Nada de Katekyo Hitman Reborn o Harry Potter me pertenece, solo la historia y uno que otro agregado que aparecerán más adelante en la historia.
Magic's Games
Capítulo 18
-… vamos!, no puedes esperar que no me divierta cuando lo ponen tan fácil. – Se quejó un hombre rodando los ojos e internamente pidiendo paciencia. - ¿Que querías que hiciera?, resolví el caso por ti. – Y por ello: - ¿No merezco un "muchas gracias Lucifer, ¿qué haría sin ti?" o algo así?, hasta con una copa me confor-
- Mandaste a un hombre al manicomio que no deja de decir que vio al mismísimo diablo en persona Lucifer. – La dama estaba colérica. Aun así, Lucifer no dejo de sonreír, incluso ante los ojos echando chispas y el dedo empujándolo insistentemente en el pecho. – No sé quién rayos te crees Lucifer, pero el hecho de que tu nombre sea Lucifer no significa que puedas hacer lo que te venga en gana, ni que eres el mismísimo diablo en persona. – La dama estaba echando humo por las orejas prácticamente.
Lucifer siguió sonriendo, como si nada, divertido y conteniéndose a duras penas de hacer un mal chiste o rodar los ojos. Ni siquiera había puesto un dedo en ese idiota, no le había tocado ni un pelo. No era su culpa que la gente exagerara. Lo único que hicieron fue hablar, no había nada de malo con eso, ¿no es así?
-… te juro que ni siquiera puedo dejarte 5 minutos solo. – Siguió tronando la mujer, cada vez más molesta porque Lucifer no le estaba realmente dando atención. Más bien no le estaba dando más razones para molestarse, como chistes o comentarios no solicitados que contrastaban de mala manera con la situación. - ¿Tienes la más mínima idea de la mala imagen y la problemática que me has dejado a mí y a los demás por no obedecer simples instrucciones?
- Resolví el caso cariño. – Eficientemente, debía decir. De otra forma hubiera tomado días de días, pero a nadie parecía importarle eso o de que habían detenido a un asesino en serie que llevaba unos cuantos años haciendo de las suyas. Por arte.
Al menos el asesino tenia buen estilo artístico. Lástima que tuviera centrado en usar cadáveres, sangre, y en solo la temática de la trágica muerte de una pareja. En lugar de otros medios artísticos más aceptados, y temas más variados. Sin lastimar a nadie.
- Lo hubiéramos podido resolver sin que tuvieras que-
Rodo los ojos y no se molestó en seguir escuchando lo que ya sabía, no necesitaba más repeticiones. Un vaso de whiskey o de ron le vendría bien con todo esto. Muchos dirían que era muy temprano para consumir alcohol, pero con esta clase de cosas era más que justificado. Suponía. Igual no le importaba la opinión de nadie al respecto. No era como si muchos no hicieran lo mismo o peores cosas, y no era como si no tuviera a alguien quejando por al menos 10 minutos, sin contar el día anterior o los que vendrían.
Ahora, ¿en dónde debería meterse para pedir ese trago?, no iba a entrar a un bar justo ahora y por lo que podía ver no había-
-… tanabiku namimori no~
Hizo una doble toma, deteniéndose en medio de la acera, sin querer haciendo tropezar a quien no dejaba de regañarlo. ¿Que había sido eso?
- Midori tanabiku namimori no~
Pues su imaginación no fue, eso era seguro ahora.
-… fer, más te vale-
- Ssshhhh. – No veía nada extraño. Había poca gente como era, lo usual.
Al menos sería algo interesante, incluso si solo durara 5 minutos. Tal vez era un tono de llamada de teléfono o algo en la radio, tal vez un programa de televisión… Era mejor que oír todas las quejas de quien debería estar agradecida por haber resuelto el problema en tiempo re-
- Dai naku shou naku nami ga ii~
Tal vez eran ideas suyas, pero creía que el sonido se estaba acercando. Tenía que ser un programa extranjero-¡Crash!
Un cuerpo voló en medio de la calle, uno con morados producto de múltiples golpes que lucían dolorosos.
- Dai naku shou naku nami ga ii~
Pestañeo varias veces, incluso se restregó los ojos con más animo de lo que se pudiera esperar. Lo que estaba frente a sus ojos no cambio. Un pequeño pajarito iba cantando, aparentemente, como si no hubiera nada de malo en el mundo, a perfecto a alcance de cualquier persona que quisiera atraparlo. La bolita amarilla no parecía tener miedo alguno, o siquiera una leve preocupación.
- Itsumo kawaranu sukoyaka kenage~
El pajarito no iba solo. ¿Acaso había un desfile y nadie le había dicho nada?, ¿un desfile de pájaros que no eran locales?, a menos que fueran de un otaku o un extranjero…
Nadie veía nada de malo con estas aves, excepto extrañeza. Lo mismo que el si era honesto. No tenía mucho sentido, tenían que ser aves entrenadas, así que la pregunta era de quien eran y porque estaba permitiendo tal cosa. No era algo muy-¡Crash!
