdad, no fue tu culpa, fue mi elección—intenta controlarlo, pero las válvulas de sus ojos se han abierto.

Debe verse horrible.

Con ojos rojos, lagrimas, una daga en su vientre, su cabello debe ser un desastre; se siente como un desastre.

—Estoy maldito, ese idiota me dijo que estoy maldito, moriste por eso—Draco señala como puede a Orion, que les ha dado un poco de espacio, pero suficiente para escucharlos incluso si no estuviera con vida.

Anthony sigue su mirada, antes de voltear a verlo con una sonrisa.

—Puede que si estuviéramos malditos, pero no importa Draco, de verdad, no tienes la culpa en todo caso te agradezco por ser mi amigo—Draco llora de forma más ruidosa de ser posible y Anthony se ríe encantado—conocerte, ser tu amigo, me hizo conocer a los demás, no me arrepiento de nada de lo que hemos vivido…fue una vida asombrosa—

Draco lo odia.

Anthony sonríe.

—¿Qué hay de Padma? —

—Es una chica fuerte, seguirá adelante, y tú vas ayudarla, todos la ayudaran; se conseguirá otro novio, es una chica linda—

—¿Y los demás? —

—Te tendrán—

—¿Qué hay de mí? —

—Tienes muchos amigos, supongo que, aunque no quiera, ahora Blaise será tu mejor amigo—

—No quiero perderte, vuelve conmigo, se un fantasma y quédate conmigo—

—Eso es terriblemente egoísta de tu parte, no me sorprende, pero no puedo hacerlo…no me arrepiento de nada en la vida para quedarme en la tierra—

—No quiero un mundo sin mi mejor amigo—ahora está entre la suplica y la desesperación, quiere cubrir sus ojos con sus manos, pero no quiere dejar de ver a Anthony, porque no sabe cuándo va poder dejar de verlo y si sale de aquí.

Nunca podrá verlo de nuevo y no quiere eso, no quiere un mundo sin Anthony, pero ahora tendrá que vivir en un mundo sin Anthony.

—Vi a mi padre—eso deja de hacer llorar a Draco, Anthony sonríe emocionado de callarlo, no es una tarea fácil—estaba aquí, esperando a que viniera, dijo que no se había despedido correctamente de mi…me está esperando, me dijo que ambos iríamos a la puerta juntos, tal vez no compartamos una vida juntos en nuestra próxima rencarnación, pero me espero y soy feliz Draco. Mi vida fue buena y gracias a ti fue en su mayoría, no me arrepiento de nada y tú tampoco deberías culparte de mi muerte, porque fue mi elección—

Oh.

Anthony no solía hablar mucho de su padre, pero era algo que siempre le falto en su vida y algo que, en algunas veces, en las noches, admitía en voz baja cuando Draco también admitía que extrañaba lo que alguna vez fue Lucius para él.

Mueve sus manos, no puede tocarlo, pero cuando levanta su mano, Draco la levanta de forma coordinada para que ambas queden una frente a la otra por sus palmas.

—No se vivir en un mundo sin mi mejor amigo—admite Draco con temor, porque no sabe qué hará cuando regrese a la tierra, no sabe que pensar en un mundo donde Anthony Goldstein no este.

Tiene miedo de pensar en eso.

Anthony sonríe.

Como si estuviera en paz, Draco lo envidia por eso.

—Todo estará bien, eres fuerte, aun tienes que investigar por ambos, hay muchos misterios que quedan por descubrir y tienes que cuidar a los demás por mí; también quiero que visites a mi madre, debe sentirse sola sin mi…envíale muchas cartas—anuncia Anthony con seriedad, Draco siente que va a volver a llorar, pero traga las ganas con todas sus fuerzas.

Siente que se quiere ahogar en sentimientos, Anthony sigue sonriendo.

—Lo hare—es una promesa que no sabe cómo cumplirá, porque no sabe cómo puede salir de aquí y aun así tiene tanto que hacer fuera.

Tanto por ver.

