Capítulo 21

Todo el día estuve pensando en el motivo de su llanto. ¿Se encontrará mejor? Realmente me sentía preocupada por ella. Quería verla y eso hizo que no estuviera muy concentrada en las clases.

Seguro Shizuru irá al consejo y se quedará ahí toda la tarde. Pensé que lo mejor era interceptarla antes de que llegara al consejo.

El tiempo me quedo perfecto para llegar al aula donde estaba en su club de Ikebana. Contaba los minutos para que terminara su actividad, hasta que finalmente comenzaron a salir las chicas.

¡Shizuru!— Le hablé sonriente a la castaña que salió al último y para mi buena suerte, salió sola. Me acerqué y la abracé sin darle tiempo de nada.

Ara, Natsuki…— Me habló sorprendida.

Estábamos completamente solas. Y se sentía muy bien abrazarla de nuevo. Era tan cálida y olía delicioso, a flores. La pegué a mi cuerpo, sin intensión de soltarla. Cerré los ojos, disfrutando del momento, de su contacto, aunque ella no me abrazaba.

¿Qué haces aquí? — Me preguntó apartándome después de un momento. Pero, no me solté tan fácil. Entrelacé mis manos alrededor de su cintura.

Vine a verte ¿Cómo sigues?— Le pregunté acercándome. Mirando sus ojos y sus labios. Respirando profundo. Hoy se veía realmente hermosa. Traía un brillo labial que se me antojaba probar, pero estaba aguantando — ¿Te sientes mejor?

Estoy bien… —Me respondió con timidez.

¿De verdad? Le pregunté abrazándola de nuevo. Pero ella no me devolvía el abrazo. ¿Por qué estaba tan inmóvil? —¿Shizuru? — Le pregunté con un suave susurro en el oído y sentí como se estremeció levemente y a la vez me estremecí yo, porque pegó su mejilla a la mía haciéndome una pequeña caricia de apenas dos segundos y acto seguido me apartó lentamente, diciéndome nuevamente que "estaba bien".

Mis manos seguían entrelazadas firmemente en su cintura por lo que no se pudo soltar.

Trague saliva al mirarla nuevamente de frente, estando a tan pocos centímetros de su rostro. La castaña desvió su mirada de la mía, ladeando su rostro y tentándome con besar su mejilla y su cuello. Trague saliva, contenerme era muy difícil. Quería besarla.

Natsuki, ¿ya puedes soltarme? —Me preguntó ahora algo indiferente. Fue un cambio de humor muy repentino que me sacó de contraste.

Si, perdón… — La solté de inmediato.

La castaña cerró la puerta del aula con llave y comenzó a caminar evadiéndome.

¿Vas a algún lado? —Retomé persiguiéndola, cuál cazador con su presa.

Si, debo ir al consejo.

¿Y luego de eso que harás?

¿Por? —Me preguntó reservada.

Podríamos hacer algo juntas— Le sugerí.

¿Algo como qué? —Me preguntó desconfiada. Y apresuró el paso.

Cualquier cosa…— Lo que quería era pasar tiempo con ella, pero solo estaba alejándose de mí.

Natsuki, a decir verdad, estoy muy cansada. No estoy de humor para salidas. Quiero descansar.

Entiendo, podríamos descansar juntas, también estoy cansada— Le sugerí, puesto que no me rendiría tan fácilmente. Además, quizá el momento nos permita un lindo beso, pensé ilusionada.

Mmm… no, prefiero estar sola, gracias— Me dijo cortante y apresurando el paso.

Shizuru, no seas así. ¿Por qué tan esquiva conmigo? — Le pregunté intentando abrazarla, pero me evadió hábilmente.

No soy esquiva. Tú estás siendo demasiado invasiva —Me comentó incomoda.

¿Demasiado? —Le pregunté sintiéndome triste y confundida. Ayer nos dimos varios abrazos y fue lindo. No entendía el porqué de su rechazo ahora— ¿No te la pasaste bien ayer?

Si, pero no esperes que salgamos todos los días— Me comentó algo fría.

Me pegaba mucho que Shizuru fuera así de esquiva conmigo. ¿No entendía el porqué de su rechazo? ¿Porque ahora se veía desconfiada y ayer me había abrazado de esa forma tan tierna y dócil?

Me adelanté y me puse frente a ella. No quería más excusas. Quería y necesitaba respuestas.

¿Por qué no?— La tomé de los brazos y la miré a los ojos. Shizuru miro los míos y suspiró agobiada.

Natsuki…

Shizu, hagamos una cosa… Estas cansada ¿no?

Así es— Se soltó de mi agarre y apresuró el paso para bajar por las escaleras, así que me tocó perseguirla— Quiero llegar a mi cuarto y relajarme.

¡Déjame consentirte un rato! —Le pedí alcanzándola abajo y situándome enfrente de ella.

Para mi mala suerte la castaña divisó a Reito que estaba unos metros más allá y lo saludó con la mano. Recordé que iba al consejo y ahora ya no le podría seguir insistiendo. Shizuru es muy cortante cuando esta con él.

Ya tengo que irme… — Me dijo y resoplé — Adiós.

Las actitudes de Shizuru me confundían demasiado. Ayer todo había salido bien, la sentí cerca de mí, pero ahora. Parecía que quería salir corriendo. No entendía nada. Me sentía frustrada y tenía ganas de seguirla e insistir, pero sabía que eso provocaría un problema con la presidenta.

Tal vez mañana tenga más oportunidad, pensé derrotada. De todas formas, mi día iba a ser complicado. Tenía tarea pendiente, sin terminar.

Me la pasé toda la tarde en la biblioteca. Ahora eran las 7. Me debatí un momento, pero finalmente no me resistí y me asomé al consejo a mirar si la castaña seguía ahí. Quería interceptarla, pero no la encontré.

Lo más probable es que ya estuviera en su habitación y si quería ir a verla necesitaría una excusa convincente.

Tras meditarlo mucho se me ocurrió una idea. Fui a la habitación de Mai.

¿Qué pasó Natsuki?

Oye Mai, ¿Aun tienes esas hierbas de olor con florecitas con las que hiciste té?

Si, aún me quedan ¿por qué?

¡Oye!, ¡Véndeme un poco!

¿Qué estas tramando, Natsuki?— Me preguntó preocupada.

Quiero prepararle un té a Shizuru.

¿A la presidenta?

Si, necesito una excusa para pasar tiempo con ella.

¿De nuevo estas sobre ella?

¿Me vas a dar el té?— Le pregunté perdiendo la paciencia. Quería apoyo, no regaños maternales.

Ok, ok — Fue hasta la alacena y me sirvió un tanto en una bolsita— ¿qué piensas hacer?

Pues iré a preparárselo. Mañana te pago. ¡Gracias Mai!

Me apresuré a irme, ya había pasado media hora y me tardé 10 minutos más en llegar a su dormitorio. Me acomodé la ropa y el cabello y me preparé para tocar la puerta.

Me sentí nerviosa, pero insistí un poco hasta que la puerta se abrió.

Hola, Shizuru— Salude emocionada.

Ara…— Exclamó y se propuso a cerrarme la puerta en la cara.

¡Espera, no cierres! —Como pude detuve la puerta antes de que la cerrara.

¿Ahora qué, Natsuki? —Me preguntó agotada.

Me imagino que hoy fue un día ajetreado— Le comenté ahora que ya había abierto la puerta.

Me acerqué con nerviosismo al marco de la puerta, no quería que la cerrara de nuevo.

Si y voy a comenzar a hacer tarea, así que si me disculpas— Me hizo un ademán de que me fuera y tomó el picaporte.

