Nada de Katekyo Hitman Reborn me pertenece, solo la historia y uno que otro agregado que aparecerán más adelante en la historia.
Esta historia está basada en Omegaverse y está clasificada como M por las groserías.
Las reglas generales son:
No hay manera de definir la clase de nadie antes de su presentación con seguridad. La clasificación existe debido a comportamientos y características físicas, de otra forma sería considerado ampliamente como una "condición".
Los Alfas y Omegas tienen una presentación entre los 12-16 años.
Los Betas no presentan. No poseen un olor característico y en términos generales son humanos normales. No tienen problemas con ninguna clase, ni sus características. Tienen buen olfato y suelen ser buenos en definir la situación en la que se encuentran o están cerca.
Los Alfas suelen ser más atrevidos, volátiles, y extrovertidos. Son líderes innatos, al igual que son protectores de lo que consideran su grupo/manada. Sus aromas suelen estar vinculados a algo que aman hacer, comer o buscar. Pueden ser detectados a muchos metros solo por lo fuerte que es su esencia.
Asimismo, los Alfas en su infancia y antes de su presentación suelen presentar signos de su clasificación. Usualmente es solo en conducta, aunque algunas veces también presentan características físicas antes de tiempo.
Características: colmillos más notorios, más grandes, suelen gustar de morder las cosas que gustan como signo territorial (también gente, lo cuál suele llevar a problemas). Olfato muy agudo, a veces jugando en su contra. Gustan de ser el centro de atención, llegando a hacer tonterías con tal de conseguirlo. Suelen ser difíciles de controlar durante su adolescencia, e incluso luego de ella.
Los Omegas suelen ser más dulces, los más tranquilos. Su olfato es similar a los Beta. Suelen no meterse en problemas, y ser los mediadores en disputas. A pesar de ser los más tranquilos, suelen ser los más peligrosos de las tres categorías. Usualmente habrá al menos un Alfa detrás de ellos, ya que naturalmente ambas clases se atraen entre sí y los Alfas suelen ser muy protectores mientras que los Omegas son más atentos. Meterse con un Omega no es sensato, porque son peligrosos y rara vez estarán solos.
A diferencia de los Alfas, los Omegas solo muestran signos de su clasificación a través de su conducta antes de su presentación. Sus colmillos suelen ser más pequeños que los que presentan los Alfas. Por todo los demás, no hay mucha diferencia física.
Ambas clases marcan a través de mordidas. Ambos poseen orejas y colas, dependiendo de la descendencia familiar pueden ser felinos o caninos de alguna clase (los más raros son los zorros que son una mezcla). Y ambos expresan sus emociones e intenciones a través de olor y sonido, mayormente olor. Ambos poseen la capacidad de usar estás características para influir en otros, para bien o para mal.
Una diferencia poco conocida entre las tres clases es que los Alfas pueden emitir un sonido o sensación que los otros no, dependiendo de qué animal hereden sus características no humanas. Si es canino, será olor. Si es felino, será sonido. Si es, en el raro caso, zorro, será un sonido muy particular.
Esta última característica sólo se produce luego de la presentación y únicamente cuándo el Alfa se sienta feliz y seguro en dónde está. Si estás condiciones no se presentan, no pasará nada.
En el caso de los Omegas, es ampliamente conocido que les gusta crear nidos y pueden producir sonidos que son calmantes a cualquier clase. Ser invitado a uno de sus nidos es un gran honor. Ir sin estarlo es una gran ofensa y una sentencia de muerte en el peor de los casos.
Sin nada mas que decir, por favor disfruten la lectura.
Confusion or Misunderstanding
Capítulo Único
- No se hasta cuando nos van a dar mierda porque Tsuna-sama sea un beta. - Ya estaba hasta los tequeteques. Y Tsuna-sama no quería que usará violencia.
Lo que Tsuna-sama no supiera no le haría daño.
- Es altamente hipócrita de los viejos cuando se sabía desde hace mucho que Tsuna no iba a presentar. - Se sabía desde el principio, o se temía tal cosa desde pequeño. - El personal medio es entendible, Tsuna no puede conectar bien con ellos… - "Ni siquiera puede conectar bien con nosotros" fue lo no dicho.
Para bien o para mal lo no dicho había estado sonando desde hace años y quién más afectado era el Décimo Vongola, quién siempre lo consideró como alguna falla personal y cada vez que se le recordaba que era un beta…
Algunos lo hacían de formas tan crueles y simples, como mover las colas u olfatear en su dirección, que era una suerte que no corriera sangre.
Un beta no podía controlar su incapacidad de no poseer atributos animales, de que no presentará un olor verdaderamente característico o permanente, o de poder anunciar sus deseos o su estado a través de su esencia. No tenía glándulas, ni siquiera tenía colmillos o garras. Era un beta, así de simple, nadie podía controlar eso.
El Décimo intentaba con lo que tenía y eso bastaba. O debería de bastar. Era difícil cuando el único beta del grupo era él, cuándo alguno de ellos tenía que interceder por él o cuando alguien quería llegar a él, buscar su apoyo o su atención, o el simple "está conmigo" y lo único que se podía recibir era un estado en blanco, porque un beta no transmitía nada.
Ser un beta era como no estar, según el Décimo, virtualmente hablando. Podía ser visto y oído, y el segundo no completamente, más no podía ser sentido.
Hubiera sido maravilloso un alfa como líder. Hubiera sido increíble un omega. ¿Un beta?, aceptable.
Los betas eran comunes, y jamás tuvo un problema con ellos hasta que se vio en la situación en la que su cielo era un beta. Querer llegar y buscar instintivamente conectar y solo dar con nada…
- Los únicos que podemos hablar mierda de tener a un beta entre nosotros somos nosotros. - Sentenció sin miramientos.
- ¿No es mucho pedir cuando casi todos somos alfas? - La verdad:
- Solo agradezcamos que Tsuna-sama soporta todo nuestro caos. - Porque no cualquier beta se quedaría ante lo que hacían.
No cualquier beta se quedaría allí con ellos cuando se lo pedían y cuando no, cuando era invitado a nidos, cuando tenían sus pataletas… en general, cuando sus instintos pedían y cuando su querer también. Nada de eso debía ser cómodo o tener mucho sentido para un beta que no podía en verdad hacer más que estar allí, pero se quedaba.
Había estado en la mayoría de las presentaciones. Eso, ahora que lo pensaba, debió de matarlo internamente un poco.
- Hablando de Tsuna, ¿no debería estar aquí?, usualmente llega antes de las 8. - Hmmm…
- Aún es temprano, se acostó tarde anoche con eso. - Señaló la pila de papeles que estaba en la mesa.