Anthony salta un paso atrás con las manos detrás de su espalda, luciendo tan tranquilo como cuando lo vio esta mañana luego de los exámenes.

Tiene que decir algo, lo que sea, porque esta es la despedida.

—Te amo—dice con una sonrisa tensa, porque lo ama, es su hermano, es su familia y Draco lo ama tanto que duele.

Porque Anthony al igual que Luna, Padma, Terry y Michael era suyo.

Amar duele.

Siempre lo supo, amar es dolor, porque mientras más ames mayor es el sufrimiento.

Y Anthony es una de las personas que más amo en esta vida.

—Lo sé—repite la misma línea que han dicho siempre desde que vieron la película de Star Wars y se siente mucho más final esta vez.

No hay nada más entre ambos, Anthony sonríe emocionado, Draco intenta sonreír, pero está seguro que es una mueca sin forma. Pero es suficiente para despedirse, porque el chico da media vuelta y comienza a caminar hacía la silueta de un hombre que parece haberlo estado esperando, su padre supone por la sonrisa brillante de ambos y al ver como se toman de las manos; ellos no se atraviesan y ambos caminan hacía la puerta a la distancia.

Draco se siente ahogado y quiere correr detrás de él.

No lo hace.

Porque prometió no hacerlo, prometió cuidar a los demás.

Sus lagrimas no se detiene, las siente cálidas contra su mejilla mientras ve al chico perderse a la distancia y todo su interior quema en odio por él.

Porque ya no vera más a Anthony.

Orion vuelve a su lado, pero no es un alivio, todo duele y Draco solo quiere ahogarse en el dolor en su interior.

Solo.

Se siente solo.

Destrozado.

Lagrimas siguen saliendo, no sabe si este mundo se puede llorar, pero ahora lo está haciendo; solo quiere agacharse, ser una bola sobre sí mismo y llorar.

Gritar.

Golpear algo.

—Rencarnara, tal vez en tu mundo actual, tal vez en otro…pero es un alma pura—no sabe si eso lo hace feliz o simplemente es una herida en su interior que está quemando a fuego vivo.

Traga saliva, hay un nudo en su garganta que no parece sanar.

—Odio esto—y es verdad, odia esto, porque siente dolor.

Solo dolor.

Azul.

Todo es azul y triste.

Esta muy cansado.

—Hay personas que rencarnan todo el tiempo, en tu mundo están dos personas importantes para tu vida anterior—comenta Orion y Draco lo gira a ver con ojos sintiéndose como una mierda—en tu vida anterior se llamaron Selena y Jessie—sus ojos se agrandan, ve a Orion incrédulo cuando este camina lejos de la puerta del prado, lo sigue—ambas continuaron su vida en su mundo, pero cuando llegaron aquí, pasaron por la puerta y ahora están en tu mundo; muchas rencarnaciones se parecen a su vida pasada, esa niña llamada Luna es Selena—y maldición si no había pensado eso en su segundo año.

Pero que alguien lo dijera, su boca se abrió incrédula, pero Orion sigue caminando como si no le importara su estado de shock.

No se ha sobrepuesto del comentario de Anthony, de su charla, de su despedida y aquí está siendo atacado nuevamente con información.

Sin descanso.

Vale.

Draco siempre quiso información, pero esto era ridículo.

Aunque eran diferentes personas, no hay duda que el físico de Selena y Luna siempre fue descaradamente obvio. Pero ambas eran diferentes, tal vez por la forma en que fueron criadas o tal vez por el mundo que les había tocado vivir; Draco sabe que Selena apenas si tuvo infancia, pero Luna parece haber sido criada por un padre que la amaba mucho.

Entonces es su hermana.

—Esa chica Jessie ahora se llama… ¿Zacharias?, si ese es su nombre—Draco se tropieza con sus propios pies, porque la imagen de la niña rubia de su anterior vida, ahora es cambiada por el chico molesto que lo ha odiado desde segundo año.

Joder.

¿Jessie?