Shizuru, espera…— Le dije deteniendo de nuevo la puerta.

Natsuki, hablemos otro día, por favor…— Me insistió.

Shizu, oye... Aunque sea escúchame— Le pedí.

La castaña miró su reloj de mano y suspiró.

¿Puedo prepárate un té?

¿Ara?— Noté que su semblante se suavizo con la palabra "té".

Mira, compré estas hierbas. Están muy ricos, lo probé y está muy, muy bueno en verdad…— La castaña me miró con desconfianza, aunque con cierto interés— podría gustarte, dame la oportunidad —Le dije tanteando. Sabía que el té le gustaba mucho — Anda, di que sí.

Muy bien, tú ganas— Me dijo derrotada, pero con una pequeña sonrisa en su cara. Se hizo a un lado para dejarme pasar.

Gracias— Le dije nerviosa y feliz a la vez— No quiero distraerte, yo lo hago y tú sigue con tu tarea.

Me abrí paso hacia la cocina. La tetera estaba a la mano.

¿Necesitas que te ayude con algo?— Me preguntó desde la sala.

No, yo me las arreglo— Tras decirle eso volvió a sentarse en el piso y muy cerca de la mesita de centro donde estaban sus libros y sus cuadernos. —Solo dime, ¿te gusta dulce?

No, lo prefiero natural.

¿Ni un poco de azúcar?

No, nada.

ok.

Me concentré para preparar el té. Mientras miraba a Shizuru de reojo.

La castaña prosiguió con su tarea y se veía concentrada. Sonreí victoriosa. Lo había logrado y ahora podría quedarme un poco con ella mientras tomábamos el té. Solo esperaba que me quedara bueno.

Tomé un par de tazas y lo serví. Lo llevé hasta donde estaba la castaña con sumo cuidado. Al verme llegar recorrió su torre de libros, para hacerle espacio a las tazas.

Me senté con timidez junto a ella y le ofrecí la taza. La castaña la tomó con cuidado y me sonrió levemente.

Ookini (gracias).

Espero que te guste.

Huele muy bien, ¿de qué es Natsuki?

La verdad no sé, pero está rico. Es relajante.

¿Ah, si? A ver…— Lo probó despacio y se tomó un momento para saborearlo. Por su expresión parecía que le había gustado. — Mmm.

¿Rico?

¡Está delicioso!

¿Verdad que sí?

Si, ¿Dónde lo compraste?

La verdad, se lo compré a Mai. La semana pasada preparó y se me hizo bueno. Puedo investigarte, si quieres.

Si, la verdad si está muy bueno.

¿Te sientes relajada?

Fufufu, si. Es relajante el aroma y sabe muy bueno.

Que bueno, sabía que te caería bien.

La castaña se relajó y fue más fácil hablar un rato. Me contó sobre sus actividades y la tarea que estaba realizando y yo la escuché atenta. Luego por acto reflejo se apretó la mano y la vi hacer una mueca.

¿Te duele?— Le pregunté, señalando su mano.

Si, hoy usé mucho la computadora.

¿Puedo?— Tomé su mano pero la retiró— Solo iba a darte un masaje.

Estoy bien, no te preocupes.

Oye, no pasa nada, eh. No voy lastimarte— Volví a insistir tomarle la mano, después del comentario la castaña se había suavizado un poco.

Tomé su mano con cuidado y le hice un pequeño masaje. Shizuru tenía unas manos delicadas, lindas. Se me antojo dejar un beso en su dorso, pero no lo creí apropiado para ese momento. Me conformé con que bajara un poco la guardia y me hubiera permitido sobarla y retomé la plática.

Le hice hincapié en que no debía esforzarse tanto. Me consta que lo da todo y que se esfuerza al máximo en las actividades que hace. Aunque eso puede llevarla al agotamiento extremo. Le recordé preocupada, la vez que se había desmayado y terminó en la enfermería.

¿Y todo esto es para mañana entonces? Si quieres puedo ayudarte con algo, aunque los resúmenes, no son mi fuerte.

Fufufu, no te preocupes. Tengo todo bajo control.

Vez, como no iba a doler— Le comenté acercándome un poco más, la castaña me miro y puso una leve sonrisa.

Si, eso veo — Me contestó suavemente y durante unos segundos nos miramos a los ojos. Me sentí como tonta al percibir su profunda mirada.

Luego la desvió y se fijó en el libro que tenía a un lado. Soltó mi mano para abrir el libro. Pero yo no quería perder su contacto, así que apenas pude volví a tomarla y me acerqué más.

¿Te sientes mejor?

Si, Ookini (gracias)— Me respondió pasando página.

Me acerqué despacio, quería abrazarla. Pero apenas puse mi mano en su hombro la castaña se alejó.

¿Qué haces? — Me dijo levantándose y llevándose las tazas a la cocina.

Solo quería darte un abrazo — Nuevamente había arruinado las cosas.

Bueno, Natsuki. No es que no me sienta a gusto, pero debo apurarme con mis cosas. ¿Te acompaño a la puerta?

Me levanté resignada y me encaminé a la puerta escoltada por la presidenta.

Disculpa, no quería incomodarte.

No, para nada. Solo que debo apurarme.

Bueno, espero termines pronto.

Eso también espero yo.

Me acerqué para despedirme y antes de que la castaña pudiera esquivarme la abrace unos segundos y recargue mis labios en su hombro.

Shizuru olía delicioso. La castaña no me apartó, pero la escuché suspirar y supe que era la señal para separarme de ella, lo hice lentamente y me encontré con sus ojos rubies.

¿Cuándo voy a poder besarte de nuevo?

Y sin poderme contener me dirigí a besar sus labios, pero la castaña giró el rostro y mis labios aterrizaron en su mejilla. Luego me apartó sacándome de su dormitorio y cerró la puerta, sin despedirse siquiera.

¡Rayos!

[—]

¡Uff, que día!

Me estiré un momento tras despedir a las ultimas chicas del club de Ikebana (arreglo floral). Ordené la utilería rápidamente y me propuse irme al consejo para terminar unos pendientes.

Pero al salir del salón me sorprendí demasiado pues fui interceptada por Natsuki, que me saludo de forma alegre y con un abrazo.

Ara, Natsuki…

Me quedé pasmada puesto que no me lo esperaba. Su abrazó estaba siendo agradable, aunque le sentía todo el cuerpo, estaba demasiado pegada a mí y al parecer no tenía intenciones de apartarse.

¿Qué haces aquí? —Debía mostrar indiferencia, a pesar de que me moría por responderle el abrazo y de paso darle un beso.

Finalmente reuní mi fuerza de voluntad y la aparté. Aunque ella se alejó no me pude zafar de su agarre, porque se sujetó a mi cintura. Traté de no entrar en pánico puesto que su mirada era intensa y me veía fijamente a los labios.

Vine a verte ¿Cómo sigues?— Indagó mientras intentaba controlar su respiración. Estaba agitada y sonrojada. Se veía hermosa y me estaba tentando peligrosamente. — ¿Te sientes mejor?— Me preguntó bastante interesada. Hasta parecía que realmente estaba preocupada por mí.

Estoy bien— Conteste con un hilo de voz. Realmente se me antojaba darle un lento y suave beso, pero me esforcé en disimular.

¿De verdad? —Volvió a preguntarme, pero esta vez con voz suave y de nuevo me jaló hacia ella para abrazarme.

Me sentía débil. Natsuki estaba siendo muy linda, demasiado. Su abrazo era tan tierno, tan cálido y sugerente a la vez que solo me deje llevar por unos segundos, controlando mi respiración que amenazaba con agitarse pues sentía mi corazón latiendo rápido y eso que no le estaba respondiendo el abrazo. Solo estaba ahí quieta. Sintiendo el cuerpo de Natsuki rodeándome, con unas intensiones más que amistosas.