- Kyoya no se contuvo en nada. - Por supuesto que no.
Y si alguien abrió la boca para insinuar algo sobre el Décimo, aún menos. Kyoya prefería ir directamente a cortar cuellos y no dar explicaciones. Insultar a un miembro de la manada era, en cualquier ámbito, un gravísimo no.
Qué el líder fuera el beta era lo único extraño de su grupo, honestamente. Quizás, si no fuera por los elementos, Tsuna-sama hubiera intentado negociar no ser el líder.
No ayudaba que, en términos de actuación, debía de ser suplido por alguien más. Qué problema.
-x-x-x-
- ¿Podrías prestarme tu camisa? - Fue la pregunta que lo sacó de sus pensamientos.
- ¿Qué? - ¿Había oído…?
- Tu camisa. ¿Me la prestas? - Bueno, no tenía problema en eso, pero…
- ¿No prefieres una limpia? - ¿O nueva?
- Quiero esa. - Caray. Okey, si quería está, quería está. - Y el abrigo. - ¿Ah?
- ¿Tienen devolución? - Medio bromeo, porque sabía que regresarían.
Tsuna rara vez pedía cosas, menos ropa, pero cuando lo hacía las devolvía lo más pronto que podía.
- Quizás. - ¿Ah?
Abrió la boca para preguntar a qué se debía eso, que clase de respuesta era esa o si fue un chiste, pero se vio viendo a su amigo salir con una sonrisa con sus cosas. Y no solo la ropa solicitada, se le llevó la mochila y el bate.
Iba a tener una charla con Mukuro. Estar acusándolo con Tsuna con respecto a quién se comía la última tarta de la nevera de emergencia era jugar sucio.
-x-x-x-
Miró. Cerró la puerta. La volvió a abrir. El resultado era el mismo. Tiro la puerta y buscó su caja arma.
Alguien iba a pagar caro, muy caro. No solo sus tonfas, lo cual era intocable, sino todas y cada una de sus chaquetas y camisas.
Sea quien sea que haya sido el gracioso se las iba a cobrar caro. Si el tema era por nido, era perfectamente entendible y solo tenía que preguntar, no era para-¿y las almohadas?, ¿con que iba a dormir ahora?
Se detuvo y decidió revisar bien a fondo su habitación. Si incluso sus almohadas habían sido tomadas, alguien iba a anidar y lo iba a hacer en grande.
Lambo estaba por presentar, ¿no?
-x-x-x-
- No tiene sentido, Lambo no tiene esa conexión con la mayoría de nosotros y ni siquiera está aquí. - Pero el problema estaba caminando, y no tenía tregua. - ¿Chrome?, ella podría estar anidando.
- Ryohei también, si vamos a eso.
- Y Hayato.
Eran los únicos omegas. Chrome a veces olvidaba pedir permiso, Ryohei usualmente tomaba las cosas de los otros omegas y del único beta. Tomar cosas del beta no tenía mucho sentido, porque no hacía prácticamente nada, pero suponía que podría funcionar en algo.
Hayato pedía. Usualmente solo le pedía al único beta del grupo, y dicho beta prestaría sus aposentos. Terminaban los dos allí, de inicio a fin. Tsunayoshi nunca se quejaba, pero debía de ser más que incómodo para él. No solo pasaba eso con Hayato, y no solo los omegas pedían cosas de él.
- Hayato nos podría decir si alguno de ellos está anidando o va a anidar.
Ya tenían un plan.
-x-x-x-
-... putas que lo parió, ¡me dejo sin nada! - Uh, por lo visto incluso el omega principal no estaba a salvo. - Tiene suerte de que aún me queda la dinámita de reserva, ¿qué coño va hacer?, ¿hacer su casa con explosivos?, tsk…
- Buenos días Hayato. - Ese ni siquiera era su uniforme. Eso… ¿tal vez Chrome?
- Qué. - Uhhhh…
- Me preguntaba si tú o alguno de los otros está anidando. - Soltó rápidamente, incómodo y temiendo ser víctima de un ataque.
Tsuna los mataría si arruinaban su oficina o si el papeleo volvía a subir.
- No, y eso es lo que me enfurece. ¿Puedo suponer que ninguno de ustedes se hizo el listillo?
- ¿Y que también hemos sido desvalijados?, si. - Y de cosas tan random…
- Tenemos a un externo en nuestras manos. Debe ser algún visitante…
- Será mejor que preguntemos a Tsuna a ver que-
- No, no si podemos evitarle ese dolor de cabeza. Tsuna-sama parece que quiere enfermarse, tu sabes como es en esta época del año. - Ah. Ah cierto.
- Primavera nunca le cae bien. - Alergia, siempre le daba alergia o gripe o ambas, por más que buscarán protegerlo de ello.
Estresarlo no iba a ayudarlo, y Hayato los mataría a todos si empeoraban las cosas con Tsuna.
Mejor no le decían nada si era posible. Por el no se iba a enterar, eso era seguro.
-x-x-x-
- Con permiso… - Esperaba no estar molestando, pero Tsuna-sama no estaba respondiendo.
Un fuerte olor a chocolate y caramelo lo detuvo al primer paso, tal y como si lo hubieran abofeteado con fuerza. Es probable que hubiera quedado allí un buen rato antes de recordar en dónde estaba y cerrar la puerta inmediatamente.
Si, de verdad olía a chocolate y caramelo, específicamente chocolate que amaba Tsuna-sama. No se lo estaba imaginando, de verdad olía a eso. Quizás el ajente externo que había estado molestando estaba aquí con Tsuna-sama no sería la primera vez que alguien elegía este lugar para anidar o pasar una temporada, era el sitio más neutral y con alguien que, a pesar de no poder conectar, estaba allí. Ahora, si tan solo…
- ¿León?, hace tiempo que no veo… - Se apagó, la cola que había visto por accidente en lo que parecía ser los inicios de un nido enorme esfumándose solo para presentarle una vista que jamás pensó ver.
Un gruñido de advertencia inconfundible, colmillos reluciendo vagamente, y cabello chocolate muy, muy familiar. En respuesta, mayormente por instinto, anunció su presencia mediante olor. Saludo y disculpa por la intromisión, ambas. Lo había hecho mucho en su juventud, con cero reacción, y luego solo salía cuando se acordaba con Tsuna-sama.
El gruñido se apagó, hubo un pequeño ladeo de cabeza y luego capto el olor de chocolate caliente y galletas antes de que el dueño de tal mensaje le diera la espalda y siguiera con lo que hacía, lo cuál era armar un nido.