Puede ver similitudes, no muchas porque no se han relacionado mucho, pero ahora entiende porque su movimiento contra su oreja durante el DA le resultaba familiar; Jessie solía tener ese tic con ella todo el tiempo, pero pensó que solamente sería casualidad.

Todo en este puto universo no tiene nada de casualidad.

No cree que pueda volver a ver a Zacharias de la misma forma.

—Mira aquí está la salida—es como el velo, per de color blanquecido con azulado, flotando en medio de la nada y al igual que la pueda perdiéndose hacía el cielo.

No parece haber ningún alma por aquí.

Draco no sabe si quiere irse.

—Espera, aún tengo muchas preguntas, sobre el espejo de Oesed, sobre el libro, dijiste que fuera por tu varita, pero no me has dicho donde esta; tengo tantas preguntas sobre la familia Black y dragones, tanta sobre Dragones y tampoco me has dicho sobre Salazar, ¿se supone que estaba enamorado contigo o algo así? —Draco tiene más preguntas, si le diera un segundo para procesar que está pasando seria asombroso, porque podría pensar en más preguntas que ocupa para regresar.

Orion parpadea un momento.

—¿Estaba enamorado de mí? —pregunta casi casualmente y algo dentro de Draco lo odia, probablemente todos los que vieron a Harry dar vueltas sobre él y que Draco fuera tan obtuso sintieron lo mismo por él.

Su rostro se arruga, ve al velo que lo llevara a casa.

—Quiero irme de aquí ahora—declara Draco y algo extraño pasa, Orion sonríe, de una forma muy similar a Draco que le hace verse un poco más joven.

Es bastante apuesto, Draco piensa que, si se ve así en el futuro, no sería tan malo.

—Esmeralda no puede rencarnar, su alma está atada a la lagrima de sirena, pero eso no significa que todo en ella se haya perdido—comenta cuando ambos están a unos cinco metros del velo, Draco lo ve curioso, este sonríe—esa niña Megumi, es muy similar a ella, físicamente es como verle en un espejo, probablemente tenga sangre de Esmeralda en algún punto…aunque…son los ojos de ese niño, los de ese mocoso Potter como si fueran de ella; interesante…no son ella, pero algunas cosas de su pasado viven aun en este presente—medita un poco, Draco se sonroja sin poder evitarlo.

Quiere decir que es una casualidad.

No cree que sea una casualidad.

Piensa en Megumi, en la niña que había ayudado durante su estancia en Japón y que, aunque era muy pequeña, era una maga con grandes talentos que solamente iría creciendo; Draco no siente nada por Esmeralda más que curiosidad, cualquier sentimiento por ella ha muerto cuando sus memorias quedaron en el olvido y Orion no parece culparlo por eso.

Aun así, le incomoda pensar que Megumi es la imagen de esa sirena.

Y Harry…no ha querido pensar en él.

En lo que significa.

Los Black con sangre de dragón en sus venas, solamente pueden amar una vez a alguien, como pareja al menos. Eso tiene sentido por la forma en como su madre sigue con su padre a pesar de todo lo que paso, como Andrómeda dejo su familia para estar con Edward o como Sirius siempre comenta que solo tiene a Remus para él; que no hay otro. Entonces de alguna forma mítica, primitiva y mágica, puede que Draco hubiera elegido a Harry también como sus parientes y eso lo hizo incluso más problemático.

Solo él.

No hay opción.

Solo él.

Pareja, compañero, lazo.

Y sus ojos son los ojos de Esmeralda.

Si.

No quiere pensar en eso, mira el velo antes de regresar para ver a Orion quien parece a su lado tranquilamente con las manos en sus bolsillos.

—¿Qué pasara contigo? —pregunta indeciso, pero este solamente lo mira fijamente sin tener miedo o alguna emoción.

Una cascara vacía.