¿Shizuru? — Me cuestionó con un susurro sobre mi oreja.

Verdaderamente me sentía muy sensible. Al sentir su respiración y su suave voz sobre mi oreja casi caigo en sus redes. Junté por un segundo mi mejilla a la suya. Natsuki estaba tan a mi alcance que si me lo proponía podía comérmela a besos.

No debo.

Estoy bien— Le contesté separándola, y esta vez puse mis manos en sus hombros para alejarla. Puesto que me tenía muy bien sujeta por la cintura, ni me pude soltar.

La ojiverde traía una mirada muy hormonal y estaba cerca de mi tentándome con sus deliciosos labios que jadeaban el aire discretamente, y sus mejillas estaban a reventar de exitación. Evadí su mirada en la que me había quedado perdida por unos instantes.

¿Qué más da no? Unos buenos besos y ambas estaríamos tranquilas. ¿Pero y mi corazón qué? ¿Y mí prestigio? No voy a caer.

Natsuki, ¿ya puedes soltarme? — Le pregunté muy seria.

Si, perdón…

Natsuki me soltó confundida. Seguramente esperaba que le respondiera.

Me giré para cerraba el aula con las llaves y tras eso comencé a caminar.

Debo alejarme de ti cuanto antes.

¿Vas a algún lado?— Me preguntó dándome alcance.

Si, debo ir al consejo — Traté de sonar fría.

¿Y luego de eso que harás?

¿Por? — Pregunté desconfiada, Natsuki se veía algo ansiosa.

Podríamos hacer algo juntas— Me comentó y noté algo de desesperación en su voz.

¿Algo como qué?

Cualquier cosa…— Me dijo con esa mirada, esa de que buscaría la oportunidad para besarme. Y para colmo de males, si me moría de ganas.

Natsuki, a decir verdad, estoy muy cansada. No estoy de humor para salidas, quiero descansar— No quiero tentaciones hoy. Me siento vulnerable.

Entiendo, podríamos descansar juntas, también estoy cansada— Descansar juntas, si como no.

No te queda hacerte la inocente, Kuga Natsuki.

Mmm… no, prefiero estar sola, gracias— Respondí cortando el contacto visual. Me costaba serle indiferente, pero lo mejor era no mirarla.

Shizuru, no seas así. ¿Por qué tan esquiva conmigo? — Y de pronto me paso el brazo por los hombros, con la intensión de abrasarme.

No soy esquiva. Tú estás siendo demasiado invasiva. — Me safé de su abrazo rápidamente.

¿Demasiado? — Si, mucho. Casi que me tienes donde quieres. — ¿No te la pasaste bien ayer?— Me preguntó con los ojos de cachorro.

Si, pero no esperes que salgamos todos los días— Le respondí ocultando la ternura que me dio.

¿Por qué no?— ¿Ara? ¿Acaso pretendes todos los días? ¿No piensas detenerte hasta obtener lo que quieres cierto?

La peliazul se puso frente a mi impidiéndome el paso y me sujetó los brazos.

Natsuki…— Suspiré cansada. En verdad me estaba costando mucho ser fuerte con semejante tentación enfrente de mí.

Shizu, hagamos una cosa. Estas cansada ¿no?

Así es, quiero llegar a mi cuarto y relajarme…— Me hice a un lado y comencé a bajar por las escaleras.

¡Déjame consentirte un rato! — Natsuki venía tras de mí y me estaba poniendo muy nerviosa.

Ya tengo que irme…— Le expliqué al llegar abajo.

Afortunadamente para mí, Reito estaba muy cerca y también iba para el consejo. Le saludé con el brazo y se detuvo a esperarme al ver que Natsuki estaba conmigo.

Natsuki por su parte resopló y metió sus manos en las bolsas de su pantalón, resignada.

Adiós — Le dije antes de irme e hizo un gesto con la cabeza en señal de despedida.

Caminé presurosa hacia él, con los nervios de que Natsuki me siguiera. Pero la peliazul se había dado la vuelta y caminaba hacia el lado opuesto.

¿Todo bien?— Me preguntó, Reito curioso.

Si, si…

¿Natsuki te está haciendo la cacería de nuevo? — No respondí, era evidente— Hay Shizuru…

Solo somos amigas— Contesté resignada.

¿Amigas? —Me preguntó incrédulo.

Si, amigas. Ayer salimos y como amigas. Todo estuvo bien. Pero hoy quería salir de nuevo y no tengo tiempo para estas cosas.

Mmm— Reito no me creía. Me conocía y conocía a Natsuki también — No quiere ser tu amiga. Natsuki está jugando a la conquista Shizuru.

Es probable, aunque se ha comportado. Y estoy estableciendo mis límites.

Reito suspiro y yo también.

Cambiemos de tema por favor, no quiero llegar al consejo conflictuada, ¿Si?— Le pedí amablemente y el afirmó con la cabeza y me pasó el brazo sobre mis hombros.

Mi día siguió de forma normal, pero al llegar a mi habitación, me puse a pensar más que nunca en Natsuki y en su propuesta de descansar juntas. Me permití fantasear un momento al imaginar a Natsuki de nuevo de mi cama, pero luego comencé a sentirme triste y mejor lo dejé pasar y me preparé para estudiar.

Cuando por fin había logrado concentrarme, un golpe en la puerta me provocó un sobresalto.

¿Y ahora?

Los golpeteos continuaron insistentemente hasta que llegué a la puerta y la abrí nerviosa.

Hola, Shizuru— Me saludó Natsuki, con una enorme sonrisa.

Ara— Por instinto cerré la puerta, pero ella se interpuso.

¡Espera, no cierres!— Me insistió.

¿Ahora que Natsuki? — Suspiré

Me imagino que hoy fue un día ajetreado— Me comentó con timidez. Se veía linda y tierna y por eso debía alejarme de ella enseguida.

Si, y voy a comenzar a hacer tarea, así que si me disculpas.

¡Shizuru, espera!

Natsuki, hablemos otro día, por favor— Supliqué. No quería estar cerca de ella.

Shizu, oye. Aunque sea escúchame. — Suspiré, peleando con mis emociones.

¿Puedo prepararte un té? — Me preguntó desesperada.

¿Ara? — Un té.

Mira, compré estas hierbas— Me mostró un sobre con hierbas y pequeñas flores de buen aspecto— Están muy ricos, lo probé y está muy, muy bueno en verdad. — Se veía delicioso, adoro el té. — Podría gustarte. Dame una oportunidad. Anda, di que si…

Muy bien, tú ganas — Le dije derrotada.

Ganó mi parte masoquista. ¿Cómo negarme al ver todos los esfuerzos que hacía? Además, la idea del té no se me hizo mal realmente.

Gracias— Su rostro se iluminó. Sonreía feliz, mientras entraba.

¿Qué planeas ahora, Nat? ¿Enserio hacía todo esto solo para conseguir besarme? ¿Qué debo hacer para que se decepcione? ¿y realmente quiero que se decepcione?

No quiero distraerte, yo lo hago y tú sigue con tu tarea. — Y sin más se siguió a la cocina.

Necesitas que te ayude con algo— Le pregunté todavía confundida. Al verla ahí tan dispuesta a complacerme.

No, yo me las arreglo. Solo dime, ¿te gusta dulce?

No, lo prefiero natural.

¿Ni un poco de azúcar?

No, nada.

Recordé las palabras de Reito: "Natsuki está jugando a la cacería". Esto es cruel, pensé inevitablemente.

No debí permitir que entrara.

