Buenas mís jóvenes caballeros,¿cómo les vas?, o, ¿Debería decir mis queridos hanyous,yokais?,jaja.

Lo digo porque hice un fanfic de ,"Inuyasha". Después de tanto tiempo de no escribir en el fanfom,ni subir nada de esto me digné a hacerlo,y encima participar en un desafío que hace años tampoco lo hago. ¡Epaaa!. Tenemos un dos por uno. Ya saben cómo es esto,luego se las aclaraciones viene el fic,y espero disfruten la lectura tanto como yo haciéndolo.

Aclaración 1: Los personajes de Inuyasha no me pertenecen sino a Rumiko Takahash.

Aclaración 2: Este texto es de mí autoría para divertirnos y sin fines de lucro.

Aclaración 3: Las imágenes las tomé de Google así que créditos a sus respectivos autores/as.

Aclaración 4: Este fic, participa en la dinámica de noviembre: "Besitos con sabor a Pocky" de la página, Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma.

Aclaración 5: En está historia, Inuyasha me centré cuando es humano. En realidad lo pensé así porque me gustó la idea que suceda cuando eso pasa quizás luego haga otra historia con él como yõkai. Y además, puse una sola cosa del canon porque me pareció justa,pero no tiene mucho que ver la verdad , sólo por el momento que me hizo reír mucho cuando pasó jaja.

Sin más,los dejo con el fic. Nos leemos al final.

P O C K Y.

Capítulo 1: ¿No te gustan?.

Aome leía y volvía a releer el mismo párrafo sin entender una palabra de lo qué decía. Sus ojos café se posaron en el reloj que marcaba las 23.00,y contando. Resopló.

—¡Ash!. — Soltó enojada cerrando el libro de un golpe y apoyando su rostro en la tapa plástica , al parecer no era un buen día para estudiar.

¿Quién podía ser la razón de su enojo? Inuyasha. Él y sus actitudes qué la desconcertaban. No era que no le gustará así, simplemente qué días cómo hoy tenía ganas de azotarlo por alejarla de este modo.

—I n u y a s h a. — Pronunció letra por letra al levantar el rostro resoplando sobre su negro flequillo al suspirar.

Unos pequeños golpes en la ventana interrumpieron sus pensamientos.

—Pero, ¿Qué? — frunció el ceño hacia el espacio dónde provenían los golpes.

La luz violacia junto a las estrellas al lado de la luna invadieron sus iris,reflejando la noche en sus ojos. Sintió un escalofrío al sentir aquel golpe nuevamente. Se levantó de la silla y prendió la luz de la habitación para tener una mejor vista al dirigirse a la ventana. Su cuerpo se crispó y sus músculos convulsionaron levemente al divisar una pequeña piedra dando en el cristal.

—¡Ch! ¡Aome!— chistó el jóven.

—¡¿Qué estás haciendo?!. —Le gritó desde adentro con sus mejillas ardiendo y luego tapó sus labios recordando que su familia dormía.

El joven peli negro achicó su vista y ella podía ver sus labios moverse aunque no oía una sola palabra de lo qué decía. Aome puso los ojos en blanco y le ordenó que esperara con la palma de su mano expuesta. Lentamente abrió la puerta de su cuarto, miró hacia ambos lados del pasillo,y una vez qué vio estaba vacío se dignó a seguir el camino en la oscuridad con sumo cuidado para que no la oyeran.

Salió por la puerta sin ser vista.Suspiró con alivio y al momento vio el rostro del joven Inuyasha con el ceño fruncido.

—¿Por qué tardaste tanto Aome?. — Le espetó.

—Es qu...-¡Espera!, ¿Qué haces aquí a estas horas?. — Le recriminó.

—Este...yo...—. Las mejillas del jóven se ruborizaron y escondió sus ojos café bajo sus párpados. —No viniste a verme como prometiste.

La luz de la luna nueva se reflejaba en los rostros niveos de los jóvenes y la joven se sintió celosa del viento que acarició los cabellos negros del chico. Quiso abrazarlo pero detuvo su impulso.

—Dijiste qué no querías verme. —. Se cruzó de brazos ofendida.

—No. —Negó con su cabeza.— Dije qué tenías que estudiar y que no te pusieras en peligro, qué es diferente.

—¿Y saliendo a estas horas no estoy en peligro?. —. Resopló.

—No, porqué yo estoy contigo.

El corazón de Aome se sobre exaltó.

—Inuyasha...—. Pensó con ternura.

— Bueno, estaba estudiando hasta que decidiste interrumpirme. —. Soltó enganchando su falange en un mechón de sus cabellos.

—¿Qué?, ¿Te molesta qué esté aquí? — Preguntó sonrojado.

—N-...no.—. Soltó por lo bajo para enfrentarse a sus ojos.

Las pieles de la chica se erizaron. Llevaba una musculosa blanca,y un shorts. Que sumado a sus pies descalzos tocando la hierva humedecida por el rocio le hicieron tiritar. Se abrazó ella misma en un acto inconsciente.