—Mi tiempo paso, mis elecciones pasaron, mi vida termino…el conjunto de memorias y recuerdos se han ido, pero mi alma sigue aquí, eres yo y yo soy tu; pero ambas entidades están separadas por recuerdos y ahora es el momento de que tomes tus elecciones…no las mías, yo ya no existo, pero existo contigo—

—Eso suena complicado—

—Encuentra nuestra varita Draco, ella te ayudara a saber incluso más que lo que te he dicho—

—¿Dónde está? —

Lo que sea que es Orion ahora, un retaso de sus memorias o algo similar a la mujer que lo ayudo en el cementerio, solamente sonríe divertido.

—¿Cuál es la diversión en eso? —pregunta antes de que su cuerpo se vuelva traslucido antes de que comience a desaparecer poco a poco.

Una gran ayuda, piensa con sarcasmo antes de ver el velo azul, porque Orion no le dijo que fuera por él, le enseño la salida, pero tampoco le dijo que no tenía que irse. Podría quedarse aquí, podría intentar pasar por la puerta que lo llevaría a otra vida, no estaba muerto, pero tampoco estaba vivo, estaba en el limbo a un paso de la muerte y todo eran decisiones.

Aquí estaría lejos de los problemas, del dolor de vivir, del dolor de vivir luego de la perdida.

Anthony le dijo que cuidara a los suyos.

Pero no lo culparía por intentarlo de nuevo.

Sería tan fácil, quedarse aquí, vivir de nuevo, intentarlo otra vez en un mundo diferente.

Pero, aunque fuera una opción, aunque estaba la posibilidad, al mismo tiempo no era una opción para Draco, nunca lo fue; todos aquí incluyéndolo a él, sabían que volvería y aún tiene muchas cosas que hacer en su vida. Vengarse, destruir a Voldemort, descubrir sobre dragones primordiales, saber más sobre criaturas, proteger a sus amigos, rescatar a su madre, acabar una guerra y tener una maldita vida asombrosa…probablemente al lado de Harry, pero eso no quiere pensar porque parece algo muy serio.

Aunque inevitable.

Toma aire antes de tomar un paso al frente y caminar hacía el velo, cada paso lo hizo más fácil.

.

.

El velo es diferente esta vez, en lugar de abrazarlo y atraerlo lentamente, lo expulsa como si fuera un golpe de la cola de un dragón (puede compararlo esta vez, porque lo ha vivido y es doloroso) cae sobre su espalda, lo cual es lo mejor, porque aún tiene una daga que lo atraviesa en el vientre. Hay un gimoteo de dolor de sus labios, el dolor que no había sentido físico ahora está aquí, especialmente en su vientre y el ardor del veneno que parece comenzar a revolverse debajo de su piel es jodidamente doloroso. Alguien grita a su alrededor, pero no hay muchos sonidos, todo parece vacío, hay escombros por todos lados, pero no hay nadie más que un hombre de piel oscura que se acerca a él luciendo alarmado.

Es de la orden del Fénix si no se equivoca.

Kingsley.

Cree que ese es su nombre.

Gimotea porque todo duele, todo quema, pero aprieta los dientes para no gritar.

—Es imposible, nadie ha salido jamás, maldita sea, ¡TRAIGAN UN SANADOR! —hay unos pasos a la distancia, pero Draco solamente está luchando mientras Kingsley parece usar hechizos sanadores contra su herida, pero solamente lo hacen gimotear más fuerte.

—Veneno, hay veneno—sisea con dolor y la frente sudorosa, tal vez la idea de venir no fue la mejor idea que tuviera, porque el dolor comienza a ser como un fuego en su interior.

Doloroso.

Un fuego muy doloroso.

Gimotea cuando alguien llega, dicen sobre levantarlo, sobre llevarlo al hospital y Draco aúlla de dolor cuando Kingsley lo toma entre sus brazos, porque la daga se sumerge un milímetro más y el veneno solamente empeora. Es difícil mantener la concentración, hay una mujer que no deja de gritar que se mantenga consciente, pero cuando se aparecen es como si todo quisiera volverse negro.

Resiste a duras penas, hay una cama del hospital, hay más gritos que comienzan a ser borrosos y cuando suficientes sanadores están ahí, alguien dice que deben quitar la daga.