¿Que acabo de hacer? ¿Ahora cómo voy a zafarme de esto?

Natsuki vino con bandera blanca. No podía comportarme de forma grosera puesto que prácticamente no estaba haciendo nada malo. Al contrario, estaba siendo amable.

¿Qué probabilidad hay de que siquiera que seamos amigas?

No te engañes Shizuru, Natsuki está jugando a la cacería. Está esperando un momento de debilidad para poder satisfacerse contigo.

Cuando menos me di cuenta, Natsuki había regresado. Traía consigo dos tazas casi al borde. Acomode mis útiles para dejarle espacio. Mientras pensaba que hacer.

Lo mejor será beberme el té y decirle que debo seguir estudiando. No es bueno pasar tanto tiempo con ella.

Espero que te guste— Me miró preocupada, tras agradecerle.

El suave aroma de la taza que me ofrecía hizo que bajara la guardia.

Huele muy bien, ¿De qué es Natsuki?— Pregunté curiosa.

Me dio un poco de temor. ¿Será que le puso algo al té? No, sinceramente no la creo capaz.

La verdad no sé, pero está rico. Es relajante— La vi beber y me animé.

¿Ah, si? A ver— Lo probé con cuidado. Era como una mezcla flores con hierbabuena, pero no alcanzaba a distinguir muy bien que, solo que sabía delicioso y la temperatura era adecuada. Natsuki tenía buena mano para preparar té. — Mmm.

¿Rico?

¡Está delicioso!— No pude ocultar lo mucho que me había gustado.

¿Verdad que si?

Si, ¿dónde lo compraste?Volví a beberlo, estaba muy bueno en verdad. Natsuki tenía razón.

La verdad, se lo compré a Mai. La semana pasada preparó y se me hizo bueno. Puedo investigarte, si quieres.

Si, la verdad si está muy bueno. —Admití y la vi sonreírme.

Hablamos de lo delicioso del té por un momento, pero en verdad que ella estaba haciendo un esfuerzo por hacerme la plática.

¿Fue buena idea?

¿Qué?

Bueno, es que me dijiste que estabas cansada. Tienes muchas cosas encima, ¿no?

Bastantes

Vaya Shizuru, en verdad te admiro. Tu organización es muy buena. A mí a veces no me alcanza el tiempo — Me dijo admirada.

Es la costumbre, supongo.

¿Que te falta hacer por hoy?

Unas lecturas, y unos ejercicios de cálculo.

¿Son para mañana?

No, pero mañana tengo cosas que hacer en el consejo y debo terminar esto hoy, de lo contrario se me va a complicar.

Continuamos hablando, mientras bebíamos el té. Lo cierto es que Natsuki estaba siendo muy agradable. Pareciera, como si fuéramos amigas.

¿Te duele?— Me preguntó de pronto, señalando mi mano. Me la había apretado de forma automática, tenía molestia.

Si, hoy usé mucho la computadora— Admití.

¿Puedo? — Me preguntó tomando mi mano, pero la retiré enseguida. Me puse nerviosa, pero traté de ocultando lo mejor que pude.

Natsuki siempre hacía eso. Aprovechaba esos momentos en los que bajaba la guardia.

Estoy bien, no te preocupes.

Oye, no pasa nada, eh. — Me dijo un poco ofendida— No voy a lastimarte. — Me hizo sentir culpable, como si le hubiera hecho una grosería.

Y sin previo aviso me tomó la mano.

La forma en como lo hizo fue suave, amable y cuidadosa. Y el masaje que le siguió fue agradable.

Durante un momento me quedé mirando la forma en como lo hacía, tratando de no sonrojarme.

¿Te la pasas escribiendo en el consejo?

A veces…

¿No te ayuda Reito? —Me preguntó alzando las cejas, medio a broma medio enserio.

Fufufu, sí. Todos trabajamos. Pero el equipo de cómputo está a mi cargo.

¿Crees que Reito la va a descomponer? —Me preguntó curiosa.

Fufufu, no claro que no— y ahí estaba de nuevo yo sonrojándome con su mirada.

Deberías de dejarte ayudar un poco. No todo debes hacerlo tú. No te están pagando ¿sabes? — Ahora parecía una mamá regañona. Aunque se veía adorable frunciendo el entrecejo. Hasta parecía que verdaderamente estaba preocupada por mí.

¿Quién dice que hago esto por dinero? Todos tenemos una función en esta escuela. ¿No es así como funciona el sistema? — Respondí, tratando de sonar natural. Pero ese masaje que me estaba dando ya comenzaba a ponerme nerviosa de lo bien que se sentían sus caricias.

Solo no estoy de acuerdo en que el sistema abuse de ti— Sus manos… son tan… suaves…— ¿Recuerdas la vez que te pusiste mal por tanto trabajo? Porque yo si lo recuerdo. Cuando te desmayaste y terminaste en la enfermería.

Lo recordaba perfectamente. Te portaste muy linda ese día. Como olvidar que me estuviste cuidando y te lastimaste por mi bien.

Nadie abusa de mí, Natsuki.

Debes cuidarte más, Shizuru. Aunque yo puedo cuidarte, como ahora… ves. Eres una linda cuidadora, que hace un delicioso té y unos ricos masajes.

Me estaba sintiendo demasiado a gusto. Realmente Natsuki me estaba consintiendo.

¿Y todo esto es para mañana entonces? Si quieres puedo ayudarte con algo, aunque los resúmenes no son mi fuerte— Me reí sincera. En otras circunstancias claro que me habría encantado quedarme a hacer la tarea contigo.

No te preocupes, tengo todo bajo control— Excepto a ti, eres como una fuerza que pone mi mundo de cabeza.

Vez como no iba a doler— Me dijo sonriendo, mostrándome sus perfectos dientes y sus apetitosos labios.

¿Cuán encantadora puedes ser, Natsuki?

Si, eso veo— Le dije desviando la mirada. Para concentrarme en sus libros. Verla demasiado me ponía vulnerable

¿Te sientes mejor?

Lo cierto es que, ya me sentía mejor de la mano y más relajada por el té.

Si, Ookini (gracias)— Volví a mirarla y ella me miró con atención. Vi sus mejillas coloreándose.

Abruptamente se acercó más y sin soltarme la mano, puso la otra sobre mi hombro.

¿Qué haces?— Le pregunté abrumada. Su actitud de cacería había aparecido de pronto, así como mi instinto de salvaguardarme.

Ya no había rastro de esa Natsuki, amistosa. Ahora eran muy claras sus intenciones.

Corté el contacto físico rápidamente y usando como excusa el recoger las tazas, me fui hacia la cocina.

Todavía quedaba té. Natsuki tenía su taza a la mitad. Pero ya no me apetecía tenerla de visita. No con ese comportamiento.

Iba ganando terreno, pero ahora comenzaría a insinuárseme y ya me sentía vulnerable a sus encantos. Debía establecer mis límites. No podía permitir que pasara nada más y si se quedaba pasaría.

Tranquila, solo iba a darte un abrazo.

Bueno, Natsuki. No es que no me sienta a gusto, pero debo apurarme con mis cosas. ¿Te acompaño a la puerta?

Natsuki no se resistió. Se levantó y caminó hasta la puerta junto conmigo.

Disculpa, no quería incomodarte— Me dijo arrepentida.

No, para nada. Solo que debo apurarme.

Bueno, espero termines pronto— Me miró con ojos de cachorro.

Eso también espero yo.

Cuando menos me di cuenta, ya era presa su abrazo. Un cálido abrazo al que no respondí. Pero se sentía maravilloso. Su respiración sobre mi cuello me hizo perder la paciencia, quería empujarla y a la vez, hundirme en su cuello, llevarla de nuevo a dentro.