Era un claro "adelante", "bienvenido", y un "puedes quedarte si gustas". Era inconfundible para él, incluso si el aroma era nuevo.
Solo para asegurarse de que no estaba leyendo mal las señales, se acercó poco a poco hasta llegar a tocar el nido. No pasó nada más que una mirada fugaz de alguien que no estaba tan aquí como hubiera esperado, pero está feliz de verlo. Esa cola no mentía. Esa cola no estaba allí la última vez que lo vió.
No era alguien externo, se dió cuenta tardíamente, dando con ropa tanto suya como conocida que no era de Tsuna-sama.
No hacía falta buscar, ya lo había encontrado. En su lugar-¡Hey!
- Okey, okey… - Estaba invitado a entrar, no solo a mirar.
Tenía que buscarle más cosas, viendo el tamaño que estaba abarcando, iba a quedarse sin materiales muy pronto. Un nido de este tamaño era exagerado, pero…
Pero Tsuna-sama tenía 19 años.
- Hola. - Saludo a quién lo mordió de la muñeca para llamar su atención.
Por el momento iba a detenerse de anidar. Andaba contento con su presencia.
No duraría.
-x-x-x-
- ¿Que lo dejemos así sin más? - ¿Y sus pertenencias?, comprar un ropero nuevo era una estupidez si era solo por-
- Nido. Va empezando. - Hayato nunca miro a nadie al decir esto, sacando cosas que… un momento, ¿nido? - Si pudieran darme todo lo que pudieran no estar usando o hacerles falta, sería espléndido. - Pero…
- ¿Y quién es el listillo que no informó?
La respuesta a eso fue una bolsa sellada con un simple pañuelo. Al abrir la bolsa, el olor a chocolate y caramelo dio con su nariz y no fue el único.
- No me es familiar. - Pero olía encantador. Debía ser un omega muy dulce, solo por este olor.
- Claro que no, es una presentación. - Una que.
- Con razón. - Pero aún así, debió de al menos haber alguien que diera una advertencia.
- No es Lambo. - ¿Como que no?, ¡pero si Lambo era el único en la edad!, de los más cercanos claro esta.
- La mayoría ya es adulto, Hayato. - Le metió un codazo a Mukuro para que cuidará su lengua.
Si Hayato aún no había dicho nombre, era por algo. Y era extraño que no fuera Tsuna quién estuviera diciendo esto.
- Lo más suave y cómodo es lo único que le llegará. - Anunció la mano derecha del Décimo en voz alta, guardando la prenda como si de oro se tratará.
- Nombre. - Alguien se obstinó de esperar.
A diferencia de lo que cualquiera hubiera pensado, Hayato ignoró esto, ignoro todo, y volvió a anunciar:
- Solo lo más suave de lo suave, lo más cómodo de lo cómodo, y lo más limpio de lo limpio le llegará a este omega. - Y casi como una advertencia: - La mejor de las comidas, la mejor de las atenciones, y el mejor de los cuidados. Esto es lo único que recibirá por parte de todos nosotros. - "De no ser así, correrá sangre".
- Ah… - ¿Y quién demonios era este omega?
Como si leyera sus pensamientos, Hayato finalmente dio algo de luz al asunto:
- En este momento está durmiendo, pasó una larga noche en histeria porque no tiene todo lo que necesita para su nido. Si han de ver, es en la habitación de Tsuna-sama. - "Histeria" era la palabra más suelta que Hayato usaba para en verdad decir: "desesperó total".
Okey. Tsuna mantendría un buen ojo en el omega en cuestión, de eso no había duda, pero había un dilema:
- ¿Cómo tuvo una noche de histeria con Tsunayoshi? - Mukuro le ganó en preguntar.
Tsuna podría no poder ayudarlos mucho por más que lo quisiera hacer, pero haría todo lo que estuviera en sus manos por ellos. Lo había hecho con los que aún no habían presentado para cuando se conocieron, lo haría por Lambo, lo haría por cualquiera de ellos, presentación o no.
Debía de ser increíblemente duro para él, siendo un beta, pero jamás había soltado mayor queja del querer poder hacer más.
- Espera, ¿el jefe ha sabido todo el tiempo? - Ese era un buen punto. ¿Por qué no avisó?
- Recibirá la mejor de las cosas, solo lo mejor. - Muy bien, ya esto estaba siendo redundante. - No me creerán si les dijera, y mi única prueba ya la olieron. Les recuerdo que está durmiendo y pasó muy mala noche, así que no vayan a ir ahora. - Señalando el trozo de tela que había vuelto a guardar, Hayato preguntó: - ¿No se les hace familiar este aroma?, más como… ¿no les recuerda al dulce preferido de alguien?
¿Ah?, no de nuevo, él no era bueno con los acertijos. A muchos les-
- No. - ¿Y ese horror? - Hayato, es imposible.
- Lo trataras de la mejor forma, le darás el mejor trato.
¿Qué se estaba perdiendo aquí exactamente?
-x-x-x-
El fuerte olor a chocolate y caramelo no debió de ser una sorpresa cuando Hayato abrió la puerta. Tampoco debió de ser una sorpresa la rapidez con la que Hayato cerró la puerta una vez que todos pasaron.
El sonido de un ladrido alto y claro debió de ser la sorpresa, pero no lo fue, porque Hayato casi siempre saludaba así a su cielo, moviendo la cola de un lado a otro. Tsunayoshi era el único en recibir tal saludo por parte de su tormenta. En realidad, muchos de ellos. Estaba seguro que todos tenían un saludo especial solo para el único beta del-
- ¡Grrrr! - Eso, sin lugar a dudas, fue toda una sorpresa.
Un rugido. Leve, pero un rugido. Un rugido felino, de felino grande. Qué extraño, usual-Su atención fue robada por cabello marrón, una figura familiar, saliendo con lo qué parecían ser… ¿esas eran sus tonfas?
Una cola de un lado a otro llamó su atención, una cola de león, y gracias a eso se puso a detallar la figura que venía a gran velocidad con solo un objetivo en mente y ese era Hayato. Orejas redondas, ya no humanas, y peludas de color naranja al igual que la cola, garras que dejarían más de una marca, y ojos rasgados que solo confirmaban que era de una raza felina.
-... de verte, ¿me extrañaste? - Tal y como Hayato a veces le llegaba a Tsunayoshi cuándo creían que estaban solos. Tal cuál.
La cabeza debajo del mentón, nariz en cuello y un abrazo muy apretado. Y la cola a mil y en alto. O en este caso dos colas, porque lo quisiera admitir o no Hayato estaba feliz por esta atención.
