Disclaimer: Mai Hime y todos sus personajes pertenecen a Sunrise

Nuevamente yo con otra historia. Espero que les guste. Ustedes juzgarán

Aquí vamos…

Juegos

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Capítulo 1

Toda mi vida siempre había sido muy tranquila hasta que la conocí.

Ahora estoy metida en un enredo que no puedo explicar.

Así fue como inició todo...

Vamos Shizuru de verdad yo necesito tu ayuda — Me miró implorante un moreno de ojos grisáceos y sonrisa encantadora. Pero hará falta más que una sonrisa para convencerme de sacrificar mis pacíficas vacaciones.

Reito, tú sabes que no se me da el trabajo pesado — Además cuando regresemos a clases me van a rodear un montón de responsabilidades y quiero descansar mientras pueda.

Desde que entré al instituto he formado parte del consejo estudiantil, en primero como delegada de la clase y en segundo como ayudante de la anterior Kaichou* (Presidenta del consejo estudiantil).

Antes de terminar el segundo grado está nos postuló tanto a mí como a Suzushiro Haruka para asumir la presidencia del consejo estudiantil y por una considerable cantidad de votos me quedé con el puesto.

Pero no vas a hacer nada de trabajo pesado, solo supervisar al equipo — Reito se veía agotado. Él también había conseguido el puesto de Vicepresidente cosa que me alegró por completo ya que siempre hemos sido muy unidos, pero por un favor especial con la directora es que terminó haciendo este trabajo

Pero tampoco conozco al equipo de trabajo — Intentaba vanamente, escapar de esta situación.

Conoces a mi hermana Mikoto, oye el equipo es muy bueno te integraras enseguida. Eres la Kaichou y además somos puros estudiantes — Pero son vacaciones.

Pero pretendes que llegue como jefa a decirles lo que tienen que hacer, cuando llevan ya una semana haciendo esto, no es buena idea

Solo llevamos una semana, nos faltan dos más y de verdad no puedo partirme en dos… además eres una líder natural… anda.

Está bien, pero no prometo acompañarte hasta el final — Pues que remedio, siempre consigue lo que quiere.

Con que me ayudes una semana me doy por bien servido — Puso una sonrisa de cachorrito de exhibición que me dio ternura.

Bueno aquí vamos…

Así fue como Reito me convenció para realizar un trabajo comunitario durante el periodo vacacional que consistía en restaurar y dar mantenimiento a ciertas zonas de Fuuka Gakuen.

Yo básicamente tenía que supervisar las labores que cada estudiante tenía asignadas y anotarlas en unas listas especiales que me proporcionaba el coordinador, es decir Reito. Además también debía asesorarlos y vigilar que no se lastimaran. El trabajo era muy ligero y agradable, lo único que no me gustaba era el uniforme naranja que todos teníamos que usar, como un típico overol de empleado de gasolinera y que además me quedaba bastante ajustado.

A pesar de que era mi primer día estaba muy animada porque tal y como Reito me había dicho me integré enseguida al grupo. No fue tan difícil puesto que al ser la Kaichou todos los chicos parecían ovejitas perseguidas por perro ovejero.

A petición de Reito, Mikoto chan me presentó a varias de sus amigas. Tokiha Mai, una pelirroja bromista y amable de ojos azules y Kuga Natsuki, la cual debo admitir que capturo de inmediato mi atención, fue a la primera que miré en cuanto llegué al grupo, resaltaba por su belleza y no podía dejar de verla pero cuando ella me miró con esos ojazos verdes me hice la desentendida hasta que nos presentó Mikoto formalmente.

Al principio Kuga Natsuki me había parecido muy misteriosa e interesante ya que daba la impresión de ser muy seria y apartada del grupo, y resultó que no era así para nada Natsuki era una chica muy sociable y divertida.

Al final fue ella la que me presentó a los demás chicos. La que me acompañó toda la tarde y la que me sacó conversación sin dificultad alguna durante toda la jornada, cosa que hasta donde yo recordaba nadie más había podido lograr desde que tengo memoria, a los pocos minutos las platicas siempre terminaban tornándose aburridísimas y me terminaba alejando.

Debo admitir que es bastante difícil para mí congeniar con alguien más que no sea Reito o mi mejor amiga Haruka a los cuales conozco desde el preescolar, así que Kuga Natsuki era sin dudas la excepción de la regla.

Natsuki era la que hacia los trabajos que nadie más quería hacer como llevar y traer todo el material, subir a las copas de los árboles para amarrar la publicidad, en fin la peliazul no ponía peros.