El dolor al ser sacada fuera de su vientre, hace que pierda el conocimiento.

.

.

Abre sus ojos tan solo unas 6 horas después, la misma sanadora que estaba en sus memorias borrosas por el dolor, comenta que fue una suerte que su cuerpo fuera resistente a los venenos y su vientre ya se encuentra relativamente bien; hay una horrible cicatriz que puede ver cuando ella está curando la herida. Draco parece confundido dentro de esta habitación, parece minimalista, es terriblemente blanca como el más allá y por un instante piensa que es ahí donde esta. Pregunta que ha pasado, la mujer sin nombre comenta que hubo una batalla en el ministerio, que hubo heridos, que "quien no debe ser nombrado" ahora ha aparecido y todos reconocen que ha regresado.

Una batalla que fue hace una semana.

—¿Estuve en el velo una semana? —pregunta Draco incrédulo con mucho cansancio y mareos, la mujer asiente.

Pregunta por su familia, por sus amigos, pregunta sobre por qué se encuentra solo.

La mujer no responde.

Draco se siente perdido, lo hacen dormir con una pocion, Draco despierta y esta otra vez solo.

Todo duele.

Mala señal.

.

.

Pasan tres días, o lo que cree son tres días en esta habitación ya que no ve la luz del sol, aparecen muchos magos, inefables que hacen preguntas e intentan leer su mente, su Oclumancia no les deja entrar y parecen frustrados cuando Draco simplemente miente en su rostro que no recuerda nada. Pero al final se quiebra un poco con un hombre que le promete ver a su familia si le dice algo, entonces comenta sobre que hay un más allá, que ahí van las almas muertas, pero que Draco no pudo quedarse porque no estaba muerto. Espera que esa migaja haga que ellos se alejen, pero parece que ahora lo ven con ojos codiciosos; aun así, aceptan su trato y en menos de una media hora se encuentra en San Mungo.

Como si fuera un paciente más.

El Inefable le dice que volverá para saber más, comenta que gracias a su experiencia podría ser un inefable si quisiera; Draco espera que ese hombre no fuera un alma rencarnada, pero no se sabe nada de los inefables y no puede negar que es curioso.

La puerta se abre con violencia pocos minutos de haber sido ingresado, Draco levanta la vista confundida de que alguien se enterara tan rápido y su rostro se abre incrédulo de ver a Padma frente a él; porque es probablemente la última persona que quiere ver.

Pensó en su familia.

Pensó en su madre.

Pensó en Harry.

No quiso pensar en Padma, porque inevitablemente piensa en Anthony.

Su amiga se ve deteriorada, su rostro demacrado y rojo, algo pálida y con el cabello no tan prolijo como siempre. No importa que fuera lo que vio, lo único que puede decir cuando la ve, es algo que lo ahoga desde la garganta con fuerza.

—Anthony—su propia voz suena hueca piensa Draco, los ojos de Padma chispean de dolor, antes de abalanzarse para abrazarlo con suavidad, como si supiera que su vientre sigue doliendo a pesar de los días.

Es un dolor fantasma, ya desaparecerá, pero no lo hace.

—Oh Draco, volviste, estas vivo…no puedo…no podía perderlos a ambos, pero volviste a mi—intenta ser fuerte, lo puede sentir, puede sentir que intenta no romperse.

Entonces Draco llora, porque aquí no es el más allá, porque aquí no está Anthony y solamente esta Padma; ya no son Draco-Anthony-Padma como ese primer año lo fueron, ahora solo son Draco y Padma, y eso suena horrible.

Padma llora contra él.

Lloran por un largo tiempo.

.

.