- Ahhh… - La imagen había roto a Ryohei. Y a medio mundo.
- El retraso es de casi 4 años. - Comentó como quién no quiere la cosa, queriendo solo tocar y revisar, asegurarse de que no se estaba imaginando esto.
La actitud melosa cambio en un dos por tres y se vio bajo la vista de alguien que no estaba feliz de verlo, que ahora podía gruñir tal y como él mismo y peor, que podía mostrarle los dientes y no dudaría en ata-
- Sssshhhh, es solo Kyoya. - Le dio mala cara al idiota y luego recordó que quién había estado con Tsunayoshi había sido este idiota. - Reconoció mi olor primero que mi voz, ¿quieres intentarlo?
- Hmmm… - Extraño, porque los betas tenían buen olfato, pero no necesitaban guardar más que lo general. Lo demás no lo utilizaban.
El gruñido se apagó, se le quedaron mirando por un momento y luego ese olor a chocolate y caramelo pasó a chocolate amargo. Alguien no estaba muy feliz con él, por alguna razón.
- ¿Y yo? - Ya venía a estropearlo todo el estupido zorro-
El olor a incienso y lavanda se acrecentó, un saludo muy llamativo a diferencia de él, y el olor a chocolate amargo se convirtió en chocolate con galletas recién horneadas. Qué demonios.
- Un placer verte a ti también, Tsunayoshi. - Tal y como un gato mimoso, acercándose para frotarse y recibir mimos. Tal cuál. - Deberías tratar con tu habitual saludo, kufufufu…
¿Uh?
- ¿El habitual? - El único perro de la jauría eligió ese momento para actuar en lugar de esperar una respuesta. Y eso era: un par de ladridos.
El cambio fue instantáneo.
Hmmm. No estaba reconocido por la vista, sino por… hmmm…
- ¿Es ese su nido? - Le preguntó al lobo, quién debió de aclarar este detalle desde el comienzo.
- Si. - Se limitó a decir Hayato, su vista en Tsunayoshi por obvias razones.
Era un nido demasiado grande. Quizás el más grande que hubiera visto por parte de un omega. Ahora podía entender porque faltaban tantas cosas de todos ellos, y porque Tsunayoshi había tenido una mala noche.
Aún con todo lo que tomó sin permiso, era muy poco, insuficiente, para el tamaño del nido que quería hacer.
- Tsk. - No tenía casi nada a mano para continuar. Había que arreglar eso.
Los demás se lo agradecerán cuando vuelva.
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Cuando abrió la ventana lo último que espero fue dar con tantos aromas y menos una completamente desconocida. Tsu había decidido hacer otra sesión grupal o una pijamada otra vez, ¿uh?
¿Y quién sería el nuevo?, chocolate y galletas recién hechas, alguien estaba muy feliz. La concentración de esencias era bastante alta, esto tenía un par de días-Ojos rasgados dieron con él y aunque nada más pasó, sabía que estaba entre la espada y la pared.
- Chaos. - Se aseguró de mover deliberadamente la cola, un signo que su tonto hijo había asociado con buen humor no sabía porque.
Esos ojos rasgados se dilataron un poco, tal y como los de un gato, y luego Tsu salió de lo que llamaría una exageración de nido para venir a saludarlo. Diría que era el saludo de siempre si no fuera por el hecho de que había una cola ondeando en dónde antes no la había y en el hecho de que Tsu llegó frotando su frente con la de él antes de proceder a buscar fundirse en su contra en busca de mimos y queriendo marcar su olor.
No podía molestarse ni queriendo porque él también lo hacía, todo los felinos lo hacían, de una manera u otra. Por no hablar de que:
- Hey Tsu. - Las orejas también estaban, y eran sensibles. - Te tomaste tu dulce tiempo, ¿eh?
Afortunadamente Tsu no se molestaba por casi nada. Gracias a esto pudo ver colmillos muy grandes, más grandes de lo que se esperaría para un omega, un signo fuera de lugar. Dado que siquiera una presentación a estás alturas estaba fuera de lugar…
Vio a alguno de los chicos en el nido y se preguntó si Tsu lo dejaría entrar a él también.
Si bien la respuesta a eso era un sí, un nido tan grande no era común, ver a tanta gente allí tampoco era común, y verse siendo acicalado tampoco era común.
Quizás…
Era más probable que la tardía presentación trajera alteraciones leves, pero había una manera segura de comprobarlo y salir de dudas.
Honestamente prefería que no fueran solo consecuencias de una presentación tardía. Alteraciones usualmente no eran buenas para quién las tenía.
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- ¿Es necesario-
- ¿No quieres complacerlo? - Bueno si, pero… - ¿No quieren complacerlo como los complace a ustedes? - Esto fue en general, con un todo que expresaba muy bien que la respuesta era un sí y que conseguiría lo que quería.
- Es feliz con cualquiera de nosotros allí. - Era extrañamente muy tranquilo una vez que lograba que alguien entrará a su nido, una vez que terminó de armarlo.
No enseñó los dientes a nadie por ayudar, lo cuál fue una completa sorpresa. Los omegas casi siempre no dejaban que nadie ayudará, pero Tsuna-sama…
- Solo haganlo, mientras aún esté en fase de presentación. - Dicho esto, Reborn salió de la vista, una cola negra siendo lo último que se vio.
Quisiera decir que era una tontería, y que no podían estar todos allí y que nadie, ni siquiera Tsuna-sama, sabía que quería exactamente. Muy bien había salido todo, Tsuna-sama era un omega muy tranquilo.
Pero Reborn no hacía estas cosas porque sí, y mentiría si no quería saber porque esta "petición" en particular.
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- ¿Qué coño le pasa? - No tenía ni la más mínima idea.
Un omega había quedado muy quieto al despertar y dar con todos ellos en su nido, y luego había procedido a frotarse contra todos ellos y todo el nido.
Justo ahora estaba panza arriba luego de haber dado como 10 vueltas en el suelo, atrapando el pie de alguien como almohada improvisada.
- ¿Es normal entre los omegas? - No, no a este nivel.
- El nido es enorme, tampoco es muy normal. - Defendió, tratando de no pensar que una presentación tan tardía y sin aviso podría haber traído cosas raras.
Nunca habían oído de una presentación luego de la edad establecida. Pero aquí estaban, y por todo lo que sabían… ¿ah?
- Oh. - Soltó un ilusionista que había quedado mirando a Tsuna-sama como si hubiera hecho algo completamente extraño.
- Qué. - Había expresado muy bien que nadie podía tratarlo mal, que debían de darle el mejor trato del mun…
¿Esos eran ronroneos?
