¡Feliz año a todos!

Nada de Katekyo Hitman Reborn o Harry Potter me pertenece, solo la historia y uno que otro agregado que aparecerán más adelante en la historia.


Magic's Games

Capítulo 9

- Midori tanabiku namimori no~

Algunos se detuvieron ante el extraño sonido, solo para quedar encantados al ver a un lindo y pequeño pajarito de color amarillo pollito volar tranquilamente por el medio del pasillo. Otros, por supuesto, tomaron esto como un mal presagio.

- Midori tanabiku namimori no~

En este punto ya no era algo tierno como tal. No, claro que no. Ya se volvía preocupante. Ver a un muchacho con tonfas y una mirada fría, dando una sonrisa desafiante a todo aquel que tenía las agallas para levantarse o abrir la boca, siguiendo la extraña cadena, convertía todo en terrorífico. Si la mirada y el aura asesina no funcionaban, la sonrisa sin duda alguna detuvo a la mayoría de los insensatos.

No todos, por desgracia. Aparentemente estas personas no notaron la sangre goteando de las tonfas. Ni habían oído nada sobre el ataque que estaban viviendo y había cobrado numerosas víctimas mucho más fuertes que un simple estudiante.

No hace falta decir que, a parte de los cuerpos golpeados de algunos idiotas desafortunados en pensar que podían quejarse con un ser que quizás ni siquiera era humano y muy posiblemente ni siquiera hablara su lengua, nadie se levantó de su asiento o siquiera abrió la boca.

Fue un viaje muy ameno. El ser con los pájaros anunciando su llegada dando vueltas por todo el tren sin falta lo aseguro.

En otro lugar…

- ¿Vamos a secuestrar al conductor? – Takeshi no creía que esa era una buena idea. No veía otra razón para ir a la cabina.

En todo caso, Takeshi solo quería volver a donde habían estado sentados hablando y bromeando, solo porque le daba pena los ojitos esperanzados y las caras muy pálidas. Más pequeños y silenciosos no podían verse esos niños. O los casi adultos. No ayudaban los cuerpos sospechosamente luciendo como cadáveres y la sangre aquí y allá.

Tenía el mal presentimiento de que esto era solo el inicio. Y las víctimas no lo sabían. Aun.

- No. – Tsu-chan lo miro como si fuera un idiota. – A la señora de los dulces. – Al declarar esto, hubo reacciones varias. Ninguna exactamente positiva. – El conductor debe de saber dónde está, y tendrá comida. - ¿No había comido un montón ya?, caray.

- Pero ya le quitaste todo-

- a la señora de los dulces-

- y sin pagar. – Ninguno iba a decir que la traumo de por vida seguramente.

- ¿Era esa vieja? – Si, era la misma señora a la cual le había secuestrado el carrito y había desaparecido la mitad antes de que alguien lo notara y le preguntara de donde lo saco. – Tiro el carrito, ¿debía dejar que se desperdiciara? – La inocencia y la lógica hubiera convencido a Takeshi si no supiera que era fingida.

Esa señora estaba sentenciada a perder todo. Al igual que cualquier otra alma en pena. A Tsu-chan le encantaban los dulces. Al menos Tsu-chan no le hizo nada a la señora. Hibari, por el otro lado…

- Bueno, no importa. – Los gemelos se miraron y los niños también. El solo sonrió e ignoro como Hayato no estaba ayudando. Tsuna no necesitaba consuelo. Ni ideas. Ya tenía todo decido: - El chofer tiene que tener dulces. – Eso sonó igual a: "alguien tiene que tener dulces" en sus oídos.

