Nada de Katekyo Hitman Reborn o Harry Potter me pertenece, solo la historia y uno que otro agregado que aparecerán más adelante en la historia.


Magic's Games

Capítulo 13

- De broma te dejaron ir a la cama y desayunar Harry. – Tristemente tuvo que asentir, esa era la verdad. – Al menos veré a mis padres, y si te dejan salir rápido te los presentare. - ¿Por qué no?, sus padres ya estaban metidos en un desastre, solo que no lo sabían.

- Tsuna-nii no va a estar feliz. – En lo absoluto.

- Claro que no. – Draco tenía una cara de exasperación. – Él va a… - Draco se apagó, captando algo por el rabillo del ojo.

Draco movió la mirada a algo y palideció un poco. Sin entender que pasaba, o el repentino silencio del comedor que comenzaba a esparcirse, siguió la mirada de Draco. Justo a tiempo para ver una compuerta cerrarse y a un bebé con traje caminar a paso rápido por la mesa de la casa de al lado. Un bebé que conocían muy bien.

- ¿Dónde está Tsuna? – Fuuta, quien fue localizado rápidamente por Reborn, solo pestañeo.

- No lo he visto, ¿no había vuelto a casa? – El chico del libro gigante solo radiaba inocencia y confusión.

- En casa no está. – Una compuerta se abrió del piso, y una plataforma metálica se alzó a la altura de la mesa. – Si lo ves dile que-

- ¡GGGGGRRRRRRRR!

Reborn se subió rápidamente a la plataforma, justo a tiempo para esquivar un zarpazo de un monstruo que parecía Hulk, muchas venas palpitantes en su frente, una capa, y pelo rubio. Ah, y estaba en llamas.

- Le dijimos que dejara en paz al pobre fantasma… - Había aparecido de la nada, ese tenía que ser el abuelo de Tsuna-nii. Debía de estar increíblemente molesto.

El rubio no era exactamente la persona más dulce del mundo, le encantaba divertirse a costillas de otros, pero tenía límites. No sabían que había entre él y Reborn exactamente, pero sabían que no pasaría nada bueno si Reborn aprovechaba todo momento para meterse con el fantasma congelado que extrañamente Tsuna-nii se había negado a liberar.

Bueno, esto no era algo sorprendente. Aunque solo serían ellos tres lo que pensaran así. Para bien o para mal, lanzarle hechizos a un fantasma súper molesto solo lo enfadaba más y cambiaba su atención a otro objetivo.

- ¡¿Que diantres pasa aquí?! – Trono un profesor llegando del baño, unos minutos después.

Fuuta estaba tranquilamente en la mesa de las serpientes, leyendo un libro de magia, con Harry y Draco, quienes miraban el desastre con admiración. ¿Qué más iban a hacer?, no iban a llorar. La admiración era de cuanto podía hacer un fantasma cuando estaba tan enojado que lucía como un tomate y no parecía poder hablar gracias a la misma rabia. Aparte de asustar, rugir y lanzar cosas, nada más había pasado.

Era bastante tranquilo tomando en cuenta lo que habían vivido desde que conocieron al vampiro. Y por todos los cielos, ¿quién en su sano juicio busca hechizar a un fantasma y espera que funcione de buenas a primeras?

- ¿Deberíamos decirles que solo lo están molestando más? – A los idiotas que seguían insistiendo en lugar de hacer como muchos y salir del sitio.

Había quienes estaban como ellos, otros que habían tomado el desayuno y salido del sitio, y los "valientes" que trataban de petrificar o paralizar al fantasma. En vano.

- Ya es tarde. – Lo habían molestado más, por desgracia. – Estoy más preocupado por el hecho de que Reborn tenga vías de llegar aquí y posiblemente en cualquier lugar del castillo, y apenas llevamos un día aquí. – Ni siquiera eso. Llevaban menos de 24 horas.

¿Qué demonios decía eso de la seguridad de la escuela?, ¿qué diantres decía eso de que solo la población mágica sabia de la existencia del castillo?, ni siquiera mencionemos el hecho de que no cualquiera podía entrar.

