Como dije anteriormente, la dinámica entre estos dos me gusta mucho, sobre todo por la diferencia de edades. Siempre he considerado ese tipo de tramas como algo muy interesante.


3. Bajo la lluvia

Aunque la época de cosecha había terminado, no significaba quedarse sin labores en la granja; hoy tocó reforzar las canaletas de la casa y el granero, cosa de la cual se encargaba Big Macintosh, pero ahora que estaba casado tenía que encargarse de su propio hogar.

Para su buena fortuna, Spike era muy servicial y había mejorado mucho desde que trabajó con ella hace unos años. Sin embargo, los dos habían quedado bastante agotados. Ahora se limitaban a descansar mientras veían las nubes de tormenta desahogarse en toda la granja mientras tomaban una sidra, sentados en una paca de paja.

De reojo, la granjera observaba al chico junto a ella, notando que Spike había empezado a trabajar en el gimnasio. Aunque le apenaba decirlo, cuando se quitó la camisa a medio día y se quedó con su camisa sin mangas, le costaba mucho no mirar que sus brazos se pusieron un poco musculosos. Un leve sonrojo se apareció en su cara, apenas perceptible, pero lo suficiente para que él lo notara por la poca luz del atardecer.

Y él tampoco mentiría al decir que le costaba concentrarse en su trabajo debido a que Applejack estaba usando un short de mezclilla, y se ajustó la camisa para formarse una ombliguera que le calmara el calor de la tarde. Era imposible no sentirse hipnotizado por aquellas largas piernas adornadas con unas botas y ese abdomen ciertamente firme gracias a varios años de trabajo duro en la granja.

Pero qué va, una chica de casi 28 años no se sentiría atraída por un chico que apenas cumplió los 19 hace dos semanas. Sin embargo, de pronto sintió cómo Applejack le recargaba la cabeza en el hombro, sonriendo.

—Estoy cansada —dijo casi susurrando— gracias por ayudarme con esto, Spike.

—Cuando quieras —respondió él con una sonrisa boba.

Un rayo surcó el cielo, iluminando por breves segundos el granero donde estaban guareciéndose de la lluvia. Él se espantó un poco, haciendo que ella volteara a verlo, riéndose por lo bajo de aquella tierna escena.

Applejack le propinó un pequeño -aunque muy sonoro- beso en la mejilla. Sin poderse creer que eso estaba pasando, Spike empezó a temblar, aunque no duró mucho, pues ella le volvió a recargar la cabeza en el hombro, juntando su meñique con el de él.

Simplemente se quedaron ahí, mirando caer la lluvia.