¿Cómo fue que terminaron de escoltar a los tres niños al internado a quedarse en el transporte?, y hablando de transporte…

- ¿No deberían de solo aparecerse en el colegio y ya? – Es que simplemente: - Reunirse todos en un viejo tren y pasar horas en ello no suena mágico. – Sino-

- Obsoleto. – Al menos no lo dijo él. Al menos. Tsu-chan no tenía tacto. – Nii-chan me dijo que la comunidad mágica humana es muy obsoleta. Por elección. - ¿Ah? – No le veo razón, hay varias maneras de transportes mucho más rápidos y menos llamativo y menos peligroso con eso de que la magia y todo el cuándo es secreto…

No ayudo, en nada, que los gemelos abrieran la boca y la tuvieran que cerrar casi inmediatamente.

- Otra cosa que no entiendo es porque un internado. – Eso era lo que menos tenía sentido para él. – ¿En serio no puede aparecer y desaparecer?, si me dicen que eso no es posible sería una decepción. – Después de todo: - Si pudiera hacer magia eso sería una de las primeras cosas que quisiera hacer. – Seguido de: - Invocar cosas de la nada también seria excelente. – Casi como Tsuna. Aunque todo con el pequeño vampiro era simple velocidad. Y obtención desconocida.

Lo había hecho por años. No iba a cambiar de la noche a la mañana y mucho menos a decir directamente que se lo robo. Al menos no siempre con esas palabras.

- Ya todos sabemos que tú lo que quieres es volar cosas. – Ay Draco. Ay. - ¡Oye!, ¡suéltame! – Tu solito de buscaste el coscorrón. Más bien Hayato no te hizo casi nada.

- Para tu información mocoso, usaría la magia para probar la existencia de los aliens. – Mejillas enrojeciendo, aclaro una gran decepción: - Si no estuviera casi un siglo de atraso estaría más interesado en su cultura que solo en las aplicaciones de la magia. – Ah, ¿para eso eran los libros? – Nótese que no dije en como la emplean. O para qué. – Y como toque de gracia: - Con algo tan poderoso y tan versátil es decepcionante a lo que se limitan hacer con ella. – Y más sal a la herida: - Hasta un delincuente da más pelea-

- Pero si te llegan a dar estas frito. – Dijo una voz desconocida. – La usan como una pistola, si te dan estas frito, pero si se las quitas ellos están fritos. – Una leve pausa. – ¿Puedo saber que hacen simples mortales en un tren mágico? - ¿Había dicho "simples mortales"?

Al ver a la nueva persona tuvo que hacer una pausa. Una doble toma. En realidad, el único que no lo hizo fue Tsu-chan. Para bien o para mal, Tsu-chan quedo petrificado por 3 segundos. Solo eso. Le hubiera encantado tener esta… "habilidad".

- ¡Tía Sakura! – Y como el perfecto niño mimado con estrellitas en los ojos, Tsuna se abalanzo a la velocidad de la luz a alguien que, si no fuera por el nombre, jurarían que era un hombre.

A menos que fuera un trans. Realmente esperaba que no. Podía tratar con muchas cosas raras, pero un ser como Tsu-chan con… este tipo de características…

Pelo blanco, largo. Músculos, músculos por doquier. Era gigante. Vendas en varias partes del cuerpo, especialmente en los puños. Señor, tenía pinta de luchador. Tenía pinta de "no te metas conmigo o te mando al hospital si tienes suerte".

No hacía falta agregarle nada más. Nada.

- Perdón, pero… - Fuuta tosió nervioso contra su palma, buscando llamar la atención. - ¿Tía? – Pues sí. Aparte de que no lucia como una mujer, sino como alguien que te dejaría sin dientes de un solo puñetazo, Tsuna en verdad nunca menciono…

- ¿Algún problema mortal? – Okey, mantener mucha distanc-

- Son mis mascotas. - ¿Ah? – Algunas mascotas. – Temía que un día de estos Tsu-chan se aparecería con collares y correas. Mejor no darle ideas…

No sabía si lo peor era la presentación o el hecho de que eso cambio por completo el humor de la… mujer. Su malhumor se fue de inmediato. No es que Tsuna lo notara, siendo abrazado y mimado como cualquier niño. Era… raro. Muy raro.