Padma habla adolorida, vacía, triste y como si todo ella fuera azul, pero no azul brillante Ravenclaw, si no un azul de tristeza y soledad. Ella no estuvo presente en la lucha, se quedó a esperar en Hogwarts y parece no poder culparse más de su acción cuando los chicos regresaron, no todos, no Anthony y no Draco. Padma no sabe que decir o qué no decir, habla sobre el escuchar la noticia, sobre la soledad, sobre el dolor y ahora que ha pasado más de una semana todo solo parece incrementar. Habían hecho el funeral de Anthony o el que se planeaba hacer para Draco, todo apenas parece estar comenzando a levantarse y Padma revela que el propio Michael está aquí también internado.

Sobrevivió al ataque de un hombre lobo, pero ahora estaba infectado, hace unos días fue luna llena y había sido un caos dentro de su habitación; nadie había querido tratarlo, pero Sirius Black se había presentado para obligar a todos hacer algo.

Terry estaba bien, herido, pero bien, sin ser hombre lobo…aunque traumatizado.

Luna.

Padma parece sentir dolor al hablar, al igual que Padma, aunque Luna estaba bien físicamente, con algunas heridas, parece que tuviera el corazón roto; porque para Luna sus amigos eran su tesoro más importante y de alguna forma eso le fue arrebatado en un día.

Todos estaban rotos.

Como la maldición dijo que sucedería.

—Harry—musita en voz ahogada, porque ya no sabe nada, a lo cual Padma solamente toma la mano de Draco.

Su rostro parece adolorido, Draco no se imagina como debe verse él mismo.

—Estaba destrozado, no, no lo he visto mucho…pero estaba tan roto; dijo que era su culpa por ir al ministerio y llevarlos a todos, no lo fue, nadie lo culpa, pero él…estaba tan roto Draco…estamos tan rotos—y es duro ver a Padma romperse a su lado, porque ella no era así, ella no debe romperse.

Era Padma, su mejor amiga, pero está rota y Draco sabe que es su culpa.

"No es tu culpa", había dicho Anthony, había estado feliz del otro lado, pero no puede decir esto ahora.

No aquí.

No frente a tantos ojos.

No cuando estas paredes tenían oídos, pero se lo diría apenas pudiera.

—Michael—quiere saber más de él, pero Padma parece adolorida, cada palabra parece dolerle, pero Draco necesitaba saberlo.

—Se odia tanto ahora mismo, no es su culpa, pero se odia por lo que es ahora; le dijimos que no es un monstruo, pero sabes que Terry siempre odio los hombres lobo y aunque Terry dice que no hay nada malo, está sufriendo tanto—

Bien.

Esto no está bien.

Todo está destruido y Draco no sabe cómo podrá reparar esto.

"Tu estarás con ellos" había dicho Anthony con confianza, pero Draco realmente no sabe cómo reparar esto que se encuentra roto.

—Lo siento—dice casi ahogado, se supone que no es su culpa, pero se siente como si lo fuera.

Fue Draco quien fue al ministerio, fue Draco quien permitió a Anthony acompañarlo, fue Draco quien los metió dentro de esto.

Padma lo abraza diciendo que no es su culpa.

Pero eso duele como tal.

.

.

Sirius es el siguiente en llegar, había estado luchando torpemente por ponerse de pie para ir donde Michael con ayuda de Padma, quien le advierte que tome todo despacio con una sanadora, la puerta se abre de golpe y Draco ya había casi puesto sus dos pies en el suelo con solo una sensación de hormigueo. Eran cuatro horas después de que Padma llegara, luego de hablar, luego de llorar y luego de que algo dentro de él comenzara a ver que este nuevo mundo donde vive, este mundo sin Anthony es horrible y lo odia; pero es lo que tiene. Sirius se aferra a él, duele porque no se contiene como Padma, duele porque una parte de Sirius lo llama en un momento "Regulus" y se pregunta que tanto Sirius ve a Draco o que tanto ve a su hermano en él.

Que tanto habría querido que su hermano también regresara de los muertos, pero no lo hará.

Draco lo hizo, es algo raro, pero lo hizo.

Duele porque Draco por un momento, un instante hubiera querido que Sirius fuera su madre como este quiere que fuera Regulus.