Y al terminar la tarde se ofreció a llevarme a casa al ver que Reito estaba muy ocupado, este solo hizo una mueca de preocupación que me desconcertó un poco, pero dado que Natsuki tenía un poco de prisa nos fuimos sin que pudiera hablar con él.

Antes de irnos Natsuki se cambió de ropa a un traje sacado de una competencia de motocross bastante ajustado y me guió hacia el estacionamiento. Par mi sorpresa Natsuki tenía una enorme motocicleta de carreras color azul marino.

¡No me subiré en eso! — Le dije decidida pero ella se subió y encendió la moto, no negare que ese sonido, ese feroz rugido sonaba emocionante, más cuando ella me extendió la mano y puso una radiante sonrisa

Sube — No parecía una orden pero tampoco era una petición.

Con un poco de miedo me subí. Ella coloco mis manos sobre el taque de la gasolina rodeando su cintura, no era para nada un abraso, ni siquiera toqué su cuerpo ya que de solo pensarlo me moría de vergüenza.

El viaje fue muy agradable sentía el viento sobre mi rostro y un cosquilleo en mi estomago pero después de un rato en movimiento comenzaban a dolerme las manos por hacer fuerza para detenerme.

Abruptamente comenzó a llover y Natsuki se detuvo para preguntarme si tenía hambre porque conocía un lugar donde la comida era deliciosa, y bueno después de semejante jornada y el clima acepté gustosa la invitación.

Llegamos a una elegante cafetería. Natsuki estacionó la motocicleta y tomó mi mano. Entramos corriendo para refugiarnos de la lluvia que comenzaba a caer con fuerza.

Por alguna razón no podíamos dejar de reír y yo no sabía cómo explicar mis emociones, no podía dejar de mirar nuestras manos entrelazadas, era un sentimiento muy agradable, pero sobretodo nuevo para mí.

Por sugerencia de Natsuki me quité el suéter que se había mojado bastante y a regañadientes acepté a ponerme su chamarra de piel, bastante apenada por dejar a la peliazul en camiseta.

Adentro el lugar era bastante cómodo pero solo había parejitas, a Natsuki no pareció incomodarle, estaba muy atenta al menú y muy ocupada pidiendo mayonesa extra para su ramen. Yo por mi parte solo pedí una ensalada y una taza de té.

Cuando nos sentamos en la mesa me sentí más extraña todavía por que habíamos quedado muy juntas casi hombro con hombro, pero todos estaban igual. Las mesas eran muy pequeñas ideales para estar junto a la pareja.

Yo me sentía nerviosa, jamás había estado tan cerca de alguien y además mi acompañante estaba muy ligera de ropa y llamaba la atención. De pronto sentí todas las miradas sobre nosotras, como si esperaran que hiciéramos algo inapropiado. Y hasta podría considerarlo, la verdad es que ella es bastante atractiva.

¿Estás bien?

Si, pero creo que debes ponerte tu chamarra — Le dije al mirar nuevamente lo corta que le quedaba esa camiseta, me estaba costando trabajo disimular mi nerviosismo.

Déjatela, no me perdonaría que te enfermaras por mis descuidos

Pero… — Sin proponérmelo me quedé un minuto mirándola y no precisamente a los ojos

¿Te incomoda verme así?

¿Eh? — Le dije avergonzada — ¡No! ¡No! — Desvié la mirada de esa fina lencería que se marcaba entre su blusa.

A lo mejor era el lugar, la plática, la música y la cercanía, pero mi temperatura estaba subiendo con su profunda mirada. El ambiente era tal que incentivaba a que pasaran otro tipo de cosas. De hecho casi estuvimos a punto de darnos un beso, pero en esos momentos llegó la mesera con nuestros alimentos pero ambas nos quedamos perplejas, le habían puesto a mi plato de ensalada una inmensa capa de mayonesa en vez de al ramen.

Justo estaba por reclamar cuando Natsuki comenzó a reírse y terminó contagiándonos. Aclarada la situación la mesera regresó a los pocos minutos con nuestros pedidos, pero de mientras nosotras ya habíamos continuado con nuestra charla.

Para cuando terminamos de comer la lluvia ya había cesado completamente y Natsuki pagó la cuenta, la mesera me entregó mi suéter ya seco e hizo alusión a que nosotras hacíamos una muy bonita pareja. Ignoro de qué color quedo mi rostro en esos momentos, solo sé que por alguna razón me sentí muy avergonzada y más cuando Natsuki soltó una risita al ver mi expresión.

