Shiho-Akemi, primero Dumbeldore XD Y ninguno se salvara :3

Fnix de Plata, no creo que estos dos hayan salido tan bien, pero lo intente . Espero que te hagan reír :)

Nada de Katekyo Hitman Reborn me pertenece, solo la historia y uno que otro agregado que aparece más adelante en la historia.


Magic's Games

Capítulo 5

- ¡¿En dónde está mi bebé?!, ¡mi bebé! – La gente se miraba entre ellos, nadie sabía cómo consolar a la mujer. – Oh mi pobre bebé…

-… Lucius, amigo, ¿hay algo en lo que pueda… ya sabes… ayudar? – Pregunto cuidadosamente uno de los funcionarios del Ministerio de Magia, sumamente incómodo.

Narcissa llorando a mares y sufriendo por su hijo perdido, quien no había sido encontrado 8 días y contando, y su esposo… su esposo metía tanto miedo e incomodidad como su esposa: parecía listo para cometer homicidio de la desesperación y rabia que tenía encima el pobre hombre. No ayudaban las muertes horripilantes de los aurores que fueron enviados ese día, ni de los testimonios de la gente… Todo simplemente apuntaba a lo pe-¡Click!

- Oh, una lechuza. – Que raro que viniera una lechuza a esa sala.

La lechuza, luciendo como si hubiera salido de un huracán y tal vez de alguna pesadilla, tiro la carta que traía hacia los señores Malfoy y salió volando tan rápido como había llegado. Sin saber que pensar, o decir, Lucius decidió tomar la carta… pero en verdad nunca llego a hacerlo: era un vociferador. Uno que básicamente estallo solo:

- "Estimados Malfoy, es un placer informales que para recuperar a su hijo deben depositar mil monedas de oro a la cuenta de-

Todos se miraron asustados, en especial cuando de la anda hubo forcejeos y dificultades técnicas…

- "Ehem, ehem, perdón por eso…" – Esta era una voz completamente a la anterior, aunque era muy joven en comparación. – "A Mukuro le pareció gracioso intentar hacer una carta de secuestro y esas cosas…"

Los esposos Malfoy se miraron, entre lágrimas e ira, totalmente tomados con la guardia baja. ¿Qué demonios ocurría-

- "Bueno, en fin, la idea de hacer esto era para que mi mascota dejara de molestar con comunicarse con sus padres. Realmente espero que valga la pena, me costó agarrar esa paloma y realmente quería comer paloma frita." – La voz se quejó muy notoriamente con lo último y luego hubo una corta pausa.

Bueno, ahora era enteramente comprensible el por qué la pobre lechuza parecía tan mal y como si estuviera en una pesadilla: había escapado de una por los pe-digo, plumas. Por otra parte… ¡¿quién demonios se refería a las lechuzas como palomas?!

- "Hey padre, madre, ¿cómo están?" – Sorpresa, sorpresa, nadie se esperaba oír la voz del niño desaparecido y mucho menos tan informal y feliz. – "Yo estoy de maravilla, un poco asustado, un poco incómodo, pero de resto genial tomando en cuenta las circunstancias. Debo disculparme por la demora, Tsuna-nii realmente no quería salir, o cazar una lechuza… en realidad, esta enviciado jugando un juego extraño, pero muy divertido, algo a cerca de un medio demonio, un ángel, y un demonio en el inframundo."

Si no fuera por el alivio que sentía de poder oír a su hijo, ambos padres estarían horrorizados ante la falta de formalidad, ante el tema innecesario, y ante lo poco o nada preocupado del chico. Estaba secuestrado y se oía de lo más tranquilo… ¡no tenía sentido alguno!

- "Por alguna razón Tsuna-nii tiende a llamarnos a todos sus mascotas, y es increíblemente sobre protector. Ayer un tipo extraño trato de atacarme con una especie de martillo de púas, y Tsuna-nii lo descuartizo en menos de 5 segundos." – La voz de su hijo continuo, sin notar la palidez de todos los que lo oían. – "No sabía que los vampiros fueran tan poderosos. Ah, y con todos es así, hay mucha gente aquí, un poco de todo… un samurái, un bombardero, un boxeador, un extraño y súper aterrador prefecto de escuela, un bebé demoniaco salido del infierno, unos ilusionistas, unos ladrones… hay más, pero en este momento no me acuerdo, todos son buenas personas, excepto quizás por Mr. Pedobear, él es inquietante y perturbador hasta que Tsuna-nii aparece."