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¿En dónde demonios estaba?, era demasiado suave para ser su cama y su cama era suave. ¿Hayato habría comenzado a anidar y ni se enteró?, ¿otra vez?, uhhhhggggg…
- ¿Tsuna-sama? - Si, volvió a pasar.
- Una advertencia hubiera sido buena. - Tenía bocadillos por ahí, pero igual, una advertencia no hubiera… ¿qué era ese olor? - ¿Hayato?, ¿estás comiendo algo? - Específicamente: - Sabes que amo el chocolate. - Y olía mucho a chocolate, mucho.
Abrió los ojos por qué alguien comenzó a reírse de él, nada más. Cualquier queja murió cuando una mano se metió con su pelo. Podía reírse todo lo que quisiera siempre y cuando lo-Hmmmm…
- ¿Cómo te sientes Tsuna-sama? - ¿Justo ahora?
- Más abajo. - Allí, perfec-
Se levantó de un tirón, llevándose las manos a la cabeza. No, no se estaba imaginando nada, y no estaba soñando porqué dolía una mierda.
- Tsuna-sama. - Si, si, sabía que era una mala práctica y todo eso, pero él no tenía… oh. - Calmese, por favor solo calmese. A ver, déjeme… - Ahora podía entender perfectamente porque todos adoraban que los acariciara de las orejas.
Eso no cambiaba que estaba frente a frente con una cola que no tenía ayer. Las garras que lo saludaron eran ya sólo una confirmación de sus peores temores.
- Soy un beta. - Salió muy, muy bajo. Asustado incluso.
Tenía 19, iba para 20, era demasiado tarde para él, era un beta.
- Un omega león, Tsuna-sama. - ¿Omega?, entonces… oh.
- Los deje sin nada. - No había visto nada, pero conocía suficiente a sus omegas como para saber que robó todo lo que pudo. Y no se acordaba de nada.
- No se preocupe por nada. - Era más fácil decirlo que hacerlo.
Era un beta. Era demasiado tarde para una presentación. ¿Qué se supone que iba hacer ahora?, ¿qué se supone que diría como explicación?
¿Siquiera era posible tener una presentación tan tardía?, ¿o saludable?
- Mire, su favorito. - Chocolate y galletas. Era…
- Quizás más tarde. - Estaba demasiado estresado como para comer algo sin que se le cerrara la garganta en el proceso. - ¿Puedo? - Señaló el cuello y las muñecas ajenas.
Si iba a estar metido en esta locura, al menos quería saber cuál era la diferencia y a que atenerse de ahora en adelante.
Al menos no era un alfa. Si lo fuera, sería muy problemático pedir algo así. Y sería mucho más problemático sus cambios de humor.
Sus alfas eran lo suficientemente caóticos por sí solos, no hacía falta agregar otra mecha corta a la mezcla.
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-... débil, ¿no chicos? - Tsuna presentaba como omega y ahora venían las habladurías de un líder blando. Con más fuerza.
Y de paso combinado con que hubiera algo malo con él para presentar a estás alturas de su vida, y agregarle sal a la herida diciendo que-
- No estoy de humor para estás estupideces. - Cerró la boca y miro con miedo a quien gruñó esto. No fue el único. - Si vas a perder mi tiempo de esta forma, será mejor que te vayas antes de que te arranque esa lengua. - Tragó profundamente.
Su ataque de que no era su problema, que recordará que todo omega tenía alfas atrás y Tsuna los tenía a ellos se murió y se olvidó por el nuevo omega.
Un omega con la cabeza muy en alto, colmillos asomándose en advertencia, una cola golpeteando una silla en una señal muy común y un gruñido que no dejaba de sonar. Los ojos muy rasgados habían estado allí desde hace rato, pero ahora daban miedo.
El olor a chocolate y galletas quemadas decía todo lo que había que decirse, sin necesidad de todo lo demás. La forma, por otro lado, era un anunció más propio de un alfa que de un omega.
Honestamente debió de haber anticipado que Tsuna saltaría a cumplir lo prometido más pronto de lo que se hubiera esperado.
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Mirando la sangre y los cuerpos en el piso otra vez esa semana, no podía evitar preguntarse qué habían dicho o hecho esta vez. Para un omega, el jefe era muy violento. Como si tuviera crías, y no las tenía.
No saltaba a la primera, pero no tenía la paciencia característica de siempre ahora. Justo esta mañana le enseñó los dientes a Mukuro-sama solo porque Mukuro-sama busco molestar a Kyoya, como siempre. En lugar de molestar a Kyoya, terminó molestando al jefe, y pues…
- Agradecería que no… hicieran esas muestras todavía, no tiene un mes. - El recastista del día: Takeshi. - Hayato nos va a moler a palos, saben lo delicado que es mientras se adaptan. - El omega qué había saltado a pelear con Mukuro-sama no andaba de los mejores humores, pero estaba más calmado ahora.
Solo una cola moviéndose en irritación y el olor a chocolate amargo delataban su verdadero sentir.
- Al menos no se siente atemorizado. - Era lo único positivo según Kyoya. - Es… fue territorial, a mi parecer.
- Fue en su oficina. - Aunque usualmente…
Usualmente eran los alfas quienes se peleaban si el omega en cuestión daba las señales de temor, disgusto, o de querer pelear el mismo. Aquí quién reaccionó fue solo el jefe, y aunque no fue directo al cuello, fue como si…
- ¿Le gustaría acompañarme a mi nido jefe? - Tal vez eso lo ayudaría, aún no le tocaba, pero podía adelantarse un poco.
- ¿Estás segura? - Oh, ¡hablaba!
Tonto, siempre era invitado y llevado a todos los nidos si no se armaban directamente en sus aposentos.
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- Hmmm… - Esto era raro. No inusual, pero raro.
El jefe estaba siendo muy servicial, le estaba trayendo de todo, y aún ahora tenía que jalarlo a unirse. No se atrevía a tocar nada, y lo más raro de todo eran las visibles ganas de marcar el lugar. Por más que le dijera que estaba bien, que hiciera lo que quisiera, no lo hacía.
Honestamente había esperado que tuvieran pequeños problemas porque ambos querrían armar el nido, a su manera. Eso usualmente traída diferencias y con ello problemas. Discusiones eran comunes.
Y aquí estaba teniendo el problema de que su acompañante estaba tan atento a lo que pudiera hacerle falta que ahora tenía muchas cosas de sobra con las cuales no sabía qué hacer. Y si llegaba a usarlas, le traería más así dijera que no.
Y no le traía cualquier cosa. Ya podía imaginarse las quejas de todos cuando vieran las cuentas a fin de mes.