Se separó lentamente y me miró con sus hermosos ojos esmeralda. Luego miro mis labios haciéndome recordar su adictivo sabor. Pero me gire a tiempo y solo me beso la mejilla. Que me quedo ardiendo.

La separé rápidamente y cerré la puerta al instante. Me recargué sobre el muro y llevé mi mano hacia mi pecho del cual quería escapar mi corazón.

¿Por qué haces esto Natsuki?

No sé de donde estoy sacando las fuerzas.

Debe ser mi orgullo.

Definitivamente, no voy a caer ante ti.

[—]

A nada estuve de besarla.

Aunque estaba decepcionada de no haberlo hecho, de algún modo me sentía animada. Estos dos días de alguna manera, había conseguido acercarme a ella. Por momentos, su mirada era profunda.

¿Será que tengo oportunidad? Después de todo, Shizuru había cedido. No me quitaba de la mente su abrazo y aunque la situación es tensa, cuando estoy con ella, me siento diferente.

Me gusta y no quiero rendirme todavía.

Hoy fue día de club de artes marciales. No hubo nada, más que un saludo formal. Shizuru se portó muy neutral conmigo. Estuvo dedicándole más tiempo a Mikoto y a Akane. Y cuando terminó la clase fue la primera en irse, no la pude seguir porque Midori me interceptó para mencionarme que habría una fiesta el día viernes y quería invitarme a que fuera con ella. Me sentí algo incomoda, lo cierto es que no me imaginaba yendo a ninguna fiesta más que con la presidenta.

Finalmente le mencioné que tenía cosas que hacer y que no iría. Aunque tal vez podría ir si Shizuru aceptara ir conmigo, aunque no sé si vaya a querer. Por lo menos tendría una excusa para ir a verla.

Más tarde fui a buscarla en el consejo, pero ya no había nadie. Derrotada me fui a mi habitación puesto que tenía tarea pendiente.

¿Cómo te fue anoche con la presidenta Natsuki?— Me preguntó Mai sobresaltándome

Oye, avisa antes de abrir la puerta de ese modo, casi me matas del susto— Le reclamé a la pelirroja, que entró sin más a mi departamento.

¿Y bien? — Retomó sentándose a mi lado.

Solo charlamos…

¿No hubo besos?

No, pero estuve cerca… —En los abrazos había ganado terreno por lo menos. Y me encantaban.

Que lastima, pero de todas formas vengo a cobrarte lo de mi té.

No pensaba huir del país Tokiha. ¿A ti como te fue? Se notó tu ausencia en el club…

Bien, en verdad necesitaba el dinero de las horas extras, vamos por algo de tomar. Con este calor, se me antoja que me invites una malteada— Me guiñó el ojo — Con eso saldas tu deuda del té.

Claro, pero ya terminaste la tarea ¿cierto?

Ya la había hecho, ¿que tu no?

Baka, ¿Me ves viendo la tele acaso? En eso estoy, pero vamos por tu malteada y regresamos rápido, debo terminar.

Okey, la pediremos para llevar.

Salí con Mai a la cafetería más cercana. Al entrar vi varios rostros conocidos, pero quise pasar desapercibida. Me concentré en el menú y en ordenar mi malteada para irme pronto con Mai.

¡Natsuki! — Escuché que me hablaban a mis espaldas. Me giré y justo en la mesa que estaba a unos dos metros de distancia me hablaron animadamente.

Karla y Raquel, no me dejes sola… — Le susurré a Mai al ver que ambas se levantaron para acercarse a saludar.

Hace algún tiempo me habría emocionado esta situación, un dos por uno. Las conocía a las dos y nos habríamos besado un muy buen rato en esta cafetería, pero ahora me sentía algo incomoda.

¡Ven a nuestra mesa!— Me dijo Raquel tomándome la mano y ya sabía que pretendía la pelirroja.

No quería quedarme, pero ¿cómo decirles sin ser grosera? Ambas me caían muy bien, solíamos divertirnos. Pero no se me antojaba. Aunque si hubiera sido Shizuru la que me hablara, ya estaría sentada en su mesa, pensé.

¡Que guapa te vez!— Me saludo Karla con un beso en la mejilla, uno bien tronado. Y me lazó una miradita comprometedora.

En busca de ayuda le di un codazo a Mai que estaba a lado de mí, puesto que mis manos ya estaban atrapadas. Una por cada chica y ahora Raquel estaba por darme un beso.

Lo siento chicas, pero Natsuki viene conmigo— Mai las separó educadamente— Me debe una malteada y además nos iremos rápido, tenemos tarea que hacer— Les dijo Mai muy seria.

Me encogí de hombros, dándole la razón a la pelirroja. Pero las chicas comenzaron a hacer pucheros. Y cuando menos ví, ambas me abrazaban como si yo fuera una roca y ellas una lapa.

¡Ey!— Les dije entre risas, evitando el beso. Puesto que Karla lo intentaba mientras me hacía cosquillas a propósito.— ¡Ya! — Supliqué — Mai… Ayuda… — Le dije nerviosa, puesto que no podía zafarme, ya que cada chica me había sujetado un brazo y así me empujaron hacia el silloncito de la mesa en la que estaban.

Raquel me sujetó por detrás y Karla se situó frente a mi rostro y a nada estuvo de besarme, pero Mai me salvó por un pelito.

Se acabó el show, chicas. Natsuki, ve a pagar la cuenta.

Ambas la abuchearon y yo me apresuré a ir al mostrador para pagar las bebidas. Las recibí y cuando me giré, casi las tiro del susto.

Shizuru estaba sentada en la mesa justo al lado del mostrador. Estaba con Reito, y una chica pecosa del consejo.

La castaña tenía una mirada bastante seria. Reito se veía indiferente y la pecosa intimidada.

Ho…la— Salude torpemente a Shizuru.

Buenas noches, Natsuki— Me respondió Reito, mientras Shizuru solo me saludo con un gesto de mano y luego se giró para mirar a la rubia frentudota que llegó a sentarse a la silla que estaba vacía.

Me quedé mirándola, se veía seria e indiferente. Aunque hermosa.

De pronto un codazo me hizo volver en sí.

¿Nos vamos Natsuki?— Me preguntó Mai.

Aja— Le dije mirándola y dándole su malteada— Toma.

Sali de la cafetería con Mai y esta me dio un zape.

Baka (idiota) ¿y así quieres conquistar a la presidenta?— Me susurró.

¿Eh?

Fujino san, lo vio todo.

¿Qué? ¿Cómo que lo vio todo?

Serás bruta amiga, debes parar con tus juegos.

¿De qué hablas Mai? —Le pregunté asustada.

¡Ahí estabas riéndote como boba con Belini chan!, ¡Dando el espectáculo!

¡Me estaba haciendo cosquillas, idiota! ¿No viste como me tenían sujetada?

Pues mucha resistencia no estabas poniendo.

Sabes que no puedo hacer nada cuando me hacen cosquillas.

Explícale eso a la presidenta.

¿Enserio estaba viéndome?

¿Que no la viste cuando llegamos?

¡No, Mai! Estaba viendo el menú cuando me hablaron Raquel y Karla.

Pues si, te estaba mirando. Discretamente, pero lo hacía. Al igual que media cafetería.

¡Tsk! ¿Qué crees que haya pensado?

Lo mismo que todo el mundo, que eres una fácilota— Me dijo burlona.

¿Qué? Tiene mucho que no me ando besuqueando con nadie, Mai— Le respondí ofendida— ¡Tsk!

A decir verdad. No creo que la presidenta busque esos planes, Nat.