Salimos al exterior y nuevamente subimos a la moto, en un abrir y cerrar de ojos ya habíamos llegado a mí casa. Me bajé del vehículo con las piernas temblorosas y el cuerpo ligeramente entumecido.

Bueno, hasta mañana… amm ¿Quieres que pase por ti? — Demasiada adrenalina por el momento

No gracias, me iré con Reito

Está bien — Se puso el casco de nuevo y se marcho a toda velocidad. Solo me quede viendo como se perdía en la distancia su motocicleta.

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¿Cómo te terminó de ir ayer? — Por alguna razón Reito parecía preocupado

Si lo dices por la moto, no hubo ningún problema — Reito puso una sonrisa tan elaborada que me dio la impresión de que era falsa. Tengo un mal presentimiento…

No hablamos más después de eso hasta que llegamos al instituto. Reito me estaba dando un par de instrucciones cuando Natsuki pasó junto a nosotros.

Estaba desconcertada, Natsuki parecía otra persona. Como decirlo, tal vez es por su cabello, ayer lo traía recogido en una coleta alta y ahora que lo trae suelto se ve muy diferente, además con maquillaje se veía más atractiva, un poco de sombra gris, delineador y rímel hacen cosas increíbles sobre esos preciosos ojos esmeraldas.

Me saludo normal pero la forma en cómo me miraba hacia que se me erizara la piel. No se acercó a mí en toda la mañana hasta que Reito fue a los servicios y quedé completamente sola.

Oe Fujino san — Por un momento me quedé ensimismada con esos brillantes y profundos destellos verdes.

Cuando se acercó a mí y pude contemplarla más de cerca, no pude evitar recordar cómo la mesera nos había dicho que hacíamos una linda pareja el día de ayer.

Ara, Kuga han

¿Me puedes ayudar un momento? — Me pidió cortésmente al tiempo que señalaba un cartelón. Afirmé con la cabeza y la seguí. Trepó a un árbol con una facilidad que me dejo asombrada y lo desamarró — Lo bajaré despacio — Me gritó desde arriba — ¡Agárralo por favor!

Natsuki bajó muy sonriente y después me dijo en un tono extraño

¡Estas muy guapa el día de hoy! — Ante esto no pude más que soltar una carcajada, estoy exactamente igual que ayer pensé

Ookini — Quise devolverle el cumplido ya que ella en verdad se veía muy hermosa

¡Shizuru! — Me llamó Reito con urgencia y me dirigí hacia él.

A decir verdad pensé que me hablaría de algo importante pero solo me estaba haciendo la plática mientras todos los demás trabajaban

Sempai, ¿Me puede ayudar a llevar estas sillas? — Reito se fue con desgana para ayudarle a Tate kun y aproveché para dar una vuelta y revisar cómo iba quedando el jardín. Cuando menos lo esperé Natsuki cayó del cielo y solté un grito, pero ella solo se rió

¡Un día te vas a lastimar al caer así! — Le reclamé a la peliazul que solo se lanzó el cabello hacia atrás con un movimiento sin detener su risa.

Necesito tu ayuda… ¿Puedes detener la bolsa para que pueda echar las hojas secas?

Estuve ayudándole un buen rato, mientras platicábamos. A decir verdad me gustaba platicar con ella, la conversación era fluida y divertida, decía cosas graciosas que me hacían reír como nunca, lo cual es extraño en mí. Y para variar era divertido porque yo diría que estaba coqueteándome de un modo muy peculiar. Un juego de miradas y espontaneas sonrisas traviesas.

Pronto terminamos y llevamos las bolsas a los contenedores y de regreso Natsuki se detuvo para recoger unas bolsas de la bodega. Tuve que ayudarla a bajarlas para evitar que se cayeran las otras cosas.

Abruptamente la puerta se cerró y me empujó hacia ella, Natsuki me atrapó en sus brazos.

¿Estás bien? — Me preguntó y me quedé sin palabras, estaba a solo medio centímetro de sus labios.

No supe exactamente como paso, pero ella probó mis labios con un suave contacto que me hizo quedarme pasmada y enseguida su mirada cambio.

¿Ku…Kuga han? — No era la primera vez que me miraba así, mientras platicábamos en la cafetería juraría que me lanzo varias miradas comprometedoras, pero esta vez sus intenciones eran muy claras.