El peli negro lo notó,y cerró sus ojos atrayendola hacía él. El contacto con su cálida piel le hizo dar eléctricidad en todo su cuerpo, pero igual sus brazos enredaron su cintura al momento que los de él apretaron sus omóplatos.

—Tienes frío,deberías haberte puesto algún abrigo ,Aome.—. Le susurró al oído.

Ella se sonrió entre sus cabellos ya que ahora su rostro reposaba en el cuello del jóven.

— No es qué me hubieras dejado muchas opciones.

El corazón de ambos repiqueteaba en sus venas, si bien habían pasado mucho tiempo juntos esos acercamientos eran casi nuevos entre los dos y les provocaba un nerviosismo inaudito.

—Lo siento. —. Soltó por lo bajo.

—¿Lo sientes por hacerme salir apurada a mitad de la noche o por haberme gritado que me fuera por la mañana?. —. Suspiró.

El jóven tragó saliva ruidosamente, y la observó a través de su flequillo. —Por ambas.—. Dijo apenado.

Aome se sonrió. — Inuyasha...

Sus labios habían quedado muy cerca debido al movimiento abrupto que la chica había hecho,tanto que sus alientos chocaron y sus cabellos se entre mezclaron. El de ella olía a café y el de él a menta. Sus respiraciones se agitaron con la sangre fluyendo hasta sus mejillas cuando sus labios estuvieron a punto de tocarse.

—Si no haces ruido,puedes pasar. —. Susurró la jóven apoyando su rostro en su pecho,y mudando sus manos por su espína dorsal.

Aquel acto hizo que la pieles de Inuyasha se ericen. Las manos del joven se movieron hasta sus caderas separandola de su cuerpo.

— Estarás mejor adentro,aquí puedes resfriarte y luego no podrás presentarte a tu examen. —

. Carraspeó como restándole importancia a su comentario. — No quiero tener qué escucharte recriminandomelo.

—Tu...—. Soltó con enojo. —. Adentro. —. Le ordenó a la vez que giraba sobre sí misma y se limitaba a chistarle para que no hiciera ruido.

Pasaron el mismo camino qué había hecho sola hacia unos minutos atrás , pero está vez el corazón de Aome parecía correr una carrera con su respiración de los nervios. Si alguien se despertaba y veía a Inuyasha ahí sería sumamente vergonzoso.

El muchacho parecía no enterarse de nada,tan tranquilo caminaba hasta que de un tirón de su camisa la joven lo empujó hacia la habitación desacomodando su ropa.

—¡Aome!. —. Se quejó.

—¡SH!. —. Le chistó tapando sus labios con sus dedos. —. No grites qué pueden escucharnos.

—Ch. —. Se quejó.

La jóven volvió a acomodarse en su escritorio aunque sabía qué no podría concentrarse ,menos con Inuyasha ahí. Al menos no por esta noche. El muchacho se sentó en la cama y empezó a jugar con el gatito de la familia.

— El gatito quiere bailar cha cha cha...— Decía a la vez que tomaba las patitas con sus manos.

—Inuyasha...—. Le advirtió la joven mirándolo por el rabillo del ojo.

— ¿Qué pasa Aome?. — Le sonrió al gatito—. Estamos bailando,¿No es cierto?, ¿No es cierto?.—. Tironeaba levemente de las patitas moviendo la panza del felino de un lado a otro.

— Te va a hacer algo. —. Le advirtió cuando lo escucho maullar. — Inuyasha, hazme caso.

— Auch, me arañaste. —. Lo retó frunciendo el ceño a la vez que el gato se marchaba de la habitación.

Aome puso los ojos en blanco y bufó. — Te lo dije. —. Lo retó cerrando la puerta.

Se dirigió hacia su mochila y tomó una cajita que tiró a las piernas de Inuyasha.

— Come y quédate tranquilo por un momento.

— ¿A caso soy un perrito qué me distraes?. —. Le espetó con enojo.

— Pues si. —. Dijo por lo bajo.

— ¿Qué dijiste Aome?. —. Elevó su labio superior.

— Nada. Que son ricos,pruebalos. Son galletas bañadas en chocolate.

El joven leyó el empaque de cartón y unió sus cejas. Su nombre era Pocky.

— "Galletas bañadas en chocolate". —. Repitió lo que había dicho Aome. — Pf, Po... ¿Qué?. —. Repreguntó.

— Pocky. —. Repitió la chica.

—Ah. P...—. Dijo sin entender. — ¿Se supone qué es rico?. —Pasó su nariz por el paquete y los olió.

Aome se acercó a él y se sentó en el colchón, a su lado. Suspiró.

— P O C K Y—. Repitió letra por letra.

De repente los labios rosados de la joven tomaron protagonismo en las orbes de Inuyasha , se quedó mirandolas por un extenso momento y sacudió su rostro sonrojado al ver qué ella lo notó. Volvió a mirar la cajita,y observó el palito cubierto con chocolate por unos momentos. Dió un mordisco saboreandolo.

—Mmmm.

— ¿Mmmm?. —. Preguntó sorprendida. —. No me digas qué no te gustan porque son ...

... Continuará...