Reborn trabajaba rápido, pero esto era ser endemoniadamente rápido. Y dudaban mucho que fuera solo por motivos recreacionales.

- ¡Abuelito! – Draco se atraganto con pan al oír esto y Harry tuvo que auxiliarlo. – Ten.

Si alguien preguntaba de donde había salido el vampiro, nadie sabría responder. Tomando en cuenta que era muy rápido y había desastre a primera hora del día, bien podría haber llegado. De cualquier forma-¿eso era…?

- ¿Mejor? – Listo, el fantasma había vuelto a su apariencia normal y no parecía querer matar a alguien. Ni Hulk rojo. – No eres tu cuando tienes hambre.

- Lo hizo, en serio lo hizo… - Harry se palmeo la frente, tratando de no reírse.

A diferencia de él, no muchos encontraban tal cosa divertida. Ni siquiera el fantasma rubio, quien rodo los ojos y dejo caer la barra de granola.

- ¿Por qué eres tan malo conmigo? – Se quejó el fantasma de forma casi infantil. - ¿Te he hecho algo por casualidad?

- Tienes más de 400 años, deberías ser capaz de salir de ese hielo tu solito. – Espera, ¿400 años? – Reborn-nii-chan vino a buscarme, ¿te lo piensas comer o qué? – Finalmente: - Andaba durmiendo… - La queja, la verdadera queja de todo.

Primo solo miro a su nieto por unos momentos, considerando lo que acaba de escuchar. Con una expresión seria, dio su veredicto:

- Nunca deberías molestar, insultar, o burlarte de seres que ya han muerto, mucho menos de forma constante. – Una leve pausa. – Iba a matarlo, y sé que lo sabes.

- Así aprenderá a no tomar a la ligera a los seres sobrenaturales de ahora en adelante. – Tsuna asintió para sí mismo, robando galletas que no eran de él, ojos conocedores en su abuelo. - ¿En serio no podías escaparse de ese hielo tu solito?

- No es cualquier clase de hielo pequeño tonto. – Una queja de alguien que recibió un jalón de oreja. – En fin, tengo muchas cuentas por cobrar con cierto Arcobaleno…

Solo por la mirada del fantasma, a alguien no le iba a ir muy bien.

- Asegúrate de no perder el control otra vez. – Tsuna ni siquiera miro a su abuelo al decir esto. – No pensé que la propaganda fuera a funcionar, no creo que funcione una segunda vez… - Espera, ¿eso significaba que Tsuna no sabía cómo detener a su abuelo y eso fue como lanzar una moneda al aire?

- Deberías de ver a Alaude o a Demon… - Hubo una mueca al decir esto. – No prometo nada, nos vemos más tarde Tsu-chan~ - El fantasma se desvaneció del sitio.

- ¿A Alaude? - ¿Quién rayos era ese?

En otro lugar…

- Al fin solo… - Luego preguntaría que demonios hacia Tsuna en Londres, pero por ahora por fin podía relajarse.

Pasar toda la mañana y gran parte de la madrugada huyendo de un fantasma que había tomado una forma espantosa… Al menos había pasado a una más decente con los niños. Lo único. El condenado había adquirido una forma sanguinaria, pálida, y grotesca. Como un cadáver con sangre. Sin pupilas, un aura horrible-

- ¿Me extrañaste amigo mío? – Oyó justo en su oído junto con algo viscoso y caliente cayendo en su cabeza y su… café.

Ya no lo bebería. Esa sustancia rojiza oscura que había caído en su tasa no debía de ser comestible.

- No. – Definitivamente no lo había extrañado. En lo más mínimo.

- Ah, que lastima… - Bianchi, quien había estado allí a su llegada, dio marcha atrás tan pronto sonó la voz. – porque yo si te he extrañado muchísimo Arcobaleno…

Esto era el karma, ¿no es así?

En otro lugar, horas después…

-… y eso es todo. – Draco finalmente termino de contar el resumen de su vida desde que había conocido a Tsuna.