Natsuki acercó su cuerpo aprisionándome y me robó un beso, pero ¡Que beso! Comenzó suave, muy dulce y enseguida subió de tono. No supe en realidad como fue que terminé respondiéndolo, pero rompió todas mis barreras y no me soltó hasta después de haberse dado un buen agasajo, hasta se dio el lujo de explorar mi boca con su lengua de una manera fogosa y descontrolada. Ese mágico, sagaz y extraordinario instante no duro menos de cinco minutos. Juro que con ese beso hasta pude ver lucecitas arremolinándose en un espacio negro

¿Qué…? — Pude decir cuando me soltó, me sentía desorientada. Deslice mis manos por su espalda con torpeza deteniéndolas en sus brazos. Jamás nadie me había besado de esa manera.

¡Shh! — Dijo al instante posando su dedo índice sobre mis labios, dejandome completamente atónita, bueno más atónita de lo que ya estaba. Esto es algo que jamás me hubiera esperado.

Natsuki se separó de mí con lentitud deslizando sus manos por mi cintura, recogió las bolsas del piso y tras salir de la bodega comenzó a caminar

¡Oye! — Le grité.

Quería una explicación por su comportamiento o por lo menos otro beso igual…

Natsuki solo me lanzó una mirada profunda y compuso media sonrisa, antes de seguir caminando. Por alguna razón se veía muy divertida.

Natsuki se reunió con los otros chicos. Yo fui a los servicios. Necesitaba un momento para evaluar mi situación.

En cuanto estuve a solas me miré al espejo y llevé mis manos a la boca, aún sentía la presencia de sus labios, la humedad de su lengua, el calor de su cuerpo y aunque desconocía sus intenciones, definitivamente quería más.

Después de un tiempo prudencial salí para regresar a mi labor, cosa que me fue bastante difícil porque que Natsuki me desnudaba con su mirada, esta chica… ¡No es nada discreta!

Finalmente terminó el día y todos recogían sus pertenencias, caminé hacia la sala del consejo estudiantil para encontrarme con Reito. La puerta estaba ligeramente entreabierta, tomé el picaporte pero justo cuando iba a entrar escuché una voz conocida y me detuve.

¿Para qué me llamas Reito? — ¿Natsuki?

Miré hacia ambos lados del pasillo que para mi buena suerte estaba desierto, así que aproveché para mirar por la orilla de la puerta y escuchar la conversación

Natsuki, ¿Podrías parar por favor? — Le dijo Reito muy molesto

¿A qué te refieres? — Preguntó la peliazul con una mano en el cuello y tono despreocupado

Tú sabes de lo que estoy hablando, más bien de quién te estoy hablando

Aahh ¿Fujino? — Le preguntó Natsuki con una sonrisa picara, y se me arremolinó el estomago

Es obvio que la estas seduciendo… — ¿Es obvio? Natsuki soltó una risita

¿Acaso te gusta? — Le preguntó a Reito y este se puso serio

No quiero que la lastimes — Natsuki tronó la boca, soltó un suspiro y miró hacia la ventana. ¿A qué se referirá Reito con lastimarme? — Hasta ahora no te he dicho nada, pero esto que haces no está bien… — ¿Esto? ¡Ara! No estoy entendiendo nada

¿No deberías meterte en tus asuntos? — Le dijo en tono seco, al tiempo que pasaba una mano sobre su hermoso cabello azulado.

Si hablamos de Shizuru es mi asunto… Además recuerda lo que paso con Nina — ¿Qué habrá pasado? — Ella todavía no te supera verdad — Natsuki soltó un gruñido

Ya lo hará, el amor es solo una ilusión — ¡Ara!… Esto no me está gustando

Te gusta enamorar a las personas y después las dejas ¿No? — No… ella no es así… — Por favor no juegues con Shizuru, ella es importante para mí… — No… ella no…

Ya, ya, ya, está bien relájate… estaba jugando, solo fue un beso — Con que solo un juego… — No volverá a pasar — Afirmó la ojiverde con desgana

Yo solo quería salir corriendo. A pesar de las buenas intenciones de Reito, ya era tarde.

Me alejé a prisa de ahí, corrí con todas mis fuerzas hasta que salí del instituto. Un taxi me llevó a casa.

Esa conversación me dejó helada.

No me costó trabajo evitar a mi madre y llegar a mi habitación, una vez a solas, en mi espacio me tumbé a la cama y no pude contener un par de lagrimas.

Esa chica, tan solo tengo un par de días de conocerla pero ya ha dejado huella en mi vida…


N/A: Bueno, es un comienzo. Pero puedo garantizar que esta historia será picante. ¡MUA HA HA!

¡Gracias por leer! Y espero ansiosa sus comentarios y opiniones.

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