Remus esta atrás con Andrómeda, que parece al borde de llorar también, antes de que ambos pasen, de que reciba abrazos. El hombre lobo es cálido, Andrómeda huele a panecillos y torta de manzana que es casa. Edward no está aquí, en la batalla del ministerio Dora salió herida, está en San Mungo también, prometió venir cuando Andrómeda cambiara de lugar.

Algo dentro de él duele.

—¿Qué paso con Dora? —es como si no quisieran decirle, pero es Sirius quien traga saliva y admite que Dora recibió una maldición en su pierna.

El probable que en el futuro pierda su pierna derecha.

No puede caminar bien.

Su querida prima risueña esta sentenciada a no caminar más.

Draco quiere vomitar.

Se aferra a Sirius, porque se siente perdido, porque han perdido más de lo que se supone que deberían perder, porque no se suponía que deberían perder algo.

Sirius está vivo.

¿Cuál fue el costo de esto?

Su deseo se cumplió, su tío está vivo, pero todo lo demás parece perdido, así que llora, porque ese día solamente parece poder llorar. Sirius lo calma como puede, se siente como un niño pequeño, Remus habla sobre que Luna estaba en camino y Draco sabe que su madre no va a venir porque no puede. Padma se queda a su lado también, tomando su mano, tocando su brazo, sintiendo su calor y se pregunta que pudo pensar ella cuando le dijeron que su novio y mejor amigo habían muerto.

Eres el único que ha sobrevivido al velo de la muerte.

Que ha sobrevivido a la maldición imperdonable.

Draco no sabe que pensar.

Vuelve a preguntar por Harry, Sirius hace una pequeña mueca en su rostro.

—Está afuera, esta…tiene miedo…que lo culpes, tampoco quería creer que estabas vivo, estas, estos días han sido difíciles para él y para todos—habla Sirius con tranquilidad, Draco insiste en verlo, Remus dice que ir a por él.

Todo es extraño.

Su vientre duele.

Su cuerpo se siente cansado.

Todo parece en su mente, desordenado, buscando sentido, esperando poder acomodarse y hacer que las cosas tengan orden; pero no puede. Piensa en Viktor muerto, piensa en Anthony muerto, piensa en Selena y Jessie, piensa en Luna y Zacharias, su madre, su padre, su vida anterior y se preguntó que tantas otras vidas pudo tener o como fueron ellas.

Piensa en la lagrima de la sirena que está dentro de él, una joya que incrementa la magia y que le ha salvado la vida en dos ocasiones.

La varita.

Debe buscar la varita de Orion.

Los dragones, Orion había hablado sobre Dragones de su libro.

Un guardián, alguien le había dado el libro a Draco, también debe encontrarlo.

Proteger a Michael, debe proteger a Michael.

Debe tomar los pedazos de su grupo de amigos, volver amarlos, volver a darles una vida y no dejar que la tristeza los devorara como quiere hacer con Draco; todos ellos lo harán, son fuertes, tienen que hacerlo y Draco entrara a Vodník para hacerle pagar.

Aun ocupa encontrar a Greyback, hay algo pendiente entre ellos.

La puerta se abre, Draco levanta la vista y sus ojos parecen horrorizados cuando Harry entra por la puerta, encogido sobre sí mismo, sus ojos verdes brillan como los de Esmeralda, pero no es una sirena, es solamente Harry. Cuyo rostro esta pálido, tiene ojeras y sus ojos están hundidos, su cabello parece un desastre peor de lo que recuerda; no ha comido o dormido nada, eso es evidente. Hay culpa y felicidad en su mirada, Draco lo ve fijamente con las palabras de Orion en su mente.

Una maldición de un dragón.

Solo una persona a la cual amar.

Algo dentro de él debe ser así, su sangre lo insta amar solo una vez y definitivamente ha elegido a Harry, pero no importa si es por una maldición o si en algún momento en el futuro Harry decide que esto no tiene sentido; no volverá amar a nadie, lo siente en su interior. Con solo verlo, aun como se ve de destrozado, es como si algo dentro de Draco le recordara que este mundo no es tan horrible, que no está totalmente solo, que aún tiene algo a su lado a lo cual aferrarse.