Lo sé, pero ella me gusta mucho, Mai… Por ahora solo quiero pasar tiempo con ella y conocerla más —Confesé.

Y besarla a la primera oportunidad… —Me dijo curiosa

Si, eso también… —Confesé derrotada.

Tal vez en la fiesta del viernes tengas suerte con alguno de los juegos.

¡Eso es! ¡Eres una genio! ¡Debo convencerla de venir y tú harás unos juegos!

No sé si quiero ser tu complice en esto, Nat. Pero gracias por la malteada y que termines pronto tu tarea.

Vamos Mai, se supone que eres mi amiga… Mañana invitaré a Shizuru, ¿Crees que quiera venir?

Suerte con eso. —Me dijo pesimista antes de entrar a su cuarto y cerrar la puerta.

Si, suerte. Es lo que necesito…

[—]

Fue un día atareado y para variar me la pasé pensando en Natsuki. Tenía miedo de que siguiera insistiendo y de que me pidiera salir con ella.

¿Pasa algo, Shizuru?

¿Eh?— Respondí en automático a la pregunta de Reito— Nada.

Por favor, te conozco. Sé cuándo algo te pasa.

No es nada... —Pero siguió mirándome de ese modo— Es Natsuki, no tengo ganas de verla.

¿Te está molestando, Shizu? ¿Acaso te forzó a algo? —Ya sabía lo que estaba pensando — ¿Quieres que hable con ella?

No, no me molesta. Y no necesito que salgas a defenderme, pero gracias. A decir verdad, se ha portado muy linda. Es por eso que no quiero verla. Creo que me estoy ilusionando.

Shizuru...

No digas nada, ya se lo que piensas de ella. Solo temo que me esté esperando fuera del consejo… No quiero estar aquí.

Podríamos ir por un café y continuar la reunión allá ¿Qué te parece?— Me dijo amable. Sonreí y acepté. Fue una buena idea que me hizo sentir más tranquila.

Minutos después salíamos del consejo Reito, Haruka, Yukino y yo.

Miradas curiosas y susurros se hacían presentes cuando íbamos caminando. Atraer la atención es normal, tenemos algunos fans en la escuela. Pero en estos momentos me habría gustado pasar inadvertida. En verdad no quería ver a Natsuki.

Afortunadamente no nos la topamos y al llegar a la cafetería me sentí feliz.

¿Mejor?— Me preguntó Reito con una sonrisa.

Si, mucho mejor. — Suspiré y seguí a Reito a una mesa.

Haruka y Yukino pidieron café al igual que Reito. Pero yo pedí un té y más tarde me arrepentí. Tenía un aroma demasiado parecido al que me había preparado Natsuki. Y de nuevo ya estaba pensando en ella.

Solté un suspiro. De una u otra forma no me la podía sacar de la mente.

¿Que te pasa Bubuzuke?— Me gritó Haruka— Deja de andar susurrando.

Suspirando Haruka chan.

E...eso, debemos ponernos a trabajar en la organización de la exposición de los clubes artísticos, debemos poner todo el empeño...

Ara...— Bebi un sorbo y me preparé para el sermón de Haruka.

— ...para que esto salga perfecto...— Continuó.

Bueno, pero llevémoslo con calma, Haruka. Solo es una exposición— Le dijo Reito tras limpiarse la boca educadamente.

¿Tenemos la lista de los expositores?— Pregunté.

Si, aquí la tengo— Respondió hurgando en su bolsa para luego ofrecerme una lista.

Solo serán estos expositores, ¿o van a agregarse más?— Pregunté al ver tan pocos.

Todavía está abierta la convocatoria, pero a más tardar el viernes deben inscribirse los demás— Respondió Yukino.

¿No es muy corto el tiempo?— Observé.

¿Quieres alargar el plazo?— Inquirió Reito.

¿Una semana más podría ser?— Sugerí.

¿Qué tiene de malo el tiempo asignado? —Preguntó Haruka.

Uno de los requisitos es que registren su obra a exhibir en el momento del registro— Respondió Yuukino. — Y por eso tenemos tan pocos expositores, muchos siguen trabajando en su proyecto.

A ver, revisemos la convocatoria— Comenté.

Voy al sanitario— Dijo Haruka de pronto.

No tardes— Le dijo Reito, bromeando.

Apenas estábamos con la revisión cuando escuché unas voces decir "Natsuki".

Por instinto seguí con la mirada a las voces. Eran dos chicas conocidas. Bellini iba en mi grupo y su amiga Major Raquel en el otro salón de tercero. Caminaban de frente a nosotras, hacia el mostrador y ahí a un costado estaba Natsuki con Tokiha.

"Que suerte tengo". Pensé al chocar miradas con Reito, pero luego quise mirar discretamente.

La peliazul retrocedió chocando con el mostrador. Se notaba nerviosa.

¡Ven a nuestra mesa!— Le dijo la pelirroja tomándola de la mano.

¡Que guapa te vez! — Bellini le dio un beso descarado en la mejilla, muy tronado y meloso.

Comencé a sentirme incomoda y mi mirada se fue directo a la de Reito que me miraba preocupado.

Miré de reojo, aunque no quería. No quería ver como Natsuki comenzaba a besarse con ellas.

Lo siento chicas, pero Natsuki viene conmigo.— Les dijo Tokiha, entrometiéndose — Me debe una malteada y además nos iremos rápido.

¿Es enserio? —Cuestionó Bellini.

No... — Se quejó Raquel, haciendo un puchero.

Natsuki solo se encogió de hombros. Parecía algo incomoda. Pero de seguro era por que Tokiha la estaba limitando. Conociéndola, no desaprovecharía esa oportunidad.

Ambas la abrazaron de forma sugerente y yo comencé a sentir de todo. Celos, decepción, enojo y tristeza.

¡Ey! ¡Ya! — Les decía Natsuki, riendo mientras la manoseaban e intentaban besarla — Mai… Ayuda… — Le pidió a la pelirroja entre risas. Pero la jalaron y la acorralaron en la mesa de ellas.

Ya para ese punto me sentía incomoda. No quería mirar y al mismo tiempo no podía dejar de hacerlo.

Bellini iba a besarla y yo no podía despegar la mirada de la escena.

Se acabó el show, chicas — Tokiha la detuvo jalándola por la chamarra y separándola de la peliazul. —Natsuki, ve a pagar la cuenta. —Le ordenó y la peliazul salió rápidamente por un costado y fue directo al mostrador a pagar.

Mientras Tokiha les daba un coscorrón a esas lujuriosas chicas, que amenazaban con ir detrás de su amiga.

Cuando Natsuki tomó las bebidas, se percató de mi presencia y se puso pálida.

Ho...Hola— Me dijo asustada.

Le hice un gesto indiferente e intenté saludarla con la mano. Mi mandíbula estaba trabada.

Buenas noches, Natsuki— Le dijo Reito, haciéndose notar. Lo percibí algo serio, me dio la impresión de que quería regañarla.

La peliazul se quedó ahí un momento como si quisiera decirme algo más, pero yo no quería ni verla.

En eso Haruka regresaba a la mesa fue la excusa ideal para dejar de mirarla.

¿Nos vamos Natsuki?— Le preguntó la pelirroja, la cual nos hizo un saludo con la mano.

Aja... toma— Natsuki le dio su bebida y la pelirroja se la llevó de ahí, tomándola del brazo.

Suspiré. Me sentía terrible. Me fijé en la convocatoria para disimular.

Fue una pésima idea venir acá, pensé.

¿Y qué espacio va a gestionarse?— Retomó Reito dirigiéndome una mirada comprensiva.

El salón de la directora o acondicionar una sala de la biblioteca— Respondí agradecida de salir de esa sintonía.