Hubiera sido todo ameno si no fuera porque, extrañamente, su jefe no estaba bien con la visita de alguien más. No había pelea ni nada, pero el fuerte olor a galletas quemadas era todo lo necesario.
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- ¿Qué estás haciendo Tsuna-sama?
¿No se veía?, pues cuidando su salud mental:
- No lo puedo eliminar por completo, pero así todos estarán más tranquilos, ¿no? - Su aroma como que era muy fuerte. Estaba ocurriendo muy seguido que, cuando su estado de humor cambiaba, la gente a su alrededor también. - Al menos mientras aprendo a bajarlo de tono, ¿si?
No debía ser bueno para nadie, y no le agradaba saber que todos sabían cómo se estaba sintiendo o que su paciencia no le durará tanto como antes lo hacía.
Y ya estaba cansado del dolor de muelas que tenía a diario, por morder y morder. Aún no lo habían visto, gracias a Dios, pero en una de éstas iba a terminar mordiendo a alguien y temía que fuera en un punto crítico como el cuello. El cuello no debía morderse, solo parejas o relaciones muy estrechas. Era algo enseñado desde primaria, y ya podía ver porque.
Si esto era normal, pues agradecía haber sido un beta hasta recientemente. Quizás hubiera sido mejor que se hubiera quedado como un beta en lugar-¡HEY!
- No. - ¡Pero era lo mejor! - Siempre quisimos saber, no nos los quites Tsuna-sama. - Su queja murió en su garganta tan pronto sintió una nariz muy pegada a su cuello y brazos rodeándolo con fuerza.
Iba… esto iba a ser un problema mayor. Si no podía ocultar nada, y si no le iban a permitir negar su propio olfato, entonces…
Su autocontrol no era el mejor, por más que lo felicitaran por él.
- Okey. - Si bien decía esto, solo podía pensar en el próximo desastre que ocasionaría.
¿Quién diría que después de tener lo que quería ahora preferiría no tenerlo?
Los betas tenían la bendición y la maldición de conocer y de ser invisibles en casi todos los sentidos de los demás.
Quería ser invisible otra vez, que ironía.
-x-x-x-
- Creo… creo que Tsuna no es un omega. - Soltó una vez que el nombrado salió de la oficina, arriesgándose a decir lo que nadie quería tocar.
- Que tenga unas cositas fuera de lugar no lo hace diferente, idiota. - Ese era el problema:
- No son pequeñas cosas. - Ya no. - Tsuna nunca espera que alguno de nosotros tome la delantera. - Nunca. - Tu esperas que Tsuna te de una orden, o nos das un pequeño tiempo de actuación antes de tomar las cosas en tus propias manos. - Tsuna nunca les daba esa ventana de tiempo. Nunca.
- Ta-
- Tsuna nos desafía abiertamente. - Si bien era el jefe de todos ellos, Tsuna era… - Solo míralo caminar, camina como si fuera el rey. - Los omegas eran más sutiles, más tranquilos, no eran audaces de tal forma. - Nunca baja la cabeza ni muestra el cuello. No importa que pase. - Los omegas, por mero instinto, harían eso por más que no quisieran en forma de disculpa.
Tsuna podría sentir pena, vergüenza, o podría pedir perdón, pero jamás mostraba el cuello. En todo caso, Tsuna protegía su cuello de todos menos los omegas y aún así.
- ¿Qué quieres que te diga? - Pues:
- Tu opinión. - Después de todo: - Es normal que un omega anide cuando presenta, pero si ignoramos eso Tsuna actúa como si… - Tragó y miró la puerta, en cualquier momento regresaría. - como si fuera un alfa. ¿Conoces alguna excepción, precedente, que se yo?
Por todo lo que sabían, nadie nunca había presentado a tal altura de su vida, y francamente… lo último que quería pensar es que su amigo tenía problemas permanentes a raíz de eso y de lo que sea que causó ese retrasó tan grande.
Hayato lo miró por un momento y cualquier respuesta que fuera a obtener murió porque Tsuna regresó en ese momento con café y refresco. Se acordó de todos ellos, cielos.
-x-x-x-
Tsuna-sama lo perdonaría por esto, lo sabía muy bien porque ya lo había hecho, pero igual no le sentaba bien…
- ¿Hayato?, ¿ocurre algo? - Era común que viniera a anidar a este lugar, muy común.
Pero eso era cuando Tsuna-sama aún era un beta. Si bien no había habido un no, y tenía toda el área libre… Tsuna-sama no se había acercado a más que presentarle cosas, no a ayudar o meterse sin permiso.
- ¿Podría venir aquí? - Lo que iba a hacer era mal visto, en especial ahora.
Tsuna-sama se levantó de la ventana, allí era en donde había decidido pasar la mayoría del tiempo en lugar de…
- ¿En qué puedo ayudar? - No había entrado, ni estaba lo suficientemente cerca como para considerarse irrespetuoso.
- Puedes entrar. - Y por las dudas se aferró a una de sus manos y jaló.
La pregunta de si estaba seguro de querer tal cosa murió y luego de un momento de duda Tsuna-sama estaba con él. No hubo queja ni sonido porque se apegara a él, más bien eso lo calmó…
Ahora, si Tsuna-sama era un omega no pasaría más que una queja y tal vez que lo empujaran. Si era un alfa, en cambio-¡Ooofff!
Un omega, sin du… o no.
- Está bien, no pasa nada. - Calmar a un alfa no era tan sencillo como se pudiera creer.
Un alfa. Un alfa.
La sangre corriendo por ese brazo y el fuerte olor a chocolate dulce unido a esa mirada decía todo. No hacía falta nada más.
Tsuna-sama era un alfa con gran autocontrol, así no lo creyera. Un alfa tranquilo, qué estaba aprendiendo las señales de su propio cuerpo.
¿Por qué había hecho un nido al presentar si era un alfa?, los alfas no anidaban…
- Tsuna-sama… - Regaño, preocupado ahora. - Puedes morder, puedes morder, no pasa nada. - Lo había hecho con ese propósito.
Como beta no pasa nada porque no tenía los instintos y no entendía mucho lo que pasaba. Como un omega lo vería raro, y si mordía sería en juego. Como alfa…
Como alfa mordería y mordería fuerte, asegurando una marca y procedería a marcar su olor.
Los alfas eran territoriales después de todo.
Solo Dios sabrá cómo no había mordido a nadie hasta ahora.
-x-x-x-
- Ya veo. - Aún ahora su boca sabía a sangre. No podía quitárselo, y no estaba seguro si quería hacerlo.
Eso era lo que más lo estaba mortificando.