Suyo.

Es algo que es suyo.

Parece sufrir, Draco se pone de pie sorprendiendo un poco a Padma, que lo ha visto intentarlo por lo que parecen horas, sus piernas se sienten débiles.

El veneno.

Draco es resistente a los venenos, no puede evitar pensar que tal vez es por ser un Black, los dragones son resistentes a los venenos y puede que no solamente heredaran cosas malas de ellos, sino que también cosas útiles como esta.

Extiende una mano, Harry se muerde el labio.

—Ven aquí Harry—lo dice con voz baja, porque está cansado y ponerse de pie gasta sus pocas energías, duda que pueda mantenerse así por mucho tiempo.

Este camina lentamente hasta él, duda cuando levanta una mano, pero Draco lo abraza y este apenas lo sostiene para que no se derrumbe contra el suelo cuando sus piernas ceden. El rostro de Harry se entierra sobre su hombro y está llorando, musita lo agradecido que esta de que este con vida y Draco solamente se deja abrazar sintiéndose adormecido.

Esta con vida.

En un mundo cerca de entrar en guerra y fue su elección.

Fue su elección volver con sus amigos, es su elección luchar de ahora en adelante y el chico entre sus brazos también es su elección.

Lo sería una y otra vez en esta vida.

—No fue tu culpa—dice con seriedad, a Harry, a Draco, a sus amigos, porque ellos no pidieron esto.

Harry sigue llorando, por mucho tiempo, pero Draco solamente suspira.

Luego llega Luna, cuando Draco ha dormido mucho tiempo, cuando Harry y Padma se niegan a irse, su amiga viene de la misma forma que Selena, con una expresión algo desgarradora cuando duerme entre ellos tres abrazándose a Draco. Es una habitación muy concurrida ese día y Draco solamente piensa viendo al techo, que su corazón duele demasiado y eso significa que esta con vida.

Y fue su elección.

Fin.

Bueno sin duda una gran aventura hemos tenido este año, estos dos últimos capítulos probablemente no son nada de lo que podrían esperar, pero es algo que me ha ilusionado desde el inicio. No sabemos todas las respuestas, pero hemos aprendido mucho de este libro y me alegra. Mi idea nunca fue que todo se solucionara al final del séptimo libro, si no que aquí obtendríamos muchas respuestas y que ahora seguirán apareciendo más.

Fue duro escribir este capítulo, me partió el alma la escena de Anthony y Draco, pero es algo necesario para la trama lo van a ver más adelante.

Mis queridos Ravenclaw están destrozados y en el interludio que viene, veremos el punto de vista de ellos durante ese día de la batalla del ministerio, para terminar de rompernos a todos nosotros.

Este libro por ahora es de mis favoritos de escribir, si es desgarrador al final para mí, pero tiene tanto Drarry que me encanta, pero a partir de ahora algunas cosas cambiaran. Mis niños tienen que pasar por un proceso en el siguiente libro, porque ahora están todos rotos y hay que reunir las piezas de ellos, una vez más.

Gracias a todos aquellos que han llegado hasta aquí, quienes me han acompañado desde el inicio, quienes se han ido, quienes se han unido durante la marcha.

Esta saga es especial para mí y espero también sea especial para ustedes.

Les dejo un adelanto del siguiente libro como de costumbre.

Draco Malfoy y el castillo de Nurmengard.

Draco ha elegido sobrevivir a su quinto año y ahora tiene que vivir con las consecuencias de sus acciones, sus amigos están destrozados, pero él prometió protegerlos y ahora que se acerca la guerra es necesario que estén más unidos que nunca.

Hay muchos misterios que se han resueltos, pero otros que necesitan respuesta, como lo que se encuentra oculto en el castillo de Nurmengard y que, con suerte, revele aun más de lo que ya saben sobre Orion Blake para la guerra que se avecina.