Señor…

- "Ah, y Harry Potter también está aquí."

Un alfiler pudo haber caído en ese momento y se hubiera oído perfectamente.

- "Somos los únicos magos aquí, y debo decir que Harry es muy diferente a lo que esperaba. Es muy feliz aquí, creo que ya se adaptó a todas las locuras que pasan a diario en este lugar. Es algo bueno, porque yo voy a necesitar ayuda profesional gracias a la fobia que le he agarrado a todo lo que explote-¡Lo lamento Draco-chan!-y aun no digiero la mitad de lo que pasa en este lugar."

Silencio total.

- "Justo ayer fuimos a Australia, por ejemplo, ¡los canguros son geniales!, y pegan muy duro, también vi elefantes y rinocerontes… Debemos ir algún día para allá de vacaciones, y de preferencia no volar media ciudad por no encontrar un hotel decente según Hayato-kun para nuestra estadía. Si no fuera por eso aun estuviéramos allá, aunque no me quejo, tenemos un canguro en la casa llamado Kangaskan."

Simplemente… que… demonios…

- "Justo el otro día conocí a un alíen, un muy grande y malo. Aparentemente venía a revisar el lugar para llevarse a varias personas para un juego de cacería humana en su planeta… no es que llego muy lejos, fue apresado y llevado a la cárcel intergaláctica, lo cual fue misericordioso porque Tsuna-nii quería despellejarlo vivo por tratarse de llevar a Takeshi-kun mientras dormíamos. No sé si es una suerte que Tsuna-nii sea un vampiro, ya saben por lo de la parte nocturna y eso. Ah, Tsuna-nii no nos ha hecho ni un rasguño, se alimenta de todos los malos que asesina durante la noche. Si, lo sé, yo también estaba asustado y no me podía creer eso, pero la gente de toda esta ciudad e incluso tal vez el estado completo lo toman como una ocurrencia de lo más común. El crimen es casi nulo gracias a esto, es un sitio muy seguro para vivir."

-… Voy por un Bral… - El fiscal no podía mas, sentía que se iba a desmayar y el dolor de cabeza que tenia se había vuelto abismal.

- "Estoy tratando de convencer a Tsuna-nii de visitarlos o de al menos dejarme verlos antes de ir a Hogwards. Es un tanto difícil, según el ustedes no son de fiar debido a que se vendieron al Que-No-Debe-Ser-Nombrado, lo cual es ridículo, él no los conoce y no creo que hayan hecho algo así… ¿verdad?, si me equivoco, perdone por decir que deberían reconsiderar: Tsuna-nii está en total oposición con Quien-No-Debe-Ser-Nombrado y muy seguramente habrá algún encontronazo pronto. Si alguien medio nos pone un dedo encima, es casi seguro que saldrá muerto, y eso incluye a Harry. Temo por cualquier estúpido Death Eater que se le ocurra tratar de hacerle algo al niño que vivió porque no va a tener mucho tiempo de vida."

Silencio total.

- "Otra cosa que-Oh, lo siento, debo de irme ya o van a dejarme, ¡y quiero comer sushi!, es delicioso y luego de esto vamos a ir a la tienda de dulces de Tsuna-nii. Los amo, y espero verlos pronto, Draco. Post Data: Ya me compraron todos los útiles escolares, incluyendo la ropa, así que no se preocupen por eso." – Dicho esto, el vociferador se destruyó así mismo, dejando a perfectas estatuas de tiza blanca mirando sin ver hacia donde solía estar la carta hablante.

-… Iré a llamar al Ministro, con permiso… - Se escapó un Auror antes de que alguien pudiera detenerlo.

- Estamos condenados. – Murmuro otro llevándose las manos a la cabeza. – Menos mal que el Señor Tenebroso está muerto o allí sí que sería verdad… - Un sollozo. – El mundo se está yendo al demonio. Primero las explosiones, luego los muertos, luego los elefantes que ahora recorrerán las calles de Londres mágico, y ahora esto… - El sollozo tomo más vida. – Renuncio, me voy a Florida.