- No. - Fue regañado, regañado, y Hayato tuvo el descaro de arrancarle el eliminador de olores. - Todo está bien, perfecto, no vas a hacer nada de eso. - Pero… pero…
Ya no tenía nada que morder, o dónde meterse, nada que hacer, estaba-Dios mío Hayato…
- Todo está perfectamente bien. - No, no lo estaba, hace rato que no lo estaba, decir lo contrario era-
Sangre corrió, y en lugar de asustarse o regañarlo fue acariciado de las orejas como si no pasará absolutamente nada fuera de lo normal.
- No luches con lo que quieres Tsuna-sama. - Pero…
Pero morder todo no era bueno, no podía tener una mecha corta y no podía-
- ¿Recuerdas cuándo me decías que no pasaba nada y siguiera mis instintos? - La situación era diferente, muy distinta.
Las mordidas eran juguetonas, leves incluso. Nada del otro mundo, rara vez sacaban sangre.
La sangre en esta ocasión corría por su mentón y seguía.
-x-x-x-
- Ah… ¿con quién te peleaste? - La vista del guardián de la tormenta era todo un poema. No sería extraño si no fuera por-
Algo hizo clic en su mente al acercarse y oler a Tsuna, a pesar de que aún no había llegado.
- Alfa. - Fue la aclaratoria que ya no hacía falta por parte de alguien que no tenía ninguna preocupación por todas las marcas que tenía encima.
Eran un montón.
- Pues-
- Buenos días Takeshi. - Un saludo cálido, pero más apagado que de costumbre.
Miro a Hayato, una pregunta silenciosa pasando entre ellos. O al menos lo intentó, porque un gruñido de advertencia lo detuvo. Y francamente no debió de haber sido una sorpresa ver a Tsuna, un alfa, llegar directo a Hayato y buscar su atención. La mordida leve a una muñeca ya era solo la cereza del pastel honestamente.
- Tsuna-sama, ¿qué es esto? - ¿Qué?, no vio nada-
Hizo una doble toma ante las marcas de agujas en el brazo de su jefe y no le veía el problema hasta que oyó:
- Solo durará 8 horas. Tengo una reunión en una hora Hayato. No puedo… - No terminó porque Hayato le gruñó y le enseñó los colmillos.
Era para que hubiera una reacción igual o peor, pero Tsuna no hizo nada de eso, solo bajó la cabeza. Fue por eso que entendió, honestamente.
- Tsuna, eso suprime parte de tus instintos y tu olor, no todo. - Y podría tener una mala reacción. Y no se refería a una mala reacción físicamente precisamente. - Tú mismo nos prohibiste usar esas cosas… - Acaso… - ¿Las has estado usando todo este tiempo?
- No, a duras penas. - Pero tenía tiempo considerándolo. Eso no era bueno. - Será solo por 8 horas, busqué la de más corta-
- ¿Por?, ¿tanto te agobia haber marcado a Hayato? - ¿Era eso?, ¿estaba-
- ¡Por qué casi no lo dejo ir esta mañana!, ¡porque ya hice trizas otra almohada y me duele la quijada Takeshi! - Uhhhh…
- ¿La almohada…? - ¿Qué tenía que ver una almohada en todo esto?, tenían un montón en general.
Tsuna enrojeció y sabía que no debió de haber dicho eso. Para bien o para mal:
- Ha estado atacando cosas inanimadas para no hacerlo con nadie más. - Hayato no tenía pudor alguno al decir: - Se ha dejado morder y marcar por nosotros y parece que no se acuerda como eres tú y Kyoya en sus malos días. - Nadie se salvaba de-
- ¡Tsuna! - ¿Era en serio?
Si, si era en serio. Había enrojecido como un tomate y no quería ver a nadie.
- ¡No puedo estar haciendo esas cosas y lo saben!
- ¡Un beta no puede ni quiere!, ¡un beta!
Luego de decir esto fue que cayó en el dilema. Por la cara de Hayato, él también.
Todo este tiempo Tsuna fue un beta, ese pensar no se iría de la noche a la mañana. Y un alfa, a diferencia de los otros dos, era más agresivo y territorial. Para alguien que solo les seguía la corriente queriendo participar, pero sin en verdad entender y solo capaz de seguirles la corriente…
-x-x-x-
- Valió de mucho. - Murmuró para sí, viendo un espectáculo que no debió de ocurrir.
A pesar de los químicos, de los supresores, igual Tsuna-sama había estallado y aquí estaba, a un paso de agarrarse con uno de los jefes de una familia que no volverían a ver nunca más. Lo único que no estaba era el olor, Tsuna-sama estaba felizmente eliminado en ese sentido. ¿Por todo lo demás?
- Retractate. - El pelo alborotado y los colmillos no ayudaban a una imagen pacífica, ni el gruñido que estaba amenazando por cobrar vida.
Mucho había durado, ya había sacado la dinamita como una advertencia silenciosa no tan silenciosa.
Internamente hizo una mueca ante el idiota que, en lugar de hacer caso, solo provocó más a Tsuna-sama.
Limpiar todo esto iba a ser un suplicio, pero si nadie entendía que Tsuna-sama no iba a tolerar muchas cosas como hacía antes, pues ya ahí no había salvación.
-x-x-x-
- ¿Estás haciendo un nido? - Había venido solo a pedir pasar la noche con él, pero se consiguió con que alguien estaba debatiendo qué usar para el suelo. Había adelantado bastante.
- Hey. - Si bien ese fue todo el saludo que recibió, se vio siendo empujado a un nido.
Sondeado, marcado, y hasta arropado. Sin palabra alguna.
-x-x-x-
- ¿A ti también? - Se le salió, sin poder evitarlo.
A diferencia de él, Tsuna había procedido a hacer un nido tan pronto oyó la petición de pasar la noche con él.
Eso no era de alfas. Alfas no hacían nidos.
Omegas rara vez hacían nidos para otros, pero era posible.
Y Tsuna había sido prohibido de usar cualquier clase de supresores, todo. Se habían dado la tarea de estimularlo como alfa, y aún ahora Tsuna parecía incierto en sus propios pies cuando se trataba de ellos.
No tenía ningún problema en partirle la cara a nadie, y tampoco tenía ningún problema en marcar su presencia de las formas usuales. Morder cosas, por otro lado, no lograban quitárselo porque Tsuna no quería morderlos, a pesar de que deseaba hacerlo. Jamás pensó que la mentalidad de beta vendría a molestar de tal forma, y es qué así lo veía: una molestia. No debía de ser el único, pero-
- ¿Aún no se dan cuenta?