El culpable de hacer un cuerpo volar de un solo golpe no hizo más que dar un gesto de decepción antes de seguir como si no hubiera noqueado y lanzado a un hombre varios metros al aire como si nada. No hace falta decir que la gente lista tomo distancia de inmediato. Era un adolescente de pelo negro, ojos grises, con un extraño atuendo. Obviamente era extranjero. Y-
- Irrespetar las leyes de transito esta contra las normas. – Oyó claramente, gracias a la cercanía, una bolita amarilla pasando tranquilamente por su lado como si no hubiera mal en el mundo. – Los morderé hasta la muerte. – Fue el veredicto que culmino con varias personas apaleadas en el suelo, un auto acomodado a duras penas gracias a la amenaza palpable, pero silenciosa, del chico extranjero con una de las apaleadas víctimas. Una que no quería recibir otro brutal golpe por parte del mocoso.
- Interesante. – Sus planes para el día habían cambiado radicalmente. Al menos no sería una mañana aburrida, suponía.
Lucifer ignoro olímpicamente la mirada asesina de su acompañante, de que dicho acompañante estaba llamando a la policía para reportar lo que ocurría, y que en pocos minutos esto se convertiría en una persecución policial. Lo que eso llevaría no sería lindo, para los mortales, claro está.
En otro lugar…
-… seguir así. – Quien hablaba parecía estar a segundos de llorar a lagrima viva. – Están destruyendo todo, la escuela, nuestra historia, nuestra integridad…
Sabiamente nadie menciono ni hizo ningún gesto de reconocer las explosiones que podían oírse en la distancia, del humo y el fuego que podía verse por la ventana, y de que solo había tres personas en la habitación. Quisiera decirse que los que faltaban estaba evacuando a los estudiantes y/o tratando de detener la destrucción de todo lo que conocían, pero no era así.
Los estudiantes estaban a salvo, lejos y protegidos de las explosiones, derrumbes, e incendios por los mismos causantes. Tratar de detenerlos era inútil. El dragón ni siquiera les para metra, como si no existieran, más concentrado en dormir que en hacer otra cosa, mas eso no lo detenía de incendiar lo que le traían los culpables de su aparición en primer lugar.
El vampiro era prácticamente un blanco inalcanzable, a menos que estuviera muy distraído darle con un hechizo era imposible. Estuvieron cerca de petrificarlo, pero con el humano de cabello gris era muy difícil pasar desapercibido. Y mejor no se mencione el fantasma dando sugerencias de como destrozar todo más rápido, ni el bebé que perdía los estribos gracias a dicho fantasma y terminaba llenando paredes de muchos agujeros a una velocidad más allá de impresionante.
Así que, en resumen, era una muy mala idea acercarse al caos. La mayoría ya no se encontraba en el castillo, despedidos y básicamente amenazados a muerte, y de quienes quedaban… la mayoría estaba con los estudiantes o en una esquina oscura en su habitación, probablemente llorando o lamentándose todo lo que acontecía.
- Mírale el lado amable. – Minerva miro a Flick de una forma casi homicida. ¿Qué había de bueno en todo esto? – Ningún mago oscuro se las verá bien si quieren hacerle algo al niño que vivió. – Divertido, y quizás un tanto incrédulo de sus propias palabras.
Lo que en verdad quiso decir era: "¿Te imaginas lo que le pasaría al señor tenebroso de aparecerse?", ignorando por completo que ya Voldemort había tenido un pequeño… encuentro, con estos seres que parecían haber venido del mismísimo infierno y no parecía haber forma de detenerlos.
Todo porque uno de ellos se interesó en el niño que vivió, y dicho niño estaba más que cómodo en ese caos. No solo Harry, para bien o para mal.
- No todo el currículo está mal tampoco. – Severus trato de mantenerse lo más profesional dadas las circunstancias.
Esto, por supuesto, no era para nada sencillo de hacer. En especial cuando Reborn, el bebé que transmitía mas peligro que todo los demás juntos, le había dicho que no servía como profesor y que no esperara volver al cargo, que tendrían algo más… interesante para él. Ah, y que era inútil desaparecer.
Severus no lo admitiría, pero estaba tomando todo de si mantener la actitud de siempre con tales "noticias". No tenía idea de que planeaban hacer con él, por todo lo que sabía planeaban comérselo. No era desconocido que algunos vampiros mantenían sirvientes, o esclavos, solo para alimentarse cuando lo desearan. Claro que… ninguno de esos vampiros era como el que estaba, actualmente, destrozando todas sus vidas como si fuera algo de todos los días.
- Quiero decir… - Severus ignoro lo mejor posible la mirada aterrada e incrédula de Minerva, y la curiosa de Flick. – Hay temas interesantes que, en mi opinión, serian una buena idea de implementar. Las tradiciones, culturas, y ritos de las diferentes criaturas mágicas las damos por encima, de lo que sabemos, pero obviamente no sabemos la gran cosa si tenemos a un vampiro que no le hace daño la luz del sol. – Tosió en su palma, para no irse de lleno en ese tema. – Siempre hemos enseñado defensa para las artes oscuras, pero me parece bastante practico que los estudiantes conozcan el porqué de lo que hacen, de cómo son, y que pueden hacer los seres mágicos y no simplemente como defenderse de ellos. Y no solo los oscuros, para variar… - Honestamente no le veía mucho sentido a aprender a defenderse de las de luz, pero el bebé lo había mirado como si fuera un idiota cuando lo comento.