Me gusta más el salón de la directora.

Nuestra reunión siguió de forma tranquila y al terminar Reito se ofreció a llevarme hasta mi dormitorio.

¿Qué piensas?— Me preguntó al quedarnos solos.

Solo, estoy molesta

¿Por qué?

La viste, ahí coqueteando… riendo feliz con esas chicas que estaban de ofrecidas… de no ser por Tokiha, capaz que se hubiera quedado a besarse… ¡con las dos!...

Muy típico de Natsuki— Me dijo echándole sal a la herida.

¡Lo sé! Y estoy celosa…

Shizuru, no deberías. Sinceramente, no sé qué le ves…

Tiene muchas cualidades…— Admití.

¿Cualidades? — Me cuestionó— ¿Cuáles?

Si, es muy hermosa, besa espectacular, es divertida y tierna y dulce y…

Y fácil…— Me interrumpió, con pesar en su voz.

Y fácil…— Repetí porque necesitaba aterrizar.

Lo siento— Me dijo arrepentido— Perdóname por hablarte así Shizuru, pero eres mi mejor amiga.

Tienes razón, es una causa perdida… Iré a dormir, Reito.

Descansa, Shizuru— Me dijo dándome un breve abrazo.

Tú igual.

Por cierto, escuché que habrá una fiesta este viernes.

¿Fiesta?— Le dije cansada. —Lo que menos quiero en este momento es una fiesta.

Solo lo digo para que no te tomen por sorpresa, por si Natsuki te invita— Me comentó preocupado— piénsalo bien, Shizuru…

Gracias— Le respondí y me encerré en mi departamento.

Todavía me sentía mareada de tantos sentimientos. Por un lado, claro que quería ir con Natsuki a una fiesta, dejarme llevar y que pase lo que tenga que pasar. Pero por el otro estaba aterrada. ¿Y si me engancho con ella más de lo que ya?

La noche fue terrible, solo soñé con Natsuki. En mi sueño estábamos en una fiesta, besándonos. Podía sentir el sabor de sus labios, su lengua, su cuerpo pegado al mío. Pero luego me dejaba por irse a bailar con Raquel y Belini. Yo la buscaba, pero ya no quería estar conmigo y la vi besándose primero con una y luego con la otra. Fue horrible. Fue tan real que ya no quise volver a dormirme.

Faltaba una hora para que sonara mi alarma, pero mejor me prepare para alistarme. Y esperaba no tener que encontrármela y tener un día tranquilo.

[]

¿Qué tienes Nat? Hoy has estado muy callada —Me preguntó Mai, al terminar las clases.

¿Crees que Shizuru esté molesta conmigo? —Le pregunté nerviosa.

No lo sé, Natsuki. Para empezar, no tendría porque, ya que no hay un compromiso entre ustedes. Y tampoco te ha insinuado nada de que le gustaría tener algo contigo.

Quiero verla. Aunque me evita ¿sabes?... ¿Por qué estaba en esa cafetería ayer? Se supone debía estar en el consejo. Yo fui al consejo y no estaba.

Tal vez, solo esté cansada de que la estes acosando.

Pero quiero estar con ella, Mai. No sé como conquistarla, no funcionan mis tácticas con ella, ¿sabes?

Bueno Nat, debes ser consciente de que no necesariamente le gustamos a todo el mundo.

Siento qué si le gusto, porque ha tenido momentos en donde se ha visto muy coqueta conmigo y su forma de besarme.

¿Lo dices por el casi beso que te dio, que ni siquiera fue en los labios? —Ese beso fue increíble y muero por uno bien dado.

Tsk… no me importa si debo perseguirla a todos lados… —Le respondí evasiva.

Eso es acoso, Natsuki. No seas tan pesada. — Me regañó — Una cosa son tus juegos, donde la otra persona quiere y están en común acuerdo y otra es acosarla y obligarla a que haga algo que no quiere, solo porque tú así lo quieres.

Tsk…

No seas idiota, en verdad. —Me dijo con severidad.

Bueno, bueno, ya… deja de regañarme. Ya me voy.

Espera. ¡Nat!

La fulminé con la mirada y me fui en otra dirección.

Me sentía molesta con lo que había dicho. Mucho, pero sobretodo, porque sabía que tenía razón.

Pensaba ir a buscar a Shizuru, pero después de lo que hablé con Mai me quedé reflexionando.

¿Será que si estoy siendo muy pesada?

Por un momento me rendí. Pensé en dejarla en paz el día de hoy. La palabra "Acoso" daba vueltas por mi cabeza.

La natación estuvo intensa y al terminar tenía mucha hambre. Pero además necesitaba azúcar. Se me antojaba un postre.

Y me quedé pensando. ¿Qué tipo de postre le gustará a Shizuru? Creo que no le gustan las cosas dulces. Por lo menos el té no le gusta dulce.

Sali a dar una vuelta, a mirar en el Lawson y me entretuve ahí bastante tiempo. Me quedé tentada a comprar unos pokis, pensando en comerlos con Shizuru, de una forma lenta y sensual, rematando con un beso excepcional. Pero espanté esa idea junto con la palabra "Acosadora" que llegó a mi mente con la voz de Mai, seguido del "Estas siendo muy invasiva" con la voz de Shizuru.

¡Ahh! ¡Basta! Ni siquiera los estoy comprando— Me quejé.

¿Puedo ayudarle? — Me ofreció ayuda con timidez un joven empleado, tras escuchar mi soliloquio

No, gracias. —Respondí avergonzada y me encaminé mejor a ver los pasteles.

Finalmente escogí un pastel con mucho chocolate, bañado en chocolate y con trozos de chocolate. Y satisfecha fui rumbo a la caja a pagar.

Pero entonces recordé algo y me fui al estante de galletas de nuevo. Y entonces vi algo que me llamó la atención. Eran unas galletas de vainilla espolvoreadas con matcha (té verde).

A mi mente vino el recuerdo de cuando conocí a Shizuru. Le ofrecí unas galletas de chocolate y entre la plática me contó que sus favoritas eran las de vainilla espolvoreadas con matcha. Pero que son difíciles de conseguir ya que no las venden normalmente. Recuerdo además que me contó algo de Kyoto y que su padre tenía la costumbre de regalarle esas galletas particularmente cuando iban allá.

Las tomé y me quedé mirándolas con la intensión de comprarlas.

"Acosadora" escuché de nuevo esa vocesilla de Mai.

¡Tsk! ya basta Mai. No estoy acosando, solo es un detalle ¿y qué más da? además, no siempre hay estas galletas. Son de Kyoto después de todo.

Tomé las únicas 3 galletas que habían y fui a pagar.

Al regresar al campus me fui directo a mi dormitorio.

Mientras saboreaba mi delicioso pastel, miraba las galletas de tanto en tanto. Pensando en si debía llevárselas de una vez, o mejor me esperaba a otro día.

Debía hacer unas traducciones de idioma, pero no lograba concentrarme todo por esas galletas.

Eran 7 de la noche y no pude aguantarme más. Tomé mi mochila y las guardé. Y me llevé mi libro también.

No me apetecía esperar fuera del consejo. Así que me fui directo a su dormitorio y me senté a fuera a esperarla.

Me puse mis audífonos para escuchar música e hice todo lo posible para concentrarme en mi tarea.

Después de un rato vi movimiento en el corredor. Shizuru caminaba hacia donde me encontraba. Me quité los audífonos y me quedé sentada en lo que llegaba. Me sentía nuevamente nerviosa.

¿Qué haces aquí? — Me preguntó la castaña cuando llegó. Se veía incomoda y nuevamente escuche a Mai en mi cabeza llamándome "Acosadora".