- ¡H-Hey!, ¡no puedes renunciar!, ¿quién rayos va a velar por el Departamento de Misterios?, además es solo un niño inventando dispara-

- No soy un pendejo Francis, conozco las señales cuando las veo. – Termino de vaciar su escritorio. – El mundo se está yendo al diablo y al menos voy a disfrutar del resto de mis días en lugar de estar preocupándome por nada de esto. – Tomo sus maletas y abrió la puerta. – Hay muchos magos capacitados para el puesto, no para la locura mi amigo. – Dicho esto, desapareció ante la mirada incrédula del resto.

Mientras tanto, en el Callejón Diagon…

- Nah, no me convence Fred. – Dijo un chico con el pelo rojizo a su gemelo, tocando algo viscoso de color morado y que olía horrible.

- A mí tampoco. – Tomo otra cosa similar. – Esto tiene la consistencia, pero no sé si se mezclara bien con las lágrimas de Yeti…

- ¿Cuántas tenemos?

- Solo 3. – Que desgracia, pensaron ambos.

- Y si-¿oíste eso?

- ¿Oír que?

- Eso.

- No oigo na-oh.

Ambos se miraron, sin saber que pensar, porque no se veía nada fuera de lo común… aparte de los nuevos elefantes, que recorrían las calles con dinamita y como si fueran policías. Bueno, al menos con ellos recorriendo el lugar nadie se atrevía a hacer ninguna tontería… de por si aún no todas las tiendas habían sido repara-¡Sssshhhhrrrrrrrrr!

- ¿Estás viendo lo mismo que yo? – Preguntaron ambos al mismo tiempo, los ojos fijos en la tierra, en donde una mano muy fea y verduzca había aparecido.

Para asombro de ambos, otra mano salió, y poco a poco fue saliendo más y más… Los gritos comenzaron cuando el muerto viviente llevaba medio cuerpo afuera. Bueno, gritos y vómitos, porque Dios… era feo, muy feo, y olía horrible.

La piel y la carne, la que tenía al menos, le colgaba, tenía un ojo guindando y el otro en blanco, los dientes estaban aún peor que amarillos… La tierra que tenía encima, y la ropa desgarrada, hacia muy poco para ocultar la horripilante vista. El olor, por Dios, ellos dos estaban dentro de la tienda, protegidos con vidrio y madera, y aun así la putrefacción llegaba a darles en la nariz como si nada.

-… Esto no estaba en cuidado de criaturas mágicas-

- y tampoco en defensa contra las artes oscuras.

En ningún momento nadie había tocado el tema de zombies, y no sabían si lo peor es que no tenían sus varitas y que su padre aún seguía metido en Londres Muggle, o que el zombi había traído compañía. O tal vez lo más preocupante es que los hechizos no estaban haciendo casi nada: aun hechos pedazos seguían moviéndose. Si no fuera aterrador, sería muy fascinante-¡Pop!

-… ¿Es eso una planta carnívora-

- gigante salida de la mismísima nada?

- Genial. – Terminaron por decir ambos, viendo como la planta sin explicación aparente masticaba su zombi-cena tranquilamente.

Los elefantes bombarderos también hicieron acto de presencia: secuestrando gente a un lugar seguro y dejando bombas. Era una verdadera lástima que aun en pedazos los zombis seguían moviéndose. De hecho, incluso los cerebros solos seguían moviéndose, dejando un rastro de sangre nauseabundo a su paso. ¡Pop!, ¡Pop!, ¡Pop!

-… ¿Un guisante gigante? – Esto se estaba pasando de bizarro-

- Quiero uno Fred.

- Yo también. - ¡Esa cosa disparaba guisantes y noqueaba a los zombis!

No tenía sentido que un guisante hiciera más daño que una bomba o los hechizos, pero… si funcionaba…

- Los girasoles no están haciendo-

- nada de nada.

Lo cual era un poco ridículo. La planta carnívora ya se había comido como a 5, tomándose su tiempo con cada uno, incluso los Aurores habían aparecido desde hace rato.