"Nunca sabes que pueda pasar, el hecho de que sean de luz o sean buenas o lo que sea no detiene accidentes, no los detendrá de posiblemente ser engañados, o de que quizás tú seas el malo de la película." Esas fueron las palabras del bebé, dichas lentamente como si Severus fuera un idiota. Las criaturas de luz no podían ser manipuladas, pero…
Había un vampiro que sin hacer nada rompía con todo lo que sabían de su raza. Así que, Severus estaba dispuesto a hacer una excepción con esto. En realidad, temía saber que tan lejos de la realidad estaban sus conocimientos.
- Si bien no me simpatiza que nos insulten al decir que somos blanco fácil sin nuestras varitas, tengo que admitir, aunque me duela, que tienen razón. – Y, por tanto: - Las clases de defensa personal y el aprendizaje sin varita, que no sabemos si es posible pero ese niño dice que sí y podría tener cientos de años por todo lo que sabemos, vienen a pedir de boca. – No de la forma en la que se quisiera, pero bueno. No todo era de color de rosa. – Las otras ramas de magia… no se que pensar de ellas, pero todo lo demás es cosa muggle, por lo que puedo suponer que estos… individuos quieren preparar a los estudiantes para ambos mundos. – Y no solo el mágico, como se ha hecho por generaciones.
Lo quisieran o no, la verdad era la verdad:
- Es practico, es realista. – Odiaba admitirlo, pero: - Tienen buenos puntos, ¿vamos a negar un bien para nuestros alumnos?, ¿para el futuro? – No, sería algo muy idiota de hacer. Se sentía como uno de esos idiotas, la verdad. No lo admitiría, aun así. – Quizás no lo están haciendo de buena manera, quizás están haciendo un completo desastre, pero tienen puntos válidos, y no podemos ignorar eso. – Y de paso: - No podemos detenerlos, por desgracia. Así que solo nos queda adaptarnos y sacarle lo más que se pueda. – Después de todo: - No van a quedarse para siempre.
La pequeña chispa de felicidad ante tal anuncio, recordatorio, murió inmediatamente:
- No contaría con eso si fuera ustedes. – Era una voz no bienvenida, alguien no invitado. Sonriendo con diversión, y una expresión que decía que sabía algo que ellos no. – Solo quedara lo que sirve, y lo demás será reconstruido desde las cenizas, me temo. – Como si no hubiera dicho nada preocupante: - Esto no estuviera pasando si tomaran mejor cuidado de los suyos, pueden agradecerle a su Merlín por ello. Después de todo… - Ronroneo, el fantasma rubio ronroneo: - estoy bastante seguro de que al menos uno de ustedes sabía que le esperaba al pequeño Harry, ¿no es así?
La sonrisa desapareció por completo, siendo reemplazada por un ceño fruncido y molestia casi palpable.
- No me parece sensato tener a un perro gigante de tres cabezas detrás de una simple puerta que cualquier puede acceder con un poco de ingenio, en una escuela llena de niños curiosos… - El fantasma chasqueo la lengua, rápidamente cambiando de expresión. Tomo una más alegre, cosa que solo hacia todo más inquietante. – Claro, ese soy yo. Me pregunto si alguien pensó en que les dirían a los padres si algún niño se hubiera encontrado con tal sorpresita, muero por saberlo…
- Fue obra del Director. – Severus trago profundamente, negándose a mostrar su malestar ante la cara tan jovial del hombre rubio, quien le había dado toda la atención a él ahora. – Hay diversas alarmas y hechizos puestos en el sitio, y hacemos rondas… - Y porque temía que su vida estuviera en juego sin-
- Ninguno estuvo de acuerdo, pero Albus es quien tiene la palabra final. – Flick agrego inesperadamente, triste de les hechos.
Sí, eso era completamente cierto. Era una escuela llena de muchos estudiantes curiosos, cosa que se estaba perdiendo porque muchos se estaban yendo y nadie podía culparlos por ello, y poco personal. Un gran castillo, niños curiosos, ¿qué podía salir mal?
Ya estaba lo suficientemente mal la supuesta existencia de la cámara de los secretos como era, no hacía falta agregarle cosas… Un momento…
- ¿Tsunayoshi encontró…? – Minerva fue la primera en conectar los puntos, ayudada por la sonrisa tensa y la obvia irritación del fantasma.
- Si. – La sonrisa creció, cosa que no dio buen presagio. – Esta encantado con Koro-chan, déjenme decirles. - ¿Koro-chan?, ¿Koro-chan? – Me temo que no está encantado, nadie está encantado, sobre en donde lo encontró, ni por el trol, las llaves con alas y todo lo demás…
El fantasma estaba prometiendo un mal momento para todos ellos solo con la mirada. No era de extrañar porque, suponían.
Más importante aún, ¿cómo fue que ninguno fue alertado por los hechizos?