Ambos padres estaban mirando al adolescente durmiendo a pierna suelta en un sofá que había demandado porque tenía sueño y lo menos que podían hacer era ser corteses y poner un sofá. Harry y Draco no lo dirían en voz alta, pero ambos sabían que el vampiro tenía buenas intenciones en mente. Tan pronto le dijeron que Harry seria convocado a una reunión, cosa que el vampiro espero que fuera más tarde y no solo luego de lo del día anterior, el vampiro se quedó con ellos.

Estaba durmiendo, pero creían que era una fachada para darles algo de privacidad. Dudaban que estuviera durmiendo de verdad, no en un lugar en donde no se sentía seguro. Estaba allí solo como protección si ambos lo necesitaban. Un escudo, eso era lo que era el vampiro ahora.

Tomando en cuenta que la mayoría de los adultos los miraban de una forma que decía claramente que no les creían y que una enfermera los estaba revisando minuciosamente, ambos agradecían la presencia del vampiro. Le tenían el suficiente miedo como para no propasarse con él cerca.

Y aun no habían visto nada. Cuando vieran el primer cuerpo descuartizado y los dibujos con sangre, allí podían hablar.

El Director parecía haber visto a un fantasma. Y no, no se referían al abuelo del vampiro. Desde que vio al vampiro, el anciano parecía haber visto a la muerte. Muy blanco, mirada nerviosa al vampiro, y claramente cuidando lo que salía de su boca. ¿Qué habría pasado ayer?

El Director era uno de los magos más poderosos de la época. ¿Que podría sacudir tanto a tal hombre?

Tsuna-nii era solo un vampiro. Un vampiro con una increíble velocidad y poderoso, pero era solo un vampiro. No es que quisieran que le hicieran algo, pero la verdad era la verdad.

- Albus, no es un estudiante y tampoco un invitado-

- Severus, por favor, no lo molestes. – Harry y Draco se miraron. ¿Deberían de preocuparse? – No es alguien a quien quieras molestar…

- Concuerdo con el Director, Severus. – Lucios tosió en su palma. – Si lo que los niños dicen es cierto, no hay nada que temer de él siempre y cuando no hagamos algo en contra de sus… - Draco arqueo una ceja ante la pausa y la extraña mirada de su padre. – posesiones.

- ¿Perdón? - ¿Posesiones?, primero mascotas y ahora posesiones… ¿que seguía?, ¿objetos?

- Además, él o alguno de su grupo fue capaz de neutralizar a más de un escuadrón completo de Aurores. – Siguió su madre, con cara de haberse chupado un limón. – No sé ustedes, pero no quiero tener ese problema en especial cuando mi hijo está en una pieza y bien cuidado. – No es que estuviera feliz, pero su madre no era tonta.

Lo de los elefantes militares con dinamita no ayudaba. El hecho de que el tren de la estación diez y tres cuartos pasara a mejor vida tampoco. Ni siquiera hablemos del hecho de que llegaron hasta el castillo sin problemas.

Y no había mencionado que si algo le pasaba a Tsuna-nii, vendría Vongola. Lo que sea que fuera Vongola. Claro que primero serían los chicos, luego Vongola. Como funcionara. Igual no iba a terminar bien. Nada bien.

- ¿Ya terminamos? – Ojalá Harry, ojalá. - ¿Y dónde hay un enchufe?, mi teléfono casi no le queda carga. – Si no conociera a Harry, pensaría que estaba siendo genuino.

Hace unas semanas le había dicho que en el mundo mágico no usaban electricidad ni artefactos muggles. Nunca había conocido un teléfono hasta que llego a la casa de Tsuna-nii. Lo mismo con los video juegos, la televisión, la radio…

Eso le recordaba que tenía que hacer que sus padres hicieran una inversión. Los muggles no eran inferiores. No tendrían magia, pero vaya que le habían dado la vuelta a esa falla. ¡Con magia no podían hacer un videojuego o televisión!

Quería un televisor, quería un Wii, incluso quería la máquina para hacer waffles. Y el teléfono y la computadora. Esas cosas no podían faltar. Le valía un colmillo lo que alguien dijera, los muggles habían hecho maravillas y estaban siendo unos tontos en no aprovechar nada de eso.