- Pensé que no aparecerías. - Uh, ¿Hayato?, no hace falta enemistarse con el padre de Tsuna. - Te he querido preguntar cómo lo supiste. - ¿Saber?, no… oh.
- Alfas no hacen nidos, ¿no? - Se estaban perdiendo de algo, se estaban perdiendo de algo.
Y era algo grande solo por la sonrisa engreída del asesino.
- ¿No debería ser obvio?, hay dos razones posibles por la cual un alfa hace nidos. - ¿Dos? - Tsu está en las dos. Es muy probable que nunca deje de anidar, y estoy seguro de que hubiera ocurrido mucho antes si se hubiera desarrollado normalmente. Ah, y… háganme el favor de tenerle un ojo, ¿quieren?, los supresores y químicos no juegan a su favor, nunca lo hicieron. - Dicho esto, se vieron solos.
Nunca lo hicieron.
- Pero siempre le dieron cosas desde pequeño. - Supuestamente para estabilizarlo, después de que…
Cuando sellaron sus llamas. Desde allí él usaba medicación, por problemas que, en su tiempo, ninguno se molestó en averiguar. Luego ya no importaba, porque ya no las usaba.
Oh.
- Tsk, fue retrasó. - Un desarrollo más lento, más complicado…
- Tendremos que ser más estrictos con él. No se halla. - ¿Y no era eso triste y tonto a la vez?
En lugar de abrazar sus instintos parecía tenerle miedo. Excepto los nidos, eso si no, por más extraño que fuera.
-x-x-x-
Dejó el libro abajo luego de leer como 5 veces la misma página. Y no porque no entendiera y releyera para cambiar eso.
Miro a la figura dormida en su regazo y dudo en meterse con esas orejas. Era una duda tonta, porque incluso si no supiera porqué Tsuna-sama había estado haciendo nidos por cada persona que venía a quedarse aquí, al igual que la lucha interna por no marcar territorio…
- Ya venía, ¿no Tsuna-sama? - El alfa no lo oyó, y por supuesto que no respondió.
El ronroneo suave qué desde hace rato estaba allí aumento tan pronto comenzó a meterse con esas orejas. Si no tenía cuidado, Tsuna-sama despertaría y pediría más mimos. Le gustaba, a todos les gustaba. Raro la persona que no le gustaba que le acariciaran las orejas.
Ninguno de los otros iba a creerlo, pero francamente tenía sentido, mucho sentido.
- Tonto. - Murmuró para sí, negando con la cabeza.
-x-x-x-
- ¿Y se supone que Tsunayoshi…? - Terminó la pregunta con un gesto de mano.
- Dime si no tiene sentido. - Desearía poder decir que no, pero ese no era el caso. - Siempre ha estado allí para todos nosotros, y las únicas quejas son no haber podido hacer más. - Si, lo sabía, no hacía falta gruñir Hayato.
- Lo tiene, pero no creo que él mismo lo sepa. - Todo estaba allí, pero Tsunayoshi probablemente nunca…
Dejó caer el libro. Menos mal que no tenía otra cosa en mano.
- ¿Mukuro-sama?
- Esto viene desde hace mucho. - Mucho tiempo atrás. - Tsunayoshi nunca tuvo miedo de verse víctima de nuestras naturalezas. - ¿Cuántas veces no lo habían marcado con olor o con una mordida aquí y allá?, ¿cuántas veces no se habían apoderado de sus cosas o su espacio?
Para un beta no importaba, eran inertes.
Para un omega significaría rivalidad, o cargos a cuidar.
¿Un alfa?
- No se si sentirme ofendido o halagado de que nos vea como sus cargos a cuidar. - Para no decirlo de otra forma.
Un alfa vería todo eso como una muestra de confianza ineludible, apuntando a familia íntimamente cercana. Búsqueda de su protección, su atención…
- De todos aquí pensé que serían tú y él, a pesar de ser un beta. - Porqué de todos allí Hayato era el que más hacía la vista gorda a que Tsunayoshi era un beta.
- Somos miembros de la misma manada, Mukuro. - Siempre habían sido ellos cuidando de Tsunayoshi en ese aspecto por ser un beta. - Por más extraño que fuera tener un beta de líder, ese beta siempre estuvo pendiente.
¿Y eso no era el factor clave en todo esto?
Un beta no debió de haber tenido tanta atención en ellos, ahora que lo pensaba, se le pidiera o no.
-x-x-x-
El ronroneo inconfundible y olor de chocolate caliente y galletas recién hechas decían todo, todo.
Y solo por conseguirlos aquí, juntos, en su habitación.
- Puedes aguantar un minuto, ¿o no quieres postre? - De una había fijado una acción y esa era anidar.
No habían dicho nada y ya había asumido que iban a quedarse. No habían dicho nada.
Pasaría la noche marcando, y tratando de no morder a nadie. Si terminaba un nido improvisado a esas horas.
-x-x-x-
"... anidaran por sus cargos, sean crías o una relación intimamente cercana, en una muestra de afecto y una promesa no dicha de protección." - El libro fue cerrado y lanzado a un lado. - ¿Y Reborn dijo que ambos casos son ciertos? - Un asentimiento por dos personas. - Genial, nos ve como crías y la mayoría somos mayores que él. - No solo crías, pero eso entraba.
- Mi pregunta es porque nadie nos informó de esta conducta antes. - Eso era otro punto. - Siempre creí que anidar era exclusivo de los omega, sin ofender.
- Nosotros también. - Todo el qué conocía, aportaba.
- Porque hoy en día es raro, siempre hay un omega. En el pasado, o en situaciones muy extremas, es que se da. - Aclaro cierro asesino aún divirtiéndose de todos ellos. - Nana anida y todo, ¿pero alguna vez vieron a su jefe anidar con ella?, es su cría.
Uhhhh… ahora que lo decía…
- Sus instintos vieron sus intentos como crías pidiendo su atención. No al contrario. - Aclaro el asesino con suma diversión. Esto los iba a perseguir por largo rato, ¿no es así? - Ambos casos se cumplen, tengan eso en cuenta.
Bueno…
- Creo que obtuvimos el mejor resultado, incluso si Tsuna no se halla consigo mismo ahora. - No ayudaba que era un felino, eso no ayudaba a nadie a caer en sus buenas gracias.
- Aún así tiene muy buen autocontrol, mecha corta o no. - Cuando lo perdía iba directo al cuello.
Y hablando del alfa en cuestión…
- ¿Quién quiere irlo a despertar? - Era tarde, pero paso la noche preocupándose por cada pequeña cosita…
Quién no supiera mejor juraría que era un omega.