-… Me pregunto si el dueño de la tienda volverá pronto.

- Lo dudo George, lo dudo mucho. – Mejor así, ellos dos solitos en la tienda viendo todo de manera segura. Esto era un buen material para hacer bromas más tarde…

- Y ahora hay una papa gigante y un guisante helado gigante.

-… ¿Palomitas? – Ofreció el otro gemelo.

- Si, ¿por qué no?

Y así, ambos hermanos se sentaron a disfrutar de la extraña pelea que ocurría justo afuera de la tienda en donde se encontraban.

-… Creo que ahora mamá nunca nos dejara venir sin supervisión aquí, y si van a seguir pasando estas cosas ni siquiera vamos a venir en lo absoluto. – Lastima, una verdadera lástima.

Unos minutos después:

- ¿Eso es un zombi gladiador?, ahora sí que he visto todo. – En lugar de bajar la intensidad, la batalla se veía más fuerte que nunca.

En otro lugar:

-… Siento que uno de mis tíos está haciendo un desastre que nos vendrá a morder el trasero a todos en un futuro cercano. – Dijo Tsuna con el ceño fruncido, dejando de comer sushi.

- ¿Tíos? – La pregunta fue temblorosa.

- Si, Tíos, los amigos de Nii-chan. – Esto confirmo los peores temores de Tsuyoshi. – Deberían de haber aparecido a estas alturas, los llame hace días… - Tsuna hizo un puchero. – La sensación de que algo está pasando que es culpa de alguno de ellos no se va, debe ser algo grande…

- Tsu-chan, ¿qué clase de tíos tienes?, ¿son todos vampiros? – Pregunto cierto jugador de béisbol con una gran sonrisa.

- ¿O tal vez un hombre lobo? – Este fue Harry, interesado.

- Por favor que no sea nada con bombas… - Trauma, trauma…

- Ninguno de los dos. – Tsuna negó con la cabeza, muy divertido. – No les arruinare la sorpresa, y… - Pauso, inseguro. – No sé si todos están vivos o no. A diferencia de Nii-chan, todos ellos disfrutan en gran medida del peligro, por lo cual tienden a cruzarse con la muerte muy seguido…

Honestamente Tsuna estaría mucho más feliz si no hicieran cosas tan arriesgadas, pero nada era perfecto por desgracia.

- Gao~ - El pequeño demonio maulló desde su puesto, disfrutando de los mimos de su amo.

Tsuyoshi solo lloraba internamente. ¿Por qué?, ¿por qué su hijo tenía que ser tan desconsiderado?, ahora todo lo raro y sobrenatural venía a parar a dentro de la casa en bandeja de oro… no era justo, lucho tanto por salir de la mafia por él y para su hijo, y ahora no solo tenían a la mafia sino cosas que incluso dejaban a la mafia como cualquier cosa en comparación.

De vuelta en el Callejón Diagon…

-… Te dije que jurarle lealtad al Señor Tenebroso nos saldría caro en el futuro Lucius, ¿pero qué hiciste?, oh cierto: ignorarme por completo.

Desde su silla, Lucius volvió a lamentar su suerte. Era un gran alivio saber que su hijo estaba bien, de haber oído su voz… pero todo lo demás era totalmente bizarro y extraño. No estaba ayudando la vista que tenía en frente: la guerra entre zombis con todo lo demás. Y como puñal: su esposa lo estaba acribillando desde hace dos horas, más o menos.

- Narcissa, cariño, ya entendí que hice una estupidez y de que tenemos que cambiar de mando si queremos ver a nuestro hijo otra vez. – Y no solo eso: - Y si queremos salir al menos vivos de toda esta locura si esto va a estar pasando de cada rato ahora…

Un girasol gigante lo saludaba justo en frente de su cara, y podía ver con lujo y detalles indeseados como una planta carnívora gigante hacia el tiempo de su vida…

-… Sabes, vámonos a casa, ya no tengo hambre. – Ni siquiera había llegado a la mitad de su almuerzo tardío cuando esto comenzó. – Y de verdad quiero pretender que no vi nada de esto…