- Ah, por fin me hiciste caso. – Asintió con satisfacción la tía de Tsuna. – Todo niño necesita mascotas, me alegra que el idiota de tu hermano por fin me hiciera caso. – Demasiada satisfacción para ser cómodo.

Sintió un viento frio, y no estaba seguro… pero se sentía denigrado. También se sentía afortunado, porque al menos Tsuna los trataba como amigos así dijera que eran-

- Son mis mascotas. – Lo siguiente provoco que ese cabello blanco se elevara como si tuviera vida propia y que la recibieran una mirada de muerte horrible. – Solo que decidieron no ser mascotas. – Si antes no era obvio que este ser no era humano, ahora era definitivo.

- ¿Qué decidieron que? – Ya no quería saber absolutamente nada de la familia de Tsuna. Santo Dios. - ¿Que hizo ahora el idiota de tu hermano?, ¿y tú porque demonios no los has puesto en su sitio? – Esto, por supuesto, no sentaba muy bien con ellos. O con Tsuna… esperaba que con Tsuna…

- Nii-chan desapareció hace años. – Esto quito el enojo. No por algo mejor, pero ya no se sentía al punto del desmayo ni que lo mataban en el sitio. – Tía, no son ratoncitos. - ¿Acababan de ser comparados con roedores?, ¿en serio? – Son míos, mascotas o no. Me tratan bien, son divertidos, y no estoy solo. – Lo último fue una acusación. Sin filo, pero muy seria.

Una acusación que dio en el clavo. Auch.

- Sabes muy bien que no puedo salir de mi reino por mucho tiempo, y tú no puedes sobrevivir en él. – Una pausa: - ¿Los otros idiotas no se presentaron?, seguí tu llamado… - A ellos: - Muchas gracias por cuidar de este miedoso, sé que no es sencillo de hacer y que meros mortales como ustedes lo logren es toda una proeza.

Un agradecimiento con un elogio y depreciación solo por ser humanos. No era otro vampiro como Tsu-chan, ¿no es así?

- Ne, Tsu-chan… - Ignorando lo mejor posible la nueva presencia, Tsuna lo rescataría si hacía falta, decidió ser franco: - ¿Nos presentas?, temo preguntar si es un vampiro… - Porque sencillamente: - Con un golpe creo que me dejara sin dientes. – Por eso temía dar explicaciones. No era un vampiro, estaba casi seguro.

Afortunadamente o desafortunadamente, Tsuna fue más allá:

- A el no. – Fue señalado diciendo esto, había mucha firmeza en ese tono. – Él es la razón por la cual siquiera tengo mascotas, y por más dote natural que tenga, es un simple mortal muy joven. No vayas a darle un infarto como casi me haces a mi más de una vez, yo no puedo morir de uno, pero todos ellos sí. – Esto daba mucho que pensar. Cielos, vaya tía. – Take-nii, ella es tía Sakura. – Lo que siguió fue, a falta de una palabra mejor, una bomba: - Princesa daedrica de las realidades más allá de nuestra comprensión, pero que amamos de todas formas. Básicamente, para muchos, es una diosa. – Tardíamente: - Ah, y básicamente también es un demonio. Similar. Quizás muy similar… - Pensativo, como una consideración de última hora.

- ¿Realidades más allá de la comprensión…? – Eso era lo de menos. ¡Rayos Hayato!

- Ya va. – Tiempo, ¡tiempo!, eso era lo que parecía pedir Harry. Ay. – Entiendo que Tsuna-nii sea un vampiro. Sé que el mundo tiene muchas criaturas mágicas que no tengo ni idea. ¿Pero cómo rayos terminas con una diosa demonio como tía? - ¡Alguien que por fin entendía el verdadero problema!, pensaba que eso de tener dioses en la familia solo pasaba en televisión.