Lo peor del caso es que un muggle era, en su humilde opinión, más peligroso que un mago. Al menos si el objetivo era asesinar. Un mago solo necesitaba un hechizo. ¿Un muggle?, un clic de una pistola y ya. Claro, solo hablando de una forma.

¿Tal vez el Señor Tenebroso secretamente le tenía miedo a los muggles por tanto que han hecho y la amenaza que podían ser?

La magia podía hacer muchas cosas, muchísimas. A pesar de que no la tenían, los muggles llegaban muy lejos. Era impresionante.

Iba a extrañar el teléfono y el Internet. No iba a terminar de ver Soul Eater ni las otras series que habían quedado en ver juntos. ¿Por qué no podían tener escuela como Lambo y los otros?, iban en la mañana, regresaban en la tarde a casa. Era un buen sistema, a su parecer al menos.

- Mi teléfono también se va a morir. – Apoyo a su amigo de todos modos, cortando la negación que iba a iniciar, incluso si era solo por un momento. – Esta en 30% ya. – Y tenía señal, sorprendentemente. Debería probar si podía llamar o pasar mensajes al menos. - ¿Que? – Pregunto al ver las caras de sus padres.

Para sus padres el teléfono bien podría ser un artefacto satánico, pensó tardíamente. Todo siempre había sido lejos de la cultura muggle, como cualquier familia antigua y noble.

Era una lástima, no tenían ni idea de lo que se estaban perdiendo. Su padre estaría más que feliz viendo las noticias en la tele, y averiguando la vida de otros y haciendo vida social por teléfono y más. Mucho más rápido que por lechuza. Muchísimo mas rápido. Su madre estaría encantada con las películas, estaba seguro, y con las compras en línea…

- Eso… - Ay, por Dios…

- Es un teléfono. – Si no fuera porque esto ya le paso a él, se sentiría como si explicara cuanto era 2 más 2. – Es un aparato que te permite comunicarte con otra persona en cualquier parte del mundo casi al instante.

- Y permite hacer un montón de cosas más. – Agrego Harry, arqueando una ceja. – Funciona con baterías, las cuales funcionan con electricidad. ¿Dónde están los toma corrientes?, ¿o tienen alguna otra forma que desconozca?

- Quiero terminar de ver Soul Eater, te me adelantaste Harry. – Por unos capítulos. Era injusto. – Aunque con lo que queda de batería… - Y ni siquiera sabía si agarraba Internet aquí. De hecho: - ¿Tenemos Wi-fi?

Tristemente, pero no sorprendente, solo Harry parecía entender de qué rayos estaba hablando. Por las caras de los adultos, estaban debatiendo en como cerrar el tema y decirles que los artefactos muggles estaban prohibidos sin, claro, molestar al vampiro inocentemente durmiendo en un sofá algo lejos.

Aparentemente nadie se creía tal imagen. Al menos no estaban tratando con tontos, tenían sentido de preservación. Era irónico, porque ayer no le tenían miedo ni mucha consideración. Hubiera pensado que tratarían de petrificarlo o noquearlo con algún hechizo, pero no. Extraño, pero cierto.

Todo esto le hacía preguntarse como tomarían la existencia de los extraterrestres. Si con un vampiro se ponían así…

Sus padres tendrían un paro cardiaco si les decía que los muggles eran superiores a ellos. Tal vez lo haría algún día solo para ver sus reacciones. Fuera como fuera, los muggles habían hecho proezas a pesar de no tener magia. El mundo mágico era tonto en no aprovechar para utilizar y analizar lo que hacían los muggles.

- Por cierto Draco, ¿crees que sepan hacer sushi o croquetas de pulpo? – La verdad lo dudaba mucho, pero…

- Siempre podemos pedirle a Tsuna-nii que nos traiga. – Por fuera ignoro como la gente palideció ante tal idea. Por dentro solo podía rodar los ojos.

Si Reborn podía entrar y ya tenía pasadizos, el vampiro iba a entrar y a salir como Pedro por su casa.