Hola— La salude feliz, ignorando mi reciente pensamiento.

Hola— La castaña se veía seria y tensa.

¿Cómo estás? —Le pregunté acercándome con toda la intención de darle un abrazo. Es que simplemente no puedo evitarlo.

Bien— Me respondió algo forzada.

¿Segura? Te veo algo molesta— Le pregunté tanteando.

No estoy de humor para visitas hoy, Nat.

¿Día pesado? —Pensé en sacar plática, pero la castaña perdió la paciencia.

¿Qué quieres Natsuki? —Me preguntó con brusquedad.

Era doloroso que Shizuru me hablara de ese modo.

Bueno, verás, es que habrá una fiesta el viernes —Me animé a decirle, pero ya me anticipaba a que la respuesta sería una negativa por la expresión que Shizuru estaba poniendo y quería ver si tú quieres venir conmigo.

Ara, era eso… Lo siento, ya quedé de ir con Reito. —Respondió indiferente.

Oh, iras con Reito… bueno — Me quedé pensando en como plantearle que lo dejara para ir conmigo

Pero estas a tiempo de invitar a alguien más, Nat. Seguro encuentras a alguien.

Oye, ¿Y si cancelas a Reito? —Le pregunté nerviosa.

¿Qué estás diciendo? —Me dijo molesta

O puedes estar un rato con él y otro conmigo…

Natsuki, si solo veniste a molestarme puedes irte. No estoy de humor. — Y se preparó para entrar en su dormitorio

Shizuru, espera… —Por lo visto no habrá nada más hoy, pensé derrotada.

Quería tomar el té con ella y darle sus galletas, platicar un rato. Tenía esperanza de que pasara algo más entre nosotras. Pero, Shizuru estaba de muy mal humor. No sé si era por mí, o si tuvo un mal día.

Me quedó claro que insistir no era buena idea, así que abrí mi mochila para entregarle las galletas. La castaña las recibió sorprendida.

No vine a molestarte. Es que, fui a la tienda y al verlas me acordé de ti. Porque me contaste que estas te gustaban cuando te conocí, ¿recuerdas? —Le conté y se las quedó mirando.

A pesar de su confusión puso una sonrisa al verlas.

Tiene mucho que no veo estas galletas— Me dijo con voz suave.

Casi no hay ¿verdad? Bueno, no son muchas, pero espero que las disfrutes… Eran todas las que tenían.

Vaya, Natsuki. No sé qué decir…— Ahora parecía arrepentida.

No te preocupes, es evidente que estás cansada. Disculpa, por no poder esperar hasta mañana para dártelas. Fui imprudente… — Y acosadora.

Guardé mi libro y me acerqué a Shizuru para despedirme. Dejé un suave beso en la mejilla.

Buenas noches, Shizuru…

Y me alejé conteniendo el aliento. Sin mi beso y sin conseguir que viniera conmigo a la fiesta.

[—]

Afortunadamente mi día paso tranquilo. No hubo rastro de Natsuki y eso me hizo sentir más tranquila.

Finalmente terminé todos mis pendientes. Y me fui hacia mi departamento, pero al final del corredor había una persona sentada en el piso, frente a mi puerta.

Me acerqué confundida. Era Natsuki, estaba leyendo un libro.

¿Qué haces aquí?— Le pregunté abrumada.

Hola— Me saludó feliz, al tiempo que cerraba su libro y se incorporaba.

Hola…

¿Cómo estás?— Me preguntó animada.

Bien— Le contesté secamente. No me hacía gracia que estuviera fuera de mi departamento.

¿Segura?... Te veo algo molesta.

No estoy de humor para visitas hoy, Nat— Le dije seria.

¿Día pesado? —Me preguntó con una sonrisa cómplice.

¿Qué quieres, Natsuki? — Le pregunté incomoda.

Bueno, verás, es que habrá una fiesta el viernes y quería ver si tú quieres venir conmigo.

Reito tenía razón, Natsuki va a continuar insistiendo. Lo bueno que ya me había advertido.

Ara, era eso… Lo siento, ya quedé de ir con Reito. — Le respondí para sacármela de encima. Por que si le decía que no iría, seguro me insistiría más para ir con ella.

Oh, iras con Reito… bueno…

Pero estas a tiempo de invitar a alguien más, Nat. Seguro encuentras a alguien. —Era doloroso decirle esas cosas, porque quería a Natsuki para mí. Pero ya sé cómo es y mejor evitar ilusionarme.

Oye, ¿Y si cancelas a Reito? —Me preguntó descolocándome. Eso no lo vi venir. Pensé que se resignaría y que consideraría invitar a alguien más, pero enserio está considerándome. ¿Tan enserio se está tomando la cacería?

¿Qué estás diciendo? — En el supuesto caso de que hubiera aceptado ir con Reito, se vería muy mal cancelarle, para luego ir con Natsuki.

Y peor aún por que aceptar ir a una fiesta con Natsuki, era seguirle el juego y prestarme a que algo más pasara.

O puedes estar un rato con él y otro conmigo…— Ese comentario me hizo sentir muy usada. ¿Cómo que un rato y un rato? Claro a ti solo te basta un rato para luego salir de las chicas.

Seguramente un rato conmigo te bastaría y al fin y al cabo hay más chicas en la fiesta para ir con ellas después.

Natsuki, si solo veniste a molestarme puedes irte. No estoy de humor. — La corté de tajo. No quería escucharla más.

Shizuru, espera…

El semblante de la peliazul cambió drásticamente. Su sonrisa pasó a tristeza. Se quitó la mochila y la abrió, para sacar 3 bolsitas que reconocí enseguida. Eran mis galletas favoritas. Galletas de vainilla espolvoreadas con Matcha. Y me las ofreció con una sonrisa tímida.

—… No vine a molestarte. Es que, fui a la tienda y al verlas me acordé de ti. Porque me contaste que estas te gustaban cuando te conocí, ¿recuerdas?

Sentí que me sonrojaba. Ni siquiera recordaba que le había hablado de eso. Ese día conversamos mucho. No podía creer que Natsuki recordara algo tan casual como las galletas que solía comprarme mi padre cuando era niña.

Tiene mucho que no veo estas galletas.

Casi no hay ¿verdad? Bueno, no son muchas, pero espero que las disfrutes. Eran todas las que tenían— Me dijo esto último alzándose de hombros, como restándole importancia a tan lindo detalle.

Vaya, Natsuki. No sé qué decir…— Le comenté avergonzada.

No te preocupes, es evidente que estás cansada. Disculpa, por no poder esperar hasta mañana para dártelas. Fui imprudente…— Me dijo avergonzada y con su semblante algo triste, haciéndome sentir terrible por la forma en la que le había hablado.

La peliazul guardó su libro en la mochila y luego sin que yo pudiera hacer nada, me dio un pequeño beso en la mejilla.

Buenas noches, Shizuru— Y se alejó sin mirar atrás. Pero yo si me quede mirándola hasta que se perdió al final del pasillo.

Entre a mi departamento con las galletas en la mano y hecha un mar de confusión.

¿Qué es esto? Me quedé pensativa y con mi mano en la mejilla justo donde sus labios se posaron suavemente.

¿Por qué está haciendo esto?


N/A: Hola, ¿Cómo están? Ya sé que me he tardado, pero he ido avanzando bastante, eh. Pienso actualizar todos mis fanfics, además de unas historias nuevas ShizNat en las que me ha sido inevitable estar trabajando. ¿Cómo ven la historia y este capítulo? ¿Les está gustando? Espero puedan dejarme reviews, me interesa mucho conocer su punto de vista de esta historia.