- Cuando tienes un hermano mayor que tiene miles de años cosas así pasan. – A su tía: - ¿No sabes nada de Nii-chan por casualidad?, ¿o de los demás?, mis primos están muertos. – Si bien había cierta tristeza, era más como reportando un hecho. – Todos ellos, probablemente yo también si no fuera un vampiro de la clase de Nii-chan…

Que forma de cambiar todo el ambiente…

- No. – Eso era peor. – Supuse que algo paso, pero no tengo como investigar en estas tierras. – Con una mirada oscura: - Los otros deberían de haber investigado, de tener un ojo en ti, eres el más nuevo… - Suavemente, algo bastante extraño e increíble de ver: - Sebastián puede desaparecer por un par de décadas, no es nada nuevo… Aun así, se me hace raro que lo haga teniéndote a ti miedosito.

Si Tsuna era un "miedoso" según este ser… Hizo una doble toma u abrió la boca, pero alguien le gano:

- ¿Eso es un hongo con ojos? – Eso no estaba allí hace un segundo.

Unos segundos más tarde, solo podían mirarse mientras cierto vampiro estaba más que contento molestando a un hongo que, a pesar de no tener boca, podía dar mala cara.

- Video juegos. Esas son las realidades de las que hablas… - No, debía ser así. Draco, por favor, ¡tú nuevo vicio no debería-

- Todo elemento de esos mundos es mío. – Como si nada: - No se preocupen, no se lo dejare. – Para bien o para mal: - Ya dejé un ejército de plantas y zombis, no hay que abusar. – Que consuelo, en serio, que consuelo. Un momento, ¿fue ella quien…? – En fin, ya he estado mucho tiempo aquí buscando a este mocoso… - Al menos alguien era feliz, incluso si este ser daba miedo. – Y ya noqueé al conductor, será un viaje increíble. No tienen por qué agradecerme nada. – Uh , ¿qué?

La mujer tomo una forma mucho más agradable a la vista en segundos. Al menos ahora parecía una mujer, solo que… ya había visto esa figura en otro lado.

- Bueno mocoso, me voy. – Visita de médico. Menos mal. – Tengo muchos idiotas que torturar y sacrificar, te invitaría, pero sé que odias la carne quemada-

- Los de tu especie no me toleran. – La expresión de Tsuna era de póker. Caray. – No toleran a nadie, ¡y me voy a derretir con tanto calor!, y es un desperdicio de comida…

Claro… ignoremos la parte de la tortura y la matazón. Ignoremos tal cosa. Es totalmente normal.

- No digas que no te ofrecí. – Se encogió de hombros, le revolvió el pelo, y de la nada saco un pergamino que activo un portal.

Tenía un dolor de cabeza de los buenos y aun no habían llegado al colegio de magia.

- La mayoría de ellos son intratables, los príncipes solo hablan con mortales cuando están aburridos. – Una leve pausa, no ayudaba que Tsuna los estaba mirando a todos seriamente. – Tienen la muy mala costumbre de divertirse a costillas de otros, les vale un colmillo si muere alguien o no. Tía no es la excepción, no sé qué habrá puesto en marca, pero sé que no nos va a gustar.

En resumen… tenían a un ser muy poderoso que hacia locuras sin importarle las consecuencias. Porque se aburría. Excelente.

- Noqueo al conductor. – Recordó un niño con un hilo de voz, señalando algo.

El cuerpo de un mago tirado en el suelo, roncando con ganas y una flor pegada en la cabeza no era una linda imagen. La noticia no era para nada buena.

- ¿Alguien sabe conducir un tren? – Valía la pena preguntar, ¿no es así?

Sus compañeros no pensaban lo mismo.

- Que gran regalo de reencuentro te dejo. – Porque por todos los cielos…

- Por eso agradecía que solo la veía una o dos veces al año. – Lo que siguió definitivamente no ayudo: - Al menos no me dejo en medio de un bosque mete miedo lleno de insectos gigantes como la última vez. Los regalos no valieron la pena, te lo aseguro.

Al menos era algo mágico. Suponía. Vaya consuelo…

- Mis demás tíos no son tan peligrosos. – Menos mal. Dios Santo…

No quería conocerlos de todas formas.